jueves, 8 de septiembre de 2022

 

ROSA de SANTA MARÍA, DE LIMA, DEL PERÚ Y DEL MUNDO

José Antonio Benito

Ante el Proyecto de ley (N° 2904-2022-PE) por parte del Presidente Pedro Castillo, que busca declarar el 30 de agosto, Fiesta de Santa Rosa de Lima, como el "Día Nacional de las Personas Desaparecidas durante el período de Violencia 1980-200" me sumo a la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana en su rechazo, puesto que una conmemoración paralela el mismo día, afectaría directamente la celebración de esta expresión de religiosidad popular extendida por todo el Perú.  Rosa de Lima, en la actualidad, representa al Perú como quizá ninguno de sus personajes. En América, Filipinas, en buena parte del mundo, tiene calles, instituciones, monumentos, universidades, pueblos…Desde 1671 -por la bula del Papa que lo canoniza- se celebra su fiesta el 30 de agosto. A pesar de que en 1971 por las reformas litúrgicas del Vaticano II su fiesta pasa al 30, la Iglesia y nación peruana solicitaron de la Santa Sede mantener el día y así se concedió en virtud de llevarse celebrando durante 300 años por toda la geografía peruana.

1.      Rosa, la primera santa de la Tierra ensantada del Perú

 El Papa Francisco, en su reciente visita a nuestro país, mencionó que el "Perú es una tierra "ensantada". No le falta razón. Hemos sido bendecidos con grandes santos que han nacido o se han santificado en estas tierras. Una de ellas es Santa Rosa de Lima, la primera santa de América, cuya solemnidad celebramos el 30 de agosto. Isabel Flores de Oliva nació en la Ciudad de los Reyes, un 20 de abril de 1586 y falleció el 24 de agosto de 1617.

Rosa de Lima, primera mujer en encarnar el ideal de la santidad en las tierras recién evangelizadas, nació y vivió en Lima, en un ambiente de florecimiento de la santidad del nuevo mundo, con figuras como Santo Toribio de Mogrovejo, san Francisco Solano, san Martín de Porres, san Juan Macías.

La devoción a esta santa peruana, Patrona del Perú, de América y de las Filipinas, se ha extendido por todo el mundo, no es raro encontrar alguna imagen de ella en las iglesias de las capitales del mundo. De hecho, los milagros de la canonización fueron registrados en Italia. Las razones de la devoción a esta gran santa son variadas, una de ellas creo está en que es la primera santa nacida en el continente americano, continente de la esperanza, como lo suelen llamar los Pontífices.

Demostración palmaria del popular atractivo de Rosa es la afluencia masiva de fieles al santuario levantado como memoria del lugar donde nación, en la avenida Tacna de Lima, sobre todo en los días próximos a su fiesta a fines de agosto, cuando se forman interminables colas, y acuden presurosos a depositar su carta en el pozo, a confesarse y comulgar, a rezarle, a celebrar y beneficiarse del perfume de su santidad. Podemos afirmar en pleno Bicentenario patrio con el gran poeta L. F. Cisneros: "Hace trescientos años que el jardín florecía y lleno de perfumes florece todavía".

 

2.      Defensora de Lima y del Perú

Será contemplativa pero muy activa. Con gran ímpetu, Rosa vive su entrega a la Iglesia y al Perú, dispuesta a morir en su defensa ante el ataque del pirata. Viene a ser la Juana de Arco del Perú.

En 1615, el pirata Jorge Spilbergen penetró en el Pacífico con cuatro bajeles armados; en Cañete, salió la armada española a las órdenes de Rodrigo de Mendoza y los navíos holandeses siguieron, presentándose el pirata a la vista del Callao, víspera del 22 de julio. Cundió el pánico en la ciudad y el virrey Marqués de Montesclaros mandó aprestar las milicias y ordenó se dirigiesen al puerto todos los hombres de armas y caballero principales para evitar su desembarco. Parece que el pirata se contentó con disparar dos de sus piezas contra el recinto del puerto, levó anclase e izando las velas se alejó rumbo al norte. Entre tanto, en la Iglesia de Santo Domingo se expuso a la adoración de los fieles el Santísimo sacramento y Rosa, voló ante el santísimo, permaneciendo inmóvil, acompañada de otras mujeres, entre las que se encontraban su madre y alguna de sus hermanas. Rosa temía que los herejes ingresasen en la ciudad y profanasen los vasos; de ahí que fuese al templo no sólo para adorar sino para defender con riesgo de su vida el Sacramento; así, llevó consigo las tijeras que le sirvieran para cortar como lo hizo los bajos del hábito para acercarse al altar y librar las sagradas especies de caer en manos impías. Cuando cundía el pánico, Rosa, desde la capilla de San Jerónimo elevaba sus súplicas al cielo, y exhortó a sus compañeros a dar la vida en defensa del Sacramento.

En 1881, durante la guerra del Perú con Chile, Lima se salvó del saqueo por intercesión de santa Rosa. El 15 de enero de ese año entraron en Lima las tropas chilenas pacíficamente y en ella permanecieron hasta 1884. Dios se sirvió del contralmirante francés Abel Bergasse Du Petit Thouars, jefe de la escuadra neutral concentrada en el Callao, para poder negociar la rendición pacífica con el general chileno Baquedano.

3.      Frente a tantas desgracias fue profeta de esperanzas.

Siempre tuvo visión de futuro. Creyó contra toda esperanza que habría un monasterio de dominicas y que una de ellas sería su propia madre como así fue. Fue apóstol y madre de apóstoles que lanza continuamente a la acción. No se cansa de espolearlos para que vivan su Bautismo siendo misioneros. La santa se siente madre de hijos que ha engendrado en la fe y en el amor. Rosa ejercerá pronto un liderazgo espiritual sobre las jóvenes limeñas que pronto ingresarán en conventos con el fin de seguir de cerca de Jesús tras los pasos de Rosa. A su muerte, "toda la Ciudad se conmovió", nos dicen los cronistas.

Santa Rosa de Lima fue una mística que se santificó desde el calor de su hogar. Una mujer laica que vistió el hábito de la tercera orden de los dominicos. De personalidad alegre, buscaba la intimidad con Dios en la soledad y en el servicio a los demás, sobre todo a los más necesitados. Mujer de oración continua, vivió la liturgia de la vida cotidiana: oración y acción hechas vida. Acostumbraba hacer vestidos espirituales a Jesús y a la Virgen María, bordados con oraciones, ayunos y disciplinas.

Ella decía "no debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús". Su amor a Jesús, tan fino y generoso, la llevó a identificarse con el buen samaritano y hacer en su casa una enfermería para atender a los más necesitados. Su caridad no tenía límites y buscaba siempre la salvación y la santidad de los demás a través de su oración y mortificación.

El atractivo de su personalidad hizo que bien pronto, en la ciudad del Misti, se fundase el monasterio de santa Rosa para albergar a jóvenes deseosas de seguir su vida. Y así, desde 1740, cientos de mujeres se han dedicado a la oración y al trabajo, a la educación y al servicio, en una vida sencilla y feliz.

A pesar de su corta vida, Rosa de Santa María tuvo insospechados seguidores, como refiere el antropólogo Luis Millones en su libro sobre la santa llamado 'Una partecita del cielo'. En nombre de Santa Rosa, en 1759 el indígena Antonio Calvo seducía a sus congéneres diciéndoles que Santa Rosa había pronosticado que "en el año 50" volvería el Imperio del Perú a sus legítimos dueños

4.      Rosa de América y del mundo.

            En el año 1669 se termina de construir la primera iglesia dedicada a Santa Rosa, adosada a la casa donde nació y vivió. El 2 de enero de ese mismo año es declarada patrona de Lima y del Perú. Un grupo de beatas, devotas de santa Rosa, llamadas "beatas Rosas" consiguieron que por cédula real del 26 de enero de 1704, que se les  concediera autorización para construir este convento en lo que fue la casa del contador Gonzalo de la Maza. La fundación tuvo lugar en 1708  propiamente.

Su devoción se irradiará por dentro y hacia fuera del Perú. Un ejemplo de dentro: el pueblo de la provincia de Oyón, diócesis de Huacho, a 4.120 mts de altitud. El centro poblado menor de San Cristóbal de Rapaz está ubicado a un día de viaje al noroeste de Lima y es cabecera de la cuenca del Río Checras. Sus habitantes suman unos 900, siendo la mayoría de ellos agropastoralistas productores de tubérculos andinos, lácteos, carne, lana de oveja y camélido. La Comunidad Campesina de Rapaz fue reconocida en 1937. Sigue controlando grandes extensiones de pasto natural en la puna y sementeras (algunas con riego) bajo un sistema de barbecho sectorial. Los pobladores con más de 30 años de edad generalmente son bilingües entre español y el Quechua "Ancash-Huaylas" (un miembro del grupo Quechua I o Quechua B, típico del Perú central). Entre los numerosos atractivos, debe citarse la custodia de uno de los mejores quipus. Allí se celebra a Santa Rosa con las pallas, acompañantes musicales del tiempo de los incas, bailes, corrida de toros, oraciones, santa misa…La imagen luce espléndida con numerosos vestidos y gran variedad de flores.

El antropólogo Julio Villanueva (1996) trata de aclarar la metamorfosis sufrida en una mística colonial que deviene en una de las imágenes favoritas de la religión popular andina, como se vive en la comunidad de Carhuamayo, donde cada 30 de agosto se le rinde culto como contraparte femenina de la figura del Inca. Ya en el lejano 1922, existían en el Perú 72 pueblos y parajes con su nombre. Su imagen preside ciudades, iglesias, delegaciones de policía, barrios y hasta mesas de curanderismo, y aparece en libros, estampas, cuadros, billetes de lotería y estampillas.

J. A. del Busto en su vida destaca que gracias ella, "desde un ángulo nuevo, desconocido, se unificó el Perú...Fue la primera gran unidad que hemos tenido. El orgullo criollo y mestizo, así como el de los indios y de los negros, fue el factor preponderante de todo ello. España lo reconoció y Roma hizo el resto. Rosa de Lima, si no fue mestiza de raza –lo que no es un imposible (véase el testimonio de Fray Gonzalo Tenorio que habla de que sus abuelos "maternos fueron indios" -, fue mestiza por aclamación"[1]. La doctora Ibeth Arias que ha investigado acerca de su devoción en México y Lima, constata que las dos primeras cofradías de Santa Rosa en Lima fueron de indígenas, la tercera de negros y ya después dos de españoles.

Nadie tan universal como Rosa. Difícilmente se puede concebir Lima sin ella. Lo vemos hasta en el entrañable nombre que los limeños han dado a las golondrinas que con sus plumas blanquinegras recuerdan el hábito de Rosa: las "santarrositas".

5.      ¿Por qué el 30 de agosto en Perú cuando en el mundo es el 23?

Rosa falleció poco después de las doce de la noche del 23, al empezar el 24 de agosto, día de San Bartolomé. Pero, según la Bula de canonización del Papa Clemente X, 12 de abril de 1671, se prescribe que su fiesta sea de precepto "mandando y estableciendo que su memoria deba ser celebrada cada año entre las santas vírgenes por la Iglesia Universal el día 30 de agosto".

El Concilio Vaticano II promueve la reforma litúrgica y la celebración de las fiestas en honor de los santos de modo coherente. El documento clave es sacrosanctum-concilium.  

Fiestas de los santos 111. De acuerdo con la tradición, la Iglesia rinde culto a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias auténticas. Las fiestas de los santos proclaman las maravillas de Cristo en sus servidores y proponen ejemplos oportunos a la imitación de los fieles.

Para que las fiestas de los santos no prevalezcan sobre los misterios de la salvación, déjese la celebración de muchas de ellas a las Iglesias particulares, naciones o familias religiosas, extendiendo a toda la Iglesia sólo aquellas que recuerdan a santos de importancia realmente universa[2]l

Terminado el Concilio Vaticano II,  el 14 de febrero de 1969, el Vaticano publicaba el motu proprio Mysterii Paschalis, de Pablo VI, por el cual se reorganizó el año litúrgico del rito romano de la Iglesia católica, aprobando el decreto Anni liturgici, del 21 de marzo de 1969, que estableció la entrada en vigor del nuevo calendario litúrgico para el 1 de enero de 1970. Uno de los principios será que la fiesta corresponda al día de la muerte, salvo que la Conferencia Episcopal decida celebrarlo en otra fecha, es lo que efectuó con Santo Toribio y Santa Rosa, que a pesar de morir el 23 de marzo o el 23 de agosto, se mantienen el 27 de abril y el 30 de agosto.

El caso de santa Rosa parece que se debió porque era el día más próximo a su muerte y que estaba libre de día de fiesta; el 24 era San Bartolomé, 25 de agosto: San José de Calasanz, el 26 de agosto: San Eleuterio de Auxerre, San Alejandro de Bérgamo, San Anastasio, San Melquisedec Rey, San Víctor de Mauritania; el 27 de agosto: Santa Mónica, el 28 de agosto: San Agustín, el 29 de agosto: San Juan Bautista, el 30 se asigna a Santa Rosa. Desde 1671, por tanto, se viene celebrando su fiesta el 30 de agosto.

6.      Rosa de Santa María

Y no olvidemos que su nombre auténtico es el de Rosa de Santa María. Así lo declaró su madre María de Oliva en el proceso de beatificación: "y estando en casa dijo a esta testigo, la dicha bendita su hija, no hay sino llamarme Rosa de Santa María, apriesa, porque mientras más me oyere nombrar de este nombre, será siempre traerme a la memoria, que mi alma es una rosa de la Madre de Dios. Y con esto tendré yo cuidado de tenérsela siempre fresca y limpia, para cada y cuando me pida cuenta de ello, la Madre de Dios, lo cual decía la bendita Rosa con muy grande afecto y mostraba grandísimo gusto, cuando la llamaban con todo el nombre Rosa de Santa María". Que resulta un eco en Rosa, de lo que profetizó la Virgen María: "¡Todas las generaciones me llamarán Bienaventurada!". También Rosa de Santa María florece todavía y sigue siendo proclamada ¡bienaventurada!



[1] DEL BUSTO, José A. Santa Rosa de Lima. Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú 2006, p.15.