miércoles, 5 de octubre de 2016

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS Y FELICITACIONES, QUERIDA MADRE SOLEDAD, NAZARENA DE ORO!

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS Y FELICITACIONES, QUERIDA MADRE SOLEDAD, NAZARENA DE ORO!

Con sumo gozo les comparto la nota del face del P. Pedro Hidalgo, acompañada del video de la condecoración. Añado lo que grabé a Madre Soledad sobre la encomiable vida de las Madres Nazarenas

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1706443429679888&set=a.1378965835760984.1073741827.100009427415182&type=3&theater


Quiero hoy compartir algunas convicciones personales que brotan del acercamiento a la historia del Señor de los Milagros. Son certezas para mí que considero pueden ser compartidas:
- No es posible pensar en el crecimiento de esta querida devoción sin la figura providencial de D. Sebastián de Antuñano.
- Todo lo que anheló Antuñano, y aún más, no hubiera sido posible si no hubiera encontrado a Antonia de Maldonado (M. Antonia Lucía del Espíritu Santo).
- El esfuerzo de Antuñano y de M. Antonia hubiera sido en vano si no se fundaba el Instituto Nazareno, que fue lo que pudo fundar M. Antonia, pero soñando con un Monasterio que llevase la Regla del Carmelo Teresiano Descalzo, que lograría fundar su discípula, M. Josefa.
- El Monasterio de Nazarenas Carmelitas Descalzas ha sido durante estos casi tres siglos un pilar fundamental en el desarrollo de la devoción y el culto al Señor de los Milagros.
- En las últimas décadas la Divina Providencia inspiró al Señor Cardenal Juan Landázuri para que pidiese la ayuda del Monasterio Carmelita de Vitoria (España) a fin de potenciar la vida del Monasterio de Nazarenas y, consecuentemente, la devoción al Señor de los Milagros de Nazarenas.
- Desde el 13 de setiembre de 1966 entran en la historia de las Nazarenas M. María Rosa del Pilar y M. María Soledad de Nuestra Señora, actual Priora del Monasterio. A ellas debemos una Iglesia restaurada seriamente y que conserva su hermosura, la preocupación por celebraciones dignas, el impulso de la devoción al Señor, la caridad que en nombre del Señor se ejercita en el Comedor de las Nazarenas y en el Dispensario Médico, la Capilla de la Reconciliación como especial lugar de encuentro con el amor de Dios, el Museo del Señor de los Milagros, curador de la historia de esta querida devoción, etc.
¡Gracias, Madre Soledad!
Hoy ha sido condecorada por el Gobierno y el Señor Presidente de la República en persona le ha colocado la distinción.
Es el reconocimiento a la grandeza de la vida consagrada contemplativa. Reconocimiento a su oración, a su plegaria constante, a su búsqueda del Señor, a su acogida a quienes la buscan, a su caridad con los necesitados y...a tantas cosas más.
Nuevamente ¡Gracias! ¡Felicitaciones! 
Dios nos la conserve.

 

Video de la condecoración con comentarios del P. Pedro : https://www.youtube.com/watch?v=VKwKiwe1wEw

 

Las Madres Carmelitas han sido y son el alma de este culto multisecular. Se guardan en su archivo los registros de las profesiones, las dotes, los testimonios de su fervorosa dedicación, los documentos del proceso de beatificación de Madre Antonia Lucía. Su carisma no es otro que el de la Orden carmelitana descalza, muy sintonizada desde Santa Teresa con la devoción al Cristo llagado y crucificado. Por eso el carisma nazareno "le aporta poco al carisma carmelitano, porque Jesús Nazareno siempre es su esposo –de la carmelita y de toda religiosa. La Santa Madre, Santa Teresa, habla de Jesús Nazareno y le tenía una devoción profunda a Jesús de la Pasión. Decía que no dormía una noche sin traer a su memoria la imagen de Cristo en el Huerto de los Olivos, en Getsemaní, porque le veía tan solo. La misma Santa Teresa se convirtió al ver el Cristo llagado y sintió la mediocridad de la vida religiosa que estaba llevando. Las Nazarenas recibieron y aportaron; la Madre Antonia tenía el Cristo de la Pasión, el Cristo Morado que significa el sacrificio, la Pasión, pero la Santa Madre tenía lo mismo. Cuando el beaterio desapareció, se adhirió a la orden de Carmelitas de Santa Teresa como deseó Madre Antonia. Tenemos el santuario por una tradición y es un Cristo muy venerado. Nosotros queremos vivir plenamente nuestra misión de vivir junto al Cristo Morado"[1].

 

Éste –según cuenta Madre Soledad le ha aportado como una segunda vocación. El Señor Cardenal Landázuri –al ver que las Madres Nazarenas eran mayores de edad y escasas en número pidió refuerzo al convento de Vitoria (España) De este modo, el 13 de septiembre de 1966, llegan cuatro carmelitas: María Rosa del Pilar, Juana María de la Cruz, Carmen de la Eucaristía y María Soledad de Nuestra Señora. De ellas, quedan actualmente Madre María Rosa y Madre Soledad, actual priora, ya que las dos primeros tuvieron que regresar. Madre Soledad se siente como en su tierra. "Una quiere esto; una ya le coge cariño a todo. El Señor de los Milagros, el Nazareno, es nuestro esposo. La Santa Madre le tiene coplillas al Señor Nazareno"[2]. Los limeños sienten que las Madres son el "alma, corazón y vida" del santuario; como velas encendidas, junto al altar, se inmolan, se ofrecen por el mundo, particularmente el complejo mundo limeño.



[1] Entrevista a Madre Soledad en el 2005 y 2011.

[2] Declaración oral, 14 de septiembre del 2003