domingo, 26 de enero de 2025

SANTO TORIBIO MOGROVEJO EN LA CATEDRAL DE MÁLAGA

SANTO TORIBIO MOGROVEJO

Este santo castellano, que murió en 1606 siendo arzobispo de Lima (Perú), era hijo de nobles y nació en 1538 en la localidad de Mayorga. Estudió leyes  en la Universidad de Salamanca, en la que llegó a ser profesor[1]. Desempeñó el cargo de inquisidor general en Granada, en cuya ciudad fue ordenado sacerdote. Durante su etapa de arzobispo en Lima destacó por su labor pastoral que realizó con las visitas religiosas los pueblos alejados de la capital. Durante los 25 años de estancia americana, compaginó su misión evangelizadora con la práctica de la caridad; con la mejora de las condiciones de los indígenas y sus derechos; y con la corrección de los abusos que los españoles cometían. Organizó la Iglesia del virreinato, fundó el primer seminario americano y fomentó el catecismo indígena[2]. Contribuyó a la mejora de infraestructuras viarias y fomentó la construcción de edificios religiosos y hospitales. Legó sus bienes a los criados y a los pobres. Fue beatificado en 1679 y canonizado en 1726. Es patrono de varias ciudades e instituciones. Su memoria permanece en las fiestas de su pueblo natal así como en el vítor de la Universidad de Salamanca y en el patronazgo del Episcopado Hispanoamericano.

Este grupo escultórico, de figuras de tamaño algo menor del natural, forma un conjunto con otros tres, realizados entre 1803 y 1806, que representan a santo Tomás de Villanueva, Santo Toribio de Liébana y San Juan de Sahagún, como ejemplos de la caridad cristiana. Están ituados en el muro exterior del coro de la catedral de Málaga, dos en el lado de la epístola frente a la capilla de la Virgen del Rosario y otros dos en el del evangelio frente a la capilla de san Rafael. Ese programa iconográfico fue iniciativa del obispo don José Vicente Lamadriz y su autor fue el escultor malagueño Salvador Gutiérrez de León.

El grupo escultórico, que está formado por santo Toribio y tres indígenas de tez oscura, posee una puesta en escena muy teatral con fuerte expresividad, heredera de la tradición barroca. El artista concibió al santo con rostro joven, cabello corto e  imberbe, sin duda por imposición del cliente y ubicó su figura erguida en el centro de la composición. La escena muestra un gesto caritativo de santo Toribio posando su mano sobre la cabeza de un indígena malherido. Éste está sentado en el suelo, en primer plano de la composición, con expresión de desmayo y con el torso incorporado, gracias a la ayuda de otro indio más joven que le sujeta por las espaldas, y quien, a su vez, mira compasivo al santo para que socorra a su padre o amigo. Al otro lado del grupo, un sonriente niño indio con una pierna en rodilla lleva la mitra, recordándonos que le homenajeado fue arzobispo.

Salvador Gutiérrez de León o Salvador de León fue un escultor ecléctico que alternó la realización de imágenes religiosas de tradición barroca con la producción de tipos populares en barro cocido y policromado, y con algunas otras de estética más clásica. Formó parte de una familia de escultores, cuya actividad abarcó más de un siglo. Nació en 1777 en Málaga y era hijo del escultor Antonio Gutiérrez de León y María Magdalena de Aguirre. Murió en 1838 en Málaga. Entre su producción religiosas destaca el desaparecido grupo de "Jesús cruzando el Puente del Cedrón", popular imagen procesional de la Semana Santa malagueña. Sus principales discípulos fueron su hijo Rafael, primer profesor de la Real. Academia de Bellas Artes de Málaga, su yerno José de Vilces y Manuel Martínez Carrillo.

p.167

ROMERO TORRE, José Luis TRANSITUS, Las Edades del Hombre, Plasencia, 2022, capítulo 7 "Transmissio Evangelii. p.167

Catálogo de la XXVI edición de las Edades del Hombre celebrada bajo el título de Transitus en el año 2022 en la Catedral de Plasencia (Cáceres)

Madera tallada, dorada y policromada, añadidos de tela y vidrio, 185x210x105 cm. Su autor es Salvador Gutiérrez de León «El Viejo», que lo realizó entre los años 1803-1805.

 



[1] Lo más que llegó fue ser asistente de su tío Dr. Juan Mogrovejo, catedrático de cánones. Cuando estaba a punto de ser doctor fue nombrado inquisidor y debió marchar a Granada; desde allí fue nominado para arzobispo de Lima.

[2] En el Tercer Concilio Limense de 1583  prescribió que se redactara y publicase a los idiomas nativos.

martes, 14 de enero de 2025

Padre Ignacio María Doñoro y el Hogar Nazaret en Perú

La foto es de diciembre del 2023, con motivo de los 75 años de la prelatura de Moyobamba, donde estuve para hablar de Santo Toribio Mogrovejo en la selva. Allí pude comprobar que la evangelización fundante de santo Toribio sigue viva y llena de esperanza gracias a la siembra de los PP. Pasionistas y los sacerdotes de la diócesis de Toledo, apoyados por misioneros de fuego como el P. Ignacio María Doñoro.

Acabo de leer sus libro-testimonio "El fuego de María" y "El secreto es Jesús" y me deja el corazón abrasado, esponjado, lleno de paz y con ganas de seguir sus pasos, que son los del abandono, la confianza, el amor. Comparto apuntes y enlaces para orar y apoyar esta obra de Dios y de María, protagonizada por los más pobres: los niños, los que nos llevan al Reino de los Cielos.

Hogar Nazaret - Un Hogar de rescate para niños y niñas del Amazonas Peruano.

P. Ignacio Doñoro

En 1996, después de siete años como párroco en la diócesis de Cuenca, ingresa en el Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas como capellán, con consideración de capitán. Sirve en cuarteles militares y comisarías del Cuerpo Nacional de Policía de Guipúzcoa. Un año después, comienza a participar en misiones especiales de ayuda humanitaria internacional con el Ejército Español, que le llevarán primero a Bosnia, en 1997, y después a Kosovo en dos ocasiones, en 2000 y 2008.

En julio de 2001 es destinado a la Comandancia de la Guardia Civil de Inchaurrondo como capellán, con consideración de comandante. Al año siguiente crea el capítulo José María Martínez de Rituerto, de la Asociación Cultural Santiago, para apoyar a la infancia e instituir becas para los huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía.

En 2002 se produce un hecho que marcará un antes y un después en su vida. Siendo Comisionado para un proyecto de ayuda humanitaria en El Salvador, encuentra a un niño que habían vendido para el tráfico de órganos. Poniendo en peligro su propia vida, consigue rescatarlo. A partir de ese momento, decide dedicarse a luchar contra la trata de menores. Al volver a España, funda Anaitasun Eusko Elkartea (Asociación Vasca por la Hermandad) con la finalidad de recaudar fondos para llevar a cabo los proyectos de San Salvador.

En 2003 vuelve a El Salvador, donde sufre amenazas por parte de grupos armados, pero continúa adelante con su labor de rescate. A finales de ese año crea la asociación Acción Unida de Europa con el propósito de crear hogares para niños indigentes de Bogotá (Colombia).

En 2005 es destinado a la Academia de Oficiales de la Guardia Civil de Aranjuez (Madrid). Ese año crea SOS Infancia, colaborando con tres casas de rescate en Tánger (Marruecos). La primera casa está destinada a recoger niños de la calle; la segunda casa acoge a madres adolescentes y está dirigida por las Misioneras de la Caridad; la tercera casa es para prevención y rescate de niñas adolescentes y está dirigida por las Adoratrices. También se crean casas en Beira (Mozambique) para proteger a niños abandonados y niños con VIH.

En enero de 2011 decide pedir la excedencia como capellán de las Fuerzas Armadas para dedicarse de lleno a crear casas de rescate y dirigirlas, pues hasta entonces, una vez instituidas, se dejaban en manos de órdenes religiosas o asociaciones. Anhela estar con los más pobres de los pobres.

Funda el Hogar Nazaret en Madre de Dios (Perú), en la selva amazónica. La región tiene una problemática complicada debido a la minería ilegal, lo que provoca una situación social extrema con un sistema familiar casi inexistente y donde abundan los casos de niños desamparados.El objetivo primordial del Hogar Nazaret es devolver a esos niños y niñas los derechos que les han sido arrebatados: el derecho a la identidad (muchos de ellos no tienen documento de identidad cuando llegan ni figuran en ningún tipo de registro); el derecho a la vida y el desarrollo (la mayoría de los niños y niñas llegan en estado de desnutrición); el derecho a una vida libre de violencia (un gran número de ellos han recibido malos tratos en el entorno familiar); el derecho a un sano desarrollo integral, tanto físico como psicológico, aspectos que se cuidan y se tienen muy en cuenta en el Hogar Nazaret, así como el derecho a la intimidad. En ese sentido, se protege especialmente a las niñas y adolescentes, que en ocasiones han podido sufrir en su entorno situaciones de extrema vulnerabilidad.

El 14 de marzo de 2015 sufre un ataque por parte de un grupo armado y si logra sobrevivir es porque sus atacantes lo dan por muerto. Ese año participa junto a mandatarios internacionales y premios Nobel en el Foro de Excelencia para Directivos como ponente invitado, en Lloret de Mar, y también lo hará al año siguiente.

En 2016 inicia una nueva andadura en Moyobamba, Perú, donde sigue rescatando a niños y adolescentes de situaciones de extrema pobreza. Actualmente, el Hogar Nazaret está compuesto por seis centros, dos destinados a niños y chicos adolescentes en la población de Carhuapoma, dos destinados a niñas y chicas adolescentes en el municipio de Bellavista, una escuela de fútbol en Carhuapoma, y el último, que está en construcción, se encuentra en José Pardo.

https://diocesisvitoria.org/el-secreto-es-jesus/: En amistosa conversación con el Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, y el comunicador cristiano Vicente Luis García Corres, Txenti, Ignacio María Doñoro de los Ríos, sacerdote bilbaíno y escritor, presentó en Vitoria-Gasteiz su último libro: 'El secreto es Jesús'. Lugar: Aula San Pablo Aretoa (c/ Vicente Goicoechea 5) Fecha: jueves 2 de febrero de 2023 (19:30h)

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DOÑORO DE LOS RÍOS, IGNACIO MARÍA. EL FUEGO DE MARIA EDICIONES NUEVA EVA 2020, 208 pp

Ignacio significa "hombre que nació del fuego"; Ignacio María quiere decir "nacido del fuego de María". La Virgen María es la que dirige toda la historia de amor del Hogar Nazaret, que nació en el mismo Corazón de Jesús, quien está reclamando una humanidad nueva y proclamando que los más pequeños y los más destrozados son sus preferidos. Fue Jesús quien dijo que son bienaventurados los que lloran, los que sufren, los que tienen hambre y sed de justicia, "Por eso", dice el padre Doñoro, "que los pobres se dejen cuidar, servir y amar no solamente merece todo nuestro respeto, sino además un inmenso agradecimiento, porque los pobres nos llevan al cielo. A ellos hemos de acercarnos casi de rodillas, con sumo cuidado, casi con veneración, agradeciéndoles que se despojen de lo poco que tienen, que es el dolor, para revestirse de la verdad". Quien levanta una obra como el Hogar Nazaret en pleno Amazonas no puede ser esclavo del miedo, sí del amor. Un amor que no se detiene ante nada y ante nadie más que Dios, que por amor ha querido hacerse insignificante y no solo acostarse en un pesebre maloliente, sino dejarse tumbar en una cruz y volverse tan pequeño que hasta podemos metérnoslo en la boca y comérnoslo. Sí, hablamos de Jesús, que multiplicó los panes y los peces, el mismo que transformó el agua en vino, el mismo que curó los ojos de los ciegos y las llagas de los leprosos. A día de hoy, ese mismo Jesús sigue curando y su cuidado se hace especialmente patente en los niños que llegan cargando con su cruz al Hogar Nazaret, donde Él les está esperando con los brazos abiertos para devolverles lo que era suyo y que nadie debió haberles quitado jamás: la alegría de vivir.


EL SECRETO ES JESÚS EDICIONES NUEVA EVA 2022 ISBN: 978-84-123744-6-9 pp.208

«Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos". De esa petición de Cristo salió el Hogar Nazaret, que busca consolar el Corazón de Jesús permitiendo que sean los más pequeños los que sacien Su sed de amor. El Señor ha querido quedarse en los desagradecidos, los desgraciados, los que humanamente no merecen nada, y yo me quedo con Él porque vivo atrapado en su amor. Estoy en la selva del Amazonas por Jesús, estoy con Jesús y estoy en Jesús, que dijo: "Lo que hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis". Él y yo somos uno. Jesús juega conmigo, me trae, me lleva, y me hace cada una... Al igual que un niño, es Jesús quien se sube a mis hombros, me tapa los ojos y me lleva por donde Él quiere. Y ríe, disfruta y es feliz. Él es el secreto, el tesoro escondido porque el que lo he dejado todo, y haberlo dejado todo no significa nada porque me he quedado con Él».

HOGAR NAZARET, SUEÑO DE DIOS Lectura Plus – 9788408161493, Barcelona 2016

Rescate de niños para que puedan tener infancia. El Hogar Nazaret está en Puerto Maldonado (Perú), en medio del corazón de la selva del Amazonas. Es una casa rescate de niños que han sido utilizados como pagos a la tierra, como esclavos en las minas o como atractivo sexual en los prostíbulos. El Padre Ignacio renunció a su vida en España y comenzó una aventura de acogida y auxilio para esos niños desprotegidos, niños que sufren maltratos, que son esclavos y víctimas sexuales. Niños que, por no tener, no tienen ni identidad.El Hogar Nazaret intenta recuperar a estos niños dándoles los derechos que les han quitado. Cuando ya tienen identidad, cuando ya no pueden traficar con ellos, cuando su salud ha mejorado, cuando están escolarizados y trabajando con la familia, es cuando les permiten volver a su entorno. En este libro puedes leer historias de estos pequeños, de rescate de niños que vuelven a ser niños gracias al Padre Ignacio María Doñoro.

 

lunes, 13 de enero de 2025

Beato Ignacio de Acevedo y 39 mártires de Brasil o de Tazacorte

El 15 de julio de 1570, hace 450 años, después de pasar unos días resguardados en Tazacorte de los peligros de la mar, por maldad de la navegación de corsarios y piratas, Ignacio de Acevedo y sus 38 compañeros jesuitas se hicieron a la mar. Dejaban las tierras cristianas que le habían acogido. Les urgía llegar a Brasil.

Han pasado 450 años y hoy se encuentra en un casi total y lamentable olvido. La gran mayoría de los palmeros, practicantes o no, lo desconocen. Son 450 años, que como otros años, se celebrará una misa en San Miguel y este año con las limitaciones obligadas por la pandemia mundial.

No hay programa cívico-religioso de la festividad de los Santos Mártires de Tazacorte y, en general, las instituciones civiles y los medios de comunicación no han mostrado el más mínimo interés por realzar uno de los tres hechos históricos más importantes que han sucedido en La Palma. Nos referimos concretamente a aquellos acontecimientos por los que la isla ha entrado, por derecho propio, en la historia universal:

1) La muerte violenta por su fe de 40 jesuitas en las costas de La Palma en 1570.

2) La inauguración (1985) y los continuos trabajos científicos de los observatorios astrofísicos internacionales del Roque de los Muchachos.

3) La declaración de La Palma Reserva Mundial de la Biosfera (1983 y 2002) por la Unesco.

El santoral católico recuerda que un 15 de julio 40 jóvenes misioneros jesuitas de entre 20 y 30 años murieron violentamente en la mar palmense defendiendo su fe en Cristo. Durante 5 días hicieron escala en La Palma, arribando al puerto de Tazacorte.

El azul oceánico se tiñó de rojo, del color de la sangre martirizada. La nave El Santiago, con el padre superior portugués Ignacio de Azevedo y sus 39 compañeros a bordo nunca llegó a su último destino, la colonia portuguesa de Brasil. El 15 de julio de 1570, el hugonote-calvinista Jacques de Sores los degolló, abordando la embarcación de los misioneros. Hoy, en el fondo de ese mismo mar donde encontraron la muerte, cuarenta cruces de hormigón recuerdan a perpetuidad su memoria, gracias a la iniciativa del palmero, recientemente fallecido, José Feliciano.

Santa Teresa de Ávila, a más de 2.500 kilómetros entre mar y tierra, tuvo la visión del martirio producido en las orillas oceánicas palmeras, y los vio "entrar en el cielo vestidos de estrellas y con palmas victoriosas". Un primo-sobrino suyo era componente de la expedición misionera; se trataba de Francisco Pérez Godoy. No creo necesario desarrollar la vida de quien hoy es reconocida como doctora de la Iglesia Católica, ni destacar la importancia religiosa e histórica que su personalidad adquiere en este dramático suceso que tuvo lugar en La Palma.

Pasaron los años y los siglos. Llegó el momento en que los mártires eran beatificados por el papa Pío IX, con gran regocijo popular entre los habitantes de La Palma. En 1899 se recordaba en el «Boletín del Obispado de Tenerife» que no debía pasar desapercibida para los fieles de la diócesis la festividad de los Santos Mártires de Tazacorte y «que los moradores de la isla de La Palma se apresuren todos a acudir en romería a Tazacorte el día en que la iglesia celebra la fiesta de esos Santos Mártires». Las cosas han cambiado y, hoy en día, la festividad pasa totalmente desapercibida; casi podría decirse que en el olvido de la gran mayoría de los palmeros y sus estamentos sociales y políticos.

Nos consta que en algunas parroquias palmeras y de la Diócesis Nivariensi se dedican oraciones y funciones en su onomástica, perpetuando así su memoria. En Tazacorte habrá misa y debido a la pandemia este año no habrá procesión con la imagen del beato Ignacio de Azevedo y la arqueta de las santas reliquias dejadas en la isla por Acevedo ante el peligro que corrían de profanación, como así hubiera sido.

En el año 2009 retornó a La Palma, después de 264 años, el cáliz de la premonición o relevación del martirio. En el año 1745 se lo llevó de la isla el obispo Juan Francisco de Guillén, regalándolo posteriormente a la Compañía de Jesús de Gran Canaria. Hoy se encuentra en "deposito" en la parroquia de San Miguel, patrono de La Palma.

No conocemos otros eventos de entidad internacional con participación de varios países relacionados directamente con La Palma. No olvidemos que, en el caso que nos ocupa, le compete directamente a España, Portugal, Brasil y al Vaticano, más los millones de católicos extendidos por todo el mundo.

Mientras tanto, cientos de páginas de Internet navegan con errores disparatados que relegan el protagonismo de La Palma al más indignante olvido. Un ejemplo: la conocida enciclopedia-libre Wikipedia sitúa el abordaje del Santiago en las costas de Las Palmas (Gran Canaria). Por otro lado, mayoritariamente se les reconoce como «Mártires del Brasil», cuando realmente no llegaron nunca a pisar aquellas tierras. Es curioso observar que en muchos de los municipios y diócesis de origen de los compañeros de Ignacio de Azevedo se celebren actos religiosos en las fechas del martirio y se escriben monografías de ellos. Conocemos la publicación sobre uno de los nos referimos al libro de Juan Antonio López Pereira con el título: De muy madura virtud. Vida del Beato Alfonso de Baena, mártir jesuita nacido en Villatobas (1539-1570). Publicación bajo el patrocinio de la Diputación de Toledo, 2010.

Lo más lamentable de todo viene porque somos los propios palmeros los que no tomamos conciencia. Para aprender, sólo hay que mirar hacia la isla hermana de Tenerife, concretamente hacia Vilaflor, municipio pionero con la canonización de San Pedro de Betancur. Hace muchos años, la hoy famosa «cueva del Hermano Pedro» estaba abandonada a su suerte; hoy, sin embargo, es uno de los lugares que mayor afluencia recibe creyentes (y no tan creyentes) que quieren respirar en la misma tierra que pisó Pedro de Betancur. La Palma, como no podía ser menos, recogió con regocijo y devoción la canonización del tinerfeño y ya son varias las iglesias palmeras que poseen una imagen de San Pedro de Betancur, pero muy pocas las que cuentan con una representación de los Santos Mártires de Tazacorte.

Otro ejemplo lo tenemos en el padre José de Anchieta, compañero y amigo del portugués Ignacio de Azevedo. Los tinerfeños descubrieron al venerable lagunero cuando se erigió un monumento a su memoria a la entrada de La Laguna, en medio de la autopista. Curiosamente, las carreteras de La Palma se están llenando de esculturas, posiblemente con valor artístico, pero ni artistas ni políticos han tenido un momento para pensar en la historia de La Palma e inmortalizar a los Santos Mártires de Tazacorte.

Hace un tiempo, en un viaje a Tenerife, coincidí, un 15 de febrero, con un grupo de palmeros que iba a rezar ante «la Siervita», sor María de Jesús. Recordé entonces que cuando yo estudiaba en La Laguna, ese día se abría la iglesia del convento de Santa Catalina de Siena. En esos años estudiantiles, no había cola alguna ni la prensa recogía la fecha con espectaculares fotos de la masa humana que se agolpa en las puertas conventuales y espera paciente en la calle del Agua. Sin dificultad, se podía visitar y contemplar el cuerpo incorrupto de la monjita.

La Palma busca reclamos atractivos que potenciar ante el viajero. Se anuncian museos temáticos de toda índole por los catorce municipios. Todo muy bien. Pero, ¿quién es el que quiere apostar por los Santos Mártires de Tazacorte? ¿Quién preparará a la isla para miles de viajeros potenciales que, con devoción y fe, vendrían a La Palma al encuentro de los últimos pasos de los 40 jesuitas, pisando la última tierra que los acogió horas antes del sacrificio?

¿Qué organismo, religioso o civil, pondría todo lo necesario para potenciar la canonización de Ignacio de Azevedo y sus 39 compañeros? ¿Quién costearía la colocación de un grupo escultórico de este hecho en una carretera principal? ¿Quién redactaría una ambiciosa ruta de los lugares concretos que, según la historia y la tradición, anduvieron los jóvenes misioneros? ¿Quién sería capaz de reclamar la vuelta indefinida y para siempre, hoy en depósito, a La Palma del cáliz del último sacrificio eucarístico que ofició Ignacio de Azevedo, el mismo que sostenía durante la premonición de su muerte? ¿Quién apoyaría, tal y como se rumorea, que dadas las edades de los jesuitas, sean declarados por el Vaticano «patronos de los jóvenes»?

En el año 2000, a propuesta del PSOE, el Cabildo de La Palma aprobó una moción para revindicar y divulgar la memoria de estos jóvenes jesuitas mediante la construcción de un centro de visitantes en el Puerto de Tazacorte. Han pasado 20 largos años y no se ha movido nada realmente. Curiosamente el antiguo Cabildo de la isla en 1632, y años siguientes, solicitó a Roma fueran beatificados y nombrados Patronos de La Palma. No estaría mal recuperar este acuerdo histórico y solicitar de la autoridad eclesiástica el título de coopatronos, junto a San Miguel.

En el año 2014 el Cabildo de La Palma, con la colaboración del Ayuntamiento de Fuencaliente, erigió una cruz de piedra próxima al faro de Fuencaliente, en lugar más próximo de la costa donde según la tradición fueron martirizados por su credo. En una placa adjunta se relata la historia, en varios idiomas, y constan los 40 nombres de los jesuitas.

Lamentablemente, por localismos mal entendidos, la parroquia denominada por el Obispado, el 21 de junio de 1975, «de los Santos Mártires […] el título atribuido a esta nueva parroquia tiene base en la actual condición de beatos de los mártires Ignacio de Azevedo y compañeros,» en la montaña de Tenisca de Los Llanos de Aridane pasó a llamarse «de los Protomártires de Roma», cuya onomástica se celebra el 30 de junio. Nos parece vergonzoso que en dos municipios colindantes y hermanos (y, lo que es más grave, bajo una misma fe y credo) se haya logrado este descabellado cambio por el argumento absurdo y «ombliguista» de que los Mártires de Tazacorte sólo pueden ser de Tazacorte y de nadie más.

Yo digo que bienvenidas sean las iniciativas que apuesten por dedicar una iglesia a los Santos Mártires de Tazacorte en Los Llanos de Aridane, en Tazacorte o en otro cualquier lugar, dentro y fuera del marco insular. Valga el ejemplo de la parroquia de N.S. de Guadalupe en Los Realejos, Tenerife, que tienen por coopatronos a los Mártires de Tazacorte y cuentan con una pintura, en acrílico, del pintor Domingo Vega (2012).

En lugar de disputas localistas más debería preocuparnos que Ignacio y sus compañeros sean canonizados como Mártires de Tazacorte y no como Mártires del Brasil, como recogen todavía algunos santorales. Al parecer, esto último se pretende desde algunos estamentos políticos y eclesiásticos, cuando, en verdad, el martirio aconteció en aguas palmeras, aún a vista de Tazacorte, y cuando nunca llegaron a arribar a las costas brasileñas. Éste sí sería un gran logro para Tazacorte, para La Palma y para Canarias.

La iconografía del beato Ignacio de Azevedo le representa con las heridas del martirio, sosteniendo entre sus manos una pintura de la Virgen (según sus biógrafos, le fue entregada en Roma por el papa Pío V junto a las reliquias de Santos que dejó en depósito y se conservan en la iglesia de San Miguel de Tazacorte y en el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias de Los Llanos de Aridane. El destino le deparó a Ignacio morir abrazando a la efigie en madera de Santa María la Mayor, conocida como Virgen de las Nieves, hoy patrona de La Palma, cuando por esos años ya se encontraba la misma advocación en la Isla en que vivió sus últimos días.

Este año de pandemia nos refugiamos en escribir lo que sentimos en lo más profundo de nuestro ser y esta historia y reivindicación es una de ella. El próximo miércoles, 15 de julio, como otros muchísimos años, y este con mascarilla, estaremos en la sencilla misa a la 19.30 horas en Tazacorte y, de alguna manera, recordaremos a los 40 Beatos Mártires de Tazacorte.

MARÍA VICTORIA HERNÁNDEZ * Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009).

https://www.cronistasoficiales.com/450-anos-de-los-martires-de-tazacorte-y-el-olvido/

https://jesuitas.lat/archivo/noticias/15-nivel-2/5222-450-anos-de-los-martires-de-tazacorte-1570-2020

Bienaventurado Francisco Pérez Godoy (1540 – 1570) Estudiante novicio. Nació en Torrijos, perteneciente al Arzobispado de Toledo, España. Era hijo de Juan Pérez Godoy y de Catalina del Campo. Era pariente cercano de Santa Teresa de Jesús. En Torrijos residía una rama de los Sánchez de Cepeda, familiares de don Alonso, padre de santa Teresa. Era Bachiller en Cánones por la Universidad de Salamanca. "Sabía música y tocar arpa y otros instrumentos".

Tenía un soberbio bigote del que mucho presumía.  Hizo los Ejercicios Espirituales y descubrió que estaba disponible para todo, menos para cortarse el bigote. Heroicamente decidido, con un sacrificio enorme, se cortó la mitad. Fue admitido al Noviciado de la Compañía, en Medina del Campo. Su Maestro de novicios fue el célebre P. Baltasar Alvarez. Éste muy pronto lo apreció por "su rara virtud". Y sin embargo, el Maestro constató que el novicio carecía de visión en el ojo izquierdo, impedimento para seguir en la Compañía. Preguntado si era así, el novicio confesó ser verdad y que había encubierto el defecto, temeroso de no ser admitido en la Compañía. El Padre Maestro pensó entonces que efectivamente el novicio iba a ser despedido por los Superiores. Estaba en ese discernimiento cuando llegó el P. Ignacio de Azevedo a Medina del Campo. Él estaba nombrado Provincial del Brasil, con licencia para reclutar misioneros, y para dispensar de impedimentos. Informado el P. Azevedo, conversó con el novicio y lo aceptó como voluntario para la Misión del Brasil. "Entre nosotros, dice la Relación, el Hermano Francisco siendo tan noble se acomoda mucho, y mantiene siempre excelente conversación, cantando y platicando, siempre alegre y muy querido, no sólo por los Hermanos, sino también por el Padre Ignacio". "En el día del martirio, Francisco se distinguió alentando a sus compañeros jesuitas. Con mucho fervor les repetía unas palabras que había oído al Padre Baltasar Alvarez: Hermanos, no olvidemos que somos hijos de Dios". Tenía 30 años de edad. Ese mismo día del martirio, el 15 de julio de 1570, víspera de Nuestra Señora del Carmen, "la Virgen marinera" hubo fiesta en el Carmelo de Toledo y asistió Santa Teresa. Después, en su celda, en contemplación, "conoció la muerte de los cuarenta Padres y Hermanos de la Compañía de Jesús que iban al Brasil y los mataron los hugonotes. Iba entre ellos un deudo de la Santa Madre. Luego que los mataron, dijo el P. Baltasar Alvarez, su confesor, que los había visto con coronas de mártires en el cielo. Después vino la noticia a España del martirio y dichosa muerte de estos religiosos."

Beato Francisco Pérez Godoy | Real Academia de la Historia

sábado, 11 de enero de 2025

PADRE PEDRO MARTÍNEZ VÉLEZ (1869-1936), OSA, sabio maestro, celoso misionero, mártir. Y su hermano Dámaso, OSA

PADRE PEDRO MARTÍNEZ VÉLEZ (1869-1936), OSA, sabio maestro, celoso misionero, mártir

 

Nació el 8 de octubre de 1869 en Peñaranda de Duero (Burgos). Hijo de Ambrosio y Josefa, quienes tuvieron otro hijo agustino, P. Dámaso. Abuelos paternos: Dionisio Martínez y Tomasa Sanz. Abuelos maternos: Blas Vélez y Tomasa Pastor, todos de Peñaranda.

En su hogar recibió formación cristiana y en la escuela local hasta tercero de Gramática Latina en 1885. Ya en la Orden de San Agustín comenzó en Valladolid la carrera eclesiástica, continuándola en los claustros vitense, escurialense y manilense.

En 1904 obtuvo el título agustiniano de Lector y en 1923 el de Lector Jubilado. En tierras novohispanas se laureó en Teología por la Universidad de Lima. Fue novicio desde el 18 de septiembre de 1885 bajo la guía del Maestro Fr. Tirso López Bardón, quien lo acompañó hasta sus primeros votos, pronunciados el 19 de septiembre de 1885 ante el Rector de Valladolid Fr. Antonio Moradillo Ibeas.

Su profesión solemne fue a las diez de la mañana del 20 de septiembre de 1889 en el monasterio de Nª Sª de la Vid (Burgos) ante el Prior Fr. Fernando García de la Fuente. Era corista cuando salió de El Escorial hacia Barcelona el 11 de agosto de 1892.

 

DE LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS

Se embarcó en el vapor San Ignacio que condujo aquella barcada misionera hasta Manila, donde llegaron el 22 de septiembre. Pasaría un año y un día hasta que fuera consagrado presbítero por el arzobispo dominico Fr. Bernardino Nozaleda. Fue un primer año de aprendizaje e inculturación ilocana. Pasó un tiempo en Balauang (1892) y luego fue nombrado primer misionero de San Juan de Abra (1894-1898), pueblo que contaba por entonces con una población por él censada de tres mil habitantes, la mitad de ellos cristianos, y donde levantó convento de ladrillo y maderas escogidas. En las serranías ilocanas de Aparri le apresó un año la revolución filipina de 1898, pero logró escapar y llegar a la metrópoli.

 De allí se embarcó para la Península en el vapor Isla de Panay el 25 de noviembre de 1902. Afincado en Madrid, se ocupó de la redacción de la revista agustiniana España y América.

 

MISIONERO EN PERÚ

Obtuvo el título de lector en 1904 y en noviembre de ese mismo año se le dio mandato de embarque para Perú, donde ejerció el profesorado en el colegio San Agustín de Lima, aparte de otros trabajos y cargos que allí le encomendó la provincia. El 4 de diciembre de 1907 se le expidió oficio de conventualidad en San Agustín de Lima, comunidad de la que fue Subprior y Revisor de Cuentas (1910), y de la Viceprovincia, Consejero (1914). Y del Colegio, Maestro, dejando, entre otros muchos, este recuerdo entre sus alumnos: "El Padre Vélez, sabio entre los sabios, bueno entre los buenos, alma del mínimo Francisco de Asís vistiendo los hábitos del genial Obispo de Hipona, siempre aparentemente molesto -¡oh bien nos consta que de ello era incapaz!- enviándonos a 'la columna' o dejándonos en 'la clínica' a la hora de salida. Poniendo un fingido gesto agrio cuando distribuíamos 'piojos del diablo' en el suelo y chirriaban al pasar él, siempre entregado a sus abstractas meditaciones". Otro le recuerda, junto a Fr. Juvencio Hospital, con este sentido verso: "Vasos de mirra y de mieles, aromas y aura vernal: Buenaventura Hospital y Pedro Martínez Vélez".

En Lima, en 1910, se doctoró en teología y al año siguiente en letras, es decir, tenía dos doctorados. Su magisterio no se ciñó a las aulas del Colegio San Agustín, pues pronto por su valía se dio a conocer en los medios intelectuales de aquella República. Porque fue un hombre que se preocupó por cultivarse y estar al día, como lo indican sus inquietudes presentadas en 1910 solicitando a "la Venerable Consulta facultad para poder encargar los libros que cree necesarios para escribir uno de texto que responda al programa de Castellano, hecho por el mismo Padre, para la enseñanza en los Colegios de la República. La Venerable Consulta autoriza al R. P. Pedro M. Vélez para que pida los libros que crea necesarios, siempre que su costo no exceda a la cantidad que la Consulta puede conceder y disponiendo que, terminado el mencionado trabajo, pasen dichos libros a la Biblioteca del Convento, a no ser que el mismo P. Vélez quiera retener algunos para su uso particular, en cuyo caso abonará al Convento su importe con la limosna de misas libres que tiene concedidas".

Y en 1923 la Consulta del Colegio dio cuenta de "la compra en libras de cien libros del P. Vélez, que suman más de 1.000 volúmenes, autorizados para esto por N. P. Provincial y con conocimiento del P. Vicario". Durante su estancia en el Perú fue el español más señero e importante. Botón de muestra fue que la Dirección General de Instrucción le nombrase en 1915 para confeccionar el nuevo programa de castellano por el cual se habían de regir los liceos nacionales. O que el cardenal Lauri lo recomendase para asuntos eclesiásticos; de hecho fue su confesor particular.

Fue asiduo columnista de El Bien Social, El Amigo del Clero, El Diario y La Unión con ensayos oportunos y provechosos en las circunstancias que le tocaron vivir para "desvanecer prejuicios y atraer a la senda de la verdad a no pocos espíritus extraviados que se han dejado deslumbrar con el falso brillo de los modernos sistemas filosóficos, acogidos, por desgracia, con demasiada facilidad en algunas Universidades de la República". Escribió sobre Nietzsche, Bergson y temas candentes como "Pío X, el Modernismo y santo Tomás" que mereció una publicación especial.

Su presencia en la vida universitaria fue relevante, y se le puede considerar, junto al P. Jorge Dintilhac, como cofundador de la Universidad Católica, por su voz autorizada acerca de la necesidad de la educación católica superior universitaria.

Pronunció brillantes conferencias como la dedicada a Sor Juana Inés de la Cruz, en la Sociedad Geográfica de Lima y la dedicada a la apertura del año académico de la universidad sanmarquina.

En la revista agustiniana Pequeño Mundo se reseña un poco su laboreo universitario: "El P. Vélez en la Universidad: El R. P. Vélez, cual otro agustino, es uno de los principales caudillos de la religión católica en el Perú. Cuando el elocuente catedrático Doctor H. Cornejo desfiguró ex cátedra en ocasión solemne alguno de los artículos de nuestro credo católico y barrenó los principios más sanos de la familia cristiana y del catolicismo social, el P. Vélez, con sus famosas Apostillas, pulverizó sus errores; cuando el pastor protestante Ritzio, con sutilezas y rodeos mal intencionados atacó al clero católico, el P. Vélez defendió a la iglesia católica y a sus ministros en una serie de artículos, en los que puso de manifiesto la anarquía religiosa protestante y la historia calumniosa no interrumpida de la seudo reforma. Cuando a raíz de mutilar por el congreso el artículo 4 de la Constitución, la Prensa nacional de gran circulación, unánime defiende con sus garras la obra de los representantes del pueblo, el P. Vélez en un artículo admirable refuta la sofistería de los hijos de las tinieblas, examina el grave daño que la libertad de cultos causará al Perú y traza las normas a que deben sujetarse en lo sucesivo los católicos; a él acuden en primer lugar las damas católicas para que les dirija una serie de conferencias sobre la influencia y deberes de la mujer en la moral, en la civilización y prosperidad material; él es el iniciador y principal propagandista de la futura Universidad católica, de la organización de los caballeros católicos, de la prensa católica; acude a las sesiones de Apostolado de la Prensa en representación del preclaro obispo de Trujillo Monseñor García Irigoyen y, por fin, restaurada la antigua iglesia de la Universidad, él es el primer orador que, en presencia de prelados, diplomáticos, sabios catedráticos y estudiantes aprovechados, pronuncia el discurso que ha motivado estas líneas y que le ha coronado de gloria y hecho acreedor al mejor de las epinicias pindáricas. La luz la hizo Dios para ver y dar gloria a Dios. No es posible ocultar una ciudad colocada en la cumbre de la montaña".

 

SU AMISTAD CON RICARDO PALMA

El P. David Rubio nos ha dejado testimonio de su trato y amistad con el decano de las letras peruanas Dr. Ricardo Palma, quien "frisaría entonces en los setenta, de color negruzco, abundante bigote y quevedos, una cadenita de oro. Nos recibió [al P. Martínez Vélez] muy cariñosamente Palma. Aunque satirizó mucho lo colonial, vivía enamorado de todo ello, y llevaba en sus entrañas todo lo español. Una de las tardes que allí contertuliábamos salió la cuestión del problema religioso, que el P. Vélez tocó con suma discreción y delicadeza. Don Ricardo dijo que él estaba tan lejos de preocuparle los problemas religiosos como la rana de criar el pelo. Mi único santo de devoción, nos dijo, es éste, y nos mostró un busto de Voltaire que tenía enfrente de su mesa. Era tal su cerrilismo en estas cuestiones que, cuando su señora, piadosísima mujer, se puso enferma y pidió los sacramentos, el buenísimo de Vélez tuvo que entrar en una noche oscura, estando ya la casa en silencio, con la connivencia de la simpatiquísima Angélica Palma (hija de D. Ricardo), que yo admiraba extraordinariamente, para poder auxiliar espiritualmente a la pobre señora. Esto me hizo caer del pedestal en que me había puesto en mi mente al decano de las letras peruanas. Luego él se llamaba a sí mismo gran liberal y tolerante".

La BNP custodia una entrañable carta del P. Martínez [1] dirigida a Palma, en junio de 1908, en la que brinda datos biográficos sobre el padre agustino Juan de Dios Uría, nacido en Arequipa, quien dejó manuscritos de los que se habría aprovechado Manuel de Mendiburu para elaborar su Diccionario histórico-biográfico del Perú.

Etapa fecunda la iberoamericana, en la que supo aunar la puna andina con la meseta castellana, a pares, para que fuesen, si no en un todo, Castilla y América, al menos acomodo.

 

REGRESO A ESPAÑA EN 1924

En la tarde del 1 de marzo de 1924, a bordo del vapor Manuel Arús, con rumbo al sur, embarcaba para España. Llegó hasta Roma, donde recibió del General de la Orden el título de Lector.

En Madrid tuvo conventualidad en Columela desde el 21 de junio de 1924. Y fue designado Director de la revista España y América "dada su gran competencia en las ciencias filosófico-teológicas, como en la literatura contemporánea y su acendrado amor al santo hábito y anhelo ardiente por la prosperidad y florecimiento de las glorias de nuestra Orden".

Ya de vuelta a España se le encomendó la dirección de la revista Archivo Histórico, con domicilio en Madrid en la casa de Goya 87.

El Capítulo de 1925 le nombró Vicepresidente de la madrileña Residencia Porlier. En los Comicios de 1929 fue elegido Definidor, y como tal asistió a la bendición de la primera piedra del Colegio de Zaragoza en 1930. Al año siguiente fue alma y corazón del movimiento científico y del Plan de Estudios de 1931. Fueron años fecundos en participaciones en simposios (XII Congreso de Ciencias (1929) y Semana de Misionología de Barcelona, Centenario de la Muerte de San Agustín, Congreso de Geografía e Historia Hispanoamericana (1930). Fue sobresaliente entre las personalidades de la cultura de su tiempo, preeminente por los valores positivos de su espíritu y los fuertes aceros de su vida moral.

Se carteó con Eugenio D'Ors y Ramiro de Maeztu, reprochándole este último su modestia intelectual en Observaciones al libro de Bell sobre Fray Luis de León, pues "parece que nuestro P. Vélez es una figura subalterna, en tanto que Mr. Bell es el verdadero biógrafo de Fr. Luis. Y ello no está bien". Con toda dicha obra es un retrato de sí mismo: sosiego en la controversia, ponderación y crítica buida.

Además "para los agustinos tiene –en palabras de su discípulo Fr. Miguel de la Pinta- un interés corporativo, y en la zona de los estudios nacionales quedará su nombre inscrito por un puñado de páginas de la crítica más ponderada y sutil… por su penetración psicológica y la sutileza crítica en las que llegó a ser un consumado maestro… Leyendo nuestras crónicas en él revela su fortaleza mental y sus afanes agustinianos. Tomando como base y punto de partida los estudios de nuestros cronistas, después de una ojeada inteligente sobre los historiadores generales de la Orden de San Agustín, abarca una revisión profunda y minuciosísima de la vida corporativa de los agustinos. Si la obra adolece de una minuciosidad benedictina, de una monumentalidad un poco barroca, tiene un fuerte y poderoso sentido basado en las mismas fuentes históricas y en el espíritu agustiniano que le hace ver con claridad meridiana el destino y la vocación legítimos de los agustinos". Mantuvo una polémica con el agustino francés Nicolás Merlín acerca del ideal del religioso defendido por san Agustín, que para nuestro protagonista debería formarse intelectualmente y llegar a las cimas más altas, elaborando un texto sobre el monacato agustiniano posterior al santo de Hipona. 

Fecundo escritor, llenó con profusión páginas de las revistas Archivo Agustiniano, España y América y Religión y Cultura.

 

MÁRTIR EN LA GUERRA DEL 36

Ocupado en labores académicas y pastorales, le sorprendió la contienda bélica. Su obra más importante y que en parte le llevó al martirio fue "Revolución y Contrarrevolución en España", en plena crisis política y social de España en el umbral de la Guerra Civil. El autor tilda de demagógico y desintegrador al socialismo. Cuando el 18 de julio de 1936, un grupo de milicianos rodeó la residencia para detener a los frailes. Gracias a los guardias de asalto, los agustinos no fueron asesinados antes de incendiar el edificio y fueron llevados a la Comisaría, excepto el P. Mariano Cid, muerto por un miliciano en la puerta.

 Gracias al archivo y a los estudios de José Manuel Ezpeleta, podemos conocer con detalle las lamentables condiciones de su martirio: «El padre Pedro Martínez Vélez fue detenido tres veces. La primera fue conducido a la comisaría del distrito, de allí paso a la Dirección General de Seguridad, saliendo libre a fines del mes de julio del año 1936. La segunda detención se verificó a los 4 días de la conquista de Toledo por las tropas del Ejército Rebelde, y fue conducido a la tristemente famosa checa de Fomento, dónde paso varios días. La tercera detención del Padre Martínez Vélez acaeció estando él viviendo en la pensión Suizo- Alemana, sita en Jiménez Quesada esquina Gran Vía. Sucedió el hecho el primero de octubre del año 1936…siendo conducido a la checa de la calle Méjico…el día a las 11 de la noche fue sacado de dicha prisión y conducido en automóvil fue asesinado en los aledaños del pueblo de Hortaleza por disparo de revólver que le levantó la caja superior craneana'». El P. Miguel de la Pinta, su discípulo aventajado, estaba escondido cerca y mantuvo contacto con él, pero no pudo saber el lugar exacto del martirio.

Nunca más se supo de él, sólo cómo le lloraron, entre otros su amigo el poeta mallorquín Mosén Bartolomé Barceló:

"¡Adiós! Por ti venía, Padre Martínez Vélez, y mis ojos, ¡ay! Ni la urna pía vieron de tus despojos… ¿Do están? ¿Do me pondré, por ti, de hinojos?

 ¡Adiós! A mi regreso sangrar, a trechos, de tu sangre he visto la Meseta y, por eso, ¡Mártir de Jesucristo! vi en ella a tu Ara y en creerlo insisto".

El 21 de abril de 2003 la Santa Sede concedió al Postulador General de la Orden de San Agustín permiso para iniciar el proceso de beatificación.

Tanto las detenciones como el posterior asesinato se efectuaron sin acusación y, sin juicio alguno.

Obras de -:Dos lecturas filosófico-teológicas. Bergson en el Índice. Pío X, el Modernismo y Santo Tomás, Lima 1915, iv-30 pp.; Observaciones al libro de Aubrey F. G. Bell sobre Fray Luis de León. (Contribución a la biografía del teólogo-poeta y a la historia del Renacimiento y de la Inquisición española), El Escorial 1931, 356 pp.; Leyendo nuestras crónicas. Notas sobre nuestros cronistas y otros historiadores. Estudio crítico y reconstructivo de la historia antigua de la Orden de San Agustín, en relación con su origen, continuidad y un nuevo florecimiento de la misma. Historiadores generales y particulares de interés general para nuestra historia antigua, El Escorial 1932, 2 vols.

Bibl.: Analecta Augustiniana 17 (1939-1940) 249;Fueyo, Agustinos en revolución y cruzada, 19, 25-28; Jorde, E., Catálogo bio-bibliográfico de los religiosos agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de las Islas Filipinas desde su fundación hasta nuestros días, Manila 1901, 668;Martínez Noval, B., Apuntes históricos de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas: Filipinas, Madrid 1909, 6; España, Madrid 1913, xxix-xxxi; Filipinas, 6;Merino, M., Agustinos evangelizadores de Filipinas (1565-1965), Madrid 1965, 452-453; Rodríguez, I.-Álvarez, J., Labor científico-literaria de los agustinos españoles (1913-1990), I, 362-370; Al servicio del evangelio. Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, Valladolid 1996, 232; Martínez VélezPedro, en Diccionario Bio-bliográfico de los Agustinos en Perú, II, Lima 2014, 611-1625;Santiago Vela, G. de, Ensayo de una biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, V, Madrid 1920, 303-307.

FUENTES:

J. Álvarez Fernández http://iha.augustinians.net/index.php?mact=News,cntnt01,detail,0&cntnt01articleid=89&cntnt01detailtemplate=detcase&cntnt01returnid=193

https://www.appagustinos.es/habla-san-agustin/c/0/i/65780105/historia-y-personajes

 

SU HERMANO DÁMASO

Nació el 11 de dic. de 1885 en Peñaranda de Duero (Burgos). En 1903 ingresó en el Monasterio de El Escorial, donde hizo el noviciado, profesó de votos simples en 1904, de solemnes en 1907 y fue ordenado sacerdote en 1914. Destinado a Palma de Mallorca, se dedicó a la enseñanza y a la predicación. Idéntico apostolado desempeñaría posteriormente en las casas de Guernica y de Madrid. El 20 de julio de 1936 fue detenido en plena calle y llevado a la Cárcel Modelo. A pesar de estar enfermo y recién operado sobrellevó con ejemplar paciencia las privaciones e incomodidades del momento, y hacia finales de octubre fue uno de los primeros que comenzaron a arriesgarse a celebrar la misa en la Modelo. Tras cuatro meses de cautiverio, fue martirizado el 7 de noviembre de 1936 en Paracuellos de Jarama

2019-10_Final_Causa_Martires_Alcala_de_Henares-breves_biografias.pdf

martes, 7 de enero de 2025

De Rollán a Madrid: Una Vida dedicada al servicio de las mujeres, por Iluminada Benito Rodríguez

 

Les comparto el testimonio de mi hermana publicado en la Revista La Madroña, Rollán (Salamanca), nº 29, 2024

 

 De Rollán a Madrid: Una Vida  dedicada al servicio de las mujeres

Iluminada Benito Rodríguez

 

Por nacer y vivir en él hasta los 14 años, mi vida ha estado vinculada estrechamente al pueblo de Rollán. Aunque tuviese que marcharme a Salamanca para continuar mis estudios, después de EGB, mi conexión  sigue vigente hasta la fecha. En Salamanca continué mi Formación y me especialicé en técnico de rayos.

Fue en esta etapa cuando -gracias al Centro de Formación Profesional, rama sanitaria-tuve mi primer encuentro con las adoratrices. A los 22 años decidí explorar mi vocación y me sumergí en una experiencia de seguimiento de Jesús, influenciada por el impacto que las adoratrices  habían tenido en mí,

A pesar de mis compromisos en otros lugares, siempre mantuve un fuerte lazo con Rollán. Cuando mis padres se fueron haciendo mayores , semanalmente  desde Madrid iba al pueblo a echarles una mano al principio  y luego se fue convirtiendo en cuidarlos. Esto me permitió participar más activamente de la vida del pueblo

El papel fundamental de mi familia también ha contribuido enormemente a mi arraigo al pueblo. Siendo parte de una familia numerosa de ocho hermanos, aprendimos a mantenernos unidos y apoyarnos mutuamente, lo que fortaleció aún más mis lazos con Rollán.

Para mí, Rollán no es solo un lugar, es un hogar lleno de recuerdos y conexiones profundas que han moldeado mi identidad y han dejado una huella imborrable en mi vida.

 

Un descubrimiento inicial: Técnico de Rayos y la Inspiración Adoratriz

Mi formación en técnico de rayos y mis estudios en las Adoratrices marcaron el inicio de mi compromiso con el carisma de ayudar a las mujeres más necesitadas. Desde Alicante hasta Valencia, fui forjando mi camino en el trabajo social, encontrando en cada paso una oportunidad para hacer una diferencia significativa.

 

Mis años en Madrid han sido testigos de mi entrega a proyectos vitales, como el trabajo con drogas y mi actual labor en el Proyecto Esperanza de trata. En cada experiencia, he aprendido valiosas lecciones y he sido inspirada por las mujeres a las que he tenido el honor de servir.

 

 A lo largo de este viaje, he sido testigo del poder transformador del apoyo y la solidaridad. Las mujeres que he conocido han dejado una huella imborrable en mi corazón, enseñándome lecciones de coraje, resiliencia y esperanza. Mi compromiso con ellas es inquebrantable, y mi deseo es compartir su valentía con el mundo para inspirar un cambio positivo.

 

El camino hacia el Trabajo Social: Un llamado a la acción

Motivada  por el deseo de ampliar mi capacidad para generar un impacto positivo y ayudar a las mujeres , decidí embarcarme en el estudio del trabajo social. Esta etapa formativa no solo me proporcionó las herramientas prácticas para abordar las complejas problemáticas sociales, sino que también reforzó mi convicción en la importancia del acompañamiento integral y la defensa de los derechos fundamentales de las personas marginadas.

 

Reflexionando sobre mi trayectoria del silencioso pueblo natal a la bulliciosa megalópolis, no puedo dejar de reconocer la influencia transformadora que ha tenido la fe en mi vida y en mi labor diaria. Como seguidora de Jesús, encuentro inspiración en las palabras del Evangelio  donde se proclama: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lc 4).

 

Estas palabras resuenan profundamente en mi compromiso con el servicio a las mujeres en situación de exclusión social. Cada día, encuentro en ellas la fuerza para seguir adelante, recordando que el propósito de mi labor va más allá de lo material, buscando también sanar heridas invisibles y brindar esperanza a quienes la han perdido. En cada rostro y cada historia, veo reflejada la presencia sanadora de Jesús, quien me impulsa a continuar ofreciendo apoyo ,  solidaridad y compromiso.

 

Durante mi formación académica, tanto en el ámbito técnico como en mis estudios de trabajo social y sociología, tuve la oportunidad de explorar y comprender las complejidades de las realidades sociales y humanas. Fue a través de esta preparación desde la que comencé a vislumbrar la intersección entre mi crecimiento académico y mi desarrollo espiritual.

 

El aporte de la Sociología: Comprendiendo las dinámicas sociales desde una perspectiva holística

 

A lo largo de este camino, he experimentado la gracia de poder compartir este mensaje de amor y redención con quienes más lo necesitan. Mi fe no solo es un pilar fundamental en mi vida personal, sino que también ha sido el motor que impulsa mi compromiso con las mujeres que atiendo. Al integrar esta dimensión espiritual en mi labor cotidiana, encuentro un sentido más profundo y trascendente en cada acción realizada.

 

Mi recorrido académico se vio enriquecido con el estudio de la sociología, una disciplina que me permitió comprender las complejas dinámicas sociales que subyacen a las situaciones de exclusión y desigualdad. Esta comprensión holística ha sido fundamental para abordar las raíces estructurales de las problemáticas que enfrentan las mujeres a las que nos dedicamos a acompañar.

 

La síntesis: Integrando la formación académica al Servicio Adoratriz

 

La conjunción de mi formación técnica, mi especialización en trabajo social y mis estudios sociológicos  y teológicos  han sido esenciales para informar y fortalecer mi compromiso con el carisma adoratriz. Estos pilares educativos han actuado como cimientos sólidos sobre los cuales construir una labor centrada en el acompañamiento respetuoso, la defensa de la dignidad humana y la promoción de un cambio social inclusivo.

Además, el testimonio vivo de las hermanas adoratrices ha sido una fuente inagotable de inspiración. A través de sus vidas consagradas al servicio desinteresado y a la defensa de las mujeres  más vulnerables, he encontrado una encarnación tangible del mensaje evangélico citado. Sus acciones han consolidado en mí la convicción de que mi preparación académica no solo es compatible, sino también fundamental para expresar plenamente el carisma adoratriz en el mundo contemporáneo.

 

El compromiso con la defensa de la dignidad humana: Una trayectoria en el Trabajo Social

 

Mi compromiso con el carisma adoratriz ha sido moldeado y fortalecido por mi experiencia directa en el trabajo con mujeres en situaciones de exclusión social. Durante dos décadas, he dedicado mi labor a acompañar y apoyar a mujeres que luchan contra la drogodependencia, brindándoles un espacio de contención y esperanza en medio de sus desafíos.

 

Además, durante los últimos diez años, he tenido el privilegio de trabajar con mujeres atrapadas en situaciones de trata y explotación sexual. A través de esta labor, he sido testigo del sufrimiento profundo y la valentía inquebrantable de estas mujeres, lo que ha fortalecido mi determinación para abogar por su dignidad y derechos fundamentales.

 

Reflexiones finales y compromiso personal

 

Esta convivencia no solo fue una experiencia temporal, sino que se convirtió en un tejido vital que integré en mi compromiso personal con el carisma adoratriz. La influencia de esta convivencia se ha manifestado en mi labor diaria, recordándome la importancia de la cercanía, la empatía y la acción solidaria como expresiones tangibles del amor que emana del Evangelio.

 

En consecuencia, esta convergencia entre mi formación académica y mi compromiso espiritual con las hermanas adoratrices ha moldeado profundamente mi trayectoria y vocación. Esta experiencia ha sido un faro guía que ha iluminado mi camino hacia un compromiso más profundo con el carisma adoratriz, integrando el conocimiento académico con una entrega desinteresada al servicio de los demás.

 

En el tranquilo pueblo de Rollán, Salamanca, comenzó mi viaje que me llevaría a la bulliciosa ciudad de Madrid. A lo largo de los años, he tenido el privilegio de dedicarme al servicio de las mujeres en situación de exclusión social, un camino que ha moldeado mi vida y mi vocación. De hecho, siempre que vuelvo a mi querido pueblo  estoy conectada virtualmente con ellas  en total disponibilidad; y, cuando regreso a Madrid, sigo en  contacto con Rollán.