lunes, 26 de octubre de 2015

LA MUJER EN LA DEVOCIÓN AL SEÑOR DELOS MILAGROS

El año 2001, con motivo del 350 aniversario de la imagen del Señor de los Milagros, el Papa San Juan Pablo II envió una conmovedora carta personal firmada con su puño y letra al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, denominando al Cristo Moreno "primer misionero de Lima" y señalando su devoción como la más multitudinaria de Latinoamérica. Además, se unió espiritualmente "al gozo de tantos limeños y peruanos por esta oportunidad singular de encontrarse de nuevo con Cristo, que ha querido manifestar su cercanía entrañable a través de esa imagen secular, exhortándoles ardientemente a renovar su fe y a fortalecer su esperanza".

En 1995, Año Internacional de la Mujer, el mismo Pontífice escribió una bella carta sobre las mujeres para "dar gracias al Señor por su designio sobre la vocación y la misión de la mujer en el mundo" como agradecimiento concreto y directo a las mujeres, a cada mujer, por lo que representan en la vida de la humanidad: mujer-madre, mujer-esposa,  mujer-hija y mujer-hermana,  mujer-trabajadora,  mujer-consagrada,…¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas".

La presente muestra quiere también rendir un sentido homenaje a las mujeres que desde el primer momento, dedicaron lo mejor de sí al Señor. Le ofrecieron su canto como las hermanas cantoras, el incienso como las sahumadoras, su total consagración al Señor como las nazarenas. Y tantas anónimas que le brindan sus flores y su belleza, sus oraciones y devoción, sus sacrificios y donación, su ternura y compasión. Hacemos memoria de algunas protagonistas que sirven como representantes: Antonia Maldonado, Josefa de la Providencia, doña Pepa, Isabel Rodríguez de Larraín

SAHUMADORAS

Participaron en los primeros homenajes al Cristo de Pachamamilla en 1671 y en los recorridos procesionales desde 1687 hasta hoy. En la actualidad, suman 320 las integrantes. En los tiempos del Virreinato era costumbre, entre las familias distinguidas, enviar a las procesiones a sus criadas de confianza como sus representantes; vestidas con el tradicional hábito morado llevaban pebeteros de plata labrada y oro quemando en sus braseros el aromático olor –compuesto por carbón de sauce, una mezcla de incienso y mirra- para limpiar y proporcionar un ambiente agradable al Señor y como símbolo y representación de sus plegarias. Las Sahumadoras "confeccionan las alfombras de flores, decoran el atrio y el altar Mayor, para que el Señor, a su regreso a Las Nazarenas, encuentre la casa muy bonita".

CANTORAS

Actualmente, el grupo está integrado por más de doscientas sesenta cantoras; se dividen en cuatro sectores, cada uno de los cuales cuenta con unas sesentaicinco, que se van turnando. Todas visten el tradicional hábito morado y mantilla blanca. Sus voces, incansables, se dejan escuchar en todo el recorrido, sin ser apagadas en ningún momento por las bandas de músicos.

CARMELITAS NAZARENAS

Las Madres Carmelitas han sido y son el alma de este culto multisecular. Se guardan en su archivo, las profesiones, las dotes, los testimonios de su fervorosa dedicación, los documentos del proceso de beatificación de Madre Antonia Lucía. El reciente Museo es una muestra de su generoso compartir el patrimonio de belleza artística y espiritual custodiado por varios siglos. Su carisma no es otro que el de la orden carmelitana descalza, muy sintonizada desde Santa Teresa con la devoción al Cristo llagado y crucificado

 

Antonia Maldonado. En vida religiosa Antonia Lucía del Espíritu Santo, fervorosa dama ecuatoriana, quien había fundado en el Callao un Beaterio, al que denominó Colegio de Nazarenas, luego trasladado a Lima cerca del actual templo y primera en aceptar el encargo de Sebastián de Antuñano de consagrarse de por vida al Señor.

 

Josefa de la Providencia. Superiora que sucede a la fundadora Sor Antonia Lucía, y quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de España, Felipe V, y el Papa Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su transformación en el monasterio de clausura agregado a la Orden de las Carmelitas Descalzas.

Doña Pepa y su turrón. El nombre de la creadora del exquisito y emblemático manjar se debe a una mujer que vivía en un fundo algodonero, en el Valle de Cañete: Josefa Marmanillo, Doña Pepa. Ella fue curada milagrosamente de una parálisis y para demostrar su agradecimiento al Señor por tal maravillosa obra elaboró el famoso turrón que compartió con los más allegados, quienes lo bautizaron con el nombre de Turrón de Doña Pepa.

Isabel Rodríguez-Larraín, autora del Himno. Todo el fervor y las manifestaciones populares ha sido recogido de forma admirable por el himno: creado por Isabel Rodríguez Larraín en 1954, que nació en Lima, en una casa ubicada frente a la iglesia de San Marcelo, el 5 de julio del 1903 y falleció el 28 de abril de 1991, cuando estaba a punto de cumplir los 88 años de edad.