Toribio Alfonso Mogrovejo y Baltasar Jaime Martínez Compañón son dos prelados gigantes, en la faceta espiritual, humana, cultural, social, peruanista. Los dos recorrieron sus diócesis y ayudaron a forjar un Perú más humano y pleno. Los dos tiene a Salamanca como alma mater, los dos son apasionados por sus fieles peruanos. El primero fundó el seminario más importante de América, el segundo fue rector en tiempos de la Ilustración. El primero fue santo, el segundo lo nombró patrono de la diócesis en la que falleció. Ahora que andamos afanados por el Bicentenario para mirar y caminar con buen rumbo, tenemos dos referentes ejemplares.
Les comparto la imagen del óleo de la sacristía de la Catedral de Trujillo y datos del Archivo Arzobispal de Trujillo.
En el Archivo Arzobispal de Trujillo, sección "Comunicaciones" se custodia el "Expediente referente a la Declaración del Glorioso Santo Toribio Alfonso Mogrovejo como patrono principal general de la diócesis de Trujillo:
- Auto de 19 de diciembre de 1789 del Ilmo. Baltasar Jaime Martínez Compañón, obispo de Trujillo en el que hace la dicha declaración.
- K-2-1 Expediente iniciado por el Ayuntamiento de Trujillo, el Cabildo, Cleros Secular y Regular, Alcaldes y Regidores de los pueblos del Obispado, pidiendo se erija como Patrono Principal de la Diócesis de Trujillo con sus provincias y lugares a STM Transcribo uno de ellos, el del Padre. D. Francisco Simeón de Polo, cura rector y vicario en la ciudad de Santiago de Miraflores de Zaña, parezco ante Vuestra Señoría Ilustrísima y digo que, siendo cierto que la Majestad de Dios ostentó su grande poder y liberal magnificencia en el glorioso señor STAM colmándole de bendiciones desde que entró al mar borrascoso de esta vida mortal en el año de 1538, parece que con especialidad quiso manifestar en este varón santo su grandeza, para dar a este nuevo Reino del Perú la luz que necesitaba como recién salido de las tinieblas del gentilismo; pues movido del superior influjo el ánimo del Rey Felipe II, el año de 1578 le presentó para el Arzobispado de Lima, metrópoli de este mismo Reino, en cuya virtud se celebró la entrada en su Iglesia Santa el año de 1581, tiempo en que por no haberse dividido entonces este obispado de Trujillo de aquella silla, logró estar felizmente a su gobierno tributando al Señor la gloria y el honor que le son debidos por la piedad con que le dio un Prelado Ilmo. Para crédito de la religión que profesamos para quitarnos el horror al camino de la cruz para empeñarnos al amor de la verdad para darnos un ejemplo seguro y preciso a nuestra santificación y para asegurarnos en él un protector y abogado por cuyo medio lleguen a sus misericordias nuestras súplicas y oraciones [vuelta]
- Por esto mismo [roto] conocido el Santo los designios de Dios se empeñó en favorecer y [sic] este obispado en los dos tiempos de su visita, haciendo mayor fuerza y eficacia en sus representaciones para dirigirlo que así alcanzásemos de pronto aquellos socorros espirituales y temporales de que nos hacemos con la inmediación al Pastor y de que lograra en los 25 años de su feliz gobierno los que con tanta dicha se numeraron en su grey. Mas por estos beneficios y muchos más en que cada uno tuvo su porción no nos contaríamos privilegiados en las gracias del Señor si no hubiese determinado como determinó que en la ciudad de Zaña, cabeza de una de las provincias de este obispado fuese trasladado a la suerte de su Criador a los 23 de marzos de 1606, día en que él mismo predijo su muerte y en que claramente confesaron todos su santidad, siendo los primeros zañeros a quienes la tierra y el cielo dieron señales visibles de la felicidad con que aquella alma santa se presentaba ante el trono de la Suma Trinidad, para que en ella librase todas sus esperanzas porque en cierto modo se hicieron sus paisanos, siempre que en su muerte nació para vivir eternamente bienaventurado; la tierra se estremeció a la misma hora de su tránsito feliz, el sol se eclipsó y en aquella primera noche se vio en el cielo una cruz roja que predicaba los mayores consuelos a los que llorando la ausencia de su pastor, manifestaba trasladado a la gloria de su patrono, por medio del cual al contacto de su virginal cuerpo que en [sic] vivísimo olor del que [folio 2]
- Repetía salud los enfermos de raras dolencias
- Aun no ve con este Ilmo. Sr. Que si es común la gloria a este Reino por razón de haber merecido acumulase el santo méritos en parte de estas Indias meridionales debe ser especial y solemne excedente la de esta ciudad y obispado por haber echado en él todo el resto de sus fuerzas en las últimas de su vida. Como que se convidaba para ser particularmente patrono y protector de los que vivimos separados del arzobispado y bajo el amparo y dirección de Vuestra Señoría Ilustrísima dignísimo obispo de esta diócesis de Trujillo.
- Por estas razones y la de haber tenido arbitrio esta ciudad y obispado en tantos años para pedir por Patrono y Abogado Universal de él a Santo alguno de cuantos la sabia providencia ha recibido como tributo público y digno de su Iglesia militantes en quienes el mismo nos asegura emplea las delicias de su amor. Parece muy conforme a las determinaciones del cielo que Vuestra Señoría Ilustrísima se sirva nombrar y mandar publicar al Sr. STAM patrono universal de esta su diócesis a cuyo soberano patrocinio debemos poner las esperanzas que nos llevan hacia la Patria Celestial y pedir con ruegos lo más conveniente. Así, como obligado pido rendidamente a Vuestra Señoría Ilustrísima se digne declararle patrono y abogado de la grey que hoy le está encomendada para fervorizar la caridad y devoción que tengo al santo en los cultos que le son debido y para por este medio logre también VSI los mejores programas en los establecimientos y disciplina que nos proporciona para la felicidad espiritual.
- Pido y suplico que con atención a […]y devoción que esta ciudad y obispado tiene al Sr. Santo Toribio y a las obligaciones en que quedamos todos constituidos por las circunstancias precedidas al tránsito feliz de su alma pura, se sirva declararlo patrono universal del obispado que desde luego estamos prontos a ponerlo por tal, asegurando nuestros deseos, nuestras esperanzas y los intereses que lleva consigo la materia para cada uno en particular y para toda la diócesis en general.
- 18 de mayo de 1786. Firma de Francisco Simeón, presbítero, Moradores y vecinos
Acogiendo el sentir popular de las autoridades civiles y religiosas, así como del pueblo fiel, el ilustrado Baltasar Jaime Martínez Compañón lo proclamó 19 del mes de diciembre de 1789 patrono de todo el episcopado en razón de
"su admirable santidad y virtudes y porque designado por Dios para gobernar esta diócesis antes de que se desmembrase del Arzobispado de Lima, llenó con tan fervorosa caridad y celo las partes de su apostólico ministerio y oficio, recorriéndolo personalmente dos veces, no hubo en sus valles, sierras, ni montañas lugar alguno por pequeño, distante y áspero que fuere a donde no llegase y que no ilustrase con su presencia, doctrina, sudores y santos ejemplos y por haberla constituido y hecho patria suya, acabando la preciosa carrera de sus días en la ciudad de Zaña en donde falleció y finalmente para que al paso que por medio se rinda al Santo el distinguido culto que por tantos títulos le es debido se arraigara y avivara más en el ánimo de los suplicantes y de su posteridad la devoción hacia él y la confianza de su patrocinio y protección". Para concretar se dedicó el 27 de abril como fiesta de primera clase, celebrando además la octava, con la "obligación de oír misa y abstenerse de las obras serviles el día primero de dicha fiesta toda suerte de gentes sin distinción...perpetuamente para españoles como para indios y demás castas de ambos sexos del obispado concediendo...indulgencia plenaria a todos ..."