viernes, 27 de febrero de 2015

ENTREVISTA A MONSEÑOR HUGO GARAYCOA, 2001, EN STUDIUM VERITATIS 16, 2012

(La primera foto es un recuerdo de 1991, en Tacna. La segunda en la Facultad de Teología cuando fue condecorado en el 2012)


MONSEÑOR HUGO GARAYCOA HAWKINS

Obispo emérito de Tacna y Moquegua

 

Monseñor Hugo Garaycoa Hawkins nació el 2 de junio de 1930 en El Callao, se ordenó de sacerdote el 9 de julio de 1961 y fue consagrado obispo el 25 de enero de 1983. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal del Perú. En la actualidad es miembro del Consejo Nacional de Educación. La Iglesia del Perú celebró de modo muy sentido sus bodas de oro sacerdotales el 9 de junio del 2011. Es coordinador del Diplomado de Doctrina Social de la Iglesia en la UCSS. Atiende espiritualmente a un puñado de seminaristas y sacerdotes. Y, a pesar de sus operaciones de hernias discales y una vida apostólica cien por cien, sigue al pie del cañón por la Iglesia y el Perú.

Nunca olvidaré aquella tarde de agosto de 1991, cuando Monseñor Hugo no sólo tuvo la generosidad de llevarme en su carro desde Candarave a Tacna pasando por Toquepala, sino que como nuevo San Martín de Tours, al verme sin sábanas deshizo su cama y me dijo: Toma la sábana, la doblas y se convierte en dos, yo haré lo propio con la que queda. La verdad es que yo me quedé alucinado (sorprendido) ante este prelado que tanto me recordaba a mi admirado Santo Toribio.

Un buen día del año 2010, me encontraba en apuros para mi programa de PAX TV (dos de los entrevistados se excusaron a última hora), llamé a Monseñor Hugo y me dijo: De acuerdo, pero que sea breve pues yo estoy en Lurín y tengo que ir a San Miguel". Yo le dije: "Como guste, Monseñor, lo importante es que vaya al canal". Estuvimos casi una hora. Yo disfruté de veras ante tanta calidad humana, tanta vida. Y con mucho gusto se la comparto, deseándole con título de encíclica social que por lo menos viva ¡centessimus annus!

-----------------------------

 Muy buenas amigos de Pax TV es una alegría enorme de poder recibir a monseñor Hugo Garaycoa que, a pesar de estar jubilado entre comillas no para y le agradecemos que haya tenido este paréntesis de su vida tan dinámica para dedicarla también a ustedes ya que no tienen la suerte como nuestros amigos de Lurín y del diplomado de la Doctrina Social de la Iglesia de la Universidad Católica Sedes Sapientiae por decir dos de los detalles que ahora en su jubilación el sigue apuntando como servicio a la iglesia.

Mons. Hugo aquí esta su casa bienvenido y muchísimas gracias.

Gracias por la invitación en realidad no me gusta hablar de mi mismo, pero si es por algo que le sirva a los demás lo que ha sido la vida de alguien quien descubrió  de los inicios al señor, no que lo descubrió, sino que el señor le fue haciendo un camino yo casi diría un corralito y que puso personas en mi camino que me ayudaron a cambiar de vida totalmente.

Del colegio LA SALLE a la UNI

Sí a una edad temprana, de catorce años, salí del colegio porque quería ser ingeniero mecánico; había oído hablar de que esa carrera era muy remunerativa, de hecho, el ingeniero que fue a dar la charla al colegio decía era la carrera que iba a dar mucha plata en el futuro a pesar de que recién comenzaba la ingeniería mecánica;  y para mi fue la palabra mágica decidí ser ingeniero mecánico, llegue a la UNI entre y salí.

 

Pero, ¿cuánto tiempo duró?

Seis meses, me aburrí ya que no era lo que a mi me gustaba pero me acorde de un dicho que dice: "El diploma es el disfraz con el que se cubre la ignorancia" y entonces dije yo toda mi vida empleado no voy a ser quiero tener un diploma y me volví a meter a estudiar y entre en el examen de ingreso de la Católica y allí comencé a estudiar algo que podía compartir entre  los estudios y el trabajo que yo tenia en la casa W.R. GRACE CO en ese entonces.

 

¿Estudió Economía?

Contabilidad y economía y allí comenzó el Señor a trabajar la cosa comencé por salirme de la casa GRACE  por  una invitación que me hicieron para un trabajo en los laboratorios SQUIBB y que ahora precisamente pase esta tarde por allí, pero ahora ya no existe y triplique mi sueldo en el paso de un lado a otro, no es por nada pero ganaba muy bien.

¿Los negocios, eh?

Me permitía el lujo de tener un carro una enamorada poder ir a una discoteca con la enamorada y las dos hermanas. Ya que en ese entonces no le dejaban salir a la chica sola tenia que ir acompañada y mas si era a una discoteca pero como la hermana, tenia hermanas gemelas entonces tuve que lidiar con las dos hermanas y ellas dos tenían a la vez su par de enamorados que eran estudiantes pero rangalidos, porque  no tenían dinero para pagar el taxi, pero bueno quería divertirme un rato pero no era el que nos emborracharnos no, sino íbamos temprano y  salíamos temprano pero con ella comenzamos un poco aquello que me pidió que para su cumpleaños fuéramos a la misa con ella y comulgara.

¿Usted practicaba en ese tiempo ¿

No practicaba, me había educado en el colegio pero había salido harto de las misas no quería saber nada de misas, pero allí fue alguna primera cosa que me presento el señor. Después encontré un grupo que fui a una charla un sábado una meditación sobre el buen samaritano me marcó profundamente.

 

Usted habla de Monseñor Orbegozo

Bueno quien me llevo allí fue un catedrático joven que hoy día es Monseñor Luis Sánchez Moreno[1] y luego la meditación la dio el P. Orbegoso[2] que era sacerdote simplemente y bueno me impresiono tanto que comencé a ir los fines de semana allá pero este compañero mío que yo considero instrumento del señor pues me invito a ir a Huaral a recibir a un padre que llegaba, me reservo el nombre porque el ha dejado de ser sacerdote, pero verdaderamente para mí ese hombre fue modelo de sacerdocio y preparamos la casa tuvimos que pintarla arreglarla. Yo nunca había gastado un centavo en nada, la plata era para mí.

Y el tiempo que tuvo que dedicar

 Y entonces cuando llego el padre, mira la casa y le gustó, a pesar de que era una casa horrible como para quitar la vocación a uno, todas las paredes descascaradas sucias lo único que había era una cama y el catre era de fierro con una pata doblada, no había baño eran dos tablas en un hueco. Luego llego el padre y vio la casa pintada, limpia y dice: "¡Qué linda mi casita!". Yo sentí por primera vez algo en mi  corazón, un zamacón muy fuerte, entonces el padre se aprovecho de las circunstancias y me dijo "¿Por qué no vienes los sábados para conversar con los jóvenes de la parroquia?"..

 Yo me comprometí y asistieron varios jóvenes, diez, veinte, treinta, cuarenta y cincuenta jóvenes. Y un día que estaba hablando con los jóvenes, oigo una voz que pregunta: "¿Y el señor Hugo dónde está?·. Y el párroco le contesta y le dice: "El padre Hugo esta en el salón del fondo". A mí me ardió, me dolió, me molestó simplemente, y le dije a los chicos con mucha calma: "Muchachos, no nos volvemos a ver, ¡adiós!". Y salí. 

¿Se puso bravo el padre?

No, el padre vino y le dije: "Padre, ¿con qué derecho usted me toma el pelo? Cura yo jamás, nunca". Me fui y no regresé a Huaral. Paso un día, otro y otro, pero tenía algo adentro. Entonces, le digo a mi amigo Pedro: "Búscame un sacerdote joven para hablar con él".  En ese entonces me trajo  al padre Harold Griffiths Escardó .

 

Estuvo de capellán en la Universidad de Lima.

Yo le dije: "Mira, Pedro, éste no sabe nada y le dije 'búscame a otro mayor y me llevo al ya difunto Monseñor Abarca que era canónigo. Yo hablé con él y también me dice que si podría tener vocación. Le dije que no sabía nada. "Pedro, búscame otro. Me busco al que en ese entonces era el padre Eduardo Picher tendría más o menos sus cuarenta años o treinta y ocho pintaba ya un poquito de canas. Y comencé hablar con el y me dijo mira te digo una cosa si quieres que yo te ayude se sincero si me estas mintiendo como para llevarme a una respuesta yo no quiero eso. Y fui sincero y comencé a hablar,  me dijo tendríamos que comenzar por un itinerario para ir viendo que es lo que pasa. Comenzamos el itinerario y la corte. Llego el trece de Agosto de 1954 entonces tome la decisión de entrar al seminario estaba dando mi examen de grado y entonces dije me graduó y me voy al seminario, efectivamente que ingrese en el año 1956 para esto estuve ayudando en lo que era el congreso eucarístico mariano y el 1955 fue que me gradué el trece de Agosto me acuerdo porque el 15 de Agosto fue que le dije a mi enamorada que ya terminábamos, le dije que pienso entrar al seminario. Me encontré con el cardenal Landázuri que en ese entonces era vicario capitular y me dice: Señor Garaycoa y cuando me dice lo que realmente sospecho. -  Yo le digo si quiere esta tarde excelencia, entonces me dice le espero en mi casa a las cuatro para que tomemos  un tecito y hablemos. Llegue yo a su casa a las cuatro para tomar el té y lo primero que me pregunta el cardenal es: "Oiga dígame pues de una vez". – ¿Qué quiere que le diga que si estoy pensando en el sacerdocio – No se hable mas, llamo a su chofer Fidel prepara  el carro que nos vamos al seminario.

 Entonces me metió al carro llegamos al seminario y me lo presento al rector y al rector le dice: normalmente nosotros conocemos a los candidatos y se lo presentamos al Arzobispo- Aquí ya que usted no los trae no hay orto recurso que aceptarlo. Y así ingrese pero eso fue un jueves,  el sábado fui a la reunión esa famosa y al entrar el sacerdote que nos atendía Don Manuel Mota que en paz descanse.

- Me dijo: "Tengo algo que decirte". "Yo, también". Para esto, en esas reuniones conocí también a Armando Nieto, laico todavía en ese entonces y, bueno, al terminar la meditación, le digo "padre, ¿qué tiene que decirme?".  "No, dime primero tú que tienes qué decirme". Yo le dije "que estoy con el arzobispo y me voy al seminario".

- Y usted qué tiene que decirme

 -Te lo diré algún día y no ahora.

Bueno, entré al seminario, me adelantaron estudios. Finalmente, después de unas "torturas" de parte del Rector conmigo me enviaron a Canadá a terminar la teología con unas angustias y unas agitaciones porque yo no hablaba idiomas.

 

¿En qué idioma, francés?

Francés. Irme a un lugar desconocido sin hablar el idioma, entendía solo algunas cosas, ya que nos enseñan muy poco de este idioma en el seminario de Lima. Y, bueno, llegué allá, termine mi teología gracias a Dios, luego el obispo me ofreció una beca en la universidad de La Salle y me pidió  que me quedara allá con él. Le escribí al cardenal y me dijo, "muy bien y acepta la beca, pero vienes a ordenarte a Lima". Y así fue que me vine a ordenar a Lima, después de haberme ordenado de diácono allá. Y lo más curioso fue que la primera vez que di la comunión como diacono fue en México, en la iglesia Pedregal. Llegué a Lima y el 9 de Julio de 1961 a las 11:35 de la mañana me ordenaban de sacerdote. La noche anterior yo recordé algo que siempre había soñado de chico: "ser caballero de armadura casco" con todas esas cosas. Y puse mi casulla  encima de la cama, y dije: "Mañana voy a ser armado caballero". Tengo en mi escritorio ahora tres estatuas de tres caballeros allí con espada en mano para recordarme que fui armado caballero para servir a un solo Señor.

¿Y la dama ¿

 Esa después. Y dije "bueno, me consagro a servir a un solo señor y a amar a una sola dama mi madre Santa Maria".  Y por eso llevo acá una medalla todo el tiempo.

 

¿Qué advocación es?

La Virgen del Carmen, la medalla escapulario, en realidad. Me ordenaron el 9 de julio por petición expresa mía y me ordené solo en el seminario de Santo Toribio; lo curioso es que nunca recibí órdenes menores ni tonsura en el seminario, fue la primera vez ya que todo lo recibí en diferentes sitios como por ejemplo sitios inverosímiles como el cerro San Cosme, el que quedaba por atrás de Dos de mayo, la tonsura en el Palacio arzobispal.

Dios le va preparando para luego ser un obispo en tu terreno

Puede ser que sea eso ¿no? Yo siempre lo he pensado. Y bueno me ordenaron y me fui a visitar a mis parientes en el norte y allí celebré mi primer bautizo, en Chiclayo, en la capilla de la Soledad, luego pasé a Piura. Yo tenia facultades en Canadá pero no en Lima y el Obispo de ese entonces me dice "mira, necesitamos que confieses  porque hay muchos niños para confesar en la catedral; así que te doy facultades para que puedas confesar o sea la primera comunión allá en México, el bautismo, las primeras confesiones todo repartido por todos lados. Bueno, después siempre me pregunté qué quiere el Señor con esto. El primer matrimonio lo celebré en Italia, la primera unción de los enfermos en la parroquia de San Tomás Fisher en Kent (Inglaterra) y la primera confirmación fue en Lima, por eso yo digo "¡bueno!, algo querría decir el Señor  que no iba a estar fijo en un sitio". Pasó el tiempo, y, después de estudiar unos años, regresé de Roma.

¿Hizo en Roma el doctorado?

Si, allí hice el doctorado en derecho canónico, la licenciatura en Derecho Romano y peritaje en Espiritualidad

¿Cuantos años estuvo allá?

Cuatro años y medio

¿Y lo aprovechó bien?

Me costó trabajo convencer al Cardenal primero que me dejara estudiar Derecho Romano, al tiempo que cursaba Derecho Canónico y Espiritualidad. Y, efectivamente, terminé en junio y yo lleve y me presenté al cardenal el 23 de diciembre con mis tres diplomas. El cardenal ni los abrió; los retiro con su mano al costado. Me dolió terriblemente. El cardenal me miró simplemente y me dijo: "El 31 en la tarde estás entrando al Hospital del Empleado a trabajar". ¡Bueno!, qué vamos a hacer, sin vacaciones, sin haber estado con mi familia…Y allí fui por obediencia, al Hospital del Empleado. ¡Maravillosa experiencia! Nueve o diez meses después el cardenal me llama y me dice: "¿Estás contento, Hugo?". "Sí, Eminencia, estoy contento". "Bueno, te voy a cambiar". Y cada vez que me hacía un cambio, el cardenal siempre me formulaba la misma pregunta: "¿Estás contento, Hugo? Te boy a cambiar". Y siempre le dije "sí", porque yo no juré obediencia, yo prometí no decir nunca no a lo que me pidieran mis superiores.

 

Háblenos de su labor como docente en la PUCP

Allí daba el curso Derecho Romano I-II

¿Qué alumno recuerda?

Alan Garcia, el presidente, los Bedoya, Griffiths…y otros muchos.

Fue docente y rector de la Facultad de Teología Pontificia y Civil

Pues sí, como rector estuve dos periodos; como docente en total 27 años, comencé recién llegadito a Roma. Enseñé primero Derecho Canónico, después Moral y Pastoral.

 

Y también en este tiempo tuvo que ir al CELAM

Sí. Yo trabajaba en vocaciones y me tocó asesorar y acompañar a los obispos primero en Medellín y después en Puebla.

Creo que también pudo estar en el Concilio Vaticano II

Cuando estaba en Roma me toco participar en dos sesiones del Concilio  Vaticano II, desde dentro, llevando papeles es verdad, pero la experiencia de vivirlas adentro eso es único también y doy por ello muchas gracias al Señor.

 

¿Con qué obispo tuvo que trabajar o estuvo cerca en el Concilio?

Conocí a muchos porque me tocaba ayudarles y facilitar que dialogasen entre sí. Recuerdo como anécdota a Monseñor Corripio, arzobispo de México, que en paz descanse. Cuando comenzó una de las sesiones, entraron unas morenas bailando, llevando el evangelio como entronización para dar inicio a las oraciones de la mañanas; y el Obispo Corripio me dice: "Esto es lo que nos falta en nuestra liturgia ponerle más vida, más ritmo y más  color. La verdad es que se me grabó.

 Monseñor, la experiencia del Concilio fue algo tan grande, que me gustaría que nos trasmitiese para todos la gracia tan grande de momento tan singular, histórico para la iglesia contemporánea. ¿Qué es lo que salió de ahí? ¿Qué espíritu se vivió?

La primera sesión fue un caos, nadie tenia experiencia de concilio. En un momento determinado hicieron entrar a Monseñor Caringhi, que sí tenía experiencia de concilio y que contaba ciento tres años, del brazo de Monseñor Alcides Mendoza que tenia 31 años nada más. El obispo más viejo y el obispo más joven del mundo.

Juan XXIII

Si

Conduciendo

Maravilloso Juan XXIII

Beato Juan XXIII

Y un incidente del concilio que fue muy curioso que lo resolvió Juan XXIII con esa mentalidad pragmática que tenia él, a los cardenales todo el estrado donde estaban ellos eran con butacas rojas y los patriarcas los colocaron con los obispos y los patriarcas se revelaron, dijeron somos la institución mas antigua de la iglesia y por lo tanto merecemos un sitio mejor nos vamos. Al día siguiente debajo de la estatua de San Pedro apareció una mesa larga con un mantel de tercio pelo, rojo y el sitio para los patriarcas. Y es verdad es la institución mas antigua de la iglesia mas que los cardenales. Y cómo soluciono el problema Juan XXIII, los nombro a todos cardenales y solucionado el problema. Después eso de cardenales diáconos, presbíteros dijo no, todo cardenal que no es se ordena de obispo y hemos visto las excepciones que ha habido después durante el gobierno de Juan Pablo II los que no quisieron recibir el episcopado. Pero la primera sesión fue tormentosa, cuando termino la primera sesión el ambiente era que no seguía el concilio, fue un ambiente ya de decepción. De ahí hicieron cardenal al arzobispo Landázuri y me toco estar de secretario de él. La noche anterior comimos con Don Pascuale y el cardenal Montini, y cenamos en un restaurante de Villa Medulana El cardenal Montini se le veía un hombre con una tensión muy fuerte; lo tenia sentado frente a mí, precisamente.

Futuro Paulo VI

Sí, como que se la sospechaba ya. Bueno  lo que a mí me llamó la atención fue que lo vi entrar al cónclave y me tocó verlo de frente porque estaba con otro cardenal; caminaba rígido como el hombre que va al matadero.

Y a la hora que sale el nombramiento hay una ceremonia que se llama la primera adoración, el cardenal acompañado de sus secretarios se acerca y yo me acerco y vi un hombre brillante, vestido de blanco radiante así pero con una aureola aquí  de luz que me quedo impresionado, lo tengo grabado aquí.

La gracia ¿verdad?

La gracia, lógicamente.

Tanta oración de tanta gente

Sí. Y, entonces, me acuerdo que él me dijo: "Ruegue por mí, rece por mí". Bueno, le tocó un calvario al pobre, ciertamente.

Y vamos con el Concilio. ¿Cuándo se puede decir que entró?

Y ese día, ese día, aquí viene el detalle. Así como en la embajada están los choferes esperando, se ponen a conversar entre ellos, que mi embajador dice esto y mi embajador dice lo otro. Yo estaba conversando con los otros secretarios y entonces la mayoría decía: "Mi cardenal dice que este concilio no sigue, aquí se acabó". Cuando el Papa dice: "El concilio sigue adelante, nos reuniremos en la primavera nuevamente". Todos se quedaron sorprendidos; yo vi las caras del gran interrogante. La segunda sesión sí corrió mucho más suave y ya comenzaron a salir documentos y todas las cosas ¿no?. Otro incidente del concilio es que el cardenal de Boston se retiró porque no le permitían hablar en inglés, y yo no quería hablar Latín. Se retiró y el ofreció poner un  servicio de traducción  simultánea.

¿Para todos?

Para todos, porque Cardenal arzobispo de Boston Cushing  manejaba mucho dinero. Ya a la mitad de esa sesión, yo me tuve que retirar por mis estudios. Para mí fue una experiencia muy rica, superada, sin embargo, después por las experiencias latinoamericanas de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida.-

¿Que es como una proyección de todo el espíritu de aggiornamiento o puesta al día del concilio, de esa renovación de toda la iglesia?

Quiero comentar una cosa que me llama la atención a mí, cada vez que doy charlas sobre este acontecimiento. Se habla del Vaticano II como si se hablara del Concilio de Trento, se habla hoy de Medellín y de Puebla como algo del pasado y hoy día todo el mundo habla de Aparecida como si fuera el non plus ultra. Y si me pongo a revisar como me gusta trabajar a mí un poco con concordancias y viendo lo que paso aquí y busco, me encuentro cosas en Puebla que son repetición ahora con diferente lenguaje en aparecida. Y me encuentro si algo, que me llamo mucho la atención  en esta proyección porque he estado trabajando este tema es que Medellín menciona una sola vez la palabra santidad, Puebla la menciona mas de cincuenta y tantas veces la palabra santidad en diferentes normas, Santo Domingo un poco menos que Puebla y aparecida la menciona más. Pero eso se lo debemos a un hombre extraordinario a Juan Pablo II, que desde el primer momento hablo de santidad y que en su documento testamento Novo Milenio Ineunte en el número treinta nos dice que es la pastoral de la santidad y eso cuantas veces me ha servido a mí.

Y él mismo ha canonizado más que todos los papas juntos

Sí, y él mismo ha querido demostrarlo en su vida.  

Mas todavía, que es un santo. Pero volvamos, Monseñor, a su trayectoria.

Cuando en 1954 murió mi madre, yo pensé hacerme trapense, porque en realidad me gusta esa vida.

Pero por un tiempo

 No, cuando hice mi retiro de diaconado en Canadá lo hice en la Abadía del Monasterio de Mistasini. Fui por seis días y me quede diez tuvo que venir el Obispo Monseñor Pari a sacarme del monasterio porque ya yo no quería salir y me dijo: "Tu obligación es regresar allá a tu tierra, trabajar y después pide permiso a tu Obispo". Cuando llegó el diaconado no me dejó ir a hacer retiro en Mistasini, pero ya cuando estuve en Roma de sacerdote fui a Tre Fontane y siempre estuve haciendo mi retiro con los Trapenses, por que los admiro profundamente.

Santo Toribio también tuvo

Tentaciones

Por lo menos una. En el Museo Provincial de Salamanca hay un relieve que precisamente habla de la visión que tuvo de querer ser cisterciense cuando era universitario, pero parece que tuvo una revelación que el Señor le tenia reservado para otra misión.

Bueno, yo no tuve ninguna revelación, soy muy doméstico; les podría decir que soy muy humilde para tener revelaciones

Pero usted ha tenido esa actividad de manera muy contemplativa no, me gustaría que nos hablase sobre todo por lo que yo le he conocido en Tacna y también el trabajo con los seminarios.  

Bueno, visto que era un trapense frustrado. Y lo digo porque yo escribí a la muerte de mi madre una primera carta  y no me la contestaron, una segunda carta y tampoco me la contestaron, una tercera carta en el mes de setiembre. En diciembre ya me llamaron para darme la noticia de que aceptara el episcopado.

Ya entendió lo que le gustaba

No, me acuerdo que le dije al que me lo anunció: "Esto, ¿quién lo pide, usted?". "No",  me dice, lo ha pedido el Señor Cardenal y el Santo Padre le piden que acepte el episcopado. "Si es así, por obediencia, le digo que sí. No puede pensarlo ocho días, no necesito pensarlo si ellos lo piden como usted lo dice; yo acepto", y acepte. Pero yo ya había comenzado mis planes con esta visión trapense y me dije: "¡Bueno, vamos a trabajar un poco con los seminaristas".  Y esa noche que yo llegué a mi casa, después de haber aceptado, llega la carta de la Trapa en que me dicen que había sido aceptado. Yo le escribí que llegaría un poquito tarde, con unas horas de retraso.

 

¿Y se quedó sin vida contemplativa?

Bueno, sí, pero como era director espiritual puede proyectarlo en los seminaristas y así  preparamos el mes de espiritualidad e intentamos vivir una profunda vida de oración. Hicimos la experiencia del Ora et labora muy benedictino, los seminaristas vivían en un régimen de silencio, oración, seminario de espiritualidad, trabajo manual en la chacra y vivimos ahí, tan felices. Y yo, como director espiritual y como  administrador. De ahí quedó establecido el mes de espiritualidad en el seminario; y cuando me fui a Tacna lo primero que hice fue poner el mes de espiritualidad con los seminaristas y pasarme el mes íntegro con ellos trabajando.

Pero allí, en Tacna, primero fue poner el seminario ¿no?

Efectivamente, allí no había seminario, estaban estudiando en Arequipa siete seminaristas para toda la diócesis. Y fue lo primero que me propuse yo. Cuando me nombraron a Tacna ¡oh desolación de desolaciones!, yo me dediqué a revisar un poco las estadísticas y me encuentro que había solo trece sacerdotes para toda la diócesis.

 

Y casi todos mayores de edad ¿no?

El menor de cuarenta años y el mayor de ochenta. No había seminario. Tenía una casa episcopal que se caía de ruinas, antigua…Y ¡bueno! lo único que quedaba era ponerse a rezar y manos a la obra. Yo tomé posesión el 18 de agosto y el 30 de agosto firmé mi primer decreto: La erección del seminario Misioneros San José en Tacna, ¿dónde?, en mi dormitorio, que era lo único que tenía, y que era la habitación más grande.

 

Pero seguro que tenía muchos sueños

No, puse ocho camas camarotes en mi dormitorio y yo me fui a dormir con otros dos misioneros a otro cuarto, el comedor servía al mismo tiempo para la hora de clases, la sala la dividí en dos. El dormitorio del obispo era el más grande y ahí pusimos la capilla. Sacamos el comedor de donde estaba para ponerlo más cerca de la cocina, donde estaba el comedorcito de diario. Y allí comenzó el seminario.

En qué año estamos

Estamos hablando del año 1991

Y ¿como obispo allá, cuántos años?

Yo llegué en 1991 y ese mismo año ya abrí el seminario con ocho propedéuticos. Después, como no tenía seminario los mandé a Colombia, al Seminario Misionario de la Ceja. Después de tres años ya había como 22 seminaristas en la Ceja y el obispo me pidió que por favor que ya no mandara más. Entonces comencé  la filosofía en Tacna con los Eudistas y la teología en Lima; un grupo todavía tenía en Cusco que fue una alternativa. En un momento determinado, se juntaron todos y comenzamos la teología, cambiamos a los Eudistas por personal propio y nos metimos también a construir nuestro propio seminario. Hoy ya está terminado y sirve a la diócesis desde el año 2001.

¿Cuántos sacerdotes se han ordenado hasta la fecha?

Yo he ordenado 38 sacerdotes en la diócesis, en total en mi vida episcopal tengo 52 sacerdotes ordenados entre ellos y los religiosos que he ordenado. Deje 42 seminaristas cuando Salí de la diócesis.

Y los primeros, en un gesto que a mi me conmovió, los envió fuera de la diócesis

 Exacto. Yo dije que había que ser generosos con el Señor. Si yo soy generoso con el Señor, el Señor va a ser más generoso todavía y decidí que a los dos primeros los iba a mandar a Bolivia, le escribí al obispo ofreciéndolos, pero el obispo no me contestaba. Y, un día, Monseñor Martín, en una reunión de Cáritas, me dice: "Hugo, ¿ya mandaste los sacerdotes a Bolivia?". "No" - le digo- "no me ha contestado el obispo". Y, entonces, me dijo: "¿Por qué no me lo das a mí para Pucallpa? –Entonces le dije: "Si tu carta me llega antes de la respuesta de Monseñor te los doy a ti". La respuesta me llegó por fax ese mismo día, y, bueno, promesa es promesa, hicimos una ceremonia muy linda y partieron los dos primeros rumbo a Pucallpa. Y allí hemos tenido la misión de Pucallpa durante diez años; después abrimos también la misión en el Vicariato de San Ramón por una petición expresa de Propaganda Fide.

A mí lo que más me ha impresionado de Tacna ha sido que toda la diócesis se ha convertido en diócesis,  comenzando por el envío de los jóvenes ¿no es así?

Sí, los jóvenes de confirmación

Usted hablaba de que no le gustaba tener una diócesis con capillas de puertas cerradas…

Mira, eso comienza en Lima, siendo obispo auxiliar de Lima me comencé a preocupar de que los seminaristas tuvieran dos meses de vacaciones o tres y comencé a establecer las misiones. Me acuerdo que del primer grupo que mandé a misiones un seminarista me dice: "Monseñor, usted experimenta con nosotros, mes de espiritualidad, misiones, ¿qué más va a experimentar en el futuro con nosotros?". Le digo: "Pero dense con una piedra en el pecho, ¡qué bueno que ustedes sirvan para ir creando cosas dentro de una diócesis!". Entonces, cuando llegue a Tacna lo primero que pensé fue en misiones; primero visité todas las parroquias para ver la realidad, 138.000 kilómetros en total. Superó a Santo Toribio que recorrió 40 000 km, el perímetro para dar la vuelta al mundo

Claro que no tenía la ventaja del carro…

Por eso no tuvo ese accidente que tuvo usted

Son alrededor de 1832 pueblos con nombre en los mapas, en la diócesis de Tacna, y 134.000 kilómetros cuadrados de extensión, el 60% en la sierra. Una de las cosas que yo siento como más queridas, y eso que yo tenía pánico por ir a la sierra cuando era sacerdote.

 

Limeño

 No, limeño no, peor todavía, chalaco, costeño. Cuando me mandaron allá, amé y amo intensamente la sierra. La gente se quejaba quizás que viajaba demasiado y que paraba en la sierra más que en la ciudad con ellos.  Pero ellos no necesitaban  y ahí me propuse la campaña con los jóvenes en las confirmaciones; les decía: "Muchachos, les invito a una aventura, una aventura con mucha adrenalina, a visitar la realidad de esta diócesis a la que ustedes pertenecen". Iban 200, 180, 250 jóvenes a trabajar a los pueblos donde nunca llegaba un sacerdote y después la gente comenzó a pedirlos porque se acostumbró. Y de ahí surgieron tanto las vocaciones de chicos y chicas tanto para las misiones y luego para las congregaciones religiosas. Fueron quince años de vida intensa en Tacna con mucha alegría y mucho gozo y mucha pena también al retirarme.

Pero creo que San José también ha sido fuente y motivo de consuelo ¿no?

Bueno, San José fue para mí como le puedo decir el refugio, la casa episcopal se llama San José, los dos monasterios de Clausura son San José, la casa de Lima donde resido actualmente que antes era mía ahora es de la Diócesis, también se llama San José.  Pues siempre él me ha ayudado y por eso en las tarjetas de mis invitaciones para mi ordenación sacerdotal y episcopal es una figura muy tierna, que me gusta mucho, la de San Jose que tenemos en nuestro seminario de Tacna que la mandé hacer expresamente porque refleja lo que es José; y la ternura del niño a su vez con José; por eso es que mi madre Santa Teresa decía que todo lo que se le pida que el poderoso caballero es San José; me confié a él y a él le debo el seminario y lo poco que pude hacer en Tacna y también tengo que aprovechar la oportunidad -nunca me cansare- de agradecer al monasterio de clausura espero que sigan rezando todavía y que también ahora estoy pidiendo para que recen por el seminario de Lurín.

Se publicó en  Studium Veritatis N. 16

ISSN 1682 – 0487
Año 2012



[1] En el momento de la entrevista era arzobispo de Arequipa. Pasó a la Casa del Padre.

[2] Sería el primer prelado de Yauyos Cañete y luego obispo de Chiclayo.