Al Señor de los Milagros
Alfonso Francia
Míralo, por donde viene,
el Señor de los Milagros,
míralo por donde viene,
con su rostro ensangrentado,
por la corona de espinas
y la cruz de mis pecados.
Quisiera, Señor, yo ahora,
aliviar todas tus penas,
y quitarte las espinas
que yo puse en tu cabeza,
en tu cabeza divina.
Yo quisiera ir con tu Madre,
ser tu pobre cirineo,
y ayudarte en la subida
a tu Calvario de sangre,
y acompañar tu agonía
en los niños de la calle.
Perdona, Señor, los clavos
que clavé en tu santa carne,
y deja, Señor, que ahora
con bálsamo de mis lágrimas
limpie tu rostro de sangre.
Aquí está tu pueblo a los pies
para pedirte perdón
por tanto y tanto pecado,
de egoísmo y desamor.
Y te viene a agradecer,
el amor que le has mostrado,
la esperanza que le has dado,
y el regalo de la fe.
Ay Señor de los Milagros,
no nos dejes de tu mano,
queremos estar contigo,
siempre y todos, a tu lado.
Ay, Señor de los Milagros,
no nos dejes de tu mano…