sábado, 13 de junio de 2020

EL AUTOR DELHANAN PACHAC, JUAN PÉREZ BOCANEGRA, CURA DE ANDAHUAYLILLAS (CUZCO)

EL AUTOR DEL HANAN PACHAC, JUAN PÉREZ BOCANEGRA, CURA DE ANDAHUAYLILLAS (CUZCO)

 

Con motivo de la fiesta del Corpus Christi, les presento la semblanza del clérigo autor del célebre himno eucarístico y mariano en el legendario y eterno Cusco. He tomado los datos del artículo del gran amigo sacerdote cusqueño P. Ernesto Cucho[1].

Al sur oriente de la Ciudad Imperial del Cusco, a 36 km., a una altura de 3,122 m.s.n.m., en la ruta entre la antigua capital del Tawantinsuyo y Potosí, se encuentra la villa de Andahuaylillas, frente al imponente cerro Qoriorqo. Tuvo como uno de sus primeros curas beneficiarios al Bachiller Juan Pérez Bocanegra, quien nos dejó un gran legado cultural en las artes y letras, el que queda reflejado en la decoración del templo parroquial de ese pueblo y en su obra: Ritual Formulario, editada en 1631.

Se trataría de un sacerdote criollo nacido en el Cusco o el Collao, debido a su destreza en el Quechua y Aymara. Habría nacido en la segunda mitad del siglo XVI, aproximadamente entre 1560 al 1570, siendo parte del grupo de criollos, nacidos durante la pacificación del Perú, después de la llegada de los peninsulares. Sus primeros años de vida habrían transcurrido en la sierra sur del Perú, en el ámbito de la diócesis del Cusco; aunque con mayor probabilidad los haya pasado en la Ciudad Imperial, porque en su obra elogia esta urbe, la denomina arzobispado y "el Atenas de la lengua quechua".

En cuanto a sus primeros estudios, es considerado colegial del Seminario de San Antonio Abad. El entorno religioso de Pérez Bocanegra lo habrían formado esencialmente fray Luis Jerónimo de Oré, los padres dominicos, muy cercanos al clero secular del Cusco, por la doctrina tomista, con la que siempre se identificó el Seminario cusqueño.

La labor sacerdotal del bachiller Pérez Bocanegra se desarrolló íntegramente en el Cusco, ejerció el sacerdocio por aproximadamente 40 años, en su epístola introductoria al Ritual Formulario, dedicada a los curas, afirma haber administrado sacramentos a los naturales por más de 30 años.

De sus experiencias, también se sabe que un tiempo estuvo trabajando en la parroquia de Santa Ana, en la ciudad del Cusco, posiblemente como vicario o colaborador del párroco, sin duda esto fue al inicio de su labor sacerdotal.

Posiblemente, Pérez Bocanegra haya sido el iniciador del auto sacramental de la Adoración de los Reyes Magos, que se realizaba en la parroquia de Belén, hasta inicios del siglo XX.

Pérez Bocanegra, durante su misión sacerdotal, no sólo en Andahuaylillas; sino también en la ciudad del Cusco, fue percibiendo la realidad pastoral del pueblo en vías de evangelización. A la vez era consciente que los sacerdotes -muchos de ellos españoles-, no podían llegar con facilidad a los fieles por la falta de elementos catequéticos en las lenguas autóctonas del Perú. Dada la situación y aprovechando su talento y destreza, especialmente en el quechua, fue elaborando un Manual para curas, que lo, fue corrigiendo y ajustando en Andahuaylillas, de acuerdo a las pautas dadas por el Concilio de Trento, que lo debió tener casi terminado entre 1620 y 1622.

Todas las aprobaciones al Ritual de Bocanegra fueron hechas cuando éste era párroco de Andahuaylillas, entre 1622 y 1628; por ellas mismas sabemos que fue Examinador Sinodal de quechua y Aymara en el obispado del Cusco, desde tiempos del prelado Antonio de la Rayo.

La aprobación de Cornejo, también hace referencia a la vida ejemplar de este sacerdote, asimismo su fervor religioso, el cual se plasma en su Ritual, que demuestra la devoción profunda del autor hacia la Virgen María, especialmente a su Purísima Concepción.

Bocanegra permaneció como párroco en Andahuaylillas diez años. El lugar debió ser favorable para su salud y también ventajoso para poder dedicarse al estudio y la redacción de su Ritual y un Catecismo, que fue elaborando en seis tomos.

Lo más probable es que Juan Pérez Bocanegra haya muerto a fines de la segunda década o a inicios de la tercera del siglo XVII, en Andahuaylillas o en la ciudad del Cusco. En su Epístola a los Curas, que es preámbulo del Ritual, escrita entre 1628 y 1631 —la carta no tiene fecha—, da a entender que ya es de edad avanzada, porque siente el peso de los años y que su vida es corta.

Sabiendo que Juan Pérez Bocanegra ejerció el sacerdocio por más de 40 años, este brillante presbítero debió de morir bordeando los 70 años de edad.

Del Santísimo Sacramento de la Eucaristía se ocupa ampliamente, insistiendo en el culto, hacia la presencia de Cristo en la Eucaristía, del cuidado del sagrario, del altar, el uso de lámparas, al menos una, que señale a los fieles la presencia de la Eucaristía en el templo. Asimismo, indica los gestos y posturas que han de cumplir cuando se retira el Santísimo del sagrario, para dar la comunión a los fieles dentro o fuero de la misa. Respecto a la comunión pascual, hace referencia a las amonestaciones del Concilio Lateranense IV, indicando una cita textual en latín y traduciéndola al castellano. Y más adelante, al referirse a la comunión para los indígenas, cita el Símbolo Indiano de Fr. Luis Jerónimo de Oré, para interrogarlos, cuando están enfermos, y percatarse de su idoneidad para recibir la Eucaristía. Las 15 preguntas formuladas por Oré las traduce al quechua.

Todo lo referente a los sacramentos termina con la alabanza:

"Alabado sea el Santísimo Sacramento, Y la limpia Concepción de nuestra Señora la Virgen María".

 

Oraciones Diversas. Entre ellas figuran el Ángelus, en latín y quechua, también diversas plegarias, en quechua, para variadas ocasiones, para adorar a la Eucaristía, a la Cruz, para conmemorar a las almas del purgatorio, al Ángel de la Guarda, a la Sábana Santa, Acto de Contrición. Asimismo, hay otras plegarias y canciones devotas a Virgen María; pero sin partitura. En esta parte del ritual se encuentra el himno HanaqPachaq Kusikuinin, en las páginas 707 y 708, es el único canto con partitura en pentagrama y para cuatro voces.

          EL HIMNO HANAQPACHAQ KUSIKUININ

Si la única obra conocida de Pérez Bocanegra es el Ritual, en éste -dentro de las Oraciones Diversas-, al final del texto, está incluido un himno dedicado a la Virgen María: HanaqPachaq Kusikuinin  que ha sido difundido en casi todo el mundo, cantado y grabado en diversas ocasiones.

Si este himno puede ser entonado, es porque el mismo autor escribió la letra en pentagrama y para ser entonado a cuatro voces: Tiple, tenor, alto y bajo. Esto refleja el carácter solemne de la composición.

Este Himno compuesto por el mismo Bocanegra tiene la finalidad de alabar la Inmaculada Concepción de la Virgen María, tal como lo afirma:

"La Oración que sigue en verso safico, en la lengua Quechua hize en loa de la Virgen sin manzilla; y va compuesto en música a quatro vozes, para que la canten los cantores en las procesiones, al entrar en la Iglesia y en los dias de nuestra Señora y sus festividades"[2].

Descartando de esta manera lo que algunos lo presentan como inédito o anónimo. Este himno tiene como objetivo ser utilizado con fines pastorales, especialmente para la población quechua, que en ese entonces era la más consistente en todo el virreinato peruano. Con mayor probabilidad este himno fue compuesto durante la permanencia de Bocanegra en Andahuayli- llas, y allí debió entonarse por primera vez. El himno HanaqPachaq, conocido y difundido por todo el orbe, es una composición de enorme valor, que muestra el talento musical, poético y teológico de Bocanegra. Siendo esta un ejemplo claro del talento de tantos compositores andinos de los siglos XVII y XVIII, cuyas obras halladas vienen siendo revaloradas; pero lamentablemente muchas otras se perdieron.           Un aporte valioso a la obra de Bocanegra lo dio el pintor Luis de Riaño, quien pudo plasmar, sea en lienzo como en muro, la visión teológica propia de la Iglesia post tridentina y del párroco de Andahuaylillas. Parte de la decoración, que actualmente puede apreciarse el templo de San Pedro Apóstol la realizó Riaño y sus discípulos bajo la orientación del párroco de ese entonces.

Bocanegra fue firme defensor de la Purísima Concepción de la Virgen María, mentalidad que la habría recibido de los franciscanos y consolidado con los maestros y alumnos del Seminario de San Antonio Abad de la ciudad del Cusco.

HanaqPachaq Kusikuinin

 

HanaqPachaq kusikuinin

waronqakta much'asqayki

yupayruru poqoq mallki

runaqunaq suyaquynin

kallpanaqpa quemikuinin

waqllasqayta.

 

Uyariway much'as qayta

Diuspa rampan, Diuspamaman

yuraq toqtoq hamanqayman

yupasqaya qollpnsqaita

wawaykiman suyasqayta,

rikuchillay.

 

 

Oh, Alegría del Cielo

 

Oh, Alegría del Cielo

por siempre te adoraré,

árbol florecido que nos das el Fruto Sagrado,

esperanza de la humanidad,

fortaleza que me sustenta

estando yo por caer.

 

Toma en cuenta mi veneración,

Tú, mano guiadora de Dios, madre de Dios,

floreciente amancaycito

de tiernas y blancas alas,

mi adoración y mi llanto.

A este tu hijo hazle conocer

el lugar que le reservas en el Reino de los

Cielos.

Este himno de alabanza, exalta alegóricamente a la Madre de Dios, y encierra en su contenido algunos elementos titánicos, símbolos que la tradición cristiana los relaciona con la Virgen María, y que Bocanegra los hace más asimilables a la mentalidad andina, como el árbol florido, que nos recuerda al antiguo mallki, que también se encuentra en la andina, el lirio sustituido por el amancay, Flor andina do color blanco, parecida al lirio

La Virgen María, en este himno, es emblema de esperanza para el hombre, que está a punto de caer, abatido por las tentaciones, asimismo, afirma el papel intercesor de la Madre de Dios.

Las alabanzas a la Virgen María, concentradas en este himno, así como en los otros cánticos y oraciones que Bocanegra los pone en su ritual podrían constituir el Akatistos (himno bizantino mariano del siglo V) andino de alabanza a la Madre de Dios.

[1]Extracto de "JUAN PÉREZ BOCANEGRA, CURA DE ANDAHUAYLILLAS Y SU OBRA (CUZCO)" Ernesto Cucho Dolmos, RPHE, 11, Cuzco 2008, pp.101.141

[2] Cf. PÉREZ BOCANEGRA, Ritual, 707.