martes, 31 de mayo de 2016

HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LA IGLESIA CATÓLICA EN EL PERÚ. P. Kl

HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LA IGLESIA CATÓLICA EN EL PERÚ

Repaso por  el camino recorrido por la Iglesia en el Perú durante el siglo XX.

PUCP, 2016, pp 243

 

Jeffrey Klaiber S.J. (1943-2014) ingresó a la Compañía de Jesús en 1961. Estudió Teología en North Aurora, Illinois, y fue ordenado sacerdote en 1974. Obtuvo la maestría en la Universidad de Loyola (Chicago), y el grado de doctor en Historia en The ­Catholic University of America (Washington, D.C.). Fue director del Departamento de Humanidades y profesor de la especialidad de Historia de la PUCP.

Entre sus principales publicaciones figuran Religión y revolución en el Perú, 1824-1976 (1977), La Iglesia en el Perú (1998), ­Iglesia, dictaduras y democracia en América Latina (1998), Los jesuitas en América Latina, 1549-2000: 450 años de inculturación, defensa de los derechos humanos y testimonio profético (2007) y El Concilio Vaticano II y el Perú (2012).

La Iglesia católica ha tenido un rol protagónico en la historia del Perú desde el siglo XVI hasta nuestros días. Para mantener su vigencia y arraigo, esta institución tuvo que pasar por una renovación que implicó entrar en diálogo con el mundo moderno. Así pues, en su camino «modernizador», y a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia sentó sus nuevas bases en la teología de la liberación y en los diversos movimientos laicales, para complementar la labor hecha por la jerarquía. 

 Asimismo, la Iglesia católica tuvo que adaptarse a las nuevas coyunturas que marcaron al país, como el régimen de Juan Velasco Alvarado y la época de violencia que surgió en los años ochenta; por ello, el último capítulo de este libro repasa las relaciones entre esta institución y el Estado a partir de la segunda mitad del siglo XX. Sin duda, este libro muestra el camino recorrido por la Iglesia durante el siglo pasado, que le ha servido para abrirse paso y consolidarse, con renovado ímpetu, en las nuevas generaciones.

 

Introducción 
Capítulo I. La renovación de la vida religiosa 
Perfil de la Iglesia a comienzos del siglo 
La Iglesia en el campo 
Los colegios seminarios y las antiguas órdenes 
Las nuevas congregaciones docentes 
Las congregaciones de asistencia social y acción pastoral 
Capítulo II. La Acción Católica Peruana 
Grupos precursores 
Fundación, 1935 
El Congreso Eucarístico Nacional, 1935 
Primera etapa: organización (1935-1949)
Segunda etapa: autocrítica (1949-1953) 
Tercera etapa: la cuestión social y el declive (1953- ) 
La Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC) 
El movimiento obrero 
La prensa católica 
Saldo 
Iglesia y política 
El Partido Conservador de Cusco, 1896 
El Partido Católico de Arequipa, 1913 
Las elecciones de 1931 y la Unión Popular
La Unión Popular y el APRA 73
Las provincias: regionalismo y catolicismo
Las elecciones y después
El despertar intelectual del catolicismo
La realidad nacional (1930)
José de la Riva-Agüero y Osma (1885-1944)
Capítulo III. La Iglesia moderna, 1955-1968 
La Democracia Cristiana, 1955-1956 
El Movimiento Sindical Cristiano en el Perú (MOSCICP) 
Landázuri y la Iglesia peruana 
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), 1955 
La Misión de Lima, 1957
El abate Pierre, Daniel McLellan y el padre Iluminato
El Servicio Nacional de Aprendizaje y Trabajo Industrial (SENATI)
Una nueva mentalidad social y política
El Concilio Vaticano II y las nuevas tendencias pastorales
El clero extranjero
Capítulo IV. La Iglesia durante el régimen militar (1968-1980) 
Del Concilio Vaticano II a Medellín
Los grupos de avanzada
La Iglesia peruana frente a Medellín
La Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS)
La Iglesia ante las reformas 
Tensiones internas 
Tensiones Iglesia-Estado 
Capítulo V. La Iglesia social y pastoral 
La Segunda Fase 
Hacia una Iglesia social y pastoral
La teología de la liberación
Los grupos conservadores
Puebla, 1979
Pos-Puebla: los límites de la tolerancia
Áreas pastorales especiales, laicos y religiosas
Los movimientos de laicos
Capítulo VI. La Iglesia durante la época de la violencia, 1980-2000 
Sendero ataca a la Iglesia 
La Iglesia responde 
Regiones eclesiales especiales 
Capítulo VII. Hacia el nuevo milenio: Vargas Alzamora, educación católica y relaciones con el Estado 
La educación católica 
Las universidades
Relaciones Estado-Iglesia
Conclusiones
Bibliografía

lunes, 30 de mayo de 2016

EL PÁRROCO DE CANDARAVE, PABLO CUADROS, INFORMA DE LA INSURRECCIÓN DE CATARI Y TÚPAC AMARU

EL PÁRROCO DE CANDARAVE, PABLO CUADROS, INFORMA DE LA INSURRECCIÓN DE CATARI Y TÚPAC AMARU

José Gabriel Condorcanqui se sublevó en Tinta, el 4 de noviembre de 1780. Del Altiplano descendieron hacia Tarata alrededor de 1.500 insurgentes acaudillados por Juan Buitrón, que se desplazaron por las alturas del departamento sembrando el pánico entre la población fidelista.

Aparecieron en Candarave, después hacia Curibaya, Ilabaya y Locumba, deteniéndose en Sitana para ganar mayores adeptos a la causa. Por entonces, la cacica Catalina Chuquimia y los indígenas principales del cacicazgo de Ilabaya se mantuvieron al margen de la rebelión.

Los jefes insurrectos Alí y Buitrón con sus huestes iniciaron el retorno por los lugares donde habían pasado, cobraron cupos de guerra y sancionaron a cuantos no manifestaron abierta adhesión al movimiento insurreccional. La población de Tarata fue saqueada por las masas exaltadas; Buitrón resolvió encaminarlas hacia el sur, llegando a Codpa, hoy de Chile, donde sacrificaron al cacique Diego Felipe Cañipa por su actitud desafiante y condenatoria a los insurgentes y a todo el movimiento tupacamarista. El cacique fue torturado cruelmente y murió dando vivas al rey de España.

Se sabe que en la región del Desaguadero se identificó a uno de los parientes de los Lupistaca de Ilabaya como fidelista al régimen colonial por lo que fue duramente castigado. Muchos españoles y criollos huyeron de la región de Ilabaya buscando refugio en Moquegua, Sama y Tacna. Otros se replegaron para atrincherarse en algunos sectores del valle en defensa de sus vidas y los bienes que detentaban. Todo esto sucedió entre los meses de enero o marzo de 1781.

S. O ´Phelan da una doble lista de 26 caciques rebeldes y otros tantos leales a la Corona en su obra Un siglo de rebeliones anticoloniales. Perú y Bolivia. 1700-1783 CBC, Cusco, 1988, p.229. En la misma, no incluye ningún cacique de la demarcación territorial que estudiamos.

Gracias a una carta del párroco de Candarave Pablo Cuadros a su obispo Monseñor Abad Illana por el año 1784 (celosamente custodiada en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, TC-3, Caja 405) conocemos sus pormenores. La publiqué en CUSICANQUI LINARES S.-BENITO RODRÍGUEZ, J.A. Candarave: Memoria y pasión de una provincia andina GRACU, Arequipa, 1996

http://jabenito.blogspot.pe/2013/05/candarave-memoria-identidad-y.html

Informe del cura Pablo Cuadros de Candarave sobre sucesos de insurrección en su jurisdicción

Muy Ilustre Deán y Cabildo:

 El Licenciado Don Pablo Cuadros, cura propio y Vicario de la Doctrina de Candarave, como más haya lugar en derecho, (com)parezco ante V.S. y digo: que en ejecución del superior orden de V. Señoría y deseoso de cumplir con las obligaciones de mi cargo, tomé la resolución de mi salida y transporte a la dicha mi doctrina y estando ya cerca de ella recibí la noticia por un mozo de mi casa de la repentina venida de Catari (monstruo cruel) que acababa de entrar a Juli haciendo destrozos conmoviendo los pueblos y alborotando los lugares más retirados y quietos, repartiendo emboscadas de indios por todos los caminos, términos de mi jurisdicción. Así mismo, comisionados y capitanes a todos los pueblos con orden de exterminar a cuantos españoles o mestizos encontrasen sin excepción de sexos ni edades; igualmente a los caciques e indios que puntualmente no obedeciesen, cuyos mandamientos efectivamente se han cumplido hasta Chucuito, cuya ruina ha sido tan notoria.

Sin embargo de esta noticia, y la antecedente, que tuve de estar ya mis indios inficionados con el contagio del Rebelde Túpac Amaru, a quien en virtud de su carta por las Carnestolendas rindieron obediencia y como constituidos ya vasallos suyos se convocaron contra el Corregidor y españoles de Tacna. Determinado, aunque con bastante cuidado y susto, proseguía a entrar a mi doctrina anticipando aviso de mi llegada, cuando con cautelosa malicia, el Alcalde, por una esquela me respondió recibirme gustoso, y preguntando a los propios canaris de las novedades del Pueblo no querían darme razón alguna hasta que un indiecito, de gran inclinación y amor que me tenía, dijo la mañana de mi entrada, a distancia casi de una legua, que toda la noche estuvieron los indios en el pueblo en un alboroto terrible, alistando gente con ocho capitanes nombrados, que la mitad de la tropa había bajado a Tarata. Las mujeres estaban en un llanto, alaridos y lamentos, y esta misma noche se entraron para Tarata muchos indios de Catari, mataron al cacique y a varios españoles y luego pasaron propios para el Pueblo a alistar gente y que tal vez podía
suceder alguna avería conmigo. Con esta razón, desmayado el ánimo,
retrocedí con extremada carrera padeciendo mil trabajos y penalidades hasta la Villa de Moquegua, librando la vida del peligro nunca imaginado.

Aguardando yo en la dicha Villa noticia favorable de mi Doctrina, siempre con el intento de volver a entrar en ella por varios motivos, adquirí el último desengaño de que los ingratos indios me habían esperado con el suplicio preparado para quitarme la vida junto con mis familiares; tan público corrió este depravado concejo de los bárbaros indios que horrorizados los caballeros de Moquegua me buscaban para maravillarse más del modo cómo escapé de las garras de la crueldad. Confirmóse esta verdad de haber fraguado mi muerte los tiranos indios por un mozo feligrés mío nombrado Marcos Aldana, quien hallándose cautivo escribiente de ellos, disertó y declaró entre otros asuntos los designios e inicuos intentos de dichos indios.

Prescindiendo del levantamiento general de los indios, cuyos efectos lastimosos se experimentan en casi todas las provincias del Reino no se ha dado basilisco como Catari y sus secuaces quienes han salido de la tierra arriba como unas fieras destrozando españoles con el fin de robar y aniquilar cuantos bienes encuentran. Profanando los sagrados templos, saqueándolos, ultrajando y matando sacerdotes como la cruel muerte que dieron al cura de Santiago de Machaca, al de Viachi y otros que refieren en Moquegua, cuyo vecindario dejé bien afligido y prevenido de armas y gente, aguardando por horas la invasión de los indios.

 

Finalmente, Señor, a vista de tantas ignominias, que han ejecutado con los curas y, contemplando la ingratitud de los míos qué podía yo esperar sino salvar la única vida que tantas veces ha estado expuesta al sacrificio, pues aun en tiempo de quietud trabajé bastante en conservar la paz y concordia en medio de ellos, conteniendo sus osadías y genios belicosos porque acaso la fiereza de ellos no se deslizase a perder mi respeto y rompiesen los muros de la veneración y honra que debían guardarme.

 

Increíble se hace que llenos de tantos beneficios como han recibido de mi parte así en lo espiritual como en lo temporal, con una corta insinuación de aquellos enemigos declarados de los españoles hubiesen maquinado mi muerte, siendo constante entre ellos, que en los cuatro años [desde 1777] que he servido aquella doctrina mi fin ha sido mirar su bien espiritual, trabajando sólo sin poder conseguir otro sacerdote que me ayude a sostener el peso del ministerio, así por los pocos operarios como por la renta tan tenue del Curato.

Defecto que dimana tanto por la miseria de los indios cuanto por lo muy corto que quedó por razón de la división. Y, debiendo de poner en consideración de Vuestra Señoría que mis indios no se contemplan hoy como ovejas sino como unos lobos carniceros que persiguen a su Pastor, parece conforme al precepto evangélico debía yo huir y buscar ciudad de refugio. Siendo así, que en la presente estación haya sacerdote que temerariamente quiera entregarse a manos de aquellos bárbaros, demás del requisito necesario de estar instruido en el idioma aymara lo que es muy difícil hallar en esta ciudad. Por tanto. A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva su piadosa justificación aprobar mi receso de aquella doctrina protestando cuando sosieguen y conozcan su error buscar medios proporcionados para introducir sacerdote y reducirlos al camino de su salvación que será justicia. Juro en forma lo contenido y para ello firma.

Pablo Cuadros".

domingo, 29 de mayo de 2016

Doce arequipeños cristianos ejemplares. Emilio Garreaud

Por una Sociedad Reconciliada | Testimonios de vida cristiana en Arequipa

POR UNA SOCIEDAD RECONCILIADA | Testimonios de vida cristiana en ArequipaP. EMILIO GARREAUD INDACOCHEA
PÁGINAS: 121
PRECIO: S/. 9.00

Universidad Católica San Pablo, Arequipa

 ¿Para qué sirve la Doctrina Social de la Iglesia? Se interrogan no pocos católicos y muchos que no lo son. Se ha llegado a pensar que un buen recetario de excelentes intenciones pero que nunca dieron frutos. 

Tenía que ser Arequipa, la Roma del Perú, mística y guerrera, la que ofrezca esta selección de 11+1 o de doce apostóles de vanguardia, sabia y espiritualmente perfilados por el doctor y P. Emilio Garreaud.

Como señala en su introducción, el libro busca difundir aspectos de la vida de algunos arequipeños que a lo largo de su existencia fueron modelo de compromiso con la Iglesia y la sociedad. Desde su vocación cristiana, trabajaron por propagar la fe en Arequipa y en los lugares en los que les tocó vivir debido a sus distintas ocupaciones. Se trata de doce personajes que dedicaron su vida al servicio de los demás.

Bien documentado, escrito con sencillez, profundidad, con unción y amenidad, confieso que me ha encantado leerlo y que sería muy feliz de que fuese leído por miles de personas especialmente los líderes y particularmente los jóvenes. 

  1. Hipólito Duhamel
  2. Emilio Lissón
  3. María Nieves y Busamante
  4. Mateo Crawley-Boevey
  5. Mariano Holguín
  6. José Miguel de la Rosa
  7. Francisco Cabré
  8. Juan Gualberto Guevara
  9. Arturo Villegas
  10. José Luis Busamante y Rivero
  11. Víctor Andrés Belaúnde
  12. Juan Vidaurrázaga

PADRE CÉSAR BUENDÍA, 39 AÑOS DE SACERDOTE, ¡FELIZ ANIVERSARIO!

EN EL 39 ANIVERSARIO SACERDOTAL DEL P. CÉSAR BUENDÍA ROMERO, PÁRROCO DE SANTA MARÍA DE LA PROVIDENCIA EN LAS PALMERAS Y RECTOR DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE

Hoy 29 de mayo celebramos su 39 aniversario de la ordenación sacerdotal en su tierra valenciana, allá por el año 1977. Tenía tan sólo 24 años y miles de sueños. Me sumo a la acción de gracias y celebración por tal regalo del Cielo, compartiéndoles la entrevista concedida a mi programa en Radio María, en el 2011.

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Queridos amigos de Radio María, bienvenidos a nuestro programa "Sacerdotes ayer, sacerdotes hoy, sacerdotes siempre". Tengo el gusto de comunicarles que ¡por fin! ya nos encontramos con el P. César Buendía a quien hemos perseguido pero como tiene tantas cosas que hacer no ha sido tan fácil. Muy buenas P. César se presenta aquí para Radio María. Muchas gracias, eso de que no ha sido fácil, ha sido facilísimo porque yo he venido por mi propia pierna. Bueno muchas felicidades a todos los oyentes tenemos mucho gusto de estar con ustedes. ¿Nos podría contar que es lo que está haciendo?

Padre César Buendía:

Sí, hace 17 años (hoy serían 22) que vine a Perú. Desde el principio nos enviaron a una Parroquia cercana al estudio del CEPAC (Centro del Patrimonio Cultural de la UCSS) donde estamos grabando, la Parroquia de Santa María de la Providencia en la Av. De las Palmeras, en Los Olivos; una parroquia maravillosa, ¡bueno! para qué vamos a negarlo, ¡todo el Perú es maravilloso!

JAB: Pero dice Monseñor Lino y lo dijo en televisión y todo que es como su Parroquia de Ars en Carrabayllo, no sé por qué lo diría…

Padre César Buendía     :

Lo diría por la cantidad de gente que confesamos. Lo que pasa es que a diferencia del Cura de Ars que los confesaba él, nosotros los confesamos entre cinco, eso quiere decir que la santidad del Cura de Ars no los repartimos entre los cinco…

 JAB: ¿Y parece que hay bastantes vocaciones, no?

Padre César Buendía     : Sí, hemos tenido gracias a Dios muchas vocaciones. Desde el principio vinieron unas religiosas a ayudarnos, las Misioneras de Jesús Eterno Sacerdote de fundación italiana de ayuda a los Sacerdotes, casi por casualidad (bueno, Providencia) y casi el mismo año que nosotros llegamos, estas religiosas que son muy entregadas y muchas chicas han entrado con ellas; había también aquí una congregación que ahora está más bien poco pero están todavía que son las Hijas de Santa María de la Providencia; han venido también otras monjas también sacerdotales que llevan en España muchas residencias sacerdotales que se llaman Cooperadoras de Betania y también han tenido muchas vocaciones y después las vocaciones al sacerdocio, total unas cuarenta, más, más, unas cuarenta y tantas, además de laicas consagradas, misioneras…

JAB: ¿Seguramente por ser el año sacerdotal están teniendo una campaña especial?

Padre César Buendía     : Sí claro, este año, no es que nosotros hagamos campaña, digamos que los chicos salen como Dios quiere y cuando Dios quiere, pero de hecho este año es un año de oración por los Sacerdotes y en la parroquia el Padre Vicente Folgado (+) que es el "mandamás" de allí y el que más trabaja, pues la verdad que ha organizado todos los días oraciones y acciones por los sacerdotes; sí, tenemos muchas cosas, en la Clínica del Buen Pastor  cada día hacemos una oración por los Sacerdotes dentro de la misa; en fin, han salido muchas vocaciones este año; de la parroquia, tres, pero en total tenemos de la Diócesis quince que quieren ser Sacerdotes este año

JAB: Padre César, aparte de la Parroquia está en la Universidad Católica Sedes Sapientiae, también está en el ISET Juan XXIII y está en la Facultad  del Callao Redemptoris Mater, pero no vamos hablar de todo esto. Me gustaría que nos hablase del sacerdocio en el Perú porque creo tiene un puesto privilegiado como secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal de Perú.

Padre César Buendía     :  Sí, bueno, en la parte del clero, bueno eso fue pura casualidad, pero bueno…

JAB: Providencia

Padre César Buendía     : Providencia, eso es, entonces se ve que no encontraban a otro más tonto que yo y me escogieron a mí. Soy especialista en inteligencia, pero la cuestión es que allí en la Conferencia Episcopal hay una sección se llama Comisión, aunque la Comisión la formamos dos somos una gran comisión, hay una comisión de Obispos, lo que pasa es que nosotros somos los que hacemos el trabajo de cada día y usted dirá y cómo puede hacer el trabajo de cada día si es desempleado, pues ese es el misterio, la que hace más trabajo de cada día es la secretaria que está allí fija y yo voy tres veces a la semana, habitualmente lunes, miércoles y viernes; nuestro trabajo consiste en animar la Pastoral con los Sacerdotes y también de los Sacerdotes  en Perú.

JAB: Unas veces dicen que no se dejan y otras veces dicen que no les atienden ¿No?  O ¿Guardar el equilibrio quizá es difícil?

Padre César Buendía     : No quizás hay que reconocer que la Conferencia Episcopal no es el Obispo, o sea en cada Diócesis el Obispo es el responsable y nosotros desde allí lo que hacemos es apoyar o ayudar un poco, ayudamos con pequeñas publicaciones gratuitas que enviamos a todos los Sacerdotes

JAB: ¿De cuántos Sacerdotes hablamos?

Padre César Buendía     : Tres mil, en Perú hay tres mil Sacerdotes

JAB: ¿Entre diocesanos y religiosos? Y envían los boletines…

Padre César Buendía     : A tres mil

JAB: ¿Cada cuánto tiempo?

Padre César Buendía     : Son en realidad cuatro anuales, tenemos dos reuniones fijas a veces tres de los delegados del clero y la misión delos delegados incluso la nuestra es como digo animar a los Sacerdotes, pero en esta animación entra también la formación y entra también el preocuparse de los aspectos materiales, en realidad la comisión la forman los Obispos, pero en realidad hay un Obispo que es Mons. Francisco Simón  Piorno que es el encargado (el Obispo de Chimbote) y entonces nosotros allí lo que hacemos es apoyar en todo. Por ejemplo tenemos un día especial que es el día de oración por la santificación de los Sacerdotes.

JAB: ¿Cuándo es para que se puedan unir

Padre César Buendía     :

En la Iglesia Corazón de Jesús que es el viernes siguiente al Corpus Cristi

JAB: Y luego hay cursos ¿No?

Padre César Buendía     :  Sí este año tenemos dos cosas, en primer lugar el curso de verano que entra también unos 15 días de un pequeño digamos ejercicios espirituales de unos cuantos días y después ya viene el curso. Este año lo dedicamos a la espiritualidad sacerdotal a Benedicto VXI y allí de paso los Sacerdotes tiene unas vacaciones porque es un sitio muy bonito.

JAB: A veces dicen sobre todo de los sacristanes que tocan la campana pero que nunca pueden ir a lo que están tocando la campana, alguno dirá, pues este Padre que hace tantas cosas cuando tiene tiempo para la oración o cómo se organiza, porque además tiene un blog interesantísimo.

Padre César Buendía     :  No tan interesante. Pero esperemos que sea interesante.

JAB: Pero podemos anunciarlo.

Padre César Buendía     : Es http://somosnecesarios.wordpress.com

JAB: O sea que si uno le damos en el google "somos necesario blog" allí sale.

Padre César Buendía     : Puede ser

JAB: Seguro. Padre a mí ahora me gustaría ir a algo más personal un sacerdote es un Alter Cristus y no es un activista por supuesto, sino que es otro Cristo y nadie da lo que no tiene, en este programa sobre todo buscamos por qué soy sacerdote ¿Cuál es el itinerario, cuál ha sido la llamada o el proceso suyo?

Padre César Buendía     : Bueno yo tuve unos Sacerdotes extraordinarios, y una familia extraordinaria el único que no salió extraordinario fui yo. Pero mi papá. Lo querían mucho en  mi pueblo fue maestro y seguramente tuvo sus altos y bajos y mi madre una mujer de un pueblo de Soria buenísima todavía vive que vivió para mi papá.

JAB: ¿Qué edad tiene? Será mayorcita

Padre César Buendía     : No, es que se casó joven, se casó a los 18 años. Entonces, pues a mí me tuvo a los 20, yo tengo 56 ella tiene 76. Bueno y como digo tuve sacerdotes muy buenos como don José Gea, que es el que está con nosotros y estos sacerdotes son de Dios; entonces, me vi orientado, y yo era un poquito movido y entonces yo nunca creía que sería sacerdote hasta que el Señor se ve que me agarró del pescuezo y le dije a mi padre con mucho miedo pensado que no me iban a aceptar: "Papá, yo también quiero entrar en el Seminario"; mi hermano mayor había entrado, yo tenía entonces 8 años.

JAB: ¿Ya tenía uso de razón?

Padre César Buendía     : Bastante bruto era ¡ja, ja!. Y entonces -muy chico- mi padre se rió bastante; pero mi párroco dijo: "¿Y si Dios le llama?". Yo también me decía eso: "Y si Dios me llamara…", y me llamó. Después entre al Seminario a los 10 años y allí estuve hasta los 18; después estudié toda la secundaria, todas las cosas que se estudian. Y después empezamos la Filosofía y la Teología, pues yo tuve mis crisis, como es lógico, pues habiendo sido muy joven yo pensaba que no había sido del todo consiente; entonces tenía mi crisis de saber si eso era a lo que Dios me llamaba o se me había ocurrido y no lo había madurado; entonces, estudié pedagogía en las vacaciones porque mi hermano el mayor que se había salido del Seminario- estaba estudiando eso. Entonces a mí no me  costaba nada coger sus libros y ponerme a estudiar eso y ¿por qué lo hice? ¿Por qué no me metí en un Seminario? Porque no tenía otra salida en el mundo. Pero, bueno, después acabé el Seminario y me llevaron de cura a unos pueblecitos de Valencia y allí postulé -como quien dice- mi bautizo de fuego, porque todos sabemos que a los curas no les hace caso nadie; entonces, uno tiene sus propios sueños sin darse cuenta que va hacer una cosa excepcional y no tuve nada de excepcional, pero Dios en todo eso pues va trabajando; después de diez años de estar de Sacerdote, me encontré con los Catecúmenos (del Camino Neocatecumental) y los llamé a la parroquia porque me parecía que yo ya no servía; entonces ellos me ayudaron mucho, me hicieron ver la voluntad de Dios y la Providencia en toda mi vida y yo lo vi porque vi que ellos lo vivían. Desde entonces la cosa cambió mucho; después, al cabo de unos años, el Obispo de Valencia me dijo "por qué no te vas a Cuba" y yo dije "espérese un poquito porque mi padre seguramente morirá pronto". Mi padre murió y me presenté al Obispo; el Obispo murió de accidente de tráfico; entonces, al año siguiente nos enviaron al Padre Vicente Folgado (+) y a mí aquí y por eso estamos aquí.

JAB: ¿Y después de cuantos años ya de sacerdote?

Padre César Buendía     : 32 (hoy 39)

JAB: Después de 32 años, volviendo la vista atrás, si es que tiene tiempo pues veo que siempre esta hacia adelante. ¿Cuál es el sentimiento con estos 32 años?

Padre César Buendía     : Pues mi sentimiento es muy sencillo no he hecho lo que Dios quería; he hecho menos de lo que Dios quería, pero por lo menos he hecho algo. Sí, estoy contento de que Dios me haya llamado pero siempre uno dice "perdí tiempo, no hice lo que Dios se merece, no más del suficiente, pero esperemos que al final la alcance".

JAB: Entonces, ¿Cuál sería el sueño de un Sacerdote?

Padre César Buendía     : El sueño de un Sacerdote la fidelidad, o sea yo quiero ser fiel al Señor creo que es un sueño de todo cristiano; deseo ser mejor y mejor es decir que todo el mundo sea santo. Estas cosas profundas las lleva Dios y nosotros somos solo instrumentos bastante inútiles. Al menos, no defraudarle tanto como a veces me parece que le defraudo.

JAB: Usted es experto en moral y en sacramentos, todavía recordamos la lección magistral sobre los sacramentos en la inauguración de un curso académico. ¿En este año Sacerdotal, que consejo nos daría en esta línea de la moral de los sacramentos?

Padre César Buendía     : Bueno; es difícil dar un consejo a los demás, pero a mí lo que me ha ayudado mucho es ver las cosas desde Dios, o sea, el ver la historia de la gracia, no ver la historia de los triunfos humanos, personales; a veces a los mismos a los padres de familia, los hijos no les salen como ellos quisiera o por lo menos como ellos imaginaban, sino que Dios lleva la historia entonces resulta que el hijo hace cosas que el Padre no esperaba y cuando el Padre no se lo esperaba tampoco, el hijo hace cosas que el Padre daba por supuesto que el hijo no va hacer. Yo desearía que cada uno recobrara la esperanza pensando en Dios, Dios es el que lleva las cosas y por tanto en él recobrar nuestras esperanzas, eso es  lo que yo diría.

JAB: Pues muchísimas gracias. Si quisiera añadir algo más con motivo del año sacerdotal.

Padre César Buendía     : Lo único, que los Sacerdotes tenemos algo especial. No es sólo que Dios nos ha llamado amigos, no somos siervos sino amigo, pero eso se lo ha llamado a todos y a cada uno a su forma, pero sí tenemos una cosa, algo que decía el Santo Cura de Ars: "Con dos palabras bajó Dios al mundo y con dos palabras salvó a un alma del infierno". Pues, aprovechar eso. Aprovechar al Sacerdote, porque el Sacerdotes es un regalo de Dios, para nosotros los Sacerdotes y para todos los demás, o sea amar al Sacerdote no para hacerle la vida fácil, sino para que cumpla con su misión y también no permitir que no la cumpla y esto que estamos diciendo amar el Sacerdocio porque que es necesario.

JAB: Pues muchísimas gracias Padre César y aquí está su casa Radio María.

Padre César Buendía     : Muchas gracias.

«LA IGLESIA CATÓLICA DEL PERÚ: PATRIMONIO HISTÓRICO DE BELLEZA Y MISERICORDIA» https://www.youtube.com/watch?v=W2qtAZ383Fs

https://www.youtube.com/watch?v=W2qtAZ383Fs

MESA REDONDA: «LA IGLESIA CATÓLICA DEL PERÚ: PATRIMONIO HISTÓRICO DE BELLEZA Y MISERICORDIA»

Ponencia 1: «Señor de los Milagros, ícono de la misericordia, a los 250 años de la formación de las primeras cuadrillas», por P. Lic. Armando Nieto Vélez, SJ (Presidente de la Academia de Historia de la Iglesia)

Ponencia 2: «Las obras de misericordia en el arte del Perú y el sentido universal en la arquitectura y arte religioso de Lima»,por Arq. Luis Villacorta Santamato (Co-Director del CEPAC-UCSS)

Ponencia 3: «La misericordia y rutas de evangelización en el libro de cronología de la historia de la Iglesia en el Perú», por Dr. José Antonio Benito (Director del CEPAC-UCSS y del Instituto de Estudios Toribianos de la FTPCL)

jueves, 26 de mayo de 2016

El clero y la rebelión de Túpac Amaru según Mons. Severo Aparicio

Severo APARICIO QUISPE, El clero y la rebelión de Túpac Amaru, Imp. Amauta, Cuzco 2000, 92 pp.

 

En 1980 se cumplían los doscientos años de la rebelión indígena en el siglo XVIII encabezada por José Gabriel Túpac Amaru, que salió en defensa de los derechos de los indios contra los abusos de las autoridades locales hispanas.

 

El bicentenario se conmemoró con dos eventos científicos: un «Coloquio Internacional: Túpac Amaru y su tiempo», celebrado en Lima y Cuzco en 1980, promovido por el gobierno del país; y un Simposio sobre la «Iglesia y la Rebelión de Túpac Amaru», por iniciativa de la arquidiócesis de Cuzco. Las actas de uno y otro fueron publicadas en Lima, 1982 y Cuzco, 1983.

 

Mons. Severo Aparicio, obispo auxiliar emérito de Cuzco, historiador de la labor de la Orden de la Merced en el Perú, fundó en 1986 el Instituto Peruano de Historia Eclesiástica, elevado diez años después, en 1996, a Academia Peruana de Historia Eclesiástica, de la que es presidente. En esta publicación, Aparicio reúne varios estudios en torno a José Gabriel Túpac Amaru y sus relaciones con eclesiásticos.

 

Un primer trabajo, presenta a los eclesiásticos que se opusieron a Túpac Amaru y que emprendieron iniciativas para su represión; y a los que le apoyaron en su causa; estos últimos fueron doce sacerdotes seculares y cinco regulares: tres dominicos, un franciscano y un agustino; el más significativo fue D. José Maruri, cura de Asillo (Puno), nacido en Huancayo, hijo de Mariano Maruri, coronel del regimiento de Infantería de la ciudad de Cuzco, de la Orden de Santiago, que sería aprisionado en Perú tras la derrota de los sublevados, trasladado a España, donde sería liberado en 1787, pero con la expresa prohibición de pasar a las Indias.

 

El Autor en el segundo trabajo se pregunta si José Gabriel Túpac Amaru fue católico creyente y lo muestra como hombre de fe, que ve su rebeldía con óptica providencialista. Es interesante la atribución que el caudillo indígena se toma para nombrar a diversos párrocos en los territorios que fue dominando.

 

El tercer apartado analiza la actuación del Obispo de Cuzco, Juan Manuel Moscoso y Peralta, promocionado desde la sede de Córdoba del Tucumán a la sede andina en 1778. Moscoso fue acusado de actuar a favor de la revuelta, entre otros por Mata Linares; las acusaciones no se demostraron y el obispo sería promocionado en 1789 a la diócesis peninsular de Granada, en donde permaneció hasta su fallecimiento en 1811. Aparicio sostiene que el obispo no colaboró con la rebelión indígena.

 

Por último, presenta el Autor la religiosidad de Micaela Bastidas, esposa de TúpacAmaru, que en todo momento apoyó la legitimidad de la revuelta y a quién correspondió tomar decisiones a favor de la causa, en ausencia de su marido en guerra. Ha sido un acierto reunir en una publicación estos trabajos que perfilan desde diversos ángulos el tema enunciado.

 

E. Luque Alcaide

lunes, 16 de mayo de 2016

RAZONES PARA LA ESPERANZA DEL CARDENAL MÜLLER y LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

RAZONES PARA LA ESPERANZA DEL CARDENAL MÜLLER

Me estoy leyendo esta joya y no puedo menos de compartirles alguno de sus esclarecedores textos. De verdad que es una auténtica bocanada de aire fresco que oxigena el alma con la reflexión serena, sencilla, profunda del centinela de la fe, sucesor de J. Ratzinger, al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Les ofrezco en primer lugar la recensión ponderada de ACEPRENSA; en segundo lugar una entrevista al autor del libro y en tercer lugar les copio un tema que siempre me ha interesado, la Teología de la Liberación, porque sueño que un día sirva de puente, de lazo, comunión y deje de ser motivo de sospecha y descalificación. Las reflexiones del Cardenal reflejan su gran formación, su vivencia peruana sobre una realidad de auténtica liberación evangélica, su fidelidad a la Iglesia y su celo pastoral.

 

1. El "Informe sobre la esperanza" del Card. Müller

·         ACEPRENSA

·         4.ABR.2016

Con el título de Informe sobre la esperanza (1) –que recuerda el famoso libro con las conversaciones entre Vittorio Messori y Joseph Ratzinger, Informe sobre la fe (1985)–, la Biblioteca de Autores Cristianos acaba de publicar una larga entrevista al cardenal Müller, realizada por el teólogo y director general de la editorial, Carlos Granados.

 

Profesor de Teología Dogmática y obispo de Ratisbona hasta que en 2012 Benedicto XVI lo llama a Roma para encargarle la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Ludwig Müller era conocido sobre todo por haber dirigido la publicación de las Obras completas de Joseph Ratzinger. Después de que el Papa emérito lo eligiera para dirigir el organismo del que él mismo fue prefecto durante un cuarto de siglo, el Papa Francisco lo confirmó en el cargo.

Müller, dice el entrevistador en la presentación del libro, "es una de las figuras más descollantes de la teología actual. Es un teólogo, es decir, un creyente que trata de expresar la respuesta de Dios a las preguntas del hombre. Es el prefecto de la Fe y, por tanto, alguien que tiene un punto de vista privilegiado sobre las situaciones, los horizontes y los interrogantes que se abren ante nosotros".

"El buen pastor predica a Cristo y lo ofrece, con la máxima dignidad, en el sacrificio incruento de la Misa"

Según Granados, el hombre de hoy no percibe su falta de fe como una tragedia, pero sí le inquieta profundamente la falta de esperanza. "La cuestión clave es, por ello, la cuestión de la esperanza. Y nuestros coetáneos se preguntan si hay una esperanza para el 'ahora'; si la pueden encontrar en el cristianismo; y sobre todo, ¿cuál es el fundamento de la esperanza cristiana?".

Por esta razón, la entrevista al Card. Müller ha tomado como tema fundamental el de la esperanza, e intenta responder a estas preguntas: ¿Qué podemos esperar de Cristo, de la Iglesia, de la familia, de la sociedad? Por último, se aborda el tema de la misericordia en el marco del presente año jubilar. Los extractos reunidos abajo tocan algunos de los muchos asuntos de interés que aparecen en el libro.

(1) Gerhard Ludwig Müller, Carlos Granados, Informe sobre la esperanza. Diálogo con el cardenal Gerhard Ludwig Müller, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid (2016), 238 págs., 14 €. 

La misión de los pastores

La pastoral no es solo una técnica para organizar algo, para entretener a la gente, para atraer o distraer. La pastoral viene de Jesús, que es el Buen Pastor. La pastoral debe partir siempre de Él y debe, por tanto, tomar en serio a las personas y su búsqueda de la verdad y del bien.

Las acciones pastorales que propone el pastor son, prioritariamente, los sacramentos y muy en particular, la Eucaristía. No es un organizador de acontecimientos para entretener a la gente en su tiempo libre o un psicopedagogo que debe proponer actividades que diviertan y entretengan a los niños y a los jóvenes que van a la catequesis semanal. Imitando al Buen Pastor, entra en el tejido de la vida de las personas, en sus dramas y en sus dificultades concretas, en las familias, en el trabajo, en las relaciones. Habiendo recibido la responsabilidad de la cura de las almas, sabe que es allí donde se pone en juego la vida entera de las personas, porque la Eucaristía es la misma vida ofrecida toda ella como sacrificio que se une al de Cristo "por todos los hombres".

Un pastor maduro y responsable sabe que, sobre todo, debe cuidar y mimar la preparación de la Santa Misa. Especialmente el decoro de la celebración y la predicación de la misa dominical, que debe proporcionar un verdadero alimento y no teorías teológicas o exegéticas quizás deslumbrantes en apariencia, pero que realmente a pocos interesan, aparte del predicador. El buen pastor predica a Cristo y lo ofrece, con la máxima dignidad, en el sacrificio incruento de la Misa. Este debe ser constantemente el punto de referencia de toda pastoral y el criterio basilar que debería inspirar la especial vigilancia que incumbe a los Obispos sobre la acción pastoral desarrollada en su diócesis.

Natalidad

Las políticas antinatalistas no son sino otra propuesta ideológica que esconde algo inconfesable: el intento de mantener de modo injusto el status de privilegio de unos pocos, a costa de impedir el acceso a la riqueza a amplias capas de la población. En realidad, sabemos que el hambre en el mundo no es ni mucho menos la consecuencia de una superpoblación o que el aborto no sirve para contener el crecimiento de la población, sino para dar satisfacción a nuestro hedonismo.

Las familias numerosas expresan la sobreabundancia del amor. Son un gran sí a la vida. Varios hijos no son solo un gran don para sus padres, sino también para la Iglesia y para toda la sociedad.

"Las familias numerosas expresan la sobreabundancia del amor. Varios hijos no son solo un gran don para sus padres, sino también para la Iglesia y para toda la sociedad"

Al respecto, nunca he entendido cómo los países occidentales, con tasas negativas de crecimiento de la población y con tasas cada vez más altas de esperanza de vida, no reconocen y sostienen la voluntad de aquellos pocos que, de forma generosa, están dispuestos a formar una familia numerosa. Por el contrario, de modo irracional, los que deberían ser objeto de nuestra admiración y respeto son tratados con crítica burlona o se les discrimina con injustas cargas sociales indirectas, cuando deberían ser mimados con políticas sociales especiales, pues, incluso desde el punto de vista del interés, aquellos hijos son nuestro futuro, los que sostendrán a los ancianos del mañana con su contribución económica.

Debo precisar, para evitar toda errónea interpretación, que sería una conclusión superficial decir que el matrimonio está para aportar a la sociedad elementos humanos bien formados (…). El Magisterio, por el contrario, ha enseñado siempre que no se trata simplemente de una cuestión de utilidad social: los hijos son un bien en sí mismos y hacen más buenos a los padres, dilatando su corazón, fortaleciendo su unión y generando en ellos una nueva plenitud, precisamente porque se convierten en el objeto de sus preocupaciones y atenciones. Los hijos son, para sus padres, sus maestros en generosidad. ¡Una familia numerosa es una gran escuela de gratuidad!

Misericordia

La confesión sacramental es el gesto más paradigmático de la misericordia de Dios. Este signo de gracia nos permite comprender cómo es la mirada del Señor sobre nuestros pecados. En este sacramento nos contagiamos de su modo de mirarnos, de esa mirada justa y buena al mismo tiempo, esa mirada que no nos abandona en el lodazal de nuestras miserias; es mirada que, por otra parte, conlleva el tomarnos en serio, pues si bien Dios nos da mucho, también exige mucho de nosotros, al saber que podemos dar mucho si recibimos tanto de Él. Sí: Dios nos toma en serio, pero lo hace como un padre bueno que sabe ser paciente con sus hijos, que no se cansa nunca de acompañarlos y que, sobre todo, no los abandona nunca.

"La confesión sacramental es el gesto más paradigmático de la misericordia de Dios"

Hoy sería muy importante comprender que tanto la misericordia como la justicia derivan de la bondad divina como de una misma fuente. Cierta comprensión actual de la realidad en la que hay una inflación de lo afectivo y del sentimental, pretende convencernos de que la misericordia y la justicia son antagónicas. Sin embargo, "la justicia y la misericordia se han abrazado" (Sal 85, 11), es decir, para Dios, decir justicia es decir misericordia, sin oposición.

La justicia de Dios es la que nos hace justos por su misericordia, manifestada en el amor crucificado del sacrificio de Cristo en el Gólgota. (…) Por pura gratuidad, la justicia de Dios nos hace justos y santos si acogemos tan gran don. La misericordia se convierte así en la faceta interna de la justicia, en la otra cara de la moneda de la bondad divina: Dios, por su bondad misericordiosa, nos justifica.

2.  Entrevista de Carmelo López-Arias, al autor del libro en religionenlibertad.com.

http://www.almudi.org/noticias-articulos-y-opinion/10778-informe-sobre-la-esperanza

Un hecho sorprendente para muchos es la amistad del cardenal Müller con Gustavo Gutiérrez...

Ciertamente, el cardenal Müller tiene una buena amistad con Gustavo Gutiérrez. Se conocieron en el Perú, donde Müller ha pasado temporadas largas de su vida y donde ha aprendido nuestra lengua española. Ahora bien, como decía Aristóteles: "Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad". Quiero decir, que la amistad con Gustavo Gutiérrez no implica que el cardenal sea un ingenuo y no sepa también emitir una palabra crítica sobre sus posiciones.

¿Qué les une y qué les separa?

Müller ha señalado repetidamente que la "verdadera teología de la liberación" tal y como él la entiende "es opuesta al marxismo, así como al actual liberalismo económico". Müller ha insistido también en que es "la codicia de los hombres concretos y no las aparentemente todopoderosas fuerzas del mercado las que han provocado la crisis financiera mundial", con ello se enfrenta al dogma de las fuerzas de mercado y del pecado social-estructural e insiste en las elecciones concretas de la persona. No voy a entrar aquí en una comparación con Gustavo Gutiérrez, que sería ajena al libro Informe sobre la esperanza. Solo recuerdo lo que dice Müller en el libro: que el Magisterio ha valorado críticamente aspectos de la teología de la liberación, pero que ha valorado también positivamente otros: que ha criticado la mediación socio-analítica y la utilización de instrumentos conceptuales marxistas; pero que ha valorado otros elementos como la superación de una contraposición dualista entre el "más allá" y el "más acá". Me parece que se trata de un juicio ponderado, que solo puede suscitar rechazo en espíritus poco católicos, poco universales, incapaces de establecer un campo de debate cordial.

Pero ¿qué queda de la teología de la liberación si le quitamos el marxismo en lo filosófico, el indigenismo en lo cultural y el socialismo en lo económico?

Creo que ya he dicho algo en la anterior pregunta. Cuando hablamos de "teología de la liberación" nos referimos a un concepto enormemente amplio y muy variado, tanto en su teoría como en su práctica. La teología de la liberación a la que usted se refiere como la suma de indigenismo, marxismo y socialismo es una de las formas, y precisamente la que es criticada también por el cardenal Müller. Esta "teología de la liberación" ha demostrado ya su infecundidad simplemente con el paso del tiempo: sacerdotes que han abandonado el ministerio, cristianos que han abandonado la vida sacramental,… El cardenal Müller propone no olvidar los elementos valiosos que tenía aquella propuesta teológica, como la dimensión social del pecado o el trabajo sobre una relación adecuada entre el "más allá" y el "más acá".

3.  LO QUE DICE EL CARDENAL CON SUS PROPIAS PALABRAS al pedirle el autor  una VLORACIÓN DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

 

"El Magisterio reciente ha valorado críticamente solo algunos de los elementos de la TL. En concreto, ha criticado la mediación socio-analítica y la utilización parcial de instrumentos conceptuales marxistas, radicalmente contrarios a la antropología cristiana. Pero ha considerado dignos de ser tenidos en cuenta e incluso irrenunciables otros elementos como la necesidad de realizar un análisis empírico y científico-social de la existencia y de la realidad del hombre que evite el dilema dualístico del más acá en contraposición al más allá. Como dije en su momento en mi libro "De parte de los pobres: TL, teología de la Iglesia" los postulados de esta Teología sobre la no coincidencia indistinta entre felicidad terrenal y salvación eterna, considerando la historia como la lucha dramática entre las fuerzas dialécticas de la gracia y la libertad, por un lado, y del pecado y la opresión por el otro, se pueden entender correctamente con la ayuda de ciertos elementos de la "Nouvelle théologie", estudiados en profundidad por mi gran amigo el teólogo Gustavo Gutiérrez (veo su desarrollo teológico como una Nouvelle théologie", orientada a lo social) o del debate sobre la Gracia que promovió Karl Rahner (con una aplicación histórico-social).

La libertad entendida en cristiano, a diferencia de aquella propuesta por algunos filósofos, tiene por objeto no solo la elección entre algunas o muchas posibilidades; su esencia es la facultad de elegir lo bueno como tal, sobre todo a Dios Padre, fuente de todo lo bueno. Ser libres implica poder identificarnos con Dios, encontrando nuestro sentido de la vida en la comunión con Él. Por ello, la esperanza en Jesús incluye nuestra respuesta libre. Dios no nos considera solo como objetos de su actuar sino también como auténticos sujetos o protagonistas de nuestra Salvación. Partícipes en la relación personal entre el Padre y el Hijo, nos considera sus hijos y nos llama a una relación de amistad con él. La fe nos radica en una esperanza que no defrauda: esto es lo que Cristo esperó del Padre y esta es la esperanza que El Padre colmó al resucitar a su Hijo" pp29-30