jueves, 15 de enero de 2015

LA DIÓCESIS DE CARABAYLLO Y SU MAYORÍA DE EDAD

 

SEMBLANZA  DIOCESANA – EPISCOPAL

 

Al cumplirse los primeros dieciocho años de la creación de la Diócesis de Carabayllo, se puede observar una gestión trasformadora en la realidad de esta porción de la iglesia, que abarca a los distritos de Comas, San Martin de Porres, Carabayllo, Los Olivos. Independencia, Puente Piedra, Ancón, Santa Rosa de Quives, y Santa Rosa del Mar, de Lima norte, capital del Perú.

Esta reflexión no  tiene la finalidad de hacer una relación de datos estadísticos, ni de obras físicas de servicio, necesarios para la población, más bien  tiene la intención de mostrar la razón más profunda que motiva el espíritu del mandato evangélico del  Señor Jesucristo, en el cumplimiento de la misión, encomendada y que, los llamados al servicio, saben asumir esa responsabilidad, con la entrega de sus propias  vidas, poniéndolas con la dedicación y la confianza que  brota de su propia Fe en el Señor.

El distrito de Carabayllo fue un lugar primigeniamente agrícola, pero cargado de una rica tradición histórica, por los acontecimientos que marcaron hechos y costumbres desde la Colonia hasta  la República. Hoy, la jurisdicción eclesiástica de la Diócesis de Carabayllo es una extensión urbanística que abarca nueve distritos dentro de una expansión muy dinámica. En primer lugar, por la composición de sus gentes, en su origen migrantes que cuentan ya con varias décadas de permanencia con sus nuevas generaciones, que requieren de servicios para atender necesidades siempre dentro de una orientación ética, y con una urgencia que exige una constante evaluación a una realidad más heterogénea y plural en sus requerimientos y perspectivas, pero que sabe ver sus carencias y la pobreza como el incentivo para conseguir la realización de sus sueños; luego, esta gestión se convierte en un reto.

Cuál tenía que ser el perfil requerido para el  Pastor de esta grey, que además de ser el primero y por lo tanto un promotor cuidadoso y audaz, con una gran  experiencia de asumir responsabilidades análogas  en su trayectoria de tantos cargos ejercidos, pero en otras necesidades de servicio. Había mucho por organizar y articular, además de lo inmediato, en la perspectiva de lo nuevo que debe introducirse en la previsión de necesidades y obligaciones  que asumir, y en otras obras garantizar su permanencia y auto sostenimiento.

La gestión recibida de quienes iniciaron los primeros servicios de la evangelización en la zona, fue de los Padres Columbanos; luego, de muchos otros religiosos y laicos comprometidos, habiéndose cubierto una etapa por la cual siempre agradecemos al Señor; pero sin prescindir de lo obtenido, la conducción para la ejecución y asistencia están siempre en el orden del día, hecho que nos complace, alegra y da sentido a nuestras vidas. Este trabajo no tiene el objetivo de una empresa con una sola finalidad determinada, es una obra de hombres que trabajan por sus hermanos y que saben poner toda su fuerza y entereza  para hacernos más humanos y dignos, siempre con el respeto por lo valioso y lo trascendente. Nuestra esperanza está en Dios; por eso, nuestros Pastores, cada día saben calzar las sandalias de su compromiso para renovarse, y restablecer nuestra esperanza, ya que el Obispo tiene la plenitud del sacerdocio, como sucesor de los apóstoles.

El espíritu de serenidad, del buen consejo y del ejemplo es una luz que aclara nuestras dudas y contrasentidos en una sociedad que sabe engañar y adormecer  para ocultar la verdad, de vivir la sabiduría  que se encuentra en la meditación y el análisis sereno.

Los que tenemos cercanía o pertenecemos a esta Diócesis, sabemos de las preocupaciones de nuestro Obispo Monseñor Lino Panizza. Él ha hecho y hace obras que todos reconocemos. Tan sólo citaré el haber logrado la creación de nuestra Universidad Católica Sedes Sapientiae, la primera de Lima-norte con la finalidad de alcanzar la preparación adecuada a los jóvenes que deben encontrar un lugar digno en esta sociedad, para servir y construir un futuro mejor que se percibe ya dentro de nosotros.

Con estos sentimientos pedimos al Señor otorgue salud y bendiciones a nuestro querido Monseñor Lino. Asimismo, pedimos a Nuestra Madre, la Sedes Sapientiae, que le conceda gracias por su entrega y por lo que continuará haciendo por nosotros-

Por último, queremos expresarle nuestra felicitación más agradecida, al conmemorarse el próximo dos de febrero un nuevo aniversario –el 18- de la creación de la Diócesis de Carabayllo.    


Guillermo Delgado de la Flor