jueves, 15 de agosto de 2019

Con gratitud y afecto, les comparto el bello testimonio de esta ejemplar madre que comienza a vivir eternamente en la víspera de la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción. 

HOMILÍA EUCARISTÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS

PARTIDA AL CIELO DE MI MAMÁ

AMEN Y ALELUYA


PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

14 AGOSTO 2019

Ayer por la tarde, a las 3.40 p.m. nuestro buen Padre y Madre Dios, rico en misericordia, ternura y compasión, llamó a vivir con Él para siempre, a mi mamá, a quien todos conocemos y agradecemos su larga vida, sus casi 99 años, y esta tarde celebramos esta eucaristía de resurrección en la víspera de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo, a quien siempre amó y non enseñó a amar como madre especialmente en su advocación de la Virgen Nuestra Señora de Fátima.

Fue ante todo una mujer de profunda fe, creyente, vivió y peregrinó siempre preparada, ceñida la cintura y sus lámparas encendidas (Lucas 12, 35), preparada y deseando siempre encontrarse cara a cara con Dios, de quien ya goza eternamente. Nos enseñó a vivir y actuar en esta tierra teniendo siempre en el corazón la nostalgia del cielo, siempre abandonándose con total confianza a la voluntad de Dios. Siempre me decía lo que Dios quiera, cuando Él lo quiera y como Él lo quiera. 

Mi mamá nos dió testimonio de profunda vida cristiana, alimentando su vida desde la espiritualidad ignaciana y los Ejercicios Espirituales en armonía integrada con la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Oración y vida, oración y contemplación mística, oración, servicio y comunión concreta con los más pobres y más necesitados.

Bienaventurados aquellos siervos a quienes el amo encontrará a su regreso aún despiertos…  Y si llegando en medio de la noche o antes del amanecer, los encontrará así, ¡dichosos ellos!" (Lucas 12, 37-38). Y además con la experiencia sentida y gustada, "sin olvidar jamás que no tenemos aquí la ciudad estable, sino que vamos en busca de la ciudad futura" (Hebreos 13,14).

Todos conocemos su pasión por la espiritualidad y el arte. Permítanme leer algunos escritos de su cuaderno de notas espirituales

 

LA  ETERNIDAD

 

25 marzo 1998

 

Cuando la vida….la materia

se desintegra…. representada

en el cuadro

en forma de agua…

 

Entramos a la Luz…

Encontramos la

Alegría del Color

en sus mas variados

matices…formas y

transparencias---

produciendo en nuestra alma

Algo indescriptible!

 

Como si los colores

todos unidos

Y entremezclados entre sí

cantaran un Hinmo!

Una sinfonía al Creador…

 

Y …en esa Belleza de Luz

Música y Color

Encontramos a Dios

que se hace presente

en cada línea. Forma

notas y color.

 

Principalmente en la Rosa que,

de entre las aguas emerge

de esplendorosa luminosidad

transparencia y armonía…

qué da sosiego y Vida!

Emanando de su interior

El Gran Amor de Dios!

que se nos da, en esa savia

que, como un torrente,

desborda hacia el pajarillo,

en el que, estamos

representados

Toda la Humanidad

 

Victoria

 

 

MI NOMBRE

 

Por el Río de la Vida

Va mi nombre…

Va flotando entre sus aguas…

Venciendo mil temores..

Salvando mil obstáculos

Va siempre! sin salirse de su cauce

 

 

Luchando contra la fuerza de sus Aguas

O el rugir de las tormentas…

La Corriente se lleva un Árbol!

arrancado hasta en sus raíces

por el fiero vendaval!

 

Y,,, mi nombre? Señor! Señor"!

dónde está mi nombre?

 

Míralo…ahí va.. tranquilo y sereno

aunque haya que saltar piedras o si viene

Un huracán…porque sé que entre tus Brazos

Amorosos,,,,me llevas siempre¡

 

Victoria

 

 

EL ARTE

 

El arte es como un aguijón

que me roe el alma

por dentro!

Quiere expasionarse…

Quiere expresarse…

Quiere salir de lo más

hondo de mí!

 

Como cerrarle la puerta..,.?

Si abrirse al arte

es como dar paso a la vida…!

A la vida que, en  tu infinita

Misericordia…me vas

regalando Señor! día a día…

 

Me encanta pintar

Me olvido del mundo pintando…

Concentrándome solo en Ti, Señor!

Siento que Tú diriges mis manos..

Que eres Tú! el autor de lo que

mis manos hacen…

 

Ahora son,,,esos añejos

Árboles,,,que se alzan

Erguidos…Majestuosos.,..

Como si con sus ramas

Quisieran tocar el cielo!

 

Árboles frondosos y alegres

que, "Cual si fueran plantados

por las manos del Amado" (San Juan de la Cruz)

Han brotado al pie

del Manantial¡

Nutriendo sus raíces de esa

savia enriquecedora, del

agua cristalina y pura

que es el Corazón de Dios….

 

Troncos añejos

de viejos árboles…

¡Cuánto os parecéís a mi!

 

No es la edad,  ni el tiempo

Lo que en .la vida importa!

Lo importante es..

Tener aspiraciones elevadas.,

Estar erguidos siempre!

Sin dejarse doblegar

Aunque se tengan años…..

 

Penas?...Dolor…angustias…

Tristezas?

Como el ejemplo que nos

 dan los árboles…

 

Lo importante es sobrellevar

Todo! según la voluntad

de Dios…..con Altura

con dignidad…

Con Majestuosidad!

 

Y… a través de la palabra

y las acciones

Dando sombra y abrigo

a los demás, con  la

mirada puesta siempre

en el Cielo!


Victoria, Abril 2002


Cuando hace pocos años vino a Lima el P. Adolfo Nicolás, General de la Compañía de Jesús, en una conversa personal y familiar de ella con mis hermanos le dijo: Padre Adolfo quiero pedirle dos permisos: ¿puedo promover la causa de beatificación y canonización del Padre Arrupe? – ¿puedo dar Ejercicios Espirituales a las personas con quienes vivo en la casa de reposo de Barranco?  Y así lo hizo hasta el último momento de su vida, repitiendo también dos palabras esenciales: Amen y Aleluya.

En sus últimos días y en sus últimas horas de vida, nos fue diciendo algunas palabras: No se pongan tristes, permanezcan alegres, yo voy a prepararles un lugar, sean buenos, ayúdenme a acariciar a Dios, yo los presentaré junto con su papá a Dios, él me ayudará a entrar al cielo. Ofrezco mi vida y sufrimientos por las vocaciones a la Compañía de Jesús.

Muchas gracias a todos ustedes, muchas gracias a esta su querida Parroquia de Fátima, muchas gracias a quienes la atendieron y cuidaron en la casa de reposo de Barranco, y en especial muchas gracias a Dios y a la Virgen de Fátima con quienes goza en el cielo.

Benjamín Crespo, S.J.