domingo, 4 de agosto de 2019

"Hace trescientos años que el jardín florecía y lleno de perfumes florece todavía" ...

 

Escribe Félix Armando Picasso Guerrero

 

Con esta preciosa rima Luis Fernán Cisneros Bustamante iniciaba en el siglo pasado un evocativo llamado a Rosa de Santa Maria, la Santa limeña, esa sencilla terciaria dominica que congregó y reúne el interés y amor de la feligresía. Es patrona de América y las Filipinas. En Julio fue Nuestra Señora del Carmen, devoción de San Simón Stock que en ese relicario que es el escapulario al ubicarlo cerca al corazón bendice nuestros latidos y nos recuerda que dar bondad es recibir gratitud. Es la patrona de nuestro criollismo y hasta de las fuerzas armadas de nuestro vecino país sureño y hace que, con marineras, cuecas, zamacuecas y mozamalas, pero siempre con el pañuelo en alto cada vez nos entendamos mejor. Agosto es el mes de la Virgen de la Asunción, de la Virgen del Tránsito, pero también de Santa Rosa de Lima, de quien tanto interés siempre se mostró. Existen múltiples biografías, algunas sumamente idealizadas y otras muy realistas, pero no menos bellas como es el trabajo de José Antonio del Busto y evocaciones como el verso de Cisneros donde al describirla dice: ... "era cual una lira que, vibrando en secreto como alma que suspira de ansiedad y ternura, llevaba sus acordes a la celeste altura por un blanco camino que temblaba en la noche como un hilo divino" ...

Fuente inagotable de inspiración, diversas plumas se han referido a ella. El decimista Nicomedes Santa Cruz pregona que cree en ella en un canto a América y Ricardo Palma en un relato la conduce hasta "El pobrecillo de Asís" nuestro San Francisco en su infinito amor y comprensión a nuestros hermanos, con ese cariño a los seres de los primeros días de la creación hasta aplicársele teorías psicológicas casi actuales que omiten integrar los valores y pensamientos anteriores a la mismas, así como la complejidad de cada vida y grupo social. En la plástica están desde el retrato post morten de Angelino Medoro, telas de Bartolomé Murillo, pinturas del presbítero Matías Maestro, Francisco Lazo, Daniel Hernández, de nuestro iqueñisimo Servulo Gutiérrez (cuyo último trazo lo hizo en un local bajopontino recordando a la santa) y hasta se dice que Fray Ramón Rojas de Jesús Maria "el Padre Guatemala y Apóstol de Ica" la perennizó en una piedra "totémica" de la Pampa de Amancaes que aparece dentro del contexto costumbrista de una pintura de José Sabogal (1923) que conserva la Pinacoteca del Banco Central de Reserva.

¡Era la devoción de nuestro héroe máximo de la Marina Miguel Grau y la ubica Sabogal en un contexto donde la marinera resalta, que mejor manera de manifestar nuestra peruanidad! El "Pocito de los deseos" de Santo Domingo, el de Santa Rosa de Quives e inclusive el que con mucho cariño cuando niño recuerdo se "instaló" en el Jirón de la Unión (calle Boza) forman parte de nuestra identidad y nos invitaban a reflexionar sobre nuestras ansiedades y deseos positivos. ¡Nos ayudaban a revivir ese yo que a veces pretendemos esconder...! ¡Que viva Santa Rosa!... ! Que viva el Perú!