El Señor de los Milagros: el sentido religioso del Perú (Cardenal Juan Landázuri)
En los albores mismos de la primera evangelización, un humilde y pobre angoleño enriqueció a Lima y al Perú, con una devoción que hoy día puede calificarse como la más significativa, al pintar en una pared de Pachacamilla la imagen sencilla del Señor Crucificado, tan justa y prontamente venerado como el Señor de los Milagros.
Siempre he considerado esa devoción como un regalo de dios a Lima y al Perú. Año a año he acompañado al Señor, hasta que las fuerzas me lo han permitido, en la pequeña procesión de salida desde el Monasterio de Nazarenas. Año a año me h reunido con mi pueblo para rendirle culto, en nuestra Plaza de Armas, en una celebración sobrecogedora y emotiva, que es la más grande procesión de la cristiandad y, creo, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo.
En enero de 1990, la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas, con el voto unánime de sus miembros, me otorgó el título de Mayordomo Honorario Superior Vitalicio, nombramiento que agradezco de todo corazón
Cardenal Juan Landázuri Rickets, O.F.M. Recuerdos de un pastor al servicio de su pueblo (San Pablo, Lima, 2013, Capítulo XVI, p. 79