viernes, 27 de mayo de 2022

¡SIRENAS A PECHO DESCUBIERTO EN EL PÚLPITO DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE PUEBLO LIBRE!

¡SIRENAS A PECHO DESCUBIERTO EN EL PÚLPITO DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE PUEBLO LIBRE!

Un fervoroso parroquiano de la iglesia de Santa María Magdalena, de Pueblo Libre, bien comprometido con su iglesia y su parroquia, amante del arte, especialmente del deslumbrante barroco de nuestro Perú virreinal como el que aquí se puede contemplar, me preguntó -de modo confidencial y un tanto desconcertado- acerca del significado de las figuras femeninas que ostentan sus pechos desnudos debajo del fastuoso y elegante púlpito de mediados del siglo XVIII.

Agradezco a mi amigo el arquitecto Luis Villacorta, experto en historia del arte peruano, quien elaboró su tesis sobre la arquitectura de los templos de las doctrinas rurales como el de Santa María Magdalena, quien me indica que las sirenas eran un motivo ornamental de uso frecuente en el arte virreinal del Perú. Las sirenas tienen varios significados, el principal es el que "distraen" al hombre, son como símbolo de la tentación, lo atraen hacia algo que no es bueno para él. Suelen aparecer con vistosos collares como añadido a su exuberancia ornamental. De hecho, son frecuentes las sirenas en las iglesias surandinas (Arequipa, Puno…) como símbolo de la lujuria o ícono femenino de la tentación, también como sujeto de distracción del camino del bien y de la santidad.

 

Suelen ubicarse en la parte inferior del púlpito y puede simbolizar su derrota por la fuerza de la Palabra de Dios predicada por el sacerdote normalmente en la homilía o sermón tras la proclamación del Evangelio o la exposición de un tema catequético.

Resulta espectacular el púlpito de la catedral de Arequipa en el que el escultor se recreó de tal modo en la figura del diablo que casi acaba por olvidarse que el púlpito es la cátedra de verdad frente a la mentira y el mal.

Según el libro de Emblemas Morales (Madrid, 1610) de Sebastián Covarrubias, en la tradición iconográfica europea la sirena simbolizaba el pecado de la lujuria.

No está de más indicar que como escribe el P. Antonio San Cristóbal la estética del mismo en Pueblo Libre ha superado la de los púlpitos cuzqueños de la segunda mitad del siglo XVII, ornamentados con recuadros de imágenes entre columnas para adoptar el estilo de los púlpitos comunes en Ayacucho y Lima, cuya cazuela se adorna con tableros planos recubiertos de follaje, al igual que el de Jesús-José-María de las Clarisas Capuchina, el Hospital se San Andrés, y el de la Compañía de Jesús en Pisco.