viernes, 27 de septiembre de 2019

BENITORODRÍGUEZ, J.A., El Seminario de Santo Toribio en la Historia (1590-1973), su trayectoria vital. Reseña del P. Jesús Salamanca

BENITO RODRÍGUEZ, J.A., El Seminario de Santo Toribio en la Historia
(1590-1973), su trayectoria vital,
 Lima 2016, 388 pp.

El autor, docente de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima y director del Instituto de Estudios Toribianos en la misma, busca dar a conocer la singular y benéfica trayectoria del seminario de Santo Toribio de Mogrovejo, que tanto ha aportado al bien de la Iglesia en el Perú como afirma en su introducción: «ninguna institución educativa ha prestado tantos servicios a la sociedad peruana en casi 500 años de existencia como el Colegio – Seminario de Santo Toribio, de sus aulas  saldrán  líderes de influencia decisiva en el Perú y América Latina, tanto en el mundo virreinal y republicano». (p. XVII).

La obra brinda las primicias de un proyecto exhaustivo, que busca ayudarnos a conocer la amplitud de miras y la hondura vital de una de las instituciones educativas más fecundas en toda la historia del Perú. Esto sirve de estímulo a los seminaristas e historiadores a profundizar más en ella.

Se pretende no tanto presentar las "viejas glorias" sino abrir nuevos horizontes. De aquí, la urgencia de renovación profunda de los seminarios y la necesidad de nuevas vocaciones.

El volumen comienza con una introducción explicando el ser y sentido del seminario, donde el autor refiere que la iniciativa del seminario limeño debe enmarcarse en la propuesta del Concilio de Trento (1542- 1563). «El seminario es una institución genuinamente conciliar tridentina,  puesto que fundamenta  los pilares básicos de los futuros centros de formación sacerdotal diocesana». (p. XXVI)

El  primer capítulo, titulado El fundador y sus cimientos, comienza explicando el proyecto del primer arzobispo de Lima, Jerónimo de Loayza, quien solicita al rey la orden necesaria para que se cumplan y funden los Seminarios que manda el Concilio de Trento.

En el segundo apartado, el autor nos narra la preocupación de santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima, por la fundación del seminario de Lima. Quien convoca al cabildo y recurre oportunamente al rey para que declarase al Patronato cuanto antes se fundase de su propia hacienda. De hecho, el seminario fue fundado con el propio peculio del santo.

En los dos siguientes apartados; se resalta la figura de santo Toribio de Mogrovejo, dado que hablar del seminario nos conduce a hablar del santo. «Efectivamente, hay pocos peruanos tan conscientes de su misión como este "santo padre" de la Iglesia en América. Nacido en Mayorga (Valladolid), en 1538, y muerto en Saña (Perú), en 1606, trazará una estela singular y recorrerá un camino por el que podrán caminar todos los peruanos con el único objetivo de llegar a la meta que es Dios». (p. 6) Asimismo, señala los firmes principios legados por Santo Toribio de Mogrovejo, que están reflejados en las primeras constituciones del Seminario y que con este celo y perseverancia se han mantenido por 428 años.

En el siguiente apartado, narra el conflicto con el virrey marqués de Cañete, quien ante la fundación del Seminario de Lima por el santo, pretextó que se violaba el Real Patronato. El arzobispo, por su parte, al constatar el hecho cerró el seminario a los dos meses de fundado y denunció el hecho ante la Audiencia. Finalmente, el propio rey Felipe II, en contra de sus propios intereses y se su propio prestigio, desautorizará al mismo virrey enviándole la presente Real Cédula el 15 de mayo de 1592. Esta respuesta marcó lo que sería la posición regia con relación al gobierno de los seminarios: firme apoyo a los obispos  contra las actitudes prepotentes de virreyes y gobernadores.

Más adelante, en un nuevo apartado, el autor afirma que «casi siempre que a los contemporáneos de Santo Toribio se les convocaba para informar sobre su vida, coinciden en relacionar la vida ejemplar del arzobispo Mogrovejo con la iniciativa de fundar el seminario de Lima. De modo que los testigos dejan bien claro la dadivosidad y el celo del fundador por su obra.»(p. 21)

En el penúltimo apartado, Benito expone claramente que el nuevo seminario  tuvo como fin formar la identidad y el perfil sacerdotal querido por el prelado para la "nueva Iglesia de las Indias", según el Concilio de Trento y del Tercer Concilio Limense.

Finalmente, el último aparatado está dedicado al primer rector del seminario, el presbítero Hernando de Guzmán, quien con 25 años asume el cargo. Fue nombrado rector del seminario el 7 de diciembre de 1591,  se desempeñaría en el cargo de rector por más de 40 años. Finalmente, fallece el 3 de diciembre  de 1636 en Lima. Se concluye la audacia de Mogrovejo al apostar por un jovencísimo sacerdote para un cargo tan trascendental.

Entre las principales conclusiones, me interesa destacar la importancia de la permanencia en el tiempo y la estabilidad del seminario de Lima lograda a lo largo de casi medio milenio, siendo responsable de la educación de futuros obispos y personajes emblemáticos del mundo social y religioso del Perú; la estrecha relación del mundo del seminario con la sociedad peruana, cabe mencionar que entre los próceres que van preparando el clero renovado del Nuevo Régimen tenemos a varios alumnos y profesores toribianos; y por último, el Seminario nos habla de personas que se forjan integralmente para donarse a los demás como otros Cristos.

Se trata de un libro que con rigor histórico y concisión nos relata la vida del Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo de Lima. Estoy seguro de que la lectura de este libro contribuirá enormemente a conocer y valorar la rica historia de la Iglesia que peregrina en Lima con el único afán de llevar el Evangelio.

Señalaremos, por último, que el libro cuenta con un importante aparato gráfico que comprende fotografías históricas y actuales, del interior y exterior del seminario; y 10 anexos que complementan el desarrollo del libro con  información adicional,  acerca de  la historia del seminario de Lima y de la historia de la Iglesia del Perú en general.

 

Pbro. Jesús Salamanca