sábado, 17 de octubre de 2015

Fundación del primer Carmelo en el Perú. La benefactora presencia de Catalina María Doria en Lima (1605-1648)

Denisse Rouillon

 

Catalina María Doria nació en Milán en la segunda mitad del siglo xvi, posiblemente en 1556. Huérfana de Diego Doria y Blanca Vera,[1] fue educada en una de las escuelas que estableció san Carlos Borromeo (1538-1584) en aquella ciudad. Tras finalizar sus estudios fue dama de honor de doña Brianda Portocarrero de Guzmán, esposa del gobernador interino (1580-1583) Sancho de Guevara y Padilla.[2] Contrajo matrimonio con Domingo Gómez de Silva y, posteriormente, lo acompañó al Perú.

Refiere la tradición carmelitana que la embarcación en la que viajaban los esposos estuvo a punto de naufragar, y que tal situación fue salvada tras haberse encomendado a la Virgen del Carmen. Debido a ello prometieron erigir una ermita, a una legua de distancia de donde la embarcación tocara puerto. Así, a una legua de El Callao, edificaron en 1605 la iglesia hoy conocida como Carmen de la Legua. Más allá de la tradición, las fuentes indican que la iglesia tuvo la advocación de Santa María del Carmen[3] y que, en la casa junto a la iglesia, Catalina María enseñaba a leer y escribir a algunas niñas de personas principales de la ciudad.[4]

Las informaciones acerca de esta labor llegarían hasta la metrópoli. En comunicación del 7 de junio de 1611, fray Alonso de Jesús María, general español de la orden de los descalzos de Nuestra Señora del Carmen, incorporó a los Gómez de Silva a la Hermandad universal del Carmelo motivándolos «a que crezca la devoción que los fieles tienen al hábito santo de la Virgen…».[5] Es probable que desde su incorporación a dicha hermandad los esposos juzgasen oportuno que las recogidas vistieran, a modo de uniforme, el hábito carmelitano.

Además, los Gómez de Silva no escatimaron en adquirir, en 1619, unos solares en la esquina de la acequia de Juan de Isla, en el pueblo del Cercado de Lima, para continuar la labor educativa de Doria.[6] En ese mismo año los esposos edificaron a sus expensas el recogimiento o colegio de Nuestra Señora del Carmen, que tomó por patrona a Teresa de Jesús, por lo cual las niñas y doncellas debían vestir el hábito carmelita.[7] La institución tuvo por finalidad acudir a niñas y doncellas huérfanas o pobres en la educación y enseñanza de buenas costumbres.[8] Catalina María «crió y adoctrinó doncellas»[9] hasta 1643, es decir, casi medio siglo si se considera el primer colegio en El Callao.

 

Confraternidad de Nuestra Señora del Carmen de Lima

Con la finalidad de aliviar el gasto financiero de las internas fue fundada el 21 de septiembre de 1620 la Confraternidad de Nuestra Señora del Carmen de Lima.[10] La cofradía inició sus actividades con seis doncellas. Hasta que obtuvieran las limosnas suficientes, de sus bienes propios los veinticuatro miembros cófrades alimentarían a cuatro niñas, mientras que los esposos Gómez de Silva se encargarían de dos.[11] Las constituciones de la confraternidad, aprobadas el 31 de agosto de 1627, exigían que las muchachas tuvieran por lo menos diez años de edad, fueran españolas habidas en legítimo matrimonio y huérfanas o pobres.[12] El 6 de mayo de 1629, fray Juan del Espíritu Santo incorporó oficialmente a la orden, en virtud de diferentes bulas apostólicas, la cofradía de Nuestra Señora del Carmen.[13] Además, aprobó que el capellán bendijera los hábitos y escapularios de las doncellas recogidas.[14]

Es importante mencionar que, a lo largo de los años, los generales carmelitas españoles incentivaron en los esposos Gómez de Silva la devoción carmelitana y a que estos trabajasen por difundirla en la capital del virreinato peruano.[15] En 1615, 1624, 1628 y 1629, se dirigieron afectuosamente a los esposos –reconocieron la pía afección que profesaban hacia la orden, el hábito y el escapulario del Carmelo– confirmaron la admisión a la Hermandad y autorizaron que la Virgen saliera en procesión decorada con las insignias carmelitas.[16] Los alentaron a colmar no solo «nuestra sed con las aguas caseras, sino que las constantes de la caudalosa fuente de Elias se deriven a los sedientos de fuera».[17]

 

La edificación de un santuario

Fue por este motivo, junto con la necesidad de una iglesia para las internas del recogimiento, que Catalina María Doria edificó un santuario de devoción popular de impacto social, pero de sello milanés. La iglesia contaba con siete altares: el mayor, donde estaba Nuestra Señora del Carmen; el de Teresa de Jesús, con la santa de bulto; el de Nuestra Señora de Loreto, con una Verónica; el de Santa Catalina Mártir; el de Santo Domingo; la Madre de Dios de la Concepción; y el de Nuestra Señora de la Candelaria.[18] El templo se desarrolló como un espacio común a europeos, criollos, indios, negros y mestizos. En él, los fieles asistieron a misas que eran, además, puntos de partida para la procesión de la Virgen del Carmen. Es difícil obviar el impacto que debieron suscitar los grandes lienzos (que reproducían la iconografía de san José, santa Teresa de Jesús, san Carlos Borromeo, fray Luis de Granada y santo Tomás de Aquino) en la sensibilidad de los asistentes.

El 3 de enero de 1622, el rector de la Universidad de San Marcos Feliciano de Vega y Padilla (1580-1640) recomendó la exhibición del Santísimo Sacramento por la multitud de personas que acudían a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen.[19] El 21 de julio de 1630 fue oficiada la primera misa, «donde hubo mucho concurso de gente» (Suardo 1936: 88 - Vol. i). Para el 20 de octubre, Catalina María organizó la fiesta de santa Teresa de Jesús «con mucha solemnidad y concursso de gente de todos estados» (Suardo 1936: 107 - Vol. i).

Es pues evidente que, sobre todo a partir de 1630, la iglesia desarrollaría una ostensible influencia sobre los vecinos. Manifestación patente de ello es que el virrey, la virreina, los señores de la Real Audiencia y el cabildo eclesiástico solían asistir a las fiestas en honor de la Virgen en julio, así como las de santa Teresa en octubre (Suardo 1936: 100, 103 y 147 - Vol. ii). Con el tiempo, el templo se mostraría elegante. A principios de 1642 estaba decorado con la platería de los oficios litúrgicos, cuadros de pintura, tabernáculos, alfombras, chuses (mantas) y alhajas con que seguramente Catalina María y las recogidas arreglaban a la Virgen cuando salía en procesión.[20]

Habría que señalar, por último, que sobre los solares que los esposos Gómez de Silva establecieron el recogimiento de santa Teresa de Jesús, se fundó el primer monasterio carmelitano de la ciudad de Lima el 17 de diciembre de 1643.

 

Catalina María de la Santísima Trinidad tomó el hábito de novicia el 17 de diciembre de 1643, profesó como monja carmelita descalza el 29 de julio de 1646 y murió el 19 de febrero de 1648.[21] La castidad monjil fue corolario de su biografía como docente y mujer culta y, la encendida devoción que propagó a inicios del siglo xvii persiste hoy, cuatro siglos más tarde, en peruanos de distintos sectores sociales.

MÁS INFORMACIÓN: Tesis de licenciatura 2012: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/5210/ROUILLON_ALMEIDA_DENISE_CARMEN_LIMA.pdf?sequence=1

 



[1] Archivo del Monasterio del Carmen (en adelante amc), Libro becerro 1, ff. 145r. y 265r.

[2] Vinatea Recoba, «Catalina María Doria y las escritoras del siglo xvii», en prensa.

[3] amc, Libro becerro 6, f. 330r.

[4]amc, Libro becerro 6, f. 330r.

[5] amc, Libro becerro 7, f. 358r.

[6] amc, Libro becerro 6, ff. 330r. y 536v.

[7] amc, Libro becerro 2, f. 327r. y amc, Libro becerro 1, ff. 91v. y 145v.

[8] amc, Libro becerro 6, ff. 327r.-327v. y amc, Libro becerro 7, ff. 384r.-385v.

[9] amc, Libro becerro 2, 327r.

[10] amc, Libro en que se apuntan los hermanos cofrades terceros de la Orden de la Bienaventurada siempre Virgen Santa María, f. 258r. y amc, Libro becerro 1, ff. 90r.-90v.

[11] amc, Libro becerro 1, f. 91v.

[12] amc, Libro becerro 1, f. 91r.

[13] amc, Libro becerro 2, f. 268v. y amc, Libro becerro 6, f. 335v.

[14] amc, Libro becerro 6, ff. 328r.-328v.

[15] amc, Libro becerro 6, f. 328r. y amc, Libro becerro 6, f. 335r.

[16] amc, Libro becerro 6, ff. 328r., 335r.-336r. y 337r.-338v. y amc, Libro becerro 7, ff. 324r. y 327r.

[17] amc, Libro becerro 7, f. 324r.

[18] amc, Libro becerro 7, f. 407v. y amc, Libro becerro 6 ff. 416v. o 417r., 420v. y 430r.

[19] amc, Libro becerro 6, f. 496r.

[20] amc, Libro becerro 1, ff. 150r.-152v. y 275v.-279v.

[21] amc, Libro becerro 6, f. 217v.; amc, Libro de profesiones, elecciones y defunciones (1643-1858), f. 2r.; y aal, Monasterio de Santa Teresa, legajo i, expediente 4, sin numeración.