Escribió el libro "Anales de la Catedral de Lima", considerado como historia más completa y auténtica de la Catedral Limense durante la época virreinal, ya que recoge año a año los relatos de los actos de los diecisiete arzobispos de Lima "con llaneza de estilo y minuciosidad".
Nacido en Tarma en 1764, educado en el Seminario de Santo Toribio, del cual fue profesor, desempeñó por muchos años el curato de Huánuco, obteniendo en 1803 su traslación al coro de Lima en la condición de medio-racionero.
En 1806 ocupó la silla de racionero, a la vez que se le nombró Secretario del Cabildo, cargo que sirvió hasta 1814, en que obtuvo la dignidad de Magistral. Fue en esta época cuando el doctor Bermúdez registró archivos, compulsó documentos y acopió los datos que utilizara más tarde para redactar los interesantes Anales de la Catedral.
Como orador, merecieron caluroso encomio sus oraciones fúnebres en memoria del obispo Gorrichategui, del conde de la Unión, del arzobispo La Reguera y del Presidente de las Cortes de Cádiz Morales y Duárez, natural de Lima.
Como escritor, son sus producciones más notables: una Vida de Santa Rosa, (impresa en 1827), y tres opúsculos sobre materias eclesiásticas, siendo muy elogiado el que consagró a la defensa de la Bula de Pío VI, sobre diezmos y rentas. Fue uno de los colaboradores del famoso Mercurio Peruano.
Gran conocedor de la lengua quechua compuso una gramática y un vocabulario, condenando el gravísimo error de los conquistadores el haber pretendido extinguir aquella lengua que no cede a otra alguna en energía, majestad, precisión, abundancia y dulzura.
Fue electo diputado por Tarma en las elecciones para las Juntas de Cádiz. También fue uno de los vocales que compusieron la junta de pacificación nombrada por el virrey La Serna, para pactar un armisticio con los patriotas y discutir sobre la manera de poner término a la guerra ante el comisario regio Abreu en 1821.