viernes, 13 de diciembre de 2019

¡Sor Nilda que estás en los cielos! Hermana de la Caridad del Cardenal Sancha

¡Sor Nilda que estás en los cielos!

 

Querida Hermanas Sor Nilda:

No termino de creérmelo, pero es cierto. Tú, la movida hermanita de la Caridad del Cardenal Sancha, superdinámica, superpilas, ya estás en la presencia del Padre. Acabo de despedirte en el velatorio de la parroquia de San Miguel Arcángel, te he acompañado con tus hermanas de congregación, tus familiares, tu gran familia del colegio, padres, profesores, alumnos…La Virgen de Guadalupe de la que eras tan devota te llamó y te llevó consigo y con su Hijo. Hoy sábado vuelas a Arequipa para descansar en la tierra que te vio nacer.

Parece que fue ayer cuando me invitaste con Leo a dirigir el Retiro a tus jóvenes que culminaban sus estudios y quisiste darles el mejor regalo: dos días de encuentro consigo mismos y con Jesús, su Creador y Redentora.

Después de dos años me avisaron que estabas internada en la Clínica Stella Maris. Seguías siendo el entusiasmo en acción, enamorada del Señor, celosa de tus jóvenes, pero sorprendida por la intempestiva cruz; pocos días después se te dictamina un agudo cáncer; sólo me ha tiempo a conversar por teléfono; hoy recibo la noticia de tu partida. Busco la crónica resumida de aquel fin de semana y lo comparto como gratitud por el bien recibido por tu vida donada a los demás. Ya has comenzado a vivir la Navidad Eterna, que seas muy feliz y que nos encomiendes ante la Madre y el Señor.

 

José Antonio

 

RETIRO ADOLESCENTES LIMA, OCTUBRE 2017

¡TAMBIÉN LOS ADOLESCENTES ARMAN LÍO DESDE EL SILENCIO!

Breve crónica de un Retiro de Fin de Semana en Lima Norte

He pasado un fin de semana de Retiro (Ejercicios Espirituales) con 29 adolescentes de un Colegio "Fe y Alegría" de la zona de Pachacútec-Ventanilla, diócesis del Callao. Hemos intentado que sea en silencio; para ellos ha sido riguroso, para el equipo coordinador (Sor Nilda, religiosa coordinadora de pastoral y su profesora de religión; Leo, militante, y servidor) una aproximación satisfactoria.

 Me siento obligado a dar gracias al Señor por muchos motivos:

Primero, por brindarme la oportunidad de compartir lo más grande para un cristiano, nuestra vida en Cristo.

Segundo, por constatar que hay instituciones en la iglesia como las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha que viven muy comprometidas con los jóvenes que viven como en este caso en las periferias existenciales (no solo geográficas sino en medio de familias necesitadas), a través de la enseñanza y el programa de confirmación.

Tercero, por trabajar en equipo, el Movimiento Santa María ha colaborado en la dirección del Retiro, a mitad del programa catequético; un militante ha sido el coordinador de la actividad, un sacerdote pudo prepararles para la confesión y confesar a todos, servidor, responsable de las charlas y de hablar personalmente).

Cuarto, por experimentar que los adolescentes no son un problema y no hay que tenerles miedo, son un tesoro por pulir y custodiar.

Quinto, por la oportunidad de dedicar dos días a los jóvenes, la mayor riqueza de la Iglesia en general y del Perú en particular. Esto significa olvidarse de uno mismo y darse por entero, experimentar que la gracia fluye cuando le abrimos paso, que la juventud sigue deseando que se le exija para poder darlo todo. Cuando uno es testigo de tremendas realidades, de situaciones familiares extremas, se da cuenta de que lo mejor es estorbar lo menos posible, amar hasta el extremo, pedir como un pobre de Yahvé, abandonarse en el Señor y decirle a Nuestra Madre: ¡Totus tuus! Ruega por nosotros, tus hijos.

¡Si viesen la reunión final en la que fueron contando sus experiencias! ¡Cuántas vivencias, cuántas gracias, cuántos propósitos! Qué regalo ver a esta muchachada llenarse de la gracia de la confesión y recibir a Jesús en la Eucaristía...

Siempre que pude les conté gestos del Papa Francisco, les compartí sus textos. Me sentí contento por saber que el Papa lo estaría si viese sus semblantes. Él ama a los jóvenes, dialoga con ellos, les desafía a "hacer lío", a comprometerse. Termino con este significativo texto, tomado de su mensaje a los jóvenes de Colombia, del pasado 7 septiembre 2017, y donde les invita a soñar en grande, como nuestros adolescentes del Retiro: 

Queridos hermanos y hermanas: Dios nos ama con corazón de Padre y ese es el principio de esta alegría. El fuego del amor de Jesús hace desbordante ese gozo, y es suficiente para incendiar el mundo entero. ¡Cómo no van a poder cambiar esta sociedad y lo que ustedes se propongan! ¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande! A ese sueño grande yo hoy los invito. Por favor no se metan en el chiquitaje, no tengan vuelos rastreros vuelen alto y sueñen grande. Ustedes, los jóvenes, tienen una sensibilidad especial para reconocer el sufrimiento de los otros; ustedes se dan cuenta en seguida. Los voluntariados del mundo entero se nutren de miles de ustedes que son capaces de resignar tiempos propios, comodidades, proyectos centrados en ustedes mismos, para dejarse conmover por las necesidades de los más frágiles y dedicarse a ellos.  Pero también puede suceder que hayan nacido en ambientes donde la muerte, el dolor, la división han calado tan hondo que los hayan dejado medio mareados, como anestesiados: por el dolor, por eso yo quiero decirles, dejen que el sufrimiento de sus hermanos colombianos los abofetee y los movilice. Ayúdennos a nosotros, los mayores, a no acostumbrarnos al dolor y al abandono, los necesitamos. Ayúdennos a esto a no acostumbrarnos al dolor y al abandono.

https://jabenito.blogspot.com/2017/11/fwd-retiro-adolescentes-lima-octubre.html

jueves, 5 de diciembre de 2019

FRAY MARTÍN DE MURÚA, EL MERCEDARIO VASCO QUE DIO COLORIDO AL MUNDO ANDINO CON UNA OBRA QUE NOS CAUTIVA

Murúa, Martín de. Guipúzcoa, s. XVI – España, s. XVII. Religioso mercedario (OdeM), historiador.

Casi toda la reconstrucción de su vida se ha hecho expurgando lo que él mismo dice sobre sí mismo en sus manuscritos, pues hasta el momento son muy pocas las fuentes ajenas a su obra que den testimonios de su existencia. De aquí que se ignore la fecha de su nacimiento y de la muerte, así como todo lo relativo a su familia.

De una afirmación que hace en su manuscrito más temprano sobre ser natural del mismo sitio que el patriarca Ignacio de Loyola, se ha supuesto que es de la provincia de Guipúzcoa, aunque nadie puede precisar de qué población. Sujeto a confirmación, algunos historiadores contemporáneos suponen que pudo llegar al Perú en 1577 con otros mercedarios que salieron de Madrid y Sevilla. Para entonces ya debía de haberse ordenado como sacerdote mercedario, pues la fuente para su llegada al Perú parece ser una lista existente en el Archivo de Indias de Sevilla de los sacerdotes mercedarios que se embarcaron para ese país.

Monseñor Severo Aparicio (1994: 47) le atribuye haberse desempeñado como doctrinero en San Salvador de Capachica, en el corregimiento de Paucarcolla, en 1580. Asimismo, un documento fechado el 7 de noviembre de 1595, que se conserva en el archivo de los mercedarios de Cuzco, da cuenta de que a la sazón era procurador del Convento de Nuestra Señora de la Merced de Cuzco y, como tal, representa los intereses de su Orden en relación con unas tierras que poseía en Curahuasi.

El siguiente hito cronológico sobre su vida es que hacia 1600 se desempeñó como procurador del Convento de los mercedarios en Arequipa y que, estando en esta ciudad, el 18 de febrero presenció y describió minuciosamente los estragos que produjo la erupción del volcán Huaynaputina. Luego se puede deducir, a través de algunos relatos recogidos de la de Felipe Guaman Poma y de otros documentos que permanecen en el Archivo de la Nación del Perú, que entre 1604 y 1610 ejerció de comendador de la Orden Mercedaria en el Convento de la provincia de Aimaraes y que mientras se desempeñó como corregidor de la zona Alonso de Medina, posiblemente se produjeron las desavenencias entre este cronista indio y el mercedario, lo que los llevaría a un rompimiento radical (Ossio, 2004: 56).

De las distintas cartas de apoyo que recibe para la publicación de la versión final de su obra se puede inferir que, siendo elector de la Orden Mercedaria y comendador y cura de Huata, por el 25 de agosto de 1611 estuvo en Ylabaya y que luego, en septiembre, pasó a La Paz. Un año más tarde otros tres lectores de su obra sugieren que está en La Plata. En 1613, tres cartas lo situán en Potosí. Finalmente, una penúltima carta da su apoyo al libro desde Madrid en 1615 y por último la autorización de la Corona Real, también otorgada en Madrid, tiene como fecha el 28 de abril de 1616. Estas dos cartas postreras sugieren que Murúa llegó a retornar a España llevando su manuscrito, pero que a pesar de haber logrado todas las autorizaciones para la publicación, quedó inédito hasta que, en 1962, comenzó a publicarlo su descubridor, Manuel Ballesteros Gaibrois.

Fray Martín de Murúa tiene la peculiaridad de ser el único cronista sobre el pasado incaico de fines del siglo XVI y principios del XVII que cuenta con dos manuscritos ilustrados a color, escritos con una diferencia de unos dieciséis o más años, de los cuales uno devino en borrador y el otro la versión en limpio que debía ir a la imprenta. El primero tiene como título y lleva en su portada como fecha el año de 1590 y el otro se denomina y consigna en un sitio semejante al anterior, aunque tachado, el año de 1613. Además la importancia de la obra es realzada porque es coetánea y está emparentada con la otra gran crónica ilustrada sobre la misma realidad, que escribió el cronista indio Felipe Guaman Poma de Ayala. Esta es que al parecer también empezó a escribirse en la última década del siglo XVI y se concluyó entre 1613 y 1615. Lo más asombroso del caso que estos paralelismos no son una mera coincidencia. Existe evidencia contundente de que los cronistas se conocieron y hubo entre ambos una estrecha colaboración que luego acabo en ruptura. Esto último se advierte sobre todo en el manuscrito más temprano del sacerdote, donde se puede apreciar que gran parte de los dibujos son coincidentes en el estilo con los que ofrece Guaman Poma y que esconde una estructura e innumerables datos que son muy parecidos.

Para el estudio de la construcción de las crónicas sobre la realidad indígena y el desarrollo del arte figurativo colonial de los indígenas, esta trilogía de manuscritos tiene la virtud de permitir elaborar una secuencia donde la crónica de Guaman Poma representaría un extremo indígena, la versión final de Murúa un extremo occidental y el manuscrito temprano una instancia intermedia.

El contenido de los dos manuscritos de Murúa sugiere que su autor es un sacerdote apasionado por el conocimiento de la cultura andina, pero sobre todo por aquello que resulta ingenioso y con un atractivo estético. Más que un científico sobrio pareciera un hombre sensual que se solaza imaginando a vírgenes del sol que se pasean desnudas o describiendo las pantorrillas gruesas de las indígenas. Un relato oral sobre los amores prohibidos de una de estas vírgenes con un pastor lo llevan a consignarle varias páginas y dibujos. El manejo de los quipus le produce una gran admiración, así como la habilidad que muestran los andinos en el arte textil. Tal es su interés por este último, que, luego de su rompimiento, Guaman Poma, para desprestigiarlo, lo dibuja golpeando con un palo a una india que está tejiendo.

El apego a la tradición indígena es mucho más evidente en la versión temprana que en la tardía, aunque ninguna está exenta de numerosos plagios de historiadores contemporáneos. La primera, que por honrar a su actual dueño se la llama "Manuscrito Galvin", tiene casi la mitad de folios que la segunda, pero ambas siguen una misma organización en libros y capítulos. Se diferencian en que la que devino en borrador tiene cuatro libros y enfatiza las costumbres e instituciones de los Incas, mientras que la destinada a ser publicada sólo tres y le da un mayor peso a la reconstrucción de la historia de los Incas hasta la decapitación de Túpac Amaru I por orden del virrey Francisco de Toledo.

Estos dos manuscritos están en la actualidad fuera del Perú. La Historia del origen y genealogía real de los Reyes Incas del Perú, hechos, trajes, y maneras de gobierno se encuentra actualmente en Dublín, República de Irlanda, en manos del coleccionista Sean Galvin, mientras que la Historia general del piru Origen y descendencia de los Yncas donde se trata así de las guerras civiles suyas como de la Entrada de los españoles descripción de las ciudades y lugares del con otras cosas notables, después de haber estado en la manos del duque de Wellington desde 1814 hasta 1979, se ubica ahora en el Centro Getty de California. La primera fue estudiada por primera vez por el historiador español Marcos Jiménez de la Espada el año 1879 en Poyanne. Luego desapareció y Juan Ossio la redescubrió en 1996 y la difundió en una edición facsímil en el 2004. Antes sólo se conocía una copia de este documento que existe en el convento de los jesuitas de Azpeitia, de la cual se hicieron varias ediciones siendo la mejor una que preparó el jesuita Constantino Bayle en 1946. Aquella que se encuentra en el Centro Getty fue descubierta en 1950 por Manuel Ballesteros Gaibrois que la sacó a luz entre 1962 y 1964.

 

Obras de ~: Historia del origen, y genealogía Real de los Reyes ingas del Pirú. De sus hechos, costumbres, trages, y manera de gobierno, colección privada de Sean Galvin, 1590 (Historia general del Pirú. Origen y descendencia de los Yncas. Donde se trata, así de las guerras civiles suyas, como de la entrada de los españoles, descripción de las ciudades y lugares del, con otras cosas notables, The J. Paul Getty Museum, Ms. Ludwig XIII 16, 1613; Origen e historia de los Incas, M. González de la Rosa, Lima, Imprenta Nacional de Federico Barrionuevo, 1911; Historia de los Incas Reyes del Perú, anotaciones y concordancias con las Crónicas de Indias por Horacio H. Urteaga, biografía del padre Morúa por Carlos A. Romero, Lima, Sanmartí, 1922-1925, 2 vols., Colección de Libros y Documentos Referentes a la Historia del Peru 4 y 5, segunda serie; Historia del origen y genealogía real de los reyes Inças del Perú. De sus hechos, costumbres, trages y manera de gouierno, intr., notas y arreglo por C. Bayle, S.J., Madrid, Instituto de Santo Toribio de Mogrovejo, Consejo Superior de Investigaciones Científicas [CSIC], 1946, Biblioteca "Missionalia Hispanica"; Los orígenes de los Inkas, ed. y est. bio-bibliográfico por R. Porras Barrenechea, Lima, Francisco A. Loaysa,. Domingo Miranda, 1946, col. Los Pequeños Grandes Libros de Historia Americana, serie 1, t. 11; Historia general del Perú, origen y descendencia de los Incas..., pról. del Excmo. Sr. Duque de Wellington y Ciudad Rodrigo, intr. y notas de M. Ballesteros-Gaibrois, Madrid, Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, CSIC, 1962-1964, col. Joyas Bibliográficas, Bibliotheca Americana Vetus 1-2); Historia general del Perú, ed. de M. Ballesteros, Madrid, Historia 16, 1986, Crónicas de América, 35; Historia del origen y genealogía real de los reyes Ingas del Pirú de sus hechos, costumbres, trajes, y manera de gouierno. 1590, en Códice Murúa. Historia y genealogía, de los reyes Incas del Perú del padre mercedario fray Martín de Murúa, Códice Galvin, ed. facs., Madrid, Testimonio Compañía Editorial, 2004, vol. 1 y vol. 2, págs. 73-258 [transcr. de Juan M. Ossio]).

 

Bibl: J. M. Ossio, "Una nueva versión de la crónica de Fray Martín de Murúa", en Revista del Museo Nacional (Lima), t. XLVI (1980); "Expresiones Simbólicas y Sociales de los Ayllus Andinos. El Caso de los Ayllus de la Comunidad de Cabana y del antiguo Repartimiento de los RucanasAntamarcas, en Castelli, Koth de Paredes y Mould", en Revista del Museo Nacional (1981), S. Aparicio, "Los Mercedarios en la evangelización del Perú (siglos XVI-XVIII)", en Analecta Mercedaria, vol. 13 (1994), págs. 7-132; J. M. Ossio, "El original del manuscrito Loyola de Fray Martín de Murúa", en Colonial Latin American Review, 7, n.º 2 (1998) págs. 271-278; "Tras la huella de Fray Martín de Murúa", en Harvard University, 29 de abril de 1999; "Tras la Huella de Martín de Murúa", en Revista del Museo Nacional (Lima), n.º XLIX (2000), págs. 433-454; "Guaman Poma y Murúa ante la tradición oral andina", en Iconos, 4 (2000-2002), págs. 44-57; "Introducción", en M. de Murúa, Historia del origen y genealogía..., op. cit., 2004; www.kb.dk/elib/mss/poma/docs/ossio/1998/index.htm; www.fas.harvard.edu/~icop/juanossio.html.

 

Juan M. Ossio Acuña

martes, 3 de diciembre de 2019

NICOLÁS AYLLÓN, EL SAN JUAN DIEGO PERUANO

VARGAS UGARTE, Rubén, SJ. Vida del Siervo de Dios Nicolás Ayllòn o por otro nombre Nicolás de Dios, natural de Chiclayo

3ª edición, noviembre 2018, 115 PP.

La novedad de esta edición se relata en la nota inicial "prólogo del editor" escrita por el Padre Ernesto Rojas Ingunza Postulador de la Causa quien nos comparte que se "trata de una obra corta, sencilla y asequible, que refleja la riqueza del personaje, y que es capaz de atraer la atención y el afecto sobre su figura". Para ello "se ha procurado adaptar las expresiones originales correspondientes a modos hoy extraños, ya en desuso y que originarían confusiones y dificultad en la lectura, respetando lo más posible el texto y su sentido" (p.17).  En el empeño ha contado con la ayuda de Rafael Sánchez-Concha historiador y experto en la materia.

El libro fue publicado en 1964, en Buenos Aires, y reeditado en el 2007. Como era habitual en el P. Vargas, y afirma en el prólogo, se nutrió de las fuentes más solventes, en este caso el proceso de beatificación custodiado en el Archivo Arzobispal de Lima, así como la vida del P. Bernardo Sartolo (Madrid 1684), los "Apuntes sobre la india del indio de Chiclayo" de 1679 del archivo del Monasterio de Jesús, maría y José; los escritos de la esposa de Nicolás, María Jacinta, acerca del origen del recogimiento. Pretende el autor y lo logra ser conciso y ameno para captar la atención del lector y hacer la obra accesible a todos.

El libro se articula en 18 capítulos, los primeros 14 dedicados a la vida, el 15 a su glorificación con motivo de morir en olor de santidad, los 16 y 17 a la fundación de la capilla y monasterio y el 18 a la causa de beatificación. El apéndice contiene 8 documentos: su partida de bautismo, partida de matrimonio de Nicolás y María Jacinta, el edicto inquisitorial prohibiendo el libro del P. Sartolo, carta del Consejo Supremo de la Inquisición de 1713, carta del virrey Duque de la Palata y la Audiencia de Lima solicitando al Rey la fundación de Monasterio en el Recogimiento, Real Cédula de licencia como Monasterio de Capuchinas en 1698, carta de los indios nobles del Cuzco al Rey en 1706 solicitando su beatificación, representación de los indios de Lima al Arzobispo para que se retome la causa de beatificación

En cómodo formato de bolsillo, claridad de impresión y buenas fotos, aseguran la buena acogida y difusión. Felicitaciones

 

Les comparto la síntesis que incluí en mi obra "Peruanos ejemplares" así como el buen reportaje en EL PERUANO.

 

Nicolás de Dios Ayllòn (1618-1677)

Nicolás Puicón Faxollen fue un indio mochica natural de Chiclayo, educado por los franciscanos, en particular por el Padre Fray Juan de Ayllón que le protegió y le dio su propio apellido como muestra de afecto. Con él viajó a Lima para vivir en el convento de San Francisco donde se dio a la oración. Antes de los 21 años, edad a la que contrajo matrimonio con la india María Jacinta, había tenido un hijo natural de una joven mestiza. Después de este suceso ejerció como sastre en Lima dedicándose a la práctica de obras de caridad como un nuevo buen samaritano. Para cumplir con el cometido de asistir a los enfermos creó el Hospital de Santa Ana. Además, fundó el asilo de Jesús María con capacidad para 12 muchachas pobres a las que atendió con su mujer, una mestiza mundana a la que hizo mudar de vida gracias a su acción caritativa pues cuidaba mujeres pobres en su propio hogar. Fueron tantas las ocupaciones que su amiga sospecharon que poseía don de la ubicuidad y fue muy respetado por su papel de defensor de indios y negros frente a los poderosos. A su muerte, en 1677 se inició un proceso para elevarlo a los altares, pero para su desgracia el heresiarca Ángela Carranza mencionó en una de sus visiones al indio Nicolás Ayllón, por lo que la causa fue detenida. Hoy, la casa se ha convertido en monasterio de Jesús María, para doncellas españolas e indígenas, bajo la estricta regla capuchina.

 

https://elperuano.pe/noticia-un-siervo-dios-nicolasayllon-45345.aspx

RUMBO A LOS ALTARESNICOLÁS AYLLÓN

Un siervo de Dios NicolásAyllón

Un movimiento laico y clerical impulsa la canonización del chiclayano Nicolás Ayllón, un hombre caritativo de la Lima del siglo XVII.

Nace en Chiclayo (Lambayeque) el 4 de marzo de 1632 con el nombre de Nicolás Puicón Faxollen. Sus padres fueron prominentes miembros de la etnia moche. En su niñez, vive bajo la tutela del padre franciscano Juan de Ayllón, quien lo instruyó en los saberes del catolicismo.

 

Marcelino Aparicio maparicio@editoraperu.com.pe

Las tierras norteñas forjaron su temperamento. Visita en reiteradas ocasiones la opulenta Zaña, urbe, por entonces, de majestuosos conventos y templos. La mítica ciudad desaparecería en 1720, producto de las inundaciones.

Siendo un inquieto adolescente se traslada a Lima con don Juan de Ayllón. Antes de viajar adopta el apellido de su protector. En la capital, Nicolás Ayllón vive en el convento de San Francisco, donde consolida su formación católica.

Como buen descendiente de moches, maneja con destreza los tejidos de algodón y rápidamente se convierte en el preferido de la corte limeña, que le encarga vistosos trajes.

No le puede ir mejor a Nicolás. Instala un taller de sastrería, aunque la nostalgia por su lejano Chiclayo lo atormenta. La Lima de aquellos tiempos era acogedora y el joven moche rápidamente se acostumbra a la ciudad, siempre llena de calesas jaladas por robustos percherones.

Medicina para el alma
Con lo que gana compra alimentos y medicinas para asistir a los hambrientos que deambulan por Lima. Con frecuencia se le ve en los hospitales de Santa Ana y de la Caridad llevando medicinas a los enfermos y socorro espiritual.
En 1653, desposa a María Jacinta Montoya con la que vive ocho años y luego, movidos por la intensa vida espiritual, deciden vivir célibes.
En aquel tiempo compra un pequeño terreno en el barrio de San Diego, actualmente ubicado en el cruce de Camaná y Moquegua. Hacia 1713, en este recinto urbano construyen el monasterio Jesús, María y José.
Se convierte en hombre de oración y la templanza gobierna sus actos. Hasta la humilde morada llegan indígenas desposeídos, españoles empobrecidos y todo aquel que busca ayuda.
Su fama crece a raudales. "La sociedad limeña lo reconoce como un santo varón que hace de su vida un apostolado. La gente capta en él algo excepcional", se lee en las crónicas de la época. Logró que las iglesias capitalinas oficiarán misas para indígenas y esclavos en horario especial.

El retorno
Viaja a Chiclayo a las exequias de su padre. Cuando retorna la embarcación casi naufraga, y Nicolás Ayllón siente la presencia de la Virgen María.
Este hecho lo marcaría por siempre. A partir de entonces convirtió su casa en hogar de recogimiento para doncellas pobres y huérfanas.
Murió el 7 de noviembre de 1677, a los 45 años. A los funerales asiste el virrey, don Baltasar de la Cueva Henríquez, conde de Castellar. Lo secundan las altas autoridades, criollos, mestizos, negros y mulatos.

Devoción
En mayo de 1699 comenzó su proceso de beatificación y canonización, llegando a la Congregación para las Causas de los Santos, en El Vaticano. Pero el expediente no llega a buen puerto. Actualmente, el caso está en proceso de reactivación. Para promoverla hay que demostrar dos cosas: la santidad de vida de Nicolás y demostrar que existe una devoción vigente.
"Fue un hombre común y corriente, un laico que ayudó al prójimo. Fue un ejemplo para los limeños de la época", refiere el sacerdote Ernesto Rojas Ingunza, postulador de la causa.
Para Rojas Ingunza, este proceso de canonización demuestra que cualquier cristiano puede ser santo. "No se necesita ser sacerdote para llegar a los altares", remarca. Nicolás fue un peruano ejemplar, indígena, laico, padre de familia y vecino caritativo.
"Nicolás hizo el bien por inspiración divina", nos dice la hermana María Francisca, del monasterio Jesús, María y José. Sus restos yacen enterrados en este recinto del centro de la capital, desde 1853.
Cuando salimos del local, dejamos a las hermanas clarisas capuchinas orando por la beatificación de Nicolás Ayllón. Que así sea.

Nicolás fue un peruano ejemplar, indígena, laico, padre de familia y vecino caritativo.

 

Cuentan con una atractiva y dinámica web con útiles informaciones acerca de su vida, obra y todo el proceso de beatificación

https://www.facebook.com/pg/Siervodedios.Nicolas.Ayllon/posts/.