UN ZAMORANO EN EL CABILDO DE AREQUIPA, P. BUENAVENTURA FOLGADO (1925-2017)
El P. Buenaventura Folgado González nació en 1925 en Abejera de Tábara, Zamora (España). Sin duda que motivado por los numerosos seminaristas de la tierra, especialmente los Operarios Diocesanos, se convirtió en estudiante en el célebre Aspirantado Maestro Ávila, establecido en Salamanca desde 1941; allí se formó al calor de su alto nivel escolar y espiritual, con profesorado muy exigente, de gran competencia, y alumnos muy escogidos en toda España, con vistas a su trascendente misión futura de formadores. Allí encontrará al paisano astorgano y respetado docente de la Pontificia de Salamanca, Dr. D. Pedro Fernández Falagán, Sacerdote Operario Diocesano.
En los años de Humanidades tuvo insignes profesores como D. José Guillén Cabañero, D. Benjamín Martínez Fuertes y D. Jerónimo Oreja Sánchez. En los primeros años del Aspirantado, D. Domingo Solá fue incansable promotor de vocaciones, recorriendo también la diócesis de Astorga, generosa e inagotable cantera. La convivencia en el Aspirantado, donde D. Hortensio era Director Espiritual desde 1952-1958, así como la fraternal en el equipo del Colegio Mayor San Carlos, coordinado por D. José Gómez Lorenzo como Rector, se llenó de cordiales vivencias inolvidables en la ilusionada tarea de acompañar las brillantes y prometedoras promociones de aquellos jóvenes universitarios. La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, fundada por D. Manuel Domingo y Sol, 1836-1909, beatificado por Juan Pablo II el 29 de marzo de 1987, es como un río que, en contraste con el pequeño número de sus miembros, se extiende por Europa, América y África, cultivando en todas partes con prioridad amorosa las vocaciones sacerdotales.
Fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1949. Formado esmeradamente en la Hermandad de Salamanca, fue profesor de Latín y griego en el Aspirantado, 1952-53, logrando sustentar su tesis doctoral con un interesante estudio titulado La interpretación patrística de la disputa antioquena (Gal. 2,11 ss.) / 1954, 476 pp, que tuvo como director al teólogo Dr. D. Lorenzo Turrado y cuyo texto se puede consultar en el repositorio de la Universidad Pontificia de Salamanca https://summa.upsa.es/viewer.vm?id=7794&lang=es . Se centra en los aportes de san Jerónimo y san Agustín, sobre la verdad. Para ello recorre un selecto grupo de escritores eclesiásticos, como Facundo Hermilano, el Pseudo-Primasio, S. Gregorio Magno, Claudio de Turín, Rábano Mauro, Obdulio Escocés, Haimo de Auxerre, Atto de Vercelli como hitos para llegar a Tomás de Aquino. Santo. Tomás en su comentario a la epístola a los Gálatas centra magistralmente en cuatro puntos las diferencias entre Jerónimo y Agustín. Están desacordes, dice, en primer lugar en cuanto al tiempo de la licitud de la observancia de la ley, en segundo en lo tocante al modo de la observancia de las prescripciones legales, en tercer término acerca del enjuiciamiento moral de la conducta de Pedro, y cuarto punto en cuanto a la explicación de la naturaleza de la reprensión. Santo Tomás, al igual que el P. Folgado toma partido por Agustín.
Al calor del espíritu misionero del Concilio Vaticano II vendrá como misionero a Arequipa donde estará como único destino por más de 50 años, en su mayoría al generoso servicio del Cabildo Catedralicio de Arequipa. Día a día se dedicó a la administración del Cabildo, participando en todas sus actividades pastorales como el permanente cuidado del sacramento de la confesión. Los últimos diez años de su vida sufrió una dolorosa enfermedad producida por un ataque cerebro vascular que lo dejó postrado en cama, hasta que falleció el viernes 9 de junio del 2017.
La ceremonia litúrgica de despedida, fue presidida por el Arzobispo de Arequipa Monseñor Javier Del Río Alba y acompañada por la presencia decenas de representantes de la comunidad religiosa y amigos cercanos al presbítero. En la homilía, el Arzobispo recordó una anécdota cuando al padre Buenaventura lo quisieron trasladar a Lima por su delicado estado de salud, fue entonces cuando notaron que su carné de extranjería tenía 40 años sin ser renovado, lo que significa que el sacerdote ya no pensaba en volver a su país natal, España. "Amar a Dios sobre todas las cosas y darlo todo en el servicio al prójimo, ese es el único camino a la vida eterna", expresó monseñor en la homilía., quien resaltó que vivió 68 años al servicio de la Iglesia Católica, 50 de ellos en Arequipa.
Sus restos fueron enterrados en el cementerio Parque de la Esperanza.
https://misionesastorga.blogspot.com/2017/12/p-buenaventura-folgado-gonzalez-d-ep.html
Fotos gentileza de Álvaro Espinoza y Mons. Javier Cárdenas