Llegando al Miércoles de Ceniza y al final de las fiestas de Carnaval, es donde se inician los preparativos para la Semana Santa, es el primer día de la Cuaresma en el calendario católico, protestante, y anglicano. Una de las actuaciones más representativas de esta conmemoración esEl Sermón de las Tres Horas, el que nació en el Perú. El iniciador de esta costumbre fue el sacerdote Jesuita Francisco del Castillo, nacido en Lima el 9 de febrero de 1615 y bautizado en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Lima, un 23 de febrero de 1615. En diciembre de 1632 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús y dos años y un mes después, en enero 1635, realizó sus primeros votos religiosos; en abril de 1642 Francisco del Castillo recibió su ordenación sacerdotal y celebró su primera misa, realizando sus votos finales en la Compañía de Jesús el 6 de febrero de 1650.
Diariamente el sacerdote tenía que cruzar el río Rímac para enseñar catequesis en la parroquia de San Lázaro pasaba por el mercado del Baratillo que se encontraba la Plaza del mismo nombre; lugar donde negros e indígenas hacían sus compras; ubicado en el Barrio I del Cuartel V de Lima, (hoy, cuadra 2 del jirón Casma, en el barrio del Rímac). Allí empezó su predicación callejera en marzo de 1648, dedicado a llevar la palabra de Dios a los pobres en las calles, la mayoría de ellos quechuahablantes, y hacer colectas para procurarles alimento, obra que continuó hasta el día de su muerte, el 12 de abril de 1673. Era reconocido como el Apóstol de los indios y negros y por su cerrada defensa de sus derechos como seres humanos.
En 1659 Francisco del Castillo tomó a su cargo la Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados y el Viernes Santo de 1660, al evocar el dolor de Cristo y compararlo con el sufrimiento de los esclavos e indígenas de la época colonial peruana, se extendió durante tres horas en una predica o sermón frente a la efigie del Señor de la Agonía. Lamentablemente esta iglesia ya no existe, fue demolida en 1938 para dar paso al edificio y jardines de la residencia de Palacio de Gobierno. Hoy la efigie se luce en la nueva Iglesia de los Desamparados en el barrio limeño de Breña.
El Jueves Santo, es el último día de la Cuaresma. Es un día especial para el pueblo cristiano, es el día en que Jesús, durante la cena de despedida o Última Cena, instituye la Sagrada Eucaristía, da la gran lección del humilde servicio lavando los pies a sus apóstoles, y los ordena como sacerdotes. Los católicos también realizan el recorrido por 7 templos recordando los siete recorridos que hizo Jesús desde el Jueves Santo hasta el Calvario,
El Viernes Santo o el Día del Vía Crucis, en este día, por una tradición muy antigua no hay misa y las imágenes en general están cubiertas, pero sí liturgia: tanto el oficio divino, como la celebración de la Pasión del Señor. También es día de ayuno y abstinencia obligatorio. El padre Francisco del Castillo fue el iniciador de esta tradición religiosa, así nació el Sermón de las Tres Horas, también conocido como el Sermón de las Siete Palabras, que se extendió con rapidez al resto del país, luego en las Américas y Europa, y así, en todo el mundo católico.
El Sermón de las Tres Horas es peruano, predicación que se extiende entre las doce del mediodía y las tres de la tarde, del Viernes Santo, en recuerdo del lapso transcurrido, según las escrituras, entre la crucifixión y la muerte de Jesús en el monte Calvario.
Las prédicas de Del Castillo no han sido recogidas en ningún libro, pero su recuerdo perdura como el iniciador del Sermón de las Tres Horas, una de las tradiciones de la Semana Santa, es decir el tiempo del apresamiento, juicio, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Gran devoto de Nuestra Señora de los Desamparados, era el Virrey Pedro Antonio Fernández de Castro y Andrade, X Conde de Lemos, y decimonoveno Virrey del Perú; de quien cuentan sus biógrafos era un hombre muy piadoso, y se dice que barría el templo y hasta tocaba el órgano en las misas. Bajo su mandato y auspicio, reformó la ermita inicial a cargo de su confesor y compadre, el Padre Del Castillo, quien era padrino de uno de sus hijos, un niño, Francisco Ignacio, nacido el 12 de abril 1672 y bautizado el 21 del mismo mes.
El Virrey inició las reformas de un nuevo templo en 1669; el mismo seleccionaba los materiales de construcción, visitaba diariamente la obra y hasta trabajaba como albañil, e inauguró el templo el 30 de Enero de 1672. El Virrey Conde de Lemos, falleció el 6 de diciembre de ese mismo año, su cuerpo fue sepultado en la Iglesia de San Pedro, entonces llamada de San Pablo, y su corazón depositado, a su pedido, a los pies de Nuestra Señora de los Desamparados, en la iglesia situada a espaldas de su residencia virreinal. Cuando la Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados fue demolida en 1938, el corazón del Conde de Lemos fue llevado a la Iglesia de San Pedro y colocado en una urna entre los altares de San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga. La "Cruz del Baratillo", utilizada por el Padre del Castillo en sus predicaciones, se conserva junto a su tumba en la entrada de la iglesia de San Pedro de Lima.
Gabriela Lavarello de Velaochaga –- Lima-Perú, febrero 2008.
FRANCISCO DEL CASTILLO (1615-1673)
Llamado "El Apóstol de Lima", nació en 1615 en Lima. Como San Pedro Claver en Cartagena de Indias, se dedicó a predicar el Evangelio a los negros en la plazuela del Baratillo, mercado cercano a la ribera derecha del Rímac. Su oratoria sacra era muy efectista, recurriendo a la sorpresa y los mecanismos teatrales del barroco.
Con una cruz –hoy en la iglesia de San Pedro de Lima- y con unas láminas y cuadros del cielo, el purgatorio y el infierno, invitaba a los negros a la conversión. Denunció el abuso de las autoridades en torno algunas sentencias que afectaban a los indios a pesar de exponerse a ser expulsado de Perú.
Tuvo a su cargo la misión de refaccionar la capilla de Nuestra Señora e los Desamparados, otrora en la actual Estación-Museo de los Desamparados, hoy en la capilla de Breña. Parece ser que fue allí hacia 1660, en la capilla, el primer misionero que tuvo la iniciativa del Sermón de las Siete Palabras o de las Tres horas.
Ahí mismo fundó la Escuela de Cristo, asociación de laicos en la que cultivaba su espíritu a través de meditación, espíritu de penitencia, la práctica sacramental y el amor al prójimo. Supo aglutinar todos los miembros del "cuerpo social": nobles, clérigos, comerciantes, siervos y menesterosos. Entre los más asiduos asistentes estaban los virreyes conde de Alba de Aliste, Conde de Santisteban y el Conde de Lemos. Con este último, tuvo una particular amistad, y fue padrino de tres de sus hijos. Murió en Lima en 1673.
La Hermandad de Francisco del Castillo se reúne el día 11 de cada mes después de la misa celebrada en su honor en laIglesia de San Pedro de Lima.
- Joseph de Buendía (1692), Vida del Venerable Francisco del Castillo, Lima.
- Pedro García y Sanz (1863), Vida del Venerable Francisco del Castillo, Lima.
- Armando Nieto Vélez (1992), Francisco del Castillo, El Apóstol de Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú (Fondo Editorial), 1992.
- Jean Pierre Tardieu (1997), La Iglesia y los negros en el Perú (Tomo I), Quito.
(Peruanos ejemplares, J.A. Benito)
El P. Enrique Rodríguez en su interesantísimo blog ha publicado la autobiografía
COMENTARIOS FINALES
AUTOBIOGRAFÍA DEL PADRE CASTILLO - XXXI
XXXI
sábado, marzo 05, 2016
AUTOBIOGRAFÍA DEL PADRE CASTILLO - XXX
XXX
AUTOBIOGRAFÍA DEL PADRE CASTILLO - XXIX
XXIX
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XXVIII
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XXVII
AUTOBIOGRAFÍA DEL PADRE CASTILLO - XXVI
XXVI
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https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_del_Castillo_(jesuita)