domingo, 31 de marzo de 2024

CRISTO VIVE EN PUEBLO LIBRE, FELIZ PASCUA, ALELUYA

CRISTO VIVE EN PUEBLO LIBRE, FELIZ PASCUA, ALELUYA

Desde que llegué a mi querido distrito de Pueblo Libre, en 1999, y ante mi inminente partida, después de 25 años de vida, me brota la gratitud por sentirlo tan acogedor, tan hogareño, tan familiar.

Anoche, en la Vigilia Pascual, en el patio del Colegio "San Martín de Porres" de los Padres Agustinos Recoletos me conmoví nuevamente al experimentar la honda espiritualidad católica que viven y comparten los religiosos y los grupos y las comunidades que animan. Con un lleno hasta la bandera y cuidada liturgia presidida por Monseñor Emiliano Cisneros y concelebrada por los queridos sacerdotes agustinos recoletos participamos de lleno en la madre de todas las celebraciones cual es la Vigilia Pascual. Luces, velas, sonidos, campanas; lectores preparados, acólitos como auténticos ministros, coro armonioso y solemne, fieles participativos y gozosos.

De veras que se vivió a tope lo que es la liturgia, memorial y anticipo de Cielo. El nutrido grupo de catecúmenos que se bautizaron y confirmaron multiplicaron la alegría de la familia que crece, incorporando nuevos hijos a la Iglesia.

Nadie tenía prisa, ¡qué bien se está aquí! Las mismas frases de san Agustín como guiños no nos distraían sino que más bien nos metían en la ceremonia: "la medida del amor es amar sin medida". Sí, hallamos el Cielo en la Tierra, y somos cirios encendidos, otros cristos que dan luz y calor al mundo. Somos resucitados, aquí y ahora, y nos vamos en paz, aleluya, aleluya.

Y de yapa, especialmente para los jóvenes, prolongar la vigilia en oración, en amistad con el Resucitado y los hermanos, hasta la misa de aurora, a las 4 de la mañana, que continúa como historia interminable de amor en el bello encuentro procesional de Cristo y su Madre, gracias a los hermosos pasos procesionales del Señor y su Bendita Madre. Gracias a la Municipalidad de Pueblo Libre, tan colaborativa para discurrir con orden y paz la procesión.

¡Qué despertar tan celestial, con la música de la banda de la marcha procesional, los gestos fervorosos de los cofrades cargadores, las oraciones, los cánticos de los fieles que acompañan una y otra procesión hasta llegar al Encuentro del Hijo-Dios y la Madre, auténtica antesala del Cielo al que un día llegaremos! Y, como escribió San Agustín, "para siempre, por fin, amar sin fin". ¡Feliz Pascua! Bendiciones. 

José Antonio Benito

jueves, 28 de marzo de 2024

TESTIMONIO DEL VALOR DEL ARCHIVO DIOCESANO DE HUACHO ANTE EL 19 ANIVERSARIO DE SU CREACIÓN

TESTIMONIO DEL VALOR DEL ARCHIVO DIOCESANO DE HUACHO ANTE EL 19 ANIVERSARIO DE SU CREACIÓN

 

José Antonio Benito Rodríguez

 

¡Cuánto agradezco al director del Archivo Diocesano de Huacho el recuerdo de los 19 años de su inauguración! Vaya para Melecio Tineo Morón mi felicitación y mi gratitud por sus desvelos por organizar y hacer accesible su rico tesoro documental a la comunidad internacional académica y fieles que requieren su servicio.

 

Con motivo del IV Centenario de Santo Toribio -2006- tuve la suerte de participar en el Simposio Académico sobre Santo Toribio para lo que pude visitar el Archivo de la Diócesis. Al respecto, y en junio del 2006, testimonié:

 

1.      Se ha recogido la mayoría de la documentación antes dispersa en archivos parroquiales sin ninguna protección, asegurando su conservación y su disponibilidad para su estudio.

 

2.      He comprobado la organización, el inventariado y catalogación de sus fondos, prestando ya un servicio permanente a los historiadores y a los propios pastores y fieles para la vida parroquial y diocesana.

 

3.      En concreto, he buscado acerca de la visita de Santo Toribio a la diócesis y hemos podido ubicar, de momento, valiosos datos para la identidad local y regional. Constato dos ejemplos:

 

Libro de Defunciones que abarcan los años 1675 - 1715 en el folio 44 correspondiente a la Parroquia Inmaculada Concepción de Chancay cuyo tenor es el siguiente:

En 17 días del mes de Julio de 1686 en la Iglesia Parroquial de esta villa enterré de entierro mayor el cuerpo de Isabel de las Animas india natural de dicha villa ciudad de edad de más de 100 años, habiendo recibido los santos sacramentos, y por haber recibido el santo sacramento de la confirmación de mano del bienaventurado Señor Don Toribio Alfonso Mogrovejo Arzobispo de esta Diócesis y asimismo haber fundado la cofradía de las benditas animas en esta iglesia parroquial y haber nuestro Señor concedido ver nietos de sus nietos no se la llevaron derechos algunos ni de cruz, funeral ni sepultura y para que conste lo firme. Dr. Don Joseph Morán Collantes - Párroco

 

Parroquia Inmaculada Concepción de Chancay. BUTIZOS 1570-1620

Visita realizada por el Segundo Arzobispo de Lima Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo a la Villa de Arnedo hoy Chancay que se encuentra en el Libro Nº 1 de Bautismos y Matrimonios correspondiente al año 1569 al 1620 en el folio 58 v.

 

Domingo en trece días del mes de febrero de mil quinientos y noventa i ocho años yo el bachiller Diego Dávila cura y vicario de esta Villa de Arnedo fui visitado por el ilustrísimo Señor Arzobispo y asimismo Su señoría Ilustrísima visito este Libro con sus partidas de baptismo y casamientos en el dicho día mes y año susodicho. Para memoria lo asenté en este dicho libro.

 

  1. Es uno de los pocos archivos provinciales nuevos que en tan poco tiempo y con tanta efectividad está prestando un valiosísimo servicio a la comunidad.

 

 En conclusión, mi gratitud por tan encomiable valor y mi apoyo para que las entidades benéficas le den la mano para seguir mejorando su archivo y capacitando a sus responsables.

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Increíblemente han pasado 18 años de mi escrito y 19 de su creación. Y los resultados han superado ampliamente las más optimistas perspectivas.

Como dice su nota institucional, ele repositorio conserva documentos que datan desde el año de 1569, están organizados y ordenados en dos secciones, series y subseries, y abarcan información de las provincias de Barranca, Cajatambo, Canta, Huaral, Huaura y Oyón.

Se puede hallar información sobre visitas pastorales, cofradías,  hermandades, estadísticas parroquiales, curatos, decretos,  comunicaciones, religiosos, religiosas, expedientes matrimoniales, libros de actas sacramentales de partidas de bautismos, matrimonios y de defunciones, etc.; tales documentos se encontraban almacenados en rincones de las diversas parroquias de la Diócesis, a las que personalmente viajaron Monseñor Antonio Santarsiero, titular de la diócesis de Huacho, con el Director, quienes rescataron el valioso tesoro documental para su puesta en valor.

Gracias al apoyo de los proyectos financiado por la Biblioteca Británica con su Programa de Archivos en Peligro EAP y a la Universidad de Harvard, programa de ayuda para archivos de América Latina y al apoyo de Familysearch, han podido dotar de estantería metálica, materiales de oficinas y, sobre todo, hacer posible la digitalización de los documentos históricos de los siglos XVI – XX, como medida de conservación preventiva.

En el acucioso Archivo vienen organizando, además, como promotores de diversas actividades académicas y de difusión cultural, seminarios de Archivos, Talleres de Paleografía Hispanoamericana, publicación de la revista 'Historia y Región', presentaciones de libros, revistas, conferencias…Singular relevancia ha cobrado la celebración de las  Séptimas jornadas del Seminario de Archivos Eclesiásticos" en los días 11 y 12 de enero del 2024, en las que, en un ambiente familiar participamos cerca de cien historiadores, archiveros, gestores culturales, educadores, fieles, con el fin de formarnos en la historia eclesiástica, técnica archivística por el bien de los archivos y el acervo documental custodiado por la Iglesia al servicio del patrimonio cultural del Perú.  

 

Culmino agradeciendo y deseando sigan trabajando con tanta profesionalidad y el mejor ánimo como verdadero Centro de Investigación y alta difusión patrimonial documental.

 

https://archivohuacho.wordpress.com/2024/03/28/el-archivo-del-obispado-de-huacho-aoh-cumple-19-anos-resguardando-el-patrimonio-documental

 

P. Ignacio Senosiain Azpilcueta SJ, P. Miskicha, de Canincunca al Cielo (1919-2013)

P. Ignacio Senosiain Azpilcueta SJ, P. Miskicha, de Canincunca al Cielo (1919-2013)

Más que el cautivador templo de san Pedro de Andahuaylillas y el sobrecogedor Machu Picchu  me impactó la humilde lápida con los restos mortales del misionero P. Ignacio Senosiain Azpilcueta SJ, de la capilla de Canincunca, a quien bautizaron con el apelativo de P. Miskicha (Dulcecito).  

Nacido en Obanos, Navarra (España), el 21 de setiembre de 1919, entró a la Compañía de Jesús el 26 de agosto de 1987, fue ordenado sacerdote el 15 de Julio de 1945, profesó su últimos votos el 22 de abril de 1996, y, tras varios años en la Enfermería de Fátima (Miraflores), partió para la Casa del Padre, el 30 de noviembre del  2013[1].

Gran parte de su ministerio pastoral la desarrolló como párroco de la Parroquia de Huaro (Quispicanchi – Cusco), destacando por  su larga vida de abnegado y generoso servicio a Dios y la Iglesia, tierna devoción a María y compromiso con los más pobres. Los fieles recuerdan su carácter afable y humilde. Nunca le faltaban sus dulces en su maletín para darles a los niños, aunque terminaba dándoles a los adultos también. 

Cuentan de él una simpática anécdota referida a su permanente itinerancia y preferencia de la caminata al uso del carro. Siempre había taxistas y particulares que se ofrecían a subirle a su auto y él respondía con simpatía: "¡No hijo, que estoy apurado!".

Se hizo tanto a sus fieles que, tras su dilatada vida de 94 años y muerte en Lima, reclamaron sus restos para tenerlo junto a ellos para siempre en la capilla de Nuestra Señora de la Purificación de Canincunca.  Fruto de su filial devoción mariana y deseo de compartirla con los fieles son las dos emotivas inscripciones que lucen a ambos lado de las puertas de entrada de la portada principal:

"Por cierto mal haría quien por aquí pasase si por descuido dejase de saludar a María". "Si deseas que tu tristeza se convierta en alegría, no pases alma ingrata, sin rezar un avemaría".

Ubicada sobre un antiguo centro wari, junto a la laguna de Urcos, Canincunca recibe su nombre por el abra o cuello en que se encuentra situada en la ruta que une el Cusco con Puno La capilla comenzó a construirse a principios del siglo XVII y consta de una sola nave, cuyas paredes internas están ricamente decoradas con pinturas murales y cintillos de pan de oro, que simulan hermosos cortinajes. Muchas figuras representan flores, frutas, aves y símbolos que recuerdan a los pallais, los diseños geométricos que los tejedores andinos realizan en sus hermosos textiles, mostrando la iconografía característica del barroco andino.

¡Con qué emoción recé ante su tumba y di gracias por actualizar la pasión evangelizadora de su paisano san Francisco Javier en este mundo tan necesitado de su testimonio! ¡P. Ignacio, danos vocaciones como las tuyas para nuestro tiempo!

 

https://rutadelbarrocoandino.com/la-ruta/virgen-purificada-de-canincunca/

https://inmemoriam.jesuitas.pe/2013/11/30/p-ignacio-senosiain-sj/?

P.D. Les comparto la foto tomada a la entrada del templo en compañía de dos paisanas navarras del P. Ignacio, Mari y Karmele



[1] También su hermano Pedro fue jesuita y misionero en el Perú, falleciendo en el 2009, después de 60 años como hermano jesuita y 86 de edad.

 

martes, 26 de marzo de 2024

PADRE BERNARDO PAQUETTE (1942-2024), CSV, forjador de Lima Norte

Clérigos de Saint-Viateur de Canadá

11 055, Avenue Wilfrid-Saint-Louis, Montréal-Nord, QC, Canadá, H1H 5K8

csvprov@viateurs.ca

 

Aviso de fallecimiento

 

PAQUETTE, P. Bernard, CSV 1942-2024

 

Falleció en el Centro Champagneur, en Joliette, el 25 de marzo de 2024, a la edad de 82 años, en su 64º año de vida religiosa (1960-2024) y su 56º año de sacerdocio (1968-2024) en la Congregación de los Clérigos de San -Viador de Canadá.

 

El padre Bernard Paquette nació el 24 de enero de 1942 en Saint-Romuald de Farnham, diócesis de Saint-Hyacinthe. Era hijo de Laurent Paquette y Emma Simard, fallecida. Además de su familia religiosa, le lloran su hermana Louise, sus hermanos Gérard, Robert y Gilles y varios miembros de su extensa familia.

 

En 1968, el padre Paquette obtuvo la licencia en teología por la Universidad de Montreal, la maestría por la Universidad Católica de Washington y en pedagogía por la Universidad Laval. Después de un breve período docente en Quebec y de un año de aprendizaje de la lengua española, el padre Paquette se dirigió a Perú en 1970, donde trabajó durante más de 44 años: director de pastoral, párroco en Collique, director del centro de evangelización, responsable de la formación vocacional ministerio, profesor del Seminario Mayor de Huaraz, director del Centro San Viator de Yungay. También irá a Chile para ayudar al equipo de noviciado.

 

En 2015, el padre Paquette regresó definitivamente a Canadá, donde será sacerdote administrador de la parroquia Sainte-Madeleine (Outremont).

En 2017 se incorporó al equipo pastoral del Oratorio de San José hasta que el pasado mes de enero se incorporó a la comunidad del Centro Champagneur de Joliette, donde falleció.

El padre Bernard Paquette estará expuesto el miércoles 3 de abril a partir de las 12 h.

 

IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ROMUALDO

500, RUE SAINT-HILAIRE, FARNHAM.

 

El funeral del padre Bernard Paquette se celebrará en el mismo lugar el miércoles 3 de abril a las 14 horas, seguido del entierro en el cementerio parroquial.

 

Que el Señor acoja al P. ¡Bernard Paquette en su casa!

 

Secretaría Provincial 25 de marzo de 2024

 

Tuve la suerte de entrevistarle en PAX TV en el programa COLLIQUE, HISTORIA DE UN PUEBLO SOLIDARIO Y MISIONERO. http://paxtvmovil.org/video.php?pagina=4&temporada=0&capitulo=243&programa=14&programanombre=El-Puente&grupo=PAX-Producciones&titulo=Collique,-su-historia

De igual modo, en Radio María. Siempre encontré en él una misionero de pies a cabeza, acogedor, celoso, pragmático, en salida.

https://www.facebook.com/bernardo.paquette/

https://www.carrefourintervocationnel.ca/fr/temoignage/bernard-paquette

¡Que el Señor le conceda la paz y el gozo del Cielo! Y a nosotros, el coraje, el gozo y la caridad que siempre mostró. 

domingo, 10 de marzo de 2024

GIL DE MURO, Eduardo T. EL TRABAJO DE MIS MANOS. M. MARÍA PILAR DE JESÚS, O.C.D. Un apunte biográfico

GIL DE MURO, Eduardo T. EL TRABAJO DE MIS MANOS. M. MARÍA PILAR DE JESÚS, O.C.D. Un apunte biográfico  (Monte Carmelo, Burgos, 2004, pp.141)

José Antonio Benito

Acabo de leerme de un tirón este sabroso libro escrito por uno de los sacerdotes periodistas más célebres de España y que deja constancia de su buen hacer como escritor, sacerdote, misionero, teresiano.

Presenta la obra Monseñor Rafael Palmero Ramos, valorando la atractiva personalidad de la nueva santa Teresa en el Perú de nuestro siglo XX y la facilidad de lectura.

La obra discurre de modo cronológico y geográfico en 14 capítulos: Entrada, Valladolid a la espalda, Llamando a la puerta, Las rejas que no se ven, El Cuzco a la vista, A golpes de plegaria, Nuestro Perú, La cosa empezó en Abancay, El valle del Chumbado, Los caminos de la selva, Florecer en el Carmelo, Chiclayo al atardecer, Y no quería dejarlas, Ya en Chiclayo para siempre.

Me impresiona la sencillez y abandono espiritual de la protagonista Madre Pilar, su gran parecido con santa Teresa (mujer de fe y esperanza, exquisita caridad, espíritu reformador, organizadora, chispa para el trato, alma de poeta y escritora, madre y maestra), y el gran aporte de los externados que tanto han ayudado al florecer vocacional. Gracias a su labor el Perú ensantado se ha enriquecido de nuevos palomares carmelitanos: Abancay, San Jerónimo, Yurimaguas,  Lircay (Huancavelica), Chiclayo, Callao, Chachapoyas, así como el apoyo a Cuzco, Ica, Juliaca

Me ha sorprendido gratamente la acogida de las autoridades civiles, la proyección social (al lado del Carmelo, comedor popular, atención médica, residencia con educación para jóvenes), así como el apoyo permanente de su familia desde Valladolid.

Comparto el magistral párrafo final: "(Y ésta es, muy modestamente relatada, la historia de una monja de hoy que parece aratos una monja de ayer y que sigue siendo modelo para mañana. Una mujer de todo tiempo y para todos los tiempos. De este terreno y de todos los terrenos. Nació en Valladolid, murió en Chiclayo, pisó la tierra y se enterró en ella para fecundarla. Vale) p.139

sábado, 9 de marzo de 2024

Chachapoyas en el “Libro de visitas” de santo Toribio de Mogrovejo

Chachapoyas en el "Libro de visitas" de santo Toribio de Mogrovejo

Emiliano A. Cisneros Martínez, oar

Obispo emérito de Chachapoyas[1]

 

1.- Unos datos introductorios

El santo que nos ocupa nació en España, en la localidad de Mayorga, el año de 1538. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca, de la que también fue profesor, y llegó a ser juez principal del Tribunal de la Inquisición en Granada. Durante el desempeño de este cargo fallece el obispo de Lima fray Jerónimo de Loayza y el rey Felipe II lo propone al papa Gregorio XIII para ocupar dicha sede. El papa acepta la propuesta y le nombra en 1579 para la sede episcopal de Lima. Como era solamente clérigo tonsurado, con las debidas dispensas recibe en poco tiempo el diaconado, presbiterado y episcopado. En septiembre de 1580 se embarca en Sevilla camino de las tierras nuevas, pisa territorio peruano por Paita en marzo de 1581 y llega a Lima en el mes de mayo.

La diócesis que recibe como esposa comprendía gran parte del actual Perú. Por el norte llegaba hasta Jayanca, por el oriente hasta Chachapoyas y Moyobamba y por el sur hasta Nazca, abarcando amplios territorios de la Costa y Sierra peruanas. Su extraordinario celo apostólico y la magnitud del territorio diocesano le impulsarán a hacer de su pontificado una permanente visita pastoral.

Tenía presentes las disposiciones del concilio de Trento sobre el ministerio pastoral de los obispos y quería desempeñar su misión en fidelidad a la Iglesia que le había llamado al episcopado. Esto le llevará a estar en contacto directo con los fieles y a ejercer su misión de maestro, sacerdote y pastor en relación cercana y personal con ellos, sin reparar en los múltiples sacrificios y penalidades que le aguardarán, dadas las condiciones del tiempo y lo sumamente áspero y extenso de la geografía que deberá recorrer. No es de extrañar, pues, que esta modalidad del servicio pastoral le ocupe diecisiete de sus veinticinco años como obispo de Lima.

Y va a ser precisamente en la realización de sus visitas pastorales cuando entre en relación con la ciudad de Chachapoyas y con los pueblos de la región, que actualmente forman parte de la diócesis que lleva este nombre. Éste será el objeto de nuestro estudio.

2.- Chachapoyas

La ciudad de Chachapoyas fue fundada el 5 de septiembre de 1538 con el nombre de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas por Alonso de Alvarado. Es una de las ciudades más antiguas del Perú; Cuzco y Lima apenas le aventajan en cuatro y tres años respectivamente. Desde la creación de Lima como diócesis en 1541 San Juan de la Frontera de los Chachapoyas y su entorno formó parte de la misma.

Su evangelización está ligada a la conquista por parte de los españoles y a la acción apostólica de los misioneros. En el actual pueblo de Levanto, segundo asiento, todavía provisional, de la ciudad "de la Frontera", antes de su definitivo en la ubicación actual, ya se encuentran los franciscanos como doctrineros del lugar. Habían arribado al Perú en 1542 y para 1552 ya tenían fundado como guardianía el convento de santa Clara en lo que ya era la ciudad de Chachapoyas. Las doctrinas de San Pedro de Levanto y San Francisco de Chiliquín con sus pueblos estarán a cargo de ellos. La de Levanto atiende los pueblos de San Juan de Sonche, San Miguel de Huancas, San Cristóbal, San Pedro de Sisuye, Santa María de Quigacacha y Colcamar; y la de Chiliquín se ocupa de Goniza, Quinjalca, Goncha, Vituya, Taupa y Cuelcho. El convento de santa Clara será también punto de partida para entradas a tierra de los lamas o motilones en el siglo XVII.

De los mercedarios consta su presencia en Chachapoyas -convento de la Merced- y en las doctrinas de Olleros, Taulía, La Jalca y Jamalca.

Por el testimonio de Antonio de la Calancha, se sabe que los agustinos misionaban en Leymebamba ya en la séptima década del siglo XVI. El padre Juan Ramírez es nombrado prior de Leymebamba y la provincia de Chachapoyas en 1560 y podemos sospechar, sin que tengamos referencia histórica escrita, de la presencia e influencia de la orden de san Agustín en los pueblos de San Nicolás (Mendoza) y Molinopampa, que tienen por patrón a san Nicolás de Tolentino, religioso de dicha orden.

Esta vinculación de Chachapoyas y los pueblos de su entorno con la diócesis de Lima, elevada al rango de arquidiócesis en 1546, explica que santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo limeño, incluya en sus visitas pastorales esta zona alejada de la sede arzobispal en el fiel desempeño de su misión de pastor. En la relación y memorial del arzobispado de Lima que remite al papa Clemente VIII en 1598, al referirse a las principales ciudades de la archidiócesis escribe: "Otra ciudad de Chachapoyas, con dos curas, y el uno Vicario, y dos parroquias y dos monasterios, de San Francisco y de la Merced, y un hospital". Estos datos los aporta desde el conocimiento directo de la realidad que le proporcionan sus visitas.

3.- Primera visita a Chachapoyas

Hay que dar por supuesto que el primer arzobispo de Lima, Jerónimo de Loayza, no hizo visita pastoral a estas apartadas regiones de su jurisdicción eclesiástica y, en consecuencia, es santo Toribio de Mogrovejo el primer prelado que llega a Chachapoyas en visita pastoral. La primera visita del santo le ocupa la mayor parte de los años 1584 a 1591. Llega a Chachapoyas desde Cajamarca "cruzando el río Marañón, posiblemente por el puente de Balsas"[2] No sabemos la fecha exacta en que cruza el río Marañón, pero podría situarse en los primeros meses del año 1586. Vargas Ugarte, afirma que de Cajamarca "siguió a Chachapoyas, donde le hallamos en marzo de 1586"[3].  El libro de visitas indica que estuvo en Chachapoyas en marzo de 1586 y en Moyobamba en julio del mismo año. La ruta hacia Moyobamba la hace por Cheto, el Valle de Guayabamba, Jebil, Ypapuy y Pósic.  De esta última parte de la ruta se señala que los indios motilones y jeberos "salen… a cortar cabezas a los cristianos y que los caminos son muy malos y peligrosos" y que el santo "pasó con harto trabajo el dicho camino y peligro de su vida" (Visitas p. 123). No sabemos si en el viaje de ida a Moyobamba y el retorno siguió un mismo camino. A la vista de los lugares visitados podemos pensar que se dirigió a Moyobamba desde la actual provincia de Rodríguez de Mendoza, por Ypapuy y Pósic, pueblo éste último famoso y ya desaparecido, y que regresó por la ruta que va de Naranjos a Olleros, pues ambos lugares aparecen en el registro de la visita y están en la ruta tradicional antigua hacia y desde el Oriente o cercanos a ella.

En peligro de muerte

Regresaba el santo de tierras de Moyobamba y había partido de Naranjos en dirección a Olleros. En el camino, según testimonio de Sancho Dávila, su paje y compañero en todas sus rutas y caminos, "vino a desmayarse y quedar sin vigor ni fuerza ninguna y los indios que con este testigo iban… viéndole desmayado, tendido en el suelo, que no hablaba, tomaron un largo palo de la montaña y con tres o cuatro mantas de los dichos indios le ataron a manera de andas y le cargaron, lloviendo gran suma de agua del cielo y los ríos del suelo y caminaron a alcanzar  este testigo que se había adelantado y cuando llegaron, peguntando por su amo este testigo a los dichos indios, le dijeron en su lengua "manquan", que quiere decir en la castellana "ya murió". Este testigo sacó lumbre de unos palos que en la montaña había, sin yesca ni pedernal, y hizo candela. Este testigo solo con los dichos indios… le cercó de lumbre alrededor y con un paño de una almohada de su cama…, calentándolo fuertemente y refregándole el corazón y pecho y lo demás del cuerpo, vino a tomar calor y hablar al cabo de dos horas con tanta alegría y como si no hubiera pasado nada por él… Durmió aquella noche en el suelo en la dicha montaña, que no había horado ni peñas donde meterse, más que gran cantidad de osos y leones y monos… Y al fin amaneció y era día de fiesta… y con todo armaron en la montaña, debajo de unos árboles, una barbacoa, hecha de palos y cañas, y con los fieltros y capotes hicieron un cerco a manera de capilla y dijo misa Su Señoría Ilma. como si no hubiera pasado nada por él, y volviendo a caminar por la montaña hasta llegar a un pueblo que llaman los Olleros"[4]

El Sínodo de Yambrasbamba

En el desarrollo de esta primera visita tiene lugar el cuarto sínodo diocesano, el de Yambrasbamba. Sin duda es el acontecimiento más saltante de esta primera visita, por lo que a Chachapoyas se refiere, y el de mayor incidencia para la vida diocesana, que entonces comprendía gran parte del virreinato del Perú.

El santo, fiel al espíritu y letra del concilio de Trento que establece la celebración anual de un sínodo diocesano, da cumplimiento a lo decidido un año antes en el sínodo de Yungay. Para la ocasión cita "a los muy reverendos amados nuestros deán y cabildo y a nuestros curas y vicarios y a todas las demás personas eclesiásticas que de derecho o costumbre están obligados a acudir y asistir al dicho sínodo de este nuestro arzobispado" a que asistan al que tendrá inicio en el pueblo de Santiago de Yambrasbamba, provincia de los Pacallas, término y jurisdicción de los Chachapoyas, a partir del 25 de julio de 1586, fiesta de Santiago apóstol. La asamblea sinodal concluye el 7 de septiembre, domingo, víspera de la Natividad de Nuestra Señora de ese mismo año.

Como conclusión del sínodo se establecen unas constituciones que son leídas "en la Iglesia de este dicho pueblo, estando mucha gente en él congregada, así de españoles como de indios". Son las siguientes:

1) Que los curas de indios tengan cuidado de leer los libros de casados, bautizados y confirmados una vez al año estando presentes los indios.

2) Que los vicarios envíen en sus nombres y de los demás clérigos y vicarios a ellos sujetos las crismeras a la parte y lugar donde se consagre el santo óleo.

3) Que todos los curas tengan un libro donde asienten todos los feligreses, españoles, indios y forasteros, para dar cuenta de los que murieren.

4) Que los curas tengan un padrón para llamar a misa y doctrina a los dichos indios.

5) Que todos los curas tengan hierros para hacer hostias y que los corregidores den de los bienes de la fábrica de la iglesia para comprarlos.

6) Que los curas que tuvieren muchos pueblos den aviso a sus feligreses de las fiestas de guardar y días de ayuno.

7) Que los curas tengan cuidado de escribir y asentar a los bautizados y casados.

8) Que los curas castiguen a los indios y les declaren las penas que les han de imponer de acuerdo a los delitos cometidos.

9) Que los vicarios hagan recoger los libros antiguos y los den a los curas para que los guarden y conserven y así poder aclarar algunas dudas que se ofrezcan.

10) Cuando algún niño se bautizare por necesidad y después se llevare a poner óleo a la iglesia, se tenga cuidado de asentar quienes fueron sus padrinos.

11) Que dando a los curas visitadores todo bastimento (comida y vituallas) de lo que es necesario, no lleven los derechos que dicen ser de pila.

12) Que el provisor y demás jueces eclesiásticos tengan libro donde asienten las condenaciones y apelaciones; y los notarios, otro libro donde asienten los procesos acabados y pendientes.

13) Que las justicias seculares no conozcan de idolatrías y otras cosas meramente eclesiásticas.

14) Que los jueces y notarios no cobren derechos a los indios.

15) Que los jueces y notarios asienten los procesos, escrituras, licencias, títulos y demás cosas que despacharen, poniendo en cada auto y cosa que despacharen los derechos que llevaren y al fin del proceso todos los derechos juntos.

16) Que los notarios no lleven de los títulos de las Órdenes más de lo proveído por el santo concilio de Trento.

17) Que los vicarios hagan guardar las constituciones de este arzobispado, que las tengan en su poder como también los catecismos, confesionarios y sermones hechos por el Concilio provincial próximo pasado del año de ochenta y tres, para que no pretendan ignorancia y caigan en algunos defectos y yerros y para que vivan con el recogimiento y honestidad que convienen.

18) Que la aclaración de las constituciones de este sínodo quede reservada al arzobispo.

19) Que la distribución de penas impuestas en estas constituciones quede reservada al arzobispo.

20) Que los vicarios y curas, así de españoles como de indios, guarden estas constituciones.

21) Que se guarden las constituciones provinciales y sinodales, aunque no estén en uso.

22) Que los diezmos de las doctrinas de los indios se cobren sin arrendamiento, encargando a los vicarios de cada partido que den orden para que cada clérigo en su doctrina los haga recoger nombrando una o dos personas para ello.

23) Que los diezmos de las villas, lugares y otras partes de españoles se arrienden de por sí y que de aquí en adelante no arrienden ni den lugar ni consientan ni permitan que los diezmos se arrienden todos juntos, dando orden que en particular se haga el arrendamiento de los diezmos de las dichas Villas y partes referidas.

24) Que se nombren testigos sinodales y examinadores para las doctrinas y beneficios.

Al final de las constituciones sinodales se establece la fecha del próximo sínodo teniendo en cuenta la gracia y privilegio concedido por el papa Gregorio XIII de celebrarlo cada dos años y convoca a cuantos tienen derecho de intervenir en el mismo. Su realización será "en la ciudad de Los Reyes o en la parte y lugar que nos halláremos, de este nuestro Arzobispado, para víspera de la Natividad de Nuestra Señora a siete de septiembre que viene del año de ochenta y ocho". Firma el documento "Toribio, archiepiscopus de los Reyes" y lo refrenda Luis Pérez, secretario. De hecho, este sínodo se llevará a cabo en San Cristóbal de Huáñec (Yauyos), será el quinto y concluirá en septiembre de 1588.

Continúa la visita

Recorriendo el libro de visitas hallamos una larga relación de lugares visitados por el santo; la misma nos muestra cómo prácticamente toda la geografía de la actual Diócesis de Chachapoyas fue visitada por santo Toribio.

En dicho libro aparecen los siguientes lugares: Chasmal (¿Casmal?), Cheto, Chelel, Timal, Olea (Olia), Guayabamba, Jebil, Cochamal, Illibamba, Huamampata, Taulía, Olleros, Diosán, Chiliquín, Cuelcho, Quinjalca, Vituya, Yurumarca ("está en las salinas"), Santiago de Taupa, Goncha, Teata, Chibalta, Quitaya, Jumbilla, Jaujabamba, Yambrasbamba, Quilongui, Chengo, San Juan de Hepe, San Juan de Yapa, San Pedro de Coloc, Pomacochas, Comacocha, Honda, Culqui-Mangla, San Cristóbal de Choco, Loscate, San Martín de Bax, Bagua, Candor, San Francisco de Chonta, San Pedro de Lunchicate, San José de la Coca, Yamón, Zacata, Balchoquistancho, Cumba, Lonya, Chubaigo, Bocho, Loma, Corobamba, Ceuta, Hualalo, Santo Tomás, Trapillo, Achuca, San Jerónimo, Luya, San Antonio de Conila, San Pedro de Cuémal, San Cristóbal de Olto, Jacapato, Utcubamba ("que está junto a Chachapoyas"), Jamalca, Tuamucho (¿Tomocho?), Timorbamba (¿Tingorbamba?), Chirigua,  Balcho, Levanto, La Jalca, Paujamarca, La Magdalenilla (Magdalena), San Ildefonso (actual Montevideo), San Pedro de Uta, Leymebamba, Chuquibamba, Gollón y Balsas.

La relación, en la que podemos identificar un alto porcentaje de lugares, ofrece una indicación aproximada de la ruta seguida. Tras el sínodo de Yambrasbamba, visitado el Alto Imaza, siguió por Pomacochas hacia las Baguas (Honda), dirección noroeste, para girar después hacia el sur siguiendo la margen derecha del Marañón. Posteriormente cruza la cordillera en dirección al oriente para aparecer por los pueblos de Conila, Cuémal, Olto…y seguir hasta Balsas para continuar por el actual departamento de La Libertad.

En la tradición oral chachapoyana figuran dos relatos relacionados con el santo arzobispo y actuaciones suyas con el agua en favor de los moradores de estos lugares. Una de ellas se sitúa en la ciudad de Chachapoyas y necesariamente hay que vincularla a una de sus visitas. Eran tiempos de sequía prolongada y, gracias a la intervención del santo, manó agua en el lugar conocido como Pozo de Yanayacu, situado en la parte alta de la ciudad en su sector occidental. Hoy día es considerado uno de sus atractivos turísticos de la ciudad.

El otro, a la vista de los lugares visitados, hay que situarlo en esta primera visita en el viaje que realiza desde las comunidades de la cuenca del río Marañón hacia los pueblos altos que miran a la del Utcubamba. En esa ruta, existe un lugar que los naturales llaman todavía "el agua del obispo". Las circunstancias que harían verosímil el milagro se comprenden fácilmente, al tratarse de una cuesta larga y muy exigente donde apenas se encuentran hasta el día de hoy fuentes de agua.

El 16 de marzo de 1587 está santo Toribio en Chachapoyas desde donde cursa al rey una petición para las iglesias de Chachapoyas, Moyobamba y León de Huánuco (Visitas, p. XLI). ¿Bendijo los óleos en Chachapoyas este año? Las fechas podrían indicarlo, pues la Semana Santa se celebró en los últimos días del mes de marzo. Creemos que por esas fechas concluye la visita a la parte de Chachapoyas, pues en mayo ya se halla en Huacrachuco (Huánuco), adonde se dirige después de abandonar el departamento de Amazonas por el puerto de Balsas.

Hay todavía otro dato relacionado con Chachapoyas antes de concluir la primera visita pastoral. El 13 de marzo de 1589 se encuentra el santo en Andajes, provincia de Cajatambo, y allí recibe un memorial del vicario de Chachapoyas exponiendo las necesidades de las iglesias de la ciudad (Visitas p. XLI). Quizá se pueda colocar en estas fechas la decisión tomada por el santo arzobispo en Cajatambo de excomulgar, por su mala gestión, al corregidor del lugar Alonso de Alvarado, personaje vinculado a la fundación de la ciudad de Chachapoyas. Era frecuente el abuso de los corregidores que no empleaban el dinero de las cajas de comunidad en la reparación de los templos y en los hospitales de indios, tal como estaba dispuesto.

¿Cuántas veces estuvo en Chachapoyas en esta primera visita? A la vista de los datos reportados en el libro de Visitas y teniendo delante los lugares visitados creemos que, al menos, estuvo dos veces: de paso para Moyobamba en marzo de 1586 y al regreso de los pueblos de la ribera del Marañón, marzo de 1587. En esta ocasión dirige desde Chachapoyas la carta al rey Felipe II solicitando ayuda para las iglesias de Chachapoyas, Moyobamba y León de Huánuco (Visitas p. XLI). No sería de extrañar que pasara por Chachapoyas en alguna otra ocasión al encontrarse en lugares cercanos a la que entonces era la ciudad más importante de la región.

4. Segunda visita

La segunda visita la inicia el santo en 1593 y la concluye en 1598. En Chachapoyas se encuentra en el mes de diciembre de 1595. Así consta en el acta de creación de la cofradía de las benditas ánimas del purgatorio, fechada el 18 de diciembre de dicho año y firmada por el santo. Este documento y joya se encuentra en el archivo diocesano de Chachapoyas. Seguramente viene desde el sur y entra por Balsas. En septiembre de 1595 está en Piscobamba celebrando el octavo sínodo y es de suponer que sigue ruta hacia el norte.

Otro dato relacionado con esta visita lo encontramos en Vargas Ugarte, quien afirma que "en San Cristóbal de las Balsas, en la provincia de Chachapoyas, el 30 de enero de 1596, convoca el quinto concilio limense, señalando para su apertura el 15 de marzo de 1598, concilio que sería postergado después, teniendo su comienzo el 11 de abril de 1601 y su clausura el 18 de abril del mismo año (Vargas, p. 95-97). Balsas era lugar obligado de paso en los accesos a lo que hoy es Amazonas, tanto desde Cajamarca como desde La Libertad. Como insinúa su nombre, era y sigue siendo un punto favorable para cruzar el caudaloso río Marañón por el sistema de balsas o maderos unidos que servían para atravesarlo. Vargas vuelve a situar al santo en Chachapoyas en el mes de marzo de ese mismo año, cosa nada extraña si tenemos en cuenta que había ingresado a la región en el mes de enero y es razonable pensar que quisiera celebrar la Semana Santa en la ciudad más importante de la zona.

El mismo autor aporta otro dato cuando afirma que ascendió "nuevamente a Cajamarca y Chachapoyas, donde consagra óleos en la Semana Santa de 1597" (p. 82). En el libro de Visitas leemos: "De Valdebuio (Buldibuyo) tomó Su Señoría… Chachapoyas para tener allí la consagración del óleo que hay 50 leguas y más de mal camino el cual anduvo Su Señoría en 8 días" (Visitas, p. 387), pero no se indica año. ¿Se trata de dos bendiciones de óleos o de una? A la vista de estos datos y de la ruta seguida parecería que la bendición habría tenido lugar en 1596, pero no lo podemos asegurar. Menos probable nos parece que los bendijera en las dos ocasiones. Las pocas precisiones del Libro de visitas nos impiden llegar a una conclusión.

Después de visitar los pueblos del actual departamento de Amazonas en 1596 se interna en La Libertad (Uchumarca. Cajamarquilla, Bambamarca…) llegando hasta el norte del departamento de Ancash (Llamellín, Piscobamba, Huari…). Cambia de rumbo después para adentrarse en el departamento de Cajamarca por el sur (Cajabamba, San Marcos…) llegando por el norte hasta Cachén (Miracosta), para girar otra vez hacia el sur, llegar a Contumazá y volver a recorrer pueblos serranos y costeños de La Libertad.

En esta visita, desde Chachapoyas sigue su ruta hacia Moyobamba pasando por Cheto. Ahora llega a varios pueblos del actual departamento de San Martín y prelatura de Moyobamba, entre los que contamos Gepelacio, Subrón, Gera, Chichimaro, Mijaque, Yranares, Toche, Abisao, Yantalo, Palanga, Chirimoto, Naranjos, Soritor, Sempentor, Jumbi, Cacle, Gumachuco, Gopara y Nieva. Y ya en territorio amazonense: Yambajalca, Bagazán, Tambillo, Illibamba, Guamampata, Taulía, Casmal, Cuelcho, Guayacán, San Pedro de Casmal, Olleros, Quipalca (Quinjalca), Chillicumi (¿Chiliquín?), Vituya, las Salinas (Yurumarca), Taupa, Goncha, Tiata, Quitaya, Chibalta, Jaujabamba, Chisquilla, Jepe y Yambrasbamba.

Al llegar a este punto el relato, que únicamente viene citando lugares y distancias en leguas, se detiene y amplía la información. "… de Yambrasbamba a los pestilenciales montes de Quilongui que fueron 24 leguas de ida y vuelta el cual camino anduvimos a pie y Su Señoría metido en una jamaca por ser tierra áspera y muy mala y de fragosos caminos y montañas; y a pie anduvo Su Señoría algunas leguas" (Visitas, p. 388). Aunque el nombre de Quilongui nos resulta extraño y desconocido podemos pensar, por las características del relato, que se trató de una incursión hacia el norte, internándose por lugares que hasta hoy resultan poco transitados y llevan a comunidades nativas ubicadas en el extremo norte de la actual provincia de Bongará.

El recorrido pastoral, tras el retorno a Yambrasbamba,  lleva al santo obispo por Japa, La Coca, Chupate, Pomacochas, Tiapollo, Chuca, Corobamba, Ceuta, Salinas, Comacocha, Jonta, Honda, Quistancho, Yamón, Zacata, Chibaygo, Cumba, Quistancho, Chirigua, Bagua, Tuamocho (Tomocho), Timorbamba (Tingorbamba), Trapiche, Jamalca, Olto, Chosgón, Cuémal, Olto, Luya, Conila, Colcamar, San Cristóbal, Magdalena, Virués, Santo Tomás, San Ildefonso (Montevideo), San Pedro de Uta, Leymebamba, Gollón, Chuquibamba, Balsas, y Cochabamba.

La visita continúa por tierras del actual departamento de La Libertad: Uchumarca y otros. No todos los lugares reseñados nos resultan ubicables y conocidos. Más de uno ha desaparecido como lugar de vivienda habitual de gentes; otros aparecen con la grafía ligeramente modificada en relación al nombre actual, lo cual puede deberse a defectuosa redacción o transcripción. En todo caso no resulta difícil seguir la ruta recorrida por el santo.

5. Confirmaciones administradas

Las Leyes de Indias, secundando los decretos del concilio de Trento y los limenses, establecían las visitas pastorales como una de las exigencias de la labor pastoral de los obispos. Toribio de Mogrovejo, fiel seguidor de los mandatos de la Iglesia y obsequioso con las disposiciones reales que le afectaran, se tomó muy en serio la realización de las visitas pastorales y, dentro de ellas, como uno de los servicios pastorales que le incumbían personalmente, la administración del sacramento de la confirmación. ¿A cuántos bautizados confirmó santo Toribio? Es imposible precisar el dato, dado que entonces no se llevaba un registro como suele hacerse en la actualidad. Estudiosos de sus andanzas llegan a hablar hasta de un millón.

¿Cuántos en lo que hoy es la diócesis de Chachapoyas? Si seguimos la huella del Libro de visitas podemos hablar de un número que podría rondar o tal vez superar los 10.000. La suma de los que figuran numéricamente asciendo a 8.508, pero hay que tener en cuenta otras indicciones que aparecen en el texto. En la referencia a ciertos lugares se habla de "los (confirmados) de la otra vez (que) no aparecieron" (Yambajalca y Taulía), de que "no se hallaron los que confirmó la vez pasada" (Huamampata), de los que confirmó "esta vez" (Olleros, Chiliquín, Vituya, Taupa, Jaujabamba), lo que está indicando que hubo una anterior. Seguramente estas indicaciones son válidas para otros muchos lugares. Y otro dato a tener en cuenta, muy comprensible, es que en la primera visita, cuando nadie había sido confirmado todavía, el número de administrados fue muy superior al de las revisitas o segundas visitas.

6. Doctrinas y doctrineros

Las doctrinas eran pueblos de indios encomendados a un sacerdote que debía impartir la doctrina cristiana a la población indígena. Todas las doctrinas, dada su extensión, comprendían un determinado número de pueblos, anexos o estancias. La doctrina era el estadio previo al establecimiento de parroquias o curatos.

El Libro de Visitas hace referencia a doctrinas atendidas por frailes franciscanos, en concreto Chiliquín, atendida por Fr. Diego de Mesa, y Levanto, de donde se hace la alusión genérica de administrada por religiosos de san Francisco. De los pueblos o anexos pertenecientes a la comprensión de la doctrina de Chiliquín se hace mención de Cuelcho, Quinjalca, San Ildefonso de Vituya, Guiomarca (Yurucmarca –"está en las salinas"-), Santiago de Taupa y Goncha. De la de Levanto sólo se dice que visitó santo Toribio toda la doctrina y sus anexos.

De los mercedarios consta de su presencia en las doctrinas de Olleros, Taulía, Chasmal, Jamalca, Timorbamba, y La Jalca.

Miguel de la Ribera doctrina en Olleros. Entre los pueblos de su atención figuran Nieva, Yambajalca, Diosán y Casmal. De la doctrina de Taulía se dice que era atendida por Francisco Cabezón y que contaba con muchos pueblos en partes muy trabajosas donde es forzoso ir el sacerdote con mucho cuidado y recato. Se menciona el asiento de Huayabamba y, de manera genérica, varias estancias, de cuyos titulares o propietarios se indica el nombre.

Otra doctrina de mercedarios es la de Chasmal (Casmal), atendida por fray Andrés Vela. De este lugar se indica que está "luego que se sale de los valles de Moyobamba que es sierra de malos caminos". Tanto Casmal, como alguno de los lugares indicados como pertenecientes a esta atención pastoral nos son desconocidos, tales como Cacle o Chupatampa, Gompara, Huamachuco, aparte otros que por su ubicación geográfica y por referencia del mismo libro de visitas aparecen también en la visita a la doctrina de Olleros. Tal es el caso de Diosán y Yambajalca.

Otra mención a doctrinas mercedarias es la de Jamalca y Timorbamba (¿Tingorbamba?), cuyo doctrinero es el padre Zamudio. Entre los lugares de comprensión de esta doctrina encontramos Tuamocho (Tomocho), Chirigua, Timorbamba, Balcho y Bagua. De la doctrina de La Jalca sólo se hace mención de que la atienden frailes mercedarios.

Repetidas veces aparecen las expresiones cura o clérigo presbítero para referirse a los sacerdotes diocesanos, que doctrinaban distintos lugares y zonas de la región. Así, en concreto, encontramos en Tiata y Chibalta a Juan Martínez Morato atendiendo Quitaya, Chibalta, Jumbilla y Jaujabamba, además de una de las dos parcialidades de Olleros. La doctrina de Yambrasbamba es atendida por Juan Abad de Bareño al que corresponde visitar los pueblos de Quilongui y Chengo ("metidos en la montaña, donde es forzoso ir a pie más de 18 leguas de ida y vuelta, la cual doctrina Su Señoría anduvo toda"), San Juan de Hepe, San Juan de Yapa y San Pedro de Coloc. En Pomacocha y Comacocha se encuentra de doctrinero Juan Quintero.

Francisco de Solís y Juan Quintero doctrinan en Honda y los pueblos de San Juan de Culqui-Mangla, San Cristóbal de Choco, Loscate, San Pedro de Lonchicate, San José de la Coca, San Martín de Bax, Candor, San Francisco de Chonta y Bagua. Sebastián Felipe lo hace en Yamón y Zacata con los pueblos de Balchoquistancho, Cumba, Lonya, Bocho, Loma y Chubaygo. También se hace mención de un buen número de estancias con referencia al nombre de su propietario.

El presbítero Antonio Ramírez es el doctrinero de Corobamba. A esta doctrina pertenecen los pueblos de Ceuta, Hualalo, Santo Tomás, Trapillo, Achuca y San Jerónimo. Manuel Pacheco es el encargado de Luya con los pueblos de San Antonio de Conila, San Pedro de Cuémal y San Cristóbal de Olto.

Otra doctrina a cargo de cura doctrinero es la de Santo Tomás y quien la atiende es el doctor Biruez. Comprensión de la doctrina son los pueblos de Paujamarca, Magdalenilla (Magdalena) y San Ilifonso (San Ildefonso, hoy Montevideo). Juan Bautista Nano es el doctrinero de Leimebamba con los pueblos de San Pedro de Uta, Chuquibamba, Uchumarca, Balsas y Gollón.

Hay una mención a la doctrina de Utcubamba, "que está junto a Chachapoyas", que comprendía una serie de estancias y trapiches, de cuyos dueños se hace mención, y la estancia de los indios yungas de Quillillic; se le asigna al "cura de los yanaconas de Chachapoyas".

Complemento de estos datos son los referidos a la ciudad de Chachapoyas. En la relación y memoria que dirige el santo al papa Clemente VIII en abril de 1598 hace referencia a la existencia de cuatro ciudades en el arzobispado a su cargo: Trujillo, Huánuco, Chachapoyas y Moyobamba. De Chachapoyas aporta esta información: cuenta con dos curas, un vicario, dos parroquias y dos monasterios, de san Francisco y de la Merced, y un hospital. Del hospital no da más datos, pero entendemos que se trata del anejo a la iglesia dedicada a la Virgen de Belén.

7. Los caminos recorridos

En el lenguaje y uso de la época la medida empleada para fijar las distancias es la legua. Esta medida no tiene una referencia exacta para los sistemas de medición de hoy. Una referencia podría ser la que ha venido siendo común entre los hombres del medio andino, o sea, unos cuatro kilómetros y medio o algo más. Las distancias recogidas en el Libro de visitas entre lugares que corresponde a la actual diócesis de Chachapoyas serían aproximadamente éstas:

De Buldibuyo (La Libertad) a Chachapoyas 50; de Chachapoyas a Cheto 4,5; de Cheto a Moyobamba 6; de Gompara a Nieva 3; de Nieva a Yambajalca 2; de Yambajalca a Bagazán 3; de Bagazán a Tambillo 4; de Tambillo a Illibamba 5; de Illi(a)bamba a Huamampata 3; de Huamampata a Taulía 6; de Taulía a Casmal 2; de Casmal a Cuelcho 2; de Casmal a Guayacán 4; de Guayacán a San Pedro de Camal (Casmal):… De San Pedro de Camal a Olleros… De Olleros a Quinjalca … De Quinjalca a Chillicumi…De Chillicumi a Vituya… De Vituya a las Salinas (Yurucmarca)… De las Salinas a Taupa… De Taupa a Goncha 3; de Goncha a Teata 3; de Tiata a Quitaya 3; de Quitaya a Chibalta 2; de Chibalta a Tiata 1; de Tiata a Juajabamba 1,5; de Juajabamba a Jumbilla: 0,25; de Juajabamba a Chisquilla 1,5; de Chisquilla a Jepe 1,5; de Jepe a Yambrasbamba 2; de Yambrasbamba a Quilongui 24, ida y vuelta; de Yambrasbamba a Japa 6; de Japa a los montes de Lon, ida y vuelta, 16; de Japa al asiento de la Coca 1; del asiento de la Coca a Chupate 3; de Chupate a Pomacochas 9; de Pomacocha a Tiapollo 1; de Tiapollo a Chuca, ida y vuelta, 1; de Tiapollo a Chuca, ida y vuelta, 1; de Tiapollo a Chica 1,5; de Chica a Corobamba 4; de Corobamba a Ceuta 2; de Ceuta a las Salinas 4; de las Salinas a Comacocha 5; de Comacochas a Jonta, doctrina de Honda, 2; de Chirigua a Quistancho 1; De Quistancho a Yamón y de Yamón a Lonya 3; de Lonya a Yamón 3; de Yamón a Zacata 4; de Zacata a Chibaigo 3; de Chibaigo a Cumba 3; de Cumba a Quistancho 4; de Quistancho a Chirigua 1; de Chirigua a Bagua 3; de Bagua a Tuamocho (Tomocho) 3; de Tomocho a Tingorbamba 1; de Tingorbamba al Trapiche 5; de Trapiche a Jamalca 5; de Jamalca a Olto 4; de Olto a Chosgón 5; de Chosgón a Cuémal 1; de Cuémal a Olto: 4; de Olto a Cuémal 0,5; de Cuémal a Luya, por las estancias… 4; de Luya a Conila 1,5; de Conila a Colcamar 3;  … a San Cristóbal 4; de San Cristóbal a Magdalena 2; de Magdalena a los pueblos yungas de Virués: 1,4; de estos pueblos yungas a Santo Tomás 6; de Santo Tomás a San Ildefonso (Montevideo) 2,5; de San Ildefonso a San Pedro de Uta 1; de San Pedro de Uta a Leymebamba 2; de Leymebamba a las minas de Gollón, ida y vuelta, 12; de Leymebamba a Chuquibamba 6; de Chuquibamba a Balsas 4; de Balsas al tambo de Cochabamba 3; de Cochabamba a Xemboymega (¿Xembo y Mega?) 1; de Xembo a Uchumarca 4; de Uchumarca a …. (sigue por otros lugares fuera de la actual diócesis de Chachapoyas y departamento de Amazonas, por el de la Libertad).

Haciendo cálculos con los números indicados tenemos un total de leguas que supera las 300, pues a las cifras registradas habría que sumar una serie de distancias que figuran en el texto, cuya edición tenemos delante, con puntos suspensivos (…), seguramente por encontrarse deteriorado el original. Estas distancias en leguas nos hacen pensar en un recorrido que supera los 1.500 kilómetros por los elementalísimos caminos de la época. Es de justicia tener en cuenta que santo Toribio se movió por la difícil geografía peruana, sobre todo la andina, en toda estación, y todo se hacía mucho más complicado en los períodos de lluvias. Un testimonio de ello lo tenemos en el dato aportado por Sancho Dávila situado en el recorrido de los Naranjos a Olleros. Y los datos podrían ampliarse si tenemos en cuenta que hace dos visitas a Chachapoyas y las zonas aledañas.

Con lo anotado no podemos llegar a datos concretos, aunque sí nos posibilitan el hacernos una idea de la magnitud de su empresa, máxime si pensamos que aquí nos hemos ocupado sólo de una parcela de su extensísima diócesis que él visitó íntegramente en su servicio pastoral a la arquidiócesis limeña a lo largo de veinticinco años.

En resumen

Lo anotado quiere ser una ayuda para comprender mejor la labor pastoral del santo arzobispo en la actual Diócesis de Chachapoyas, una mínima parte de la amplísima extensión de la Arquidiócesis de Lima en las últimas décadas del siglo XVI. Se ha centrado la atención en las visitas, confirmaciones, doctrinas, doctrineros y lugares recorridos.

Hay otros aspectos que también merecerían atención; quede aquí una mínima referencia. Pienso en los nombres de grupos humanos mencionados (viudas, casados, solteros, muchachos, yanaconas, mitimaes, curacas), doctrinas, referencia a tributos y tributarios (indios reservados y de confesión, ánimas, casados…), sínodo del doctrinero (fanegas de maíz, papas, granos, piezas de ropa, pesos ensayados, tomines de plata), designación de lugares (repartimientos, encomiendas, estancias -haciendas-), climas, medios de transporte (caballo, jamaca -"le llevaron en una jamaca, metido en ella"), productos (coca, caña, papas, maíz, algodón), medidas (fanegas, tomines…), cría de animales (yeguas, mulas, ovejas, cabras); minas en Gollón, salinas en Yurucmarca…



[1] Agradezco la deferencia del autor del artículo para nuestro blog del IET. La foto corresponde a la imposición de la medalla "Santo Toribio" del 2024 por Mons. Miguel Cabrejos, presidente de la CEP

[2] BENITO RODRÍGUEZ J.A.: Libro de visitas de Santo Toribio (1593-1605) (Colección Clásicos Peruanos, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 2006, pp.450+ Introdu. LVI) Introducción, transcripción y notas. p. XXIX

[3] Historia de la Iglesia en el Perú, Imprenta Sta. María, Lima y Burgos, desde 1953 tomo II, p. 82

[4] Santo Toribio de Mogrovejo Documentos de una excepcional aventura humana. José Antonio Benito (Organizador). Santo Toribio de Mogrovejo (España 1538 – Perú 1606) p.17