sábado, 31 de diciembre de 2022

«SONO VOSTRO» (SOY DE USTEDES, de la FTPCL, dijo Benedicto XVI). P. Pedro HIdalgo

🕊️ «SONO VOSTRO» (SOY DE USTEDES) 

Amigos: Les comparto el bellísimo testimonio sobre Benedicto XVI por parte de mi rector FTPCL, P. Pedro Hidalgo.

Fue la frase pronunciada por el papa Benedicto XVI en el 2008, al ser presentado ante Su Santidad como Rector de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. Ese «sono vostro» aludía a que en 1986 fue declarado Doctor honoris causa de nuestra casa de estudios, durante su visita a Lima, mientras servía como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

La sencillez y cordialidad del entonces Papa, su mirada límpida, su gesto paternal de estrechar las manos complementaban la frase pronunciada, junto al diálogo que prosiguió. En Benedicto XVI, desde su sencillez y delicadeza, se percibía el deseo de ser cercano a todos.

Benedicto XVI fue un creyente, que vivió la fe —como la describió él mismo— como experiencia de un Amor recibido que da sentido a la vida, como encuentro con Jesucristo, a quien proclamó como Único Señor y a quien procuró seguir con profundo amor. Vivió una fe inteligente, es decir, comprendida cada vez mejor a través de la reflexión teológica que fue para él sabiduría, saber para la vida, que transforma la existencia configurando al creyente con el Señor.

Valoró la Iglesia como presencia de Jesucristo en el mundo, no obstante el pecado de sus miembros, procurando e invitando a la fidelidad exquisita al estilo del evangelio, tarea que no puede ser solo alcanzada por el esfuerzo humano sino desde el encuentro con Dios.

En su vivencia de la fe, tuvo aquel gesto de profunda libertad, humildad y magnanimidad al renunciar al pontificado, considerando que ya había dado todo lo que podía dar a la Iglesia como Papa, y desde entonces, afirmando con la vida el valor de la oración, el recogimiento y el silencio, se fue preparando para el momento que hoy llegó, el del encuentro con el Juez que a la vez es Amigo, Hermano que ha padecido por todos.

Si dijo «soy de ustedes», hoy afirmamos con gratitud que Él es nuestro, que le sentimos cercano, por eso agradecemos a Dios por su testimonio de creyente, por su servicio a la Iglesia, y pedimos que goce contemplando el Rostro del Señor. ¡Oremos dando gracias por su vida y pidiendo su eterno descanso! Y en la certeza de la comunión de los santos, pidamos que interceda por esta Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.

Pedro Hidalgo Díaz
Rector pro tempore

#FTPCL #FacultadDeTeología #BenedictoXVI 

martes, 27 de diciembre de 2022

MÁRTIRES ESPAÑOLES DEL SIGLO XX. Nati Cañada, Madrid 2015

¡Qué necesario es hacer memoria de los testigos, mucho más si son mártires! Memoria escrita y gráfica. El bellísimo icono de Nati Cañada fue solicitado por la Conferencia Episcopal Española. Gratitud para nuestros cristianos, que fieles al Maestro, recibieron el don de dar su vida como el Señor, amando hasta el extremo. Dios quiera que en países como en el que vivo, el Perú, ponga en vitrina a sus mártires, como gratitud y como ejemplo a seguir para lograr un Perú en paz, reconciliado, fraterno. 


El icono es un óleo sobre tabla (2,27 x 1,53) de la pintora turolense-madrileña Nati Cañada, que trabajó en su confección desde julio de 2014 hasta enero de 2015.

La conferencia Episcopal Española quiso que Nati representara a los Mártires españoles del siglo XX, donde figuran 13 obispos que murieron asesinados durante la guerra civil española de 1936-39, por el solo hecho de estar consagrados a Dios. En ningún país han muerto tantos obispos durante una contienda bélica.

En su parte superior aparecen 12 santos mártires, que resumen la historia universal del martirio, desde San Pedro y San Pablo, pasando por Santiago, San Juan Bautista, las santas hispanas Eulalia y Leocadia, hasta los mártires del siglo XX en todo el mundo: San Tichón de Moscú, San Cristóbal Magallanes (de Méjico), Santa Teresa Benedicta de la Cruz (de Alemania), San Maximiliano Kolbe (de Polonia), San Marciano José (de Turón, Asturias) y el obispo prior de las Órdenes Militares, beato Narciso de Esténaga, mártir en Ciudad Real, que luce aquí la cruz de Calatrava, en referencia a aquella ciudad y a este templo.

 

En la parte inferior del icono aparecen 36 santos mártires, que representan a los 402 mártires del siglo XX en Madrid. En el territorio madrileño hay 32 lugares donde se veneran los sepulcros de este blanco ejército de mártires del siglo XX. Son las memorias martyrum o memoriales de los mártires, sobre los que el Arzobispado de Madrid ha publicado una guía titulada: Memoriae martyrum. Guía de los santos mártires del siglo XX en Madrid (BAC, Madrid, 2015).

Los santos mártires se agrupan bajo la Cruz gloriosa y en torno a la Madre de Dios, en su advocación de la Almudena, flanqueada por el patrono de Madrid, San Isidro, y su esposa, santa María de la Cabeza. La silueta de la catedral de la Almudena evoca la iglesia diocesana de Madrid.


"Por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los había transformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor,

con el perdón a sus perseguidores."

 

BENEDICTO XVI, Carta Apostólica Porta fidei, 13

 

Los mártires que aparecen en el Icono de abajo a arriba y de derecha a izquierda son:

 

1.      Beato Orencio Luis, hermano de La Salle

2.      Beata Concepción Pérez Giral, hija de la caridad

3.      Beato Jesús Gesta de Piquer, hospitalario

4.      Beata María de los Ángeles Ginard, celadora del culto eucarístico

5.      San Pedro Poveda Castroverde, fundador de la Institución Teresiana

6.      Beata María Sagrario de San Luis Gonzaga, carmelita descalza

7.      Beato Avelino Rodríguez Alonso, agustino

8.      Beata Manuela del Sagrado Corazón, adoratriz

9.      Beato José Gafo, dominico

10.  Beato Daciano, hermano de La Salle

11.  Beata Pilar Isabel Sánchez, hija de la caridad

12.  Beato Ramón Touceda Fernández, hospitalario

13.  Beato Antonio Mateo Salamero, capellán de La Salle, de Griñón

14.  Beato Vicente Toledano, párroco de Uclés (Cuenca)

15.  Beato Arturo García de la Fuente, agustino

16.  Beata Rosaura de María, adoratriz

17.  Beato Vidal Gómara, dominico

18.  Beato Teófilo Fernández de Legaria, de los Sagrados Corazones

19.  Beata Clementina Francisca, sierva de María

20.  Beato Alberto Marco Alemán, carmelita

21.  Beato Cándido Castán, laico, sindicalista católico

22.  Beato Federico Cobo, laico, postulante salesiano

23.  Beato Luis Campos Górriz, laico, de la A. C. de Propagandistas

24.  Beata Gertrudis, franciscana de la Madre del divino Pastor

25.  Beato Francos Esteban Lacal, oblato de María Inmaculada

26.  Beata María Gabriela, salesa

27.  Beato Benigno José, marista

28.  Beato Javier Goresterratzu, redentorista

29.  Beato Saturnino de Bilbao, capuchino

30.  Beato Miguel Léibar, marianista

31.  Beata Rita Pujalte, hermana de la caridad del Sagrado Corazón

32.  Beato Santiago de Jesús, trinitario

33.  Beato Juan Pedro de San Antonio, pasionista

34.  Beato Enrique Saiz Aparicio, salesiano

35.  Beata María Petkovic, fundadora de una congregación religiosa croata

36.  Beato Manuel de la Sagrada Familia, jerónimo

lunes, 26 de diciembre de 2022

TERESA DEL SAGRADO CORAZÓN (1857-1950), fundadora de las Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús

TERESA DEL SAGRADO CORAZÓN (1857-1950), fundadora de las Reparadoras

Sus padres fueron Juan Pedro de Castañeda y Mercedes Coello y León. Nace en Lima un 8 de agosto de 1857, en pleno segundo gobierno del gran presidente Ramón Castilla.

Por el año 1868 Lima sintió la epidemia de la fiebre amarilla con la extrema gravedad del "vómito negro" que afectó a la familia, aunque milagrosamente –vistiendo el hábito del Carmen- se recuperó.

En 1872, con 16 años, logra que dos jóvenes chinos de su servicio doméstico se hiciesen católicos y recibiesen el bautismo. Aunque le habían prohibido que hablase con ellos, los prepara clandestinamente en su propia casa.

Hacia 1878 viaja a París donde ingresa como religiosa de la Sagrada Familia. En 1895 –con 36 años, llega a Roma con el propósito de ver al Papa León XIII y presentarle sus deseos de hacer un "supremo esfuerzo a favor de mis indios". Le recibe el 17 de marzo, le aprueba el proyecto de fundación y la envía de nuevo a su patria, Perú. En 1895, el 14 de marzo, con un grupo de hermanas se estableció en un local alquilado de la Alameda de los Descalzos, nº 79. El nuevo presidente de la República, Nicolás Piérola, le insinúa que solicite una donación para un nuevo local; se le concede el local "Convento de San Pedro Nolasco", antiguo hospital de sacerdotes y que en los últimos diez años se había alquilado a los chinos.

En marzo de 1900 los diarios capitalinos pueden publicar el siguiente anuncio: "Las Religiosas Reparadoras del Sagrado Corazón, domiciliadas en el Convento de San Pedro Nolasco, ofrecen sus servicios para la educación de la niñez de 5 a 10 años con ambientes en las mejores condiciones". Madre Teresa, enferma de bronconeumonía, debe viajar a Pacasmayo para recuperarse. A pesar de su enfermedad comienza una obra misionera con los indios.

En 1904 viaja de nuevo a Europa. En 1906 funda en Huancavelica, Tacna y Ayacucho. En 1910 en Roma, junto a la pequeña iglesia de San Egidio en Via di Porta Angelica, y en 1912 en Miraflores en la casa heredada de su madre.

En 1918 el presidente José Pardo, a través de su esposa Carmen Heeren, colaboró en sus obras. Posteriormente hay un intento de fundar en Chiclayo pero que no se logra; sí se conseguirá en Piura y Tumbes

Muere en Roma el 12 de febrero de 1950, a los 93 años, después de 50 años de una dura e intensa tribulación para cumplir los designios del Altísimo, con permanentes viajes entre Europa y América, y siempre en estado de misión para hacer vivir su vocación de la Reparación.  Se conservan sus restos en la capilla del Santísimo Sacramento de la congregación en Roma.

En la actualidad las Reparadoras están por Italia, España (3 casas), y Perú (Piura, Tumbes, La Punta-Callao, Miraflores y Barrios Altos). Como la Madre Fundadora desean: "Desagraviar al Corazón de Jesús, a ese Tipo acabado de la verdadera Reparación; trabajar con Él y por Él en avivar la fe en las almas, en alumbrar a otras con sus puras luces, en atraerlas a todas, si posible fuera, al regazo de la Iglesia".

 

SU ESPIRITUALIDAD REPARADORA EN SÍNTESIS:

Llenad los días de vuestra vida. Así os santificaréis como Dios lo quiere.
Vive según el espíritu de amor y reparación.
En la vocación no se trata de evidenciar sino de amar.
Quiero ser reparadora a toda costa, y para esto necesito de Jesús Sacramentado.
Que el espíritu de reparación informe todos vuestros actos.
La Reparación es la necesidad de nuestro siglo. Nosotras queremos realizarla, aunque sea en pequeño, con nuestras débiles fuerzas.

¿Cuál es el fin de la Congregación?
Nuestra Congregación se ha fundado para reparar las ofensas inferidas al Corazón de Jesús; para trabajar por Él y con Él a avivar la fe en las almas, y atraerlas a la unidad y comunión de la Iglesia (art. 5, const. R.R.S.C.).

¿Qué es el espíritu de Reparación?
La Reparación es ante todo la respuesta de nuestro amor al amor del Corazón de Jesús. Esta respuesta nos compromete a:
a) Reparar las injurias hechas a su amor, sobre todo en las actuaciones contra la Iglesia y el Santo Padre el Papa.
b) Agradecer los beneficios espirituales y materiales de que ha colmado al mundo.
c) Pedirle perdón por las faltas de la humanidad.
d) Preparar, con la santidad de la propia vida y la formación y orientación verdaderamente cristianas de los demás, " la Reparación de la sociedad para el porvenir…", lo que constituye una Reparación preventiva, que nos coloca "como un pequeño grano de arena, en la construcción moral de la sociedad" (art. 7, const. R.R.S.C.).

¿Cuál es la obra principal de la Congregación?
La obra de Adoración Reparadora ante el Santísimo Sacramento es la Obra primera y esencial de la Congregación. Con ella nos comprometemos a rendir a la Sagrada Eucaristía el mayor y más delicado culto, mediante la Adoración cotidiana, en espíritu de Reparación. La Obra de Adoración Reparadora se dirige directamente al "Sagrado Corazón de Jesús escondido en la Hostia Santa". Es la Obra Madre de todas nuestras Obras de Apostolado.

Como medios de cooperación en el plan de la Reparación son:
a) Asistencia a los enfermos a domicilio o en residencias nuestras.
b) Ejercicios espirituales.
c) Educación de la juventud: colegios, jardines de infancia y residencias estudiantiles.
d) Misiones de propagación de la fe o de evangelización y catequesis.

Consagramos nuestra vida enteramente a Jesús Eucaristía
- A la Santa Eucaristía, que es don divino que ha brotado del Corazón de Jesús y es, a la vez, el mismo Corazón de Jesús.
- Al Corazón Divino que está vivo en la Eucaristía, que al buscarlo en el Sagrario es llegar a su Corazón, porque en la Eucaristía nos da su presencia total, nos da toda su Persona y su Corazón en su Persona, los cuales no son algo inerte y sin vida, sino algo palpitante de vida y amor.


http://reparadora.blogspot.com/2007/05/datos-biograficos-madre-teresa-del.html

Biografía básica: Teresa del Sagrado Corazón un alma misionera con ansias infinitas de reparación  Teófilo Aparicio López : Zamora : Monte Casino, 1997 : 1997, España, 278 pp ISBN: 84-922969-0-9

 

domingo, 18 de diciembre de 2022

EL CATECISMO PARA RUDOS Y EMPLEADOS DE SANTO TORIBIO MOGROVEJO

La interesante propuesta "Catecismo para bárbaros" del P. Javier Ravasi https://www.youtube.com/watch?v=tQHobfpFFDE en su canal https://www.youtube.com/c/qntlc me lleva a compartirles la iniciativa de Santo Toribio Mogrovejo y los prelados del Tercer Concilio Limense de resumir al máximo lo mínimo necesario para la salvación; lo ven en un sencillo volante "Suma" o en poco más de un folio "para rudos y ocupados". Ya san Agustín escribió su catecismo para "bárbaros" o "principiantes" https://www.augustinus.it/spagnolo/catechesi_cristiana/index2.htm

El Catecismo de la Iglesia Católica afirma en su introducción que "el ministerio de la catequesis saca energías siempre nuevas de los Concilios. El Concilio de Trento suscitó en la Iglesia una organización notable de la catequesis; promovió, gracias a santos obispos y teólogos como S. Pedro Canisio, S. Carlos Borromeo, S. Toribio de Mogrovejo, S. Roberto Belarmino, la publicación de numerosos catecismos"

Con la publicación del Compendio del Catecismo (Junio 2005) se hace más interesante, si cabe, esta misión. Benedicto XVI, al presentarlo, manifestó su confianza en que "la Iglesia entera y a cada cristiano en particular, para que, por medio de él, cada cual pueda encontrar, en este tercer milenio, nuevo impulso para renovar el compromiso de evangelización y educación de la fe que debe caracterizar a toda comunidad eclesial y a cada creyente en Cristo de cualquier edad y nación". En fidelidad al Catecismo de la Iglesia Católica, aporta la novedad del estilo dialogal para adaptar la exposición de la fe a cada destinatario; por su parte, el uso de imágenes le servirá para retomar la belleza. Es sorprendente la coincidencia del primer número del Compendio ("Dios, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada") con el limense en la primera parte del denominado Catecismo Mayor: "El Señor y Hacedor de todo, creó al hombre para que le viese y gozase en el cielo, y todo demás hizo para que ayude al hombre a alcanzar aquella vida bienaventurada". A más de cuatro siglos de distancia, podemos aplicar al Catecismo Limense los frutos deseados por el Papa al Compendio: un aumento en el conocimiento de la fe, que "aumente también la alegría que de ella brota" y lleve a los católicos a ser "testigos entusiastas y capaces de transmitir entusiasmo" (Benedicto XVI, 5 de noviembre de 2005)

Pienso que los instrumentos catequéticos elaborados en el seno del Tercer Concilio Limense de 1583, y que guiaron la pedagogía catequética de toda la Iglesia de América del Sur por tres siglos, tienen las notas aplicadas por el Papa Benedicto XVI al Compendio, "brevedad, claridad e integridad" y "se dirige asimismo a toda persona que, viviendo en un mundo dispersivo y lleno de los más variados mensajes, quiera conocer el Camino de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su Hijo". Especialmente el que les comparto -CATECISMO BREVE.

Tomo como base los originales conservados en el Archivo del Cabildo de la Catedral de Lima en el volumen titulado Libro Original del Tercer Concilio Limense (Fojas 37-47) Una versión facsimilar se ofreció con motivo del Quinto Congreso Eucarístico Bolivariano en 1988.

1. LA SUMA DE LA FE CATÓLICA

Lo que se ha de enseñar a los que por enfermedad peligrosa se bautizan, y, asimismo, a los viejos y rudos que no son capaces de catecismo más largo, conforme al Concilio Segundo de Lima en la Constitución y de la Tercera Sesión y conforme al Capitulo de la Segunda Acción del Tercero Yo último Concilio de Lima, es siguiente:

De Dios. Que hay un solo Dios, hacedor de todas las cosas. El cual, después de esta vida, da gloria eterna a los buenos que le sirven, y pena eterna a los malos que le ofenden.

De la Trinidad. Que este Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que son tres personas y tienen un mismo ser. Y, así, no son tres dioses, sino uno solo.

De Jesucristo. Que el Hijo de Dios verdadero se hizo hombre por nosotros, y éste es Jesucristo, el cual con su muerte y sangre nos redimió de nuestros pecados, y resucitó y vive para siempre.

De la Santa Iglesia. Que para ser salvado el hombre se ha de hacer cristiano, creyendo en Jesucristo, pesándole de sus pecados y recibiendo el santo bautismo, o, si ya es bautizado y ha tomado al pecar, confesando sus culpas al sacerdote. Así que recibiendo los sacramentos y guardando la ley de Dios, será salvo.

2. CATECISMO BREVE PARA LOS RUDOS Y OCUPADOS

P. Decidme, ¿hay Dios? R. Sí, Padre; Dios hay.

P. ¿Cuántos dioses hay?

R. Uno solo, no más.

P. ¿Dónde está ese Dios?

R. En el cielo y en la tierra y en todo lugar.

 P. ¿Quién es Dios?

 R. Es el Padre y el Hijo y e Espíritu Santo, que son tres

 personas y un solo Dios.

 P. ¿Cómo son tres personas, y no más de un solo Dios?

R. Porque de estas tres personas, el Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo. Y el Hijo no es el Padre ni el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo no es el Padre ni el Hijo. Pero todas tres personas tienen

 un mismo ser, y así son no más de un solo Dios.

P. ¿Pues, el sol, la luna, estrellas, lucero, rayos, guacas y cerros no, son Dios?

R. Nada de eso es Dios, mas son hechura de Dios, que hizo el cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos, para el bien del hombre.

P. ¿Cuál es el bien del hombre?

R. Conocer a Dios y alcanzar su gracia y amistad, y gozar de Él después de esta vida en el cielo.

P. ¿Pues, hay otra vida después de ésta para los hombres?

R. Sí, hay, porque las almas de los hombres no mueren con los cuerpos, como las bestias, mas son inmortales y nunca se acaban.

P. ¿Cómo alcanza el hombre la gracia de Dios en esta vida, y después de ella la vida eterna del cielo?

R. Creyendo en Jesucristo y guardando su ley.

P. ¿Quién es Jesucristo?

R. Es Dios y hombre verdadero, que siendo Hijo de Dios como lo es, se hizo hombre en el vientre de la Virgen María, y nació quedando ella virgen, y murió en la cruz por librar a los hombres del pecado.

P. ¿Pues, cómo murió, si era Dios?

R. Murió en cuanto hombre, y luego al tercero día  resucitó, y después subió a los cielos, y vive y reina para siempre sin fin.

P. Dime ahora, pues, murió Jesucristo por todos, ¿sálvanse todos los hombres?

R. Los que no creen en Jesucristo, y los que aunque tienen fe no tienen obras ni guardan su ley, no se salvan. Mas serán condenados a penas eternas del infierno.

P. ¿Y los que creen en él y guardan su ley, serán salvos?

R. Sí, serán, y gozarán en cuerpo y en alma de bienes eternos en el cielo; y, por eso, ha de venir al fin del mundo Jesucristo, a tomar cuenta a todos los hombres, para lo cual resucitarán entonces todos los muertos.

P. Pues, los malos que han pecado, dime, ¿tienen algún remedio para no ser condenados?

R. Si no son bautizados, el único remedio es hacerse cristianos e hijos de Dios y de la Santa Iglesia por el bautismo.

P. ¿Qué entendéis por la Santa Iglesia?

R. La congregación de todos los fieles cristianos, cuya cabeza es Jesucristo, y su vicario en la tierra el Papa Santo de Roma.

P. Y si son bautizados, han tornado a pecar, ¿qué han de hacer para no ser condenados?

R. Confesar sus culpas al sacerdote, arrepintiéndose de ellas.

P. ¿Y haciendo eso serán salvos?

R. Sí, serán, si permanecen en cumplir los mandamientos de Dios y de la Santa Iglesia, que son: Sr amar a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo.

3. DOCTRINA CRISTIANA

 Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 El Pater Noster. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea el tu nombre. Venga anos el tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros las perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos, del mal. Amén.

El Ave María. Dios te salve, María, llena de gracia: El Señor es contigo. Bendita tú entre las mujeres. Y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Virgen Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.

El Credo. Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Y: en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que fue concebido por Espíritu Santo y nació de la Virgen María. Padeció so el poder de Poncio Pilatos. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos y al tercero día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos y está asentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso. Desde donde vendrá, a juzgar los vivos y los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, la remisión de los pecados; la resurrección de a carne y la vida perdurable: Amén.

 La Salve. Sálvete Dios, Reina y madre de misericordia. Vida, dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos .de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, .pues, .abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto bendito de tu vientre. ¡OH clemente! ¡Oh,  piadosa! ¡OH dulce Virgen María! Ruega por nos, Santa Madre de Dios. Que seamos

 Los Artículos de la Fe. Son catorce Los siete pertenecen a la divinidad, y los otros siete a la santa humanidad de Nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y hombre.

 Los que pertenecen a la Divinidad son éstos: El primero; creer en un solo Dios todopoderoso. El segundo: creer que es Padre. El tercero: creer que es Hijo. El cuarto: creer que es Espíritu Santo. El quinto: creer que es creador. El sexto: creer que es salvador. El séptimo: creer que es glorificador.

 Los que pertenecen a la Santa Humanidad de Nuestro Señor Jesucristo, son éstos: El primero: creer que Nuestro Señor Jesucristo; en cuanto hombre, fue concebido por Espíritu Santo. El segundo: creer que nació del vientre virginal de la Virgen Santa María, siendo ella virgen antes del parto y en el parto. Y después del parto. El tercero: creer que recibió muerte y pasión para salvar a nosotros pecadores. El cuarto: creer que descendió a los infiernos y sacó las ánimas de los santos padres, que estaban esperando su santo advenimiento. El quinto: creer que resucitó al tercero día. El sexto: creer que subió a los cielos, y se asentó a la diestra de Dios Padre todopoderoso. El séptimo: creer que vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos (es a saber) a los buenos, para darles gloria, porque guardaron sus mandamientos; y a los malos, pena perdurable, porque no los guardaron.

Los Mandamientos de la Ley de Dios Son diez: los tres primeros pertenecen a la ley de Dios y los otros siete, al provecho del prójimo.

El primero: amarás a Dios sobre todas las cosas. El segundo: no jurarás su santo nombre en vano. El tercero: santificarás las fiestas. El cuarto: honrarás a tu padre y madre. El quinto: No matarás. El sexto: no fornicarás. El séptimo: no hurtarás. El octavo: no levantarás falso testimonio. El noveno: no desearás la mujer de tu prójimo. El décimo: no codiciarás las cosas ajenas.

Estos diez mandamientos se encierran en dos: amarás a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo.

 Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia El primero: oír misa entera los domingos y fiestas de guardar. El segundo: confesar una vez en la Cuaresma o antes, si ha o espera haber peligro de muerte, o si ha de comulgar. El tercero: comulgar de necesidad por Pascua Florida. El cuarto: ayunar cuando lo manda la Santa Madre Iglesia. El quinto: pagar diezmos y primicias.

 Los Sacramentos de la Santa Madre Iglesia son siete: El primero: bautismo. El segundo: confirmación. El tercero: penitencia. El cuarto: comunión. El quinto: extremaunción. El sexto: orden sacerdotal. El séptimo: matrimonio.

 Las Obras de Misericordia son catorce: las siete corporales y las siete espirituales

Las corporales son éstas: Visitar los enfermos. Dar de comer al que ha hambre. Dar de beber al que ha sed. Redimir al cautivo. Vestir al desnudo. Dar posada al peregrino. Enterrar los muertos.

 Las espirituales son éstas: Enseñar al simple que no sabe. Dar consejo al que lo ha menester. Castigar al que ha menester castigo. Perdonar al que erró contra ti. Sufrir las injurias del prójimo con paciencia. Consolar los tristes y desconsolados. Rogar a Dios por los vivos y por los muertos

 Las Virtudes Teologales Son tres: fe, esperanza, caridad:

 Las Virtudes Cardinales Son cuatro: prudencia, justicia, fortaleza, templanza.

 Los Pecados Capitales Son siete: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, acidia.

 Los Enemigos del Alma Son tres: el mundo, el demonio y la carne

 Los cuatro Novísimos Cuatro cosas son las que el cristiano ha de tener siempre en la memoria, que son: muerte, juicio, infierno y gloria.

 La Confesión General Confiésome a Dios todopoderoso, y a la bienaventurada siempre. Virgen María, y al bienaventurado San Miguel Arcángel, y al bienaventurado San Juan Bautista, y a los Santos Apóstoles, San Pedro y San Pablo, y a todos los Santos. Y a vos, padre, que pequé mucho con el pensamiento, con la palabra y con la obra. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, y al bienaventurado San Miguel Arcángel, y al bienaventurado San Juan Bautista, y a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, y a todos los Santos y a vos, padre, que roguéis por mí al Señor Dios Nuestro.