martes, 30 de agosto de 2022

LOS MILAGROS DE SANTA ROSA DE SANTA MARÍA

LOS MILAGROS DE SANTA ROSA

José Antonio Benito

En estos tiempos de pandemia en que hasta el recuerdo del bicentenario patrio peligra, bueno es evocar la memoria de nuestros santos y contar con su intercesión. Ellos vivieron en el Perú, oraron, amaron y se comprometieron por su patria, especialmente en tiempos difíciles. De Toribio Mogrovejo, segundo prelado limeño y patrono de todos los obispos de América, quien confirmó a Rosa se lee que- "en el tiempo de las viruelas, que fue peste general en aquel Reino, proveyó de botica y médico y barbero a todos los pobres  y al hospital de san Lázaro, de todo lo necesario; En especial, en el tiempo de las viruelas y peste general que hubo en este reino, que por estar todos los indios en sus casas caídos con la dicha enfermedad, se andaba el dicho señor Arzobispo de casa en casa, a confirmarlos, sufriendo el hedor pestilencial y materia de la dicha enfermedad".

Rosa de Lima "curaba a todos los que podía y para este efecto, los traía a su casa doliéndose de sus enfermedades, sin reparar que fuesen negros o indios, ni de enfermedades asquerosas".

Este es el auténtico milagro, el de nuestros santos del Perú ensantado, es el milagro de la caridad, como acaban de decir nuestros obispos "tender puentes y trabajar unidos en fraternidad y amistad social, por el bien común, el desarrollo humano integral y para fortalecer nuestra frágil democracia. Que el Señor de los Milagros bendiga al Perú". El que nos pidió el Papa Francisco en su visita al Perú: Unidos en la esperanza.

Lo que todos los procesos de beatificación buscan es destacar la vivencia del amor de Dios y la caridad con el prójimo, lo cual viene garantizado con un milagro o con el martirio.

De nuestra santa se contaron en vida, en muerte y posteriormente por centenas. Los conocemos por las biografías, documentales, películas, en las tradiciones de Ricardo Palma

El proceso de nuestra Rosa comenzó enseguida de la muerte. El mismo día de su muerte Lima vivió el "milagro" de agolparse ante el cadáver y su entierro multitudinario. El proceso ordinario de beatificación durante los años 1617-1618; continúa el primer proceso apostólico limense de 1630-1632, se interrumpe de 1634-1663 debido al decreto, Coelestis Ierusalem, del Papa Urbano VIII, de 5 de julio de 1634, por el cual prohibió el inicio del procedimiento para establecer la santidad hasta que hubieran transcurrido 50 años desde la muerte de la persona en la que se buscaba la candidatura. La causa se reabre en 1663-1667 y logra el decreto de beatificación con el Papa Clemente X en 1670.

 

Muchas veces el Señor le concedía gracias extraordinarias y muchos momentos de su oración los pasaba en éxtasis o arrobamientos, disfrutando de alegrías celestiales.

 

Con frecuencia, veía al niño Jesús. Acontecía, algunas veces, en medio de la labor de sus manos, aparecérsele Nuestro Señor en forma de niño sobre la almohadilla de su costura, causando con esto en su alma inefables goces

Veía cambiar el rostro de la imagen de la Virgen del Rosario o del Niño Jesús y así sabía cuándo estaban contentos y le concedían lo que pedía o cuándo estaban tristes y no querían conceder sus peticiones a causa de los pecados de los interesados.

Según declara el padre Lorenzana, tenía el don muy grande que el apóstol san Pablo llama "discretio spirituum" (discernimiento de espíritus), que es saber distinguir y conocer cuándo las hablas interiores o visiones son del espíritu bueno o del espíritu malo, Sabiduría, un don extraordinario que manifestó a lo largo de su vida fue el don de sabiduría.

Profecía También tuvo el don de la profecía. La señora María Eufemia de Pareja fue un día con doña María de Uzátegui a la casa de sus padres. Y esta testigo (María Eufemia) entró sola con la dicha bendita Rosa en su celdita y, ambas sentadas, junto a la puerta de la celdita, le dijo que encomendase a Dios a Rodrigo, su hijo…, pues deseaba fuese religioso, porque andaba muy distraído. La bendita Rosa estaba mirando al cielo y se volvió luego a esta testigo y le dijo: "Don Rodrigo será religioso sin duda ninguna y, más le digo, que no ha de ser de la Compañía". Y, afligiéndose esta testigo… le respondió que le avisaba con tiempo para que hiciese el corazón ancho y consolase a don Juan (su esposo) y no importunasen a Nuestro Señor, que dejasen hacer lo que era su divina voluntad… Y su hijo negoció entrar por religioso en san Francisco, donde hará ocho meses que tomó el hábito.

La señora María de Uzátegui nos declara : "Esta noche me hallé casada. Madre, (la trataba de madre), esta noche me casaron con un cantero. No sé cómo fue, pero me hallé casada… Soñé que estaba en casa de mi madre, donde me habían casado con el cantero. El cual me mostró unas piedras y me dijo que tuviese cuidado de labrarlas que él tendría (cuidado) de mis padres".  Mons. Castillo, su compromiso con los obreros en la mina, pero también lo que serían los conventos de dominicas

En otra ocasión, que fue la cuaresma pasada…, le dijo a esta testigo y al dicho contador su marido, que se desposaba la mañana de Pascua de resurrección. Y preguntándole esta testigo qué desposorio era aquel, les dijo lo que había pasado y había ordenado hacer, y era que el domingo de Ramos por la mañana, estando en Santo Domingo, después de la bendición de ramos y saliendo a la procesión, no le habían dado palma ni ramo, como solían otros años, y ella lo sintió naturalmente mucho y, pareciéndole que había hecho mal, se volvió a Nuestra Señora y le dijo con grande ternura: "No, Señora mía, no quiero palma de los hombres"… Y con el afecto que le estaba mirando, vio que la Reina de los ángeles volvió su santísimo rostro a su hijo precioso, muy encendida y muy alegre y que luego el niño Jesús la volvió a mirar a ella, también con el rostro muy alegre y le dijo: "Rosa de mi corazón, sé mi esposa"; El desposorio tuvo lugar en el domingo de Pascua de 1617

Hechos extraordinarios o milagrosos vinculados con Lima, por eso se la representa con el ancla. En 1615, el pirata Jorge Spilbergen penetró en el Pacífico con cuatro bajeles armados; en Cañete, salió la armada española a las órdenes de Rodrigo de Mendoza y los navíos holandeses siguieron, presentándose el pirata a la vista del Callao, víspera del 22 de julio. Cundió el pánico en la ciudad y el virrey Marqués de Montesclaros mandó aprestar las milicias y ordenó se dirigiesen al puerto todos los hombres de armas y caballero principales para evitar su desembarco. Parece que el pirata se contentó con disparar dos de sus piezas contra el recinto del puerto, levó anclase e izando las velas se alejó rumbo al norte. Entre tanto, en la Iglesia de Santo Domingo se expuso a la adoración de los fieles el Santísimo sacramento y Rosa, voló ante el santísimo, permaneciendo inmóvil, acompañada de otras mujeres, entre las que se encontraban su madre y alguna de sus hermanas. Cuando cundía el pánico, Rosa, desde la capilla de San Jerónimo elevaba sus súplicas al cielo, y exhortó a sus compañeros a dar la vida en defensa del Sacramento.

Se sabe también que en la Guerra del Pacífico Miguel Grau había colocado en su camarote del Huáscar una estampa de la santa, de quien era devoto, Miguel Grau guardaba en su camarote esta estampa de Santa Rosa de Lima que había recibido del Monseñor Manuel Roca y Boloña en 1879 con esta dedicatoria al reverso: " Miguel: que está Santita nuestra te acompañe y si no te regresa con vida que te traiga lleno de gloria " Cuando los chilenos tomaron posesión del monitor hallaron la lámina manchada de sangre y con cinco perforaciones de bala como puede comprobarse en el Museo del Santuario.

En 1881, durante la guerra del Perú con Chile, Lima se salvó del saqueo por intercesión de santa Rosa. El 15 de enero de ese año entraron en Lima las tropas chilenas pacíficamente y en ella permanecieron hasta 1884. Dios se sirvió del contralmirante francés Abel Bergasse Du Petit Thouars, jefe de la escuadra neutral concentrada en el Callao, para poder negociar la rendición pacífica con el general chileno Baquedano.

Varios sucesos extraordinarios tienen que ver por su amor a la naturaleza, el huerto o jardín en el que vivía con su familia. Estaba constituido por arbustos y árboles. Tenía matas de flores como claveles y clavelinas con abundancia de mosquitos. Una arboleda en donde destacaba en él un naranjo y un limonero. El huerto ocupaba más de la mitad del terreno en que estaba construida la casa paterna. Rosa "hablaba a los árboles y les decía que alabasen al Creador". En verano con la muchedumbre de mosquitos en la celdita ella les decía: "Hermanos mosquitos, alabemos todos a Dios; y no la picaban ni ella los echaba de allí".

El tronco seco del limonero y el ataque del demonio.- Rosa llamaba al demonio "patón" o "tiñoso" y se le presentó en forma de perro mastín. El demonio furioso de que Rosa lo menospreciase por su condición de ser padre de la mentira secó el limonero que siguió dando frutos. La gente luego fue arrancando las ramas de este árbol como reliquias. Aún se conservan un par de ramas de aquel árbol.

En este huerto ocurrió el misterio de las clavellinas. Rosa tenía costumbre de adornar todos los años la imagen y las andas de su patrona Santa Catalina de Siena. La víspera de la fiesta de la santa ambas amigas fueron al huerto a buscar flores adecuadas para ornamentar el anda, pasaron por todas las matas de los claveles pero no encontraron ni siquiera un solo botón porque no era tiempo de ellos. Rosa dijo "¿Si Dios Nuestro Señor nos diese la honra de la Santísima Trinidad, tres clavellinas, para que la santa imagen fuera del todo galana?". Cuando Rosa le pide a su amiga que vaya en busca de las clavellinas, ésta va a regañadientes porque ya habían buscado la noche anterior…la beata quedó estupefacta cuando halló tres clavellinas rojas muy hermosas que adornaron la imagen que salió en procesión.

 

Cura a Catalina de santa María de su dolor de oídos. Lo cuenta ella misma, indicando que, estando ayudándole a la santa Rosa en su casa a hacer ramilletes con un grave dolor de oídos, que estaba esta testigo como desatinada, que no le dejaba hacer nada, la dicha santa Rosa se compadeció de esta testigo y le hizo en el oído que le dolía, estando hincada de rodillas, la señal de la cruz, le echó la bendición y le dijo ciertas palabras, de las que alcanzó a oír: "Jesús y María". Y, en acabando de decirlas, se halló buena y sana y nunca más le ha vuelto aquel dolor.

 

Milagro del santo rostro Ocurrió el 15 de abril de 1617 a las siete de la noche, estando Rosa en casa del contador Gonzalo de la Maza, que tenía en su oratorio una imagen del Rostro de Cristo o Ecce homo, obra del pintor Angélico Medoro. En ese momento, estaba orando el matrimonio con sus dos hijas, Micaela y Andrea, y con Rosa. Rosa hablaba en voz alta con fervorosas oraciones. Salió el matrimonio y quedaron las dos niñas con Rosa. En un momento, se acercó Micaela, para despabilar las velas, y vio que el rostro, cabello y barba de la dicha santa imagen estaba mojado, como llovido de rocío. El rostro del Señor estaba sudando milagrosamente.

 

Después de la muerte.

El padre Francisco Nieto cuenta que un alférez tenía una pierna hinchada como una bota y, oyendo decir los milagros de la santa, se encomendó a ella y, tomando un poco de la tierra de su sepultura y refregándose la pierna con ella, milagrosa y repentinamente quedó sana; y esto fue público a todos fuera de que el dicho alférez, confesándose con este testigo, se lo dijo.

 Fray Blas Martínez nos refiere: Un negro mayordomo de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario…, al cual vio este testigo manco de la mano derecha desde muchos años, y la traía sin poderla menear; el día octavo del entierro de la dicha Rosa, metió el brazo en la tierra de su sepultura, invocando a la sierva de Dios. Y sucedió lo que era de esperar; a poder de ruegos, logró la gracia, pues salió sano de la manquera y le llevaron con "Te Deum laudamus" a la capilla de Nuestra Señora del Rosario; y después le conoció muchos años sano y bueno de la dicha manquía.

María de Oliva, la madre Rosa declara que un día vio, después de la muerte de la bendita Rosa, que habiendo venido el procurador general de santo Domingo con un fraile, llamado fray Juan García, le dijo que entrase a la celdita de la bendita Rosa y sacase la sillita que la bendita Rosa tenía; y el dicho padre entró y, en lugar de sacarla, empezó a cortar de la madera de ella y, por cortarla, se cortó la mano, una buena herida hacia la muñeca, que se cortó cuero y carne y le salió mucha sangre, que se le corría por la palma de la mano; lo cual vio esta testigo… Y el padre respondió: "Aquí tengo yo con qué curarme". Y sacó del seno, un pedacito de hábito de la santa Rosa y se lo puso en la herida y le parece que también se puso un poco de tierra de la celdita. Y de allí a poco, habiéndose entretenido hablando, que le parece a esta testigo que no había pasado una hora, miró la herida y la halló sana y lo mostró a todos; y esta testigo vio la llaga y herida después, antes que pasase una hora, y la vio sana

 

Stephen M. Hart, Santa Rosa de Lima, la evolución de una santa (Editorial Cátedra Vallejo, 2017) indica que  los criterios para determinar la evidencia de un milagro se habían vuelto más estrictos luego del Concilio de Trento (1545-1563), sobre todo desde el edicto de Urbano VIII en 1634:

1)     Todos eran ejemplos de curaciones profilácticas con precedentes bíblicos

2)     La enfermedad del paciente había sido diagnosticada por un médico y el paciente había sido desahuciado por la ciencia médica

3)     Después de la invocación de la ayuda a Rosa se hacía inmediata la curación y la salud era verificada por un médico

4)     La curación se mantenía durante un periodo de tiempo

En el segundo proceso apostólico de Palermo de 1670" que nos explica cómo tratan de resolver los problemas aducidos por miembros del Tribunal como Petrus Franciscus de Rubeis, el Cardenal Azzolino y Joannes Migetius que básicamente tenían que ver con los testimonios científicamente válidos para la medicina del momento acerca de la condición del paciente antes y después de la curación, que había llevado a rechazar 91 de los 119 pretendidos milagros recogidos en el proceso de Lima.

Milagros peruanos

 

1)   Una niña de 9 años, María Sánchez, que ya no podía caminar debido a una caída, fue curada milagrosamente como resultado de una novena realizada por sus padres ante la tumba de Santa Rosa.

2)   Una mujer que estaba tullida de un brazo, llamada doña Isabel Durán, viuda de Jácome Carlos, aquella mañana que estaba el cuerpo de la bendita santa en la capilla mayor, teniendo el brazo tullido, se llegó a la santa con viva fe, se encomendó a ella pidiéndole que alcanzase de Nuestro Señor la sanación de aquel brazo tullido; tocó a la santa y quedó buena y sanó repentinamente. Un sacerdote fue testigo del hecho.

 

 

3)   La curación del brazo derecho inválido de Mauro Diego de Ayala. Este recuperó plena salud tras encomendarse a Santa Rosa, ante su sepulcro en la Iglesia de Santo Domingo.

4)   Magdalena Chamiso, mujer cacica, de "la nobleza india" del Perú, obtuvo la movilidad de sus piernas lisiadas cuando echó sobre estas tierra de la sepultura de Santa Rosa y algunas reliquias.

5)   María de Vera, una mujer desahuciada por su médico, se curó de la fiebre que la quejaba luego de invocar a Rosa y sostener una estampa de esta. Se quedó dormida y al día siguiente estaba sanada.

 

Milagros italianos del Proceso de Palermo

 

6) Ioannis Zelilli, de Sessa, tenía fiebre y tosía sangre. Tres doctores lo declararon moribundo, pero imploró ayuda de Rosa y bebió agua mezclada con tierra de su tumba. De pronto recuperó la salud.

 

7) Cándida Roseta, de Sessa, tuvo un parto accidentado que la dejó al borde de la muerte. Padeció durante varios días y quedó totalmente curada cuando colocó una imagen de Rosa sobre su barriga.

 

8) Serafino Puglisi, en Palermo, cayó enfermo de fiebre en 1669 y perdió la vista y el oído. Se le declaró moribundo pero fue sanado al invocar a Rosa. En su testimonio, la santa se le apareció y le dijo que "lo refrescaría".

 

9 Angela Cibasa, en Palermo, se le diagnosticó un doble ataque de fiebre terciana, que sufrió por 26 días. Se le administró la extremaunción. Luego de encomendarse a Rosa experimentó un milagro y fue sanada.

Ojalá que el recuerdo de estos milagros nos ayude a conocer mejor a Rosa y sobre todo seguir sus huellas de amor a Cristo, la Iglesia y el Perú. Bendiciones

Homenaje a Santa Rosa de Lima, Patrona de la Policía Nacional del Perú

Homenaje a Santa Rosa de Lima, Patrona de la Policía Nacional del Perú 🇵🇪 

Como un acto de gratitud del país, a la Institución que está siendo agraviada en su dignidad, por circunstancias políticas, sin precedentes, recordemos que el 29 de abril de 1965 el Papa Paulo Vl  firmó el Decreto por el que se nombra  a Santa Rosa de Lima PATRONA DE LA GUARDIA CIVIL DEL PERÙ.

Fallecida el 24 de agosto de 1617 después del proceso de beatificación, en 1668 la reconoce el Papa Clemente  IX y en 1670 el Papa Clemente X la declara oficialmente PATRONA DE TODA AMÈRICA, FILIPINAS e INDIAS OCCIDENTALES, la Iglesia la registra y declara el 30 de agosto, fecha que hizo su Profesión religiosa ante el Prior del Convento, como perteneciente a la Tercera Orden de Santo Domingo.

Gloria a ti, Rosa Bendita, del Perú radiante estrella, flor de los Cielos, …






Enviado desde Yahoo Mail para iPad

domingo, 28 de agosto de 2022

Perú, Tierra ensantada: Santos, beatos, siervos de Dios, Lima, CEP, 2022,

Amigos: Me complace adelantarles con sumo gusto el prólogo firmado por Monseñor Miguel Cabrejos a quien agradezco por su texto. Para dar idea de su contenido les brindo el índice. Espero que llegue pronto a las librerías. Bendiciones  

LOS SANTOS FORJADORES DE LA PERUANIDAD

Todos los peruanos recordamos con gratitud la visita del Papa Francisco, quien en enero del 2018 nos alentó a seguir su huella en esta tierra que -bellamente- denominó "tierra ensantada": "la reserva más linda del pueblo peruano son los grandes santos que marcaron Latinoamérica, construyendo la Iglesia, trabajando por la unidad y en esperanza".

¿Qué significa que Santa Rosa de Lima y San Martin de Porras marcaron la fe de América Latina? Que sus vidas han servido de ejemplo para millones de personas. Rosa y Martín encarnaron a Cristo de modo sencillo y gozoso. Sus imágenes, sus nombres siembran la geografía de América Latina facilitando en los fieles su devoción. A través de cofradías, asociaciones, instituciones, los valores personificados en ellos como la coherencia, la hermandad, la alegría dinamizan la vida de un continente impregnado por la fe y la caridad cristianas.

Desde el siglo XVII han trascendido las fronteras nacionales del Perú que los vio nacer o actuar. Rosa fue la primera santa de América, Toribio de Mogrovejo es patrono de todos los obispos de América, Martín es patrono mundial de la justicia social, Francisco Solano vivió en Bolivia y Tucumán, y tiene gran arraigo en el mundo franciscano y artístico musical, hasta el de perfil más bajo como Juan Macías tiene miles de devotos entre los emigrantes del mundo. Rosa fue proclamada por el Protector José de San Martín la patrona de la Orden del Sol en 1821 con el fin de servir de referencia a los patriotas distinguidos con tal título.

Nuestros santos impactaron también a San Juan Pablo II que, en su visita al Perú en 1985 y ante más de un millón de jóvenes, los invitó a ser protagonistas del Perú, culminando con este mensaje final: "A ejemplo de la joven Santa Rosa de Lima, empeñad vuestras energías en construir un Perú donde brille la santidad, donde se plasmen las bienaventuranzas del reino. Construid un Perú más fraterno y reconciliado. Construid un Perú mucho más justo. Construid un Perú sin violencia, siempre anticristiana. Construid un Perú donde reinen la honestidad, la verdad, la paz. Construid un Perú más humano, donde el misterio de cada hombre se viva a la luz del misterio de Dios".

Al igual que hay personajes universales que marcan la trayectoria histórica, los santos son los hitos, los referentes, los paradigmas del cristianismo en el Perú; en ellos, encuentran sus connacionales el modo concreto de ser discípulo y misionero de Cristo, de amar a Dios por entero y al prójimo hasta el extremo.

Necesitamos ponerle rostro a los discípulos y misioneros ejemplares, nuestros santos, como guías seguros del Evangelio hecho carne y vida en el tiempo del Bicentenario patrio.

Guardo con especial emoción el reciente momento de la beatificación de la Hermana Aguchita en el Centro Poblado de La Florida, Junín, Vicariato de San Ramón, el 7 de mayo de 2022. Allí recordé a las otras seis personas que también fueron asesinadas por aquellos terroristas y rezamos para que su sangre derramada en el mismo suelo, sangre como la de Abel, los uniese al coro de los que siguen al Cordero Vencedor entre los santos del Paraíso.

En este tiempo sinodal que vive nuestra Iglesia invito también a renovar la pasión por Jesús, la pasión por su Evangelio, la pasión por su pueblo, pueblo Santo de Dios, pidiendo a la nueva Beata numerosas y santas vocaciones sacerdotales, religiosas y laicos comprometidos en la evangelización, en una Iglesia en salida y más sinodal.

Agradezco al profesor José Antonio Benito, director de la Comisión Bicentenario de la CEP, por el esfuerzo en compartirnos de modo accesible la vida de los santos, beatos y siervos de Dios del Perú. Les animo a su lectura y encomiendo a nuestra Virgen Santísima para que sigan sus huellas. Con mi bendición.


Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM.

Arzobispo Metropolitano de Trujillo

Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM

(Prólogo pp. 5-7 de la obra de José Antonio BENITO Perú, Tierra ensantada: Santos, beatos, siervos de Dios, Lima, CEP, 2022,. 165 pp

 

 ÍNDICE DE SANTOS. BEATOS. VENERABLES Y SIERVOS DE DIOS

I.                 SANTOS

1.  San José, Patrono del Perú.

2.  Rosa de Santa María. 1586-1617

3.  Martín de Porres. 1579-1639

4.  Francisco Solano. 1549-1610

5.  Juan Macías. 1585-1645

6.  Toribio Mogrovejo. 1538-1606

7.  Narcisa de Jesús. 1833-1869

 

II.   BEATOS 

1. Ana de los Ángeles.1602-1686

2. Luis Tezza.1841-1923

3.  José de Calasanz. 1872-1936

4.  Ascensión Goñi. 1868-1940

5.  Mártires de Chimbote: Miguel Tomazek, + 1991

6.  Zbigniew Strzalkowski: + 1991

7.  Sandro Dordi: 1931-1991

8.  Augusta Rivas. 1920-1990

 

Mártires dominicos peruanos en la Guerra española del 36

9.  Fray Vicente Álvarez Cienfuegos

10.    Fray José Luis Palacio

11.   Fray Jacinto García Riesco

12.   Fray Manuel Gutiérrez Ceballos

 

III.                       VENERABLES

1.  Alonso de Barzana, S.J. (1530-1598)

2.  Pedro Urraca.1583-1657

3.      Francisco Camacho.1629-1698

4.      Rafaela de la Pasión Veintemilla. 1836-1918

5.  Teresa de la Cruz Candamo. 1875-1953

6.  Octavio Ortiz Arrieta.1879-1958

7.  Martín Fulgencio Elorza Legaristi. 1899-1966

 

IV.  SIERVOS DE DIOS

1.   Diego de Ortiz .1532-1571

2.   Luis López de Solís.1535-1606

3.   Gundisalvo (Fray Gonzalvo) Díaz de Amarante.1540- 1618

4.   Diego Martínez, SI. 1542-1626

5.   Juan Sebastián de la Parra. 1550-1622

6.   Juan de Alloza SI. 1597-1666

7.   Gaspar Báez, SI, 1604

8.   Francisco del Castillo.1615-1673

9.   Nicolás de Dios Ayllón.1618

10.       Luisa de La Torre, Beatita de Humay. 1819-1869

11.        15  Alfonso María de la Cruz Sardinas, 1842-1902

12.       Pío Sarobe Otaño. 1855-1910

13.       Clara del Corazón de María (1860-1924)

14.       Emilio Lissón Chávez, CM. 1872-1961

15.       José Álvarez, OP (Apaktone) 1890-197)

16.       Melchora Saravia Tasayco, la Melchorita. 1895-1951

17.       Juan J. McKniff, OSA, 1905-1994

18.       Mateo Crawley-Boevey 1875-1960

19.       Andrés Aziani, 1953-2008

20.       Federico Kaiser (1903-1993)

21.      Luis Bolla SDB (1932-2013

22.       Eusebio Arróniz, CMF, 1885-1959 (Pendiente de aprobación)

23.       M. del Pilar de Jesús, OCD, 1917-1997 (Pendiente de aprobación)



FASE ROMANA DEL PROCESO DE DECLARACIÓN DE VIRTUDES HEROICAS Y DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN

FASE ROMANA DEL PROCESO DE DECLARACIÓN DE VIRTUDES HEROICAS Y DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN

 

En la Santa Sede la responsabilidad es competencia del actual "Dicasterio para las Causas de los Santos". Hasta hace poco se llamaba "Congregación para las Causas de los Santos".  Su función es recibir las Causas que llegan e impulsarlas de acuerdo con las normas vigentes de la Iglesia y con el máximo rigor. Hay dos tipos de Causas: la de "virtudes heroicas y fama de santidad" y la del "martirio", que siguen sus propios criterios y procedimientos establecidos en el Documento de la Santa Sede actualmente vigente.

 

Dentro del Dicasterio, existe un "Colegio de Relatores", sacerdotes expertos en estos temas y uno de ellos es nombrado "Relator de la Causa" quien impulsa la Causa con suma exigencia, precisión, cuidado, rigor, como primer responsable de ella y quien la presentará en las instancias correspondientes para su aceptación y aprobación.

 

Primer paso: El "Postulador de la Causa" es quien la presenta y promueve ante el referido Dicasterio. Reside en Roma y se recomienda sea un perito en Historia, Teología, Derecho Canónico para impulsar la Causa correctamente. El Postulador recoge toda la información sobre su vida y virtudes heroicas, su fama de santidad, los relatos de gracias y favores atribuidos a la intercesión del Siervo de Dios, si es posible con documentación que avalen el "milagro" como informes médicos, pruebas y análisis clínicos, declaraciones juradas, etc. También son útiles otros documentos que avalen la fama de santidad, como cartas que escriben los fieles. Otro hecho que impulsa la causa es que se haya iniciado ya el proceso de un presunto milagro.

 

Segundo paso: Se recoge toda la información en un documento que se llama "Positio", ponencia o tesis, sobre la vida, virtudes teologales y cardinales vividas en grado heroico debidamente probadas a base de declaraciones y testimonios de personas que lo han conocido personalmente "testigos de visu" o que han escuchado hablar del Siervo de Dios "testigos de auditu", fama de santidad y martirio. La elaboración de la Positio está a cargo del Postulador con el apoyo del Vice Postulador y bajo la dirección del "Relator" que tiene esta responsabilidad y trabaja en el Dicasterio. Esta tarea suele tomar su tiempo, incluso muchos años, pues depende de la dedicación a ella, a su valoración e importancia, si cuenta con la devoción de los fieles, y por supuesto y principalmente a la fama de santidad, en vida, en su muerte y después de su muerte hasta la actualidad.

 

Incluye dos informes: uno sobre las virtudes cristianas, teologales y cardinales, vividas heroicamente o bien goza de fama de martirio y otro informe sobre la fama de santidad. En algunos casos estos informes se envían de manera separada y en otros se presentan ambos informes formando parte de la Positio o documento que presenta el Postulador.

 

Tercer paso: Este documento, una vez impreso, se presenta a la Comisión de Teólogos quienes estudian la positio, discuten sobre ella y emiten su voto. Si éste es favorable, se entrega a la Congregación de Cardenales y Obispos miembros del Dicasterio. Si su voto también es favorable, se presenta al Santo Padre la propuesta de que se apruebe el decreto de virtudes heroicas del Siervo de Dios: una vez aprobado, el Siervo de Dios recibe el título de "Venerable".

 

Las normas litúrgicas no permiten dar ningún culto a los siervos de Dios declarados Venerables, pero desde el momento de su declaración han de cesar los sufragios por su alma, puesto que la Santa Sede ha juzgado que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas.

 

Cuarto paso: Decreto del Santo Padre: Si el Dicasterio para las Causas de los Santos aprueba la "Positio", el Santo Padre dicta el Decreto de Heroicidad de Virtudes. El que era Siervo de Dios pasa a ser considerado Venerable.

 

Si la causa de beatificación se sigue por vía de martirio, no se procede a la declaración de Venerable. Como se sabe, para la beatificación de los mártires no es necesario el proceso del milagro. Una vez aprobada la positio por los dos grupos -Comisión de Teólogos y Congregación de Cardenales y Obispos- se presenta al Santo Padre, el cual, si lo estima conveniente, procederá a promulgar el decreto por el que se aprueba el martirio del siervo de Dios, y ordenará su beatificación.

 

El proceso del milagro

 

Es competencia del Obispo del lugar en que haya ocurrido la investigación del milagro que se atribuye a la intercesión de un Siervo de Dios. Se considera milagro un hecho que no es explicable por causas naturales, y que se atribuye a la intercesión de un Siervo de Dios, Beato o Santo. La mayoría de los milagros son de naturaleza médica, pero es posible investigar milagros de otro tipo; en cualquier caso, el milagro debe ser físico: "la práctica ininterrumpida de la Iglesia establece la necesidad de un milagro físico, pues no basta un milagro moral", según recordó el Papa Benedicto XVI en el Mensaje al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Así, un milagro no médico que ha valido para una beatificación ha sido una multiplicación de arroz: a modo semejante a la multiplicación de los panes y los peces, una gran multitud pudo comer con el contenido de un poco de arroz. El hecho ocurrió el 25 de enero de 1949 en Olivenza (Badajoz, España) por intercesión de San Juan Macías, y de tres tazas de arroz echados en una olla salieron bastantes ollas de arroz hervido. Fueron testigos todos los habitantes del pueblo. El milagro sirvió para la canonización del santo.

 

Al igual que en el proceso de virtudes heroicas, el postulador iniciará el proceso en el tribunal competente y propondrá las pruebas pertinentes. En el caso de milagros médicos, son útiles las pruebas médicas anteriores a la curación y posteriores, así como el testimonio de los médicos. No se debe olvidar demostrar que la curación fue por intercesión del Siervo de Dios, Beato o Santo: deberá testificar, por lo tanto, la persona que haya pedido el favor al Siervo de Dios (que puede ser el beneficiado por el milagro, u otra persona).

 

Sólo serán relevantes los milagros que bajo ningún aspecto pueda ser explicable por causas naturales. En el caso de las curaciones, por ejemplo, se debe descartar una curación por causas médicas que aún no se explican, pero quizá algún día se conocerán. El postulador deberá buscar asesoramiento de un buen médico con recto criterio antes de iniciar el proceso.

 

Al igual que en el proceso ordinario, se redacta una positio y se envían las actas a la Congregación para las Causas de los Santos. En este caso, sin embargo, no interviene un relator. Los milagros atribuidos se estudian en una Comisión de peritos (que será de médicos, si el favor es una curación), después en un Congreso especial de los teólogos, y por fin en la Congregación de los Cardenales y Obispos. Si los informes de los tres grupos es favorable, se presenta al Papa, que es quien tiene la competencia de determinar lo que sea conveniente.

 

La beatificación:

 

Si el Santo Padre lo estima conveniente, emite un decreto por el que se aprueba el milagro y se ordena la beatificación. Tanto en este caso, como si la beatificación es de un mártir, la fecha de la beatificación se decidirá más adelante en un Consistorio de Cardenales.

 

Para la beatificación, el Papa suele designar un Cardenal que la realice en su nombre. El 29 de septiembre de 2005, la Congregación para las Causas de los Santos emitió un comunicado en el que indica que la beatificación, siendo un acto pontificio, será realizada por un Cardenal en nombre del Santo Padre, que normalmente será el Prefecto de la misma Congregación. De acuerdo con estas normas, el rito tiene lugar en la diócesis que ha promovido la beatificación o en otro lugar considerado idóneo, aunque a petición de los Obispos puede ser en Roma. La beatificación se celebra dentro de la celebración eucarística.

 

La canonización

 

Una vez beatificado el Siervo de Dios, para llegar a la canonización se debe hacer un nuevo proceso. El procedimiento para la canonización es similar para los beatos mártires y los beatos por vía de virtudes heroicas.

 

En la canonización se espera a la intervención de Dios: es decir, lo que se debe probar es que ha habido un milagro atribuible a la intercesión del beato. Por lo tanto, se requiere un milagro para proceder a la canonización de un beato. El milagro debe ser posterior a la beatificación. Si se da un hecho extraordinario que puede ser milagro, se procede de modo similar al milagro anterior a la beatificación: se inicia un proceso de milagro, que es similar al proceso del milagro para la beatificación. Vale por lo tanto todo lo dicho en su lugar. Una vez terminado el proceso en el que se prueba que ha habido un milagro, el Santo Padre -si lo estima procedente- promulgará el decreto por el que se ordena la canonización, y la fecha se decide en un Consistorio de Cardenales.

 

Por lo tanto, para proceder a la canonización de un siervo de Dios, se ha debido probar en juicio que ha habido dos milagros, uno para ser beato y otro ocurrido siendo ya beato para llegar a ser santo. Sin embargo, si el proceso es por vía de martirio, se debe probar sólo un milagro para su canonización.

 

Benjamín Crespo López de Castilla, sj

Vice postulador Causa del Siervo de Dios P. Francisco del Castillo, sj llamado "El Apóstol de Lima". "apóstol de negros e indios"

 

Roma, 28 agosto 2022