viernes, 1 de mayo de 2015

EL DÍA EN QUE SE APLAUDIÓ EN EL VATICANO I AL OBISPO DE AYACUCHO

Según la web del Arzobispado de Ayacucho el 25° de sus obispos fue el Iltmo. Señor Dr. D. José Francisco Ezequiel Moreyra. El 27 de Marzo de 1865 fue preconizado Obispo de Ayacucho; se consagró en Lima el 6 de Agosto y asistió el año 1869 al Concilio Vaticano Primero. Nació Lima el 9 de Abril de 1826. Fue colegial y Maestro del Seminario de Santo Toribio, cura propio de San Juan de Ica. Medio Racionero y Racionero, Secretario y Examinador Sinodal del Arzobispado de Lima. Director de la casa de Ejercicios de Santa Rosa y Capellán Mayor del Monasterio de Mercedarias.; costeó la colección de los Obispos de la Diócesis que existen en la Catedral. Murió en la ciudad de Huancayo el 23 de Marzo de 1874, después de haber hecho la Visita Pastoral del Departamento de Huancavelica. 1865 a 1874. http://www.arquidiocesisdeayacucho.org/arquidiocesis?layout=edit&id=52

José Carmen Sevilla, el "zuavo pontificio" nos rescata un singular acontecimiento vivido en pleno Concilio Vaticano I, el 23 de noviembre de 1869, de este ilustre toribiano que fue preconizado en 1865 y murió en 1874:

 En cuanto al de Huamanga o Ayacucho, ya que es difunto, referimos un hecho que ni la distancia ni el tiempo han podido borrar de nuestra memoria, como gran parte de aquellos de que testigos fuimos durante nuestra residencia en esa Italia recuerdo palpitante de pasadas glorias, alquerque de todas las dichas e infortunios, cuna de la civilización moderna, patria de las artes, centro de la catolicidad que en Numentum regamos con nuestra sangre en defensa de la más noble de las causas. Reunido el del Concilio Vaticano, cúponos la honra, como Alférez de la 3ª compañía del 4.º batallón del regimiento de Zuavos Pontificios, de montar la guardia en la inauguración de esa Asamblea, la más augusta y numerosa que han contemplado los siglos. En una de sus más notables sesiones, después de haber hablado los eminentísimos Cardenales, Patriarcas, Primados, Metropolitanos, Arzobispos, Obispos, por orden de antigüedad, respectiva, tomó la palabra el alumno del Seminario de Lima, Ilmo. Sr. Moreira y en tan divino fuego inflamado, con tan sólido razonamiento, con tan brillante conmovedora dicción, que roto súbitamente el silencio solemnísimo, la gravedad conveniente a la alteza de su misión, a los cargos que investían y aún a la nieve de los años que sobre sus cabellos llevaban, poniéndose de pie todos los asistentes prorrumpieron en exclamaciones atronadoras que al resonar bajo las bóvedas de la basílica de Miguel Ángel, mostraban a la par que homenaje al brillo de la ciencia, el calor del entusiasmo y el prestigio de la admiración. A consecuencia de esta triunfal ovación a la elocuencia toribiana, S. S. el Pontífice Pío IX, de imperecedera memoria, prohibió en el Concilio toda manifestación ruidosa que recordara los tumultos de los Congresos políticos, más esto no obsta para que abriguemos la satisfacción de que un Obispo peruano y alumno del Seminario limense, hubiese sido el único, entre los muchos y eminentísimos oradores, que antes de él dieron a conocer su ciencia y su literatura, en ser halagado por el aliento de los aplausos entusiastas. Testigos de nuestra narración son, además del actual Papa, Cardenal entonces, los Padres del Concilio, que aún viven.[1]

(Les comparto un texto encontrado en Valparaíso titulado "Obispos ejemplares de América", así como su imagen tomada del libro Actas y decretos del Sacrosanto Ecuménico Concilio Vaticano hasta su suspensión en XII de octubre de MDCCCLXX... 1873



[1] Carmen Sevilla, J. «IV Centenario de Santo Toribio». En VV. AA. Colección Vargas Ugarte  3/3, Lima: Biblioteca P. Felipe MacGregor, S. J., 1906,  p. 1.