viernes, 5 de junio de 2015

PUIG TARRATS, Esteban

50 años Colegio-Seminario Nuestra Señora del Valle. Una caricia de Dios

2ª ed.  (Ausonia, Lima, 2015, 191 pp)

Historia, antropología, espiritualidad y toneladas de cariño se palpan en este entrañable libro escrito con la severa precisión documental de una tesis doctoral y la belleza poética de las "florecillas" de San Francisco. ¡Qué difícil ser protagonista-testigo y escritor-historiador, pero qué bien se han armonizado  estas páginas llenas de verdad, simpatía no exenta de picardía, y siempre buen humor y más, bello amor, sobre todo cuando se refiere a la Madre del Amor Hermoso!.

Agradezco al autor por tan excelente resultado y la bella y simpática dedicatoria al libro que ha tenido la delicadeza de enviarme: "JAB: Con todo mi afecto. Ya ves por cuáles andurriales me he metido. Los jóvenes, son de 80 años cuando viven de recuerdos; y los de 80 años somos jóvenes si vivimos de proyectos".

Se abre con una sintética presentación por parte del actual obispo-prelado de Yauyos, Monseñor Ricardo García quien celebra la publicación y brinda el sentido de la obra escrita y, sobre todo, de la obra jubilar de la institución con nombres propios como el San Josemaría Escrivá, Monseñor Ignacio María de Orbegozo, Monseñor Luis Sánchez Moreno-Lira, los responsables del seminario, destacando el celo apostólico y afán evangelizador que con "alegría, buen humor y confianza en la Divina Providencia" (p. 9) ha sabido recoger el autor.

La obra se articula en tres apartados. El primero, referido a la evangelización fundante en Yauyos y Huarochirí en el marco del proceso evangelizador americano y específicamente peruano. El autor nos presenta con maestría las grandes líneas de acción misionera, ubicándonos en la zona en la que se desenvolverá la nueva prelatura y el Seminario. La segunda parte describe la creación de la prelatura de Yauyos, confiada al Opus Dei, en tiempos del santo fundador y con un prelado rompe moldes como fue Monseñor I.M. de Orbegozo, acompañado por sacerdotes diocesanos de diferentes diócesis españolas  que logran un auténtico clima familiar de comunión y misión. El tercer apartado entra de lleno en la historia del Colegio-Seminario al que presenta como auténtica caricia de Dios y de Santa María y cuyo fruto más sobresaliente son los 81 sacerdotes brotados al calor de su fragua.

Bastaría saber que la obra provocó en el Fundador de la Obra un tierno amor pastoral misionero para valorarla en su medida. No me resisto a transcribir una de sus cartas: " Que Jesús me guarde a esos queridísimos hijos de Yauyos…Y no olvidéis que este pobre pecador que es vuestro Padre, os presenta cada día al Señor y a Nuestra Madre Santísima Santa María como las primicias del trabajo misional, que ahora se continuará en Nairobi y en Osaka. ¡Un mar de amor sin orillas!" (p.80).  De igual modo, hay que resaltar el tesoro de las cartas familiares del primer prelado como la que escribió a su hermana del 29 de mayo de 1961: "Todos mis curicas bien, sanos, contentos y rebuenos de veras. Todos trabajando lo increíble, llenos de optimismo siempre, siempre bromeando de todo y siempre en su tarea. ¡Y el Señor y la Santísima Virgen los guardan fuertes como robles y casi parece un milagro! Pero así es y yo tan feliz!" (p.104). Entre ambos se palpa un cariño que no es de este mundo. Cuando salió Monseñor Orbegozo de Roma para Yauyos escuchó de San Josemaría unas palabras que las convertirá en misión: "Tú sabes cómo gobernar. Pero yo, en tu lugar, me preocuparía sobre todo de tener cuanto antes un seminario" (p.185)

Y el libro nos cuenta precisamente estos afanes con mil y una anécdota, bien documentadas en las 94 citas sustanciosas a pie de página, en las decenas de anécdotas chispeantes  y en las jugosas citas de las cartas.

Con las selectas fotos y la esmerada edición, les auguro una deliciosa lectura como yo he tenido ocasión de hacerlo por primera vez.