lunes, 7 de julio de 2014

Devoción en la PROCESIÓN del CARMEN ALTO DE LIMA después de 14 años

PROCESIÓN EN EL CARMEN ALTO DE LIMA

MI PRIMER DOMINGO DE JULIO EN LIMA

 Domingo 6 de julio del año de Nuestro Señor de 2014

Aún tengo en mis oídos los sones de la banda , tocándoles sones de valses criollos y  liturgia más solemne, a la MADRE DE DIOS DEL CARMELO DE LIMA,  tras casi 14 años que no la veía en su caminar. Hoy, en este domingo, en que la lluvia ha asomado para acariciar mis mejillas y así disimular mis emocionadas lágrimas, también echo la mirada a los años atrás, que desde niño, de la mano de mi tía abuela, de mi abuela, de mi querida tía Miriam, mis primeros maestros en amar a la MADRE DE DIOS,  ahora, que el silencio me embarga, que cierro los ojos, vienen a mi tantos recuerdos y presentes aromas, como es el cabello siempre perfumado de mi madre, ESTELA, al abrirlos, veo a aquel hombre de planta elegante y servicial ,  ahora que contemplo el  tiempo en su seriedad, le hablo a esta REINA, que es amiga, madre, consejera, consuelo y aroma del amor de DIOS,  yo  roto de amores, por no poder quererla más, le pregunto al tiempo mismo, cómo es posible, que habiendo pasado tanto tiempo, pueda sentir esas mismas ansias de felicidad en este ratito, de las calles llenas de cofrades y caras conocidas, de haberlos visto cada año, y parece que como un llamado de esos misteriosos aparecen convocados por el mismo sentimiento, venir a estar con Ella, porque así el alma no puede más  aguantarse sin verla, sin estar cerca suya, y miro a los lados y están aquí todos aquellos que amo,  misteriosamente, es así, el estar aquí nuevamente, hace aflorar tantas emociones y todas en torno a esta carita, a esta mirada que la han visto mis mayores, mis abuelos y amigos, los que tengo y los que tuve.  ¡Qué  vinculación tan grande, la que hay por medio de la fe!

 Hoy, qué gran día, qué hermosa mañana en la que mi primo Cristian cargó a su MADRE DEL CARMEN. Ver la emoción de mi tía, de mi tío, y echar la mirada atrás, cuando mi niño era tan chico en los brazos de su madre, qué años aquellos de noches de julio, y aquí siempre, ella sahumando y yo a su lado, y abro los ojos y está ya hecho un hombre. Ya la carga a su madre del cielo, y miro alrededor y es todo como cada año, pareciera que no han pasado tantos años, que está todo como dice la canción, " Al regreso, encontré la mesa puesta y el mantel, como aman las madres…"

Ay mare mía, qué hermosa suerte poder estar aquí, aun viendo cada altar improvisado, para que Tú seas recibida, con ese sabor a la Lima de antaño, del fresco sabor de la garúa de julio, de los olores del picarón, anticucho y del solemne incienso,  de flores por doquier y de hermanos cargadores y de hermanas sahumadoras, que van y vienen de la iglesia a la procesión como si fuese la gran fiesta de su vida. ¡Qué bonito,  alma mía, ver cómo la VIRGEN camina, solemne, alegre, querida y generosa en amores! ¡Qué belleza es esta noche que aún huela  en mis adentros la fragancia de tu procesión! El brillo de los ojos de cada uno que te ha visto y ¡qué hermoso ver caminar a la MADRE DEL CARMEN, por estas calles criollas de barrios altos, con sones de festejos y altanería limeña, de coquetería más perfumada, para que pase la que es belleza y amor, luz y esplendor!. ¡Y cómo no emocionarte mi alma, de tanto que te quiero, y tanto que siento, que pueda reventar de tantas emociones en mi alma! Ni siento el cansancio, ni me molesta nada, solo seguir contigo amando a los que quiero y rezando por los que están ya en el cielo; ¡qué maravillosa sensación de comunión, desde la tierra mis amores y desde el cielo sus intercesiones!; ¡qué maravilla ser tuyo SEÑORA MIA!, ser un carmelita, en este mes y aún más en esta Lima de antaño, qué gran privilegio.

Y, qué decir de ti hermoso JESUS, que en sus brazos vas, arropadillo del mejor de los calores, de TU MADRE, qué diálogo tendréis MADRE e HIJO, qué os diréis desde esas alturas  de tus andas, ¿qué será lo que el NIÑO le dice a su MADRE?  Y qué no lo que esta MADRE BUENA, pedirá a su HIJO?

  ¡Ay SEÑOR!, qué regalo más bonito estar en esta santa compañía y ser oculto observador a los amores de la gente a su SEÑORA,  y qué reflejo más bello el que tiene su casa, esta iglesia que es una casa abierta como si todo dispuesto por ella misma estuviese, casa pintada, cómoda y caliente, cada detalle en pie, no hay cosa que no se escape a las monjas, como si la misma VIRGEN, se los hubiese mandado, desde los colores de cada pared, desde las flores, desde los tornos, todo puesto en santa perfección de armonía; pero que esta dulce armonía se rompe, cuando llega a casa la REINA,  algarabía y música, llena de olores ,sensaciones y mucho color, luz, todo un caudal alrededor de ELLA, que no cabe más que callar y escuchar los sones de tantos corazones que la llaman y la saluda, SALVE MARIA, FLOR DEL CARMELO, DULCE CONSUELO, DEL PECADOR.

¡Qué plegarias he vuelto a escuchar, y ver!, las plegarias de cada calle, de cada barrio, de cada casa que, al verla pasar, no cabe más alegría que la belleza de sus propias vidas, amor, aroma de lo sagrado, en cada casa, de mil maneras,  ¡ay MADRE!, qué hermoso mes de julio que es este de tu BARRIOS ALTOS, del CARMEN ALTO, de tus monjas, de tus cofrades y hermanos que cuidan cada detalle, para que nada sea simple, sino, amoroso, qué Lima esta de tradiciones y cómo embriagan estas noches de procesión y de cultos, y de charlas sobre ELLA. ¡Cómo cautiva el incienso que desde temprano te acompaña y te envuelve! ¡Qué maravillosa noche es esta que te veo y te rezo desde cada ángulo en el que te veo.

Y solo puedo ahora decir, RUEGA POR NOSOTROS SANTA MADRE DE DIOS DEL CARMELO.



WALTER ALBERTO PALOMINO