sábado, 9 de abril de 2022

MARTÍN FULGENCIO ELORZA LEGARISTI, OBISPO DE MOYOBAMBA, PASIONISTA (1899-1966), VENERABLE

 

Nació en Elgueta (Guipúzcoa), España, el 30 de diciembre de 1899. Fue un joven despierto y muy trabajador. Solía ir todos los domingos a la misa temprana. Ingresó al colegio pasionista a la edad de 12 años y tres años después al Noviciado, donde se preparó a la toma de hábito.

Hizo su profesión el 7 de marzo de 1917 y en el año de 1923 su Profesión Perpetua. Luego en 1948, a los 49 años de edad, le llegó la noticia de su nombramiento como Obispo de Moyobamba, el primero de esa prelatura de la  selva peruana. En esa época había unos 136.000 habitantes, el 90% católicos. Hoy hay 800.000 habitantes. Fue consagrado de manos del cardenal Landázuri en febrero de 1949 en el templo de la Virgen del Pilar de San Isidro.

Al llegar a Moyobamba, Monseñor Elorza se encontró ante una situación deplorable en cuanto a la cantidad y a la calidad del clero que prestaba sus servicios en el departamento de San Martín. Fue cuando empezó a trabajar incansablemente en esta zona.

Construyó muchos lugares de culto, puso énfasis en la educación pública infantil, incentivando la construcción de numerosas escuelas, trabajó para que los aguarunas de la región también reciban educación, así como la superación del analfabetismo en los adultos, aprovechando esta situación para enseñar religión dentro de las escuelas. Sus 17 años de obispo misionero implicaron infinitos viajes en barca, caballo, mula o a pie para llegar a lugares remotos, esfuerzos que acabaron minando su salud. Los dos obispos que le sucedieron fueron también pasionistas vascos. Elorza fue Padre Conciliar en tres de las sesiones del Concilio Vaticano II en Roma.

Transcurrió su vida trabajando al servicio de los demás cuando un viernes 30 de diciembre de 1966, en Lima, por la mañana y antes de que la Comunidad Pasionista tuviera tiempo de felicitarlo por sus 67 cumpleaños, Monseñor Elorza sufre un shock cardíaco y fallece en la Clínica Angloamericana. Su hermano de congregación Monseñor Miguel Irízar sintetizará su vida al retratarlo como hombre de "visión de largos alcances, infatigable dinamismo, celo de apóstol, afabilidad sin límites, unida a una entereza inquebrantable, llaneza fraternal con sus misioneros, sin desdoro de la autoridad, piedad austera, profunda y sincera".

Desde el 9 de abril del 2022 es reconocido como como Venerable Destacó por su capacidad de trabajo y organización.