viernes, 31 de octubre de 2014

El P. Ernesto Rojas comenta el libro de Juan Ramírez Aguilar, Movimiento sacerdotal ONIS. La Iglesia en el Perú frente a las demandas de justicia social. 1968-1975.

Juan Ramírez Aguilar, Movimiento sacerdotal ONIS. La Iglesia en el Perú frente a las demandas de justicia social. 1968-1975. Lima, Seminario de Historia Rural Andina – Universidad Nacional Mayor de San Marcos 2014.

El mencionado libro es la tesis de licenciatura que sustentó en el año 2006. La investigación empezó a partir de la preocupación por comprender al Movimiento Sacerdotal ONIS dentro de un contexto post vaticano II en que la Iglesia católica busca orientar su labor pastoral ante los nuevos retos del Mundo Moderno .El libro está compuesto por cinco capítulos:

El primer capítulo, "Hacia una Iglesia nueva. El contexto histórico-religioso", aborda el panorama general de la Iglesia católica en cuanto a su significado con el concilio Vaticano II, teniendo como figura a Juan XXIII que hizo un llamado al aggiornamento de la Iglesia ante el mundo moderno. Este cambio realizado desde arriba, es decir, desde la jerarquía eclesiástica, permitió repercusiones a nivel mundial, siendo el Perú afectado por los aires de cambio, aunque ya venían realizándose esfuerzos de renovación. Dentro de los planteamientos de renovación de la Iglesia podemos mencionar el concilio de Trento como formador de una pastoral sólida que marcó a la Iglesia durante casi cuatro siglos.

Será con Juan XXIII, para muchos el "papa de transición", quien va a convocar a un concilio ecuménico respondiendo a la labor pastoral de la Iglesia. Se habló de un concilio que fuera signo de los tiempos para adecuar su evangelización a los tiempos modernos. Analizar la biografía de Giusseppe Roncalli, quien más adelante será nombrado papa Juan XXIII, nos va a permitir profundizar su voluntad y ánimo para una renovación eclesial y apertura al mundo terrenal.

El capítulo segundo, "Una Iglesia renovada: el caso latinoamericano", analiza el panorama de la Iglesia latinoamericana donde se van a aplicar los postulados del concilio Vaticano II a la realidad latinoamericana. El impacto en el Perú fue de gran magnitud, ya que se permitió abordar el tema de la pobreza y justicia social, dos temas importantes en las conclusiones de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia.

La renovación de la Iglesia en Latinoamérica luego del Vaticano II (1962-1965) se concreta con el documento de Medellín (1968). Será un llamado a cambiar las estructuras de opresión y marginación de los sectores populares. Por otra parte, bajo la doctrina católica se va a remarcar la opción por los más pobres.

Debemos tener en cuenta que los diversos movimientos sacerdotales en Latinoamérica provienen del llamado de la Populorum progressio, mientras que Medellín significó el espaldarazo de la doctrina católica en Latinoamérica al sector progresista.

De esta manera surgen los movimientos sacerdotales en Latinoamérica. En el Perú, el Movimiento Sacerdotal ONIS; en Argentina, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo; en Chile, los Sacerdotes por el Socialismo; en Colombia, el grupo de Golconda y, luego, el Movimiento Sacerdotes para América Latina, y, en México, Sacerdotes por el Pueblo; algunos más radicales que otros.

En el capítulo tercero, "El surgimiento de ONIS", se analiza la iniciativa de un sector del clero peruano de reunirse para analizar la situación socio-económica del país. Fruto de esta reunión surgió la ONIS (Oficina Nacional de Información Social) cuyas conclusiones fueron redactadas en un documento que lleva por título "Declaración de sacerdotes peruanos sobre las estructuras socio-económicas del país" (1968). Su impacto fue tanto social como religioso, ya que el clero peruano nunca se había pronunciado contra las injusticias sociales desde que los españoles trajeron consigo la religión católica al Nuevo Mundo. Más bien el clero del Perú siempre tuvo privilegios sociales y políticos. Al respecto hay que tener presente el denominado Patronato Indiano, que era el acuerdo entre la Estado y la Iglesia para realizar la obra evangelizadora en el Nuevo Mundo. El Estado asumía las cargas económicas de la institución eclesial. El Patronato tiene antecedentes en el Medioevo, cuando los papas otorgaban a determinados soberanos algunos privilegios, que eran inherentes a su poder espiritual. Con el advenimiento de la República, en el Perú, el Patronato no desapareció[1]. Los remanentes de esta institución desaparecieron con la promulgación de la Constitución de 1979.

ONIS –constituido como movimiento– tuvo participación activa en diversos actos de solidaridad. A su vez, publicó pronunciamientos, declaraciones y otros documentos en periódicos limeños, de manera especial en el diario Expreso por la facilidad de costos. Los documentos de ONIS se fundamentan bajo la doctrina católica de la época que tenía un rasgo común: lucha contra la pobreza y opción por los pobres; luego, van a tomar los postulados de la Teología de la Liberación que fue una reflexión de Gustavo Gutiérrez en el primer encuentro nacional de ONIS.

El capítulo cuarto, "Concepción socio-religiosa del Movimiento Sacerdotal ONIS", estudia la concepción social de ONIS, es decir, la propuesta social de una sociedad más justa y que se fundamentan en planteamientos teológicos, logrando que ONIS cumpliera un rol en la sociedad peruana. La teología en que se fundamentó es la Teología de la Liberación, que significó un nuevo paradigma teológico, ya que esta nueva forma de hacer teología tomaba postulados de la realidad y especialmente de la situación de los oprimidos. La reflexión de Gustavo Gutiérrez hizo que la teología fuese analizada desde la situación de injusticia, y muchas de sus reflexiones fueran desarrolladas en diversas conferencias antes de ser redactadas en su libro Teología de la Liberación. Será en una disertación del primer encuentro nacional de ONIS (1968) cuando inicia su reflexión que será redactada en 1971. Gustavo Gutiérrez fue uno de los miembros de ONIS y, junto con Jorge Álvarez-Calderón, se mantuvo firme en la opción preferencial por los pobres. Si bien Gustavo Gutiérrez es el teólogo, Jorge Álvarez-Calderón es el pastor y organizador. La biografía sobre Gustavo Gutiérrez es amplia y difundida, mientras que la de Jorge Álvarez-Calderón es desconocida; de allí que esta investigación sea una de las primeras en hacer su estudio y va a contribuir con investigaciones posteriores.

En el capítulo quinto, "Acción social y política del Movimiento Sacerdotal ONIS", se van a analizar las acciones pastorales de ONIS que implicaron un compromiso político y social. Si bien los diversos actos de ONIS fueron de una actitud de reclamo o protesta, ésta se basaba también en una actitud de compromiso. En este capítulo voy a exponer una periodificación de la labor que cumplió ONIS en la modificación de las estructuras sociales del Perú. Podemos establecer una periodificación tanto eclesial como social, pero que no implica una ruptura, más bien se acentúa el compromiso con los sectores populares. La primera postura es eclesial (1968-1971) y busca una renovación del clero; la segunda postura es la social (1971-1975), donde se pone énfasis en la vía socialista de la sociedad. Esta periodificación tiene que ver mucho con los planteamientos de ONIS, ya que va dejando poco a poco la doctrina de la jerarquía católica para adoptar los planteamientos de la doctrina católica latinoamericana y de los documentos del episcopado peruano.

Agradecimiento.

Reconocimiento al esfuerzo y talento puesto en juego por el autor.

Referencia a la importancia de historiar ya la historia reciente de la Iglesia en el Perú.

 

*          *          *

 

En el prólogo escrito por el profesor Fernando Armas encontramos una frase rotunda que tomaré como punto de partida para este comentario. Refiriéndose al compromiso con los pobres y su camino, como prioridad pastoral del grupo de sacerdotal ONIS, dice que: "...es expresión de [este] voluntarismo clerical". (p. 10)

Y es que el libro precisamente constituye un esfuerzo por conocer cómo fue que surgió y fraguó este voluntarismo en una acción pastoral concreta, desde unos factores que no podían ser sino expresión de una época, en una coyuntura determinada. Así, el trabajo bien hecho de un historiador es una oportunidad preciosa para poder pasar de una mirada superficial, arbitraria, desde los pre-juicios del observador común, al resultado de un esfuerzo profesional. Creo que acostumbrados a la "historia" entre comillas, contada por periodistas o supuestos "conocedores" sobre estos temas, es bueno resaltar la importancia y necesidad de ir contando con aproximaciones profesionales bien hechas. Y estimo que el libro de Juan es justamente un ejemplo.

 

El voluntarismo clerical de fines de la década del sesenta, su camino inscrito en el de la sociedad, en el contexto de la vida de la Iglesia del inmediato post-concilio Vaticano II, requiere pues ser estudiado y comprendido. Y quedando claro que el libro de Juan responde a esta necesidad, voy a pasar a decir algunas cosas sobre su estudio, y también sobre la comprensión del fenómeno ONIS que nos presenta.

 

Pasemos pues a decir algo del estudio plasmado en el libro:

 

Respecto al marco temporal comprendo que la lógica del trabajo no implicaba historiar toda la existencia de ONIS. La naturaleza del movimiento, sus características y límites, quedan claros precisamente en el estudio de su origen y plenitud, hasta el rápido agotamiento del camino de cambio social, económico, y político que el gobierno de Velasco intentó con vigor hasta el ocaso de su liderazgo de 1974 a 1975.

Lo que sobrevino a partir de allí fue, según es sabido, un progresivo debilitamiento del ímpetu reformista-revolucionario (nótese la carga de significación de este binomio) del gobierno de las fuerzas armadas, es decir, el lento final de esta utopía transformadora, impuesto tanto por la coyuntura económica internacional y local, como también por los límites cada vez más patentes del proyecto mismo, hasta su extinción en la coyuntura que lleva a la constitución del 79. Con este proceso, ONIS también decae y finalmente languidece... pero esa no es la historia que Juan ha querido contarnos, y me parece bien.

 

Respecto a las fuentes y bibliografía estimo que el autor ha manejado bibliografía suficiente, aunque quizá podría haberla ampliado un tanto. Pienso por ejemplo, en publicaciones de protagonistas del movimiento como Jorge Álvarez Calderón o Alejandro Cussiánovich, presentes en el más amplio trabajo sobre el tema de Young-Hyun Jo publicado por la UNAM en 2005.

En cuanto a fuentes, lo mismo, aunque creo que podemos considerarnos satisfechos.

 

Sobre la estructura del trabajo, me ha gustado especialmente cómo el autor ha proyectado los cinco capítulos. Los dos primeros refieren el contexto histórico-eclesial, a nivel universal y a nivel regional. Los siguientes ya tratan directamente sobre ONIS. La introducción y las conclusiones están bien construidas, y de su lectura puede decirse que el autor cumple con lo que promete, sin que el cuerpo propiamente dicho del libro resulte desbordado o se quede corto.

 

Pasemos ahora a decir algo sobre el aporte del libro a la comprensión del tema estudiado.

 

En la Introducción se avisa al lector que la materia a estudiar viene de la pregunta sobre el modo en que los sacerdotes de ONIS, al interior del denominado "clero progresista", construyeron un discurso de justicia social desde el magisterio episcopal y conciliar de la Iglesia. Si bien es cierto que en el libro la pregunta queda respondida, hay ciertas insuficiencias –me parece- que provienen de no tener siempre presentes todos los factores.

 

Me explico. Por ejemplo, la categoría "clero progresista" requeriría un mayor esclarecimiento, quizá justamente desde su contraparte clerical. Asimismo me parece deseable un mayor trabajo sobre el clero (y su crisis, que fue muy grande), en el universo de la Iglesia post-conciliar.

También sobre la manera en que el marxismo del momento –no en abstracto- es asumido como factor del discurso de justicia social construido por los sacerdotes de ONIS, atendiendo al cómo, en los años sesenta y setenta justamente se desarrollan justificaciones y se piensa como posible la amalgama entre marxismo-cristianismo, inconcebible en tiempos de Pío XII, tanto a nivel doctrinal como en el de la práctica política concreta.

 

El primer capítulo, en tanto trata del contexto histórico-eclesial "macro" constituiría un desafío difícil de afrontar para cualquier historiador. Considero que, en general, el autor lo cumple bien, pero no termina de ser satisfactorio y, en ese sentido, me parece el más débil de todos –siendo el no menos importante.

Por ejemplo allí, de un modo no justificado, Juan asume una de las posturas hermenéuticas sobre el Vaticano II sin, al parecer, llegar a ser consciente de las dificultades de la cuestión, dependiendo en exceso del pensamiento de un sector muy caracterizado de autores.

Precisamente en la medida en que se trata de la interpretación del momento histórico eclesial en el que se puede entender ONIS, resulta una debilidad importante que además, por ejemplo no deja espacio para siquiera pensar positivamente que pudiese haber –como de hecho hubo- otro sector de sacerdotes con una mirada y una sensibilidad muy distinta respecto al tiempo del Vaticano II y su legado.

 

Sobre los demás capítulos, entre tanta riqueza de elementos, hay uno que me parece clave y sobre el cual el autor tampoco parece tener dudas, y es la cuestión de en qué sentido y hasta dónde el pensamiento-doctrina teológica asumida por ONIS dependía del marxismo, y si puede decirse que sus miembros –o por lo menos sus líderes más importantes- eran marxistas.

El autor piensa que no, y en eso coincido, a la luz de la investigación aportada por él.

En este sentido, Juan sostiene –sin cuestionar los testimonios que recoge- la naturaleza genuinamente religiosa de la Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez y su recurso meramente instrumental al marxismo, es decir, un recurso no fontal a esta filosofía.

En esa línea suma los testimonios de protagonistas importantes de aquella hora, para quienes la opción por los pobres y el compromiso por su liberación social y política, no brotaban de otra fuente que no fuese, en definitiva, su experiencia de fe y su manera de leer la revelación bíblica. Es el caso del testimonio de la página 122 sobre la manera en que entendían lo revolucionario de su posicionamiento y acción pastoral, sin jamás planteárselo en una forma violenta.

En correspondencia con esto, sin embargo, el objetivo del movimiento se traducía en propender a una "salida revolucionaria precisamente por la vía socialista" (p. 167), para el Perú, esto es, la transformación de la sociedad desde sus fundamentos –una verdadera revolución- pero por el camino socialista-reformista no violento.

 

En esta línea un elemento de extraordinario interés lo constituye, a mi juicio, la forma en que el movimiento ONIS se comprende a sí mismo en el horizonte del plan divino de salvación de cada hombre y de todo el pueblo, en el aquí y ahora de su historia y no en el más allá.

Y cómo esta utopía –permítaseme la expresión- encontraba en su mente y sus vidas, expresión cabal en la acción político-social al interior de la acción pastoral de la Iglesia como tal, ¡y no como dimensión sobre-añadida a ella!

 

Por eso es interesante cómo aparece en el trabajo la índole de la pastoral liberacionista promovida por ONIS, la dimensión social de la fe, con autonomía y no-dependencia de un proyecto político concreto, por más que de hecho hayan apoyado el proceso emprendido por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. Así se comprende que no dejaran de ser críticos con él, siempre en su posicionamiento desde la fe, pero también se entiende que entre sus miembros más destacados, hubo colaboradores muy cercanos del gobierno, como por ejemplo en el padre Romeo Luna Victoria y su compromiso con la Reforma Educativa.

 

Finalmente, sobre las conclusiones quisiera hacer alguna observación puntual, Concretamente, al autor le parece que ONIS asume la Teología de la Liberación después de una primera etapa en la que bebió más bien de las fuentes del magisterio conciliar y episcopal latinoamericano (Medellín).

Sin embargo ya en julio del 68, en una conferencia en Chimbote, el padre Gutiérrez tiene algo avanzado el planteamiento teológico que plasmará en libro el 71 con la primera edición de Teología de la Liberación. Perspectivas. Con lo que por cierto, no es recién entonces cuando ONIS empezó a asumir tales "perspectivas".

Asimismo, quizá es excesivo el carácter categórico y sin matices de la afirmación de Juan cuando dice que ONIS "...no tuvo vínculo alguno con la "primera fase" del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, ya que su pastoral se dirigía a los sectores populares donde las reformas parecían no haber llegado" (p. 188s.).

 

En fin, termino ya este comentario concordando con el autor sobre la importancia de haber realizado este intento de historiar este movimiento sacerdotal, expresión importantísima de la vida de la Iglesia de la época, que sin duda tiene un sitio ganado en la historia de la Iglesia contemporánea del Perú. Y, en esa línea, estimo que este trabajo también.

 Dr. Ernesto Rojas Ingunza

Lima, Universidad Federico Villareal, 16 de octubre del 2014

[1] Armando Nieto Vélez. "La Iglesia católica en el Perú". Historia del Perú. Procesos e instituciones. T. XI Pág. 422.

 

EL DEÁN VALDIVIA CLÉRIGO REVOLUCIONARIO, ILUSTRADO Y COMPROMETIDO

EL DEÁN VALDIVIA CLÉRIGO REVOLUCIONARIO,

ILUSTRADO Y COMPROMETIDO

José Antonio Benito Rodríguez.

Universidad Católica Sedes Sapientiae. Lima. CEPAC

 

1. HITOS CRONOLÓGICOS DE LA VIDA Y LA OBRA DEL DEÁN

2. LO QUE HAN DICHO DEL DEÁN

3. SU VOCACIÓN PEDAGÓGICA

4. ¿QUIÉN FUE SAN JUAN GUALBERTO?

5. EL VALLE DE TAMBO

6. FAMILIA

7. INFANCIA DOLOROSA

8. JUVENTUD EN CUZCO

9. FRAILE MERCEDARIO

10. EN TORNO AL CELIBATO

11. LA ACADEMIA LAURETANA DE CIENCIAS Y ARTES

12. CUATRO VECES DIRECTOR DEL COLEGIO DE LA INDEPENDENCIA

13. CATEDRÁTICO, SECRETARIO Y RECTOR EN LA UNIVERSIDAD

14. SUS AFICIONES MÉDICAS  

15. ABOGADO Y JURISTA

16. EN EL CONVICTORIO DE SAN CARLOS

17. LA SOCIEDAD DE BENEFICENCIA          

18. LA AREQUIPA DE SU TIEMPO

19. LAS "REVOLUCIONES" DE AREQUIPA   

20. LOS "NEGOCIOS" DEL DEÁN

21. ITINERARIO DE UN CLÉRIGO LIBERAL

22. VALDIVIA SE ENFRENTA A VIGIL

23. ¿POR QUE NO "LLEGÓ A OBISPO"?          

24. SUS "PULSOS" CON EL PRELADO GOYENECHE

25. LA RELIGIOSIDAD DE UN PROPAGANDISTA CATÓLICO

26. DEÁN DE LA CATEDRAL

27. INTELIGENTE Y ACTIVO AGRICULTOR

28. CASTILLA HABRÍA SIDO COMO NAPOLEÓN

29. SIN PODER PARAR LA GUERRA DEL PACÍFICO

30. EN APOYO DE CUBA

31. FELIZ CUMPLEAÑOS

32. ÚLTIMAS VOLUNTADES.

33. 1884. FIN DE UNA VIDA PLENA

34. SUS OBRAS

35. SUS DISCÍPULOS

36. DEFECTOS        

37. SU PROYECCIÓN EN LOS NUEVOS VALORES

38. BIBLIOGRAFÍA

Presento la trayectoria vital de un sacerdotes peruano que jugó un rol trascendental en la vida nacional y continental tras la Independencia. Formó parte del cabildo catedralicio arequipeño, ocupó cargos en la vida política y universitaria, le tocó regir el más alto centro de estudios universitario del Perú –el Convictorio de San Carlos- , el haber desempeñado parte de su misión en la ciudad-caudillo –Arequipa- como Deán del Cabildo. Luchó duros combates ideológicos en torno al liberalismo, y  representar tendencias extremadamente revolucionarias –Valdivia-. Con cualquier sacerdote converge, en definitiva, su decidido amor por el Perú en formación y su impertérrita fidelidad a la Iglesia Católica.

 

AREQUIPA 1847

Tenía Arequipa a mediados de siglo, 1847,por aquellas fechas, según la Intendencia de Policía 50.045 habitantes, de los que 15.176 vivían en la ciudad y 34.869 en el campo, 22.902 hombres, 27.143, mujeres. Había 9.098 casas; 2.218 sirvientes varones y 2.293 mujeres, incluyéndose todavía como esclavos 121 varones y otras tantas mujeres, quedando libres 58 varones y 55 mujeres; dentro del grupo de los eclesiásticos había 109 seculares y 142 regulares[1]. En un mes de 1847 nacen 148; mueren 56 (34v, 22 mujeres); se casan 13.

Contamos con una interesante descripción del viajero francés, M. Pablo Marcoy, que recorrió Perú de 1848-1860, y en concreto paseó por las calles de Arequipa, las mismas que Valdivia debía transitar por aquellas fechas:

"Más allá de Yanahuara [...] las casas se van juntando y siguen por ambas orillas del camino. Las tabernas abundan y sus banderines blancos y encarnados se agitan en el aire convidando a los aficionados. Manadas de lamas cargados de higos secos, de pimienta, sal o carbón, se cruzan con recuas de mulas y los indios de ambos sexos van y vienen charlando a porfía. A medida que se adelantase aumenta la multitud y el bullicio también; por último, el repiqueteo lejano de las campanas anuncia la proximidad de una gran población. De repente, a la revuelta de la Recoleta, un grupo de casas negras y miserables donde las chicherías humean de día y de noche como fábricas, y los terrenos cortados bruscamente, dejan ver en una perspectiva de luz y azul la ciudad de Arequipa [...] La calle del Puente, que se encuentra a la salida de éste, está consagrada al comercio de comestibles y bebidas: cada casa de esta calle es una tienda donde se exponen a la vista del público la aceituna negra, el requesón, la manteca en vejiga, el pescado salado, los chicharrones, las ensaladas picadas muy a menudo y los buñuelos envueltos en melaza, todo esto acompañado de pellejos y frascos de vino y de aguardiente[2]".

Pero por encima y por debajo de momentáneas coyunturas, Arequipa es una ciudad con "denominación de origen", con identidad bien definida, tal como aboceta magistralmente la novelista María Nieves y Bustamante en el prólogo-presentación de su obra Jorge o el Hijo del Pueblo:

Tal es Arequipa, la ciudad mística y guerrera, poética y religiosa [...] en todo ofrece los contrastes más sorprendentes; pero resueltos en una armonía superior y grandiosa. Es risueña su campiña; pero amenazante el cráter de su volcán; es benigno su clima, pero son espantosos sus terremotos; y mientras el cielo le sonríe dulcemente, braman en las entrañas de su suelo mil ríos de líquida lava en la lid; y la que corre al pie de los altares humillada y penitente cuando siente sobre sí el brazo de la Justicia Divina.

Ella tiene la fiereza del león y la dulzura de la paloma. Aquí se siente el bélico sonido del clarín, la descarga atronadora del cañón, la violenta sacudida del terremoto; y aquí turba el silencio apacible de la noche de la dulcísima melodía de la flauta, la tristísima cuerda de la guitarra y el doloroso o apasionado canto de todo el que sufre o ama. Esta es la patria de Bolognesi, el héroe mártir de Arica; y aquí se meció la cuna de Melgar, el poeta de la pasión y del dolor. Todo es extraordinario, elevado y misterioso; pero todo tiene un encanto: la Poesía; todo lleva un sello: ¡la Grandeza!"

 

            El célebre P. Elías Passarell en Las glorias de Arequipa de finales de siglo no puede menos de exclamar, subyugado por su belleza[3]: "He ahí la ciudad de la fe, de la industria y de la ciencia; la ciudad católica por antonomasia, la Roma americana; esa es la renombrada Arequipa!...inspírate en su historia, recuerda su tradición, vive de su espíritu, profesa sus mismas doctrinas y procura que tus proezas como las suyas se registren con orgullo en los anales del Perú"

           

            Respecto a la Blanca Ciudad, como es obvio, hay un natural  vínculo por parte del Deán Valdivia, quien se sintió arequipeño hasta la médula, tanto que llega a decir al ser elegido Rector de la Universidad:

"y cuando mi pasión por Arequipa, llevada hasta el delirio, me había hecho arrojar más de una vez en medio de los fuegos de las batallas. Se me ha censurado ese error, es verdad, pero ha sido por aquellos que no conocen ni pueden conocer hasta donde puede conducir ese sublime del amor patrio[4]".

 

HITOS DE VIDA Y OBRA

1796. 11 de julio, nace en el Valle de Tambo, Cocachacra

Padres: Jenuario Valdivia, Eulalia Cornejo García

Hermanos: De padre y madre: Isidora, Felipe, Rafaela, Juan de Dios y Pío.

12 de julio: Es bautizado

Su infancia la pasa en la Caleta de Cocotea y Las Palmas-

1801. Muere su madre. Su padre ("que me quería más que a mis demás hermanos") le trae a Arequipa. Unos meses los pasa en casa de doña Melchora Norato; otros cuantos meses en casa del fraile mercedario, Fr. José Valdivia, primo hermano de su padre. Encomendado al cuidado de su tía materna Gertrudis Cornejo en Arequipa.

Su padre contrae segundas nupcias con Antonia Valdivia (prima suya) con la que tuvo otros tres hijos: Felipe, Melchor y Luis.

1803. Otro corto tiempo en casa de don Pablo Vera, en compañía de su hermano Felipe. Desde allí van a la Escuela de Lorenzo Chillota. Inicia sus estudios en Arequipa. Su contextura débil y estado enfermizo retrasaron sus estudios.

Huida a Characato con su hermano Felipe. "Lloraba yo sin consuelo, y mi hermano, que era mayor en más de cuatro años, me consolaba. Al cabo de algún tiempo de total penuria, vinieron por nosotros y nos llevaron a casa del tío José".

Estudia gramática latina con Bartolomé Arana -yerno de Pablo Vera- a quien pasaba un peso mensual del dinero que recibía del padre. Residen de nuevo en casa de doña Melchora y su hijo Fernando Salas (8 años mayor que Juan Gualberto: "Yo me aficioné de verle estudiar").

A los 11 meses había repasado tres veces la gramática latina y a los 12 Juan Gualberto era pasante de la clase.

1808. A mediados de junio llegan a Cuzco por medio de un franciscano arequipeño que había sido regente de estudios. "Él me encargó de la regencia y de la cátedra de Derecho Canónico y me puso a estudiar filosofía bajo la dirección del Lector Guzmán. En la clase yo era el traductor pero no sabía escribir, y tenía que aprender la lectura con un compañero. Observando que mi Lector no sabía bien el latín, le dije al Padre Regente, que se llamaba Fr. Ramón Málaga, que me pusiese al Colegio San Buenaventura, que mi Lector no sabía latín. Me riñó y mandó que no lo volviese a decir y me llevó a San Buenaventura, a cargo del Lector de filosofía Eyzaguirre (Fr.Mariano). Ya llevaban adelante más de un tratado, les alcancé y concluí el curso con algún provecho, pero filosofía sin matemáticas".

Accidente mientras asistía a una corrida de toros que le postró en cama por un mes.

1814. Regreso a Arequipa. Ingreso en el Colegio S. Francisco para estudiar Teología durante dos años.

"Después, por el crédito del Colegio de la Merced, pasé a la Merced". Pasa al Convento de la Merced para estudiar con el teólogo P. Pedro Montesinos

"Me llevaban cuatro tratados adelante y me encontré con teólogos que me humillaron, porque sabían bien filosofía, bien la teología, buenos latinos y conocí que yo me había atrasado mucho en san Francisco. Sufrí la humillación de que uno de los teólogos me pasara la traducción y me dictara los largos tratados que me llevaba de ventaja. Lloraba de cólera y me parecía que era imposible alcanzarlos. Mi memoria era buena, pero la hallé tan mezquina, puesta al lado de la de los condiscípulos, que era una vergüenza. Vacilé algunos días, hasta que me resolví a toda prueba".

Gran interés por los estudios de Medicina. Tenía contratado el estudio de Anatomía con fray Pedro Araujo, lego de san Juan de Dios, quien le da clases gratuitamente.

1816. Responde a la vocación religiosa, acatando voluntad de su padre y quizá por el ejemplo de su tío Fray José Valdivia Salazar, Definidor y Vicario del Convento.

1817. 1 de junio: Profesa en La Merced. Es Lector y ordenanza, dando clases de Filosofía antes de ser sacerdote; enseña matemáticas al tiempo que las aprende. "Dicté química por primera vez en el Perú".

1818, 29 de diciembre: Renovación de votos

Es profesor en el Colegio de la Inmaculada Concepción.

Aprende y enseña Física, Taquigrafía y Mineralogía Química, por vez primera en el Perú.

Estudia Matemáticas por su cuenta, usando el texto de Escoiquiz, proporcionado por el P. Lafuente. Las amplió por la obra "Elementos de Aritmética" de García. Fruto de su estudio será la implantación del estudio de las matemáticas; descubre "Regla" para resolver todas las reglas de tres inversas.

1819, 12 de agosto, muere su padre.

1821. Subdiaconado

. Diciembre, socio fundador de la Academia Lauretana.

1823. Diaconado y Sacerdocio

Viaje al Valle de Tambo para restablecerse de su enfermedad

Párroco interino de Tambo

Los ejércitos realistas pasan por el Valle y Valdivia acude en secreto a Moquega. Contactos con el General Santa Cruz. Participa en política

Vuelve al convento de La Merced

1825. Profesor de filosofía y matemáticas en la Academia Lauretana por renuncia de Tadeo Chávez.

 25 de mayo: Se opone a Bolívar por sus pretensiones de seguir gobernando el Perú.

1826.

Director del Colegio de la Inmaculada Concepción

28 de septiembre se exclaustra

Cursos de Filosofía, Taquigrafía y Derecho en la Lauretana

1827. Impugna el Celibato Eclesiástico en una disertación; figura en el ïndice de Libros Prohibidos

. Se secularizó del todo y colgó los hábitos, que él llamaba su "mortaja".

2 de julio: Erección de la UNSA por decreto del Prefecto Antonio Gutiérrez de la Fuente

1828. Septiembre: Primer Presidente del Colegio Independencia. Enseña Primera Filosofía, Matemáticas Puras y Mixtas. Además dictó "un curso de teología, sin ser profesor sino de pasante. He enseñado Derecho natural, internacional, civil, canónico y práctica forense. Introduje en Arequipa y enseñé la frenología y magnetismo, e hice enseñar economía política".

. Secretario, miembro de la Junta Directiva de la naciente Universidad del Gran Padre San Agustín, "cuyo estatuto, reglamentos, etc. los hice yo exclusivamente".

. 12 de noviembre: le confieren el grado de doctor al igual que al resto de los catedráticos fundadores.

Se recibe de abogado por acuerdo de sus discípulos y el procurador de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, doctor Manuel de la Cuba quien como su apoderado, se presentó al Tribunal para pedir las previas para optar al título.

1829. 12 de marzo, Curso de Derecho Natural y de Gentes. Cátedra de Filosofía y Matemáticas.

1830, Marzo. Lee en la Academia Lauretana un discurso poético titulado "Mis Primeros Años".

- Cátedra de Religión

. 28 de agosto: Doctor en Teología

1831. Destituido del Colegio Independencia por razones políticas (Gamarra)

Estudio de Abogado defendiendo causas civiles y criminales

Reelabora el "Manual del Abogado Americano"

. Bosquejo histórico de la Química y observaciones en el terreno de este departamento acerca de algunas sales y substancias que pueden ser útiles a las artes. 1831

1832. Apoya la candidatura de Luna Pizarro para la Convención Nacional.

Disertación: "Observaciones sobre el gobierno Popular Representativo"

Discurso de inhumación de los restos de Melgar en la inauguración del Cementerio de la Apacheta

. 7 de diciembre, Cura de Sachaca

 No es absolutamente cierto que las leyes que prohibían o restringían estuviesen fundadas en errores, tampoco lo es que la ciencia de la Economía Política traía destruido ya esos errores como verdaderos o supuestos. 1832

1833. Párroco de Paucarpata

1834. Colabora en la revolución del General Nieto

Viaja a Lima para informar al Presidente Orbegoso de la situación del Sur. Éste le ofrece una canonjía en Lima y el Rectorado del San Carlos.

Poder para testar a favor de María Rosa Gallegos.

1835. Secretario privado de Orbegoso que lo envía a Bolivia para firmar un "Tratado de Auxilios"

En la batalla de Socabaya al lado del General Santa Cruz como secretario

1836. Aprueba el fusilamiento de Salaverry

1837. 20 de mayo, Prebendado Supernumerario

1840. Regresa a sus actividads públicas tras acogerse al beneficio de la Amnistía Política decretada por el Congreso de Huancayo.

1841. Apresado y enviao al cuartel de san Francisco. 15 días incomunicado; liberado bajo garantías.

1842. Deja la vida política

1843. Reabre el estudio de abogado. Compra un esclavo zambo a su hermano Felipe

1844. "Conversión". Cierra el estudio de abogado y se refuga en San Camilo donde predica conmovedores sermones. Escribe Manual Místico.

Defiende la curia eclesiástica

Octubre; rector del Colegio Independencia

Vende el esclavo a Gregorio Ortiz

Canónigo primero de Merced.

1845. Se retracta de la impugnación al celibato

Publica el "Manual Místico para confesores"

Es restituido a los cargos anteriores

Miembro activo de la Sociedad de Beneficencia

Presidente de la Lauretana.

30 de abril. Lee la disertación Miscelánea Química

3 de diciembre: pronuncia el Sermón en la procesión de penitencia organizada por el Cabildo en el aniversario del incendio de la catedral el 1 de diciembre de 1844.

1846: 22 de octubre: Arcediano

Clases de Economía

1847 Se publica "Fragmentos para la Historia de Arequipa"

1848 Redacta su primer Testamento. Han muerto sus padres y hermano Felipe. Como albacea deja a Justa Retamoso.

1850. Director de la Sociedad de Beneficencia

1851. Enviado a Lima por el Prefecto Deustua para entrevistarse con el Gral. Echenique.

Preso incomunicado en los Descalzos de Lima. A las 8 de la mañana se le libera por mediación de Luna Pizarro y viaja a Arequipa con salvoconducto.

. Subrogado en la dirección de la Independencia.

1853, 12 de diciembre, es nombrado Deán.

1854. Enero: Juez Hacedor de Diezmos y de Libranzas. Director por tercera vez del Colegio Independencia

1855. Diputado por Arequipa

1856. Propuesto como obispo de Cuzco, el Papa Pío IX le envía dos "breves" honoríficos. Nombrado miembro de la comisión del Código de Minería. Polémica con Vigil sobre la tolerancia de cultos

1858. Diputado por Arequipa. Viaja a Lima como Rector del Convictorio de san Carlos. Ejerció el cargo 8 años. La Universidad de San Marcos.

1866 Redacta autobiografía para Benjamín Vicuña Mackenna. Guerra contra España

1867 Regreso a Arequipa

1868: Nombrado por 4a. vez Rector del Colegio Independencia.

1869, 18 de abril Testamento

 23 de diciembre. Renuncia al rectorado del Colegio de la Independencia

1870. Elección de todas candidaturas

3 de julio: Elegido Rector de la Universidad por 97 votos sobre 114 doctores

1871, 4 de enero: Preside la celebración litúrgica en la inauguración del ferrocarril Mollendo-Arequipa. Apoya la candidatura de Ureta para postular a presidente del Gobierno. Enfrentamiento con J.M° Goyeneche, partidario de Prado.

1873 Colaboración con la "Sociedad Independiente de Cuba". Retiro a la vida privada.. Escribe la biografía del mariscal Ramón Castilla, junto a su retrato frenológico.

1877. De nuevo Arequipa lo elige como diputado. Efectúa 17 temas o disertaciones sobre las más graves enfermedades.

1878. Campaña de La Bolsa para promoverle como obispo auxiliar de Arequipa.

1881. 12 de julio recibe una espléndida ovación organizada por el "Club Literario" con motivo del 84 aniversario.

1883, 2 de julio, Homenaje de la Universidad. Misa en la Catedral presidida por Nicolás Porcel.

1884. En marzo, los miembros del Cabildo reconocen su total servicio y lo jubilan.

En abril deja la presidencia del Cabildo por falta de salud.

El 30 de noviembre celebra la última Misa y se despide de su "Catedral".

Muere el 12 de diciembre.

ARTÍCULOS DE PRENSA:

 El Republicano

1. 1845: RETRACTACIÓN DE 25 de marzo de 1845 y publicada el 2 de abril de 1845 en "El Republicano", Tomo XIX, n° 23, pp. 2-4

. En LA BOLSA:

* Revista Católica 14 de diciembre de 1878, N.66, Arequipa:21.

Defensa del poder temporal del Romano Pontífice pp.398-400

n.67 411-412; n.68  422-426.

Ojeada rápida a la suma teológica y a otras obras del angélico doctor Santo Tomás

Revista Católica Arequipa, 1879, n.433, pp.177-8; n. 434, pp.192-3; n.435, pp.203-4.

El Misti

. MANUSCRITOS

. "Materia Médica y Terapéutica extractada del Tratado Fisiológico Experimental de G.A. Giacomini, Profesor de Medicina y Clínica en la Universidad de Padua. Julio de 1873".  Dr. JGV, 1873. BNP.

 

ITINERARIO DE UN CLÉRIGO LIBERAL, J.G. VALDIVIA, DEÁN DE AREQUIPA

Juan Gualberto Valdivia, a pesar de participar en las "revoluciones" y detallar por escrito su proceso, fue un hombre de fe, miembro de la Iglesia; fraile de la Merced, teólogo, canónigo, Deán, prelado doméstico del Papa. Aunque es cierto que tomó partido y se radicalizó en su compromiso revolucionario como tantos clérigos de su tiempo (Luna Pizarro, Mariano José de Arce, F.P. González Vigil) aprovechó una actitud laxa para permitir la exclaustración. Y, aunque se dejó llevar por la moda y el orgullo personal al impugnar el celibato eclesiástico, desafiando hasta la misma jerarquía eclesiástica, sin embargo su arrepentimiento y vivencia espiritual posterior a partir de 1844 le ubican en el marco de la fidelidad a la Iglesia. .

            Acabadas las guerras emancipadoras la situación de la Iglesia americana era bien delicada. Por una parte, sedes vacantes; en 1826, de los 38 obispados, sólo 10 estaban ocupadas; los sacerdotes seculares disminuyeron de forma progresiva y la inobservancia de los conventos sufría una aguda crisis.  Como atinadamente destaca N. Nieves Pinillos "la Iglesia americana tiene que desarrollar dos campañas: una para que el Vaticano no la deje consumirse como tal, falta de pastores, y otra, para que los nuevos poderes civiles no la subsuman como en el régimen antiguo[5]".

De hecho, autores como J.D. Zamácola, en Arequipa, no veían salida para la crisis presentada. Le alarmaba el avance de la irreligiosidad en alas del enciclopedismo reinante y su avanzada edad le hizo bajar al sepulcro con la sospecha de que el último obispo de sus biografiados, José Sebastián Goyeneche, podría ser el último de la lista.

Más allá de sus posturas ideológicas, lo que define al Dr. Valdivia será su oficio como sacerdote, deán de la catedral de Arequipa. Nadie pondrá en duda su pertenencia fiel a la Iglesia. El oficio de Deán de la Catedral de Arequipa se ejerce de acuerdo con lo prescrito en la Regla consueta desde los tiempos del obispo Pedro Villagómez en 1636[6] y que está formada por 50 capítulos. Uno de los mejores tratadistas de la legislación peruana, F. García Calderón, presidente de la República, y predilecto discípulo del Deán Valdivia[7], declarará que el oficio del deán "es, pues, el más honrado y mayor que el de los otros de las iglesias, después del Obispo. Por esto debe ser el más honrado en el Coro y en el Cabildo, y se le debe obedecer en las cosas que estén arregladas a derecho y justicia[8]". A él le compete dar licencia a los que no puedan asistir. Con respecto al Cabildo tiene la facultad de convocarlo cuantas veces estime oportuno "aunque sea en días extraordinarios y fuera de las horas acostumbradas" para cualquier asunto.

J. Klaiber[9] subraya la doble presión a la que se vieron sometidos sacerdotes de tendencia liberal como F.J. Luna Pizarro, F. de P. González Vigil, Mariano José de Arce y el propio Valdivia. Por una parte, Roma condenaba el liberalismo, y por otra, la radicalización anticlerical de muchos otros liberales. Al mismo tiempo, la anarquía social de las primeras décadas posteriores a la emancipación propició en algunos clérigos liberales el deseo de un orden sociopolítico más conservador. Cada uno arrostró el dilema de forma distinta; Luna Pizarro, aupado al Congreso en compañía de Vigil por el propio Valdivia, acabó como arzobispo de Lima, debiendo condenar la heterodoxia de su antiguo compañero Vigil. Por su parte, Valdivia, sin abandonar su talante de compromiso político de vanguardia, -no olvidemos que en 1871 estaba apoyando la candidatura de M. Ureta-, evolucionó hacia la más dócil fidelidad a la Santa Sede.

Por estas fechas, Valdivia se desmarca completamente de Vigil ante su concepción de la libertad y tolerancia de cultos. Si en un primer momento han sido amigos, incluso Valdivia colaborará en las elecciones para la candidatura de Luna Pizarro y Vigil, la evolución de cada una de estas dos personalidades es tan dispar que se contraponen. Ante las invectivas lanzadas a la Iglesia por el clérigo apóstata, el Deán se erige en defensor de la institución de la que es miembro cualificado:

"Si usted tiene pretensiones de ser oído, ¿no las tendrás los obispos y el sacerdocio que a más del derecho como hombres tienen el que les da la misión de ministros? ¿Cómo predica usted, señor, si nadie le ha enviado? ¿Y cómo no predicarán los obispos que han sido enviados? Usted se sobrepone al Papa, a los obispos, al clero, a los monjes, a los pueblos, a los autores. ¿Quién lo ha enviado? ¿Dónde están los títulos de su infalibilidad? ¿Dónde los de su misión?"[10].

El Dr. Vigil, sin duda que recordando viejos tiempos en que fueron correligionarios políticos, al contestarle en su artículo "Defensa sobre tolerancia y libertad de cultos", le hace ver la importancia del ministerio de la pluma: "Y mucho más necesario o útil o siquiera será mi trabajo, en presencia de lastimosas deserciones de eclesiásticos por varios títulos distinguidos. Usted, por ejemplo, señor Valdivia, cuyas luces y antiguo patriotismo lo llamaban a ser defensor de la causa que ahora impugna[11]".

Los testamentos y codicilos son una fuente inmejorable para acercarnos a la mentalidad de las personas. Allí se expresa la médula del pensamiento y la vida en el momento supremo de la trayectoria histórica singular de cada ser. Estimulado por la responsabilidad evangélica de "ser juzgado en el amor al atardecer de la vida" (san Juan de la Cruz), Valdivia confesará públicamente -ante notario- el 20 de octubre de 1852 su fe:

Declaro que soy cristiano, católico, apostólico; que creo en el Misterio de la Santísima Trinidad y en todos los demás misterios y sacramentos que cree, confiesa, predica y enseña Nuestra Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica, Romana, en cuya verdadera fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como fiel y católico cristiano. Invoco por mi protectora y abogada a María Santísima Madre de Dios y Señora Nuestra para que interceda con su misericor­dioso hijo mi Señor Jesucristo perdone mis pecados y encamine mi alma por carrera de salvación...Mando que cuando fallezca sea mi cuerpo sepultado en el panteón de la Apacheta y que mis exequias se celebren en la Iglesia Catedral, como cofrade que soy de la Purísima Concepción de dicha Iglesia, sin que se moleste ni ocupe en cosa alguna al Cabildo Eclesiástico pues lo prohíbo terminantemente.

 

CONCLUSIÓN.

La literata arequipeña  María Nieves y Bustamante escribió un  bello testimonio sobre el Deán Valdivia que recoge plenamente en lo que hemos querido esbozar de su trayectoria:

El grande hombre que la Patria acaba de perder, ha sido la viva encarnación de la primera época de nuestra vida republicana. En su alma se habían reflejado el amor patrio de los héroes de la Independencia; la pasión por la república de los pueblos oprimidos; la sed de la ciencia de la juventud, que rotas sus cadenas, corría a beberla en todas las fuentes del saber humano; la fe inquebrantable del pueblo que meció su cuna; la piedad y austeras costumbres de sus mayores; la tendencia a los adelantos, descubrimientos y progreso de nuestro siglo; las agitaciones de nuestras luchas; los elementos de nuestra historia, las reminiscencias del paso y aún las desgracias del presente" [12]::

 

No hay dicotomías sino convergencias entre el amor a la patria y la fidelidad a la Iglesia. Era un patriotaspor ser sacerdotes y era sacerdote por patriota. El Deán se trascendió en el tiempo gracias a su rico magisterio, sus discípulos y las instituciones que alentó.  Entendió que toda transformción, todo cambio del Perú, pasaban por la educación. Como Bartolomé Herrera, declarase en su testamento de 1864, que había procurado "corresponder con todas mis fuerzas al beneficio de la educación",  por su parte, JG. Valdivia, al dejar su cargo de Rector de la Universidad de San Agustín, en 1874: "Todo nuestro anhelo debe ser hoy la educación de la juventud".

 



[1] El Republicano 22 de mayo de 1847, T.XXI, n° 36, p.4

[2] P. Marcoy Viaje al Perú pp.362-3

[3] Arequipa, 1895 pp.24-27.

[4] LA BOLSA 6 de julio de 1870.

[5] PINILLOS, M. Nieves El sacerdote en la novela hispanoamericana UNAM, México, 1987, .107

[6] A.MALAGA NUÑEZ ZEBALLOS: "Primer Libro de Actas Capitulares del Venerable Cabildo Eclesiástico de Arequipa". Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa. n° 1, 1994, pp.123-143.

[7] En la dedicatoria de Las revoluciones de Arequipa (Arequipa, 1874) le dirá: "El cariño que te profeso desde tu niñez, y la gratitud y estimación que me has demostrado siempre por el cuidado  que he tenido de tu educación, te hacen acreedor a que yo te dedique este trabajo. Acéptalo como una pequeña ofrenda de mi puro afecto hacia ti y de la ternura de padre y amigo agradecido con que te recuerda siempre, tu VALDIVIA.

[8] Diccionario de la Legislación Peruana Imprenta del Estado, Lima, 1860. I, p.701.

[9] KLAIBER, J. La Iglesia en el Perú PUCP, Lima, 2a.ed. 1988. p.93.

[10] BASADRE, J.: "Polémica entre Vigil y Valdivia" Historia de la República del Perú: 1822-1933 T.V Editorial Universitaria, 6a. ed. Lima, 1969. pp.56-58

[11] Ibídem.

[12] Publicado en La Bolsa,  Arequipa,  el 15 de diciembre de 1884, a los cuatro días de su muerte, llevando como título: "Junto al sepulcro":

jueves, 30 de octubre de 2014

ÁLBUM DE POEMAS DEL P. DONATO JIMÉNEZ, OAR, 2014

JIMÉNEZ SANZ,  P. Donato, OAR  Álbum de poemas (San Millán, Salamanca, Logroño, Lima 2014, 104 pp)

Me lo encontré en mi casillero de los profesores de la Facultad de Teología, como perdido, y me lo sorbí como el agua fresca a los cinco minutos en mi despacho. Luego, nuevamente en el ómnibus hacia Monterrico y hoy, otra vez, camino de Lima Norte, en la UCSS.

Me siento ante la computadora para decirle, "P. Donato, ¡mil gracias!" por tanta belleza, verdad y bondad. La portada me fascina: la torre (vayan a la página 95 y gocen con el poema "La torre de la Iglesia", los cielos -y las torres- cantan la gloria de Dios), la pradera, la montaña. La introducción del P. Lucilo Echazarreta –aventajado alumno del autor- es una "biopoética"  para "sumarse al homenaje en los 50 años de ordenación sacerdotal" (p.25) y que nos introduce con erudición y fervor en la vida y obra de nuestro amigo y maestro P. Donato.

Son 55 poemas que reeditan (aumentado) el compendio publicado familiarmente -20 ejemplares- por la Srta. Ana María en el 2002 con el mismo título. En el prólogo, el P. Donato se confidencia: "Estos poemas van dedicados a mi madre. Mi santa madre, que Dios se transparentaba por ella. De su fe aprendí también que los milagros son verdad. Milagros domésticos llamo a las maravillas que Dios hacía en mi casa por obra y gracia de mi madre" (p.26).

Resonancias de Gabriel y Galán en su encantador  "Cantar y lar" en el que nos comparte su "credo familiar", su gozo, en compañía de su gemelo –P. Ángel, OAR, ya en el Cielo- y 13 hermanos más (15 en total): "Ir a la escuela, hacer de monaguillo, - subir los arquillos de la torre, - cortar dados en la carpintería, - bromas o veras , crepúsculo o cenit, - todo era luz, azul sentido- Volver a casa cual paloma al nido- y encontrar calientes las sedas de la maternidad.- Que sí, mientras la madre vive-los sueños son verdad" (p.93).  Siento que leo a los Machado, Lorca, Pemán, Unamuno, Fray Luis, Juan de la Cruz.

Belleza de la vida, plenitud, seriedad, pero con tiemplo para la copla o la jota, que la vida es un salmo, un ofertorio: "traigo todo el cansancio en esta popa- traigo todo el dolor en este pecho,- traigo toda la sed en esta copa" (p.56).  Porque la razón primera está "en ese cielo azul es donde miras-y en ese cielo azul donde te veo. Creo".  Y la última o definitiva, la que dedicó hace 50 años a sus compañeros de ordenación sacerdotal: "Canta mi vida-porque he llegado al altar y he sorbido-un latido de Dios: - he besado las manos de Cristo" (p.57).

Gracias, nuevamente. ¡Provecho!

lunes, 27 de octubre de 2014

MATRIMONIO Y FAMILIA EN EL CONTEXTO DE LA EVANGELIZACIÓN. ISET “JUAN XXIII”: XXXV SEMANA DE REFLEXIÓN TEOLÓGICA

ISET "JUAN XXIII": XXXV  SEMANA  DE REFLEXIÓN TEOLÓGICA

 

MATRIMONIO Y FAMILIA EN EL CONTEXTO DE LA EVANGELIZACIÓN

 

DEL 17 AL 21 DE NOVIEMBRE DE 2014 / 6:00 – 9:00 PM

 

 

 

Lunes 17:

La familia en el contexto social y político peruano hoy

 

1.ª Ponencia: La familia en el contexto social y político

Ponente Mg. Oswaldo Medina

 

2.ª Ponencia: Influencia de los medios en la familia

Ponente: Mg. Víctor Casallo

 

 

Martes 18:

Modelos antropológicos y psicológicos de la familia heredados y vigentes

 

1.ª Ponencia: Dimensión Antropológica de la familia

Ponente: Lic. Luis Mujica Bermúdez

 

2.ª Ponencia: Dimensión Psicológica de la familia

Ponente: Mg. Lupe Maestre

 

 

Miércoles 19:

La familia en el proyecto de Jesús

 

1.ª Ponencia: El matrimonio y la Familia en las Cartas Paulinas

Ponente: Lic. María Nely Vásquez Pérez, sfb

 

2.ª Ponencia: El matrimonio y la familia en los Evangelios

Ponente: P. Alejandro Wiesse León, ofm

 

 

Jueves 20:

Teología de la Familia

 

1.ª Ponencia: La enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia

Ponente: P. Pedro Hidalgo Díaz

 

2.ª Ponencia: Valoración moral del matrimonio y la familia

Ponente: P. Guillermo Ramírez Livia, cssr

 

 

Viernes 21:

 Pastoral de la familia

 

Ponencia: Desafíos de la pastoral familiar

Ponente: P. Julio Zafra Cotrina

 

Testimonios

Esposos Oscar Bustamante y Susana San Martín

 

  


LA FACULTAD DE TEOLOGÍA PONTIFICIA Y CIVIL DE LIMA (1548-2014) - Memoria de su génesis y trayectoria

LA FACULTAD DE TEOLOGÍA PONTIFICIA Y CIVIL DE LIMA (1548-2014)

-          Memoria de su génesis y trayectoria

(La primera parte –cinco primeros capítulos- está tomada de http://ec.aciprensa.com/wiki/Facultad_de_Teolog%C3%ADa_Pontificia_y_Civil_de_Lima#.UcscJTvrytk)

La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima[1]tiene su origen en el Estudio General de la Orden de Santo Domingo, establecido en el convento del Rosario de Lima el año 1548. Por Cédula Real del 12 de mayo de 1551 este Estudio, con la Facultad de Teología, pasó a ser la Universidad de Lima, con todos los privilegios de la de Salamanca. San Pío V la aprobó con el breve "Exponi Nobis" del 26 de julio de 1571. En 1574, tomó el nombre de Universidad de San Marcos.

Contenido

1 Parámetros documentales

2 Antecedentes del 1º de Julio de 1548

3 1º de Julio de 1548: La memoria y la gratitud históricas

4 La legitimidad histórica del 1º de julio de 1548

5 1º de Julio: Tradición, presente y proyección

Vinculación Seminario-Facultad de Teología- Universidad

Siglos XVIII y XIX

8º Siglos XX y XXI

1.      Parámetros documentales

1º. El D-L Nº 18009, del 26 de noviembre de 1969, estableció que la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima es "la más antigua de América y viene funcionando sin interrupción" y que "es conveniente, por razones de histórico y tradicional, conservar sin variantes el hombre de dicha Facultad". 2º. El informe de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte, del Congreso de la República, de señala que la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima es la "decana de todos los centros universitarios, no solo del Perú sino de toda América". 3º. Asimismo, recordemos que el 6 de mayo de 1998, nuestra Facultad agradeció a la Orden de Predicadores, al cumplirse los cuatrocientos cincuenta años, ser la iniciadora de los estudios teológicos en nuestro país. A esta memorable fecha, se aunó también la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, señalando, a través de carta de su Rector, el 24 de noviembre de 1998, lo siguiente: "Al cumplirse el 450 Aniversario de la creación del Estudio General, acordado con el Capítulo de la Orden de Predicadores, en el Cuzco y en el mes de julio de 1548, la Universidad Nacional de San Marcos se asocia a esta magna celebración. El Estudio General, y la Facultad de Teología, que funcionó en el Convento de Santo Domingo de lima, fue el precedente de la fundación de la Universidad de Lima en 1551, intitulada San Marcos desde 1574. Por esta circunstancia es que antiguos cronistas como Fran Juan Meléndez, Francisco Echave y Assu, Francisco Antonio de Montalvo, Diego de Córdova y Salinas y Antonio de León Pinelo, señalan como fundacional los años 1548 y 1549. La gloriosa Facultad de Teología, adornada por eminentes catedráticos y autores, fue parte de San Marcos hasta 1935, en que, a petición propia, consiguió su autonomía". 4º. Finalmente INDECOPI inició un proceso administrativo contra la Facultad de Teología por supuesta falta de veracidad publicitaria de un aviso institucional, publicado en el diario El comercio el 9 de febrero del año 2003. El 20 de febrero, INDECOPI "dio por concluida la investigación", en vista de la respuesta documentada presentada por la Facultad sobre su afirmación de contar con "más de 450 años al servicio del Perú.

2.      Antecedentes del 1º de Julio de 1548

El 1 de julio de 1548 es la fecha histórica. Ella tiene un significado especial para la Orden de Predicadores, para la Facultad de Teología y también para todas las universidades del Perú. Constituye, a la vez, el inicio y el registro histórico de los estudios universitarios, casi tres años antes de la creación de la Universidad Real de Lima, posteriormente conocida como Universidad de San Marcos. Una afirmación de estos alcances merece algún sustento. A su singularidad histórica, España ofrece un particular interés por establecer universidades en el Nuevo Mundo. Portugal e Inglaterra tuvieron una actitud distinta, abasteciendo con sus propias universidades a los requerimientos educativos de sus nuevas tierras. Había algo en el aire de España para favorecer la aparición y el desarrollo de la institución académica, desde los primeros momentos en el territorio americano. No en vano, Francisco Pizarro, según refiere fray Antonio de la Calancha, "escogiendo para ciudad principal y cabeza de este Reino el pueblo de Jauja, en la sierra, cuarenta y cuatro leguas, este oeste de lo que hoy es ciudad de Lima, señaló allí, en conformidad de los poderes que trujo del Emperador Carlos Quinto, sitio y casa para la Universidad el año 1533". Este es el mismo Pizarro que, en su primer viaje al Perú, viene acompañado por los siguientes religiosos de la Orden de Predicadores: Fray Reginaldo de Pedraza, fray Tomás de San Martín (de especial importancia para la Universidad de San Marcos), fray Vicente Valverde, fray Martín de Esquivel, primer prior del convento del Rosario de Lima), fray Pedro Ulloa, fray Alonso de Montenegro y fray Domingo de Santo Tomás, posteriormente gran conocedor del quechua. La Orden de Predicadores, desde su origen, ha sido una orden de vocación universitaria. El contingente de frailes se mantuvo fiel a esta tradición y la fermentó para los años siguientes. Los religiosos dominicos, tan pronto se instalaron en el país, se dieron cuenta de las dificultades propias de depender de superiores instalados en la América Central. Por eso y gracias a las gestiones de fray Agustín de Zúñiga y fray Francisco Martínez Toscano, consiguen la creación de una provincia propia, la Provincia de San Juan Bautista, con fecha 4 de enero de 1540, firmada en el Convento de Santa María super Minervam, por fray Agustín Recuperato de Favencia, Maestro General de la Orden. Queda erigido así el Convento de Santa María del Rosario, de Lima, más conocido para nosotros como el Convento de Santo Domingo. El documento del Maestro General de la Orden contiene disposiciones muy amplias y variadas, orientadas al fortalecimiento de la nueva Provincia. Estas medidas son dictadas bajo la autorización especial otorgada mediante Breve firmado el Papa Paulo III, con fecha 23 de diciembre de 1539. Como no podía ser de otro modo para un dominico, sobre todo si es el Maestro General, el documento tiene un lugar especial para la formación de los nuevos religiosos. El siguiente texto de la carta, según la traducción consignada por el P. Meléndez, en su libro Tesoros verdaderos de las Indias, es elocuente por sí solo: "Amonestamos y queremos que el sobredicho Provincial o Provinciales futuros, lo más presto que pudieren en la dicha Ciudad y Convento, o en aquel donde de consejo de Padres les pareciere conveniente, estén obligados a poner estudio, adonde se instituyan Lectores de Artes y Teología con toda diligencia, los cuales gozarán de inmunidades y dispensaciones, según que juzgare conveniente el Provincial o el Capítulo Provincial. Empero no queremos que por ahora se gradúen allí los religiosos, ni sean creados Maestros, hasta que llegue la Provincia al número de conventos y frailes que sea más conveniente a estas promociones de grados y así fuere ordenado por el Capítulo General". El documento referido es la partida de nacimiento para los estudios de filosofía y de teología no sólo en nuestro país, sino también para los de otros, dentro del ámbito de la nueva Provincia. También lo es para la formalización, dentro de la Orden, y la institucionalización de tales estudios. Se trata de organizar la formación filosófica y teológica dominicana dentro de un "studium". Por cierto, un "studium" privado, propio de la Orden de Predicadores, pues ha sido pensado y dispuesto exclusivamente para sus miembros.

3.      1º de Julio de 1548: La memoria y la gratitud históricas

Los religiosos miembros de la nueva provincia tomaron muy en serio el mandato de su Maestro General. En la media en que se multiplicaban para la labor de evangelización y el florecimiento de escuelas, como constatará el mismo Rey de España a través de fray Tomás de San Martín, también la idea del "studium" se afianzó y tomó cuerpo gracias a su esfuerzo y espíritu. Llegaría el momento adecuado para dar el paso decidido para hacer realidad el establecimiento oficial del "studium", dentro de la misma Orden y dentro de la sociedad que surgía. En efecto, el 1º de julio de 1548, se reunió en el Cusco el Capítulo, integrado por religiosos de los conventos del CUSCO, Arequipa y Lima, y tomó importantes decisiones a favor de la misma Orden. Como refiere el mismo P. Meléndez, ya referido, luego de elegido el provincial para un nuevo mandato, "se pasaron a hacer las actas y las ordenaciones". ¿Y qué ordenó o dispuso el Capítulo? Entre otras disposiciones, las de mayor detenimiento y alcances son las siguientes, recogidas por el P. Meléndez: 1º. La creación de un Estudio General en el Convento de Lima. Meléndez dice así: "En el título de las instituciones, instituyen lo primero, en el Convento de Lima, un Estudio General en la forma en que hoy se ve, aunque no con tanto número de cátedras como ahora, hoy tiene dos regentes primero y segundo: cuatro cátedras de Teología, tres de Escolástica, y una Escritura, otra de la lengua general del Perú, que llaman Quechua, un maestro de Estudiantes, y tres lectores de Artes". 2º. "Instituyeron en Lector de Teología para el Convento de Lima al mismo Padre Prior, y Predicador General Fr. Domingo de Santo Thomas; que parece, según lo merecía, que no tenían manos los Padres Definidores, más que para llenarlo de honores y preeminencias". 3º. Dar permiso al nuevo Lector de Teología para ausentarse, dejando en suspenso sus actividades hasta su regreso, teniendo en cuenta "ser pocos los estudiantes que auian de cursar y que auian de oyr antes el curso entero de Artes…". Quedó así registrada la existencia de estudiantes, aunque su número es reducido. A tenor de estos fragmentos, el Capítulo creó el 1 de julio de 1548 el Estudio General y queda anotada la existencia de un pequeño grupo de estudiantes y, desde luego, de profesores. Estos son los primeros universitarios del Perú: universitarios profesores y universitarios alumnos, ambos de pregrado. El primer Rector del Estudio fue fray Domingo de Santo Tomás. Por otros y posteriores documentos, el primer Regente de Prima de Teología fue fray Rafael Segura, nombre del primer catedrático históricamente registrado. Con el paso de los años, y luego de la erección de la Universidad de San Marcos, en 1551, los primeros graduados también serán de la Facultad de Teología; sus nombres merecen consideraciones mayores y para otra oportunidad. El 1º de julio de 1548 es la fecha de la fundación oficial de los estudios universitarios en el Perú. Los primeros estudios corresponden a Artes (Filosofía) y Teología. Por eso, esta fecha es el origen registrado de los estudios que, desde entonces y hasta hoy, identifican a la Facultad de Teología, con una continuidad ininterrumpida, a los largo de 464 años, comenzados antes de la existencia de la Universidad de San Marcos, luego desarrollados dentro de esta Universidad como la primera y más importante de sus Facultades, y, en la actualidad, fuera de ella y como parte de la Universidad que es hoy, por mandato y reconocimiento expreso de la Ley Nº y del Decreto Ley Nº , de 1970. Este Decreto Ley, pues, tiene una motivación histórica irrebatible: la Facultad de Teología inició los estudios universitarios de pre y posgrado en el Perú. El informe del Congreso, avalado por la historia, tiene razón al decir que nuestra Facultad es la decana del Perú y de América o de parte de ella. Consecuentemente, mantener el nombre histórico (Facultad de Teología) es, realmente, un privilegio, privilegio no asignado a alguna otra universidad peruana. Razón también ha tenido el INDECOPI, que se vio obligado a declarar cerrado el proceso administrativo que abrió contra la Facultad, aduciendo posible falta de veracidad publicitaria por su aseveración de tener más de 450 años de existencia (en el año 2003) y ser la iniciadora de los estudios universitarios en el Perú, tanto a nivel de pregrado como de posgrado.

4.      La legitimidad histórica del 1º de julio de 1548

En el documento que instituye la Provincia de San Juan Bautista, el Maestro General de la Orden de Predicadores y la decisión que tomara el Capítulo de la Orden de Predicadores celebrada en 1º de julio de 1548, en el cuso, ha dejado escrita una palabra clave, que, para nosotros es decisiva, aunque poco usual, en las actuales circunstancias. En tanto no entendamos su significado real en el contexto de su tiempo y de su origen, perdemos la perspectiva que tiene y la especial relevancia para nuestra Facultad. Me refiero a la palabra "estudio", o, en el texto original latino, "studium". En palabras de Charles Homer Haskins, "la universidad, como las catedrales y los parlamentos, son un producto de la edad media europea. Los griegos y los romanos, aunque parezca extraño, no tuvieron universidades en el sentido en el cual la palabra ha sido en los últimos siete siglos. Ellos tuvieron educación superior, pero los términos no son sinónimos. Mucha de su instrucción en leyes, retórica y filosofía sería difícil de superar, pero no estuvo organizada en instituciones permanentes de enseñanza. Un gran maestro como Sócrates no otorgaba diplomas; si un estudiante moderno se sentara a sus pies por tres meses seguramente le demandaría un certificado", o, añado yo, un diplomado o un grado acelerado. Por eso y con razón, Rolando Tamayo y Salmorán no duda en afirmar que la universidad es una auténtica "epopeya medieval", pues "ninguna otra civilización produjo el equivalente de estas asociaciones corporativas de maestros y alumnos dotadas de estatutos propios, sello, ¿Y cómo surgieron las universidades? Sin descender a detalles, podemos asegurar, siguiendo en parte a Denifle, que las universidades, en gran parte, comenzaron de manera espontánea e informal, y sólo después buscaron el reconocimiento real, pontificia o, según los casos, de ambos. PERU. INFORMAL "Las circunstancias sociales prevalecientes a mediados del siglo XII y principios del siglo XIII, dieron lugar a la creación de las primeras universidades, algunas de las cuales simplemente brotaron, sin que se pueda determinar con precisión quién las fundó ni cuándo exactamente se constituyeron" (C. Tunnermann). "En París nunca fue fundada la universidad de modo oficial, simplemente surgió y fue desarrollándose, de manera casi imperceptible a partir de su escuela catedralicia. Estas evoluciones, sin embargo, fue más rápida que la de otras escuelas similares, debido tal vez a la favorable ubicación de la ciudad y al hecho de ser ésta la capital del reino. En cambio en Chartres, sólo a noventa kilómetros de París, la escuela, que tanta celebridad había alcanzando en el siglo XI, nunca llegó a convertirse en universidad, degenerando por el contrario en una escuela de gramática" (James H. de la educación occidental, t. 2, p.161-162). "El término universitas se refería únicamente al gremio o corporación, que en el caso de París lo era de maestros: universitas magistrorum Parisiensis. En algún momento del siglo XII la institución propiamente dicha adquirió el título de studium generale, literalmente lugar de estudio adonde acudían estudiantes de todas partes. Solo más tarde, en el siglo XV, la palabra universitas llegaría a ser sinónimo de studium generale, cayendo este último término en desuso". Por eso, en la Real Cédula referente a nuestra Universidad de San Marcos, el término utilizado estudio general, primero, y luego, estudio y universidad. Recordemos que España tiene, en Europa, una historia particular, pues en el siglo XVI tiene su siglo de oro que los otros países lo tuvieron en el siglo XIII. Recién vivía aún aparte de su Edad Media. Este es el contexto histórico que justifica el aprecio y el uso del término studium con singular contenido y riqueza. España, en el siglo XVI, recoge la definición de studium dada en el código de las siete partidas de Alfonso El sabio. El texto Alfonsino dice así : "Estudio es ayuntamiento de maestros et de escolares es fecho en algún lugar con voluntad et con entendimiento de aprender los saberes: et son de dos maneras del : la una es a que dicen Estudio General en que ha maestros de las artes así como de la gramática et lógica, et retórica, et aritmética , et geometría et de música et de astronomía, el otro en que ha maestros de decretos et señores de letes: et este estudio debe ser establecido por mandato del papa, o de emperador o de rey. La segunda manera es a que dice estudio particular que quier tanto decir como quando alguien maestro a muestra en alguna villa apartadamente a pocos escolares et tal como este puede mandar facer perlado o consejo de algunt logar". Consecuentemente, de acuerdo al uso del término en España y según recoge la carta del Maestro General de la Orden, el 1º de ju8lio de 1548, el Capítulo reunido en el Cuzco instituyó un estudio o universidad privada, que será el antecedente y la base para pasar luego al Estudio General o universidad al cual se refiere la Cédula de Carlos V, al disponer el funcionamiento de lo que hasta hoy conocemos como Universidad Mayor de San Marcos.

5.      1º de Julio: Tradición, presente y proyección

Los frailes de la Orden de Predicadores, reunidos en el Cusco el 1º de julio de 1548, decidieron crear una universidad, según los usos y costumbres de la edad media. La Edad Media histórica no es la que imaginaron algunos protestantes, los enciclopedistas, más de un positivista y un modernista. Es la Edad Media que creó la universidad, cuyo sustituto aún no pudo ser imaginada por la Edad Moderna o la Edad Contemporánea. Es la universidad que estudia, que explora, que ensaya posibilidades de pensamiento creativo, que problematiza o hace de la cuestión (quaestio) y del debate (disputatio) las formas más importantes de la investigación, entendida como proceso de creación de conocimientos, a partir de la herencia recibida, que debemos mantener enriqueciéndola y renovándola. No entendían la filosofía ni la teología como simples ejercicios de memoria o la repetición mecánica de textos. Las entendieron como exploración constante de la realidad humana en un mundo cambiante y temporal, que anhela eternidad y la trascendencia. Sabían perfectamente que la letra mata y sólo el espíritu vivifica. Percibieron su Estudio privado como un espacio dominicano de irradiación de fe en el hombre y en Dios, una fe henchida de amor. Recordaron lo que se le atribuye anecdóticamente a Domingo de Guzmán y que recuerda Jacques Le Goff, el más grande medievalista de nuestros tiempos: El mejor libro es el libro de la caridad, que expande a la fe y tonifica a la esperanza. La fecha que rescatamos hoy como institucional nos invita a continuar las huellas de esos intrépidos, que cruzaron mares e ilusiones para venir a estas tierras a compartir su amor al Dios de la vida, inspirados en la oración y el estudio. Los universitarios del Perú deben una expresión de gratitud a ese colegiado dominico que abrió paso a las universidades del país. Los universitarios de la Facultad somos los herederos más privilegiados por estar incluidos en la institución que inició los estudios universitarios en esta parte de América. Por eso mismo tenemos la mayor obligación de cuidar esta herencia, fortaleciéndola con imaginación e inteligencia, desde el diálogo permanente de fe y razón. Para terminar, permítaseme entresacar algunas ideas de compromisos señaladas por aquel religioso de la Orden de Predicadores más conocido y mejor maestro universitario en la Universidad de París, la figura intelectual más representativa justamente de la Edad Media. Decía este maestro, refiriéndose a los maestros universitarios: "A causa de la elevación de la doctrina que comunican se requiere que los que la enseñan sean dignos", que "deben estar en alto por la eminencia de sus vidas". A los estudiantes universitarios:"deben ser humildes, pero firmes por su sentido de rectitud y fecundos como es la tierra para que las palabras de sabiduría que oyen den fruto en ellos. Les es muy necesaria la humildad para la disciplina que viene `por brindar oído a las palabras: "Si te gusta escuchar aprenderás y si inclinas tu oído serás sabio" (Eclesiástico, 6, 33). Son palabras de Tomás de Aquino, dichas ante el pleno del claustro de la Universidad de París, reunido para escuchar su lección magistral, titulada Rigans montes, con la cual daba comienzo a sus actividades de maestro universitario.

Luis Gildomero Arista

6. Vinculación Seminario-Facultad de Teología-Universidad

  Aunque en la actualidad Seminario y Facultad de Teología son dos instituciones claramente diferenciadas, en sus cuatro siglos de historia ha vivido etapas en que sus vidas se fundían (¿también se confundían?) e identificaban, no sólo por compartir local -calle san Francisco- sino autoridades, profesores y alumnos. Los Padres Dominicos la fundaron, las Órdenes Religiosas dieron sus catedráticos más importantes, y profesionales católicos proyectaron sus mejores energías desde los postulados de una sana armonía fe-razón y compromiso con el Perú. El segundo prelado de la arquidiócesis, Toribio Alfonso Mogrovejo (1536-1606), crisol de lazos solidarios[1], tuvo un cuidado solícito con la naciente Universidad como demuestra su aporte a través de rectores y profesores, métodos y proyectos. Tal sucedió con Hernando de Guzmán, tres veces rector de San Marcos y primer Rector del Seminario de Santo Toribio, Debemos retrotraer nuestra mirada cuando la emprendedora orden dominicana -con su provincial Tomás de San Marín a la cabeza- decidiese en su capítulo provincial de Cuzco (julio de 1548) abrir un Estudio General en el Convento de Lima para la preparación intelectual de sus jóvenes religiosos futuros apóstoles entre los naturales de Indias. El Emperador español Carlos V concedió permiso el 12 de mayo de 1551 para que el Estudio General del Convento del Rosario fuese reconocido como la Universidad de la Ciudad de los Reyes, sujeta a los Dominicos, y con los privilegios de la Universidad de Salamanca. Por el Breve "Exponi nobis" de 25 de julio de 1571, recibía la aprobación pontificia. Quedaba establecida así la mayor expresión de la síntesis cultura-fe, jerarquía civil-religiosa, con el fin de buscar el progreso integral de la persona y la sociedad a partir del estudio privilegiado de la Teología, de la que todas las demás ciencias eran "ancillae" (esclavas); claro que "cada una gozaba de autonomía y dignidad propia, pero en dependencia jerarquizada y orgánica para una función de servicios: servir a Dios y a los hombres"[2]. Aquí está la explicación del por qué en la Universidad de San Marcos el primer puesto del claustro se reservó a la Facultad de Teología. Las otras facultades eran las de Derecho Civil (Leyes), Derecho Canónico (Cánones), Artes y Medicina. Las cátedras más importantes en Teología eran la de Prima o Teología escolástica, la de Sagrada Escritura, Vísperas y Nona. Cátedras de Sagrada Escritura. En la Universidad de San Marcos, la Facultad de Teología contaba con cuatro cátedras: Prima, Sagrada Escritura, Santo Tomás, Vísperas. El Virrey Toledo firma una Real Cédula, Los Reyes, 20 de junio de 1580, por la que indica que  la "cátedra y lectura de Sagrada Escritura sin la cual no se puede saber ni entender la teología y letras divinas ni conseguirse el efecto de la enseñanza y predicación evangélica que han de hacer los estudiantes que la profesasen para españoles e indios". Uno de los catedráticos fue el P. José de Acosta, quien publica en 1590 De vera Scripturas interpretandi ratione y quien salpica todas sus obras  de textos bíblicos.

  En las primeras constituciones sanmarquinas, las recibidas por el Virrey Toledo en 11 de octubre de 1571 se prescribe la importancia de la teología y la forma de la graduación: "El licenciado en Teología que se graduare tendrá este orden: lo primero que sea bachiller formado en Teología y entre el bachilleramiento y licenciamiento pase por lo menos tres años, en los cuales conste haberse ejercitado en leer o predicar, después de lo cual tendrá dos actos, cada uno de seis conclusiones de positivo y escolástico y entre ellas ponga una conclusión de filosofía moral y a ellas la arguyan los doctores de la facultad y presidirle ha el deán de la facultad y a falta de el catedrático de Teología y después de haber hecho los dichos actos abrirán por tres partes el Maestro de las Sentencias y escogerá una de ellas el graduando, después de lo cual hará todo lo que se dispondrá en la constitución que habla con los licenciados en derecho y medicina"[3].

Los grados eran de bachiller, licenciado, maestro y doctor. El gobierno de la Universidad corría a cargo del claustro, encabezado por el rector, que era elegido por catedráticos y estudiantes, y que estaba asistido por cuatro consejeros o consiliarios (elegidos del mismo modo), más un procurador general, el secretario y el tesorero.

En Lima existían varios colegios universitarios, convictorios o residencias de alumnos en los que se proporcionaba a una minoría selecta -aparte de alojamiento y comida- una formación esmerada tanto en el aspecto académico, como en el humano y espiritual. El más conocido era el "Colegio Real de San Felipe y San Marcos"; estaba también el de "San Martín "que en 1770 se fusiona con el primero y se convierten en el Real Convictorio de San Carlos; en tercer lugar estaba el de "Santo Toribio". En las citadas Constituciones de 1609 de este colegio-seminario se nos informa detalladamente de su vinculación con la universidad. Como se dijo en el apartado interior, los alumnos no podían permanecer en el Colegio más de 8 años ni una vez ordenados de sacerdotes o graduados de Bachilleres (en Cánones o Teología) (Const. 21). Los estudiantes del seminario que aspiraban al doctorado en Teología, llevaban a cabo sus estudios en la Facultad respectiva de San Marcos. Debían asistir a la apertura, clausura, y todos los actos públicos que se verificasen en la Universidad. Por su parte, los profesores de la Facultad de Teología enseñaban los cursos de esta Facultad en el colegio seminario[4].

Su estancia se limitaba a dos años, tiempo suficiente para graduarse en la Universidad como bachilleres en Teología o Cánones. Cada semana debían participar en un acto común en que se debatía un tema propuesto con antelación. Dos veces al año se organizaban "conclusiones", pública defensa y discusión de una o varias tesis de acuerdo con la forma académica universitaria.

7. Siglos XVIII y XIX

Durante el siglo XVIII la Universidad decayó tanto que llegó decir en 1733 el arzobispo de Lima Francisco Antonio Escandón que era "la cosa más inútil" del Perú, acabando por dejar de asistir los seminaristas. Por esta razón, el arzobispo Diego del Corro introdujo un plan de estudios en el Seminario de acuerdo con su pastoral de 4 de noviembre de 1759 y encargando de su aplicación al rector Agustín de Gorrichátegui. Sin descuidar las humanidades, sobre todo el latín, se exigía se diese más importancia a la Sagrada Escritura, al Derecho Canónico, la Teología Moral.

El universal polígrafo peruano José de la Riva Agüero, buen conocedor de la trayectoria histórica de los centros educativos del Perú, evaluará positivamente su reforma: "En el periodo que media entre la expulsión de los jesuitas (1767) y la reforma del Colegio de San Carlos por Rodríguez de Mendoza, el Seminario de Santo Toribio era el centro de la ilustración de la colonia, el foco de los estudios teológicos y filosóficos"[5].

            Al final del virreinato y comienzos de la emancipación, el arzobispo De las Heras establece un nuevo plan poniendo "un Maestro de Latinidad y Retórica, dos catedrático de Filosofía que deben enseñar también la historia de esta facultad y la Álgebra y Geometría tan descuidados antes, que esta es la primera vez que se oyen en los ángulos del Colegio; otros tres de Teología Dogmático-Scholastica, Expositiva y moral con otro de Cánones y Disciplina Eclesiástica"[6].

El historiador P. Armando Nieto nos dio a conocer el programa de Teología para 1917[7] con el significativo título: "Tesis sobre Prolegómenos y Fuentes de la Teología, cuya defensa -a voluntad de los examinadores- asumirán en la celebérrima Universidad de San Marcos los alumnos del Real Seminario de Santo Toribio: Benito Figueroa, José Landázuri, Juan Hevia, Juan Fernandini, Agustín Rato, Mariano Taboada, Domingo Mendiola, Juan Gómez y Pedro Cano. Con el favor de Dios, bajo la presidencia del doctor Manuel Villarán, Director de Estudios y Pro-Rector en el mismo Real Seminario. Día 28 de noviembre del año del Señor de 1817. Lima [Imprenta] de Bernardino Ruiz".

Como señala en su historia R. Vargas Ugarte, por los registros académicos de San Marcos, de 1816 a 1843, se sabe que todavía en esos años se concedían los grados de Doctor en las Facultades de Artes y Teología, pero algunos de los graduados no procedían del Seminario sino del Convictorio Carolino, como en 1832, D. Manuel Bandini (Doctor en la Facultad de Artes), o en 1843, D. Bartolomé Herrera, puesto que los aspirantes a las órdenes sagradas hasta 1861, en que se lleva a cabo la Reforma Universitaria, debían seguir los cursos respectivos en el Convictorio o en el Seminario. A partir de este año el Seminario viene a ser la sede de la Facultad de Teología y se reconoce el derecho del Rector de señalar a los examinadores y redactar los programas.

            Pero junto a estos cursos superiores se crean en el Seminario los estudios de secundaria, como puede verse en los programas, impresos desde el año 1867. Los exámenes son públicos y componen cada uno de los jurados tres examinadores, figurando entre los asistentes personajes de nuestro mundo político e intelectual. La Reforma no trajo consigo ventaja alguna de orden económico. Así el Colegio de Medicina de San Fernando como el de Santo Toribio continuaron viviendo de sus propias rentas y, por lo mismo, no estaban en la obligación de solicitar del Rector de San Marcos la aprobación de las cuentas. Cuando se intentó aplicar íntegramente el Reglamento Universitario, una de las razones que movieron al Arzobispo Goyeneche a oponerse a su aplicación fue precisamente ésta, o sea la subordinación del Seminario a la Universidad en esta parte. En 1877, siendo Decano de la Facultad de Teología, D. Amador Sotomayor y Rector al mismo tiempo del Seminario no reconocía otra autoridad que la del Ordinario.

            El Reglamento de Instrucción reconocía este hecho en su artículo. 226, inciso 2º y, por consiguiente no le era posible someter a la aprobación del Rector de San Marcos las cuentas del Seminario a su cargo. El 13 de Julio de dicho año le enviaba el Rector la respuesta y en ella le daba toda la razón. Desde el año 1853, la Facultad de Teología del Seminario era reconocida por el Estado y desde el año 1855 se la considera unida a San Marcos, aun cuando la enseñanza se imparta en el local del Seminario. Esta parcial desvinculación de la Facultad obedecía al hecho de haber cesado desde mucho tiempo atrás de enseñarse las ciencias sagradas en San Marcos. No existiendo en ella estas cátedras no podía subsistir la Facultad. Por la misma razón, la Universidad no podía por sí sola otorgar los grados correspondientes y, sin duda, para obviar este inconveniente se recurrió al arbitrio de considerar la Facultad vinculada a San Marcos aún cuando en Santo Toribio se dictasen los cursos.

            Pero el Seminario había abierto desde el año 1850 sus puertas a la juventud estudiosa de la capital y, como se dice en los Programas, impresos en el año 1853, aquel año era el tercero desde la fundación del Colegio de Secundaria. En los años siguientes se continuaron imprimiendo los Programas de las materias cursadas.

Manuel Atanasio Fuentes nos informa puntualmente cómo se encontraba en 1860: Ese colegio está destinado a la instrucción de los jóvenes que se dedican a la carrera eclesiástica.

             El Seminario mantiene su prestigio a la par con el Convictorio San Carlos. Se presta cada vez mayor atención a las ciencias y al Derecho, dejando al margen la teología escolástica y la dogmática. Se acentúa también el número de externos que no aspira al sacerdocio. El crecimiento de San Carlos y santo Toribio ganaba terreno a costa de la Universidad de San Marcos. Con el fin de darle vida, el General Echenique, un 25 de julio de 1853, a través de su Ministro de Instrucción Pública, establece con los catedráticos de los Colegios las Juntas Examinadoras para los grados, reservando las de Teología a los del Seminario. El Reglamento General de Instrucción Pública de 1855 colocó bajo un Director General de Estudios, dependiente del Ministro de Instrucción, todos los establecimientos educativos. Las universidades dispondrían de 5 facultades en otros tantos colegios; la de Teología en el Seminario. Con Ramón Castilla, se dio un Reglamento en 1861, todo el régimen universitario quedaba en manos de la Junta presidida por el Rector y compuesta por el Vicerrector, Secretario y los rectores de los colegios.

En septiembre de 1861 todavía tenía representante en las juntas directivas de la Universidad, pero el Arzobispado pidió que se separase el Seminario del distrito universitario de acuerdo con el Concilio de Trento. La Teología quedaba en el Seminario y los alumnos, para graduarse, debían someterse al Reglamento Universitario, que reservaba al Rector ("con intervención de una Dignidad eclesiástica") conferir los grados. A pesar de ello, el Estado, con el rector regalista José G. Paz Soldán a la cabeza, se ufanaba en 1861 de asumir unilateralmente la enseñanza religiosa. Lógicamente, la Iglesia -con el batallador arzobispo Goyeneche al frente- no podía claudicar aceptando el Reglamento ya que el Seminario no era parte del Distrito pues no dependía de la Universidad sino del Arzobispado; por su parte, toda enseñanza teológica universitaria debería depender del Prelado. Como atinadamente explica E. Bartra la Iglesia no se oponía a que la Facultad de Teología estuviese alojada en el Seminario ni mucho menos a que fuese parte de la Universidad, sino a que "el Seminario y la Facultad estuvieran fiscalizadas por el Gobierno"[8]. La postura firme el Prelado dio marcha atrás al Gobierno.

Desde la restauración del Seminario en 1847 se admitió, junto a los internos (clérigos o aspirantes) alumnos externos, de primaria sobre todo, por lo que el Colegio adoptó un régimen mixto secular y clerical. Aunque el cuerpo directivo y docente de la Facultad, al igual que sus cátedras, se mantenían bien diferenciados, los cargos de Decano y Rector, residían en una misma persona. Como lo mismo sucedía con la mayoría de catedráticos de facultad y profesores del colegio, la Facultad prosiguió en el Seminario. De hecho, y sin que el Arzobispado lo pretendiese, -como diría José Antonio Barrenechea, Decano de Derecho, en 1875- "el Seminario de Santo Toribio [...] es, en todo rigor, una Universidad Católica"[9].

En 1866 y 1868 se dictan leyes que atenúan la fiscalización del Estado sobre la enseñanza universitaria; en concreto, el 16 de marzo de 1866, se aprueba un Reglamento en el que se reconoce jurídicamente la conformación de las Facultades en los colegios. De igual modo, mejoran las relaciones Iglesia-Estado. Todo ello, propicia la vuelta de la Facultad de Teología a la Universidad. El 18 de marzo de 1876, el Presidente Manuel Pardo aprueba el nuevo Reglamento General de Instrucción Pública que reconoce que "la enseñanza universitaria es de la exclusiva competencia de las autoridades universitarias"[10]. Este mismo año vuelve la Facultad a la Universidad de la mano del Decano Dr. Amador Sotomayor, quien leyó la Memoria del curso en la clausura del año escolar[11]. Para ratificar estas buenas relaciones, quien fuese rector del Seminario, arzobispo de Lima y eminente catedrático en la Facultad, el Dr. Manuel Tovar, pronunciará el discurso de orden en la apertura del año académico, 4 de abril del 1877.

Tres años después, el 10 de julio de 1880, encontrándose como presidente del Gobierno un excolegial y ex catedrático toribiano, Nicolás de Piérola, en plena guerra, nombrará personalmente todos los cargos universitarios con la única excepción de que para la Facultad de Teología se reconociera como decano nato al Rector del Seminario:

"Atendiendo a que la Facultad de Teología de la Universidad Mayor de San Marcos reside en el Seminario Conciliar de Santo Toribio, se declara Decano nato de ella, al Rector de dicho establecimiento y profesores de dicha Facultad a los nombrados para dicho Colegio por el Muy Reverendo Metropolitano, sin otro requisito que el ser Doctores de dicha Facultad" Rúbrica de S.E. E. Panizo"[12].

Con el Dr. García Naranjo como decano, los últimos 6 años del S. XIX, la facultad prevaleció sobre el Seminario debido a la crisis vocacional. Es interesante el papel de esta facultad en el difícil papel de armonizar fe y ciencia, revelación y razón, tal como señala su decano en la memoria de 1884:

8. Siglo XX y XXI

La situación se fue al otro extremo, cuando su sucesor, Alejandro Aramburú, favorecerá las secciones de primaria y secundaria. En 1911 se crea el Seminario Central para todo el Perú, con lo que la Facultad resulta notablemente favorecida.

De 1911 a 1939 destaca la figura del Decano Belisario A. Philipps, quien armoniza sabiamente los intereses de la Facultad y del Seminario, en el mismo local de la calle del Milagro (convento de San Francisco) y casi el mismo régimen, salvo en el quinto curso y algunas asignaturas que seguían quienes optaban a los grados académicos. Por su parte, la Facultad era miembro efectivo de la Universidad de San Marcos. El Estatuto Universitario de 1928 la equipara en el régimen económico con las otras Facultades, autorizándola a conferir grados en Derecho Canónico. La constitución apostólica "Deus scientiarum Dominus" (24 de mayo de 1931) de Pío XI y el Proyecto de Constitución de la Universidad de San Marcos en 1932 propician el que la Facultad de Teología se independice de la Universidad en el marco del Estatuto Universitario de 28 de junio de 1935. De acuerdo con sus disposiciones, la Facultad de Teología de Lima es una institución superior con personalidad jurídica como entidad oficial de estudios eclesiásticos superiores, regida por su propio Reglamento; puede otorgar grados de Teología y Derecho Canónico; sus diplomas se registran en el Ministerio de Instrucción y la docencia de sus catedráticos regirá por las leyes generales. Los diplomas de Licenciado y Doctor los da el Gran Canciller en nombre del Papa y el Estado peruano, el de Bachillero el Decano o Presidente, registrándose todos los títulos en el Ministerio de Educación Pública.

Se otorga, por tanto, plena autonomía a la Facultad de Teología. Como subrayó su actual Director de Estudios Teológicos, P. Armando Nieto, en el discurso de orden con motivo del 450 aniversario de la Facultad, "la independencia institucional satisfacía por una parte los requerimientos de la Sede Apostólica, y por otra, con prudente realismo, evitaba que la Facultad pudiese verse involucrada otra vez en los avatares de la política universitaria o fuese gobernada por autoridades estatistas, laicistas o agnósticas. Al mismo tiempo, la independencia académica respecto del Seminario de Santo Toribio parecía también aconsejable, dado que las finalidades primarias de las dos instituciones no eran exactamente las mismas. Asimismo se abría la puerta que en el futuro seglares de ambos sexos como ocurre ahora, pudieran profundizar en las ciencias teológicas, si así lo deseasen, aspirando a los grados académicos"[13].

El arzobispo de Lima, Gran Canciller, Monseñor Pedro Pascual Farfán, lo comunicó a Roma que aprobó la reforma estatuaria por decreto de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades de 29 de junio de 1937, en la que se confirman los grados académicos, siendo reelegido como Decano Monseñor B. Philipps quien inaugura la nueva etapa jurídica de la Facultad. También en ese momento la Facultad seguía funcionando en el local del Seminario, Jirón Ancash 505. Su status jurídico se ha mantenido, reafirmándoselo el 26 de noviembre de 1969, según Decreto-Ley n.18009, la Ley General de Educación (Decreto Ley 19326, artículo 375) de 1972 como entidad de estudios eclesiásticos superiores dedicada a la docencia, investigación y extensión cultural con las franquicias y exenciones de las universidades peruanas. La ley n. 26327 de la Presidencia de la República, artículo 38, establece: "La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima se gobierna por su propio Estatuto. Tiene la autonomía, derechos y deberes de las universidades y pertenece al Sistema Universitario Peruano".

Por su parte, la nueva Ley Universitaria nº 30220 dada por el Congreso de la República el 8 de julio del 2014 mantiene su propio y peculiar estatuto como se consigna en DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES, SEGUNDA.- Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima: "La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima se gobierna por su propio Estatuto. Tiene la autonomía, derechos y deberes de las universidades y pertenece al Sistema Universitario Peruano[14].

José Antonio Benito



[1]Mi obra  Crisol de lazos solidarios: Toribio Alfonso Mogrovejo Universidad Católica "Sedes Sapientiae" y Ministerio de Educación y Cultura de España, Lima, 2001, 275 pp. En internet:  http://www.ucss.edu.pe/toribio.htm

BARTRA, E. "Trayectoria histórica de la Facultad de Teología de Lima" Revista Teológica Limense 1971, p.30.

El presente capítulo es deudor en buena parte del presente artículo.

[3] L.A. Eguiguren en La Universidad en el Siglo XVI I, Imprenta Santa María, Lima, 1951, p.362-371

[4] L.A. Eguiguren en La Universidad en el Siglo XVI I, Imprenta Santa María, Lima, 1951, p.385-391

"Don José Baquíjano y Carrillo" Boletín del Museo Bolivariano I, agosto 1929, pp.454-455.

Informe de 20 de diciembre de1813. Cit. En E. BARTA Trayectoria... p.42

P. Armando NIETO: "Un programa limeño de Teología en 1817" Revista Teológica Limense Vol.XVI, 1982, 3, pp. Pp.323-328.

BARTRA, E. "Trayectoria histórica de la Facultad de Teología de Lima" Revista Teológica Limense 1971, p. 48.

Anales Universitarios San Marcos, Lima, VIII, año 1876,  pp.209-210

Anales Universitarios San Marcos, Lima IX, año 1877, p.53.

Archivo de la Facultad de Teología de Lima, Libro de Sesiones (1876-1902) p.3 Cit. E. BARTRA "Trayectoria..." p.53.

Anales universitarios del Perú T. XIII, Lima 1887,  p.62

[13] Agradezco al autor la generosa entrega de sus apuntes manuscritos.