P. Vicente Guerrero, el dominico navarro con cien años de edad, que
fue secretario del Cardenal Landázuri.
Hoy 8 de agosto del 2017, en el Convento de los Dominicos de Santa
Rosa, junto a la Casa donde nació y vivió Santa Rosa, he tenido el don
de encontrarme con un misionero de la tierra de Javier, Navarra, con
cien años de vida, sin poder hablar, pero con la sonrisa en los labios
y con la mano abierta para bendecir y señalar la foto del Cardenal
Juan Landázuri a quien sirvió con prudencia suma y afecto filial. Allí
está también el preciado escritorio que le regalara Su Eminencia.
Le conocí un miércoles 17 de febrero del 2016, en compañía de Massimo
Zorzin quien estudia la obra del Cardenal Landázuri en el Concilio
Vaticano II. A pesar de sus 99 años, quedé impresionado por su
lucidez, simpatía, amabilidad. Sin soltar prenda sobre su misión como
secretario del Cardenal –pues era según él "top secret"- nos compartió
varias anécdotas que ayudarán, sin duda, a completar la ya conocida
imagen franciscana, sencilla, transparente del gran Cardenal de Lima.
Eso sí, se explayó acerca de la prudencia exquisita, la paciente
energía y del ilimitado cariño que los fieles les manifestaron.
Nacido el 10 de junio de 1917, acaba de cumplir los cien años, llegó
al Perú el 10 de mayo de 1958, pasó cinco años como misionero en la
selva; fue responsable de prensa del congreso eucarístico y mariano
nacional y al ser nombrado Cardenal de Lima, Mons. Juan Landázuri, en
el 1962, fue reclamado como secretario –misión que cumplió a lo largo
de todo su ministerio en 1988. Me refirió que –por discreción- nunca
concedió una entrevista y que en el libro de quien fue secretario,
Gustavo Noriega Mi amigo el Cardenal Juan (Lima, 1999) se informa de
su labor en Cáritas: "Su primer Secretario General fue el Padre
Vicente Guerrero, quien trabajó en las oficinas que se acondicionaron
en el tercer piso del Palacio Arzobispal. Esta circunstancia permitió
la participación más activa de Su Eminencia en esos primeros años de
trabajo social desde Cáritas Lima. El Padre Vicente fue un amigo y
magnífico colaborador del Cardenal, quien respondió con creces a las
expectativas por su capacidad para atender esta área que tanto apoyo
necesitaba", p. 98)
La Asamblea Plenaria del Episcopado Peruano le concedió la
Condecoración "Medalla Santo Toribio de Mogrovejo", por su destacado
servicio a la Iglesia del Perú, específicamente por "el generoso
servicio prestado a la Conferencia Episcopal Peruana como Secretario
Adjunto, desde 1983 hasta 1985, y le fue entregada el día jueves 27 de
enero de 2011 a las 11:00 horas en la Asamblea Plenaria Ordinaria.
Poco después de recibido el premio, estuvo a punto de morir, perdió la
memoria y la razón, pues "estuvo ocho días sin saber lo que hice, pero
me recuperé".
Su hermana Asunción, dominica del Rosario en Chaclacayo, pasa también
de los 90 años de edad y casi toda su vida como misionera en el Perú.
Agradezco al Señor tan providencial encuentro y lo comparto para
felicidad de los Dominicos, Navarra, el Perú, la Iglesia entera. Dios
quiera que vidas tan fecundas y benéficas sean dadas a conocer, se
registren para la historia y nos sirvan para caminar con esperanza en
este mundo tan necesitado de ellas.