sábado, 30 de enero de 2016

REQUERIMIENTO LEÍDO POR EL PADRE VALVERDE AL INCA ATAHUALPA

2007 "Padre Vicente Valverde, pionero de la evangelización del Perú" Revista Peruana de Historia Eclesiástica , Cuzco, 2007, nº 10, 37-70

http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1109271211-padre-valverde-y-la-evangeliz

http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2011/09/27/los-dominicos-y-el-requerimiento-al-inca-atahualpa/


Gracias a que tengo en mis manos la obra de Raúl Porras Cedulario del Perú, I, Colección de Documentos inéditos para la historia del Perú, Lima 1944, p. 196-197, les comparto dos textos fundamentales para comprender el polémico lance de Cajamarca. He transcrito todo el texto, actualizando su grafía. Nos ayuda a conocer la mentalidad oficial de los españoles, así como la "justificación" jurídico-teológica de España en el Descubrimiento, Conquista, Poblamiento y Evangelización. 

Como indica el gran historidor RPB "El texto del requerimiento, copiado oficialmente en este Cedulario para ser reiterado a Pizarro, el 8 de marzo de 1533 fue seguramente el mismo que se leyó a Atahualpa, mal traducido por los intérpretes, el día de su captura. Es pues, un documento histórico de capital interés "pp.XXVI-VII


Otro texto de gran interés es la respuesta que da el Rey Carlos I a fray Vicente de Valverde

Devoto padre fray Vicente de Valverde de santo Domingo. Vi vuestra letra de 7 de junio del año 1533 y he holgado mucho del buen suceso que Nuestro Señor fue servido de dar al capitán Francisco Pizarro en el viaje que con vos y con la gente que llevó hizo contra el cacique Atabaliba y de la suma de oro y plata que en ella se hubo por lo cual le doy muchas gracias y a vos Padre tengo en servicio lo que en ello hicistes que bien certificado estoy de los trabajos que pasastes. Yo vos encargo tengáis mucho cuidado de la instrucción y conversión de los indios de esa gobernación en las cosas de nuestra Santa fe que en ello placer y servicio recibiré. De Toledo a 21 días del mes de mayo de 1534 años, yo el Rey (Carlos I), Refrendada del comendador mayor y señalada de los dichos (folio 190)

Requerimiento que se ha de hacer a los indios del Perú. [f. 122 v-124v; pp. 131-133]

La forma y orden que se ha de tener en el Requerimiento que de parte de Su Majestad se ha de hacer a los indios caribes, alzados de la provincia del Perú es el siguiente:

De parte del Emperador y Rey don Carlos y doña Juana, su madre, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Toledo, de Valencia, d Galicia, de Mallorca, de Sevilla y de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Islas Indias y Tierra Firme del mar Océano, Condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, duques de Atenas y de neo patria, Condes de Rosellón y de Cerdaña, marqueses de Oristán y de Gozciano, Archiduques de Austria, duques de Borgoña y de Bravant, condes de Flandes y de Tirol, etc., domadores e las gentes bárbaras…sus criados os notificado y hacemos saber como mejor podemos que Dios Nuestro Señor, uno y eterno, crió el cielo y la tierra y un hombre y una mujer de quien nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados y todos los que después de nosotros vinieron más por la mucha muchedumbre de la generación que de estos ha salido desde cinco mil

[123] y más años que el mundo fue criado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra y se dividiesen por muchos reinos y provincias que en una sola no se podrían ni conservar.

De todas estas gentes Dios Nuestro Señor dio cargo a uno que fue llamado San Pedro para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen y fuese cabeza de todo el linaje humano, quiere que los hombres viviesen y estuviesen en cualquier ley, secta o creencia y diole todo el mundo por su Reino y jurisdicción y como quiere que él mandó poner su silla en Roma como en lugar más aparejado para regir el mundo más también le prometió que pudiese estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo y juzgar y gobernar a todas las gentes cristianos, moros, judíos, gentiles o de cualquier secta o creencia que fueren. A este llamaron Papa porque quiere decir admirable mayor padre y gobernador de todos los hombres.

A este San pedro obedecieron y tomaron por señor rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron al Pontificado elegido y así se ha continuado y se continuará hasta que el mundo se acabe.

Uno de los pontífices pasados que en lugar de este sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del Mar océano a los dichos rey y reina y a sus sucesores en estos reinos con todo lo que en ellas hay según se contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron según dicho s que podéis ver si quisiereis así a que sus majestades son reyes y señores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación y como a tales reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado han recibido a sus majestades y les ha obedecido y servido y sirven como súbditos lo deben hacer y con buena voluntad y sin ninguna resistencia luego sin dilación como fueron informados de lo susodicho obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus altezas les enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra santa fe y todos ellos de su libre agradable voluntad sin premia ni condición alguna se tornaron cristianos y lo son y sus majestades los recibieron alegre y benignamente y así los mandaron tratar como a los otros sus súbditos y vasallos y vosotros sois tenidos y obligados a hacer lo mismo…

Por ende como mejor podemos vos rogamos y requerimos que entendáis bien esto que os hemos dicho y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo y reconozcáis a la iglesia por señora y superiora del universo mundo y al sumo pontífice llamado Papa en su nombre y al emperador y reina doña Juana nuestros señores en su lugar como a superiores y señores y reyes de esas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación y consintáis y deis lugar que estos padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho

Si así lo hiciereis haréis bien y aquello que sois tenido y obligados y sus altezas y nos en su nombre os recibiéremos con todo amor y caridad y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas libres sin servidu7nmbr para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo que quisiereis y por bien tuviereis y no os compelerán a que os tornéis cristianos salvo si vosotros informados de la verdad os quisieres convertir a nuestra santa fe católica como lo han hecho casi todos los vecinos de las dichas islas y allende de esto sus majestades os concederán privilegios y exenciones y os harán muchas mercedes.

Y si no lo hiciereis o en ello dilación maliciosamente pusiereis os certifico que con la ayuda de Dios nosotros entregaremos poderosamente contra vosotros y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos y os sujetaremos al yugo y obediencia de la iglesia y de sus majestades y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus majestades mandaren y os tomaremos vuestros bienes y os haremos todos los males y daños que pudiéremos como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen y protestamos que las muertes y daños que de ello se recrecieren sea a vuestra culpa y no de sus majestades ni nuestra ni de estos caballeros que con nosotros vienen y de cómo lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo dé por testimonio signado y a los presentes rogamos que de ellos sean testigos. Señalada de Samano y Beltrán y Juárez y Bernal y Mercado. 

jueves, 28 de enero de 2016

NIÑOS Y JÓVENES MÁRTIRES EN EL VIRREINATO DEL PERÚ

En el artículo del P. C. Bayle "Niños mártires en América" España Misionera, Vol.I, Madrid 1944, n. 3, 390-416, menciona dos casos de mártires jóvenes en el virreinato peruano, uno contado por el jesuita P. Antonio Ruiz de Montoya y el otro por el franciscano Bernardino Izaguirre.

 

En la obra "Conquista espiritual" del P. Ruiz de Montoya se escribe:

"Entraron por tierra de gentiles, dándoles aviso de nuestros deseos y determinación de entrar a anunciarles el Evangelio; prendiéronlos luego con ánimo de matarlos para hacer la célebre fiesta de su bautismo…; ofreciéronles luego mujeres, desahogo y libertad de conciencia. El más anciano aceptó el partido y e amancebó luego; el mozo, no olvidando de lo que en nuestra escuela había aprendido (tanto importa aun entre los indios instruir bien la juventud), no admitió cosa de las que le ofrecían; y para moverle más le pusieron delante una muy escogida moza que, aficionada a la buena disposición del mancebo, deseaba que la apeteciese. El casto mozo ni aun mirarla quiso. Instaron los gentiles a que la mirase; él les respondió que los Padres enseñaban el no mirar a mujeres, porque por los ojos entraba el pecado en el alma, y que la ley de Dios prohibía la deshonestidad y el adulterio: que él era casado, al modo que Dios manda, y que no podía admitir otra mujer. Amenazáronle que si no tomaba aquélla le darían la muerte. "Matadme, dijo, que mi cuerpo sólo mataréis y no mi alma, porque es inmortal, y espero que muriendo yo, irá ella a gozar eternamente de Dios".

Vista esta fortaleza por los gentiles, trataron de matarlo, y el mismo padre de la moza, borracho de enojo de ver que despreciaba a su hija, arremetió a él, y con brutal furia le dio la muerte a puñaladas. Despedazaron su cuerpo y lo comieron. El compañero infeliz vivió algunos  días en compañía de la muer que le habían dado y al fin le mataron con mucha solemnidad y se lo comieron" (p.92)

El lego franciscano Fray Jerónimo Jiménez, con una partida de españoles y dos indios niños, se desliza en una balsa corriente abajo del Parané, en lo que se denomina Montaña Real del Perú; con él iba un cacique campa con su mujer; buscaban otra tribu para predicarles; esto es, los buscaba el religioso; que el cacique, irritado porque le reprendieron tener 3 mujeres, iba en acecho de venganza y había avisado a los bárbaros, que, ocultos en la espesura de la orilla, lecharan a los españoles. Y lo hicieron y los mataron a todos. Fray Jerónimo pudo salir a nado; allí en el arenal acabó con el pecho atravesado de flechas y el cráneo abierto a garrotazos; lo mismo hizo el cacique con uno de los niños. "Historia de las Misiones franciscanas en el Perú" I, p.170, Lima 1922

Lo propio sucedió con otro cacique en Pichana, Montaña Real. Fr. Francisco Izquierdo conoció el pecho rabioso del cacique y previó la tragedia; no quiso huir. Llamó a su compañero Fr. Andrés Pinto, lego, y a un muchacho de 12 años que los asistía y les preguntó si estaban con ánimo de esperar el martirio y con la seguridad que le dieron, entráronse los tres en la iglesia y de rodillas, con cruces en las manos se encomienda a Dios, cuando llegó el tropel acaudillado por el cacique. Éste lanzó la primera flecha al P. Izquierdo y se la clava en el corazón; el lego y el niño acuden a sostenerlo y el grupo de los tres queda cubierto de flechas. Los salvajes, para mayor seguridad del crimen los muelen a palos y con bejuncos los arrastran y arrojan al río. Entretanto, los dos religiosos y el niño reciben la palma del martirio. 

martes, 26 de enero de 2016

Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa nº 9, 20156, 220 pp

NUEVO NÚMERO de la Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa (nº 9, 20156, 220 pp)

¡Qué gusto nos da comunicar el nacimiento de un nuevo número de la Revista del AAA! Felicitaciones, amigo Álvaro Espinoza de la Borda. Sigue adelante en este noble empeño y muchas gracias por la gentileza de enviarme la revista hasta Lima. 
Les comparto en adjunto el indice de los articulos y transcribo el final de la nota de presentacion de su editor:
"Agradecemos, de manera reiterada al señor Arzobispo Metropoltinao de Arequipa, E.E.R. Javier del Rio Alba, por la confianza que nos da para la edicion de la Revista, a don Luis Sardon Capena, Director del Archivo, por las facilidades que siempre nos da; a la señora Lucia Pastor de Chirinos, por su invalorable ayuda de comienzo a fin de la edicion; a Deysi Zambrano Flores, mi esposa, que con su comprension y apoyo pobilita nuestros proyectos; a los autores que generosamente han proporcionado sus colaboraciones y a todos los que de diferente forma han participado de esta edicion; y, sobr todo, a Nuestro Señor que da sentido a nuestra vida. A.M.E. de la B, Editor"

Que la disfruten
JAB

MÉTODO PASTORAL DE SANTO TORIBIO P. JAIME HORACIO LLAMAS VEGA


MÉTODO PASTORAL DE SANTO TORIBIO

P. JAIME HORACIO LLAMAS VEGA

 Trabajo para el Curso de licenciatura LAS VISITAS PASTORALES DE SANTO TORIBIO del profesor JOSÉ ANTONIO BENITO RODRÍGUEZ, Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, 2008

 

En el ejercicio pastoral de Santo Toribio de Mogrovejo podemos encontrar una verdadera cátedra de evangelización. En el presente trabajo tratamos de mostrar algunos de los principios que animaron su ministerio pastoral y que expresan un orden en su obrar que en algunos casos preserva y en otros anticipa algunas orientaciones y criterios pastorales que la Iglesia ha ido formulando a través del tiempo.    

 

Ensayamos desde aquí una presentación de los criterios que insinúan una cierta metodología en su acción pastoral: la fidelidad al Evangelio, la obediencia a la Iglesia y el diálogo pastoral.

 

INTRODUCCIÓN

 

El ministerio pastoral de santo Toribio de Mogrovejo ha sido un impulso misionero de enorme impacto para la primera evangelización de esta parte del continente americano, dejando frutos abundantes y duraderos para la Arquidiócesis de Lima, para las diócesis que de ella se desprendieron y para las diócesis sufragáneas. A pesar de los siglos transcurridos su legado ha dejado una honda huella en la historia de muchos pueblos. A la luz de su impresionante testimonio de caridad pastoral podemos enriquecer nuestro presente y aprender muchas cosas.

 

La pregunta que motiva esta breve investigación es si podemos rastrear y reconstruir a partir de sus visitas pastorales una metodología que nos sirva de referente aún hoy en tiempos de nueva evangelización. Por ello ensayamos una presentación del ejercicio ministerial del santo Arzobispo señalando algunos criterios que puedan establecer un cierto orden y sentido pastoral.

 

Siguiendo tres criterios fundamentales (fidelidad al Evangelio, obediencia a la Iglesia y diálogo pastoral) nos acercaremos a la figura y al modo de obrar de un verdadero pastor según el corazón de Cristo, del que siempre podemos aprender e inspirar nuestro esfuerzo de nueva evangelización.     

 

I.- FIDELIDAD AL EVANGELIO

 

El santo Arzobispo Toribio de Mogrovejo fue un cumplidor fiel de los "tria munera". Los tres oficios de Cristo (enseñar, santificar y regir) que fueron entregados como misión a los apóstoles nos permiten seguir el itinerario de santo Toribio en sus visitas:

 

 

1.1   LA FUNCIÓN DE ENSEÑAR: MUNUS DOCENDI

 

Predicación primera

 

Consciente de que la fe nace de la escucha de la Palabra  (fides ex auditu)[1] el santo Pastor dedicaba tiempo, en cuanto se lo permitían las circunstancias, a dar el alimento de la predicación a sus ovejas. En ocasiones llegó a lugares en los que poco o nada se sabía de Cristo y en los que nunca se había visto a un Prelado.

 

El aprendizaje de la lengua nativa y otros medios

 

Este aspecto tenía tanta relevancia que le llevó a aprender el quechua y proveer de instrumentos que facilitasen la mayor asimilación del mensaje evangélico en la propia lengua de los indígenas (catecismo), disponiendo que los sacerdotes aprendan dicha lengua o que proveyesen temporalmente de sacerdotes que conociesen ya la lengua para el ejercicio de la predicación.

 

El conocimiento de la lengua de los indígenas llegará a ser una exigencia para la ordenación de nuevos sacerdotes.

 

Además pide a los sacerdotes que prediquen con un lenguaje comprensible y adecuándose a la necesidad de los fieles. Se proveerá de un instrumento especial para ayudar a los sacerdotes a administrar mejor el sacramento de la Confesión a los indígenas (confesionario)[2].

 

1.2.   LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR: MUNUS SANCTIFICANDI

 

Bautismo, Confirmación y Eucaristía

 

El deseo de llevar el don de la salvación a tantas almas como se le había confiado, hizo que una de las prioridades de sus visitas fuese justamente proveer a los fieles de los sacramentos, especialmente del bautismo y la confirmación. Las regulaciones respecto a este tema son constantes como puede verse en las actas de los sínodos diocesanos. Se elaboraba padrones con la relación de bautizados, confirmados, matrimonios.

 

La Eucaristía tenía un lugar de gran importancia para santo Toribio. Una de las primeras cosas que hacía al llegar a un lugar era ingresar a la Iglesia donde oraba largamente y - cuando llegaba antes de Mediodía- celebraba la Santa Misa[3].

 

Solicitud con los demás sacramentos

 

El libro de visitas indica en ocasiones el número de indios casados y los que aún no lo estaban. También se lleva el registro de aquellos que deben recibir la Confesión (hemos mencionado el uso del confesionario como instrumento para facilitar la administración de este sacramento). Existe también un instrumento pastoral para acompañar a los moribundos. La exhortación o preparación para bien morir se dirigía tanto a los indios en trance de muerte como a los que necesitasen prepararse para ello aunque no estuviesen moribundos[4].

 

La creación del Seminario y las normas que regulan la admisión de candidatos al sacramento del Orden muestran su interés por proveer a su rebaño de pastores según el corazón de Cristo.

 

"La razón por la cual el santo Arzobispo se preocupa tanto de la existencia de parroquias para que sus fieles puedan recibir los sacramentos, indica la importancia que daba al munus sanctificandi, por estar convencido de la importancia de los sacramentos y de la liturgia en general como medio de santificación, como comunicación de la salvación."[5]

 

1.3.   LA FUNCIÓN DE REGIR: MUNUS REGENDI

 

A lo largo de su ministerio episcopal santo Toribio fue conociendo cada vez más la realidad de su arquidiócesis, ya desde el comienzo con ocasión de sus entradas y visitas fue organizando y proveyendo de legislación adecuada a las necesidades de los fieles. Varios de los sínodos celebrados por santo Toribio fueron realizados en medio de sus Visitas y en ellos se percibe una serie de preocupaciones recurrentes del santo Pastor.

 

Las Visitas pastorales le permiten conocer la realidad de la diócesis y gobernar mediante instrucciones dadas in situ[6], es decir, a partir de la constatación directa de las necesidades más urgentes se van generando estructuras y un ordenamiento jurídico adecuado a las circunstancias.

 

 

2.   ENCARNACIÓN DEL IDEAL DEL BUEN PASTOR

 

Son múltiples los testimonios que presentan a nuestro santo como una verdadera imagen del Buen Pastor que presenta el Evangelio[7].

 

El santo Arzobispo de Lima vivió para sus ovejas, les dio generosamente el alimento de la Palabra de Dios y de los sacramentos, las protegió de los lobos que querían sacar provecho del rebaño (nótese por ejemplo la cuidada legislación que protege a los indios contra los abusos de algunas autoridades), conocía a sus ovejas y sus ovejas lo conocían a él (justamente a través de las visitas), murió entregando sus últimas fuerzas por el bien de su rebaño (en Saña, en medio de su cuarta visita).

 

"… Toribio, configurado con Jesús el Buen Pastor, lleva Dios a sus fieles, lleva la vida divina que dispensa mediante los sacramentos; la verdad divina que ilumina la vida humana proclamada en su tarea de evangelización; lleva el amor de Dios mediante su actitud amorosa y caritativa."[8]

 

3.   PROFUNDA UNIÓN CON DIOS COMO FUENTE DE SU ENTREGA

En medio de las largas y fatigosas tareas que realizaba, el santo arzobispo encontraba siempre tiempo para el encuentro íntimo con Dios. Era lo primero que hacía al llegar a un poblado: orar largamente en la Iglesia. Muchas veces en los largos y fatigosos caminos iba rezando y recitando las letanías que aún hoy se conservan.

 

Su generosa entrega encontraba su fuente en esa profunda vida de unión con Dios. "Sin mí no pueden hacer nada"[9], dijo alguna vez Jesús a sus discípulos. Estas palabras que nos hacen pensar en la insuficiencia humana para realizar la tarea de enormes proporciones que se encomendó a nuestro santo, a la vez nos insinúan el secreto de tan generosa entrega y de la eficacia de su ministerio: la unión con Cristo.

 

 

II.- OBEDIENCIA A LA IGLESIA

 

2.1.   LEGISLACIÓN  RELATIVA A LAS VISITAS PASTORALES

 

Es importante señalar que las visitas pastorales que realizó santo Toribio estaban respaldadas por la legislación eclesiástica precedente heredada del Arzobispo Loayza y reglamentadas en muchos de sus aspectos particulares. La experiencia misma de las visitas realizadas personalmente, y no a través de terceros, confirmaría al santo Arzobispo que tal legislación era en muchos aspectos insuficiente[10]. Sin embargo, santo Toribio conocía el ideal de Obispo que la Iglesia había formulado hacía poco con ocasión del Concilio de Trento y tenía por delante el reto de responder a ese desafío y dar cauce a ese ideal.

 

2.2.   FIDELIDAD A LAS DISPOSICIONES DE TRENTO

 

Gracias a santo Toribio la Iglesia de Lima pudo gozar de una legislación que concretaba las disposiciones del Concilio de Trento[11].

 

Según los documentos de Trento una verdadera reforma de la Iglesia debía empezar por los Obispos: de su enmienda dependían la del clero y la de los fieles. En su condición de sucesores de los apóstoles debían ejercer su misión con santidad y celo apostólico, con sabiduría y buscando el bien de los demás, sabiendo guiarles paternalmente[12].

 

En este sentido el III Concilio Limense representa un momento de gran importancia. De él se derivan valiosas disposiciones sobre las Visitas y la Instrucción para Visitadores[13]. El santo Pastor exhortó firmemente en este Concilio a los demás Prelados a realizar dichas visitas ellos mismos y no a través de visitadores, salvo casos urgentes[14].

 

"Para conservarse el buen orden y disciplina eclesiástica, el principal medio y fuerza estén hacerse bien las visitas (…) Deseando, pues, este Santo Sínodo poner remedio, en este daño tan general de esta Provincia, con el favor y la gracia de Dios, primeramente amonesta muy de veras a todos los obispos que no dejen por sus mismas personas de visitar sus distritos con verdadero afecto de padres."[15]

 

2.3.   RINDIENDO OPORTUNAMENTE CUENTAS DE SU MISIÓN

 

Las Visitas fueron un gran medio para el conocimiento, la organización y la atención pastoral de la Iglesia de Lima, santo Toribio las preparó y realizó con esmero según las disposiciones de la Iglesia, pero en más de una ocasión tuvo que rendir cuentas de su actividad tanto al Rey como al Papa.

 

Durante una de sus visitas escribe al Papa informando sobre su actividad y empeño pastoral:

 

"Después que vine de España a este Arzobispado de los Reyes por el año de ochenta y uno, he visitado por mi persona, y estando legítimamente impedido, por mis Visitadores, muchas y diversas veces el Distrito conociendo y apacentando mis ovejas, corrigiendo y remediando lo que ha parecido convenir y predicando los domingos y fiestas a los indios y españoles, a cada uno en su lengua y confirmando mucho número de gente … y andando y caminando más de cinco mil y doscientas leguas, muchas veces a pie por caminos muy fragosos y ríos, rompiendo por todas las dificultades y careciendo algunas veces yo y mi familia de cama y comida; entrando a partes remotas de indios cristianos que de ordinario traían guerra con los infieles a donde ningún Prelado ni Visitador había llegado"[16]

 

Se movió con libertad frente a la oposición de algunas autoridades, mostrando firmeza de carácter y profunda convicción de estar cumpliendo con lo que la Iglesia le pedía, pero sabiendo dar cuenta con transparencia y detalle del cumplimiento  de su deber.[17]

 

Debido a las calumnias y ataques del Virrey el santo tuvo que sufrir incomprensión y muchas críticas en agravio de su honra. Llegó incluso a recibir la reprensión del Rey, debido a que se le acusó de ser autor de un Memorial al Santo Padre. A dicha acusación respondió oportunamente:

 

"… se había dado aviso de vuestra Majestad, de Roma, cómo por mi parte se dio un Memorial a Su Santidad en que se decía que los Obispos en esas partes tenían posesión de las Iglesias sin despachárseles Bulas y que el real Consejo de Indias me impedía las visitas de fábricas y hospitales de este Arzobispado y que no tenía donde sustentar el Colegio Seminario suplicando a Su Santidad que para eso se me concediesen todos los frutos de las vacantes de las canonjías y la mitad de los frutos de los demás beneficios de este arzobispado…"[18]

 

El santo se lamenta de la mala imagen que esta falsa información había transmitido al Rey y niega firmemente haber escrito o siquiera pensado tales cosas.

 

III.- DIALOGO PASTORAL

 

3.1.   RELACIÓN CON LOS SACERDOTES

 

En los lugares en los que encontraba sacerdotes la Visita era una ocasión propicia para estrechar vínculos con ellos, para conocer sus inquietudes y necesidades. En el registro de las mismas se consignan datos relevantes sobre el estado de las Parroquias y sobre los sacerdotes que en ellas ejercían el ministerio. Con frecuencia se señala si el sacerdote sabía hablar la lengua de los indígenas o aún no.

 

Pero la Visita también era una instancia por la cual el santo pastor velaba por el buen cumplimiento de sus obligaciones y les animaba a ser pastores que buscan ante todo el bien de sus ovejas, dando la vida por ellas.

 

Hemos de señalar una vez más que para sus largos viajes pastorales nuestro santo Pastor se rodeaba de cercanos colaboradores, entre ellos varios sacerdotes; de este modo podía realizarse una labor más eficiente. Sus viajes eran ocasión para el encuentro fraterno y signo de una auténtica comunión ministerial.

 

3.2.   CONTACTO PERSONAL CON LAS OVEJAS

 

Hemos señalado anteriormente que santo Toribio exhortaba firmemente a los demás Prelados a realizar ellos mismos las Visitas, pues el contacto personal es un elemento fundamental para el bien de las ovejas y también para el Pastor.

 

En cuanto le era posible aprovechaba el tiempo que permanecía en los poblados para establecer vínculos personales con sus ovejas, aprender sus nombres, compartir con ellos, conocer directamente la situación en las que vivían, escuchar sus problemas y demandas, etc.

 

En todo momento evitaba dar la impresión de estar sirviéndose de sus ovejas y se alejaba de cualquier ostentación innecesaria. No aceptaba regalos de ningún tipo. No dejaba lugar sin visitar. No le frenaba el hecho de que se encontrase muy alejado, fuese de difícil acceso o fuese una sola persona la que le necesitaba.

 

No permanecía más tiempo del necesario en el lugar de la Visita y pagaba siempre de su propio peculio los gastos de su estadía y los de su familia[19] para no ser gravoso a nadie.

 

3.3.   CONOCIMIENTO DEL TERRENO DE EVANGELIZACIÓN

 

Las visitas toribianas fueron una instancia para llegar a un conocimiento más profundo de las condiciones geográficas y demográficas, del estado material de las parroquias, curatos o poblados, de las instituciones eclesiásticas en ellas existentes (cofradías y hermandades)[20]. En el libro de visitas sus secretarios consignaban datos detallados sobre número de habitantes, los indios tributarios, las rentas que tenía la parroquia o el número de ganado, los obrajes, las minas, etc. También las cuestiones relacionadas con los sacramentos[21]. Tan considerable es el aporte de estas visitas que a partir del registro que se conserva en el libro de las visitas se puede conocer mejor cómo era el Perú de inicios del siglo XVII: se conoce el nacimiento de cientos de pueblos y distritos, se conservan datos sobre la orografia, sobre la densidad demografica , etc.[22]

 

3.4.   RESPUESTA A SUS OPOSITORES

 

Las fatigosas visitas pastorales fueron una muestra poderosa del sentido pastoral y del absoluto compromiso de nuestro santo con su grey, sin embargo, las prolongadas ausencias de la sede limeña le trajeron fuertes críticas y oposiciones. Enfrentó las oposiciones del Oidor Ramirez de Cartagena, del Cabildo, de los virreyes Fernando Torres y Portugal y García Hurtado de Mendoza.

 

Siendo buen conocedor de sus deberes y derechos y con claridad de juicio supo dar respuesta oportuna y firme a las oposiciones que encontró de parte de sus críticos. Como Pastor fiel a su misión debe defender su derecho a realizar las Visitas y hacer respetar el derecho del rebaño a recibir la atención espiritual. Además hace respetar su buen nombre -tantas veces maltratado por sus detractores- por los canales adecuados, con prudencia y firmeza. Su preocupación era que al ser herido el pastor se dispersasen las ovejas.

 

CONCLUSIONES

 

El ministerio episcopal de santo Toribio es una verdadera muestra de profundo sentido pastoral. Este sentido se muestra especialmente en la realización de las largas visitas, que han tenido gran importancia en los tiempos de la primera evangelización de nuestro continente y cuya huella perdura hasta hoy.

 

Si bien no podemos encontrar una exposición sistemática y completa del método pastoral de nuestro santo arzobispo, concluimos que sí es posible rastrear en sus mismos escritos, en los testimonios de sus colaboradores y en el libro de las visitas unos criterios básicos que estructuran su proyecto pastoral.

 

Mirando atentamente su itinerario encontramos una lógica coherente con el Evangelio, un modo de obrar que manifiesta una auténtica fidelidad y amor a la Iglesia y una apertura al diálogo con la realidad pastoral que debía enfrentar.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

AYUSO, María Jesús. El Catecismo limense. En: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006

 

BENITO, Jose Antonio. La propuesta evangelizadora multicultural de las visitas pastorales de Santo Toribio. En: Actas del Congreso Academico internacional Toribio de Mogrovejo Misionero, Santo y Pastor.  Lima 2006.

 

BENITO, Jose Antonio. Introducción al libro de visitas.

 

CARD. JUAN LUIS CIPRIANI THORNE, Santo Toribio de Mogrovejo: modelo de evangelizador, Pontificia Comisión para América Latina, Librería Editrice Vaticana 2008.

 

PUIG, Esteban. "Cartas de santo Toribio de Mogrovejo". En: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006.

 

RODRIGUEZ VALENCIA, Vicente. Santo Toribio de Mogrovejo. Organizador y Apóstol de Sur-América. Ediciones Jura San Lorenzo. Madrid 1961.

 

VILLEGAS, Juan. Aplicación del Concilio de Trento en Hispanoamérica. Cuadernos del Itu 3. Montevideo 1975.

 (Imagen de la Capilla del Seminario Santo Toribio, Lima)



[1] Cf. Rm 10, 17

[2] "El confesionario tenía como objeto facilitar la administración del sacramento de la penitencia a los indios. Muchas veces los curas de indios no conocían suficientemente la lengua y escuchaban las confesiones sin comprender lo que decía el indio, dando la absolución sin grandes exigencias. En este sentido el concilio recuerda a los sacerdotes, que tienen la obligación de entender lo que dice el penitente y que la confesión no es válida si el penitente no confiesa todos los pecados mortales" AYUSO, María Jesús. "El Catecismo limense". En: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006, p. 92.

[3] BENITO, José Antonio. "Las visitas pastorales de Santo Toribio según su libro". En: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006, p. 40.

[4] Cf. AYUSO, o.c., pp. 93-94.

[5] CARD. JUAN LUIS CIPRIANI THORNE, Santo Toribio de Mogrovejo: modelo de evangelizador, Pontificia Comisión para América Latina, Librería Editrice Vaticana 2008, p. 419.

[6] Ibid., p. 422.

[7] Cf. Jn 10, 1-16.

[8] CARD. CIPRIANI, o.c., p. 424.

[9] Cf. Jn 15, 5.

[10] Al tiempo de la celebración del III Concilio Limense, que fue poco tiempo después de su llegada al Perú, santo Toribio tenía una idea básica de la realidad de la Arquidiócesis. Esta visión estaba basada en lo que había visto en su mismo viaje de llegada a Lima y en una breve visita de exploración hacia el sur que realizó con el preciso propósito de informarse sobre la situación real y la problemática que habría de tratarse en el Concilio. Cf. RODRIGUEZ VALENCIA, Vicente. Santo Toribio de Mogrovejo. Organizador y Apóstol de Sur-América. Ediciones Jura San Lorenzo. Madrid 1961, p. 449.

[11] Cf. VILLEGAS, Juan. Aplicación del Concilio de Trento en Hispanoamérica. Cuadernos del Itu 3. Montevideo 1975, p. 167.

[12] Cf. Ibid., p. 80.

[13] Cf. Ibid, p. 158.

[14] Cf. RODRIGUEZ VALENCIA, o.c., pp. 447-448.

[15] III CL, Cuarta acción, Cap. 1.

[16] Relación al Papa Clemente VIII. Citada en: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006, p. 71.

[17] Cf. RODRIGUEZ VALENCIA, o.c., p. 480.

[18] Carta de santo Toribio al Rey del 10 de marzo de 1594. Citada en: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006, p. 80.

[19] Cf. PUIG, Esteban. "Cartas de santo Toribio de Mogrovejo". En: REVISTA PERUANA DE HISTORIA ECLESIÁSTICA 9, Cuzco 2006, p. 71

[20] Cf. BENITO, Jose Antonio. La propuesta evangelizadora multicultural de las visitas pastorales de Santo Toribio. En: Actas del Congreso Academico internacional Toribio de Mogrovejo Misionero, Santo y Pastor. Lima 2006, p. 120.

[21] Cf. PUIG, o.c., p. 70.

[22] Cf. BENITO, Jose Antonio. Introducción al libro de visitas, p. 23.

Las iglesias de los monasterios femeninos de Lima de principios del siglo XVII. Juan Pablo El Sous

http://www.laabeja.pe/opini%C3%B3n/patrimonium-juan-pablo-el-sous/552-las-iglesias-de-los-monasterios-femeninos-de-lima-de-principios-del-siglo-xvii.html

Juan Pablo El Sous.- Desde época muy temprana se establecieron en la Ciudad de los Reyes establecimientos monásticos destinados a la vida en clausura de mujeres dedicadas a la oración y la contemplación. Seis monasterios femeninos fueron fundados en el espacio de tiempo comprendido entre las décadas de 1560 y 1640. Éstos son los de la Encarnación (1558) de monjas agustinas1; la Limpia Concepción (1573)2; la Santísima Trinidad (1584) bajo la orden del Císter3; San Joseph (1602) de Concepcionistas Descalzas4; N. S. de la Peña de Francia –mejor conocido como Santa Clara- (1604) de monjas clarisas5; la Virginidad de Nuestra Señora – también llamado de Santa Catalina – (1624) de monjas dominicas6 y Nuestra Señora del Prado (1640) de monjas descalzas de la orden de San Agustín7.

Las iglesias de los primeros monasterios femeninos de Lima tuvieron características propias, que las diferenciaban de otros tipos de arquitectura religiosa. Su construcción inicial era renovada paulatinamente con los años, a través de mejoras en sus diversos componentes o con la edificación de un templo completamente nuevo. Este fue el caso del monasterio de Santa Clara, cuya iglesia "capaz y bien adornada cubierta de madera"8 fue reemplazada por otra nueva construida desde cimientos entre 1644 y 16469, o el del monasterio del Prado, que remodeló una antigua ermita preexistente añadiéndole el coro y reparando la cubierta. Se trataba en general de templos de medianas dimensiones, compuestos de tres partes: la capilla mayor, la nave de los fieles y el doble coro.

La capilla mayor era el espacio más importante del templo, y se trataba, en la mayoría de los casos, de un ambiente de forma cuadrangular separado de la nave de los fieles por un gran arco toral alzado sobre pilares de ladrillo. Este espacio estaba generalmente cubierto con una gran bóveda, ya sea de crucería como en Santa Catalina (1622)10 o vaída lisa como en el Prado (1657)11, sustentada sobre gruesos estribos que recibían el peso de la estructura de ladrillo. Excepcionalmente la capilla mayor de la iglesia de las Descalzas (c. 1606?) tenía una armadura de madera en forma de cúpula "de rica y curiosa lacería", según Cobo12. En las iglesias de mayor tamaño, las de la Encarnación (1594) y la Concepción (1590?), la capilla mayor contaba con un "crucero" conformado por un par de capillas ubicadas a los lados de la capilla mayor, también abovedadas. En el caso de la Encarnación, estos espacios estaban cubiertos con bóvedas de crucería "con sus repisas claves cruceros terceletes rampantes y combadillos", aunque asentadas sobre un "entablamento donde se mueven los ensartamentos y repisas de las capillas" con "su cornisa y arquitrabe dórico con sus metopas y triglifos" 13. La iglesia de la Concepción también contaba con bóvedas de crucería con sus "terceletes y rampantes y pendentería"14, asentadas sobre una cornisa que circundaba el espacio, con la particularidad que en las esquinas de las capillas había medias columnas de fuste estriado que soportaban el arranque de las nervaduras de las bóvedas, las cuales subsistieron, a pesar de las múltiples modificaciones de la iglesia, hasta el siglo XX. En ambos casos es patente la coexistencia, en ésta época, de formas constructivas propias del último gótico español con elementos de composición clasicistas. Un cambio muy importante en el desarrollo de la arquitectura de las iglesias de los monasterios femeninos se plasmó en la nueva iglesia de Santa Clara (1646). Aquí, al espacio de la capilla mayor –cubierto por

una gran cúpula de ladrillo sobre pechinas- se le añadió un segundo espacio denominado en los documentos como "presbiterio", donde se encontraba el muro testero y el retablo mayor de la iglesia. Esta disposición en forma de falso crucero sería la regla en prácticamente todas las iglesias de monasterios femeninos construidas o remodeladas en el siglo XVIII. Finalmente, un caso muy particular lo constituyó la iglesia de la Santísima Trinidad (1612), en donde la capilla mayor no estaba separada de la nave de los fieles por un arco toral, sino integrada con ésta formando un solo espacio.

Sobre el muro testero –que era, por lo general, plano y no ochavado- se colocaba el retablo mayor de la iglesia. Éste era el mueble litúrgico más importante de la iglesia y por lo general se encargaba su ejecución a los más destacados ensambladores de la ciudad. Uno de ellos, Martín Alonso de Mesa, tuvo a su cargo la ensambladura de, por lo menos, tres de estos retablos: el de la Encarnación (1612), el de la Santísima Trinidad (1615) y el de la Concepción (1618 – 1629, culminado por Juan García Salguero)15. Interesante es el caso de la iglesia de la Concepción, cuya capilla mayor y crucero estaban adornados suntuosamente con pinturas que recubrían completamente sus muros y pilares, ejecutados por el pintor Juan Bautista Planeta en 162716.

La nave de los fieles estaba conformada por dos muros paralelos, generalmente de adobe o ladrillo, que delimitaban un espacio alargado. Sobre estos muros asentaba la cubierta, que en la mayoría de los casos estaba constituida por una armadura de madera de cinco paños17, la cual variaba en sus características dependiendo de los recursos económicos del monasterio. Es así que algunas de estas coberturas eran muy lujosas, como las de la Concepción (1602)18 y la Encarnación (1642)19; la primera de ellas tenía "artesones con entrecalles de lazo de ocho con un testero ochavado encima del coro", distribuidos a razón de tres artesones –parcialmente dorados- por cada uno de los cinco paños de la armadura. La armadura, que cubría no solo la nave sino también el coro, contaba "con dos pechinas de nueve y doce por los rincones de los ochavos" en las esquinas del coro y remataba con perfil de mojinete en el arco toral de la capilla mayor. Un complejo arrocabe20 construido según la más depurada técnica mudéjar servía de base a la armadura. La armadura de cinco paños de la Encarnación, por su parte, era "de cinco paños de lazo, el almicate cuajado de lazos y las casetas de alfardas y zancos también de lazos" como correspondía en las coberturas de lacería mudéjares - un tanto anacrónicas en el siglo XVII - aunque el arrocabe tenía "una cornisa en él con su friso y arquitrabe" como un entablamento clásico. La mayor y más lujosa de las coberturas en este tipo de iglesias fue la que construyó el carpintero Diego de Medina en la iglesia de Santa Clara en 1648, constituida por una gran armadura de madera a siete paños que abarcaba la nave y el coro alto21. Cada uno de los siete paños tenía tres filas de artesones con pinjantes dorados en las cruces entre ellos, tal vez de manera similar a los de la armadura que aún cubre la antesacristía de San Agustín, obra del mismo autor. Todo el lujo antes descrito contrastaba con la humildad de la armadura llana de cinco paños que labró Alonso Velásquez para la iglesia de las Descalzas de San Joseph (1606) -la cual no llevaba lazos ni artesones- y aún más con la armadura que reutilizaron las monjas del Prado al habilitar la ermita preexistente como iglesia de su monasterio. Nuevamente la iglesia de la Santísima Trinidad constituye una anomalía, ya que es la única que tenía la nave cubierta con bóvedas de crucería.

Debido a sus características particulares, las puertas de acceso de estas iglesias abrían en los muros de la nave, generalmente una puerta hacia la calle y otra frontera hacia el interior del monasterio. Excepcionalmente, algunas iglesias contaban con dos puertas de ingreso desde la calle, una al costado de la otra. Sobre los muros de la nave se encontraban los retablos, cuyo número variaba según la extensión de la nave, y, en ocasiones, los confesionarios. El lujo de los retablos en algunas iglesias debió ser impresionante, como en la iglesia de la Concepción que tenía "curiosos altares y retablos magníficos, uno de ellos traído entero de España, con todas sus figuras de talla, de muy perfecta mano, y un bulto de Crucifijo de mucha devoción, que costó dos mil pesos"22, descripción que corresponde al magnífico retablo de San Juan Bautista, ejecutado por Juan Martínez Montañés entre 1607 y 1622.

Al otro extremo de la iglesia se encontraba el doble coro formando un solo volumen con la nave de los fieles; esta particular disposición era exclusiva de las iglesias de los monasterios femeninos y determinaba, entre otras cosas, que las únicas puertas de acceso al templo se abrieran en los muros laterales de la nave, como ya habíamos señalado. El espacio del coro se dividía en dos niveles: el coro bajo y el coro alto, separados por una plataforma de madera conformada por madres y cuartones y sostenida en ocasiones sobre pies derechos también de madera que constituía la cobertura del coro bajo y el piso del alto. Una excepción notable la constituye el coro bajo de la iglesia de Santa Catalina (1639), cubierto con una gran bóveda de cañón rebajada con lunetos23. Por lo general la armadura de madera de la nave se prolongaba para cubrir también el coro alto conformando una sola cobertura desde el arco toral hasta el muro de pies, siendo la excepción la iglesia de la Santísima Trinidad, cuyo coro alto estaba cubierto con un alfarje de madera. En el coro bajo se ubicaba la sillería tallada de madera, por lo general complementada con un pequeño retablo, y el facistol donde se colocaban los libros corales.

La peculiar distribución de estos templos generó al exterior un volumen muy alargado, como resultado de la gran longitud de nave y coro. La posición de los coros alto y bajo imposibilitó la formación de una fachada en el muro de pies de la iglesia, forzando la ubicación de los accesos en los muros laterales de la nave. Esto provocó que el volumen de la iglesia esté dispuesto de forma paralela a la calle – con un pequeño atrio como espacio de transición-, de manera que la o las puertas de la iglesia fueran accesibles desde el exterior. Como resultado, estas iglesias ostentaban fachadas muy largas conformadas por los muros laterales de la iglesia, en los cuales solo destacaban como elementos decorativos las portadas, que en ocasiones – como en la Encarnación y las Descalzas- podían ser dos, una al costado de la otra. Prácticamente ninguna de las portadas de esta época se conserva excepto, tal vez, la que adorna la fachada de la iglesia de la Santísima Trinidad, que por su estilo parece contemporánea de la fábrica inicial. Las portadas con que contarían estos templos al ser edificados fueron modernizadas a lo largo del siglo XVII, como aconteció con las de las Descalzas (1630), la Concepción (1649), el Prado (1657), Santa Catalina (1671) y las dos portadas de la Encarnación. Frecuentemente complementaban la fachada pequeños campanarios – generalmente de espadaña- los cuales también serían sujetos a modernizaciones. Es el caso de Santa Catalina (1639) - la única que aún subsiste aunque muy modificada-, la Concepción (1653), la Encarnación (1661) y la Santísima Trinidad (1683).

En 1643 se fundó el sétimo monasterio de la ciudad de Lima, el de Carmelitas Descalzas conocido como el Carmen Alto. La configuración de su iglesia fue determinante en la evolución de la arquitectura religiosa de los templos monacales, al reubicar al coro bajo al costado del presbiterio permitiendo la apertura de una puerta en el muro de los pies. Con ello el tipo de iglesia que hemos discutido en este artículo dejó de utilizarse en lo sucesivo.

 

 

1 El más antiguo de los monasterios limeños fue el de la Encarnación de monjas agustinas, fundado en 1561 por Doña Leonor Portocarrero y Doña Mencia de Sosa sobre la base de un recogimiento de beatas que, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios, habían establecido en 1558 en sus casas de morada del barrio de San Sebastián1. En 1562 se trasladaron al solar en el que permanecerían por casi 400 años, ubicado al sur de la ciudad; allí construyeron su iglesia, que se ubicaba en la esquina de las calles Cueva (actual cuadra 1 del Jr. Apurímac) y Encarnación (actual cuadra 8 del Jr. Carabaya).

2 El segundo monasterio en crearse fue el de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, fundado en 1573 por Doña Inés Muñoz de Rivera y Doña María de Chávez. Ocuparon un terreno de gran extensión en los alrededores de la Plazuela de la Inquisición, con la iglesia ubicada en la esquina de las calles Concepción (cuadra 5 del Jirón Huallaga) y Compás de la Concepción (cuadra 3 de la avenida Abancay).

3 El monasterio de monjas cistercienses de la Santísima Trinidad fue fundado en 1584 por Doña Lucrecia Sansoles y su hija Doña María de Rivas, en los terrenos que hoy ocupa la iglesia parroquial de San Marcelo, al sur de la ciudad. En 1605 se trasladó el monasterio a su nueva ubicación en la calle llamada Pileta de la Trinidad (actual cuadra 3 del jirón Cusco), en donde edificaron "una muy fuerte y suntuosa iglesia, toda de bóveda, la cual se dedicó la octava de la Natividad de Nuestra Señora del año de mil seiscientos catorce".

4 El monasterio de San Joseph de monjas descalzas de la orden concepcionista fue fundado gracias a la generosidad de Doña Inés de Sosa y Doña Ana de Paz, quienes proporcionaron el caudal para la construcción del monasterio. El 19 de marzo de 1602 salieron las monjas fundadoras del monasterio de la Concepción encabezadas por la que sería la abadesa de la nueva fundación, Doña Inés de Rivera. El monasterio está ubicado en la Plazuela de Santa Ana, con la iglesia ubicada en la esquina de las calles Descalzas (cuadra 8 del Jirón Junín) y Cruces (cuadra 6 del Jirón Huanta).

5 El monasterio de Nuestra Señora de la Peña de Francia se pobló en 1604 con monjas provenientes del monasterio de la Encarnación, quienes entraron a la nueva clausura bajo la regla de la orden de Santa Clara. Su fundación fue posible gracias a los esfuerzos y caudal de Francisco de Saldaña y al patronazgo del Arzobispo de Lima Santo Toribio de Mogrovejo. El monasterio ocupa un extenso terreno en los alrededores de la plazuela de Santa Ana, con la iglesia ubicada en la esquina de las calles de Santa Clara (cuadra 10 del Jirón Ancash) y Pejerrey (cuadra 3 del Jirón Jauja).

6 El monasterio de la Virginidad de Nuestra Señora fue fundado por Doña Lucía y Doña Clara de la Daga, gracias a la munificencia del licenciado Juan de Robles, quien costeó la obra del monasterio y la iglesia. Éste está ubicado al sur de la ciudad, frente a la plazuela de Santa Catalina, ubicada en la cuadra 11 del jirón Andahuaylas.

7 El monasterio de monjas descalzas de la regla de San Agustín fue fundado en 1640 en la antigua ermita de Nuestra Señora del Prado, ubicada en el camino al Cercado, la cual fue remodelada como iglesia monacal.

8 COBO, Bernabé: "Historia de la fundación de Lima". Lima: Imprenta Liberal, 1882, p. 287

9 Ver concierto de obra de Miguel Rodríguez con el monasterio de Santa Clara (1644) y de Domingo Alonso con el mismo monasterio (1646). Ambos se encuentran publicados en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura en Lima Virreinal en la primera mitad del siglo XVII. Tomo II". Lima: INIFAUA – UNI, 2005.

10 La capilla mayor de la iglesia de Santa Catalina fue construida por el arquitecto Juan Martínez de Arrona en 1622. Cf. concierto de obra entre Juan Martínez de Arrona y Juan de Robles: AGN, escribano Bartolomé de Toro, protocolo 1866, folio 612. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo I". Lima: INIFAUA – UNI, 2003.

11 La bóveda vaída lisa de la capilla mayor de la iglesia del Prado fue construida en 1657 por el alarife Domingo de Aguilar de acuerdo con las especificaciones del alarife dominico Fray Diego Maroto, en reemplazo de una bóveda anterior arruinada. Cf. concierto de obra entre Domingo de Aguilar y Domingo Alonso y el Monasterio del Prado. AGN: escribano Marcelo Antonio de Figueroa, protocolo 624, folio 1122. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo III". Lima: INIFAUA – UNI, 2005.

12 COBO, Bernabé. Op. cit. p. 285

13 Concierto de obra entre el monasterio de la Encarnación y los alarifes Alonso de Arenas y Andrés de Espinoza (1594): AGN, escribano Sebastián Núñez de la Vega, protocolo 120, folio 453 vta. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo I". Lima: INIFAUA – UNI, 2003.

14 Concierto de obra entre Luis Fernández Lozano y el monasterio de la Limpia Concepción para reparar las bóvedas de la capilla mayor de la iglesia. AGN: escribano Diego Sánchez Vadillo, protocolo 1784, folio 2242. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo I". Lima: INIFAUA – UNI, 2003.

15 RAMOS SOSA, Rafael: "Martín Alonso de Mesa, escultor y ensamblador (Sevilla c. 1573 – Lima 1626)". En Anales del Museo de América 8: pp. 45-63, Madrid.

16 Concierto de Juan Bautista Planeta con la abadesa y las monjas de la Concepción: AGN, escribano Bartolomé de Cívico, 1627, protocolo 320, folio 460 vta. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura en Lima Virreinal en la primera mitad del siglo XVII. Tomo II". Lima: INIFAUA – UNI, 2005.

17 Una armadura de cinco paños es un tipo de cobertura de madera que consta interiormente de un paño horizontal, denominado almizate, y dos paños adicionales a cada lado, denominados faldones.

18 Concierto de obra entre Alonso Velásquez y el Monasterio de la Limpia Concepción (1602). AGN, escribano Pedro González Contreras, protocolo 786, folio 4705. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo I". Lima: INIFAUA – UNI, 2003.

19 Concierto de obra entre Diego de Medina y el Monasterio de la Encarnación (1644). AGN: escribano Cristóbal de Aguilar Mendieta, protocolo 68, folio 139 vta. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo I". Lima: INIFAUA – UNI, 2003.

20 Se denomina arrocabe al conjunto de piezas que sirve de acabado al encuentro entre la estructura de madera y los muros de soporte. Ver la página web ALBANECAR: http://www.albanecar.es/diccionario/#Jabalc%C3%B3n .

21 Concierto de obra entre Diego de Medina y el Monasterio de Santa Clara (1648). AGN, escribano Martín de Ochandiano, protocolo 1285, folio 74. Publicado en SAN CRISTÓBAL, Antonio: "Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII. Tomo I". Lima: INIFAUA – UNI, 2003.

22 COBO, Bernabé: Op. cit. p. 283.

23 El coro bajo de la iglesia de Santa Catalina fue construido por alarife Juan Rodríguez Montañés según diseño del alarife mercedario Fray Pedro Galiano en 1639.

domingo, 24 de enero de 2016

EL ARCHIVO Y LA BIBLIOTECA DEL SEMINARIO DE SAN JERÓNIMO DE AREQUIPA. José Antonio Benito

EL ARCHIVO Y LA BIBLIOTECA

 DEL SEMINARIO DE SAN JERÓNIMO DE AREQUIPA

 

Publicado en "Archivo y Biblioteca del Seminario de San Jerónimo de Arequipa" Revista Peruana de Historia Eclesiástica 7, Cuzco, 2000, 115-154

 

 

José Antonio Benito Rodríguez

 

[p.115] El agua clara y transparente que todos apetecemos sorber en los trabajos científicos, sean de arqueología, de historia, o de cualquier otra disciplina del saber, dependen en buena medida del manantial o surtidor. En este sentido, las fuentes archivísticas y bibliográficas son fundamentales para el avance de toda investigación científica, en nuestro caso en toda la temática referida a la historia de la Iglesia del Perú. El progreso de la ciencia tiene relación directa con las fuentes suministradoras de datos para construir nuestro trabajo histórico o arqueológico.

 

La preocupación de la Iglesia por los archivos y bibliotecas ha sido constante. Baste citar al Papa San Pío V, en su Breve "Inter omnes" de 6 de junio de 1566:

            "Que se observen por todos los ministros de Dios las prescripciones del Sínodo de Milán, dadas por nuestro querido hijo Cardenal Carlos Borromeo relativas a los Archivos y todo lo demás relativo a la conservación de las escrituras y derechos y a la conservación de todos los bienes eclesiásticos así como a la administración de los frutos, réditos y rentas eclesiásticas...".

Tanto el Concilio de Trento, como los concilios limenses, acá en Perú, enfatizarán la noble misión de la Iglesia de anotar en los archivos parroquiales, los bautizos, matrimonios y defunciones, así como llevar libro de fábrica, inventarios, cofradías...auténtica piedra miliar para el historiador.

Dentro de esta línea histórica de servir a la sociedad mediante la custodia y proyección de los archivos, el Papa Juan Pablo II, con los ojos puestos en el Tercer Milenio de la era cristiana, creó la Pontifica Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia. En su documento "La Función Pastoral de los Archivos Eclesiásticos" de 2 de febrero de 1997 exhortará:

            [p. 116] "Los Archivos Eclesiásticos, conservando la genuina y espontánea documentación nacida en relación con las personas y con los acontecimientos, cultivan la memoria de la Vida de la Iglesia y manifiestan el sentido de la Tradición. Las informaciones recogidas en los Archivos, de hecho, permiten la reconstrucción de las vicisitudes de la Evangelización y de la educación en la vida cristiana. Los Archivos constituyen la fuente primaria para escribir la historia de las múltiples formas de expresión de la Vida Religiosa y de la caridad cristiana[1]".

 

España promulgó para América una esmerada legislación sobre archivos. En la Recopilación de las Leyes de los Reinos de Indias de 1680 fue insertada (libro II, tit.I, ley 31) la ordenanza de Carlos V (Valladolid, 25‑7‑1530) que regulaba la conservación de las células y provisiones regias por parte de los cabildos municipales. Muchas ciudades americanas organizaron desde el principio sus cedularios al igual que los libros de actas capitulares. A las Audiencias se les ordenó detalladamente qué libros debían llevar (libro II, tít., leyes 156‑166) y la obligatoriedad de formar un archivo en arca de tres llaves donde se guardarían las cédulas, provisiones y escrituras de cada Audiencia. Del mismo modo se legisló sobre los archivos de las cajas reales, tribunales de cuentas, consulados, gobernaciones y virreinatos (libro III, tít. III, ley 34).

 

Por su parte, la Iglesia organizó sus propios archivos, en los obispados, cabildos catedralicios y parroquias[2]. Lo mismo hicieron las Órdenes religiosas, los escribanos, cofradías, hospitales y otras corporaciones.

 

Entre varias obras generales, anoto la de Lino GÓMEZ CANEDO Los archivos de la historia de América[3] y la de Sylvia L. HILTON e Ignacio GONZÁLEZ Fuentes manuscritas para la historia de Iberoamérica. Guía de instrumentos de investigación[4]. Siempre hay que tener presente la tesonera labor del P. R. Vargas Ugarte quien, además de su centenar de obras monográficas, publicó los diez tomos de manuscritos e impresos peruanos, donde nos brinda lo más selecto de los archivos y bibliotecas tanto de Perú como del extranjero sobre la historia civil y religiosa del Perú.

 

Para Arequipa, conviene recordar, aparte las colecciones documentales y crónicas del P. V. BARRIGA, las de J.T. MEDINA, J.T. La imprenta en Arequipa, el Cuzco, Trujillo y otros pueblos del Perú: (1820‑5 1964), S. MARTÍNEZ Historia de la Diócesis de Arequipa y sus obispos. Arequipa, 1933, C. ROMERO ROMERO, C.: Libros, cultura y sociedad en el Perú virreinal: Las Bibliotecas de los colegios jesuitas de Arequipa, Potosí y las misiones de los Moxos en el S.XVIII (Tesis inédita; Universidad Complutense, Madrid, 1992), V.N. SÁNCHEZ MORENO BAYARRI Arequipa colonial y las fuentes de su historia: estudio crítico (Lima, Aserprensa, 1987), V. TRAVADA Y CÓRDOBA El suelo de Arequipa convertido en cielo: Historia General de Arequipa 1958

 

Poco se ha estudiado acerca de este dinámico centro de estudios. Debemos mencionar al Dr. Alejandro Málaga que publicó una enjundiosa síntesis de este centro en la Revista Peruana de Historia Eclesiástica (Cuzco 1989) y esporádicos apuntes en las revistas Hyeronymianum y Boletín del Arzobispado de Arequipa[5]. En sus aulas se formó una generación brillante de jóvenes que desde 1810 toma parte decisiva en los diversos movimientos de carácter emancipatorio. El Dr. Eduardo L. Ugarte, en la revista Inédita publicada por la UNSA en 1973, ofrece la nómina de 543 estudiantes universitarios, entre los que se encuentran eminentes figuras de nuestra vida pública. Asimismo se encuentran seminaristas con grado doctoral, tal es el caso del matemático y jurista Fr. Juan Bautista Matraya y Ricci, de Fernando Morales López, Mariano Quiroz y José Escobar Escobar, todos ellos preparados para dictar cátedra.

 

Por unas Memorias del Seminario Conciliar de San Jerónimo de Arequipa de 1808, conocemos su "estado actual"[6], que se deduce en lo formal a un Rector, un Vice-Rector, Prefecto de estudios y Encargado de Cátedra: Sagrada Escritura, Teología, Filosofía, Matemáticas, Latinidad y Retórica; Mayordomo Cobrador, Ecónomo doméstico. Con los veinticuatro colegiales o seminaristas había estudiantes seculares que acudían a Cuzco para culminar sus estudios. En este documento se lee que es "admirable la dedicación de los arequipeños, aunque pobres, a los estudios, en una ciudad que con sus suburbios apenas llegue veinte mil almas, según los censos más recientes: se ha visto que al mismo tiempo que en San Francisco, y la Merced se dictaba Filosofía, y se daba principio a la lógica en Santo Domingo, se numerasen más de cincuenta manteístas (escolares) en un solo curso de Filosofía del Colegio Seminario".

 

Quien fuese rector de la UNSA, el ilustre polígrafo, Mariano A. Cateriano, condensará la misión de este centro más de tres veces centenario: «De allí salieron los patriarcas de la democracia, los apóstoles de la libertad, los mártires de la idea, los sacerdotes del catolicismo»[7] Dirigidos por el clero diocesano o por virtuosos religiosos como el célebre P. Duhamel, han dado a la sociedad y a la Iglesia cualificados protagonistas para su desarrollo.

 

1. Fundación y ubicación

 

Fue el Concilio de Trento el que acometió con decisión uno de los asuntos trascendentales planteados a la Iglesia en los borrascosos años de la ruptura protestante. De este modo, en la sesión 23, cap. VIII, la asamblea ordenó la creación, en cada diócesis y bajo la inmediata dependencia del Obispo, de seminarios donde se formasen los futuros sacerdotes. El Segundo Concilio Limense (1567‑8), acogiendo los cánones tridentinos, urge la erección de un seminario y colegio de niños11. El Tercer Concilio Limense (1582‑1583) recalcará con fuerza esta propuesta:

            "Por cuanto el sacro concilio de Trento [...] por particular razón encargó que se trate de instituir los seminarios que con tanto acuerdo de los Padres ( o por mejor decir del Espíritu Santo) se ordenaron, y es cosa muy clara y cierta que ninguna Iglesia ni provincia tiene tanta necesidad de este saludable remedio como esta nueva iglesia de las Indias, en la que es menester criar con gran miramiento nuevas plantas del Evangelio para que puedan extender y propagar la fe de Cristo: Por tanto, este santo sínodo, reconociendo en esta parte su obligación, requiere del omnipotente Dios a todos los obispos y prelados, encargándoles la conciencia quanto puede, que procuren y trabajen con toda brevedad para erigir y fundar en sus iglesias los dichos seminarios, pospuestos cualesquier impedimentos en contrario se ofrezcan para erigir y fundar como conviene dichos seminarios"12.

Será santo Toribio Mogrovejo, presidente de este decisivo concilio, quien en las Constituciones promulgadas el 15 de agosto de 1583 invite a todos los obispos sufragáneos "que procuren y trabajen con toda brevedad para erigir y fundar en sus iglesias los dichos seminarios". Como medida práctica, para el sostenimiento de los mismos, se establece que se saque el 3% de las rentas de las instituciones de la iglesia, incluidas las doctrinas de indios[8].

Para Arequipa fue Pedro de Perea (1617‑1630) el protagonista de la primitiva erección y fundación el 30 de septiembre de 1619, comenzando a funcionar en 1622. Eligió por titular al Santo Padre y Doctor de la iglesia, San Jerónimo, y consiguió comprar en subasta las casas que fueron del Canónigo Garcés, en cuya área subsistió el colegio: edificó capilla, sala rectoral, cuartos de colegiales y oficinas. El primitivo local estaba situado en el lugar que actualmente ocupa el Palacio Arzobispal y la casa contigua de la primera cuadra de la calle San Francisco. Ocupaba la calle de san Francisco (antes Alcantarilla), desde el actual Palacio Arzobispal hasta la mitad de la calle que termina en Mercaderes; fue construido justo en el lugar donde todavía existe una portada con la imagen de la Asunción tallada en sillar, entre la portada del Banco Continental y la esquina del Arzobispado actual. Narra el historiador F.J. Echevarría que "se halló afligido el Ilustrísimo Sr. Don Fr. Pedro de Perea para sitio proporcionado y contiguo que pudiese servir de Colegio. El Canónigo Don Miguel Garcés con liberalidad vendió la casa de su habitación con ese fin en 9000 pesos, el año 1624[9]".  En las "Memorias"[10] citadas de comienzo de siglo se anotará que el Prelado "consiguió comprar en subasta las casas que fueron del Canónigo Garcés[11], en cuya área, hoy desmembrada, subsiste el colegio: edificó capilla, sala rectoral, cuartos de colegiales y oficinas. Hay quien cree que los costos fueron del caudal de fábrica[12]". Juan Tamo cita la cantidad de 12.000 pesos y una fecha concreta, 9 de mayo de 1622[13].

Parece ser que durante 263 años fue este su emplazamiento hasta que en 1882, 26 de abril, fue trasladado a la calle de Santa Rosa, "Buen Retiro, lo que hoy es el Colegio "Túpac Amaru" por iniciativa de Monseñor Ambrosio Huerta. En 1919, el Seminario hizo canje de la mitad del local de la calle de san Francisco con el de Buen Retiro, que desde entonces fue propiedad del obispado. En 1959, por iniciativa de Mons. Leonardo J. Rodríguez Ballón, se traslada a Umacollo, donde se encuentra instalado en la actualidad, en la avenida san Jerónimo.

 

2. Titular

Aunque en la documentación consultada predomina el patronazgo actual de san Jerónimo, hemos encontrado uno en el que se presenta como titular a Nuestra Señor de la Asunción. Así se desprende del encabezamiento de uno de los libros de cuentas: "Libro de cuentas donde se pone el recibo y el gasto de este Colegio Seminario de Nuestra Señora de la Asunción y corre su administración por cuenta del Dr. Diego de Cervantes Salvatierra, su rector; en cuyo lugar fue nombrado el Bachiller Esteban del Corral Becerra quien comenzó a asistir en él hoy, domingo 25 de octubre de 1643".

De igual modo lo manifiesta también su rector, Domingo de La Rosa, con motivo de la inauguración de uno de sus pabellones: "Los santos patrones titulares de este Seminario: la Santísima Virgen en el misterio de la Asunción y San Jerónimo, han tomado ya triunfal posesión de este pabellón para continuar  su protección celestial sobre sus habitantes[14]"...

En las "Memorias" de 1808 se dirá explícitamente que el obispo fundador del Seminario, Fr. Pedro de Perea, "eligió por titular al santo doctor san Jerónimo". Lo mismo afirma Juan Tamo en 1985[15]; parece que el patrocinio de san Jerónimo se debe a que era el del Seminario "San Jerónimo de Burgos", de donde vino el fundador Mons. Pedro de Perea, segundo obispo de Arequipa.

           

3. Reapertura memorable con Chavez de la Rosa (1786-1804)

El 6 de setiembre de 1788 tomó posesión de la sede José Chávez de la Rosa. Con ocasión de haberse alojado en la casa contigua del colegio, propiedad de D. Raimundo Gutiérrez de Otero, no sólo usó de la capilla del seminario para la consagración de santos óleos y pontifical en aquel año, sino que le frecuentó en varios días y diversas horas para conocer in situ su estado, determinándose a reformarlo en lo material y formal.

De este modo acometió la refacción de la casa, elaboró constituciones provisionales para su régimen, al tiempo que tramitó la real aprobación. Tal como dicen las crónicas, tuvo muy presente la máxima de san Carlos Borromeo que "un seminario clerical debe ser óptimo, o será perjudicial al público"; para ello trajo de España para formarlas a los autores clásicos de la materia, como el S. Carlos Borromeo en sus obras, los estatutos del Seminario de Salamanca del Sr. Beltrán, aprobados por el Sr. Carlos III, las constituciones del seminario de Córdoba de Andalucía, las de Cádiz y su último arreglo hecho por el Venerable Cabildo en la Sede -vacante del II. Sr. D. Fr. Tomás del Valle, y solicitó con empeño las de Santo Toribio para el seminario de Lima.

Como Rector fue elegido D. Cipriano Villota, Chantre de la catedral; además, un Vice-Rector y maestro de latinidad, ecónomo y otros oficiales; se admitieron diez colegiales que después se aumentaron hasta veinte y cuatro, previas informaciones de legitimidad, edad, costumbres y demás calidades prevenidas por el Concilio de Trento. La apertura tuvo lugar el día 14 de agosto de 1791, con oración inaugural del Colegial D. Manuel Cuadros y Loaysa. Los estudios de latinidad, filosofía, teología, derecho civil y canónico continuaron por el orden progresivo, admitiéndose estudiantes seculares a las aulas respectivas, con la debida separación de los Colegiales.

 

Así lo recoge la simpática crónica[16]:

"Arequipa, 13 de agosto de 1791

En virtud de lo dispuesto por el Ilustrísimo Reverendísimo Señor  Pedro José Chaves de la Rosa, del Consejo de Su Majestad, obispo de esta diócesis, en auto de 30 de julio último relativo a la apertura del Colegio Seminario de san Jerónimo de esta ciudad, hoy día de la fecha, como a las cuatro y media de la tarde, con asistencia de los dos cabildos eclesiásticos y secular y los dos señores diputados prebendados de esta Santa Iglesia. El Dr. Simón Jiménez de Villaba, dignidad Maestrescuela y el Sr. Francisco Echevarría, Doctoral de ella, con numerosa multitud de distinguido pueblo que con dificultad cabía en la capilla del mencionado colegio, después de leído el citado auto y el título del Sr. Rector  Cipriano Santiago Villota, prebendado de la misma iglesia, quien hizo al pie del altar la protestación de la fe según derecho y orden de Su Señoría Ilustrísima; se vistió la beca de paño grana encarnada con la imagen de María Santa de la Asunción y loba azul, según y como SSI lo tenía dispuesto a 10 jóvenes de tierna edad, y practicadas las demás ceremonias acostumbradas; concluido que fue este acto  Manuel Cuadros, uno de los nuevos colegiales, subió a la cátedra que estaba dispuesta y adornada para el intento y dijo una oración retórica con lucimiento y aplauso de todos [...].

Concluida que fue, rompió un golpe de música con particular regocijo de todos los concurrentes la que continuó mientras que los Señores descansaron en el cuarto del Sr. Rector dispuesto con refrescos y demás".

 

Su aprobación se hizo por la Real Cédula el 1º de julio de 1800. El nuevo Plan de Estudios instituido por el Obispo Chaves de la Rosa comprendía las siguientes asignaturas: Doctrina Cristiana, Gramática Latina, Lenguas Orientales, Filosofía: Lógica, Ontología, Física y Etica,Teología, Sagrada Escritura, Disciplina Eclesiástica, Ritos y cómputo, Derecho Canónico, Catedráticos y Pasantes, Prácticas Internas y públicas.

Las diversas asignaturas se abordaban en función de un determinado autor y se introducían conceptos analíticos y críticos. Junto a los autores de los textos señalados se indicaba la bibliografía de consulta[17].

Para que los estudiantes realizaran sin dificultad sus consultas bibliográficas, dotó al Seminario de una biblioteca especializada, cuyo fondo bibliográfico fue incrementando con la biblioteca de los padres Jesuitas expatriados y por su biblioteca personal que traslado desde Cádiz hasta el Callao a bordo de la fragata Santa Rufina, y en 52 cajones el año de 1787[18]. La biblioteca del obispo no sólo estuvo integrada por misales, catecismos, libros corales, biografía de santos, o historia sagradas, teología, filosofía, patrística y dogma, como había declarado en la aduana del Callao, sino también por los libros de la cultura grecolatina y del pensamiento ideológico entonces imperante en Europa.

 

4. Aspectos diversos del Seminario

 

a. Rentas

El Dr. Alejandro Málaga nos da cuenta de las siguientes rentas para reorganizar el Seminario: tres por ciento de las capellanías y cofradías eclesiásticas, así como de otras obras pías; otro tres por ciento sobre la «masa popular», con la excepción de los reales novenos y la parte correspondiente al hospital San Juan de Dios; una cuota sobre tributos, asignada en 1,800 pesos, contribución de quienes contaban con ingresos fijos y tenían otras asignaciones; tres por ciento de los sínodos de los curas, la de los cargos de sacristanes mayores y otros beneficios por crearse; un censo de tres mil pesos, reconocido por doña Manuela Araníbar a favor del colegio; unas tierras y casa cerca de Tiabaya[19].

 

b. Profesores y alumnos

Destacados estudiantes que ejercieron un gran papel en la vida pública y cultural de la naciente República de Perú fueron: F.J. Luna Pizarro, Mariano Melgar, González Vigil, Mariano José de Arce, José María Corbacho y Abril, Benito Lazo, Andrés Martínez, Evaristo Gómez Sánchez, Francisco Quiroz, Nicolás de Piérola (padre del Presidente de la República). Prelados de la Iglesia: Juan Gualberto Guevara, arzobispo de Lima y primer cardenal de Perú; Mariano Jacinto Valdivia, arzobispo de Huancayo; Erasmo Hinojosa Hurtado, arzobispo de Piura; Francisco Rubén Berroa, obispo de Huánuco; José Germán Benavides, auxiliar de Arequipa. Más recientes son: José Miguel de la Rosa, Manuel E. de Piérola, Manuel G. Suárez Polar y José Luis Bustamante y Rivero.

 Entre los profesores cabe destacar a  Manuel Fernández de Córdoba, Francisco Javier de Luna Pizarro, Fr. Juan José del Patrocinio Matraya y Ricci, Francisco Javier Echeverría, Nicanor Porcel, P. H. Duhamel, Dr. P. Eleodoro Farfán, Dr. Mariano Ochoa, Mons. Domingo La Rosa

 

c. Apoyo episcopal

Entre el obispo fundador, P. Perea, y su auténtico creador, Chávez de la Rosa, gobiernan la diócesis de Arequipa prelados muy vinculados a su Seminario. Pedro Ortega de Sotomayor (1647-1652) nos dirá que "hay un solo seminario en esta ciudad, con renta competente al número de diez o doce colegiales[20]". Un siglo más tarde, rige la diócesis el antiguo general de los ejércitos españoles en Italia, otrora fraile capuchino, Mons. Miguel de Pamplona (1783‑1786), quien tuvo que enfrentar, el 13 de mayo de 1784, el formidable terremoto que arruinó la ciudad, y el seminario. Así lo describe Juan Domingo Zamácola:

            "El colegio del Seminario de esta ciudad, denominado San Jerónimo, en donde había una no pequeña capilla bien construida, cayó parte de ella, con igual forma las clases de los colegiales y sus celdas, en una construcción lamentable, aunque no caídas, como también un bello ángulo del patio principal, recientemente fabricado, pues dos claustros han caído. El palacio que esta contiguo, que ocupa el AS Obispo, padeció no menos ruina, porque las mejores piezas han quedado notablemente arruinadas y por consiguiente irremediables"[21]

Como detalle anecdótico de su amor al Seminario, fue el que se llevó a España a un colegial de edad corta en su propia traje, Mariano Rodríguez de Olmedo, a quien sostuvo en estudios mientras vivió, y después sus parientes le proporcionaron la prebenda que hoy goza en la Iglesia metropolitana de La Plata.

            Exponente de la predilección de los obispos por este centro formativo, baste recordar el ejemplo de Mons. Bartolomé Herrera (1860-1864). Jurisconsulto, teólogo, filósofo, publicista, escritor y orador sagrado, quien afirmará la independencia nacional no como simple consecuencia de la mera determinación popular sino como resultado natural del desarrollo de una nueva entidad nacional surgida como síntesis del encuentro mestizo de lo hispano con lo indígena. Desde su puesto de Rector del Convictorio de san Carlos educó a generaciones de ilustres peruanos; fue también defensor de los indígenas procurando nuevas leyes en su favor; se volcó también en la formación integral de su clero. Desde que él llegó, tal como se había propuesto en su Pastoral, tomó el Seminario bajo su inmediata dirección. Conservó como rector al benemérito Sr. Forgas y como vicerrector escoge al joven seglar, Nicanor Porcel, que llegará a ser Deán de la Catedral y Vicerrector de la UNSA. Enseñaba filosofía en el Seminario. Celebró Órdenes y concurso de curatos, refaccionó el Palacio del Buen Retiro, impulsó la imprenta del Seminario. Donó 1000 soles para Pío IX que había sido despojado de los Estados Pontificios. Se guarda en la correspondencia las aportaciones voluntarias del pueblo fiel de toda la diócesis que, motivados por su prelado, colaboraron a la noble causa de ayudar al Papa[22]. Desde su primera pastoral dejará constancia de la predilección que siente por el Seminario:

            "Muy regalado refrigerio nos prometemos, por otra parte, en nuestro Seminario, cultivando hasta donde nos fuere dado con nuestras propias manos las hermosas esperanzas de la Iglesia".

Visitaba a diario el Seminario y casi siempre a caballo, pues sus dolencias no le permitían hacerlo de otro modo. Según M.A. Cateriano dotó competentemente las cátedras, introdujo reformas, mejoró el local con la construcción de grandes salones en los altos. Su trato con los alumnos era afectuoso y franco, cuidando de que fuesen bien tratados en la mesa. Su asistencia a los exámenes era constante, permaneciendo en ellos varias horas. Elaboró personalmente alguno de los programas y currículos de algunas materias como Metafísica y Teología. Conocemos los programas y tratados de Lógica (según el sistema escolástico y de acuerdo con lo programado en Jauja en 1857) y Teodicea (con argumentos precisos y concluyentes sobre la existencia de Dios y sus atributos divinos) redactados por el propio prelado para sus alumnos del Seminario[23]. Redactó, además, un texto nuevo de Estética. Otras veces potenciaba un buen texto como el de Filosofía del P. Tergiordi, en detrimento de Liberatore, por su mayor claridad y precisión.

 

 

5. EL ARCHIVO

 

Centro pedagógico y espiritual de tamaña importancia, es lógico que haya generado abundante y cualificada documentación. Ella está relacionada directamente, en primer lugar, con aspectos internos de la institución: construcción de los distintos locales, fincas, capellanías que sufragaban, vida académica (matrículas, solicitud de becas, planes de estudio, alumnos y profesores, exámenes, financiación, contenidos y sistemas de enseñanza). En segundo lugar, hay que destacar la documentación ad extra: relación con otras instituciones (Universidad, Colegio Independencia, Municipalidad), particularmente con la propia Iglesia (Obispos, Cabildo Catedralicio, clero regular y diocesano).

A la fecha, octubre de 1999, el Archivo está demandando orden, seguridad y aprovechamiento. Arrumados sus libros y documentos en una de las estanterías del local de la Biblioteca, se está buscando la forma de ubicarlo en un lugar apropiado y conveniente. En espera de su detallada catalogación me limito a hacer una relación general del mismo, basada en la observación directa de sus fondos. Al no existir registro alguno, la numeración presente es convencional, aludiendo solamente a la unidad física, correspondiente a estar contenidos en un libro, sobre o archivador.

 

1. Libro copiador de cartas para el gobierno de los asuntos de mayor consideración del Sr. D. Pedro de Santa María (1780).

2. Libro: Parroquias y capellanías: 1788-1825

3. Libro copiador de la correspondencia del Seminario desde 1827

4. Libro de sínodos pertenecientes al tercer período del Seminario, desde 1827

5. Manuscritos de España: Consulta del Consejo de Castilla sobre el Edicto de la Inquisición , Madrid, 9 de julio de 1761, prohibiendo el catecismo en lengua italiana publicado en Francia Exposición de la Doctrina Cristiana.

6. Libro general (1795-1865) Constituciones del Sr. Chávez de la Rosa, matrículas y exámenes, oficios, cuentas, lista de rectores y profesores.

7. Gastos del Seminario: 1747-1772

8. Libro de ingresos y egresos: 1790-1847.

9. Cuentas Seminario: Diezmos 1814-1839

10. Eclesiástico: Calendario perpetuo para la Iglesia Catedral. Consultas, fines S.XVIII

11. Libro en que se asientan las cuentas de Arequipa, 1781‑1799.

12. Libro segundo de las entradas de capellanías: 1814-1861[24]

13. Capellanías que gozan los curas de la Catedral: 1789-1810

14.  Libro de recibos por estipendios de Misas manuales, 1930.

15.  Libro de egresos, sueldos de sirvientes y profesores, 1878‑1881.

16.  Libro de Misas grabadas del Seminario, 1912.

17.  Libro de comprobantes‑memorándum (inventarios) 1941‑1953.

18.  Libro de ingresos N1 1, 1897‑1899; Mayor, 1900‑1901.

19.  Libro de egresos N1 2, 1897‑1899; diario, 1900‑1901.

20.  Libro de egresos N1 3, 1897‑1899; caja, 1900‑1901.

21.  Libro de pensiones y cuentas corrientes, 1878‑1902; 22, 1898‑1908; 23, 1900‑1913;

24, 1938‑1942.

25. Libro de asuntos del seminario (certificados de seminaristas) 1897‑1899.

26.  Libro de exámenes (actas) 1858‑1862.

27.  Libro de matrícula de ingresos, 1882‑1884.

28.  Libro de caja, 1930‑1956.

29.  Libro de egresos, 1878‑1883.

30.  Libro de matrículas 1910‑1915.

31.  Libro de recibos 1882‑1883.

32.  Libro de recibos y sueldos, 1862‑1868.

33.  Libro de cuentas de egresos e ingresos.

‑ Pensiones, 1859‑1879.

‑ Capellanía, 1860‑1877.

‑ Arriendo, 1859‑1874. Y gastos...

34.  Libro Diario N1 1, 1884‑8193.

35.  Libro de Pres. Planillas, 1849‑1959.

36.  Libro de pensiones de alumnos, 1908‑1912.

37.  Libro de caja, Mayor, 1917‑1921; 38, 1915‑1910.; 39, 1916‑1917; 40, 1917‑1918.; 41, 1954‑1957; 421, 1951‑1954.

43.  Mercado de diario (antes de 1913): 44, May. 1913 ‑ Nov. 1914; 45, Ene. 1914 ‑ Dic. 1914; 46, Ago. 1921 ‑ Dic. 1921; 47, Ene. 1921 ‑ Ago. 1921; 48, Ene. 1920 ‑ Dic. 1920; 49, Ene. 1919 ‑ Ago. 1919; 50, Ago. 1919 ‑ Dic. 1919.51, Ene. 1918 ‑ Dic. 1918; 52, Ene. 1917 ‑ dic. 1917.

53, Julio ‑ Agosto; 54, Ene. 1929 ‑ Dic. 1929; 55, Ene. 1928 ‑ Dic. 1928.; 56, Ene. 1927 ‑ Dic.1927. 7., End. 1926 ‑ Dic. 1926. 8.  , Ene. 1931 ‑ Dic. 1931. 9.  , Ene. 1930 ‑ Dic. 1930. 0.  , Ago. 1941 ‑ Dic. 1941. 1.  , 1937‑1939. 2.  , Ago. 1939 ‑ Ago. 1941. 3.  , Ene. 1945 ‑ Abr. 1946.

64.  , Ene. 1933 ‑ Abr. 1934. 5.  , Ene. 1932 ‑ Dic. 1932.66.  , Oct. 1948 ‑ Dic. 1950.67.  , Ene. 1924 ‑ Dic. 1925.68.  , Ene. 1923 ‑ Dic. 1923.69.  , Ene. 1922 ‑ Dic. 1922.70.  , May. 1946 ‑ Set. 1946.71.  , Ene. 1935 ‑ 1936. 72 . Ene. 1915 ‑ Dic. 1915. 73., Jul. 1904 ‑ Nov. 1905. 74. Dic. 1904 ‑ Ago. 1905.

75.  Libro de recibos, 1884.

76. Libro de Plan de egresos, 1881‑1883.

77.  Libro de caja N. 5, 1918‑1920. 78.  Libro de caja N. 6, 1920‑1921. 79.  Libro de caja, 1901‑1908. 80.  Libro de caja, 1909‑1913. 81.  Libro de caja, 1914...82.  Libro de caja, 1912‑1916.

 

83.  Libro de pensiones y cuentas corrientes, 1917‑1921.84. , 1942‑1949; 85. , 1934‑1937.

86.  , 1927‑1933;87, 1908‑1909.;88. , 1884‑1897;89. , 1859‑1861; 90. , 1922‑1928.91 ,1859‑1861.

92.  Libro de Pres. Planilla, ingresos y egresos, 1925.

93.  Libro de Ingresos y egresos, 1861‑1864.

94.  Libro de caja de Administración, 1960‑1959.

95.  Libro de caja, 1889‑1896.

96.  Libro Pres. Planilla, ingresos y egresos, 1938‑1949.

97.  Libro de Biblioteca del Clero, fundado en 1937.

98.  Libro de Movimiento ordinario, 1972.

99.  Libro de Inventarios:

‑ 1808 Francisco de Luna Pizarro.

‑ 1840 Pedro J de Bastamente.

‑1857 J. J. Goyeneche.

100. Libro general de cuentas de los donativos, pro‑construcción del Nuevo seminario, 1954‑1955.

101. Libro de caja, 1884‑1888.

102. Libro de planilla de sueldos, 1922‑1924.

103. Libro de planilla de sueldos, 1913‑1918.

104. Libro de planilla de sueldos, 1923‑1915.

105-112: Libros de caja, 1922‑1939; 106, 1928‑1945; 107, 1946‑1948; 108, 1940‑1951; 109,1948‑1950; 110, 1921‑1924; 112, 1909‑1912.

113. Libro de pensiones de los alumnos, 1878‑1879.

114. Libro de pensiones de los alumnos, 1878‑1883.

115. Libro de memorias del Seminario: 1913, 1927‑1934, 1935‑1959, 1942‑1945.

116. Libro de correspondencias:

‑ Cartas al  Obispo desde Tacna, 1824‑1838.

‑ Cartas desde Tarapacá, 1842.

‑ Cartas importantes, 1838.

‑ Cartas Históricas, 1826‑1830.

‑ Cartas de Moquegua, 1827.

‑ Cartas de Camaná, 1908.

‑ Cartas de Ucayali, 1952.

‑ Cartas de Puno, 1952.

117. Libro de correspondencia de síndico del Seminario, 1913‑31.

118. Libro de Planillas de profesores y personas desde 1901...

119. Libro de cuentas, 1959‑1953.

120. Libro de comprobantes de caja (6).

121. Libro de pensiones desde 1906...

122. Libro de Bulas de documentos históricos: Bulas de obispos y papas... 1815.

123. Libro de correspondencia al Seminario, 1932‑1942.

124. Libro de Sagrada congregación del Seminario, 1932‑1943.

125. Libro de reglamento del Seminario, 1802...

126. Libro de sacerdotes: Cofradía del Santísimo, 1798‑1931; Disposiciones del Rector, 1824; Congregación del Sacramento, 1931; Certificado de conducta, 1803.; Informes de la tesorería, 1884.

127-132. Libro de comprobantes de caja, 1923‑1024; 128, 1919‑1920; 129, 1933‑1957; 130, 1939‑1940; 131, 1943‑1944; 132, 1908‑1910.

133. Libro de presupuesto para la casa del gran Retiro.

134. Libro de presupuestos y Planilla‑Cuentas, 1883‑1910.

135. Libro de Correspondencia del síndico del Sem. 1946‑1949.

136. Libro de Instrucciones y ordenanza de cruzada, 1751‑1813.

137. Libro de comprobantes de cuentas, 1902‑1930.

138. Libro de seguro, 1943.

139. Libro de gastos‑cobranzas, 1945‑197.

140. Libro de Planilla de sueldos de los profesores, 1954‑1955.

141. Libro de presupuestos‑ planillas, 1931‑1958.

142. Libro de estatutos, 1675.

143. Libro de consulta de la inquisición, 1761.

144. Libro de documentos del seminario.

145. Libro de la casa de la calle  Piérola 323.

146. Libro de testimonio de escritura de fundación y reconocimiento de capellanía eclesiástica, 1862.

147. Libro chacra Umacollo, Callejón Loreto, 1883...

148. Libro de Fundaciones Pías, 1930...

149. Libro de Cruz Verde 101

150. Libro Expedientes, 1880‑1884.

151. Libro de solicitudes a capellanía, (20)

152. Libro de solicitudes (15)

153. Libro de recibos‑varios (2), 1787‑1805 y otras fechas.

154. Libro Casa de seminario (arriendos) 1913‑1954.

155. Libro de arriendo, casa la moral (18).

156. Libro de comprobantes, y capellanía desde 1747...

157. Libro de Biblioteca (en pergamino) Inventario de los libros del Colegio de la Compañía de Jesús. (36 pp)

158. Libro de expedientes, 1960...

159. Libro de expedientes, 1984, 1865.

160-64. Libro de comprobantes de caja, 1933‑1934; 161, 1941‑1942.; 162, 1921‑1922; 163., 1931‑1932.

164. Libro de comprobantes de caja, 1915‑1916.

165. Libro de Notas de acuerdo, 1969‑1970.

166. Libro de documentos de riego (Cáritas), 1967.

167. Libro de presupuestos‑ Inventario, 1972.

168. Libro de Municipalidad, 1965...

169. Libro de cuentas del Seminario, 1803‑1809. Y otros.

170. Libro de demanda y juicio, 1801‑1843.

171. Libro de autos, terrenos en Tiabaya, 1820‑ 1850. Y otros.

172. Libro de expedientes de ingresos, 1868‑1870.

173. Libro de comprobantes de caja, 1896.

174. Libro de comprobantes de caja, 1929‑1930.

175. Libro de diezmo dedicado al seminario, 1791.

176., 1791‑93, 1803, 13.

177. Libro de comprobantes de baja, 1947.

178. Libro de comprobantes de cuentas, 1792‑97‑99, 1807‑17...

179. Libro de testamento, varias personas, desde 1821.

180. Libro de documentos de la casa García Carbajal. 1959...

181. Libro de Propiedad del Buen Retiro, 1798 y otros años.

182. Libro de arriendo, casa Santa Catalina, 1803‑1952.

183. Libro de alquiler de la casa del seminario, 1420.

184. Libro de Permuta, 1951, Chacra "Agua clara".

185. Libro de juicios de casa del seminario, 1908‑1917.

186. Libro de juicios por terreno, 1820‑1952.

187. Libro de arriendos, 1793.

188. Libro de correspondencia, 1910.

189. Libro de comprobantes de caja, 1882‑1919.

190. Libro de carpeta de seguro social.

191. Libro de seguro social, 1964‑73.

192. Libro de expedientes de certificado, 1828‑29‑30.

193.199 Libro de expedientes, 1847‑1850; 194, 1841‑1846; 195, 1831‑1840; 196, 1874‑1879; 197. 1866‑1867; 198, 1851‑1859.

199. Libro de recibos y facturas, 1789‑1955.

200. Libro de cuentas, 1810‑1956.

201. Libro San Francisco 114, casa Venida.

202. Libro de Chacra, Zamácola, Tomilla, y Camaná, 1949...

203. Libro de acciones, compañía de pesca san Pedro, 1949‑1951.

204. Libro de colegio de la Independencia. Libro cosido con expedientes desde 21 de agosto de 1827 a 1830, en los que figura como secretario Juan Gualberto Valdivia; planes de estudio; título de profesor filarmónico a favor de D. Pedro Tirado; planes de estudio.

205. Libro de documentos del colegio de la Independencia, 1828‑1835: Temas para exámenes, oficios de la Universidad San Agustín, cartas. En los de 1831 figura el Dr. Valdivia como Presidente.

206. Libro de expedientes, cabildo, Seminario, 1785.

207. Libro de expedientes de becas, 1876‑1901.

208. Libro de cátedras del seminario, 1830‑1834.

209. Libro de método de estudio del Real Convictorio de San Carlos.

210. Libro de matrículas, 1956.

211. Libro de cuadro de profesores, 1881‑1894. Y otros.

212. Libro de expedientes, becas, 1792‑1794.

213. Libro de solicitudes y expedientes, 1857‑1759.

214. Libro de solicitudes e ingresos al seminario, 1856.

215. Libro de expedientes de colegiales, solicitudes becas, 1855‑1856.

216. Libro de inventario de vacantes, 1930‑1947.

217. Libro de solicitudes y becas, 1821‑1827.

218. Libro de solicitudes y becas, 1816‑1820.

219. Libro de solicitudes y becas, 1802‑1810.

220. Libro de solicitudes y becas, 1796...

221. Libro de campañas vocacionales, 1945‑1948.

222. Libro de misiones, 1811‑1815.

223. Libro de exámenes de colegiales, 1873...

224. Memorias del Seminario Conciliar de San Jerónimo de Arequipa erigido por el primer obispo que tomó posesión de la Santa Iglesia y Gobierno del Sr. D. Fr. Pedro de Perea, el año de 1616, y reducido a la forma del Santo Concilio de Trento por el Sr. D. Pedro José Chaves de la Rosa en 1791". (Tomado del libro Reales Cédulas en favor del Seminario Conciliar de San Jerónimo de Arequipa y aprobación de los reglamentos de visita, erección, constituciones y método de estudios dispuestos por el Ilmo. Sr. D. Pedro José Chaves de la Rosa, Obispo de aquella diócesis. Acompaña razón o memorias del primer establecimiento hecho en 1619 por el Ilmo. Sr. D. Fr. Pedro de Perea y de la Reforma de 1791 hasta el presente de 1808. Impreso en la Ciudad de los Reyes del Perú y Real Casa de Niños Expósitos. Año de 1808.

 

Sección "MANUSCRITOS"

Aunque deben de existir varios junto a los libros impresos, mencionamos la colección "Papeles curiosos" del Arcediano Echevarría y algunos sueltos como los siguientes:

Flagellum doemonum (Sermones) Arumpampa de Juli, 1661, 182 pp

Cuaderno de apuntes manuscrito sobre Tractadus Disputa 1708

Cuaderno manuscrito sobre Decretalium ad rubricam y otros Octubre 1691 (Perteneció a D. Sancho Arenales y Benavides)

Jone de Valdespino Tractus Angelorum (Propiedad de Juan de Dios de V. Ybarra)

De los Sermones del P. Vieyra (Por orden alfabético)

Physica del P. Isidro Joli (Con dibujos)

Sermones en latín 'Tractatus de Divi Verbi Incarnatione por el R. P. Ibargoyen' (Del Dr. José Manuel de Loaysa) 236 pp

 

COLECCION: "Papeles Varios Curiosos" y "Papeles Jurídicos" recogidos por el Arcediano F. Javier Echeverría

 

De ellos escribió el P. Rubén Vargas Ugarte que su 'Colección de Relación de sucesos de la época' "es una de las más completas que hemos visto"[25]. Parece pertenecer a la colección iniciada por el abogado arequipeño D. Juan Antonio Tristán y que continuó el Arcediano de la Catedral e historiador de la iglesia mistiana D. Francisco Javier Echeverría[26]. Encuadernados sin aparente método ni sistema, debían de existir no menos de 34, dispersos entre los miles de volúmenes de la biblioteca. Por el momento, reseñamos algunos de los ubicados:

 

Tomo I:

1. Aula general y costumbres de Universidad

2. Carta en forma de pronóstico para el Sr. Felipe V

3. Sobre la explicación de las profecías de Malaquías

4. Auto del Obispo de Cartagena al Deán y Cabildo

5. Alegato de D. Pedro José Bermúdez

7. El músico peruano D. Francisco Santos de la Paz.

8. Alegato por Da. María Zapata y Monsalve

9. Relación de un temblor acaecido en el Cuzco

11. Relación del testamento de Oliver Kromuel Protector

12. Victoria de Canta, año de 1658

13. Alegato por Baltasar de los Reyes, mercader

14. Alegato por el Br. Mariano de Ocampo

15. Alegato por el Br. José de Granda, presbítero

16. Poema panegírico a Santo Tomás de Villanueva

17. Sermón de Renovación del Santísimo por Barreto de Castro

18. Relación de las milagrosas formas que están en el Colegio de la Compañía de Alcalá de Henares

19. Alegato por el Duque de Montalvo

20. Memoria de la Casa de Escalante y servicios de ella

21. Reflexión jurídica por D. Francisco Aguirre Gomendio

22. Alegato por D. Vicente de Bedoya Osorio

23. Alegato por D. José de Salcedo Enríquez Navarra

24. Consulta a la Universidad de Salamanca acerca de conflictos de un sargento con el vicario y arzobispo

25. Hechos y progresos de la Reyna Cristina de Suecia

26. Por los hijos y herederos de D. Juan Antonio de Calahorra. Año de 1754, Juan Antonio Tristán del Pozo

 

Tomo IV:

1. Consulta que hizo a varios teólogos el Ilmo. Sr. León, obispo de Arequipa sobre la costumbre de avíos a chacareros y vinateros

2. Utilidades de celebrar y oír misa todos los días

3. Bienes gananciales, fianzas y gravámenes de la mujer

4. Hechos que instruyen el derecho de Don Tomás de Vergara y D. Pedro de Escobar

5. Emphyteusis y curioso arrendamiento de por vidas, Juan Antonio Tristán, 1755

6. Poema a San Ignacio de Loyola, heroico, resituado a sanidad

7. Curiosos versos latinos acrósticos de Joannes y Jesús

8. Mutuo, donación, intereses, matrimonio, pruebas, testigos. Fundamentos que le asisten a D. Juan Ximénez Lancho para condenar a Doña María Josefa de Salazar, viuda de D. Vicente del Rivero, 1734

9. Pactos y contratos de mutuo, testigos, donaciones. De los mismos

10. Sobre nulidad de venta, remate, mejoras, restituciones, solemnidades

11. Sobre derecho de propiedad y deslindes

12. Sobre preferencias de asiento y dignidad

13. Sobre derecho de Arcedianato

14. Sobre beneficios eclesiásticos, posesiones

15. En contra del antecedente sobre propiedad

16. Censura en el capítulo contra impedientes sobre privilegios de la Religión de la Merced. Competencia con el provisor en la procesión del Viernes Santo, 1695

17. Sobre inmunidad eclesiástica

18. Sobre posesiones, despojos

19. Sobre advertencias de menores, escribanos, iglesias, enajenaciones y sus requisitos

20. Relación de comedia

21. Tutela, administración y cargos de ella. Bernardo de Zúñiga, hacendado del valle de Majes, 1753

22. Vales, ejecuciones, testamentos, intereses, ejecuciones, a raíz de la muerte de José de Roa, en el valle de Moquegua, 1753

23. Donación inoficiosa, legítimas

 

 

Tomo VI:

1. Consulta y pareceres de una dispensación de matrimonios con impedimento de afinidad en primer grado colateral

2. Derechos sobre minas y sus ordenanzas

3. Sobre la aspersión de pozos en lugar vecino, fianzas de calumniados de inhibición, sus excepciones y extenciones sobre costumbres, causas de jueces delegados

4. Herencia vitalicia, donaciones inmensas, nombramiento de a tutores. Término para otorgar y hacer los mandatarios testamentos

5. Voluntad por instrumentos simples, promesas, nulidad de testamento por demencia, fe de escribanos, colación de sacramentos a fatuos como se entiende

6. Varias resoluciones sobre los derechos a una niña

7. Testamento nuncupativo sus circunstancias y solemnidades, presunciones

8. Últimas voluntades, testamentos hechos en el campo, deposición de mujeres

9. Derechos, división y partición entre herederos, intereses, licencia del marido para añadir herencia... Derechos de herederos, divisiones y partición

10. Necesidad de inventario con los herederos, divisiones y partición y sus términos, gatos de funerales.

11. Términos, gastos de funerales. Tratos de compra, sus circunstancias e intereses, condiciones, utilidad de las minas, compañías de arrendamiento y gabelas, confiteusis.

12. Manifiesto y defensa jurídica por el Conde de San Isidro, D. Juan Baptista y D. Francisco González de Valdez, en las causas que contra ellos sigue D. Bartolomé de Loaysa y Valdez.

13. Contratos de censos, sus circunstancias, rebaja por causa de temblores, incendios. Trata toda materia de censos.

 

Tomo VII:

1. Nulidad de matrimonio por miedo reverencial aunque el matrimonio se hubiese consumado.

2. Nulidad de matrimonio por enfermedad en la mujer antes de contraído, traga de purgaciones o sangre lluvia en las mujeres, su contagio y falta de consenso en el marido que lo ignoraba

3. Sobre la facultad de levantar edificios con perjuicio del vecino cuando puede hacerse y de la utilidad de los predios vilanos en la ventilación de los aires, entrada del sol y comodidades de la salud.

4. Sobre privilegios de la jurisdicción Real para la hacienda, inventarios de bienes de clérigos

5. Sobre ejecución que no pueden impedirse ni apelarse

(Hasta 16 expedientes)

 

Tomo VIII:

1. Informa en derecho el Lic. D. José Suárez de Figueroa en la causa que los señores fiscal de lo civil y fiscal protector de SM siguen contra D. Baltasar Pardo de Figueroa, Lima 1654

2. Instrucciones del Oficio de la Santa Inquisición hechas por Fr. Tomás de Torquemada, Madrid 1576

(Más de 40)

 

Tomo IX:

1. Carta pastoral del Ilmo. Sr. Alejo Fernández Rojas y Acevedo, obispo de Santiago de Chile 1724

2. Papel sobre las casas de huérfanos

3. Parecer en derecho del obispo de Quito D. Diego Ladrón de Guevara

4. Laberinto de la Rosa

5. Papel en derecho de Diego Salinas sobre la elección de provincial en la provincia de Chile

6. Reloj astronómico de temblores por D. Juan Barrenechea

7. Papel en derecho del Sr. Roldán, Obispo de Huamanga

9. Ocho documentos que dio N S Jesucristo a Alberto de Alemania

17. Poesías hechas en el estreno del Monasterio de Rosas de esta ciudad de Arequipa (Hay hasta 25 papeles)

 

Tomo X:

1. Memorial en que se satisface a algunas cosas que en esta universidad de Salamanca se han dicho contra la Compañía acerca de los estudios de latinidad

25. Coloquio que un doctor enfermo D. José Remusgo sostuvo con la muerte estando muy enfermo.

 

Tomo XI:

1. Sermón que predicó el P. Pedro Sáez de la SI en las honras del Dr. Alonso Ramírez de Vergara y Arellano, 1621

 

Documentación del Seminario en el Archivo Arzobispal de Arequipa.

Se guarda también documentación acerca del Seminario, referida en especial a las relaciones entre el Arzobispado y Cabildo Catedralicio y el Centro en cuestión. Concretamente, hay numerosos expedientes de ingreso desde el año 1650 hasta 1899. El primero es una solicitud para postular como seminarista, así como los testimonios de aval de su buena conducta en la persona de Juan de Llanos Valdés, natural de Arequipa, en 8 de enero de 1650. Otros apartados tienen que ver con las cuentas (1645-1888), las rentas (1821-1853) y los expedientes administrativos (1650-1879). Hay además dos expedientes civiles (1817, 1854), así como un inventario de 20 de marzo de 1878.

 

 

6. LA BIBLIOTECA

Por la variedad y antigüedad de sus fondos bibliográficos es una de las más importantes del Perú y de todo el Sur Andino. Se ha ido formando gracias a la sensibilidad cultural que los Obispos y sacerdotes han manifestado a lo largo de 400 años que les llevó a cargar con miles de volúmenes desde España con el fin de tener un material bibliográfico disponible en su empresa cultural y evangelizadora; fue el caso de los prelados Chávez de la Rosa o L. de la Encina. De igual modo obraron rectores y profesores arequipeños como Luna Pizarro, Echeverría o Porcel, entre otros. Muchos de los libros conservan sus primeros propietarios, como sucede con cientos de la antigua "librería del colegio de la Compañía de Jesús de Arequipa". A título de ejemplo, señalo que la obra de Diego Niseno Asuntos predicables (Imprenta de Francisco Martínez, Madrid 1629) perteneció a Pedro Chávez de la Rosa, y que el volumen de Tomás de Aquino Suma totius theologiae (2a. parte, 2) Patavi 1771, fue propiedad de Juan Gualberto Valdivia.

 

Factores múltiples, terremotos, desidias personales, han acechado constantemente para impedir el noble objetivo de mejorar los fondos existentes. Esta diversidad de actitudes nos la pone de manifiesto uno de sus bibliotecarios, José Miguel de la Rosa, en 1908, en el único artículo encontrado sobre la biblioteca y el archivo que nos ocupa:

             "Felizmente que lo que se ha encontrado perdido, botado y destrozado no volverá a perderse. El Ilmo. Sr. Holguín, al remover estas ruinas y pensar en reorganizar esta Biblioteca ha hecho un gran bien. El nuevo salón que en el actual Seminario servirá para contenerla resulta estrecho pero constituirá a no dudarlo un paso decisivo en el camino de la educación y progreso de nuestro clero. Lamentamos, sí, que no se hubiera adquirido para completar esta Biblioteca, la muy valiosa que el R. P. Hipólito Duhamel dio a formar para su colegio y que ha ido hoy al suelo extranjero en donde se le supo apreciar. Formada en su totalidad por obras modernas, y habiendo seguido hasta los últimos años el movimiento eclesiástico mundial, habría hoy, unido a la que se tiene, constituido una Biblioteca de la que hubiera podido enorgullecerse el clero arequipeño"[27].

 

Existen libros de historia, antropología, literatura, religión, ciencias, economía, geografía, revistas y periódicos, manuscritos, mapas, planos, algunos de los cuales son únicos en el mundo.

 

En febrero de 1996, cuando la visité por vez primera, su acceso y consulta era bien difícil debido a que carecía de un inventario actualizado, resultando inadecuada su clasificación. Por efecto de los frecuentes temblores o terremotos de la tierra y la falta de recursos para su cuidado, hace que parte de sus fondos estén llenos de polvos y con hongos. Por abril de 1997, se quitó el polvo a todos los libros, se colocaron en estanterías todos los ejemplares de el periódico "El Deber" y la mayoría de los folletos, periódicos y revistas, se separó el fondo antiguo (anterior al año 1900) del moderno. Aunque el fondo antiguo se dejó tal y como estaba dividido, en sus mismas secciones; el fondo nuevo, el más consultado por los estudiantes del Seminario, se organizó de acuerdo con el Código Decimal Universal (CDU).

 

 Del rápido cómputo realizado en julio de 1999, obtuvimos los siguientes datos:

1. Fondo antiguo: 10.700

2. Nuevo: 14.000

3. Periódicos y revistas: 5.000

4. Prestados (fuera de la biblioteca): 1.000

Por lo que, aproximadamente, habrá unos 26.000 volúmenes.

 

Los ficheros por autores pueden dar vaga idea de los fondos existentes años atrás pero no hay correspondencia precisa en la actualidad.

 

Gracias a un convenio entre el INC de Arequipa, Arzobispado e Instituto Italiano Latinoamericano de Roma[28], se está llevando a cabo la catalogación precisa e informatización de sus fondos impresos hasta el año 1800, con el fin de publicar un CDR con el aval del Instituto Tavera de Madrid. De igual modo, se dispone ya de caja fuerte para custodiar las obras más valiosas.

 

 

Algunos de los más antiguos y valiosos:

Alfonso X Siete Partidas Madrid 1767

Ana, F. Juan de Santa Ana Vida de Fr. Antonio de la Visitación Granada 1758

Baronio, César Martirologio Romano Venecia 1584

Baronius, César Annales eclesiastici Roma, Tipografía vaticana, 1594 (varios volúmenes

Baronio, Cesar Anales eclesiásticos Venecia 1601

Barre, Lorenzo de la Historia cristiana París 1583

Begnudeli, Francisco Antonio Biblioteca juris canonici Madrid 1557 4 vols.

Bertonio, Luis Vida de Jesucristo Juli 1612

Bertonio, P.Ludovico Vocabulario de la lengua aymará Juli 1612, 1 vol                                          

Biblia Sacra Vulgatae editionis cum annotationibus J.B. Duhamel et vitreani Exemplaris Notis Chronoligis ac Historicis Madrid 1778, 2 vols.

Christoforsono, Juan Historia eclesiástica Colonia 1570

Covarrubias, Diego Resoluciones varias Salamanca 1570

Dionisus,  Bañes De fide, spe et charitte Salamanca 1584

Echave, F. La Estrella de Lima convertida en sol Amberes 1688

Gonzalo de Historia pontifical Burgos 1578

Hansen. Leonardo Vida de Santa Rosa Roma 1680

Hareo, F. Vita sanctorum Patrum León 1595

James: Diccionario Universal de Medicina París 1748 (6 volúmenes)

Jesús María, Fr. José Vida de Fray Francisco Madrid 1670

Medina, B.  In priman secunda de Thomae Aquinatis expositio Salamanca 1578

Mogrovejo, Toribio Lima limata Roma 1673 (2 ejemplares)

            Concilia Limana Roma 1684 (3 ejemplares)

Montesinos, Ambrosio  Contemplación y vidade Nuestro Señor Jesucristo (traducidos por el Doctor Ladulfo) 4 volúmenes, posible incunable.

Nebrija, Antonio de Gramática castellana 1492

Recopilación de las Leyes de Indias Madrid 1756, 2a. ed

Rivadeneyra, Pedro Vita Santi Ignaci Madrid 1586

Sabathier,  D. Petri Bibliorum Sacrorum Latinae, versiones opera et studioParís 1751, 3 vols.

San Jerónimo Cartas, comentarios... París 1533, Basilea

Santo Tomás Opera omnia (17 vol.) Roma 1570

Serarius, Nicolaus Commentarii in librum Josue (2 tomos en 1 volumen) Maguncia 1510

Soto, Domingo, O.P. Commentariorum...in quartam sententiam (T. 2) Salamanca 1562

Tertulianis Cartagenensis, Opera quae... Salamanca, 1605; Coloniae Agripinae, 1617 (varios tomos)

Titelmanno, Francisco: Paraphrastica Llucidatio in Sacrosanta Iesuchristi Roma 1556.

                                   Evangelios de San Mateo y San Juan Antuerpiae 1547 y 1567

Turcelino, Oracio Vida de San Francisco Javier Roma 1596

Vega, Pedro de la: Declaración de los Siete Salmos Penitenciales Zaragoza 1606 (4 copias)

Walton, Briano Biblia Sacra Políglota con los textos originales hebreo, caldeo y griego y varias versiones  Londres 1657. (7 volúmenes)[29].

 

 

INVENTARIOS

Aunque figuran en la sección del archivo, detallamos acá algunos de los "inventarios" encontrados y que nos dan valiosa información sobre los libros existentes, así como datos decisivos a la hora de conocer su historia.

 

1. Inventario de los libros de la Biblioteca del Colegio de los PP. Jesuitas de Arequipa.  Siglo XVIII.

Se encuentra en el propio archivo. Es un librito forrado de pergamino, sin hoja de portada y 36 hojas manuscritas por las dos caras. Parece que se elaboró provisionalmente pues tiene varias tachaduras y numerosas abreviaturas. Comienza señalando los "Libros del aposento del P. Rector": 301 en total; siguen los del aposento del P. Vicente Valcárcel 102, aposento del P. Diego Antonio Loaisa 327, aposento del P. Fernando de Castro 22, aposento del Hermano Fulgencio 11, aposento del P. Juan Roz 46, aposento del P. Ignacio Izaguirri 203, aposento del P. Manuel de las Cuevas, P. Pedro Lizárraga, P. José Cuevas, P. Domingo Prieto, P. Marcelo Ozuña, P. Luis Biscarra, P. Santiago, aposento de la Procuración, Libros pertenecientes a la Librería de este Colegio en 104 cajones.

 

2. Inventario de Chavez de la Rosa, 1785

Se encuentra en el Archivo General de la Nación[30], y  asciende a 1.498 volúmenes, de los que 982 son publicados en España y los restantes 516 principalmente en Francia. En la cláusula 28 de su testamento de 24 de noviembre de 1792:"Declaramos tener donada nuestra librería y estantes al Colegio Seminario San Jerónimo de esta ciudad"[31]. En la cláusula 7 dona "por vía de legado" lo mejor de su biblioteca "al señor a quien la divina providencia destine para su sucesor en la dignidad de Obispo de Arequipa". Merece la pena transcribirlo:

- Sínodos manuscritos de Arequipa y del Cuzco

- Colección de Cinco concilios provinciales y sínodos peruanos, con el de Caracas; impreso de Arequipa de 1784

- Historia General de Arequipa manuscrita por el Doctor Trabada

- Copias de la erección de mi SantaIglesia hecha por el Sr. Don Pedro Perea

- Otra del Señor Don Pedro Villagómez

- Las cartas pastorales y obras impresas de algunos de los señores obispos sus antecesores

- La Vida de la Venerable Monteagudo

- Razón historial de los tres monasterios de las religiosas de la filiación

- La obra del Perfecto Prelado del Canónigo Reyna

- Pastorales de varios señores obispos

- La obra del Padre Marqués [...]

- Otro comentario manuscrito sobre las solitas"[32].

.

3. "Indice de la librería de los ex Jesuitas aplicada al Seminario por el Ilmo. Sr. Dr. Don Pedro José Chávez de la Rosa, del Consejo de SM y trasladada a él por el Dr. D.Francisco Javier de Luna Pizarro, Vice Rector. Año de 1808".

 

La fecha exacta es 17 de junio de 1808. Elaborada la lista por Francisco Javier de Luna Pizarro, fue recibido el inventario por  Diego Villavaro y Huerta. Muy completo, por orden alfabético dando cuenta de los volóumenes de cada obra, el título, autor, lugar de publicación, año y cajón en el que se encuentra.

Más adelante, hay anotaciones en las que se indica que el 30 de julio de 1808 recibió la Biblioteca el Sr. Nieto y el 18 de octubre de 1811 el Sr. Mariano Melgar, aumentando el número de volúmenes.

 

4. Inventario de Pedro J. Bustamante, en marzo de 1840. En él se da cumplida cuenta de los volúmenes, autor, título, lugar y año de edición, cajón en que se ubica, apartado (Biblias, Expositores sagrados, Santos Padres, Theólogos, Canonistas, Historia Eclesiástica, Historia Profana, Ascética, Filosofía, Derecho Civil, Bellas Letras, Sermones, . Por segunda vez, tenemos referencia del célebre libro de Ventura Travada  con el título "Historia General de Arequipa"[33].

 

De los 3.578 volúmenes, seleccionamos las que aparecen en el apartado Historia eclesiástica, y que siguen presentes en la Biblioteca en su mayoría:

 

Ana, F.Juan de Santa Ana Vida de Fr. Antonio de la Visitación Granada 1758

Alcalá, Fr. Pedro de Vida de Fr. Francisco de Posadas Córdoba, 1728

Alderete, Bernardo José Santos de Aragón y Córdoba 1631

Alegambe, Felipe Héroes de la Compañía de Jesús Roma 1658

Alegambe, Felipe Muertes ilustres Roma 1162

Idem, Biblioteca scriptorum, Amberes 1643

Alfaro, Fr. Gregorio Vida de D. Francisco de Reynoso Valladolid 1617

Aramburu, D. Manuel Vicente Historia del Pilar de Zaragoza

Aranda, Gabriel Vida del Venerable Fernando de Contreras Sevilla 1682

Blanchini, José Demonstratio historia eclesiastica Roma 1752 7 vols

Barufaldo, Jerónimo Ad Rituale Romanum Venecia 1763

Begnudeli, Francisco Antonio Biblioteca juris canonici Madrid 1557 4 vols.

Baronio, César Martirologio Romano Venecia 1584

Borja, San Francisco de Su vida

Blanco, Pedro Luis Noticia de las antiguas colecciones Madrid 1798

Bertonio, Luis Vida de Jesucristo Juli 1612

Babia, Luis de Historia pontifical y caólica Madrid 1652, 3 vols.                                                    

Brindis, Beato Alberto Su vida

Baronio, Cesar Anales eclesiásticos Venecia 1601

Barre, Lorenzo de la Historia cristiana París 1583

Bibario Yn Dextrum

Berti, D. Lorenzo Comendio de la Historia eclesiástica Madrid 1786 

- Eclesiastice historia brebiarium Barano 1784

Bossuet, Ilmo. Sr. Historia de las variaciones Madrid 1772, 3 vols.

Butler, Albano Año christiano Valladolid 1789, 12 t

Baronio, Cesar Epitome León 1604, 2 t

Bravo, Juan Gómez Obispos de Córdoba 1778

Comestor, Pedro Historia eclesiástica Madrid 1699

Castro, Alonso Núñez Vida de san Fernando Madrid 1787

Castro, Cristóbal Historia Deipare Alcalá 1605

Covarrubias, Diego Opera omnia Génova 1762, 2 t

Cherubin, Laercio Bullarium Roma 1618, 3 t

Cassaing, P. Bruno Privilegia Regularium Valencia 1655

Cepari, Virgilio Vida de San Luis Gonzaga Venecia 1759

Córdoba, Francisco Fiestas de Santa Rosa Roma 1668

Catoyra, Fr. Ignacio San Jacob luce hispana Cádiz 1736

Covarrubias, Diego Resoluciones varias Salamanca 1570

- In Bonifacio octavo constitutionem Salamanca 1554

Casalio, Juan Bautista De verteribus christianorum citibus Roma 1645

Cárdenas, P. Juan Vida de la Venerable Damina de las Llagas Sevilla, 1675

Caballero, Lorenzo Vida de San Ignacio

Castorena, Juan Ignacio Vida de Sor Juana Inés de la Cruz Madrid 1700

Caprarola, Fr. Antonio de Vida de San Francisco Solano Roma, 1672

Colombo, Fr. Felipe Vida de Fr. Pedro Urraca Madrid 1790

Cienfuegos, Alvaro Vida de San Francisco de Borja Madrid 1717

Christoforsono, Juan Historia eclesiástica Colonia 1570

Cornejo Crónica de San Francisco Madrid 1684

Cádiz, Fr. Diego José de El ermitaño perfecto Sevilla 1795

Córdoba, FR. Diego de Chronica de San Agustín Lima

Calancha, Fra. Antonio Chronica de San Augstín Barcelona 1639

Castillo, Fr. Hernando Historia de Santo Domingo Madrid 1584

David, Juan Veridicus christianudo Amberes 1606

Fleuri, Claudio Historia eclesiástica Augusta 1768

- Costumbres de los israelitas Valencia 1771, 2 t

- Catecismo histórico Madrid, 1779, 2 t

- Compendio de la Historia Eclesiástica 10 t

- Flores, P. Enrique Reinas católicas Madrid 1770

Flecher, Ilmo. Sr. Historia del Cardenal Jiménez León 1712

Genebrardo, Gilberto Chronografía Lovayna 1570

Guijou, D. Tomás Vida de la Venerable Mariana de Jesús Madrid 1754

González, Vaquero La mujer fuerte Madrid 1674

Gretsero, Jacobo Vita Gregori VII Yngolstad 1610

Hareo, F. Vita sanctorum Patrum León 1595

Herrera, Fr. Cipriano Vida de Santo Toribio Roma 1670

Hansen. Leonardo Vida de Santa Rosa Roma 1680

Jesús María, Fr. José Vida de Fray Francisco Madrid 1670

Juvencio, José Historia Societatis Jesu Roma 1710

Lipeloo, Zacarías Vite sanctorum 3 t

Loza, Francisco Vida de Gregorio López Madrid 1648

Lesana, Juan Bautista Vida de Santa María Magdalena de Pacis Madrid 1754

León, Pinelo Vida de Santo Toribio Madrid 1653

Laynez, Fr. José Balance de los privados Madrid 1640

Ludolfo, P. Vida de Nuestro Señor Jesús León 1644

Macri, Domingo Serolexicon Bolonia 1765

Montalvo, Francisco Antonio Vida de Santo Toribio Roma 1683

Un vol. fol. pergamino cajón 12, otro con láminas, un vol. 4. Pergamino, cajón 29

Mamoris, Pedro Flagelum maleficorum León 1621

Maynerio, Alejandro Vida de Santa Catalina de Ginebra 1737

Mamachi, Fr. Tomás De ratione temporum Roma 1748

Masedo, Fr. Francisco de San Agustín Vida de Santo Toribio Padua 1670

Márquez, Juan Origen de los Frailes de San Agustín Salamanca 1618

Millán, Gonzalo Flos Sanctorum Sevilla 1572

Macquer Compendio de la historia eclesiástica Madrid 1791, 4 t

Meysoner, Lázaro Brebiarium chronologicum León 1669

Navarro, Tiburcio Vida de San Francisco Solano Roma 1671

Navarra, Pedro De restitutione Toledo 1597, 2t

Nieremberg, Juan Eusebio Vida de San Francisco de Borja Madrid 1644

- Varones ilustres Madrid 1666

Natividad, Fr. Mateo de la Minerva Eucarística Victoria 1643

Nicolás, Fr. Pablo de San Antigüedades eclesiásticas de España Madrid 1725

Oviedo, Luis Antonio Vida de Santa Rosa Madrid 1711

Ocampo, Maestro Florián de Crhronica general de España Madrid 1791

Ortiz, Lorenzo Origen de la Compañía de Jesús Sevilla 1679

Orlandino, P. Nicolás Historia Societatis Jesu 2 t

Padilla, Francisco Historia eclesiástica de España Madrid 1658, 2 t

Peyrinis, Lorenzo Opera Venecia 1648

Pignatelli, Jacobo Consultationes canonice Colonia 1718

Pellizario, Francisco Manuale Regularium León 1653, 2 t

Papponio, Gerónimo Conciliorum Venecia 1604

Palafox, Ilmo. D. Juan Su vida Bruselas 1682

Porpera, P. Jacinto Vida de Santa Catalina Génova 1682

Puente, P. Luis Vida del P. Baltasar Álvarez Madrid 1615

Posadas, Fr. Francisco Vida del P. Cristóbal de Santa Catalina Córdoba 1649

Pereyra, Antonio Dissertaio Lisboa 1769

Pagi, Fr. Antonio Critica Baroni Amberes 1727, 4t

Pacoji, Eduardo Especimen historia Arabum Oxonia 1650

Paz, Gonzalo Suárez de Práctica Salamanca 1583

Parreño, D. Andrés Lozano Compendio de las iglesias de España Madrid 1756

Puteano, Henrrico Relaciones del Cardenal Bertibolo Madrid 1638

Potau, D. José Lagrimas de Lima 1776, 4 t

Pinelo, Antonio de León Biblioteca oriental Madrid 1737 3 t

Prado, D. Pedro Comentarios sobre las solitas de los obispos  

Roberto, Juan Historia de San Obato Luxemburgo 1621

Rebello, P. Juan Vida de Jesucristo

Rivadeneyra, Pedro Vita Santi Ignaci Madrid 1586

- Cisma de Inglaterra, Madrid 1786

Risco, Fr. Manuel España sagrada Madrid 1787, 5 t

Royaumont, Mr. Sucesos memorables Madrid 1765, 4 t

Riccio, Mateo Historia Sinensis Burligala 1615

Rollin Historia antigua en francés 14 t

Ramírez, Fernando Historia de los hechos del clero en defensa de la Concepción Madrid 1776

Rocha, D. Diego Origen de los Indios Lima 1681

Rodríguez, D. Pedro Disertaciones sobre los Templarios Madrid 1747

Román, P. Miguel de San Expediciones expirituales León 1644

Sachino, Francisco Historia Societatis Jesu Roma 1661

Saliano, Jacobo Epitome

Solís, P. Antonio Gloria póstuma de San Fernando Sevilla 1730

Silva, F. Diego Historia de Balbanesa Madrid 1679

Salinas, Juan Vida de San Pedro Roma 1731

- Vida de San Agustín Roma 1731

Salón, Fr. Miguel Vida de Santo Tomás de Villanueva Madrid 1670

Sánchez, D. Bartolo Santos de Córdoba Córdoba 1772

- Memorias del yermo de Córdoba 1782

- Vida de Sor Juan María de San Francisco Córdoba 1774

Sandini, Antonio Vita Romanorum Pontificum Ferrara 1754

Salmerón, Fr. Marcos Recuerdos históricos Valencia 1646

Saliano, Jacobo Anales eclesiásticos Lutecia 1641, 5 t

Turcelino, Oracio Vida de San Francisco Javier Roma 1596

Torralvo, Fr. Jerónimo Vida de la Venerable Sor Rosa de Santa Inés Córdoba 1758

Torre, Francisco de la Vida de San Francisco Javier Madrid 1728

Tillemont, Mr. Memorias para la historia eclesiástica París 1693, 16 t

Torquemada, Fr. Juan Monarquía indiana Madrid 1723

Travada, D. Ventura Historia general de Arequipa badana manuscrito

Vilches, Jerónimo Vida de Sor Úrsula de San Basilio Córdoba 1762

Vaca, Hernrique Vida de Santa Marina Córdoba 1680

Vilches, Jerónimo Triunfo angélico Córdoba 1781

- Vida del P. Pérez Ponce Córdoba 1741

Vásquez Salgado, Antonio Vida de Santo Tomás México 1722

Valladolid, Fr. Francisco de Vida de Santo Toribio Mogrovejo Roma 1655

Villanueva, Joaquín Lorenzo Año cristiano Madrid 1791, 11 t

Ulloa, Antonio Relación histórica Madrid 1748, 5 t

Vargas Machuca, D. Bernardo Descripción de las Indias Madrid 1599

Xaque, Francisco Vida del Venerable Antonio Luis Zaragoza 1662

Ximénez, Vicente Memorias para la historia eclesiástica Madrid 1814, 4 t

Xavier, S. Francisco Sus cartas Colonia 1692

Zamácola, D. Juan Domingo Vida del Sr. Abad Manuscripto, un vol. fol. badana

- Relación del terremoto de Arequipa de 13 de mayo de 1784. Manuscrito

- Diario de las operaciones del ejército de la Paz

- Visita del Sr. Chaves de la Rosa en 1789

 

ANONIMOS (Los consignamos por su gran interés)

- Regla de Coro de Sevilla, 1760

- Concilios provinciales 2 y 3 de Lima, Sevilla 1614

- Constituciones sinodales de Guamanga, Lima 1672

- de Santiago de Chile, 1764

- Concilios provinciales de México 1769

- Concilia Limana preside Santo Toribio, Roma 1684

- Constituciones sinodales de la Paz, Lima 1739

- Id. De Venezuela, Madrid 1761

- Sinodales de Lima, 1722

- Id. del Cuzco

- Concilios y Constituciones de Lima por Santo Toribio, Roma 1613

.- Ídem. De Arequipa por el Sr. Villagómez, manuscrito

- Id. de Lima por el Sr. Guerrero 1754

- Id. de la Concepción de Chile por el Sr. Asna, Madrid 1749

- Id. del Tucumán, por el Sr. Victoria, manuscrito

- Regla Consueta del Cuzco por el Sr. Moscoso

- Arancel del Cuzco por el mismo, Lima 1782

- Colectio Conciliorum omniu, Fr. Lorenzo Surio, Colonia 1567, Colonia 1567

- Collectio conciliorum Hispania por José Sáenz de Aguirre, Roma 1753

. Vida de San Juan Bautista, Medina 1602

. Crónica de la Compañía de Jesús, 3 t

Directorium Ynquisitorum

Nobilitas et elogia Susane

Crónica del Arzobispo de Charcas

- Martirologium Romanum

- Vidas de Santos en francés, París 1739, 10 t

- Catecismo para indios por el concilio de Lima 1773

- Doctrina christiana en lengua quichua y aymara

 

En la hoja 284, anota el bibliotecario Sr. Dr. Pedro José Bustamante  una "Advertencia interesante" por la que se nos pone al tanto de la disminución de varias de las obras:

            "Comparando el Catálogo anterior con el estado actual de la Biblioteca, se observará sin duda un diferencia muy notable. Desde luego se echa de ver que el número de las obras principales y de mayor mérito se ha disminuido casi en la mitad y que algunos han quedado inutilizadas del todo, por la falta de uso o mal de sus volúmenes. Esto ha sido el resultado del poco arreglo que se observó en tiempos pasados en la distribución de los libros y de no haber quedado ninguna constancia por donde se pudiera reconvenir a las personas que los habían llevado. Así es que en estos últimos tiempos se han restituido algunas obras de que no se tenía absolutamente noticia y que únicamente se deben a la buena fe de aquellos en cuyo poder se hallaban De los libros pertenecientes a esta biblioteca que había sacado para su uso el Dr. Cáceres, mientras estuvo de Rector, se han recogido únicamente 9 volúmenes que dejó depositados en el convento de Santa Catalina. Podrían citarse una multitud de hechos semejantes en comprobación de la misma verdad. Si a esto se agrega la traslación que se hizo de la Biblioteca a los cuartos bajos ese extrañará mucho menos la desmembración excesiva que ha sufrido. Convocados para esta traslación los alumnos internos y externos de todas las clases, se originó como era natural un desorden y una confusión inexplicables. Entonces fue cuando desparecieron del todo algunas obras, se truncaron otras y una gran parte quedó sumamente estropeada a causa de los golpes que sufrieron los volúmenes en la conducción".

 

            De igual modo, se anotan las obras regaladas por D. Mauricio Belis y  D. José María Corbacho; el segundo obsequió dos volúmenes del  Parnaso de Ville León, 1742. Como nota curiosa, figura que el Sr. Obispo [Goyeneche] "tiene en su poder las obras de Juan Gerson, 4 t y "La historia de Arequipa" por el Sr. Cura D. V. Travada, un volumen manuscrito". Otros lectores que se han hecho prestar libros del Seminario son José Gregorio Paz Soldán, Evaristo Vargas, Pedro Flor, Manuel E. Velarde, Nicolás de Piérola, Mosé Talavera, Sr. Cura Recarren, Manuel Gutiérrez

 

 

5. Inventario en tiempos de Goyeneche, 1857

 En el Inventario de la Librería del Colegio Seminario de San Jerónimo de Arequipa mandado hacer por Goyeneche se informa el 18 de noviembre de 1856 del "completo desorden en que se halla la librería del Seminario hasta encontrarse muchas obras truncas y las más tiradas en el suelo". Para arreglarlo se comisionó el 20 de noviembre de 1857  al Dr. Angel Yáñez, Raimundo Héctor y Simón Ybárcena, para que "arreglen dicha Librería, reuniendo los tomos correspondientes a cada obra, a fin de que concluida que sea esta operación se pueda dar principio al insinuado inventario". Una vez contabilizados los 432 libros donados por Luna Pizarro y los existentes anteriormente, se anotan los 95 volúmenes de Luna Pizarro que han desaparecido finalizada la tarea, se encarga al Dr. Angel Yáñez de su cuidado.

 

6. Inventario de M. L. Bedoya, 1878.

De igual modo, existe un inventario de 20 de marzo de 1878, motivado por la renuncia al rectorado por parte del canónigo Mariano Lorenzo Bedoya y la entrega al nuevo Manuel Aníbal Palma. Tal inventario -en el Archivo Arzobispal de Arequipa-  nos da cuenta de la existencia de un retrato del reorganizador del Seminario Mons. Pedro José Chávez de la Rosa. Sobre la biblioteca nos da los siguientes pormenores:

            "Biblioteca. Esta existe en su mayor parte desarreglada, pues con motivo del terremoto de 68 quedó muy en ruina. Sólo una pequeña parte está en orden y es ésta, la cantidad de libros que vino a este Seminario a muerte del Ilmo. Sr. Arzobispo Dr. Goyeneche. Por cómputo que se hizo ahora dos años del número de volúmenes que tenía la biblioteca resultó ser la cantidad de 4.500, más o menos, contándose entre buenos e inutilizados. En esta biblioteca se encontró un retrato de san jerónimo hecho al óleo y se entregó dicha biblioteca con su llave respectiva, con más una mesa con cuatro cajones". A continuación nos proporciona datos de gran interés sobre el arte de la capilla: Capilla Allí se halló una imagen de la Asunta (patrona del Colegio), una imagen de san Jerónimo, en bulto; otra id. de San Luis Gonzaga, ocho santos pintados al óleo y colocados en óvalos fijos en la pared, otro de Sr. S. José en cuadro de madera, dos de la Sagrada Familia, uno del Sagrado Corazón de Jesús; cuadro que contiene la imagen de Sr. Jerónimo en bulto y hecho en piedra de Guamanga..."(20 de marzo de 1878)

 

 

Hemeroteca

Ubicada en dos estanterías de la misma sala de la Biblioteca, alberga una rica muestra de periódicos y revistas. 

El Deber (publicado en Arequipa por iniciativa de la Iglesia) Está completo desde 1900 a 1966). Creo que es el único lugar en el que se custodia completo desde esa fecha. De excepcional valor por la calidad de sus colaboradores como la exclusividad de muchos de sus contenidos. Baste con recordar que uno de sus directores fue el primer cardenal de Perú, Juan Gualberto Guevara, gran animador de la Acción Católica, y otro, el célebre historiador mercedario P. V. Barriga, quien publicó en el diario, en primicia, muchas de sus investigaciones pioneras.

 

El Republicano desde 1825, 1828, 1830, 1842-1855 Arequipa

- El Progreso Católico, periódico religioso y social. T.III, Imprenta de José Daniel Huerta, Lima 1861

- El Católico, periódico religioso filosófico, histórico y literario. Tomos I al VI. Lima, 1888

- El Telégrafo de Lima, 1827 (Tomos I-VII) (2 ejemplares)

- El Yanacocha 1930-37, Arequipa

- El Peruano (Periódico Oficial), desde 1826 a 1851, Lima

El Regenerador 1856

La Prensa peruana 1828, 1829, Lima

El Católico (Obra dedicada a todo el Clero Americano). Librería de Rosa París 1842

- Recortes de periódicos (Importantes) 1938, 1939, 1941

- Registro Oficial, Lima 1851, T.I-II-III

. Espíritu de los mejores diarios literarios que se publica en Europa. Dedicado a los literatos y curiosos de España. Librería Manuel  Munita de las Carretas, Madrid 1788. Tomos I a IX

. Mercurio General de Europa (Lista de sucesos varios y finiquito de largas y enredadas cuentas. 1758. Primera y segunda parte. Oficina de Pantaleón Aznar, Madrid 1784. José Francisco ISLA

- El Mercurio Peruano Lima 1828, nn.197 y 292

- La Ilustración Española y Americana Madrid 1873, 1879

- La Gaceta, 1842, Arequipa Tomo I; 1844, Tomo II

- El Estandarte, Lima, 1836, 1837

- El Conciliador, 1833, Lima, 4 tomos

- El Constitucional. Imprenta de Lucas de la Lama, Lima 1833, 1834

- Courrier des Etats Unis New York, 1889, 1890

- El Amigo del Pueblo, Órgano de la Unión Católica, Arequipa, 1907, 1908

- Gaceta del Gobierno, Lima 1822-1833

- El Genio del Rimac, Lima 1833.

 

Publicación propia y periódica del Seminario ha sido Hieronymianum que tenía como objetivo informar de las actividades del Seminario y de la Iglesia, así como proporcionar a los seminaristas una tribuna en la que volcar su espiritualidad y creatividad. Desgraciadamente no existen todos los números de la revista. Numerosas noticias acerca del Seminario pueden encontrarse en el Boletín del Arzobispado de Arequipa, así como en el diario El Deber

 

 

            PUNTO FINAL

             Después de haber dedicado un buen tiempo a los archivos y bibliotecas de los seminarios diocesanos de Lima y Arequipa, compruebo la permanente relación existente entre los dos centros, a través de sus miembros. El caso más representativo es el del inquieto y afanoso Francisco Javier de Luna Pizarro, alumno, profesor, vicerrector y prefecto de estudios del Seminario de Arequipa, quien, como Arzobispo de Lima, será el auténtico restaurador del Seminario de Lima. Siento que ninguno de los seminarios tenga un catálogo actualizado e informatizado. Ojalá alguna institución benéfico cultural ayude a poner en práctica con mayor rapidez los buenos deseos de sus directores. En espera de que al menos ayude a formar una idea aproximada de sus fondos y su estado actual, mi pensamiento vuela hacia Cuzco, para agradecer a Mons. Severo Aparicio, la oportunidad brindada para adentrarme, por partida doble,  en asunto tan sugestivo.



[1] Como fruto de este deseo de la Santa Sede, la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España nos ofrece alguna de sus muchas publicaciones, tales como "Guía de los Archivos y Bibliotecas de la Iglesia en España" (León 1985) o la "Memoria Ecclesiae I: Los Archivos de la Iglesia. Presente y futuro" (Barcelona 1990). De gran interés para los americanistas, tenemos "Las Fuentes Archivísticos para la Evangelización de América" (Oviedo 1994) de Pedro Borges.

 2. V. Alonso Cortés "Los Archivos Diocesanos en América: Su organización y la investigación" Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa Arequipa, n.2, 1994, pp.31‑44.

 3. 2 vol. México, 1961

 4. Fundación MAPFRE AMÉRICA‑Instituto Histórico TAVERA, Madrid, 1995. Para "Perú" pp. 245‑259

 5.  En la Hemeroteca del Seminario se conservan, aunque no todos, la mayoría de los ejemplares de estas dos revistas.

 6.  Tomado del libro Reales Cédulas en favor del Seminario Conciliar de San Jerónimo de Arequipa y aprobación de los reglamentos de visita, erección, constituciones y método de estudios dispuestos por el Ilmo. Sr. D. Pedro José Chaves de la Rosa, Obispo de aquella diócesis.  Acompaña razón o memorias del primer establecimiento hecho en 1619 por el Ilmo. Sr. D. Fr. Pedro de Perea y de la Reforma de 1791 hasta el presente de 1808. Impreso en la Ciudad de los Reyes del Perú y Real Casa de Niños Expósitos. Año de 1808

 

  7. Cit. en Domingo Gómez El Deber Arequipa, 6 de Marzo 1936.

 8. Mons. Severo Aparicio Quispe 400 años del Seminario de San Antonio Abad del Cuzco Cuzco 1998.

 9. ECHEVARRÍA Y MORALES, F.J. "Memoria de la Santa Iglesia de Arequipa" c.2. V.M. BARRIGA Memorias para la historia de Arequipa t.IV, Arequipa 1952.

 

 10. MEMORIAS DEL SEMINARIO CONCILIAR DE SAN JERÓNIMO DE AREQUIPA ERIGIDO POR EL PRIMER OBISPO QUE TOMO POSESIÓN DE LA SANTA IGLESIA Y GOBIERNO DEL Sr. D. Fr. PEDRO DE PEREA, EL AÑO DE 1616, Y REDUCIDO A LA FORMA DEL SANTO CONCILIO DE TRENTO POR EL Sr. D. PEDRO JOSÉ CHAVES DE LA ROSA EN 1791.(Tomado del libro Reales Cédulas en favor del Seminario Conciliar de San Jerónimo de Arequipa y aprobación de los reglamentos de visita, erección, constituciones y método de estudios dispuestos por el Ilmo. Sr. D. Pedro José Chaves de la Rosa, Obispo de aquella diócesis Acompaña razón o memorias del primer establecimiento hecho en 1619 por el Ilmo. Sr. D. Fr. Pedro de Perea y de la Reforma de 1791 hasta el presente de 1808.

 Impreso en la Ciudad de los Reyes del Perú y Real Casa de Niños Expósitos. Año de 1808

 

 11.  El P. Barriga en su manuscrito Documentos para la historia del arte en Arequipa del año 1962 recoge dos interesantes datos sobre el Seminario. El primero, el poder conferido un 17 de junio de 1622 por Mons. Perea al canónigo Garcés para cobrar bienes del seminario. El segundo, la compra de unas casas de Martín Díaz de Medina (que fueron de Juan Téllez Manrique) para el palacio episcopal, en 29 de diciembre de 1622.

 12. El P. Barriga en su manuscrito Documentos para la historia del arte en Arequipa del año 1962 recoge dos interesantes datos sobre el Seminario. El primero, el poder conferido un 17 de junio de 1622 por Mons. Perea al canónigo Garcés para cobrar bienes del seminario. El segundo, la compra de unas casas de Martín Díaz de Medina (que fueron de Juan Téllez Manrique) para el palacio episcopal, en 29 de diciembre de 1622.

 13. Boletín del Arzobispado de Arequipa n° 11, oct/nov. 1986.

      14. "El Seminario Conciliar de San Jerónimo" Extraordinario de El Deber 23 de octubre de 1940 p.28.

 15. "Los prelados". Boletín del Arzobispado de Arequipa N° 6, Arequipa 1985.

 16.. En el Archivo del Seminario figura un Libro general 1791‑1865

 17.Ibíd, p. 77.

 18. Archivo general de la Nación, Lima, Superior Gobierno, Leg. XIX, cuaderno 499.

 19. AGI, Sevilla, Lima, 1567. Cit. en A. Málaga Revista Peruana de Historia Eclesiástica (Cuzco 1989) pp.42-43.

 

 20."Relación de Arequipa y sus primeros obispos hecha por Dn. Pedro Ortega de Sotomayor". Cit en p.86-95 V. Barriga Arequipa y sus blasones Arequipa, 1940, p.93.

 

 21. Víctor M. Barriga Los terremotos de Arequipa. Arequipa, Talleres Gráficos La Colmena, 1951, p.311.

 22. S. Martínez : Historia de la Diócesis de Arequipa y sus obispos. Arequipa, 1933.

 

 23.  Al menos en la Biblioteca de la Recoleta se guardan el Tratado de Lógica, redactado por el obispo Dr.D. Bartolomé Herrera para el uso del Seminario Conciliar de san Jerónimo de Arequipa Imprenta del Seminario, 1873, y el Tratado de Teodicea de 1872.

 24.  Hoja 90-90v "Sucedió en la capellanía de que habla la primera partida (de Juana Gómez Dana, de Sachaca)de estas fojas, el Prebendado Dr. D. Juan Gualberto Valdivia y deducidas pensiones a bonadas las pagas anteriroes, durante la vacante, satisfizo en 18 dediciembre de 1838 y en virtud de libranza quecubrió el Dr. D. Fernando Arce Fierro, l cantidad de 78 pesos, decuyo dinero firmó recibo D. Jua n Cáceres, debiendo cumplirse el anual en 9 de marzo, pues en dicho día del año 1808 murió el anterior capellán presbítero D. Manuel Castelo. Fdo. Juan Pablo Gómez.

 Hoy 4 de junio de 1847 se satisfacieron por el Arcediano Dr. D. Juan G. Valdivia los 42 pesos, 6 reales que constan de la partidadela vuelta y sedio recibo y e entregó el dinero al Sr. RectorZenteno (Fdo. Manuel Cornejo).

 25.Manuscritos Peruanos de las Bibliotecas y Archivos de Europa y América Buenos Aires 1947, V, p.140.

 26. Veánse los sugestivos comentarios acerca de su obra historiogáfica de G. Galdos Rodríguez Cronistas e historiadores de Arequipa colonial UNSA, Arequipa, 1993, pp. 245-282.

 27.  J. Miguel de la Rosa: "Biblioteca del Seminario Conciliar de San Jerónimo". Diario El Amigo del Pueblo Arequipa, 31 de octubre de 198p, año 2, n.60, pp. 5-8.

 28. Agradezco la gentileza de sus miembros, Daniela Fugaro y Gastone Breccia, quienes me facilitaron cuantos datos le pedí en septiembre de 1999, justo en plena tarea de catalogación y elaboración del CDR, y a punto de editarse en compañia de los fondos de las bibliotecas arequipeñas de La Recoleta, La Merced y Santo Domingo.

 29. La más destacada, por su rareza y singularidad, pues ni la Biblioteca Vaticana tiene ejemplar alguno. Su autor, sabio de la Universidad de Oxford,  nos ofrece 5.000 luminosas páginas basadas en el cotejo de las fuentes originales, hebreo, caldeo, griego, las versiones samaritana, grega de los setenta, caldea, siríaca, árabe, etíope, persa y latina vulgata.

 30. Archivo General de la Nación. Lima. Sección Histórica, Superior Gobierno, Legajo 19, Cuaderno 499. Transcrita por Alejandro Málaga Fuentes Documentales para la Historia deArequipa. Consultada en la Biblioteca Municipal de Arequipa.

 31. Archivo Regional  de Arequipa. Protocolos. Escribano Rafael Hurtado, año 1792-1793, ff.927-935; 975-980v.

 32.  Ibídem.

 33. "Un volumen en folio badana manuscrito. Cajón 56". Citado en el presente inventario guardado en el Archivo, p.266v.