lunes, 9 de octubre de 2023

 P. Raimundo Villagrasa, S.J. (1928-2016), alma de la Universidad del Pacífico

Aprovechando mi visita a la dinámica UP el pasado 2 de octubre del 2023 les comparto foto y datos sobre uno de los principales mentores

El P. Raimundo Villagrasa nació el 30 de julio de 1928 en Madrid. Estudió en el Colegio de los Hermanos Maristas y, posteriormente, contabilidad en la Escuela Central Superior de Comercio. Acabados los estudios, inició una breve, pero exitosa carrera profesional como técnico en el Instituto Nacional de Estadística y como inspector en la Delegación del Ministerio de Hacienda en Oviedo. A los pocos días de ganar la oposición y recibir una plaza fija como inspector de Hacienda, dejó una carrera prometedora para ingresar en el noviciado de Aranjuez en 1951. En ese momento, participaba como militante del "Hogar del Empleado" y era acompañado espiritualmente por su fundador, el Venerable Padre Tomás Morales, quien le guió hacia la Compañía de Jesús.

Ingresó en 1951 al noviciado de la Compañía de Jesús en Aranjuez, al sur de Madrid. En ese entonces estaba por cumplir los 23 años. "El noviciado dura 2 años, pero cuando tenía un año allí pidieron voluntarios para viajar al Perú y yo resulté en el grupo seleccionado, así que en 1952 me encontré rumbo a este país, al cual llegué precisamente un 28 de julio". Cuenta el padre que el viaje lo hicieron en el barco "Américo Vespucci"  y que la travesía entre Barcelona y el Callao duró 22 días. Completaría su año de noviciado en Miraflores, donde actualmente está la Iglesia de Fátima. Llegó al Perú para hacer el segundo año de Noviciado en Miraflores donde continuó la etapa del Juniorado de 1953 a 1956.  Aquí, hizo sus votos del bienio y comenzó sus estudios en el Instituto de Humanidades Clásicas, los que comprendían cursos de letras, latín, retórica, literatura, oratoria y griego, entre otros.

Regresa a Madrid (1956-1959) España para realizar los estudios de Filosofía en la Universidad Alcalá de Henares. En la misma facultad, estudia un MBA en administración de 1963-1964. Aprovechó ese período para presentar su tesis de Intendente Mercantil, completando así los estudios que había realizado antes de ingresar a la Orden. Luego iría por cuatro años a la Universidad de Lovaina, a realizar estudios de Teología y posteriormente de maestría en Administración.

El 6 de agosto de 1962, el padre Villagrasa se ordenó como sacerdote en Bruselas. Luego debió hacer la tercera aprobación en San Gerónimo, Murcia, de 1964 a 1965, y en agosto de ese año regresó al Perú. Poco antes, el 28 de febrero de 1962, un grupo de personalidades del sector empresarial, con el apoyo de la Compañía de Jesús, fundó la Universidad del Pacífico como un centro de formación e investigación que debía trascender las fronteras del país. Sus primeras clases se dictaron en un pequeño edificio del centro de Lima, y su primer rector fue Juan Ignacio Helguera. El P. Villagrasa está considerado como uno de sus fundadores, dedicando lo mejor de su vida a la Universidad del Pacífico desde 1965 hasta el año 2005. Durante estos años, siempre fue profesor y, al mismo tiempo, asumió distintos cargos de gobierno dentro de los que destacan el de Decano de la Facultad de Economía y Finanzas (1966-1969), Rector Interino (1969), Director de la Escuela de Postgrado (1978), Vicerrector (1984-89) y Rector (1989-1994). En 1995 fue distinguido como Rector Emérito de la Universidad del Pacífico. En la fecha de su jubilación se desempeñaba como profesor-investigador del Centro de Investigación. Por su dedicación, su capacidad de trabajo y su buen juicio y atinados criterios, su colaboración fue muy importante para consolidar la Universidad que apenas comenzaba cuando él se incorporó.

Además de su trabajo en la Universidad, también tuvo cargos de responsabilidad en la Provincia Jesuita del Perú en la que fue Ecónomo de 1971 a 1995 y participó también en la comisión económica hasta el año pasado.

Después de su jubilación, en 2006, fue destinado a la comunidad San Pedro Fabro de Chiclayo donde pudo dedicar gran parte de su tiempo a la pastoral, dando ejercicios, atendiendo a los diversos movimientos apostólicos y mediante la celebración de los sacramentos. Fue también director de la Casa de Ejercicios Santa María. Fueron para él años entrañables y se sintió muy contento y querido en este destino después de una vida dedicada al mundo académico

Por su delicado estado de salud fue destinado a la Enfermería Nuestra Señora de Fátima en el mes de junio de este año donde fue lentamente decayendo hasta que en la madrugada del día 10 se produjo su fallecimiento.

Raimundo era un hombre de grandes virtudes y valores que se evidenciaban rápidamente al tratar con él, hombre ecuánime y de gran amabilidad, conciliador, discreto y generoso. La convivencia con él siempre era grata, sacerdote de consejo atinado y que en todo momento transmitía la presencia del Dios que daba sentido  a su vida.

En la entrañable semblanza que le dedica la Compañía de Jesús concluye: "Demos gracias a Dios por su vida ejemplar, de entrega apasionada al Señor, anunciando siempre su Palabra, y la confianza en el cariño maternal de María".

https://inmemoriam.jesuitas.pe/2016/10/11/p-raimundo-villagrasa-sj/

 Rescato de sus interesantes memorias lo que relata sobre mi Movimiento de Santa María: "El diez de enero (de 1966), el P. Marina comenzó sus funciones como Secretario General interino. Vimos que, no sólo en su caso sino en el de los futuros secretarios generales, era necesario descargar de las funciones del Secretario General las de supervisión del apoyo administrativo. Para ello empezamos a barajar  posibilidades que nos permitieran encontrar a una persona que, a la vez que buen profesional, nos diera las garantías de máxima confianza. Esto nos puso en contacto con los Cruzados de Santa María, un instituto religioso seglar con sede en Madrid. Las negociaciones fueron exitosas (el superior de ellos era un antiguo amigo a quien traté antes de que yo ingresara a la Compañía de Jesús en 1951) y vinieron al Perú cuatro cruzados. Los alojamos en uno de los departamentos de Sánchez Cerro que había quedado desocupado y formaron una pequeña comunidad. De ellos, dos se incorporaron a la universidad. Uno de ellos, fue nombrado Administrador y tenía a su cargo todo el apoyo administrativo y la tesorería y, el otro,  se reveló como excelente profesor de contabilidad (tenía el título de Profesor Mercantil a equivalente a nuestro Contador Público) y fue después secretario de Servicios Académicos" (P. Raimundo Villagrasa Recuerdos (Un testimonio personal sobre la Universidad del Pacífico) (Lima 1997)