lunes, 31 de agosto de 2015

¡PARA GRABARLO EN PIEDRA EN LA CATEDRAL DE AREQUIPA!

¡PARA GRABARLO EN PIEDRA EN LA CATEDRAL DE AREQUIPA!

 

 

Cuando visité Zamora (España) me impresionó gratamente el texto papal grabado en piedra acerca de Zamora.

 

Propongo que la Blanca Ciudad haga lo mismo con las bellas palabras del Papa Pío XII y San Juan Pablo II

 

El título "Roma del Perú" lo usó por vez primera Su santidad Pío XII en su radiomensaje al Congreso Eucarístico Nacional de 1940, en Arequipa. En la obra de Mariano Felipe Paz Soldán... –se le da este mismo título a Cuzco no por su catolicidad sino sus monumentos y su antigüedad: "La ciudad del Cuzco es la Roma del Perú por sus monumentos y recuerdos de la antigüedad" Los sólidos edificios de piedra ajustada de un modo maravilloso;... F. Didot, Geografía del Perú: 1862

 

RADIOMENSAJE DE SU SANTIDAD PÍO XII «EN ESTE SOLEMNE» Domingo 27 de octubre de 1940

A los católicos de todo el Perú reunidos en la ciudad de Arequipa para el Congreso Eucarístico. 

En este solemne día que Nuestro incomparable Predecesor Pío XI consagró a Cristo, Rey inmortal e invisible de los siglos, triunfa la real soberanía del Redentor del mundo, y vosotros triunfáis en Él por vuestra fe, por vuestra esperanza y por aquel amor que supera la fe y la esperanza y os estrecha en Él con una unión mística que imita la suya con el divino Padre. En este triunfo Nos es sobremanera grato elevar la voz de Nuestro gozo paterno y levantar Nuestra mano bendiciente en medio de los aplausos, de los cantos, de los himnos, de la santa alegría que os hacen vibrar en Cristo, a quien ya en el primer Congreso Eucarístico Nacional saludabais y aclamabais con el grito: «Señor, tuyos somos; Cristo Rey, Tu sólo reinarás en el Perú; sólo a Ti te queremos servir».

En Lima, Ciudad de los Reyes, centro de vuestra nación, a la cual la gran Madre patria, la católica España, llevó los preciosos tesoros de la fe, de la civilización cristiana y de la lengua, elegisteis Rey vuestro a Cristo, Rey invisible de los sagrados tabernáculos, y jurasteis en vuestras almas servirle a Él sólo. Ante Él se inclinaron las más altas dignidades del Estado, penetradas como estaban de que ante el Creador del universo, Salvador del género humano, y divino «Pastor y Obispo de vuestras almas» (1P 2, 25), humillarse es exaltarse, servir es reinar, seguir su ley es llevar a los pueblos a la grandeza moral, civil, social, a la paz más firme y a la gloria más noble. En la fúlgida y ardiente luz de fe y de amor a Cristo, apuntasteis entonces por la voz de vuestro Metropolitano y con júbilo del dignísimo Pastor de esa ciudad la aurora de esta jornada de Arequipa, para renovar en un segundo triunfo eucarístico del Rey divino el regocijo de vuestras almas y la exaltación del gran misterio del altar. Reafirmad hoy vuestro grito de Lima; repetid a Cristo la promesa solemne de vuestro servicio, y de vuestra entrega total.

Triunfe también en Arequipa la fe robusta de la capital de vuestra República. Es la fe de Roma; y ¿no ha merecido Arequipa, cuna de la Sierva de Dios Ana de los Ángeles Monteagudo, esplendor de la orden dominicana y orgullo de la nación entera, el título de la «la Roma del Perú»?

Sí; Nuestra fe es la vuestra, y Nos nos postramos con vosotros para adorar a Cristo Rey en el sacramento, unidos a vosotros, a través del océano, por la voz de Nuestros labios y por los latidos de Nuestro corazón, en una visión que os abraza a todos, hijos queridos de la amada tierra del Perú, instruidos en la escuela de las cosas celestiales, guiados a los pastos salutíferos por vuestros eximios Pastores, y hoy reunidos en torno a la persona de Nuestro Legado.

De esta fe católica romana estuvieron animados y con ella vivieron y crecieron vuestros padres y gobernantes, quienes al pie del altar de Cristo, Dios presente y escondido bajo los velos eucarísticos, se inflamaron en el ardor y en el celo de los santos. ¿No es acaso junto al divino tabernáculo donde florecen los lirios de los valles y las rosas de Jericó? ¿No despuntó y se abrió en el jardín de Lima, cual flor primera de santidad de toda la América, cándida como azucena y purpúrea como rosa, la admirable Rosa de Santa María que en el retiro y entre las espinas de la penitencia, emuló el ardor de una Catalina de Sena? El orgullo de esta fe exalta vuestro nombre y hace sagradas muchas páginas de vuestra historia; esa fe elevó sobre los vestigios de la civilización precolombina y sobre las salvajes soledades y hasta más allá de las vertiginosas cimas de vuestros montes, el espíritu misionero que, regenerándolos romanamente, trasformó aquellos pueblos idólatras en devotos hijos de la Esposa de Cristo. Bajo el azul cielo peruano, desde las grandes ciudades a las humildes aldeas, la divina Eucaristía dominó soberana por la abundancia de iglesias, por el número de sacerdotes y religiosos, por el sagrado esplendor de arte que brilla en tabernáculos, ciborios y ostensorios, que aún hoy día son la admiración de los visitantes.

Junto con la alabanza y glorificación de Cristo queréis también, amados hijos de Arequipa, santificar la conmemoración del cuarto siglo de la fundación de vuestra ciudad, poniendo a Dios, Rey inmortal de los siglos, en el arranque del nuevo siglo que se abre; mientras toda la nación peruana se enciende en Arequipa en una fe más firme, en una esperanza más segura, en un amor más férvido por el triunfo solemne de Cristo, preparado por vosotros con celo tan ardiente, con piedad tan solícita y con tan múltiples sacrificios.

Así el triunfo de Cristo Rey, Dios del Altar, corona cuatro siglos de fe y devoción, iniciadas en vuestros padres y continuadas en vosotros, y hace más bella y luminosa la aurora de los nuevos tiempos consagrados por el refulgente esplendor de la Hostia Santa de paz y de amor, verda­dero e inefable prodigio del Rey de Reyes y Señor de los que dominan.

Triunfe, pues, en vosotros la fe que obra por la caridad. Exaltad cuanto podáis a este Rey y Señor del más augusto misterio, porque Él es superior a toda alabanza: Quantum potes, tantum ande, quia maior omni laude, nec laudare sufficis [1]: porque Él es caridad, porque Él es fuego devorador (Dt 4, 24).

Glorificadlo en vosotros con ese amor que os hace vibrar ante Él, que disipa las sombras de vuestro camino, que purifica los anhelos de vuestro corazón, que enseñorea las pasiones, que os eleva sobre la corrupción del mundo, que os equipara a los ángeles, que os sublima en aquel fuego que Cristo vino a encender en la tierra. Triunfe Cristo en sus predilectos, los pequeñuelos; triunfe en la juventud estudiosa por la fe que vence las insidias de la incredulidad; triunfe en la familia con el sagrado vínculo que ordena y hace santo el amor en la gloria de los hijos; triunfe en la Acción Católica, palestra de apostolado de los seglares bajo la dirección de los sagrados pastores; triunfe en entrambos cleros, a fin de que resplandezca en ellos la luz de la piedad, del celo, del espíritu de abnegación, de las virtudes sacerdotales y religiosas para edificación y salud de los fieles.

Sea vuestro orgullo la instrucción religiosa, el pensamiento cristiano en las páginas de la prensa, en la lucha por la verdad y por la pureza de la fe católica contra las subrepticias y deformadoras insinuaciones del error que turba y pervierte la sencillez del pueblo cristiano. Que en este crecer de vuestra fe y de vuestro celo por la causa de Cristo, Rey de las almas por Él redimidas, sea la oración el arma más asidua y garante de victoria: vuestra oración, la de vuestros hijos y la del pueblo entero ante Aquel que es tesoro y fuente de toda fuerza, Dios de los ejércitos y Príncipe de la paz. Pedidle a Él a una con Nos, Venerables Hermanos y queridos hijos, pedidle constantemente para vosotros y para todo el mundo esta paz, voto cotidiano y anhelo insaciable de Nuestro ánimo y de la Esposa de Cristo; mientras con toda la efusión de Nuestro paterno afecto, desde esta colina vaticana, consagrada por la tumba del Príncipe de los Apóstoles, implorando la intercesión de santa Rosa de Lima, de los santos Toribio de Mogrovejo y Francisco Solano, de los beatos Martín de Porres y Juan Masías, os bendecimos a vosotros, a vuestros insignes Pastores, Hermanos nuestros, a las altas dignidades del Estado y a toda la querida nación peruana.

El otro texto es el de San Juan Pablo II en la BEATIFICACIÓN DE ANA DE LOS ÁNGELES

Arequipa (Perú) - Sábado 2 de febrero de 1985

1. «Lumen ad revelationem gentium!». ¡Luz para iluminar a las gentes! (Lc 2, 32).

Hoy la Iglesia en toda la tierra celebra la Presentación del Señor en el templo de Jerusalén, cuarenta días después de su nacimiento en Belén.

Allí, en el templo de Jerusalén, fueron pronunciadas las palabras proféticas que la Iglesia repite cada día en su liturgia y hoy proclama con una especial solemnidad.

He aquí que el anciano Simeón toma al Niño de los brazos de la Madre e iluminado por el Espíritu Santo, pronuncia las palabras proféticas:

«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, / dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, / la que has preparado a la vista de todos los pueblos, / luz para iluminar a las gentes / y gloría de tu pueblo Israel» (Ibíd. 2, 29-32).

2. Hoy repetimos estas palabras aquí en Arequipa, en tierra peruana. Juntos profesamos con ellas la fe en Jesucristo; esa fe que ha iluminado el pueblo de esta tierra desde hace ya casi cinco siglos.

En este nombre y en esta luz nos unimos hoy recíprocamente nos saludamos. Y tengo el gozo de poder participar con vosotros, como Obispo de Roma, en esta fiesta grande de la Iglesia en vuestra patria.

Una fiesta que tiene un doble motivo de alegría: la beatificación de Sor Ana de los Ángeles Monteagudo, y la coronación pontificia de la imagen de la Virgen de Chapi, Madre y Reina de Arequipa, que preside nuestra celebración.

En esta fiesta de la Iglesia en el Perú, en presencia de todos sus Pastores, quiero saludar a todo el pueblo fiel peruano que he venido a visitar, aunque no podré llegar, como desearía, a cada persona y lugar del país. Pero a todos los semejantes me dirigiré intencionalmente, cada vez que en estos días encuentre a algún grupo o sector del pueblo de Dios. Así pues:

Que Cristo, luz de las gentes, ilumine a los miembros de esta Iglesia de Dios en Arequipa que hοy me acoge, a su Pastor y auxiliares, así como a las Iglesias de Punto, Tacna, Ayaviri, Chuquibamba y Juli con sus Pastores.

Que la luz de Cristo guíe a la Iglesia en Lima con su cardenal arzobispo y auxiliares, a los Pastores y fieles del Callao, Huacho, Ica y Yauyos.

Que Cristo, luz del mundo, esclarezca el camino de los Pastores y fieles de Ayacucho, Huancavelica y Caravelí.

Que Cristo sea siempre la luz de las Iglesias en el Cuzco, Abancay, Chuquibambilla y Sicuani y de sus obispos.

Que la luz de Cristo resplandezca en el pueblo fiel de Huancayo, Huánuco, Tarma y en sus Padres en la fe.

Que Cristo acompañe con su luz al Pueblo santo de Dios en Piura, Chachapoyas, Chiclayo, Chota, Chulucanas y a sus prelados.

Que la luz de Cristo brille en los Pastores y comunidades eclesiales de Trujillo, Cajamarca, Huaraz, Chimbote, Huarí, Huamachuco y Moyobamba.

Que Cristo marque con su luz el camino de la fe para los Ordinarios e Iglesias de Iquitos, Jaén, Pucallpa, Puerto Maldonado, Requena, San José del Amazonas, San Ramón y Yurimaguas, y para el Ordinario y miembros del Vicariato Castrense del Perú.

Finalmente, que Cristo sea luz para todos los aquí presentes, los venidos de cerca o de lejos, y de modo particular para la gran Familia dominicana, que ve en su hermana, la Beata Ana de los Ángeles, una nueva gloría para los hijos e hijas de Santo Domingo, y un fiel reflejo de la luz de Jesucristo.

3. Este Jesús de Nazaret sobre el cual, cuarenta días después de su nacimiento, el anciano Simeón pronunció las palabras proféticas, está delante de nosotros como Luz.

Escuchemos lo que nos dice en el Evangelio de la liturgia de hoy:

«Todo me ha sido entregado por mi Padre; y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ní al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Matth. 11, 27).

Cristo es la luz de los hombres, porque les revela a Dios. Sólo El conoce a Dios: conoce al Padre y es conocido por El. También El, únicamente El, lleva la luz de la revelación divina a los corazones humanos. Gracias a El hemos conocido al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, al Dios Unico en la Trinidad que es «el principio y fin» de todo lo que existe. En El está nuestra salvación eterna.

4. En efecto, este Dios —como proclama Juan en la segunda lectura de hoy— es el que «nos amó y nos envió a su Hijocomo propiciación por nuestros pecados» (1 Io. 4, 10). Así es. «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo su Hijo único para que vivamos por medio de él» (Ibíd. 4, 9).

El Hijo es la luz del mundo porque nos da la vida de Dios. Esta vida divina es para nosotros un don, es decir, la gracia. Y la gracia deriva del Amor e injerta en nosotros el Amor. De este modo nosotros los hombres, nacidos de los hombres, de nuestros padres, a la vez hemos nacido de Dios:

«Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios» (Ibíd. 4, 7).

Cristo es la luz de los hombres, porque gracias a El hemos sido engendrados por Dios, y cuando somos engendrados por Dios en Cristo, entonces también nosotros «conocemos a Dios»: conocemos al Padre, como también el Hijo conoce al Padre.

En cambio, «Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor» (1 Io. 4, 7).

5. He aquí el espléndido mensaje de la fiesta de hoy. El mensaje de la luz y de la vida, el mensaje de la verdad y del amor.

En el contenido de este mensaje reconocemos también a esta hija elegida de vuestra tierra que hoy puedo proclamar Beata de la Iglesia: Sor Ana de los Ángeles Monteagudo.

El señor Arzobispo de Arequipa, al pedir oficialmente la beatificación de Sor Ana, ha trazado en síntesis su biografía y ha indicado los rasgos de su vida santa, y los méritos y gracias celestiales que han conducido a su elevación a los altares, para ejemplo y veneración de toda la Iglesia, especialmente de la Iglesia en el Perú.

En ella admiramos sobre todo a la cristiana ejemplar, la contemplativa, monja dominica del célebre monasterio de Santa Catalina, monumento de arte y de piedad del que los arequipeños se sienten con razón orgullosos. Ella realizó en su vida el programa dominicano de la luz, de la verdad, del amor y de la vida, concentrado en la conocida frase: «contemplar y transmitir lo contemplado».

Sor Ana de los Ángeles realizó este programa con una intensa, austera, radical entrega a la vida monástica, según el estilo de la orden de Santo Domingo, en la contemplación del misterio de Cristo, Verdad y Sabiduría de Dios. Pero a la vez su vida tuvo una singular irradiación apostólica. Fue maestra espiritual y fiel ejecutora de las normas de la Iglesia que urgían la reforma de los monasterios. Sabía acoger a todos los que dependían de ella, encaminándolos por los senderos del perdón y de la vida de gracia. Se hizo notar su presencia escondida, más allá de los muros de su convento, con la fama de su santidad. A los obispos y sacerdotes ayudó con su oración y su consejo; a los caminantes y peregrinos que venían a ella, los acompañaba con su plegaria.

Su larga vida se consumó casi por entero dentro de los muros del monasterio de Santa Catalina; desde su tierna edad como educanda, y más tarde como religiosa y superiora. En sus últimos años se consumó en una dolorosa identificación con el misterio de Cristo Crucificado.

Sor Ana de los Ángeles confirma con su vida la fecundidad apostólica de la vida contemplativa en el Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. Vida contemplativa que arraigó muy pronto también aquí, desde los albores mismos de la evangelización, y sigue siendo riqueza misteriosa de la Iglesia en el Perú y de toda la Iglesia de Cristo.

6. Ciertamente Sor Ana se ha guiado en su vida con esta máxima de San Juan Evangelista:

«Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros» (1 Ιο. 4, 11).

En la escuela del Divino Maestro se fue modelando su corazón hasta aprender la mansedumbre y humildad de Cristo, según las palabras del Evangelio: «Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón... Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» (Matth. 11, 29-30).

Imitando la caridad y el sentido eclesial de su Patrona, Catalina de Siena, tuvo un corazón manso y humilde abierto a las necesidades de todos, especialmente de los más pobres.

Todos encontraron en ella un amor verdadero. Los pobres y humildes hallaron acogida eficaz; los ricos, comprensión que no escatimaba la exigencia de conversión; los Pastores encontraron oración y consejo; los enfermos, alivio; los tristes, consuelo; los viajeros, hospitalidad; los perseguidos, perdón; los moribundos, la oración ardiente.

En la caridad orante y efectiva de Sor Ana estuvieron presentes de una manera especial los difuntos, las almas del Purgatorio que ella llamaba «sus amigas». De esta forma, iluminando la piedad ancestral por los difuntos con la doctrina de la Iglesia, siguiendo el ejemplo de San Nicolás de Tolentino, de quien era devota, extendió su caridad a los difuntos con la plegaria y los sufragios.

Por eso, recordando estos detalles entrañables de la vida de la nueva Beata, su penitencia y su limosna, su oración continua y ardiente por todos, hemos recordado las palabras del libro de Tobías:

«Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con justicia que la riqueza con iniquidad. Mejor es hacer limosna que atesorar oro... Los que hacen limosna tendrán larga vida» (Τοb. 12, 8-9). Como ella, que murió en edad avanzada, cargada de virtudes y méritos.

7. Hoy la Iglesia en Arequipa y en todo el Perú desea adorar a Dios de una manera especial por los beneficios que El ha concedido al Pueblo de Dios mediante el servicio de una humilde religiosa: Sor Ana de los Ángeles.

Obrando así, la Iglesia cumple la invitación del libro de Tobías, proclamada en la liturgia de hoy:

«Manifestad a todos los hombres las acciones de Dios, dignas de honra, y no seáis remisos en confesarle. Bueno esmantener oculto el secreto del Rey, y también es bueno proclamar y publicar las obras gloriosas de Dios» (Ibíd.. 12, 6-7).

De esta manera, aquel misterio de la Gracia de Dios, escondido en el seno de la Iglesia de vuestra tierra, se hace manifiesto y se revela: ¡es Sor Ana de los Ángeles, la Beata de la Iglesia!

La santidad del hombre es obra de Dios. Nunca será suficiente manifestarle gratitud por esta obra. Cuando veneramos sus obras, las obras de Dios, veneramos y adoramos sobre todo a El mismo, el Dios Santísimo. Y entre todas las obras de Dios, la más grande es la santidad de una criatura: la santidad del hombre.

Pero he aquí que en la fiesta de hoy, en presencia de toda la Iglesia, está aquella que es la más Santa: la Madre de Cristo, María.

La contemplamos, cuarenta días después del nacimiento de su Hijo, llevando a Jesús al templo de Jerusalén, acompañada por José. El anciano Simeón adora en el Niño la luz de Dios: «Luz para iluminar a las gentes» (Luc. 2, 32). Y a María dirige estas palabras: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones. ¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!» (Ibíd. 2, 34-35).

Teniendo presentes las palabras de Simeón, deseamos poner hoy sobre la cabeza de la imagen de la Madre de Diosde Chapi, la corona pontificia.

Este gesto que realizamos en la tierra, responde a la exaltación que la Virgen ha recibido en el cielo: la exaltación de los pobres y humildes, proclamada por ella en el Magníficat (Cfr. ibid. 1, 52).

Con tal gesto, el Papa quiere sellar la vinculación que ya existe y que se consolidará más, entre la ciudad de Arequipa, entre la Iglesia en el Perú y la Virgen Santísima. En efecto, esta «ciudad blanca», eminentemente mariana, que nació bajo el amparo de Nuestra Señora, el día de la Asunción de 1540, ha profesado siempre gran devoción a la Madre de Dios. Lo atestiguan los tres hermosos y conocidos santuarios marianos de la ciudad: el de Cayma, el de Characato y especialmente el de Chapi.

La coronación es también un recuerdo del amor que tuvo ala Virgen Santísima la Beata Ana de los Ángeles.

9. Ante la imagen de Nuestra Señora pongo las intenciones de toda la Iglesia, especialmente de la Iglesia en el Perú y en Arequipa:

«Oh Madre de Cristo, Santa Madre de Dios, venerada con amor tan entrañable por el Pueblo de Dios en toda la tierra peruana.

Madre y Reina de todos los Santos que ha dado esta tierra: Toribio de Mogrovejo, Rosa de Lima, Martín de Porres, Juan Macías, Ana de los Ángeles, proclamada Beata en el día de hoy.

No dejes de llevar a Jesús en tus manos; llévalo a los corazones de todos los que, en esta tierra, tan amorosamente confían en ti.

Llévalo siempre, como lo llevaste al templo de Jerusalén; que los ojos de nuestra fe se abran en todo momento como se abrieron los ojos de Simeón.

Junto con él profesamos:

¡«Luz para iluminar a las gentes»!

Que en El los ojos de nuestra le vean siempre la salvación que viene de Dios... ¡Del mismo Dios!

Amén.

AREQUIPA CATÓLICA, LA ROMA DEL PERÚ. Apuntes históricos. José Antonio Benito Rodríguez. Arequipa 1998

AREQUIPA CATÓLICA, LA ROMA DEL PERÚ

 

En 1998 preparé este folleto por iniciativa del Dr. Andrés Aziani (+) quien me invitó a participar en la presentación de la muestra "De la Tierra a las Gentes" del Movimiento "Comunión y Liberación". Desde entonces he recibido numerosas peticiones para convertirlo en libro. Mientras tanto, debido a que se agotaron los ejemplares, les ofrezco portada, índice y presentación.

El título "Roma del Perú" lo usó por vez primera Su santidad Pío XII en su radiomensaje al Congreso Eucarístico Nacional de 1940, en Arequipa. En la obra de Mariano Felipe Paz Soldán–se le da este mismo título a Cuzco no por su catolicidad sino por sus monumentos y su antigüedad: "La ciudad del Cuzco es la Roma del Perú por sus monumentos y recuerdos de la antigüedad" Los sólidos edificios de piedra ajustada de un modo maravilloso; ... F. Didot, Geografía del Perú:1862

 

                                                                                                          José Antonio Benito Rodríguez. Arequipa 1998

 

El dibujo de la portada -Claustros Franciscanos- es obra de J.M. Arrisueño y fue publicado en Mundial. La ilustración de la página anterior se debe a J.V. Dupré y G. Vásquez Cuarto Centenario de la fundación española de Arequipa Concejo Provincial 1940, p.21. La contraportada apareció en el Boletín del Arzobispado de Arequipa Agosto 1985, p.4.

 

ÍNDICE:

Portada: Claustros del Convento "San Francisco"

2ª de cubierta: Areqquepay, Poema de Percy Gibson

 

INTRODUCCIÓN: NUESTRA IGLESIA RUMBO HACIA EL JUBILEO DEL 2000.......................................... 2

0. CLAVE DE NUESTRA HISTORIA........................................................................................................................ 3

1. RELIGIOSIDAD PRE-CRISTIANA....................................................................................................................... 4

2. PRESENCIA CRISTIANA EN EL ACTA DE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA HERMOSA, 15 de agosto de 1540........................................................................................................................................................................... 5

3. LAS PRIMERAS ÓRDENES MISIONERAS........................................................................................................ 6

4. PRIMERAS DOCTRINAS DE INDIOS................................................................................................................. 7

5. PRIMEROS MONASTERIOS FEMENINOS:........................................................................................................ 8

6. ERECCIÓN DE AREQUIPA COMO DIÓCESIS.................................................................................................. 9

7. SÍNODOS EN AREQUIPA..................................................................................................................................... 9

8. CATEDRAL Y CABILDO CATEDRALICIO..................................................................................................... 10

9. OBISPOS DE AREQUIPA.................................................................................................................................... 12

10. ADVOCIONES POPULARES DE CRISTO, CRUCES, SEMANA SANTA................................................... 17

11. DEVOCIÓN A LA VIRGEN MARÍA................................................................................................................ 22

12. LA FIESTA DEL CORPUS.................................................................................................................................. 32

13. LA CRUZ EN EL MISTI...................................................................................................................................... 35

14. COFRADÍAS........................................................................................................................................................ 36

15. LOS LAICOS........................................................................................................................................................ 38

16. LA EDUCACIÓN CATÓLICA........................................................................................................................... 40

17. EL SEMINARIO DE SAN JERÓNIMO............................................................................................................. 42

18. PROMOCIÓN SOCIAL....................................................................................................................................... 43

19. UNA AREQUIPEÑA EN LOS ALTARES: Beata Ana de los Ángeles ............................................................ 43

20. PARA SABER MÁS: FUENTES DOCUMENTALES, ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y BIBLIOGRAFÍA 44

 

ÍNDICE........................................................................................................................................................................ 49

Contraportada: Portada de la Compañía de Jesús

 

                                                   Introducción: NUESTRA IGLESIA RUMBO HACIA EL JUBILEO DEL 2000

 

A las puertas del 2000, se impone a todos los cristianos conocer su propia historia. Si hasta los agnósticos o ateos estudian la Iglesia por curiosidad o para atacarla, los cristianos -con la verdad por delante- ¿no vamos a estudiarla para conocerla y quererla? Penetrar en su historia bimilenaria, nos ayudará a vivir uno de los objetivos marcados por el Papa Juan Pablo II para el Jubileo, que es dar gracias por

 

"el don de la Iglesia, fundada por Cristo como sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano. Su agradecimiento se extenderá finalmente a los frutos de santidad madurados en la vida de tantos hombres y mujeres que en cada generación y en cada época histórica han sabido acoger sin reservas el don de la Redención." (Tertio millennio adveniente n.32)

 

 

Es el propio Papa quien señala cómo "la Iglesia, aun siendo santa por su incorporación a Cristo, no se cansa de hacer penitencia. Ella reconoce siempre como suyos, delante de Dios y de los hombres, a los hijos pecadores". Por ello, al acercarse el tercer milenio anima a los fieles a "purificarse, en el arrepentimiento, de errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes" en tiempos pasados, toda vez que "reconocer los fracasos de ayer es un acto de lealtad y de valentía que nos ayuda a reforzar nuestra fe, haciéndonos capaces y dispuestos para afrontar las tentaciones y las dificultades de hoy". (TMA n.33)

 

Precisamente, para 1998, "La reflexión de los fieles en el segundo año de preparación deberá centrarse con particular solicitud sobre el valor de la unidad dentro de la Iglesia, a la que tienden los distintos dones y carismas suscitados en ella por el Espíritu. A este propósito se podrá oportunamente profundizar en la doctrina eclesiológica del Concilio Vaticano II contenida sobre todo en la constitución dogmática Lumen gentium. Este importante documento ha subrayado expresamente que la unidad del Cuerpo de Cristo se funda en la acción del Espíritu Santo, está garantizada por el ministerio apostólico y sostenida por el amor recíproco (1 Cor 13, 1-8). Tal profundización catequética de la fe llevará a los miembros del pueblo de Dios a una conciencia más madura de las propias responsabilidades, como también a un más vivo sentido del valor de la obediencia eclesial" (TMA n.47).

 

La feliz iniciativa del Movimiento "Comunión y Liberación" de traer a nuestra ciudad la exposición "De la Tierra a las Gentes" sobre los primeros siglos del cristianismo, junto a la escasez de conseguir bibliografía sobre asunto tan importante, me ha movido a ofrecerles estos apuntes con el objetivo de que sirvan a los historiadores, educadores, instituciones y a la Iglesia y pueblo de Arequipa en general.

 

Soy consciente de la necesidad de un manual orgánico y sistemático. En espera de que alguien se anima a elaborarlo, pongo a su disposición lo que dispongo de momento. Buena parte de este material se ha ido publicando en algunos artículos de "Arequipa al día" (secciones "Ánimo pues" o "Editorial"), "El Pueblo" o se han emitido en la sección "Tres pies al gato" de Radio Yaraví; otros son producto de trabajos monográficos inéditos y que, con mucho gusto, comparto con todos ustedes.

 

Que María, Madre y Maestra de la Iglesia, "mujer dócil a la voz del Espíritu, mujer del silencio y de la escucha, mujer de esperanza"(TMA n.47), aliente nuestro caminar como hijos de la Iglesia.

 

jueves, 27 de agosto de 2015

SANTA ROSA DE LIMA FLORECE TODAVÍA Y AHORA ¡MUCHO MÁS!

SANTA ROSA DE LIMA FLORECE TODAVÍA Y AHORA ¡MUCHO MÁS!

 

La arquidiócesis de Lima ya nombró su comisión para preparar el cuarto centenario de la muerte de la primera santa y patrona de América, Rosa de Lima, acaecida en el 1617. Este año tenemos el regalo de poder conocer el verdadero rostro de Santa Rosa de Lima, resultado del análisis que se ha hecho del cráneo de la Santa[1].

En efecto, hace algunas semanas un grupo de científicos y estudiosos (odontólogos, antropólogos forenses y especialistas en levantamientos de cráneos) de Brasil y del Perú, sometieron a diversos exámenes y estudios los cráneos de los santos peruanos, Santa Rosa, San Martín y San Juan Macías.

El estudio fue promovido por la parroquia Santa Rosa del Guaruja, Brasil, en coordinación con los Padres Dominicos de la Iglesia de Santo Domingo de Lima.

Los científicos concluyeron que el rostro corresponde a los datos y a las pinturas que se conocen de la Santa: "Era una mujer bonita, con rasgos suaves y el rostro bien distribuido… sus ojos eran grandes y redondos. Una simetría que podemos llamarla perfecta".

Si esta fue la belleza del rostro de Santa Rosa que precisamente su madre descubrió cuando se encontraba en su cuna, dándole el nombre de Rosa en vez de Isabel… Hoy la liturgia nos ayuda a descubrir su belleza interior aplicándole estos textos bíblicos:

      El Eclesiástico (3,16-24) nos habla de unas virtudes que ciertamente tuvo nuestra Santa:

- El cuidado de la familia, conocemos que ella trabajaba con mucho sacrificio  para sacar adelante la economía doméstica.

- La humildad, "cuanto más grande seas más debes humillarte y alcanzarás el favor del Señor… Él revela sus secretos a los mansos".

La Santa cumplió también con esta orientación bíblica: "actúa con humildad en tus quehaceres y te querrán más que al hombre generoso".

Santa Rosa glorificó a Dios precisamente por su humildad, según el Eclesiástico "el Señor es glorificado por los humildes".

- Finalmente aconseja el Eclesiástico "no te afanes por lo que supera tus capacidades… pues a muchos desvió su presunción".

Sabemos que la presunción destruye a la persona, en cambio la sencillez de Santa Rosa la llevó al conocimiento e intimidad con Jesús que llegó a escogerla como esposa: "Rosa de mi corazón tú eres mi esposa querida".

Como Santa Rosa preocupémonos por cumplir el pedido de Jesús:

"Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón".

      El  salmo 15 también nos ayuda a ver que para la santa Dios era su todo:

"Protégeme Dios mío que me refugio en ti… no hay bien para mí fuera de ti… el Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso me encanta mi heredad… bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente".

Ojalá que también nuestra vida busque a Dios y nos ayude a refugiarnos en Él como nos enseña Santa Rosa.

      La lectura de Pablo (Flp 3,8-14), nos dice:

"Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo".

Sin duda que esto mismo es una de las claves que tenemos para conocer los motivos que tuvo nuestra Santa para vivir su profundo amor a Dios y su generosa entrega al prójimo.

      Mateo 13, 31-35 nos recuerda las pequeñas parábolas de la mostaza y la levadura con las que Jesús compara el Reino de Dios.

Podemos ver en estas comparaciones el fruto de la vida de Santa Rosa que siendo una mujer sencilla ha llegado a ser patrona de las Américas, Indias y Filipinas.

 

El cardenal J. Ratzinger, SS Benedicto XVI, en su visita al Perú en 1986, celebró una misa en el Santuario de Santa Rosa y pronunció unas palabras[2]  en las que destacó esto: Justamente esta Rosa de Lima, la cual se llamaba en verdad Isabel, recibió su nombre de una mujer india que trabajaba en su casa paterna. Esta mujer simple condensó en este nombre todo lo que ella había visto y experimentado en Isabel. La rosa representa la reina de las flores y por lo tanto el prototipo de la belleza de la creación de Dios. La rosa no es, sin embargo, solamente placentera a nuestros ojos, sino que con su perfume crea una nueva atmósfera alrededor de nosotros, tocando así todos nuestros sentidos y, por así decirlo, nos arrebata de este mundo cotidiano hacia un mundo mejor y más alto. Ella nos alegra precisamente porque, al menos por un instante, nos hace experimentar también el bien a través de lo bello.

Esta mujer india, que ha permanecido desconocida pero que dio a Isabel el nombre de Rosa, reaccionó propiamente de esta manera ante la belleza de esta pequeña niña y, ciertamente, no sólo ante su belleza exterior y corpórea.

Así como la rosa no sólo parece hermosa, sino que de su interior difunde a su alrededor belleza a través de su perfume, así seguramente debió parecerlo también esta niña: por medio de su belleza exterior ella había percibido también la belleza interior. Ciertamente, que esta mujer india no habría dado este nombre tan lleno de ternura y de veneración si, por parte de esta niña, no hubiera habido algo cálido y bueno que llamara su atención: el perfume del bien. En este modo de llamarla se puede advertir el afecto de esta mujer, como también, por otra parte, el hecho de que después con ocasión de la confirmación, recibida de las manos de Santo Toribio de Mogrovejo, Rosa misma haya aceptado definitivamente este nombre muestra su "sí", su constante afecto por aquella mujer india.

En su canonización, la Iglesia ha interpretado este nombre como una forma de testimonio profético y lo ha usado en referencia a una bella expresión de San Pablo, el cual dice de sí mismo que Dios había difundido el perfume del conocimiento de Cristo en el mundo entero a través de él. "Nosotros somos el perfume de Cristo entre aquellos que se salvan" (2 Cor 2, 14ss). Aquello que Pablo, el apóstol de los gentiles, una vez pudo decir de su acción, vale ahora de nuevo para la pequeña Rosa, que proviene del país sudamericano, Isabel de Flores: ella se ha convertido en la Rosa de Lima que difunde el perfume del conocimiento de Cristo en el mundo entero.

El afectuoso sobrenombre, que la desconocida mujer había dado a la pequeña niña, se ha revelado como una profecía y así también ella, aunque sin nombre, toma parte siempre junto a Rosa y ambas en conjunto expresan algo original de este país y de su misión: la herencia europea junto con aquella de los indios ha dado origen a una nueva expresión de la fe; en esta nueva síntesis se encuentra el perfume del conocimiento que emana de Rosa. ¿No es sorprendente, quizá, que para una mujer que nunca dejó la ciudad de Lima, valga la misma alabanza que se aplicó al infatigable apóstol de los gentiles, el cual recorrió a lo largo y a los ancho todo el mundo hasta entonces conocido? El difundió en todo el mundo el perfume de Cristo a través de su predicación, a través de su actividad sin descanso, de su acción y de sus sufrimientos. Rosa de Lima lo ha difundido y continúa difundiéndolo hasta hoy simplemente a través de su ser. Su figura humilde y pura irradia su luz a través de los siglos sin mudas palabras; ella es el perfume de Cristo que hace resonar de sí misma su anuncio más fuertemente que a través de escritos e impresos. Así ella es también una gran maestra de vida espiritual, cuyas palabras están llenas de la profundidad de una experiencia vivida de Cristo en la consumación interior de sus sufrimientos vividos en comunión con Jesús Crucificado. "Me encontraba, llena de asombro, en la luz de la más serena contemplación que une todo, cuando en medio de este resplandor vi brillar la crus del Redentor; y al interno de este arco luminoso divisé la santísima humanidad de mi Señor Jesucristo". En estas palabras suyas se manifiesta el fundamento más profundo de su existencia: el estar inflamada por las llamas del fuego que provienen de EL. "He venido a traer el fuego sobre la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera prendido!" (Lc 12, 49): Rosa de Lima se dejó encender por este fuego y aún hoy de su figura llegan hasta nosotros la luz y el calor – luz y calor que transforman esta tierra oscura y fría.

Rosa de Lima puso en su vida espiritual tres puntos esenciales, que son válidos como programas para la Iglesia de hoy así como lo fueron en su tiempo.

1. Como primer punto está la oración, entendida no como recitación de fórmulas, sino como un dirigirse interiormente al Señor, como estar en su luz, como dejarse incendiar por su fuego santo.

2. Los otros dos puntos esenciales provienen de aquí espontáneamente: puesto que ella ama a Cristo, el despreciado, el doliente, Aquel que por nosotros se ha hecho pobre, ella también ama a todos los pobres que llegaron a ser sus hermanos más cercanos. El amor preferencial por los pobres no es un descubrimiento de nuestro siglo – al máximo es un redescubrimiento, puesto que esta jerarquía del amor era bien clara para todos los grandes santos. Era clarísima sobre todo para Rosa de Lima, cuya mística del sufrimiento con todos los pobres y los que sufren, que brota de la solidaridad con el Cristo doliente.

3. De aquí deriva también su tercer punto esencial: la misión. A través de sus palabras y de sus reflexiones aparece una perspectiva universalista. Ella deseaba poder ir, libre de las ataduras y de los límites que comporta nuestra corporeidad, a través de las calles de todo el mundo y conducir los hombres hacia el Salvador doliente. Rosa se expresaba de esta manera: "¡Escucharme, pueblos! ¡Escucharme, naciones! Por mandato de Cristo os exhorto". Ahora ella está libre de vínculo de un solo lugar; ahora ella va, como santa, por las calles de toda la tierra. Ahora ella vuelve a llamar con la autoridad de Cristo a todos nosotros, a la entera cristiandad, a vivir con radicalidad a partir del centro, de la más profunda comunión con Jesús, porque sólo así y de ningún otro modo el mundo puede ser salvado. "¡Escuchadme, pueblos! ¡Escuchadme, naciones! ¡Por mandato de Cristo os exhorto!" Así nos habla ella hoy. Esta mujer es, por asó decirlo, una personificación de la Iglesia latinoamericana: inmersa en el sufrimiento, sin grandes medios exteriores y sin poder, pero aferrada por el fervor de la cercanía de Jesucristo.

Agradezcamos al Señor por habernos dado esta mujer, Démosle gracias por el coraje de su fe, que ÉL ha vuelto a despertar aquí en América Latina. Pidámosle que su presencia sea cada vez más fuerte y que su perfume se extienda desde aquí a todo el mundo.

.Les comparto la semblanza que preparé para Radio Santa Rosa en el día 27 de agosto del 2016:

El siglo XVI iba a alcanzar su punto medio, cuando en 1548 Gaspar Flores, para unos nacido en Puerto Rico, para otros en Baños de Montemayor (Cáceres), se avecina en Lima, doce después de que el trujillano Francisco Pizarro, un 18 de enero, funde la Ciudad de los Reyes, Lima. Andrés Hurtado de Mendoza es el virrey, y le hace arcabucero en la guardia de su palacio. Nueve años después, en 1557, Gaspar celebra bodas con una limeña, María de Oliva, con la que tendrá trece hijos. Rosa es la cuarta de los supervivientes. 1586 es el año en que se remata la cúpula de S. Pedro de Roma, y nace en Lima, el 20 de abril, siendo papa Sixto V, la santa de América. "No le podía faltar a la ciudad de los Reyes -dice Clemente X al canonizarla- la estre­lla luminosa que guiará hacia Cristo, Señor y Rey de reyes".

En la parroquia de S. Sebastián la bautizan el 25 de mayo, Domingo de Pentecostés, y el Espíritu Santo se apodera de ella. La gracia bau­tismal que dormita durante mucho tiempo en otros niños, desencadena en Rosa el dinamismo prodigioso que la lleva, como Teresita a los tres años, "a no negar nada a Dios". Isabel es el nom­bre que, en recuerdo de su abuela, le dan al cristianarla, pero no le durará mucho.

Las primeras en llamarla Rosa fueron la india Mariana, que muy joven entró al servicio de María, y dos niñas que frecuentaban la casa. Un día, al contemplarla en la cuna exclamaron: "¡Ay! ¡Qué linda es esta niña! ¡Parece una rosa!".

Un significativo momento de su vida tuvo lugar en la diócesis de Carabayllo, hacia el mes de febrero de 1598, con ocasión de la visita pastoral del Arzobispo de Lima, Santo Toribio Mogrovejo, en la localidad de Quives, en que le confirió el sacramento de la confirmación en febrero de 1598, a la edad de 12 años y en compañía de su hermana Bernardita.

Todavía niña su "juego" preferido era rezar y hacer pequeñas penitencias (dormía sobre piedras y tablas). Aprendió a leer y escribir y todas las labores domésticas (costura, bordado, tejido) que eran una fuente de recursos, como también a cantar; llegó a tocar el arpa, la vihuela y la cítara. Su madre deseaba para su hija un casamiento ventajoso, pero Rosa deseaba el silencio y el recogimiento. Posteriormente piensan en que se haga monja de clausura: ella se resiste y dice que quiere ser laica consagrada como santa Catalina de Siena. El 10 de agosto de 1606 viste el hábito de terciaria dominica, emite votos privados de pobreza, castidad y obediencia y vive como religiosa en el hogar paterno.

Atraída por el ejemplo de Santa Catalina de Siena, quiere vivir también su matrimonio espiritual con Jesús cuando le entregó en arras un ani­llo invisible para todos y sólo visible para ella; Rosa quería tener también su anillo que le recor­dase el día de su boda y se lo dijo a Hernando, quien se lo encargó a un platero. El jueves Santo lo llevó a Sto. Domingo pi­diéndole al sacristán lo colocase en la urna en que el Santísimo Sacramento iba a ser expuesto. La santa le veló hasta los Oficios del día siguiente como preparación a su boda el Domingo de Pascua. El 26 de marzo, acabada la Misa solemne, se celebró otra y el sacerdote, sin que nadie lo advirtiese como deseaba ella, puso en sus dedos el anillo, símbolo del matrimonio espiritual que anticipa en la tierra las bodas eternas.

En el huerto de su casa construye una pequeña celda donde pasa los días dedicada a la oración, a la lectura y al bordado. Sale de su casa sólo para asistir a Misa y visitar hospitales, a pobres, a esclavos enfermos. Tiene muchas experiencias místicas (Jesucristo se le aparece en forma de niño frecuentemente). En los últimos años sufre una larga enfermedad, en la cual dice a menudo: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor". Antes de morir le pide perdón por todos los pecados a cada uno de los de su casa. Muere exclamando "Jesús, Jesús sea conmigo" el 24 de agosto de 1617 a los 31 años de edad. Canonizada en 1671 por Clemente X y proclamada patrona de América y de Filipinas; su cuerpo descansa en el convento de Santo Domingo de Lima.

El Catecismo de la Iglesia Católica recoge dos momentos de la vida de nuestra santa, tomados de la primera biografía, la del P. Hansen, publicada en Lovaina en 1668. El primero alude a su vida de gozosa cruz: "Fuera de la Cruz no hay otra escala por donde subir al cielo" (CIC n.618); el segundo, referido a su amor por los pobres: " El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: 'Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús" (CIC n. 2449). El Santo Padre Benedicto XVI destacó en la audiencia del 20 de agosto de 2008 la figura de Santa Rosa leyendo unas palabras de la misma: "Si los hombres supieran qué es vivir en gracia, no se asustarían de ningún sufrimiento y aguantarían con gusto cualquier pena, porque la gracia es fruto de la paciencia".

Podemos afirmar ad portas del cuarto centenario de su partida para el Cielo -2017- con el gran poeta L. F. Cisneros: "Hace trescientos años que el jardín florecía y lleno de perfumes florece todavía".



[1] Comienzo compartiéndoles la bella reflexión de Monseñor José Ignacio Alemany en su carta semanal.

[2] Homilía del Card. Joseph Ratzinger en el Santuario de Santa Rosa, 1986, Lima

lunes, 24 de agosto de 2015

P. CARLOS S. POZZO, SJ (Génova 1918; Lima 2008), FUNDADOR DE CIRCA. Preparando su biografía.

P. CARLOS S. POZZO, SJ (Génova 1918; Lima 2008)

 El fundador de CIRCA (Círculos Católicos Sociales de Arequipa) nació el 28 de marzo de 1918 en un pueblecito a 10 kms de Génova (Italia), llamado Bogliasco, cerca del mar. Fueron sus padres Luis Ángel Spallarrosa Foppiano (albañil) y María Lía Pozzo. Sus hermanos: José, Armando, Luis, Albina (muerte a los 16 años], Vittorio (párroco del Callao, fallecido en 1999), Carlos y Luisa; otros 5 mueren de pequeños. Su familia, aunque pobre, era muy religiosa, lo que hizo que ingresase en primaria al Seminario. Estudió primaria y secundaria en su localidad natal.

Emigra al Perú en Abril de 1936.  Se desempeña como empleado de 1936 a 1946 en el Callao - Lima. En Perú estuvo trabajando con sus hermanos en varios negocios; estuvo un año trabajando con otro socio en una hacienda y el negocio no salió bien. En medio de un gran desconcierto, acudió a los PP. Jesuitas quienes poco a poco le fueron guiando en su vocación, llegando a ingresar en el Noviciado de San Estanislao de Kostka, Miraflores, el 21 de Abril de 1946.

En Setiembre de 1950 fue destinado a estudiar a España, Filosofía en la Facultad jesuita de Chamartín de la Rosa, Madrid; de 1951 a 1953. Paso a estudiar Teología en Granada de en 1954 a 1956. Fue ordenado sacerdote en Madrid, el 13 de julio de 1956. La Tercera Probación y estudios de Ascética en Salamanca, en 1958. Los últimos votos religiosos los emitió el 15 de agosto de 1959. .

Regresa a Perú, siendo destinada como profesor del Colegio San José de Arequipa en 1959.Será esta ciudad su destino definitivo.  Desde el primer año, 1959,  interviene en la fundación del movimiento de laicos denominado "Acción Social", más adelante CIRCA (Círculos Sociales Católicos) comprometidos en la labor social de pueblos jóvenes de Arequipa. En 1960 funda las primeras Escuelas Parroquiales: una en Gráficos "San Martín de Porres" y otra en Alto Selva Alegre "Santa Rosa de Lima" que ahora son 35 Colegios de la Asociación Educativa Popular "María, Madre y Maestra" CIRCA-MAS, que congrega a 900 profesores y 15.000 alumnos en los niveles de inicial, primaria, secundaria y CEO. Como actividad complementaria CIRCA dispone de ocho albergues o "sumac wasi" que recogen a niños abandonados por orfandad o pobreza. Para atender a la salud cuenta con dos postas médicas en la avenida Kennedy 1750 en Paucarpata y en el Cono Norte

Ese primer grupo de laicos de Acción Social y otros nuevos grupos sigue trabajando hasta ahora en esa misma labor de carácter popular en los pueblos jóvenes o zonas marginales de Arequipa a través de comedores populares, departamentos de madres y círculos de obreros, y casi 5.000 casas construidas. Como contribución espiritual debe anotarse las 33 capillas construidas en pueblos jóvenes, los Grupos Infantiles y Juveniles. Cuenta, además, con una Casa de Retiros, "Hermano Clemente", en la Avenida Kennedy, donde miles de jóvenes y adultos participan en Ejercicios Espirituales y Retiros cada año. En el Centro de Arequipa, calle San Pedro, se ubica la sede de la Federación donde diariamente se mantienen numerosas actividades formativas. Como escribe el P. Armando Nieto, SJ, "fue un trabajo constante, intenso y buscando siempre el bien de los sectores populares".

Cuenta con una popular hoja semanal informativa, El Destape, que ya superó los 2.000 números con una tirada de 5000 a 1000 ejemplares. Su misión tal como señala el propio P. Pozzo es la de "Destapar" (desenmascarar) la mentira, la corrupción, la flojera...y ser altavoces de la justicia, de la verdad, la honradez, la caridad...desde una posición católica y peruanista".

Por razones de salud, debió ir a Lima y estuvo en la Enfermería de los PP. Jesuitas en Miraflores, desde el 2004. Falleció en la paz del Señor el 25 de mayo del 2008. Después del funeral en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, sus restos fueron trasladados a Arequipa y reposan en la cripta de la capilla Nuestra Señora de las Maravillas.

 

(Semblanza preparada por José Antonio Benito. La foto fue tomada en el 2007 en la Enfermería de Fátima, Lima. Más datos: joseantoniobenito1@gmail.com)

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CUESTIONARIO BIOGRAFÍA SOBRE EL P. CARLOS S. POZZO, SJ"

 

Queridos amigos:

Cuando todavía está muy cálido el recuerdo de nuestro querido y llorado P. Carlos S. Pozzo (1918-2008), q.e.p.d, nos complace comunicarle que se ha formado una Comisión por iniciativa de la ASEP "María, Madre y Maestra", de CIRCA, en orden a la recogida de datos y documentos que nos ayuden a hacer memoria de su vida y obra, preparando una biografía lo más completa posible.

Solicitamos su generosa colaboración, aportándonos cuantos datos y materiales tenga. Para este efecto, podría serle útil el siguiente cuestionario.Agradecemos de antemano su decisiva colaboración. Las respuestas puede entregarlas en la Secretaría de CIRCA (San Pedro 217 o Av. Kennedy 1700, Arequipa? a la mayor brevedad o enviar a José Antonio Benito (joseantoniobenito1@gmail.com

JAB

 

1. Datos de quien contesta: (Nombre, apellidos, profesión,...)

 

2. ¿Cómo y cuándo lo conoció?

            

3. Anécdotas y vivencias compartidas o que conoce por otras personas. Sobre todo si ellas reflejan aspectos de la polifacética personalidad humana (carácter, valores...) del P. Pozzo. Señale, si recuerda, fecha, lugar, circunstancia...

 

4. ¿Conserva alguna carta o algún documento escrito, oral, gráfico...?

 

5. Cualquier sugerencia acerca de su persona (vida y misión), amistades, CIRCA, su obra, fuentes informativas (radio, revista, TV…), archivos... (Puede escribir por detrás o entregarlo en el formato preferido)

 

sábado, 22 de agosto de 2015

LA IGLESIA CATOLICA COMO ELEMENTO IMPORTANTE EN LA FORMACION HISTORICA, CULTURAL Y MORAL DEL PERU a los 35 años del CONCORDATO PERÚ-VATICANO

LA IGLESIA CATOLICA COMO ELEMENTO IMPORTANTE EN LA FORMACION HISTORICA, CULTURAL Y MORAL DEL PERU a los 35 años del CONCORDATO PERÚ-VATICANO

José Antonio Benito

 

En el marco de los 35 años de la suscripción del acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, esta semana se realizó un evento denominado: "La Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú", promovido por la Dirección General de Justicia y Cultos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a través de la Dirección de Asuntos de la Iglesia Católica, y con el auspicio de la Conferencia Episcopal Peruana. El acto se realizó el martes 18 de agosto, en el auditorio institucional del Ministerio de Justicia.

 

La ceremonia se inició con las palabras de la Dra. María Cecilia Rodríguez Cuba, Directora General de la Dirección General de Justicia y Cultos del Ministerio de Justicia, quien destaco los 35 años de la suscripción del acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú. Resaltó la labor de la Iglesia Católica en la formación histórica, cultural y moral de nuestro país.

A su turno, Monseñor Salvador Piñeiro García Calderón, Arzobispo de Ayacucho y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, agradeció la realización del evento y recordó que hace 35 años, se firmó este acuerdo, entre la Santa Sede y el Perú. Dijo que este acuerdo reconoce la presencia de la Iglesia en la historia y formación de nuestra nación y trabajos que comparten el Estado y la Iglesia como son: la educación, salud e inclusión social. El Arzobispo contó que unos alumnos de la Universidad de Huamanga le pidieron su autorización para revisar el archivo, y ellos se sorprendieron al ver la amplia labor que realizaron los sacerdotes en los años de formación de la Nación o en los momentos tristes como la Guerra del Pacifico, y como acompañaron esa ilusión de la libertad de nuestros pueblos. Por último, reiteró su agradecimiento a los organizadores del evento y renovó el compromiso de la Iglesia Católica en trabajar junto al Estado por la cultura, la educación, y la salud, para lograr un Perú mejor.

A continuación, el historiador de la UCSS y Facultad de Teología, Dr. José Antonio Benito Rodríguez disertó acerca del rol de la Iglesia Católica en la formación del Perú y la relación, destacando todo el aporte que a lo largo de la historia ha dado la Iglesia Católica a nuestro país, en el arte, literatura, el derecho, economía, etc. Se partió del hecho de que  en el censo de 2007 la mayor parte de la población peruana se identifica como católica, con un 81.3%. Asimismo, para la encuesta elaborada por Vox Populi, de la Faculta de Teología Pontificia y Civil de Lima, de este año, el cristianismo es la fe del 94% de los peruanos, del cual el 80% es católico y el 79% opina que si los valores religiosos estuvieran más presentes en los gobiernos del país, los peruanos estuviéramos mejor. Dijo que más allá de estadísticas, hay que constatar datos evidentes del catolicismo en el Perú, "como la procesión del Señor de los Milagros que se multiplica no solo en otras ciudades sino en otros países". También se refirió a la religiosidad popular, con las devociones en el interior del país, así como a la aparición de nuevos movimientos eclesiales. Desde el nacimiento del Perú, como Nación, se marca la estrecha unión entre la Iglesia Católica y la Nación Peruana. Además, afirma que casi todos los especialistas coinciden en afirmar que "la cristianización del Perú es un acontecimiento decisivo en la identidad nacional". Mencionó que desde antes de la formación como país, en el antiguo Perú había una gran religiosidad en los pueblos. También resaltó la labor de los primeros religiosos, a través de los conventos y monasterios, como fuentes de formación y evangelización y además que de estos lugares salieron miles de misioneros en las tres regiones.

La exposición central corrió a cargo del Dr. Juan José Ruda Santolaria, Asesor Jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores quien destacó  "la importancia de la correcta aplicación de un tratado internacional para el logro de objetivos comunes en personas jurídicas sujetas al Derecho Internacional Público". Refirió que el mismo este evento es una actividad "que pone en evidencia el espíritu de colaboración entre la Iglesia Católica y el Estado Peruano, que también se ve reflejado en las constituciones políticas del Perú de 1979 y de 1993".

Dijo que estamos en un nuevo contexto de la relación entre Estado e Iglesia y que esa relación de colaboración "nace de la aportación que la Iglesia ha realizado a lo largo de la historia y concretamente en la historia del Perú, en su formación histórica cultural y moral. No es casual que las constituciones políticas de 1979 y de 1993 recalquen en sus artículos 86 y 50, respectivamente, tal contribución y que esa contribución sirve de base para efectos de una relación de cooperación y colaboración entre Iglesia y Estado. Es decir, el Estado reconoce la contribución de la Iglesia Católica en la formación histórica, cultural y moral del Perú".  En el caso de la Constitución Peruana, se parte de una noción de separación armoniosa entre Iglesia y Estado, en la perspectiva de reconocer la independencia y autonomía de la Iglesia, pero partiendo de un marco de cooperación. Además, dijo que "una situación concreta es que una proporción importante de la población del Perú profesa la fe católica, y eso da lugar a que haya asuntos de interés común a la Iglesia Católica y el Estado, ya que quienes profesan la fe católica son parte de la población del Estado y eso da lugar a asuntos de interés común, y explica una razón de cooperación entre ambas potestades reconociendo el ámbito legítimo de cada uno dentro de su respectiva esfera". El tratado entre la Santa Sede y la República del Perú "es un acuerdo, de naturaleza jurídica de un tratado". Señaló que "es un tratado regido por el derecho internacional, en razón de la naturaleza jurídica de las partes involucradas, de un lado la Santa Sede, en representación de la Iglesia Católica Romana, y el Estado Peruano que actúan a través de los cauces acostumbrados en los ámbitos del derecho internacional. Hay que destacar la naturaleza de tratado internacional, por lo que debe ser aplicado e interpretado conforme a las normas de derecho internacional, en este caso las normas de la Convención de Viena, del cual son parte la Santa Sede y el Estado Peruano".

Finalmente, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, quien dijo que este evento es una ocasión estupenda para dar mayor conocimiento a este Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, y que brinda una armoniosa colaboración con las autoridades del país. "Vivimos con el enorme orgullo de formar parte de la Iglesia Católica que ha sido un elemento esencial en la formación histórica, cultural y moral del Perú. Es difícil entender el Perú sin la presencia de la Iglesia Católica. Sin que esto signifique un reclamo de ningún privilegio. Este acuerdo abrió nuevos y varios causes a la acción pastoral de la Iglesia y a una armoniosa colaboración con las autoridades del país. Este marco de un acuerdo entre dos estados está inscrito en la convención de Viena. Por eso nosotros no pedimos favores ni tratamientos especiales. Exigimos respeto a un acuerdo internacional en el marco de la convención de Viena…Qué diferencia tan grande entre el laicismo y laicidad. San Juan Pablo II promovió en el mundo entero este deseo de autonomía tanto de la iglesia como del respeto al estado donde la Iglesia trabaja", continuó.

En el evento se hicieron presentes la mayoría de los obispos del Perú y personalidades del mundo académico, jurídico y religioso. El evento culminó con una exposición de las diversas comisiones de la Iglesia Católica en el Perú, CEAS, Justicia y Paz, Comisión de Educación…

Un fraternal ágape selló este decisivo acontecimiento que revela las buenas relaciones entre la Iglesia y el Estado, en conformidad con la feliz iniciativa de 35 años atrás.

 

Fuente: Servicio de Prensa de Arzobispado de Lima, Conferencia Episcopal Peruana, Dirección General de Justicia y Cultos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.