miércoles, 28 de noviembre de 2018


 

 

Mesa redonda "Un jesuita glocal: Samuel Fritz" el 27 de noviembre en el Centro Cultural de la Universidad San Marcos

Pude asistir al evento y salí muy complacido. Nada más llegar me encontré con el Dr. Aristóteles Alvarez (Autor de "En busca de la memoria perdida: Samuel Fritz y la Fundación de Yurimaguas").quien tuvo la generosidad de obsequiarme su libro y contarme cómo se gestó y publicó la obra, que cuenta con un sencillo y profundo prólogo del P. Armando Nieto, quien también leyó y asesoró la obra.
Seguidamente escuché las ponencias magníficas y que nos dispusieron para aprovechar la estupenda muestra que ubica y pone de relieve la gran obra de este misionero jesuita checo que, a fuer de santo, confeccionó un mapa significativo para adentrarnos en la Amazonía, quiso con toda el alma a los yurimaguas y sembró el Evangelio, ciencia y humanismo en un lugar de frontera. Con razón le dedican un busto en su patria natal, su patria de adopción y, ojalá, como manifestó el embajador de Checoslovaquia en el Perú, lo tengamos en un parque de Lima.
Bien por la UNMSM, la Compañía de Jesús en el Perú, la Embajada de Checoslovaquia, las autoridades de Yurimaguas, por unirse para darnos a conocer este gigante olvidado.

 

Samuel Fritz (1654-1725)
Fue un jesuita bohemio, nacido en la ciudad de Trutnov. Hacia 1684 llega a Quito. Desde entonces se dedicó a la población de los Omaguas, Yurimaguas, Aizuares, Ibanomas y otras naciones en el río Amazonas entre los ríos Napo y Negro. En sus múltiples incursiones llegó hasta la desembocadura del Rio Marañón en el Océano Atlántico, realizando el primer mapa de toda esa región. Fritz es un ejemplo de la globalización jesuita del siglo XVII, a su vez que del enraizamiento en una realidad local, la de la región amazónica.

Ponentes
·        Bohumir Jansky (Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Carolina de Praga, República Checa).
·        Simona Binková (Centro de Estudios Ibero-Americanos, Universidad Carolina de Praga, República Checa).
·        Jaime Regan SJ (UNMSM, Investigador del CAAAP).
·        Iván Lucero SJ (Director de la Biblioteca Arturo Espinosa Pollit, Quito, Ecuador).
·        Aristóteles Alvarez (Autor de "En busca de la memoria perdida: Samuel Fritz y la Fundación de Yurimaguas").
El día 27 de noviembre en el Centro Cultural de la Universidad San Marcos, antiguo noviciado jesuita, a las 5:30 pm. El ingreso es libre.
SAMUEL FRITZ (1654-1725) DEFENSOR DE LA PERUANIDAD EN EL TERRITORIO AMAZÓNICO
Alma Mater     1997;  (13 - 14) : 29 - 33
Luis Hernán Ramírez
Samuel Fritz nació, de padres nobles, en Trautenau (Bohemia) el 15 de junio de 1654. Iniciado en ciencias humanas y filosofía fue admitido en la Compañía de
Jesús en 1673 donde estudió Teología con tanto lucimiento que sus superiores le destinaban, desde el principio, para altos cargos dentro de la orden. Después de su ordenación religiosa, Fritz se consagró a las matemáticas y a sus aplicaciones en la medición de las dimensiones terrestres.
En 1684 fue destinado a América conjuntamente con el padre Enrique Richter. De tránsito a su destino estuvo en Madrid, Cádiz, Cartagena de Indias, Bogotá y Quito. Tras una corta temporada en esta última ciudad (1685) se internó a las misiones de Maynas en el Marañón y siguiendo por la corriente de este río, bajó hasta alcanzar la tierra de los Omaguas. Desde entonces y durante cuatro décadas Samuel Fritz fue el gran evangelizador de los omaguas, cocanas, mamás y otras naciones indias en esas boscosas y apartadas regiones de América. Para congregar a los nativos y atraerlos a sus prédicas, el padre Fritz estudió detenidamente la vida y las costumbres de los habitantes autóctonos de la región y aprendió sus lenguas.
Hombre de múltiples actividades: herrero, albañil, carpintero y ebanista, cartógrafo y navegante, misionero y colonizador, el padre Fritz, entendía también de escultura, pintura y arquitectura; construyó altares y pintó imágenes religiosas para sus misiones; sin más instrumento que una canoa india y las estrellas, trazó el mapa de la Amazonía en el que señala la laguna de Lauricocha, en el centro del Perú como el origen más remoto del caudaloso Amazonas. Fue hacia el año 1687, que, con motivo de las querellas entre franciscanos de Lima y jesuitas de Quito por la misión en el pueblo de San Miguel de los Cunibos, la Audiencia de Lima solicitó a las órdenes religiosas en pugna, mapas de la región a fin de sancionar con acierto el diferendo; para este requerimiento el padre Fritz proyectó la mencionada carta guiándose por la relación del padre Cristóbal de Acuña (1640); su confección y revisión le llevó años y años de trabajo hasta que, con el título de Mapa geográfico del río Marañón o Amazonas hecho por el Padre Samuel Fritz de la Compañía de Jesús, misionero en el mismo río Amazonas año 1691, se publicó en Quito el año 1707 por Juan de Narváez y más tarde, fue reproducido por La Condamine en su monumental obra sobre su Viaje a la América Meridioval(1Fritz, un viajero infatigable, navegó el Huallaga, el Marañón y el Amazonas fundando en su recorrido, a orillas de estos ríos y en los cursos bajos de sus afluentes, hasta cuarenta pueblos reuniendo a más de cuarenta mil indios omaguas y de otras tribus vecinas. En todas partes fue recibido con entusiasmo y afecto. El primer pueblo que fundó en 1686, como su primer y principal estación misionera, es el de San Joaquín, llamado así porque al pasar por Madrid la Duquesa de Arcos y Aveiro le obsequió un hermoso lienzo de este santo para servir a la catequización de los indígenas de América. A principios de 1689 Fritz navegó el curso bajo del Huallaga y sobre este río, en el lugar donde fluye el Paranapura, fundó la ciudad de Ibrimaguas bajo la advocación de la Virgen de las Nieves, en febrero de 1689.

Fatigado por el excesivo trabajo y con la salud quebrantada, enfermo de calenturas y de hidropesía, bajó por el Amazonas a curarse en Belem do Para en 1689 y aprovechó la ocasión para observar y delimitar la parte del río que le faltaba en la confección de su carta. El gobernador, Arturo Sa de Menezes, creyendo, sin ningún fundamento, que el padre Fritz era espía de los españoles y que la enfermedad del misionero podría ser sólo una treta que le permitiera reconocer el Amazonas brasilero, ordenó su encarcelamiento comunicando el hecho al Rey de Portugal, quien, hasta 1691, no resolvió el caso. Después de casi dos años de cautiverio se le permitió volver a sus misiones de Maynas, pero escoltado por un oficial y varios soldados portugueses. El 13 de octubre de 1691, estuvo de nuevo en Yurimaguas y presentó un detallado informe sobre las pretensiones de los portugueses y los avances de éstos dentro de territorios que no les pertenecían, informó del caso al gobernador de Maynas Don Jerónimo Vaca Ebans que por entonces se hallaba en la ciudad de Lagunas quien le sugirió que era mejor viajar a Lima y poner tan importante asunto en manos del propio virrey. Fue así como a principios de 1692 Samuel Fritz se encaminó hacia Lima por la ruta de Moyobamba, Chachapoyas, Cajamarca, Trujillo llevando su mapa y la información de sus exploraciones y de las invasiones portuguesas.

Fritz se presentó en la capital del Virreinato el 2 de julio de 1692 como un personaje desconcertante. Según descripción de Juan Broinley era alto, enjuto de cuerpo, de color bermejo y luengas barbas blancas; vestía una sotana hecha de hilos de palma con unas rústicas alpargatas en los pies; portaba una tosca cruz de madera de chonta selvática y le acompañaban unos indígenas amazónicos con vestidos y adornos típicos(2). El padre Fritz pronunció en Lima varios sermones en los que daba cuenta de sus tareas evangelizadoras y expuso sus conocimientos de la región donde desenvolvía su ministerio.

Samuel Fritz escribió en Lima un opúsculo Apuntes acerca de la línea de demarcación entre las conquistas de España y Portugal en el río Marañón, con el objeto de reforzar su informe al Virrey. Estos Apuntes fueron publicados por otro misionero jesuita en la selva peruana, Pablo Maroni(3).

Samuel Fritz alcanzó a entrevistarse con el Virrey Don Melchor Portacarrero de la Vega, Conde de la Monclova, solicitándole el apoyo indispensable que garantice y consolide la jurisdicción del Virreinato del Perú sobre los territorios amazónicos frente a las pretensiones colonizadoras de los lusitanos. Fritz redactó un Memorial(4)dirigido al Virrey relatando sus dificultades con las autoridades de Pará y reclamando la necesidad de aplicar una política más firme en las posesiones españolas fronterizas de la selva capaz de garantizar el dominio de la Corona Española y la actividad misionera. Acompañó al Memorial el primer diseño de su mapa del Amazonas y sus afluentes. El memorial y las peticiones de Samuel Fritz tuvieron una respuesta amistosa y favorable de parte del Fiscal Real, que a la sazón era Don Matías Lagúnez, pero el virrey Conde de la Monclova no sólo no entendió ni acogió sus demandas, sino que se inclinó a pensar que todo lo pintado en el mapa y lo escrito en el memorial era más el exagerado entusiasmo del misionero que la realidad y así lo comunicó al rey de España.
Las dotes persuasivas de Fritz se estrellaron, una vez más, contra la incomprensión y la falta de ayuda de las autoridades coloniales. Sin desalientos ni amarguras volvió a la selva. Al salir de Lima, en mayo de 1693, tomó el camino de la sierra y de Huánuco para cerciorarse del origen del Marañón. Siguiendo el curso de este río llegó a Jaén de Bracamoros y al Pongo de Manseriche. De allí navegó hasta sus misiones y arribó a San Joaquín en agosto de ese año retomando su labor evangelizadora y científica entre los omaguas del Huallaga, Marañón y Amazonas en cuyas riberas y bajo su dirección personal se conformaron nuevos y numerosos pueblos. El padre Samuel Fritz, establecido otra vez en Yurimaguas en 1695, dedicó su tiempo a escribir gramáticas y vocabularios de las lenguas de los omaguas y de los Jeberos, pero pronto debió enfrentar nuevas dificultades; todas estas aldeas eran sucesivamente abatidas y saqueadas por grupos armados de "bandeirantes" y esclavistas portugueses que, penetrando en los dominios del Virreinato Peruano, dejaron arrasados estos pequeños y florecientes caseríos.

Ante este avance y atropello de los portugueses, el padre Fritz solicitó a las autoridades de Lima defender nuestra Amazonía de ocupaciones extrañas. Ante la indiferencia de la administración colonial, el religioso, vencido y sin fuerzas, vio pasar a poder de la colonia portuguesa de Brasil varios territorios ganados para la peruanidad.

A fines de 1700, Fritz volvió a Quito por la vía del Napo llevando desde Yurimaguas un grupo de veintitrés nativos bautizados que fueron confirmados por el obispo Sancho de Figueroa sirviendo de padrino el Presidente de la Audiencia y con la asistencia de los notables de la ciudad y numeroso público. Fritz negoció en Quito, aparte de limosnas para sus misiones, una provisión de la Real Audiencia en la que se ordena al Gobernador de Maynas enviar cada año tropas de visita a las misiones para resguardo y protección de los misioneros. Abandonó Quito llevando consigo nuevos sacerdotes para Maynas y Omaguas. Al llegar allí el padre Fritz encontró que el cacique Payoreva, al frente de algunos omaguas, camaris, pebas y ticunas, se había rebelado contra los misioneros quemando las iglesias; Fritz solicitó, conforme a la provisión de la Audiencia de Quito, apoyo militar al Gobernador de Maynas quien envió un contingente de veinte soldados para apaciguar la rebelión. El cacique Payoreva fue apresado y enviado a Borja pero en 1702, huyó de su prisión y se fue con los portugueses a Belem do Pará.

En 1704, Samuel Fritz fue nombrado Superior de las misiones de Maynas y se estableció en Lagunas, sede de esas misiones. El año de 1707 hizo un viaje a Quito para traer nuevos misioneros a la selva. Fue el año de la publicación de su mapa y de la descripción Del Gran Río Amazonas con las misiones de la Compañía dedicados al Rey de España por intermedio de la Audiencia de Quito. En 1712 fue relevado de su cargo de Superior de las misiones por el padre Gregorio, de Bobadilla y se retiró al pueblo de Jeberos como simple párroco. Allí murió el 25 de marzo de 1725 a los 71 años de edad, cuarenta de los cuales pasó en la selva amazónica.

Murió víctima de un tormento singular, de las niguas que se apoderaron de todo su cuerpo. Se le encontró muerto una mañana, tendido en el suelo. En un ataúd que él mismo fabricó, con madera de la selva escogida y cortada por él, fue enterrado en el altar de la iglesia de Jeberos que él también construyó. Fue venerado como un santo por todas las gentes del lugar y de los pueblos vecinos. En un terremoto de 1766 cayó la Iglesia y cuando el misionero, que entonces estuvo a cargo de la Iglesia, removió los escombros, encontró sólo el ataúd con los zapatos y las vestiduras; todo lo demás, carne y huesos, fueron devorados por unashormigas carnívoras(5).

El padre Samuel Fritz dejó escrito un Diario de sus viajes y exploraciones que permaneció inédito en Evora (Portugal) hasta su publicación parcial a fines del siglo pasado por Marcos Jiménez de la Espada quien lo recogió en su Noticias Auténticas del Río Marañón, (Madrid: 1890) también apareció parte del Diario de Fritz en el tomo XXIII del Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid (1889-1892). El Diario fue traducido al portugués por Rodolfo García (o Diario de P. Samuel Fritz. Río de Janeiro: 1918) y al inglés por D. Edrnundson (Journal of the Travels and Labours of S. F. in the River Amazonas. London: 1922).

El padre Samuel Fritz es el primer defensor de la peruanidad de las tierras amazónicas. Organizó, él solo, una tenaz campaña de defensa de los derechos territoriales del Virreinato de Lima sobre esta región frente al sistemático avance portugués que lentamente cercenaba grandes extensiones de selva sobrepasando los límites establecidos por el Tratado de Tordesillas. Estuardo Núñez, acucioso investigador de los científicos y
viajeros que han pasado por el Perú, juzgó así el trabajo de este jesuita en nuestra selva:

"La obra de Fritz constituye uno de los primeros experimentos de la aplicación de la ciencia alemana a la realidad del Perú amazónico. Al mismo tiempo, revela el fervor de un hombre puro y sabio, entregado a la obra de la culturización y sensible en medir la trascendencia de la labor colonizadora de los españoles americanos en las selvas orientales. Su admirable visión histórica vislumbra los riesgos de descuidar la delimitación entre los dominios de España y Portugal en el Amazonas. Fritz desplegó y orientó su acción y la de otros integrantes de su orden para consolidar, gracias a la evangelización, la colonización y el conocimiento científico, la jurisdicción del virreinato peruano"(6).
   
(1) El mapa de Fritz, es el tercero que se hizo sobre la región Amazónica, anteriores son los mapas de G. Sanson (geógrafo del Rey) de 1680 y de E. Richter (mapa del Ucayali) de 1690. El más completo y moderno es el confeccionado por el padre jesuita Luis Carrés publicado en 1900 en el Atlas Geograficus Societatis Jesu N° 33. Provincia Toletanae; para trazarlo, consultó todos los mapas enviados a Roma al Superior General. El mapa de Carrés comprende las provincias jesuitas de Maynas y Moxos (Perú y Bolivia).

(2) Cf. Juan Bromley "La ciudad de Lima durante el gobierno del Conde de la Monclova". En: Revista Histórica XXII. Lima: pp. 122 - 155. 1955 - 56.

(3) Pablo Maroni "Noticias auténticas del famoso río Marañón". En: Monumenta Amazónica. B - 4. Iquitos: IIAPCETA pp. 332 - 335. 1988.

(4) El Memorial dirigido al virrey, con el título de El gran Río Amazonas con los misioneros de la Compañía, apareció en Quito junto con la edición del mapa amazónico en 1701 y con una descripción de él. Ambos, mapa y descripción fueron publicados después en el tomo XII de una colección de escritos instructivos y curiosos: Lettres edificiantes et curieuses écrites des misiones étrangères par quelques de la Compagne de Jesús. París: 1717, 12 vols. Parcialmente el Memorial está transcrito en MARONI, Pablo Ob. cit. pp. 328-330.

(5) Cf. José Jouanen Historia de la Compañía de Jesús en la antigua provincia de Quito. Tomo II. Quito: Editorial Ecuatoriana. p. 408. 1941.

(6) Cf. Estuardo Núñez "La obra colonizadora del jesuita alemán Samuel Fritz en el Amazonas". En: Boletín Cultural Peruano. N° 17. Lima: Ministerio de Relaciones Exteriores julio de 1965. pp. 21 – 24
SAMUEL FRITZ, HUELLAS CHECAS A ORILLAS DEL AMAZONAS

 28-06-2003

Samuel Fritz, misionero checo, pasó más de cuarenta años de su vida entre las tribus indias a orillas del Amazonas. En el Nuevo Mundo fue altamente valorado, señalándolo el historiador ecuatoriano Octavio Latorre como "gigante entre los gigantes", y en su tierra natal casi desconocido.
Samuel Fritz, como uno de los primeros europeos, navegó a lo largo de todo el curso del Amazonas hasta su desembocadura y confeccionó el primer mapa detallado de éste, el río más largo del mundo, determinando como su fuente el lago Lauricocha, en Los Andes, dato este que fue considerado válido hasta mediados del siglo veinte. En la República Checa el nombre de Samuel Fritz empieza a descubrirse y a conocerse poco a poco. 
Samuel Fritz nació en la ciudad de Trutnov, en el extremo nororiental de Bohemia, el 9 de abril de 1654. Desde el fin de la Guerra de los Treinta Años habían transcurrido sólo seis años. 
Sobre la niñez de Samuel Fritz no sabemos nada. Tampoco podemos decir con exactitud si era de origen checo o de origen alemán. 
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que en la primavera de 1672, a sus 18 años, se matriculó en la Facultad de Filosofía de Praga. Y un año más tarde se convirtió en miembro de la Compañía de Jesús. 
Después de graduarse, Samuel Fritz se fue de Praga a Moravia para enseñar el latín. En 1679 pasó a ser vicerrector del colegio jesuita en Brno. Pero su carrera pedagógica pronto terminó. En 1680 Fritz empezó a estudiar teología en la Universidad de Olomouc. 
En el último año de sus estudios decidió partir como misionero para América del Sur. El 3 de junio de 1683 mandó al general de la Orden jesuita en Roma su primera solicitud para ser enviado a Chile. Recibió una respuesta negativa, envió una segunda solicitud y esta vez fue más exitoso. Y en noviembre pudo empezar a prepararse para el largo viaje. 
El trayecto llevó a los futuros misioneros primero al puerto de Génova. Fritz llegó el 10 de diciembre. Tuvo que esperar unos días por un barco inglés que lo trasladaría a Sevilla. En España el misionero tuvo que esperar varios meses. Había que pasar por numerosos controles, arreglar asuntos administrativos y estudiar ... 
Por fin, el 24 de septiembre de 1684 a las once de la noche la expedición naval española levanta anclas y abandona el puerto de Cádiz. Nunca más Samuel Fritz volvería a ver Europa. 
Las condiciones para los viajeros eran desastrosas a pesar del alto coste del viaje. Faltaba agua potable y comida, los viajeros tenían que pasar dos meses en buques repletos antes de desembarcarse en Cartagena, en Colombia. Después de un corto descanso los misioneros abandonaron a mediados de diciembre Cartagena y se dirigieron a Quito, a dos mil kilómetros de distancia caminando primero a lo largo del río Magdalena hasta sus fuentes y luego por los pasos y valles de Los Andes. 
A Quito llegaron después de nueve meses, en agosto de 1685. Al recuperarse un poco y reunir todo lo necesario para el trabajo en la misión Samuel Fritz continuó su peregrinación, siendo su destino La Laguna, sede de los superiores de los misioneros jesuitas en la provincia Maynas, situada en el Alto Marañón. 
Samuel Fritz fue encargado de la tribu de los Omaguas, una de las etnias más numerosas y temidas en el Amazonas. Los portugueses los denominaban en tono de burla Cambebas o Canga-pevas, o sea "cabezas aplastadas". Los Omaguas tenían una estatura mediana, la piel más oscura que los indígenas montañeses, y eran muy curiosos y parlanchines. 
Pero Samuel Fritz no quería conformarse sólo con la labor misionera entre los Omaguas. A principios de 1689 se ocupó también de la tribu de los Yurimaguas que vivían en la desembocadura del Río Negro en el Amazonas. 
El aspecto carismático del misionero despertaba interés en todas partes donde aparecía. Según descripciones de la época, Samuel Fritz era muy alto, algunas fuentes indican que medía un metro noventa, era flaco, tenía el pelo rojizo y llevaba barba. 
"Algunos me llamaban santo o hijo de Dios, otros me consideraban un Diablo. Algunos, debido a la cruz que llevaba, decían que había venido el patriarca o el mesías, otros afirmaban que era un embajador de Persia. Los negros de Pará pensaban que yo sería su liberador", escribió Fritz en su diario. 
Por entonces el Padre Fritz ya estaba muy enfermo pero a pesar de ello no descansaba y realizaba en sus recorridos por el Amazonas mediciones cartográficas. Aparte de un reloj solar disponía sólo de una brújula y de un pequeño hemiciclo de madera. 
Pero la enfermedad era cada vez más agobiante y al final Samuel Fritz ya ni podía caminar. Para regresar a su misión no le quedaba ni tiempo ni fuerzas, tuvo que buscar ayuda médica en territorio portugués. Encontró refugio en un colegio jesuita en Pará, ciudad situada en la desembocadura del Amazonas en el Atlántico. Cuando al cabo de dos meses se recuperó de la enfermedad y quiso volver a La Laguna los portugueses le impidieron abandonar la ciudad considerándolo espía. 
Transcurrieron dos largos años hasta que Samuel Fritz, en 1691, se vio otra vez libre. Emprendió un camino de regreso largo 5 mil kilómetros. Tras ello, de su misión partió a Lima para pedir audiencia al virrey de España. Atravesó así todo el continente, desde el Atlántico hasta el Pacífico, como uno de los primeros europeos. 
En Lima Fritz informó detalladamente al virrey sobre la peligrosa situación existente en Amazonia, en la frontera español-portuguesa, solicitando para las misiones ayuda militar ante los portugueses. 
Pero sus advertencias resultaron vanas. Fritz decidió regresar a su misión y en el camino midió con mucho esmero el curso superior del Marañón. Para dar más exactitud a su labor buscó la fuente del Marañón. En mayo de 1693 alcanzó la orilla del lago Lauricocha que señaló como el principio de dicho río y de todo el Amazonas. Este dato figuró en los mapas y manuales geográficos hasta el año 1943. 
Al volver a la misión Fritz tuvo que afrontar repetidas veces ataques de los portugueses pero también ataques y rebeliones de los indios. Una vez asaltaron su pueblo los Caumários. 
El misionero escribió en su diario: "Al tumulto del combate, de los gritos de mujeres y niños me lancé también yo con la cruz en la mano para luchar con mis protegidos o para morir por ellos. Ordené dejar sonar todas las campanas. Y como chocaron con resistencia, a pesar de que sólo unos pocos Omaguas estaban entonces en el pueblo, y probablemente también debido al tañido de las campanas que hasta entonces no habían escuchado, los Caumários batieron en retirada. Esa noche, todo el pueblo durmió en mi casa a mi alrededor ..." 
En 1707 Samuel Fritz volvió a visitar Quito y trajo consigo su mapa del Amazonas. El jesuita Juan de Nárvaez se encargó de reproducirlo en cobre y el mismo año el primer mapa detallado del Amazonas vio la luz. Su copia fue enviada a España al rey Felipe V. 
Samuel Fritz pasó la etapa final de su vida en la misión jesuita de Jéberos, en el Alto Marañón. En el pueblo construyó una iglesia y una casa que, a pesar de su enfermedad, adornó él mismo. Es que Samuel Fritz, además de misionero y defensor de los derechos de los indios, era también un hábil constructor y carpintero. 
El Padre Samuel Fritz murió en la primavera de 1723 debido a una infección provocada por la pulga Nigua. 

En abril de 2000 Kamila Simková Broulová y su marido Vladimír Simek partieron en una expedición tras las huellas del misionero checo Samuel Fritz a orillas del río Amazonas. Fruto de sus investigaciones son varias exposiciones, un documental y un libro. ¿Qué significa para ellos la figura de Samuel Fritz? 
"Para mí personalmente significa mucho. Casi siete años nos acompaña a mí y a mi marido porque siete años o más de siete años nos interesamos por su vida y por su obra. En mi opinión el Padre Fritz fue una personalidad muy grande, si se puede decir así. No sólo por su obra cartográfica sino también por sus cualidades humanas. Y puede servir de ejemplo para la gente actual, no es sólo historia. El Padre Samuel Fritz tiene algo que decir también a los que vivimos en este siglo", opina Kamila Simkova. 


Autor es el magistrado Aristóteles Álvarez López
La segunda edición del libro "En Busca de la Memoria Perdida"- Samuel Fritz y la Fundación de Yurimaguas, se presentará oficialmente el 02 de octubre del 2015 como parte del aniversario 109 de la Corte Superior de Justicia de Loreto. En esta presentación que se realizará en el auditorio de la CSJLO,  participarán como panelistas el doctor Roger Cabrera Paredes ex presidente de la Corte Superior de Justicia de Loreto, el historiador y antropólogo Santiago Rivas Panduro y el periodista e historiador Luis Tafur Rengifo.
El libro en su presentación en la página 13 dice, Kamila Simková y Vladimir Simek llegaron a Iquitos un cálido día del año 2000. Kamila, era una eminente geógrafa de la Universidad de Praga, Vladimir, un destacado cámara de la televisión checa. Traían una extraña misión, rescatar "la memoria perdida" del P. Samuel Fritz, nacido en Trutnov (República checa) y fallecido en 1724 en un remoto rincón de la selva, a orillas del río Aipena, llamado Jeberos. Más de tres siglos de olvido habían caído como una sombra de plomo sobre una de las figuras más brillantes y multifacéticas de la historia de las misiones en la Amazonía. Querían seguir la corriente desde las alturas congeladas donde nace el Amazonas hasta la plaza de la pequeña ciudad donde nació, y dar un grito que remeciera la conciencia de la sociedad somnolienta.
La aventura compleja de la vida de Fritz es por demás vertiginosa, después de haber entrado en la Compañía de Jesús es enviado al Colegio de Quito, desde donde  parte para hacerse cargo de los Omaguas. Erige la capilla Nuestra Señora de las Nieves junto al rumor del Huallaga; funda Yurimaguas y otros pueblos de la misma raíz étnica. Por si esto fuera poco su espíritu inquieto en 1869 lo lleva a Pará donde llega un once de setiembre. Bajo sospecha de espionaje de la corona española es detenido por orden del gobernador del Marañón durante 22 largos meses. Infatigable y erudito cosmógrafo, en estos viajes recoge toda experiencia del tiempo para trazar detalladamente el primer mapa  del Amazonas que constituye una aproximación, en 1691. En 1693 de viaje a Lima, tiene los elementos suficientes para hacer el trazado definitivo del cauce más ancho, profundo, caudaloso y prolongado de los ríos de la tierra.
Después de haber fundado pueblos y reducciones en 1714, se vuelve misionero teniendo como base a Xeberos, donde muere el 18 de marzo de 1724. Entre tantas cosas que nos dejó, quedaría de él un legado para la historia de Loreto; a partir de sus informaciones fronterizas, el gobernador de Maynas elaboraría un documento que daría pié a la formulación de la Cédula Real de Carlos IV que el 15 de julio del 1802 anexionaría los territorios de Maynas, hasta entonces pertenecientes a la audiencia de Quito, del Virreinato de Nueva Granada, al Virreinato del Perú.