martes, 11 de abril de 2023


LA MACARENA, VIRGEN Y MADRE DE LA ESPERANZA

José Antonio Benito

También conocida como Nuestra Señora de la O (podríamos decir de Adviento) y de la Soledad (en Semana Santa) por representar a María Santísima luego de la muerte de su Hijo Jesús cuando queda al cuidado del Apóstol San Juan. Se presenta ante los fieles como una Madre en soledad y abatida por los trágicos sucesos que vivió en la Pasión, pero, a pesar del dolor, con paz y serenidad, fruto de su fortaleza moral, consciente de las palabras de los profetas y del mismo Jesús a lo largo de su vida sobre su Resurrección al tercer día. Es su esperanza en la victoria de Cristo sobre la muerte la que mitiga su dolor. Ella se convierte en el baluarte del cristiano ante los sufrimientos, ejemplo de Esperanza para la humanidad entera. La imagen parece decirnos como el salmista: ¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupada? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y salvador! (Sal 42,5)

La imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena Coronada se venera en la basílica de la Macarena, ubicada en el barrio sevillano de San Gil, en candelero, de la Virgen Dolorosa. Su fiesta se celebra el día 18 de diciembre, el mismo de Nuestra Señora de la O , o Virgen de la Expectación del Parto o Esperanza; debe su nombre al signo admirativo con que comienzan las antífonas latinas del canto del Magnificat en los ocho días previos a la Natividad.  Fue coronada canónicamente el 31 de mayo de 1964. Su talla corresponde al taller o escuela de Pedro Roldán, del siglo XVII. Se trata de una imagen perteneciente al Barroco, y fechada hacia 1680. Es de las denominadas de candelero, para vestir, y está realizada en madera de pino y ciprés con una altura de 175 centímetros.

El rostro expresa una belleza casi adolescente, con una mascarilla de excelente factura; que establece un modelo de Virgen dolorosa frecuentemente imitado. En la actualidad mantiene la cabeza recta, con peluca natural (de la cabellera de la popular cantante Juanita Reina, que quiso donarla tras su muerte) y la mirada dirigida levemente hacia el suelo. Sus cejas arqueadas, acompañadas de los párpados hinchados y las mejillas enrojecidas reflejan el dolor y angustia que pretende representar la imagen. Posee ojos realizados en pasta vítrea con el iris policromado en tonos castaños, y dispone de pestañas. Su boca entreabierta muestra la lengua proyectada hacia adelante, y tiene los dientes superiores tallados; recorren sus pómulos cinco lágrimas de cristal que simbolizan las cinco angustias padecidas por la Virgen. Aparece representada con cinco pétalos verdes de cristal de roca francés  engarzadas en forma de azucenas, denominadas mariquillas, que le traspasan el pecho, regalo del torero sevillano Joselito el Gallo, gran benefactor de la imagen y antiguo hermano de la hermandad. Luce también en su pecho la medalla de Oro de la ciudad de Sevilla que le fue impuesta en 1971. Sus manos se encuentran abiertas, con dedos torneados y palmas extendidas portando un manípulo en la mano derecha y un rosario en la izquierda. Posee corona de oro de ley y esmaltes, enriquecida con diamantes.

Se trata de una de las imágenes de mayor devoción que participa en la Semana Santa de Sevilla, haciendo estación de penitencia con la Hermandad de la Esperanza Macarena en la tradicional Madrugada del Viernes Santo. Goza de gran popularidad, no solo en Sevilla, sino también en muchas ciudades españolas, así como en diferentes países de EuropaAmérica y Asia, donde existen diversas copias de esta imagen mariana, destacando por ser la más antigua la que posee la Hermandad del Gran Poder y Esperanza Macarena de Madrid, residente en la Real Colegiata de San Isidro, donde también se venera una copia de Jesús del Gran Poder de Sevilla. En Barcelona, en la Iglesia de Sant Agustín, en la plaza del mismo nombre junto a las famosísimas Ramblas y el Mercado de la Boquería hay una preciosa imagen de la Macarena que cada año procesiona por las calles del centro de la ciudad.

La de la Catedral de Lima fue iniciativa de Monseñor Alberto Brazzini, quien la encargó al célebre escultor español Valentín de Albatera en 1997. Por su parte, la de la Catedral de Arequipa fue iniciativa de Monseñor L.J. Rodríguez Ballón quien la encargó a los hermanos Rafael y Domingo Quinto en 1949.

"Oh María, Madre de la Esperanza, tú que has conocido nuestra fragilidad

a través del sufrimiento de tu Hijo, vuelve tu mirada de Madre

a todo sufrimiento y debilidad humana.

Tú que esperaste contra toda esperanza junto a la Cruz de tu Hijo

infundiendo fe a los discípulos confundidos y desilusionados,

alcánzanos el consuelo de la esperanza.

Hoy te imploramos, oh Madre de Esperanza:

pide a tu Hijo que tenga misericordia

y nos sostenga en los momento más oscuro de la vida;

intercede por nosotros para que vivamos el tiempo

con la esperanza de la eternidad

para contemplar con gozo la gloria

de Cristo Resucitado."

Amén