jueves, 20 de julio de 2023

CUANDO EL DEÁN VALDIVIA REIVINDICÓ A SANTO TOMÁS DE AQUINO EN AREQUIPA

José Antonio Benito Rodríguez, FTPCL

El Papa Francisco nombró al prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santosel cardenal Marcello Semeraro, enviado especial a la celebración del 700 aniversario de la canonización de Santo Tomás de Aquino, el pasado 18 de julio en la Abadía de Fossanova. En una carta en latín, el Papa Francisco ha recordado la figura de Santo Tomás de Aquino como un "hombre de iglesia", sacerdote y médico que compartió su "inmensa sabiduría espiritual y humana" a través de oraciones y escritos.

Del 28 de enero de 2023 al 28 de enero de 2026 se celebrará el triple jubileo de la canonización, muerte y nacimiento de Santo Tomás de Aquino. Con tal motivo, la Penitenciaría Apostólica ha concedido la indulgencia plenaria "a los fieles bien dispuestos que participen en las celebraciones eucarísticas organizadas por la Familia Dominicana en sus iglesias y colegios con motivo del jubileo de la canonización y muerte de Santo Tomás de Aquino (del 28 de enero de 2023 al 28 de enero de 2026), así como a los fieles que peregrinen a las iglesias, santuarios y oratorios bajo su advocación".

Con el deseo de sumarme a tan gozosa propuesta, les comparto un interesante artículo publicado en 1879, en Arequipa, por parte del célebre Deán Valdivia y que lleva por título "Ojeada rápida a la Suma Teológica y a otras obras del Angélico Doctor Santo Tomás" ( Revista Católica de Arequipa, números 433, 434 y 435)

El fin era bien claro, salir al paso de lo que había dicho un intelectual peruano de la época: "Ha dado ocasión a que se escriba esta ojeada el haberse dicho por una persona respetable progresista, 'que las obras de Santo Tomás eran ya antiguas, pues habían pasado más de 600 años desde que se escribieron: que ellas fueron muy buenas para la edad media, pero que dejaban ya mucho que desear para la época actual".

Para desmentir tal aserto sin fundamento, el Deán aporta datos biográficos y bibliográficos, analizando sus obras y concluyendo que "Santo Tomás, que estudió la Biblia siempre en ayuno e hincado y a san Agustín siempre de rodillas, fue un compendio del saber de todos los grandes filósofos y de los Padres y sabios que le precedieron. El estudio de la Suma de santo Tomás es, pues, la obra que proponemos a la juventud y a los sacerdotes, a los profesores y a los católicos que se propongan batir los errores de las sectas impías que se han combinado y para reducir a polvo todas las opiniones y todos los sistemas, sin que se pueda decir que las obras de santo Tomás fueron solo buenas para la Edad Media y no para la época actual...Todos los soberanos pontífices, desde que él empezó a enseñar hasta que murió, lo honraron y le dieron pruebas de su estimación. Alejandro IV escribió al Canciller de la Iglesia de París por haber acordado la licencia de enseñar a un sujeto como Fr. Tomás, tan recomendable por los tesoros de ciencia y de doctrina que Dios había puesto en él. Urbano IV le encargó la composición de un tratado sobre los errores de los griegos. Clemente I le ofreció el Arzobispado de Nápoles que no lo admitió.

La Universidad de París, habiéndose dividido a propósito de los accidentes eucarísticos todos los doctores se convinieron en someterse al juicio de santo Tomás y así sucedió sin discrepar ninguno de su decisión...Las Universidades de Salamanca, Alcalá, de Bolonia, de Nápoles, de Padua y de Turín, han reconocido y seguido a santo Tomás por su Doctor y Maestro. Las universidades de Alemania, restauradas en su mayor parte por dominicanos, adoptaron la doctrina de santo Tomás.

Tan luego como la fe penetró al Nuevo Mundo, el Papa Inocencio XI publicó una bula en 23 de julio de 1681 para la fundación de una Universidad en Quito, en la cual prescribió que los profesores enseñaran la doctrina de santo Tomás, como tan conforme a la tradición, a los santos Padres y a los decretos de la Iglesia universal.

El célebre Padre Annato, en su aparato a la Teología positiva, dice: "En toda la tierra los teólogos en sus escuelas, los predicadores en las cátedras del Espíritu Santo, los directores de conciencias en sus confesionarios, los religiosos de casi todas las órdenes en sus claustros, los eclesiásticos de todos los rangos, todas las congregaciones, todos los colegios, todas las facultades de teología, todo el mundo, en una palabra, ha militado y combatido bajo los estandartes del Doctor Angélico, para confundir el error y para reducir a polvo a los enemigos de la Religión".

Entendemos perfectamente por qué el Papa Pablo VI, en la carta Lumen Ecclesiae" de 20 de noviembre de 1974, dirá que es "el más santo entre los doctos y el más docto entre los santos". De igual modo, san Juan Pablo II, tomista de excepción, lo cita profusamente en sus encíclicas, particularmente en "El esplendor de la verdad" y en "Fe y razón" (octubre 1998): "la Iglesia ha propuesto siempre a santo Tomás como maestro de pensamiento y modelo del modo correcto de hacer teología. Como dijo Pablo VI: El punto capital y como el meollo de la solución casi profética a la nueva confrontación entre la razón y la fe, consiste en conciliar la secularidad del mundo con las exigencias radicales del Evangelio, sustrayéndose así a la tendencia innatural de despreciar el mundo y sus valores, pero sin eludir las exigencias supremas e inflexibles del orden sobrenatural »(n.43).

No podemos olvidar los dos deliciosos mensajes del Papa Benedicto XVI el 2 y 16 de junio del 2010, en los que culminaba: "La profundidad del pensamiento de santo Tomás de Aquino brotaba —no lo olvidemos nunca— de su fe viva y de su piedad fervorosa, que expresaba en oraciones inspiradas, como esta en la que pide a Dios: «Concédeme, te ruego, una voluntad que te busque, una sabiduría que te encuentre, una vida que te agrade, una perseverancia que te espere con confianza y una confianza que al final llegue a poseerte».: https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2010/documents/hf_ben-xvi_aud_20100602.html

Ojalá se haga realidad en la Iglesia y en el mundo los deseos manifestados por el Papa Francisco al convocar este gozoso jubileo: "Con gran alegría del alma y gozo espiritual, hemos aceptado los diversos proyectos de la Iglesia para honrar dignamente el celo del más ilustre Doctor de la santidad y el estudio de la sagrada doctrina".