ARTEAGA GALLARDO, Enrique Guillermo
Señor Crucificado del Rimac, La Historia que no conocías". (Lima, 2018, 100 pp)
"Sólo pienso y creo que mientras un rimense tenga fe en el Crucificado, el Señor seguirá recorriendo nuestros barrios. Mientras un rimense desee trabajar por la institución, ésta será cada día más grande; mientras un niño tenga amor al Señor y persiga sus sueños, seguiremos formando hermanos de y así la Hermanad no tendrá fin jamás, es mi mejor consuelo" p.98
Son las últimas palabras escritas con el corazón por quien es su mayordomo general actual, Enrique Guillemo Arteaga Gallardo.
En su prólogo, nos confiesa que sin haber cumplido un año de vida, su madre le ofreció al Señor pidiendo su pronta recuperación de la bronquitis aguda que sufría. En 1983, con 8 años, su tío Coco le llevó a cargar el lienzo original del Seño. Han pasado más de 30 años y en diciembre del 2012 juramenta como Mayordomo con la renovada ilusión de seguir trabajando por el Señor y la Hermandad.
En 100 páginas, distribuidas en 17 capítulos se nos narra de modo sencillo y testimonial la historia del acontecimiento que se inició en 1850 y cada vez se va llenando de vida y devoción.
La milagrosa historia del hallazgo del Señor por Pedro Salazar Quezada. La Iglesia Santa Liberata y sus indulgencias plenarias. El reconocimiento canónico de la Hermandad. ¿Cómo eran las primeras procesiones? El incendio de 1923. Los mayordomos. Los patronatos. Guardianes del Señor. , y muchos otros sucesos que forman parte de la historia de la hermandad que se han podido investigar y corroborar desde 1850.
Confiesa su autor en su face: "No hay nada más hermoso que escribir sobre ti, mi Señor Crucificado del Rimac; y de esta manera contar tu milagrosa y grandiosa historia" (Enrique Guillermo Arteaga Gallardo)
Tuve la suerte de conocer a un gran devoto y miembro de la Hermandad, don Lucho Cabrera (+) quien cargó al Señor por decenas de años y desde sus años infantiles del Oratorio salesiano del Rímac le cobró gran fervor.
El libro nos da la oportunidad de recoger la síntesis de su trayectoria y la mejor historia guardada por sus protagonistas. Dios quiera se animen a recoger más testimonios, a documentar sus procesiones, sus actividades formativas, espirituales, benéficas, la de sus miembros…y, sobre todo, siga creciendo en calidad y cantidad su fervor por el Señor.