lunes, 30 de abril de 2018

"Recibir a Cristo: Los Sacramentos", P. Carlos Rosell De Almeida

 Rector de la Universidad Católica San José es autor de nuevo libro sobre los Sacramentos

·        Obra es editada y distribuida por Comisión Episcopal de Liturgia del Perú

·        Se trata de la cuarta publicación del P. Carlos Rosell de Almeida para la Comisión

Lima, abril de 2018.- Desde la Comisión Episcopal de Liturgia del Perú, nos llega una síntesis de las enseñanzas que nos brinda el Catecismo de la Iglesia Católica sobre cada uno de los siete sacramentos: el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Penitencia, la Unción de los enfermos, el Orden y el Matrimonio. En ella, el autor P. Carlos Rosell de Almeida, Rector de la Universidad Católica San José, nos habla sobre las nociones generales de cada uno de ellos, nos dice cuáles son sus fundamentos bíblicos, cuáles son sus propiedades y fines.

Asimismo, escribe sobre cómo se celebra cada sacramento, nos habla del sujeto y del ministro, y también de los efectos. Nos enseña que cada uno de los sacramentos es un verdadero encuentro con Dios.

En palabras del autor, "Cristo no es un personaje del pasado. Al contrario, es una persona viva que hoy sigue actuando y comunicándonos la salvación. En verdad, hoy podemos tener un profundo encuentro con Jesucristo, único Salvador del mundo, sobre todo cuando participamos de los sacramentos que son los canales por donde nos viene la gracia".

De esta forma, siguiendo un esquema claro y sencillo, nos proporciona un breve resumen que da luces sobre lo que significa para el católico cada sacramento, una verdadera ocasión para recibir a Cristo, dado que los sacramentos son signos sensibles eficaces instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia mediante los cuales se nos comunica la gracia, esa gracia que necesitamos para llevar una auténtica vida cristiana.

Lo que buscamos a través de estos textos es brindar un sencillo aporte a todas aquellas personas que siguen a Cristo y, por ello, lo reciben a través de esos signos visibles que son los sacramentos. Al conocer más sobre los sacramentos, el católico sabrá cómo y dónde encontrar a Cristo, concluye el rector de la Universidad Católica San José.

Rocío Angulo 

lunes, 23 de abril de 2018

Fray Lino Dolan Kelly OP (+) Descanse en paz. Homilía Padre Provincial

http://radiorsd.pe/noticias/duelo-sacerdote-dominico-lino-dolan-misionero-en-chimbote-por-mas-de-30-anos-descansa-en

Muy querido en Chimbote, donde realizó su misión pastoral durante más de 30 años, fray Lino Dolan Kelly OP fue un misionero dominico que supo contemplar y comunicar a Dios con su testimonio de vida. Un hombre de oración y estudio, de profunda sensibilidad religiosa y social, comprometido con los más pobres. Así lo definió hace algunos años el padre Héctor Herrera, su amigo y hermano de comunidad. Esta mañana el muy querido padre Lino partió al regazo del Señor.  

Tenía 84 años de edad y en breve iba a cumplir 58 años de vida sacerdotal. Una enfermedad lo aquejaba desde hace algún tiempo. Por ello, de la parroquia "Santa Rosa de Lima", en el distrito Leonardo Ortiz, de Chiclayo, donde se desempeñaba como párroco, pasó en sus últimos años al convento "San Alberto Magno", en el distrito limeño de San Miguel, donde era formador de futuros sacerdotes. Allí esta mañana falleció en paz, "siempre con la esperanza cristiana de saber que ahora intercederá ante el Señor por sus hermanos", expresó fray Richard Manrique al confirmar la noticia a RSD. 

Lino Dolan, natural de Providence, Rhode Island (Estados Unidos), se ordenó sacerdote el 16 de junio de 1960 y su primer lugar de misión fue Chimbote. "Su presencia en esta ciudad obedece al llamado del papa Juan XXIII de enviar misioneros a América Latina. La Provincia Dominicana de San José de Nueva York acepta la invitación del nuncio apostólico en el Perú a fundar una misión en Chimbote", narra la periodista Cristina Colmenares en su libro "Huellas de la Iglesia Católica en Chimbote". "(Lino Dolan) Forma parte del primer contingente de frailes dominicos que llegó a Chimbote el 16 de marzo de 1963, contaba con 29 años", agrega el libro.

En Chimbote permaneció por más de 30 años. Aquí fue vicario general de la Prelatura de Chimbote y del Vicariato Dominico de Chimbote. Párroco de las parroquias San José Obrero, San Pedro, Santa Rosa de Lima y Perpetuo Socorro. Director de la Comisión de Justicia Social y del Centro de Intercomunicación Social (Cincos). Amó al Perú y se nacionalizó peruano. "Se preocupó por la educación, la cultura, la justicia, la promoción de la mujer, la formación de la juventud, del caminar de la Iglesia en su cercanía y opción por los pobres", recordó el padre Héctor la vez en que se celebraron en Chimbote los 50 años de vida sacerdotal del padre Lino. "Trabajó arduamente en la Comisión de Justicia Social. Por su inserción en la defensa de la vida y de los derechos humanos, muchas veces fue incomprendido", agregó. 

Lino Dolan fue también tres veces prior provincial de la Provincia San Juan Bautista del Perú. Promovió la formación de vocaciones religiosas y sacerdotales. Orientó y formó varias generaciones de jóvenes. 

"Hoy puedo decir gracias al Señor de la Vida por habernos dado un hermano, amigo y pastor que entregó su vida al servicio de las Iglesias de Chimbote, Chiclayo y a la Orden de Predicadores en Perú. Descansa en paz, fray Lino, gracias por tu aporte a los dominicos de Perú. Tu ejemplo será recordado por muchas comunidades cristianas de laicos", reseñó hoy el padre Héctor, tras dar cuenta en Facebook del sensible deceso del padre Lino. 

Sus restos son velados en la capilla San Martín de Porres del convento "Santo Domingo", ubicada en la cuadra 1 del jirón Camaná, en el Cercado de Lima. La misa de cuerpo presente se realizará este domingo 22, a las 3 de la tarde, en la Basílica del Santísimo Rosario. El sepelio será en el cementerio El Ángel. (RSD Noticias). 

Foto: cortesía Guillermo Martínez


HOMILÍA EN LA MISA FÚNEBRE DE

PADRE LINO DOLAN KELLY, OP

(+20 de abril 2018)

 


"Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas… Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen; igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, yo doy mi vida por las ovejas".

 

Queridos hermanos en Cristo, el buen Pastor que da la vida por sus ovejas, el Camino, la Verdad y la Vida.

 

Hoy, Domingo IV del tiempo Pascual, día de la jornada mundial por las vocaciones, nos hemos reunido para dar gracias al Buen Pastor, que es bueno y misericordioso, por el regalo que ha dado a su Iglesia, dándole un servidor abnegado en el pastoreo del único rebaño: Fr. Lino Dolan Kelly, OP.

 

Fr Lino llegó al Perú como misionero dominico procedente de la Provincia de San José, Estados Unidos, en el año 1962, a la ciudad de Chimbote, donde dedicó la mayor parte de su juventud como fraile. Chimbote había marcado su vocación dominica, destacando su entrega por la pastoral de Justicia y Paz.

 

Desempeñó distintos oficios pastorales: Fue Vicario General de la Prelatura y del Vicariato Dominico de Chimbote; Director de la Comisión de Justicia Social y de CINCOS (Centro de Intercomunicación social) de la diócesis de Chimbote, que duró hasta 1990, primero con Mons. Carlos Santiago Burke, OP., primer Obispo Prelado de Chimbote; Director del semanario "Pido la Palabra"; miembro del directorio de Centro de Comunicación y Promoción Social CECOPROS Santo DOMINGO.

 

Luego se hizo miembro de la Provincia San Martín de Porres de EE.UU, a la que ha estado afiliado hasta sus últimos días.

 

Siendo Diócesis Chimbote, acompañó a Mons. Luis Bambarén, S.J., en todo su trabajo de evangelización, llevando una vida muy enraizada en el Evangelio y optando por servir de manera especial a los más pobres. Fue Párroco de las Parroquias San Pedro Apóstol, San José Obrero y nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

 

Tenemos con nosotros a muchos de sus conocidos de ese lugar, entre religiosos y laicos, testigos de su ministerio, quienes le recordarán como un buen pastor que ha dado la vida por las ovejas del rebaño de Jesús.

 

 

Los frailes de la Provincia Dominicana de San Juan Bautista del Perú, conocedores de la entrega generosa a la predicación de Fr. Lino, en el Capítulo Provincial electivo celebrado en la ciudad del Cusco en enero del año 1994, lo eligieron Provincial. Fr. Lino, luego de consultar con su Provincial, acepta el oficio, el mismo que lo desempeñó por tres periodos consecutivos. Los 12 años dedicados al servicio como Provincial han marcado la vida vocacional y el ministerio de varias generaciones de dominicos que conforman la presencia dominica en el Perú actualmente.

 

Al final de su tercer periodo, voluntariamente pide al Capítulo, celebrado en la ciudad de Arequipa el año 2006, ser asignado a la Casa San Martín de Porres de Chiclayo, donde se desempeña como superior hasta el año 2012 y como Párroco de la Parroquia Santa Rosa de Lima, hasta el Capítulo del 2014, año en el que los frailes piden sus servicios en el Estudiantado, Convento de San Alberto Magno de Lima, lugar desde donde entregará su espíritu en las manos del Padre Dios, un 20 de abril 2018.

 

Éste es el recorrido de nuestro muy amado padre, hermano y amigo Lino Dolan. Un fraile entregado a la predicación en los distintos campos que le tocó según las circunstancias. En su vida de fraile predicador, podemos escuchar la Voz de Jesús que nos relata el Evangelio de hoy: "Yo soy el Pastor que conoce a sus ovejas y que da la vida por ellas".

 

Quisiera destacar en su vida el modo como vivió las características del carisma dominicano:

1.    Vida de oración. Fr. Lino fue asiduo en la oración, tanto en la celebración litúrgica como en la oración personal y en el rezo del Santo Rosario. Le recuerdo, cuando era aún postulante y novicio, paseando por el patio del Convento rezando el Rosario. Y recordamos también haber visto orar en los viajes que nos acompañó mientras éramos formandos: viaje a Quillabamba, Puerto Maldonado, etc., donde él sacaba su Breviario para rezar los salmos que correspondía a la hora. La vida espiritual que quería inculcar a los formandos la practicaba primero él.

2.    Vida Comunitaria y fraterna. Siempre fue puntual a los diferentes actos comunitarios en los conventos donde se encontraba ya sea de visita o asignado. A nivel de Provincia impulsó las reuniones de asamblea y retiros provinciales, actos que se vienen practicando hasta el día de hoy. En estos encuentros, los frailes aprovechan los momentos para compartir la vida como tal, tanto para dialogar de la pastoral que realizan en sus comunidades como orar y reflexionar sobre nuestra vocación. En sus visitas canónicas nos ayudaba a vivir la fraternidad, sobrellevándonos los unos a los otros y aconsejándonos a no dejarse llevar por las habladurías a espaldas de los hermanos.

3.    Estudio. Fr. Lino tuvo un amor por el estudio, amor por la lectura espiritual y de otra índole. Como Provincial trató de que las casas de formación tuvieran al día sus Bibliotecas. Fue profesor, de manera especial para los novicios. Tuvo un gran deseo de crear un estudio propio para los frailes. Incentivó la lectura de la vida de los santos y grandes personajes de la Iglesia y de la Orden.

4.    Predicación. Fr. Lino fue un excelente predicador. Cuando celebraba la Eucaristía, sus homilías nos despertaban el ánimo de seguir adelante, superando las adversidades personales y comunitarias. Siempre fue solicitado para dar retiros espirituales y acompañar a diferentes instituciones en las diferentes celebraciones, ya sean litúrgicas como capitulares. Fue un predicador profético.

 

Querido Fr. Lino. Hoy te decimos adiós, un breve adiós. Nos consuela que el Buen Pastor te tiene ya haciéndote partícipe de los sabrosos pastos que dan vida eterna. Sabemos que desde donde tú estás nos mirarás con ese rostro sonriente, con ojos de fe y confianza en tus hermanos, y nos volverás a hacer repetir aquellas palabras del apóstol san Pablo, cuando nos ayudabas a ejercitarnos para predicar en público: "Yo lo puedo todo con la ayuda de Dios". Sí, Padre Lino, sigue inspirando en tus hermanos a confiar en la ayuda de Dios. Tú lo pudiste todo con la ayuda de Dios. Nosotros también intentaremos poder llevar adelante esta Provincia a la que amaste tanto, con la ayuda de Dios. Te recordaremos como el Padre que se preocupaba por sus hijos mientras eras el Provincial, el hermano mientras vivíamos los diferentes momentos de la vida comunitaria y de oración, el amigo cuando nos escuchabas poniéndote en nuestro lugar, compartiendo nuestras alegrías y nuestras flaquezas, el buen pastor que se dio del todo por aquellos que buscaban a Dios, entre ellos, tus ovejas de la familia dominica y fieles de las parroquias donde ejerciste tu ministerio sacerdotal. Gracias, padre Lino por dejarte amar por todos los que amaste. Intercede por tus hermanos que te conocieron en el Perú en el mundo. De manera especial, ruega a Dios por todos los que estuvieron a tu lado en tus últimos días; entre ellos, los frailes del Convento San Alberto Magno, los amigos que te visitaban desde distintos lugares, la señorita Coraly que te acompañó tanto en el convento como en la clínica. Pide al Buen Pastor que cuide nuestra vocación y nos siga enviando jóvenes que deseen ser buenos pastores gastando su vida por las ovejas del Gran Rebaño, la Iglesia y la Orden. Amén.


CUANDO UNA DIÓCESIS -TOLEDO- SE HACE MISIONERA EN LURÍN Y MOYOBAMBA (PERÚ)

Envíame adonde quieras; y, si conviene, aun a los indios

Francisco José Delgado, el 3.12.17 a las 10:14 PM

San Francisco Javier

Como indica mi breve presentación, he tenido la dicha de ser misionero fidei donum durante seis años. Normalmente no indico que pertenezco a la Archidiócesis de Toledo, porque no quiero que mis posturas personales se confundan con las de la Archidiócesis. Es una precaución que en otros tiempos resultaría absurda, pero no en la situación actual. Hoy, sin embargo, tengo que decir que, efectivamente, como sacerdote diocesano de Toledo pasé mis seis años como misionero en una de las dos misiones diocesanas de Toledo.

Hay que explicarlo un poco. En 1994, el Cardenal D. Marcelo González Martín, verdadera luz de la Iglesia en los oscuros momentos del inmediato posconcilio, tomó la iniciativa de abrir una misión diocesana en la que, como opción preferencial, ni exclusiva ni excluyente, los sacerdotes de Toledo pudieran vivir la dimensión universal de la Iglesia. La iniciativa cristalizó en una colaboración permanente entre las Archidiócesis de Toledo y de Lima, con una presencia de sacerdotes diocesanos de Toledo en una parroquia de Villa el Salvador, uno de los inmensos pueblos jóvenes de los conos de la capital peruana. Cuando partieron los primeros sacerdotes, D. Marcelo escribió una carta pastoral hermosísima titulada Toledo y Lima, diócesis hermanas. Me gustaría mucho poder compartir el texto, pero lamentablemente, aunque estoy haciendo lo posible, soy incapaz de encontrarlo.

Capilla del Seminario Mayor de Lurín

Con el tiempo, Lima se dividió en cuatro diócesis, resultando que las entonces parroquias en las que trabajaban los sacerdotes de Toledo quedaron dentro de la nueva diócesis de Lurín. Allí hemos llegado a estar hasta ocho sacerdotes de Toledo simultáneamente, en tres parroquias, el seminario diocesano y una casa de ejercicios.

Más adelante, se vio la posibilidad de que la Archidiócesis de Toledo asumiera una colaboración permanente en una prelatura misionera, de manera similar a como las congregaciones religiosas asumen territorios de misión en los que la Iglesia aún se está estableciendo. De esta manera surgió la presencia de los misioneros de Toledo en la Prelatura de Moyobamba, en el Departamento de San Martín en Perú. En 2004 la Santa Sede encomendó a la Archidiócesis de Toledo, durante el episcopado del Cardenal D. Antonio Cañizares, el cuidado pastoral de esta prelatura, por la que han pasado ya un gran número de sacerdotes diocesanos. En 2007 Mons. Rafael Escudero fue elegido obispo prelado de Moyobamba. Por Moyobamba han pasado también sacerdotes de otras partes de España, especialmente de la diócesis de Córdoba, que mantiene allí una parroquia de forma permanente.

Capilla del Seminario Menor de MoyobambaLa prioridad del trabajo pastoral en Lurín y en Moyobamba han sido las vocaciones sacerdotales. Particularmente he sido formador durante algo más de un año del Seminario San José de Lurín, del que han salido ya un número considerable de sacerdotes, teniendo en cuenta la juventud de la diócesis. En Moyobamba funcionan el Seminario Menor San Juan Pablo II y el Seminario Mayor San José, del que también han sido ordenados un buen número de sacerdotes.

La necesidad de sacerdotes en Perú, como en la mayor parte de América, es enorme. Se unen dos realidades: la desproporción entre la cantidad de personas y el escaso número de sacerdotes y, simultáneamente, la demanda de atención pastoral de la gente, ansiosa de recibir la Palabra de Dios y los sacramentos. Estoy profundamente convencido de que la realidad histórica de que el Evangelio llegara a América desde España nos hace a los españoles especialmente responsables de la Iglesia americana, y que, al igual que entonces, la Iglesia española puede recibir enormes gracias de la entrega misionera en América, de forma particular.

Seminario Mayor de MoyobambaRecientemente ambas diócesis han pasado por situaciones difíciles parecidas en cuanto a esta necesidad de sacerdotes. En Lurín, el 1 de abril de 2016 fallecía el P. Juan Carlos Marca, con solo tres años de sacerdote, después de una dura enfermedad. En Moyobamba, hace unos días, el 27 de noviembre de 2017, fallecía el P. Alonso Sinarahua, tan solo doce días después de su ordenación sacerdotal.

Hoy he recibido una carta escrita por jóvenes sacerdotes de Moyobamba, con ocasión de la fiesta de San Francisco Javier, patrón de las misiones, y no puedo dejar de compartirla aquí. Creo que después de la introducción que he escrito se entenderá mejor su contenido. Da la casualidad, además, que a inicios de 2013 yo redacté una carta semejante dirigida a los sacerdotes de mi diócesis, aunque tengo que reconocer que no llegué a enviarla. Me ha llamado mucho la atención que estos sacerdotes y yo tuviéramos la misma inquietud, por lo que he decidido añadir mi carta, como un apéndice, a este post. No he querido retocarla, por lo que refleja, quizá demasiado intensamente, mis sentimientos en aquel momento. Espero que mis palabras no ofendan a nadie, pues no es mi intención.

Oremos por las misiones, por los misioneros y la generosidad de los sacerdotes y sus obispos.

Carta de los sacerdotes de Moyobamba

Amado hermano Sacerdote de Jesucristo, nos atrevemos a escribirte para desearte que el Espíritu Santo guíe tu vida entera, y bendiga abundantemente los trabajos que por la salvación de las almas y mayor gloria de Dios estás realizando.

Estos días, en nuestra Iglesia local, hemos estado consternados — un hermano que llevaba 12 días de recibir tan precioso don del Sagrado Sacerdocio falleció de modo inesperado, y otro sacerdote ha sido diagnosticado de cáncer, y está ofreciendo su dolor y sufrimiento por la Iglesia —. En una Iglesia local como la nuestra, que se está estableciendo con dificultad, estos sucesos nos hacen recordar lo que dice el Señor por medio del profeta: «mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos» (Is 55,8).

Todo ello, y sobre todo la constatación de que muchos pueblos se ven privados de la atención de Pastores, convirtiéndose en caldo de cultivo de las sectas — cuya acogida no es sino señal de la sed de Dios en las almas —, nos llevan a tocar la puerta de su corazón, y a pedirle que, al rezar las Palabras de Cristo en el Altar, pida por el aumento de vocaciones sacerdotales, y de un modo especial sacerdotes misioneros para estas tierras. Reconocemos que el impulso misionero lo da el mismo Espíritu Santo, y por ello le pedimos que supliques conjuntamente con nosotros esta gracia.

Nuestro Señor Jesucristo, que ama tanto su rebaño, pues le ha costado su vida, ha ido sacando del adormecimiento y del sueño a tantos consagrados que han depositado la tarea misionera sólo en las espaldas de algunas congregaciones e institutos religiosos. Poco a poco «se está afianzando una conciencia nueva: la misión atañe a todos los cristianos, a todas las diócesis y parroquias, a las instituciones y asociaciones eclesiales» (Redemptoris Missio, 2). Prueba de ello es que algunos sacerdotes se han alistado para la misión, y después de un generoso tiempo de misión en tierras ajenas, han retornado a sus Iglesias locales. Aquí reconocemos la extraordinaria labor que la Diócesis de Toledo está haciendo. Y elevamos nuestra gratitud por los sacerdotes de esta Iglesia que se han desgastado, y por aquellos que lo siguen haciendo, en tierras de misión. A ellos les debemos mucho en Cristo Jesús.

No obstante, nos desconcierta que la tarea misionera ha sido sacada del corazón y de la mente de muchos consagrados, por distintas circunstancias.

Ante esta realidad, y para motivarte a suplicar por las misiones, tomamos las palabras de san Francisco Javier, patrón de las misiones: «Muchos cristianos se dejan de hacer en estas partes, por no haber personas que en tan pías y santas cosas se ocupen. Muchas veces me mueve pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la universidad de París, diciendo en Sorbona a los que tienen más letras que voluntad, para disponerse a fructificar con ellas: ¡cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!». En toda la Iglesia son muchos a quienes les parece ajeno a su condición de sacerdote diocesano la tarea misionera ad gentes.

Éstos, desconocen que la naturaleza del sacerdocio ministerial es estrictamente misionera. «El don espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación no los dispone para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación "hasta los extremos de la tierra" (Hch 1, 8) […] Piensen, por tanto, los presbíteros que deben llevar en el corazón la solicitud de todas las iglesias. Por lo cual, los presbíteros de las diócesis más ricas en vocaciones han de mostrarse gustosamente dispuestos a ejercer su ministerio, con el beneplácito o el ruego del propio ordinario, en las regiones, misiones u obras afectadas por la carencia de clero» (Presbyterorum Ordinis, 10).

Tarea que atañe de modo especial a los sucesores de los Apóstoles, nuestros Obispos: «Incumbe a la Iglesia el deber de propagar la fe y la salvación de Cristo, tanto en virtud del mandato expreso, que de los Apóstoles heredó el orden de los Obispos con la cooperación de los presbíteros» (Ad Gentes, 5). «Su caridad de legítimo sucesor de los apóstoles por institución divina y en virtud del oficio recibido, le hace solidariamente responsable de la misión apostólica de la Iglesia, conforme a la palabra de Cristo a sus apóstoles: "Como me envió el Padre, así también yo os envío" (Jn 20, 21). Esta misión, que tiene que abarcar a todas las naciones y a todos los tiempos (cf. Mt 28, 19-20), no cesó con la muerte de los apóstoles: continúa en la persona de todos los obispos en comunión con el Vicario de Jesucristo» (Fidei Donum, 11). «Todos los Obispos, están consagrados no sólo para una diócesis, sino para la salvación de todo el mundo. […] Creciendo cada vez más la necesidad de operarios en la viña del Señor y deseando los sacerdotes diocesanos, participar cada vez más en la evangelización del mundo, el Sagrado Concilio desea que los Obispos, considerando la gravísima penuria de sacerdotes que impide la evangelización de muchas regiones, envíen algunos de sus mejores sacerdotes que se ofrezcan a la obra misional, debidamente preparados, a las diócesis que carecen de clero, donde desarrollen, al menos temporalmente, el ministerio misional con espíritu de servicio» (Ad Gentes, 38).

Esta solicitud por todas las Iglesias la heredamos también nosotros: «Los presbíteros (…) estén profundamente convencidos que su vida fue consagrada también al servicio de las misiones» (Ad Gentes, 39). Aferrándonos a esta verdad le invitamos a pedir en el Altar por las misiones.

Y si percibe una suave brisa que le empuja a tierras de misión — aunque ya hayas estado en estas brechas por algunos años — no tarde en responder a esta llamada sagrada a configurarse con los Apóstoles, enviados a la misión.

Y si le asalta la idea de responder como el Señor en una ocasión: «Yo no he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Mt 15,24) — o sea mi Iglesia local —, permítenos repetir el gesto cargado de fe de la mujer cananea y pedirte que nos ayudes con tu oración, y si Dios te pide algo más, respondiendo con prontitud y diligencia.

Es más, así como a san Pablo se le presentó en una visión un macedonio (cf. Hch 16, 9-10) para pedirle que le ayude a conocer a Cristo, así nosotros también osamos pedirte «ven a Moyobamba y ayúdanos» — aunque ya estuvo alguna vez por estas tierras —.

Moyobamba 02 de diciembre, vísperas del I domingo de adviento, y de la fiesta de San Francisco Javier, patrón de las misiones.

Atentamente: Augusto César Bernal Gómez, Johnny García Abad, Saulo Vásquez Urrutia, Henry Carrero, Evander Bernardo Cortez, Moisés Pérez.

Apéndice: Mi carta a los sacerdotes de Toledo

Querido hermano sacerdote:

Por si no me conoces, soy Francisco José, uno de los sacerdotes que formamos parte de la misión diocesana de Toledo en la diócesis de Lurín, en Perú. Tengo treinta años y me ordené hace algo más de cinco. Actualmente soy párroco y único sacerdote de una parroquia pequeñita (creo que ya vamos para los 30.000 habitantes) en una de las zonas más pobres de la diócesis.

Te escribo esto para saludarte y para compartir brevemente algo que me brota del corazón. Créeme que voy a intentar ser breve, porque sé que estás ocupado, pero tengo miedo a la vez de que, con tanta brevedad, se malinterprete lo que quiero decir.

El Papa, dentro del año de la fe, nos ha pedido que miremos al Concilio Vaticano II. Cuando me acerqué a sus textos en los años de seminario, recuerdo una frase de Presbyterorum Ordinis, n. 10 que se me quedó grabada. Te la recuerdo: «los presbíteros de las diócesis más ricas en vocaciones han de mostrarse gustosamente dispuestos a ejercer su ministerio, con el beneplácito o el ruego del propio ordinario, en las regiones, misiones u obras afectadas por la carencia de clero». Me vino a la memoria algo que yo no he escuchado de boca de D. Marcelo, pero que me han dicho que repetía con frecuencia: «el sacerdote no se ordena para la diócesis sino para la Iglesia Universal», o algo así.

No hace falta que insista en que eso de «los presbíteros de las diócesis más ricas en vocaciones» se refiere a ti y a mí, sacerdotes de Toledo. Ni en que «las regiones afectadas por la carencia de clero» pueden ser claramente Lurín y Moyobamba. Ni que son incontables las veces que D. Antonio rogó y que D. Braulio ha rogado que te ofrezcas (que todos nos ofrezcamos) para venir a Lurín o a Moyobamba.

No creo que seas de esos que dicen que el Concilio ha corrompido la Iglesia, ni de los que apelando a no sé qué «espíritu» desoyen totalmente los textos conciliares. Por eso, lo que quiero es preguntarme contigo, ¿por qué muchos de los sacerdotes de Toledo no parecen estar «gustosamente dispuestos» a ofrecerse a trabajar en las misiones diocesanas?

Creo que he escuchado ya todas las excusas posibles y no me convence ninguna. Mucho menos esa de que «Toledo es también zona de misión». Yo creo que todavía no, pero al paso que avanza la descristianización puede ser que lo sea pronto. Y no creo que la situación esté mejorando por el hecho de que haya tantos sacerdotes. Me pregunto por qué no hacer caso a la Iglesia y recordar lo que escribía el Beato Juan Pablo II: «En efecto, la misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración y apoyo en el compromiso por la misión universal» (Redemptoris Missio, 2).

Posiblemente en muchos casos hay razones sobradas para no ofrecerse, pero pienso que, probablemente, haya también casos en los que manden la comodidad, la flojera y la falta de ardor evangélico. Tristemente a veces también hay «grupismos» y tonterías que nos hacen perder las fuerzas. Quería traer aquí unas palabras que me han impactado hondo siempre que las he leído:

«Muchos cristianos se dejan de hacer, en estas partes, por no haber personas que en tan pías y santas cosas se ocupen. Muchas veces me mueven pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la universidad de París, diciendo en Sorbona a los que tienen más letras que voluntad, para disponerse a fructificar con ellas: ¡Cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!

Y así como van estudiando en letras, si estudiasen en la cuenta que Dios, nuestro Señor, les demandará de ellas, y del talento que les tiene dado, muchos de ellos se moverían, tomando medios y ejercicios espirituales para conocer y sentir dentro de sus ánimas la voluntad divina, conformándose más con ella que con sus propias afecciones, diciendo: Aquí estoy, Señor, ¿qué debo hacer? Envíame adonde quieras; y, si conviene, aun a los indios».

Como sabes son de S. Francisco Javier, que, sin duda, podría haber hecho mucho bien en esa Europa del barroco, herida por la herejía protestante, quedándose a misionar por nuestras tierras. Pero que prefirió atender a la voluntad de Dios y partir a la misión para el resto de su vida.

Quiero pedirte, de corazón, que pienses seriamente en ofrecerte para la misión. Que pongas tu confianza en el discernimiento del obispo, que te enviará si conviene a la Iglesia y a tu vida sacerdotal. Que aprecies un poco más a los hermanos que estamos aquí; que nos sientas parte de la diócesis y que el espíritu y la disponibilidad misionera sea el alma de la labor que te toca realizar «en casa».

Espero que no sientas que te estoy juzgando o recriminando algo, pues no es mi intención. Pero tenía esto dentro y no sabía cómo compartirlo. Me gustaría poder compartir todavía algo más, la experiencia. Por eso te invito a que vengas a pasar un tiempo aquí. Mi casa está abierta, y estoy seguro que la de todos los demás que estamos en la misión diocesana. Además, me imagino que D. Braulio estará encantado de enviar a quien te pueda suplir en tu parroquia si lo necesitas por el tiempo que vengas.

Te pido, por último, una oración por este mísero sacerdote.

En Cristo Sacerdote. Tu hermano, Francisco José

P. Juan Carlos Marca (+2016)P. Alonso Sinarahua (+2017)
P. Juan Carlos Marca (+2016)
P. Alonso Sinarahua (+2017)

domingo, 22 de abril de 2018

UNA HISTORIA DE AMOR VIVO HACIA NUESTRA MADRE en MAGDALENA

UNA HISTORIA DE AMOR VIVO HACIA NUESTRA MADRE en MAGDALENA

Lo constituye el templo votivo iniciado por el claretiano P. Simón Llovet en el distrito de Magdalena del Mar. Siempre que lo miraba –desde que vine a Lima en 1999- pedía que un día fuese coronado por la imagen del Corazón de María. Por fin –en el 2006- se colocó la bella imagen en fibra de vidrio del artista plástico arequipeño Fredy Luque Sonco. Tantas veces lo había visto inconcluso, que me parecía un sueño; realmente gocé y gozo al contemplarla como clavada en el Cielo; y no pude menos que dar gracias a Dios y al P. Amador Martín del Molino (+), que en su obra "Misioneros Claretianos en el Perú. Cien Años al servicio de la Iglesia" (Delegación del Perú-Misioneros Claretianos, Lima 2009, II) la describe con emoción: "Hoy luce la imagen como faro en nuestra vida con el templo iluminado que permite ser vista en las noches de Lima".

Por dentro, se pueden contemplar imágenes de los más grandes santos marianos como la del que les comparto Santo Tomás de Villanueva (1486-1555), agustino, al recordar el IV Centenario de su beatificación.

http://laabeja.pe/opini%C3%B3n/pinceladas-lime%C3%B1as-marco-antonio-caprist%C3%A1n/702-la-iglesia-del-sagrado-coraz%C3%B3n-de-maria.html


sábado, 21 de abril de 2018

50 años de Fe y Alegría en el Perú. El Maestro un actor fundamental. Lima, 2018

50 años de Fe y Alegría en el Perú. El Maestro un actor fundamental.

 

VILLEGAS, C.QUIRÓS, J. 50 años de Fe y Alegría en el Perú. El Maestro un actor fundamental. Documento Manuscrito Interno Asociación Fe y Alegría del Perú (2018, Lima, 113 pp)

 

 

Acudí con gusto a la presentación de la obra "Fe y Alegría en el Perú. El Maestro un actor fundamental"

A pesar de ser un viernes a las 7 de la tarde, cuando el tráfico en Lima se vuelve caótico y pone al más equilibrado al borde del stress, debo confesar mi sorpresa por la entrañable acogida brindada en la Universidad del Pacífico, incluso a los que como servidor iba por el anuncio en la web. Con la mayor amabilidad me invitaron a servirme un cafetito con surtidos bocaditos, seguidamente forme una cola inferior al minuto pues enseguida una de las anfitrionas me hizo poner mis datos y me dio el libro (pensando en las dos instituciones en las que laboro, UCSS y U.C, San José me atreví a pedirle dos más y con toda generosidad me los concedieron, por lo que estarán en sus bibliotecas a disposición de profesores y alumnos. A continuación saludé a sus directivos; no me conocían pero tan sólo quise agradecerles la oportunidad.

Y enseguida comenzó la exposición por parte de su actual Director P. Miguel Cruzado, SJ, quien se refirió a "Fe y Alegría" como espacio educativa, manera de estar (periferias, pobres, vulnerabilidad, promoción de justicia y solidaridad), lugar de pensamiento (el valor de la práctica y el ejemplo, desde los problemas, a la búsqueda de respuestas, en colectivo, grupal, orientados a la práctica para resolver situaciones).

Seguidamente el P. Juan Cuquerella, SI, nos compartió la viva historia de los colegios de Fe y Alegría en el Perú a lo largo de estos 50 años; su voz emocionada y la fuerza de las imágenes nos transmitió fe, alegría, esperanza.

A continuación el Dr. Ricardo Cuenca –director del IEP- disertó acerca de "La educación en tiempo de desigualdades y las políticas docentes". Se refirió en primer lugar las desigualdades persistentes, luego al pedagogismo educativo que secuestra o, al menos, baja la función social de la educación como se manifiesta en la desatención a la formación ciudadana y la necesidad de la reforma que ponga al docente como protagonista.

Por último, el P. Javier Quirós, subdirector actual de "Fe y Alegría" recordó que "Fe y alegría comienza donde termina el asfalto", pero que el postulado hay que revisarlo en el Perú nuestro de hoy, de cada día.

 

La obra ha sido compilada y editada por Cecilia Villegas y el P. Javier Quirós a los que hay que felicitar por su cuidada presentación.

Se articula en 5 capítulos. El primero Historia de la Propuesta Educativa por el P. Juan Cuquerella, pp.9-56, El segundo "El Maestro y la Educación Popular"  de Rosario Valdeavellano pp.57-7p, con el comentario de Michel Azcueta, 71-75 y de Sigfredo Chiroque 76-82. El 3º "Desafíos de la Educación Pública en el Perú y el rol del maestro" 81-87 por Ricardo Cuenca, comentado por Hugo Díaz y Richard Webb, 88-91. El 4º "El   Maestro de Fe y Alegría y la Educación Popular hoy" del P. Jorge Cela, ex Coordinador de la Federación Internacional de Fe y Alegría que habla de la formación ciudadana. Por último, el 5º "Desafíos para Fe y Alegría en los próximos 50 años" 111-113, del P. Jerónimo Olleros.

Considero que es un texto de referencia para conocer de primera mano la identidad, la historia, la trascendencia y el futuro esperanzador de los ya 82 colegios "Fe y Alegría" del Perú.

Hoy que todo es sospecha, movedizo, evanescente en educación, contamos con algo que es verdad, estable, confiable, esperanzador: Fe y Alegría. ¡Que viva cien años, para luego seguir pidiendo!


viernes, 20 de abril de 2018

La escultura en Lima en la primera mitad del siglo XVII. El grupo de la Sagrada Familia de Pedro Muñoz de Javier Chuquiray

La escultura en Lima en la primera mitad del siglo XVII. El grupo de la Sagrada Familia de Pedro Muñoz de Javier Chuquiray, (Lima 2018, 261 pp) editado por la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Peruana y el Museo de Arte Religioso de la Catedral de Lima

 

El libro corona lo que fue trabajo de tesis de licenciatura del autor sanmarquino, sabiamente asesorado por el D. Jaime Mariazza. La obra, bien escrita, aporta una síntesis de la escultura limeña de los siglos XVI y XVII, y describe magistralmente esta obra tan querida para el pueblo limeño que la venera especialmente por Navidad.

Cuenta con palabras preliminares de Mons. Raúl Chau, auténtico mecenas desde la Comisión de Liturgia, S. E el Cardenal Juan Luis Cipriani, motor de generar desde el palacio arzobispal espacios de diálogo fe-cultura-peruanidad hacia el Bicentenario, y las académicas presentaciones del citado asesor Jaime Mariazaa y del Dr. Rafael Ramos Sosa, que tanto está aportando a la historia del arte religioso peruano.

Hay que agradecer a Fernando López, director del Museo, quien propició una presentación solemne y familiar; sin olvidar las palabras del arq. L. Villacorta.

Les comparto algunos textos del libro.

Echave y Assu, con motivo de la beatificación del segundo arzobispo de Lima, Toribio Mogrovejo, describe en 1687 la actual Capilla de San José, para la cual la cofradía del señor San José contrató al escultor Pedro Muñoz de Alvarado en 1633. Detalla "un nicho, que incluye en la capacidad de su seno tres valientes estatuas d cuerpo entero, y admirable escultura de Jesús, María, y José con sus coronas de plata dorada, y esmaltes de piedras preciosas" (Echave 1688:98).

El grupo está compuesto por tres figuras de bulto redondo en tamaño natural, 165 José y María, 80 cm el Niño. Las tres policromadas y restauradas en el 2006.

Quienes estamos familiarizados con las imágenes de Gregorio Fernández por sus bellas tallas procesionales del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, adivinamos su influjo en el plegado característico –acartonado, con triángulos-, el flequillo con el triple mechón de la frente de José, su realismo naturalista, su belleza.

"La efigie de san José, de 165 cm de alto, se encuentra representada de pie en tres cuartos de perfil izquierdo, con la pierna derecha un poco flexionada, el brazo izquierdo en alto con la mano a la altura del hombro y el otro brazo hacia abajo como buscando la mando del Niño Jesús. El cuelo gira un poco a la derecha con la cabeza un poco gacha mira en dirección al suelo" .

Muy agradecidos por tal acogida, la posibilidad de venerar a nuestro Santo Toribio en sus reliquias, y el sustancioso ágape final con el regalo de la obra. ¡Qué más!

El libro está a la venta en el Palacio Arzobispal, Director del Museo FERNANDO LÓPEZ, fplopezs@gmail.com.

Les comparto las estupendas fotos de D. Gianone de la portada, de José y los José de la sillería de Pedro Noguera.


jueves, 12 de abril de 2018

MARIA, SEDES SAPIENTIAE, CORAZÓN MATERNAL DE LA UCSS

MARIA, SEDES SAPIENTIAE, Y LA UNIVERSIDAD

 

Sedes Sapientiae, Domus sapientiae (Prov 9, 1) "La sabiduría ha construido su casa".

Cristo-Verdad, Sabiduría infinita se ha preparado, construido, una casa (domus, sedes): María. Ella, la Madre de Dios y del hombre, es la Educadora, Madre y Maestra de Jesús y también de cada uno de nosotros. Maria resulta así la encarnación de todos los valores que necesitamos para nuestra vida universitaria.

Sus imágenes, al remitir al prototipo por representación, activan una presencia estimulante como lo recogió el Concilio de Nicea II: "Cuanto más frecuentemente se contemplan las imágenes tanto más se estimula uno al recuerdo, al deseo, al ósculo y a la honra de los seres representados". Cuenta una antigua leyenda de Kiev que el gran príncipe de la Rus –hoy Ucrania- envió a "hombres buenos e inteligentes" para observar la celebración litúrgica de cada religión, regresando a Kiev, tras haber estado en Roma (rito latino), Constantinopla (rito bizantino) y entre los musulmanes (Islam); los viajeros se expresaron así ante Vladymiyr  sobre la liturgia bizantina: "nos sabíamos si estábamos en el cielo o en la tierra, pues no hay aquí un espectáculo ni belleza semejante. No sabemos cómo describirlo. Lo único que podemos afirmar es que allí Dios mora entre los hombres y el servicio divino es mejor que en cualquier otro país. No podemos olvidar lo bello de todo aquello".

 

REPRESENTACIONES

 

Las primeras representaciones, en la Edad Antigua, son muy sencillas: la Virgen con el Niño y la Virgen en oración.  Durante la Edad Media, momento álgido de la devoción mariana, los artistas -pintores y escultores- elaboran diversos temas y modelos que influyen en el arte posterior.

 

. Kyriotissa o Panagia Nicopia. María sentada como trono del Niño, que está sentado sobre sus rodillas de espaldas a ella. Atribuida a San Lucas, pasa a Occidente, donde alcanza su plenitud en el románico con la Virgen Majestad. En estrecha relación con este modelo, está el que la representa de pie, rígida, con el Niño sostenido por ella ante su pecho, en actitud de ofrecerlo. Lleva corona. Es la que inspira al icono Sedes Sapientiae, obra del jesuita ruso, Marco Iván Tupnik.

 

. Hodigitria. Se ofrece sosteniendo al Niño en su brazo izquierdo, señalándole con la derecha que cruza ante el pecho, al tiempo que mira al espectador, es la Virgen que señala el camino de la salvación y de la vida.

 

. Blacherniotissa o Platytera. Virgen de pie, con los brazos levantados, orante, colocándose en su pecho un círculo en el que se representa al Niño. Popular en el cristianismo primitivo, Bizancio y en Europa en el periodo gótico avanzado. Relación con la Virgen de la O, de la Esperanza o de la Expectación. De igual modo, se relaciona con el modelo "Virgen abridera", imagen en cuyo vientre se dispone una portezuela con acceso a un hueco en el que se sitúa al Niño. Relacionada con este modelo está la Virgen Apocalíptica de los Beatos mozárabes, con variantes en cuanto a la parición en su seno del sol o el Niño, que dará origen al tema de la Inmaculada, las estrellas, la luna a los pies y el resplandor son símbolos típicos, como veremos en las guadalupanas.

 

. Eleousa. Madre de Dios, "Glikophilousa", amante dulce. La Virgen tiene al Niño en su brazo izquierdo, al que acerca su rostro y a veces el Niño juega con su Madre, otras veces se crea el "coloquio maternal" y la Virgen mira nostálgicamente al Niño, que juega con un pajarito (tema de los Evangelios apócrifos, que simboliza el poder de dar vida). Surge también el tipo "Virgen de la Humildad" en que se representa a María sentada en el suelo jugando o contemplando al Niño o amamantándolo.

 

. Galaktotrophousa. Virgen lactante, que da vida al Niño. De él deriva la "Virgen del Socorro" en el que la Virgen descubre su pecho y deja caer unas gotas de leche sobre las almas del purgatorio o de los santos. Otra variante será "La Madre desairada" en la que el Niño rechaza el pecho de la Virgen para buscar la cruz. Estos modelos, junto al de la "Virgen abridera" disminuyen notoriamente a partir del Concilio de Trento.

 

. Virgen Dolorosa. Derivación del tema de la Virgen del Calvario. Como variantes están: la Piedad, con el Cristo muerto en su regazo, en su "Quinta Angustia"; la Virgen de los Dolores, al pie de la cruz, de pie o sentada, con los siete cuchillos en su pecho; la Virgen de las Angustias, la Dolorosa, la Soledad (con hábito y toca negros, de pie, manos en oración), Verónica; Virgen de la Vid o del Racimo, en el que la Virgen ofrece al Niño un racimo de uvas, aludiendo a su pasión.

 

. Virgen de la Misericordia. Protectora, acogiendo bajo su manto a sus devotos, a veces -como la Merced- con el hábito propio de una Orden religiosa a sus miembros. Relacionada con este motivo está la Virgen del Socorro en la versión en la que Virgen con el Niño ahuyenta al diablo, representado al pie; otras veces, es la Virgen del Rosario, acogiendo bajo su manto a los devotos a los que da un rosario o también rodeada de rosas o dando un rosario.

 

. Inmaculada. Desde el siglo XVII y vinculada con la Virgen Apocalíptica, vestida de blanco y azul, rodeada de ángeles y los símbolos de la letanía lauretana, tales como la corona de estrellas, la luna o el dragón a sus pies. Relacionada con ella y como precedente del siglo XVI está la "Tota pulchra" en que se representa a la Virgen rodeada de los símbolos de la letanía lauretana.

 

. Guadalupana. Rostro mestizo (delicado, suave) de la Virgen, con la tilma de color verde azulado (color regio de los dioses aztecas) estrellada (la llegada de Cortés estaba prefigurada como una nueva era, nueva constelación), orlada de flores (símbolo de la nueva vida). El  ángel significa que la Virgen no fue traída por españoles, sino enviada por Dios a través de los ángeles o mensajeros celestiales. De hecho la virgen está besando al angelito porque está agarrado y el ángel también besa a la virgen. Mira hacia abajo la realidad dramática como diciéndonos aquí les entrego esto para que lo lean. El ángel está a caballo entre la inocencia del niño macehualt (indiecito) y la madurez del tlatoamini, sabio embajador de María. Representa a Juan Diego, el que lleva el mensaje a todos.

El centro de la imagen es la cruz en la altura de la Virgen que es donde está el corazón del Niño dentro del vientre de la Madre. El cíngulo negro es el símbolo de maternidad que llevaban las indias embarazadas; representa también la ofrenda de su fruto al Nuevo Mundo. El collar indica que es primeriza; lleva la cruz porque va a ser la Madre de Cristo. Oculta al sol (sólo se ven sus rayos, láminas de oro puro como injertados en el ayate, de manera que se puede ver desde atrás) y proyecta sus rayos como símbolo de la brillantez que proyecta la mujer.

En las divinidades aztecas contaba mucho la dualidad de lo masculino y lo femenino, no como contradictorios sino complementarios. El sol es la grandeza que da, la luna es la grandeza que nace de ahí. María está sobre el trono de la media luna (María pisa la luna), para simbolizar que tiene más fuerza que las deidades aztecas. Es Reina y madre de la realidad viviente: "Yo soy la Madre de Aquel pro quien se vive; el Dios con nosotros) .A veces se incluyen las 4 escenas de la aparición y alguna leyenda vinculada con el relato de la aparición de la Virgen al indio Juan Diego. Significa la historia de una posibilidad. Sobre el monte maldito del Tepeyac donde se veneraba a la diosa madre Tonantzin, aparece la bendita madre Santa María (www.virgendeguadalupe.org).

 

            Los modelos expuestos, combinados con las distintas advocaciones, los contextos históricos y geográficos, crearán una variadísima gama de representarla. Hay que tener en cuenta las formas, los gestos y actitudes, la indumentaria y, sobre todo el añadido de elementos iconográficos que le dan su sello propio: advocación de una cofradía o hermandad, Órdenes Religiosas, patronas...:Virgen del Carmen, Virgen del Camino, Virgen Peregrina, Virgen del Pilar...

 

LA VIRGEN MARIA, TRONO DE LA SABIDURÍA en la LITURGIA

 

En las misas de Santa María, que es Madre de la Sabiduría de Dios encarnada ya desde el siglo X se leen con frecuencia las «epístolas sapienciales» ‑tomadas principalmente del Eclesiástico y del libro de los Proverbios‑, en las cuales la Iglesia, al escuchar ante todo la voz de la Sabiduría eterna, percibe también las palabras de la Santísima Virgen, ya que en estos textos, según la opinión corriente en los escritores de la Edad Media, la Sabiduría de Dios habla en cierto modo como «personalización» de la Virgen. Desde el siglo XII, en las Laudes y Letanías marianas, se atribuyen a la Santísima Virgen algunos títulos que ponen de relieve su vinculación con la Sabiduría eterna: Madre de la Sabiduría, Casa de la Sabiduría, Trono de la Sabiduría, entre los que prevaleció sobre todo el de Trono de la Sabiduría. Con este título se venera a la Santísima Virgen, incluso con culto litúrgico, en algunas Iglesias particulares, en universidades, en Institutos religiosos, entre los que destaca la Compañía de María, fundada por San Luis M.° Grignion de Montfort. El formulario de la misa, a excepción del prefacio, proviene del Proprium missarum de la Compañía de María Monfortiana.

 

    Con el título de «Trono de la Sabiduría» se celebra al mismo tiempo la función maternal de Santa María Virgen, su dignidad real y su eximia sabiduría y prudencia en las cosas divinas:

- la función maternal, porque en virtud del misterio de la encarnación reside en el purísimo servo de la Virgen Madre la Sabiduría del Padre;

‑ la dignidad real, porque el Niño que se sienta en las rodillas de la Madre es el Rey mesiánico que «se llamará Hijo del Altísimo», al que «el Señor Dios le dará el trono de David, su padre reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin» (Lc 1,32‑33; cf. Is 9 6‑7); el Rey al que acuden los sabios desde lejanas tierras y que, al encontrarlo con la Madre, lo  adoran ofreciéndole regalos regios (Cf. Mt 2, 1-12). 

‑ la sabiduría y prudencia, porque Santa María aparece en el Evangelio como la « Virgen sabia» que ha escogido la parte mejor (Lc 10,42) y la « Maestra de la verdad» que entrega a la Iglesia los hechos y las palabras de salvación conservados en su corazón (Lc 2, 19.51): «Oh Madre sapientísima, la única digna de un Hijo semejante‑escribe San Bruno de Asti‑, que meditaba todas estas palabras en su corazón y nos las conservaba, guar­dándolas en su memoria, para que después al enseñarlas, narrarlas y anun­ciarlas, fuesen puestas por escrito, proclamadas en todo el mundo y anunciadas a todas las naciones».

 

MARÍA Y LA UNIVERSIDAD

 

La Universidad en la Edad Media fue el resultado de la evolución de las escuelas episcopales, municipales y monacales. Los saberes aprendidos en estos centros abarcaban las siete artes liberales. Por una parte estaba el trivium: Tres artes liberales relativas a la elocuencia: la gramática (saber escribir), la retórica (saber hablar) y la dialéctica (saber pensar). La otra división, cuadrivium, abarcaba las cuatro artes matemáticas: aritmética, música, geometría, astronomía o astrología. La causa fundamental del surgimiento y organización de las Universidades son las circunstancias y condiciones de la época, lugar, ambiente cultural y social.  La enseñanza se imparte en latín y se estructura en grados: bachiller, licenciado, maestro y doctor. Recuerda el corporativismo gremial con el aprendiz, el oficial, el maestro, el jurado. El documento más antiguo que recoge este término va firmado por el Papa Inocencio III en 1208 dirigido al Estudio general de París. Testigo de este proceso y acuñador de una de las definiciones más bellas de Universidad será el rey Alfonso X el Sabio (1221-1284) en sus Partidas (II, tít.3) "ayuntamiento de maestros y de escolares que es hecho en algún lugar con voluntad y con entendimiento de aprender los saberes".

La Universidad de París organizó desde el inicio las cuatro grandes ramas en las cuatro facultades tradicionales: Artes, Teología, Derecho y Medicina; a ellas se unió, como derivación de la primera, la de Filosofía. Por la primera, Artes, debían pasar todos los alumnos como propedéutico o estudios generales, antes de cursar estudios en las demás carreras. Por esta razón, era la más numerosa y con población más joven, dotándola de algunos privilegios como el de que el rector debía ser elegido de entre sus profesores. París, gracias al brillo de los teólogos santo Tomás de Aquino y san Buenaventura, gozará en Teología del mayor predicamento. A finales del siglo XIII se habían creado ya 14 universidades. En el S. XIV se suman 19 más. Si consideramos su carácter de cuerpo organizado como en la actualidad, podemos dar las siguientes fechas (a veces no concuerdan por considerar el año de fundación, aprobación pontificia y civil).

Una de las especialistas en la historia de la universidad hispanoamericana, la Dra. Águeda Rodríguez Cruz, ha publicado varios artículos sobre la devoción mariana universitaria: "La devoción mariana en la Universidad de Salamanca y en las Universidades Hispanoamericanas, con especial referencia a los Colegios Universitarios (siglos XVII-XVIII) Estudios Marianos Salamanca, Sociedad Mariológica Española, XLIX (1984) 345-385, "Nuestra Señora Reina y Madre de las universidades hispanoamericanas" Ximénez de Quesada, 18 (Instituto colombiano de cultura Hispánica, bogota 1974) 33-49, "La Universidad de Salamanca, modelo de piedad mariana y su proyección en las universidades de Hispanoamérica" Estudios Marianos Salamanca, Sociedad Mariológica Española, XLV (1980) 153-68. Pone el énfasis en el papel jugado por la universidad salmantina  en la elaboración del estatuto del juramento de enseñar y defender el misterio de la Inmaculada Concepción y la decisiva colaboración en la definición dogmática. La primera referencia en los libros de claustros salmantinos sobre la Inmaculada data de 1617 cuando el rey Felipe II, el 19 de julio envía una RC rogando a la Universidad escriba al Papa para hacer fuerza para definir dogmáticamente lo que el pueblo sentía. Es así como en el pleno del 17 de abril de 1618, tras un estudio concienzudo de los teólogos, acuerdan redactar un estatuto y juramento de defender la opinión de que la Virgen fue concebida sin mancha de pecado original y que este juramento obligue a todos los que se gradúen en sus claustros. 

Este juramento llevo consigo la preocupación de cumplir con las obligaciones derivadas del mismo y por demostrar el orgullo de hacerlo. Las fiestas de la Inmaculada eran tres, la primera la del ultimo domingo de octubre para conmemorar la fiesta del juramento de 1618, la segunda el 8 de diciembre, fundada por el Dr. Pablo de Maqueda, y la tercera en la octava de la Inmaculada fundada por el Dr. Francisco Ramos del Manzano. En la Universidad se conservan manifestaciones artísticas marianas. Un lienzo de la escuela de Murillo, de L. Latorre, en la Sala de la Columna; en la sala de claustros, lienzo barroco de la Inmaculada, ante el cual se descubrían los doctores al entrar y salir del claustro; y en la antesala de la sala de claustros una Inmaculada guadalupana llamada "Virgen de Ultramar" en cuyos bordes hay figuras alusivas a las invocaciones de la letanía. "Este cuadro encantador es un símbolo cariñoso y elocuente de la simbiosis hispano-indígena que dio origen a los nuevos pueblos hispánicos. Y nadie mejor que María, la Madre por excelencia, fue el alma aglutinante, diríamos, forjadora de este espíritu común, de esta patria espiritual que llamamos hoy Hispanidad. Nadie mejor que esta madre ha sabido darnos vida y unirnos en un lazo estrecho que se anuda en su corazón".

En los colegios mayores se celebraba misa y oficio de la Virgen todos los sábados. Algunos recitaban diariamente el oficio de la Virgen. Era frecuente el Ángelus en los tres momentos del día y el rezo del Rosario.

           La Real Universidad de San Marcos de la Ciudad de los Reyes fue creada en mayo de 1551 a imagen de la de Salamanca, concediéndole en 1588 sus mismos privilegios y exenciones. En los 450 años de historia del alma mater sanmarquina brilla con luz propia la Iglesia Católica. Los Dominicos la fundaron, las Órdenes Religiosas dieron sus catedráticos más importantes, y profesionales católicos proyectaron sus mejores energías desde los postulados de una sana armonía fe-razón y compromiso con el Perú. Fue el Rector Francisco de León Garabito quien imprimirá numerosos ejemplares de las constituciones salmantinas para que todos los miembros del claustro sanmarquino de Lima se aficionasen al estudio de las ciencias y valorasen el título concedido. Santo Toribio, sobrino del catedrático salmantino, Juan de Mogrovejo, licenciado por Valladolid y Salamanca; conocedor además del mundo universitario de Coimbra, en Portugal, levantará el Colegio Seminario así como el Colegio Mayor de San Felipe siguiendo el patrón de los Colegios Mayores salmantinos. Junto a la filosofía aristotélica tomista, se fue acrisolando un estilo universitario (académico y administrativo) en que se compartían tareas y responsabilidades, se forjaba una disciplina en el estudio, con ambiente espiritual, festivo y alegre, que forjaron el hombre nuevo universitario, auténtico protagonista de las nuevas nacionalidades.

      Lima refiere haberlo venerado desde sus orígenes. En las reformas de 1624,‑‑‑la constitución séptima de las aña­didas por el virrey Francisco de Borja y Aragón, príncipe de Es­quilache, ordena «que los catedráticos no pierdan ocasión de enseñar cómo la Virgen María Nuestra Señora fue concebida sin pecado original», de modo que cuando <llegaren a tratar, o leer materias en que suele leerse la questión de la limpieza de la Serenísima Virgen María en su Concepción, no la pasen en silencio, sino que expresamente lean, y prueben, cómo fue concebida sin pecada original», bajo pena de perder la cátedra y los estudiantes sus cursos, si no lo acusaban al rector. Y en la octava dispone que «ninguno pueda recibir grado mayor de Licenciado, Maestro, ni Doctor de facultad alguna, ni aun el de Bachiller en Theología sin que primero haga juramento...de que siempre tendrá, creerá y enseñará de palabra, y por escrito haber sido la siempre Virgen María Madre de Dios y Señora Ntra. concebida sin pecado original», bajo pena de serle negado el grado, si rehusare hacerlo, de multa al que se lo dé y de privación de oficio al secretario, esperando, sin embargo, que no sucederá tal cosa, muy fiado «de la devoción de todos para con la Madre de Dios» 14'‑. Estas dos constituciones pasa­ron a formar parte de la Recopilación de Indias, en sus leyes :5 y 44 del tít.22.

 

      Varios de los colegios de América ponen como advocación a María. Don Diego de León Pinelo, hermano del célebre primer biógrafo de Santo Toribio, bachiller por Salamanca,  y luego estudiante, catedrático y rector (1656-8) de San Marcos, escribió un Alegato apologético en defensa de la Universidad limense de San Marcos en 1648 en contra del humanista belga Justo Lipsio que olvido injustamente la pujante vida de las universidades. Exalta a la «piadosísima Academia», que en su capilla, «espléndida siempre por el culto y orden», celebra gran­des fiestas en honor de la Santísima Virgen, sobre todo la de su Inmaculada Concepción, y la advocación de la llamada Nuestra Señora de la Antigua, en su capilla catedralicia que era la de los grados, dónde se conferían con gran solemnidad, y la Universidad pensaba complacida que la Virgen parecía «oír; el vejamen al doctorado. Por eso la limeña resolvió en 1627 contribuir a esta fiesta, el 5 de agosto, con el dinero de los grados. La imagen bellísima y centenaria que allí se conser­va es copia de la que hay en la catedral sevillana. En su último capítulo, al referirse Pinelo a las constitu­ciones, base firme de la vida académica, cita de un modo espe­cial la octava de las añadidas, a la que considera «piadosísima y justísima», por imponer a los graduados la obligación de hacer el juramento de creer, enseñar y defender el misterio de la Inmaculada Concepción. Y aquí se enardece en expresiones cariñosas para la Virgen, que «perfecciona las obras de los doctores... preside la Teología, los sagrados libros, la Jurisprudencia, la Filosofía: ella que presidió aquel divino Colegio de los Apóstoles». Y trata de ter­minar con una palabra lo que no lograría «acabar con palabras», y así exclama en frase lapidaria y amante: «Oh María que doquiera eres María, doquiera piadosa, doquiera misericordio­sa, guárdanos, dirígenos, para que cada día florezca nuestra Academia (Universidad), que más bien es tuya, a la cual proteges como Se­ñora del mundo y de los cielos».


El icono de Santa María Sedes Sapientiae (Trono de la Sabiduría) fue realizado en 2000 por el jesuita esloveno Marko Iván Rupnik, con una estética que busca la simbiosis del cristianismo oriental y occidental de tradición medieval. El Papa Juan Pablo II lo bendijo el 10 de septiembre del mismo año, en la clausura del Jubileo de las Universidades, que se celebraba en Roma, y lo regaló a las Universidades del mundo, con idea de que peregrinara por los centros católicos de enseñanza superior.  

Uno de los centros bendecidos por su presencia en el año 2001 fue precisamente nuestra Universidad. Su nombre y figura se ha convertido en logotipo, santo y seña del alma mater de Los Olivos. De modo especial campea en la fachada del que es el campus definitivo de la UCSS –Av. Gonzalez Prada, junto al Cerro Mulería- gracias a la artista Isabel Vendramini.