MARÍA NIEVES Y BUSTAMANTE
Nació en Arequipa (calle San Pedro 102) el 13 de abril de 1861 de Emilio Nieves Calderón, profesor de Farmacia, y Manuela Bustamante y Ponce de León, y fue bautizada al día siguiente en la parroquia de San Antonio Abad.
El hogar había perdido al primogénito en el momento del parto, por lo que María se constituyó en la única y engreída hija. Fue su madre quien –como a su otra hija Sara- le enseñó las primeras letras. Otros profesores y catedráticos competentes le dieron una educación integral. Fue con motivo de la Guerra del Pacífico, en 1879, por lo que escribió una célebre carta a su padre –en Cuzco- que reprodujo un periódico con el título "Hojas sueltas. Noticias de Arequipa (Carta escrita por una niña de esa a su Sr. Padre residente en esta ciudad") y en la que -con motivo del desastre de Angamos, describe todo magistralmente, especialmente la actitud de Arequipa. Tal carta fue reproducida por casi todos los periódicos del Sur.
Debido a la nueva publicación de su célebre obra Jorge o el Hijo del Pueblo por parte del convenio UNSA-El Pueblo cobra de nuevo actualidad su autora. El 12 de octubre de 1940, El Pueblo dedicaba una página a la mujer arequipeña, recuadrando la figura de María Nieves entre todas ellas. En su casa recibió profunda educación, hasta de estudios superiores.
Comienza su labor periodística en La Bolsa con el artículo "Hilas y vendas" donde se hacía un fervoroso llamado a Arequipa en favor de la Cruz Roja un 14 de agosto de 1886; continuó su labor, casi a diario en casi todos los periódicos, tales como "El Eco del Misti", "El Perú Ilustrado", "La Bolsa", "Perlas y flores", "Pueblo de Arequipa", "Picaflor de Lima"... Fue miembro del "Club Literario de Arequipa". Con ocasión el tercer centenario de Santa Rosa de Lima publicó una semblanza publicada por la "Opinión Nacional de Lima" (3 de mayo de 1886) que le valió el elogio de la crítica nacional. Entre otras dijo: "Toda su gloria reside en lo interior de su pecho; porque allí oculta lo más exquisito de sus gracias, allí tiene un corazón que ha amado más que ningún corazón americano".
Se conserva en la Biblioteca Municipal de Arequipa un tomo encuadernado con la mayoría de sus artículos periodísticos (A/869.55/N56A). Su obra literaria es de gran belleza estética y grandeza moral. Lo podemos comprobar en el dedicado al mar de Mollendo o en el dedicado a las Conferencias de San Vicente de Paúl, de suma actualidad por haber declarado santo a su fundador, Federico Ozanam, padre de familia y catedrático de la Sorbona de París, justo en la XII Jornada Mundial de la Juventud del pasado 1999. Dice en éste: "Hoy que la miseria se introduce alarmante en nuestros hogares, hoy que Arequipa presencia lo que jamás soñó la imaginación más pesimista, familias que anochecen sin haber probado el pan, individuos que mueren por pura debilidad, las sociedades de caridad vienen a llenar un misión bendecida mil veces por Dios y los desgraciados. Fundada por jóvenes y para los jóvenes es una escuela de abnegación ilimitada por los que la forman y un manantial inagotable para los menesterosos". Termina su artículo animando a dar: "Tened en cuenta los muchos méritos que con acción tan pequeña acumuláis y para no perderos dad, no por compromiso, no por amor propio, no por filantropía, dad por amor a Cristo y en el nombre de Cristo. Teniendo presente aquella divina enseñanza del Salvador: cuanto hagáis a los pobres en mi nombre a Mí me lo hacéis". (La Bolsa 15 de diciembre de 1888).
Pero lo que le ha dado fama ha sido su novela Jorge o el hijo del pueblo que en acertada crítica de Belisario Calle es "la novela de Arequipa, el mestizaje, Castilla y Vivanco). En ella aparece como protagonista la Ciudad Blanca, "ciudad mítica y guerrera, poética y religiosa...En todo ofrece los contrastes más sorprendentes, pero resueltos en una armonía superior y grandiosa...Ella tiene la fiereza del león y la dulzura de la paloma".
Tito Cáceres renocerá en la obra "nuestra gran novela que reintegra nuestros valores colectivos, en busca de la esencia de un 'espíritu' o esencia arequipeñista que se prolonga hasta nuestros días".
Para el crítico Xavier Bacacorzo todos los personajes novelados tienen su base real.
De su correspondencia privada parece que escribió otra obra, aún inédita, La sombra de Morán, y que proyectó otra sobre los sucesos de 1883, cuando el contralmirante Lizardo Montero, presidente del Perú en Arequipa, huyó de la nación y dejó desguarnecido al pueblo.
Su última aparición pública fue en 1947 con motivo del "Homenaje a la Mujer Arequipeña" organizado por la UNSA. Días después, a las 4 de la mañana del 28 de octubre de 1947, fallecía a la edad de 86 años.