miércoles, 30 de julio de 2014

TE DEUM 2014: “La Iglesia y el Estado siempre han caminado juntos”

 "La Iglesia y el Estado siempre han caminado juntos"

Arzobispo de Lima destaca el papel especial que cumple la Iglesia en la Historia del Perú.

En la solemne Misa y Te Deum por el 193º aniversario de la Independencia del Perú, el 28 de julio, el Cardenal Juan Luis Cipriani rescató los principios morales y espirituales que la religión católica contribuye en la sociedad peruana como un valor intangible e importantísimo para la construcción de una sociedad peruana más humana.

 * Homilía del Cardenal Juan Luis Cipriani 

Durante la homilía, el Arzobispo de Lima reconoció que la Iglesia siempre ve la necesidad de sembrar entusiasmo y esperanza, de manera especial en los tiempos actuales donde se observa una crisis de valores.

"Es evidente que el criterio democrático de la mayoría puede ser suficiente en gran parte de la materia que deben regular jurídicamente los poderes del Estado. Pero también es evidente que en las cuestiones fundamentales del derecho natural, en las cuales está en juego el presente y el futuro de la humanidad, otras consideraciones de carácter ético son indispensables", refirió.

"En el proceso de formación del derecho sobre instituciones esenciales que son el soporte de una sociedad, es obligación de un espíritu democrático responsable buscar los criterios para su orientación, más allá de simples mayorías. Por ejemplo, las normas sobre la protección y respeto irrestricto a la dignidad de toda vida humana desde su concepción hasta su término natural, reconocidas en la Constitución; a las normas que rigen la institución del matrimonio entre varón y mujer; a la promoción y defensa de la familia, como célula fundamental de la sociedad; al derecho a tener acceso a una educación en valores, cuya principal responsabilidad recae en los padres de familia", prosiguió.

La "ideología de género" intenta imponer su agenda

De esta forma alertó que la llamada "ideología de género" ha invadido el campo cultural intentando silenciar a la religión y queriendo imponer su particular concepción antropológica.

"Hay personas que desean que la voz de la religión se silencie, o al menos que se relegue a la esfera meramente privada. El derecho a la libertad religiosa incluye la expresión pública de la fe, como incluye la expresión pública del culto a Dios y las expresiones públicas de religiosidad popular, como es la procesión del Señor de los Milagros", recordó.

"Hay otras personas que, a título de suprimir la discriminación, pretenden obligar a los cristianos, que desempeñan o no una función pública, a que actúen en contra de sus conciencias", lamentó.

Por eso recordó que "la religión no es un obstáculo que los legisladores necesiten saltarse para hacer bien su trabajo, sino una contribución vital al debate nacional, que debe iluminar a los hombres y mujeres de buena voluntad".

"La Iglesia desea mantener y promover un espíritu cordial de colaboración y entendimiento al servicio del crecimiento espiritual y moral del país, al que está unida por vínculos particularísimos, que sería gravemente dañoso intentar debilitar y no digamos romper. Sin la ayuda correctora de la religión, la razón puede ser también presa de distorsiones, como cuando es manipulada por ideologías caducas o se aplica de forma parcial en detrimento de la consideración plena de la dignidad de la persona humana", señaló.

El vínculo entre la Iglesia y el Estado

De esta forma, el Cardenal Juan Luis recordó que es fundamental adquirir una clara convicción de las funciones insustituibles de la religión para la formación de los ciudadanos del Perú.

"La doctrina cristiana, que es depósito de Fe y que la Iglesia custodia, es de por sí una contribución que aporta mucho, junto a otras instancias, para la creación de un consenso ético de fondo en la sociedad", afirmó.

"Tampoco es signo de "sana laicidad" negar a la comunidad cristiana y a quienes la representan legítimamente, el derecho de pronunciarse sobre los problemas morales que hoy interpelan las conciencias de todos los seres humanos, en particular la de los legisladores y juristas. Se trata de la afirmación y de la defensa de los grandes valores que dan sentido a la vida de la persona y salvaguardan su dignidad", continuó.

Compromiso por el Perú

El Arzobispo de Lima y Primado del Perú saludó el "Compromiso por el Perú" documento firmad por diversas denominaciones religiosas que representan el 95% de la población peruana donde se comprometen a respetar y promover la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural y a la familia fundada en el amor de un hombre y una mujer.

Lo temporal y lo eterno

En otro momento, el Cardenal Juan Luis instó a no intentar oponer la realidad temporal con la realidad eterna, cuando son complementarias en sí mismas.

"La autonomía de la esfera temporal no excluye una íntima armonía con las exigencias superiores y complejas que derivan de una visión integral del hombre y de su destino eterno. Es urgente, por tanto, definir una laicidad positiva, abierta, y que, fundada en una justa autonomía del orden temporal y del orden espiritual, favorezca una sana colaboración y un espíritu de responsabilidad compartida", recordó.

 

Oración por la paz en el mundo

El Arzobispo de Lima también elevó una oración por todas las personas que sufren los rezagos de la violencia en el mundo, especialmente en el medio oriente.

"Elevo a Dios mis oraciones por el sufrimiento de varones, mujeres y niños de poblaciones civiles en el mundo entero, en estos momentos de violencia mortal, que lesiona gravemente los valores supremos de la vida y de la paz, que la humanidad tiene obligación de salvaguardar", refirió.

"Hay ofrecerles un buen marco educativo en el que la formación en virtudes y valores los anime a respetar y ayudar a los otros, para que lleguen serenamente a la edad de la responsabilidad", añadió.

Erradicar el asistencialismo

El Cardenal Juan Luis también animó a las autoridades gubernamentales a seguir promoviendo programas sociales que erradiquen el asistencialismo, recordando el éxito del programa educativo "Beca 18", impulsado por el actual gobierno.

"Estoy seguro que es posible encontrar en nuestro país soluciones solidarias, como es el programa de "Beca 18" y otros que, sobrepasando el asistencialismo, es decir, la inmediata ayuda necesaria, vayan al corazón de los problemas, para proteger a los débiles y fomentar su dignidad", mencionó.

"Capital y trabajo deben darse la mano despejando el campo de ideologías que no resuelven nada y que tantas veces abusan de la indecisión e ignorancia de las grandes mayorías", prosiguió.

Finalmente exhortó a todos los peruanos a vivir y trabajar siempre con espíritu de auténtica concordia, en un marco de diálogo abierto y de confianza mutua, en el empeño de servir y promover el bien común y la dignidad de todas las personas.

Concelebraron con el Cardenal Cipriani, el Nuncio Apostólico en el Perú, James Patrick Green; así como los Obispos Auxiliares de Lima, Monseñor Adriano Tomasi OFM., y Monseñor Raúl Chau.

 

Participó de la Misa el Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso; la Presidenta del Congreso de la República, Ana María Solórzano; los integrantes del gabinete ministerial; así como miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país, autoridades políticas, militares y civiles.

Homilía en la Misa y Te Deum por el 193° Aniversario Patrio

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Hoy, que nos reunimos para rezar y dar gracias a Dios por nuestra independencia, en esta Misa y Tedeum, quiero reflexionar brevemente acerca del papel de la Iglesia en su trascendental tarea de Fe; y en su relación con el Estado.

La Iglesia, en su servicio como "Madre y Maestra", con palabras certeras del Papa Santo Juan XXIII, ve la necesidad de sembrar esperanza y entusiasmo en estos tiempos en que vivimos. Esta necesidad es todavía más fuerte en el mundo de hoy, que ofrece pocas aspiraciones espirituales y pocas certezas materiales.

Ciertamente, Cristo ya ofreció el criterio para encontrar una justa solución a este desafío, al responder a una pregunta afirmando: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Mc 12,17), en torno a las relaciones entre el campo político y el campo religioso,

Así, las relaciones entre la Iglesia y el Estado se fundan en estas palabras de Cristo, que el Concilio Vaticano II ha enunciado del modo siguiente: "la comunidad política y la Iglesia son entre sí independientes y autónomas en su propio campo. Sin embargo, ambas, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social de los mismos hombres", es decir, en la búsqueda del bien común. (cfr. Gaudium et spes, 76).

Es evidente que el criterio democrático de la mayoría puede ser suficiente en gran parte de la materia que deben regular jurídicamente los poderes del Estado. Pero también es evidente que en las cuestiones fundamentales del derecho natural, en las cuales está en juego el presente y el futuro de la humanidad, otras consideraciones de carácter ético son indispensables.

En el proceso de formación del derecho sobre instituciones esenciales que son el soporte de una sociedad, es obligación de un espíritu democrático responsable buscar los criterios para su orientación, más allá de simples mayorías. Me refiero, por ejemplo, a las normas sobre la protección y respeto irrestricto a la dignidad de toda vida humana desde su concepción hasta su término natural, reconocidas en la Constitución; a las normas que rigen la institución del matrimonio entre varón y mujer; a la promoción y defensa de la familia, como célula fundamental de la sociedad; al derecho a tener acceso a una educación en valores, cuya principal responsabilidad recae en los padres de familia; entre otras. Como ha escrito Chesterton: "Quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen".

Hoy, no es de modo alguno evidente lo que es justo, respecto a las cuestiones antropológicas fundamentales y que, por tanto, puedan convertirse en derecho vigente. La llamada "ideología de género" ha invadido el campo cultural, queriendo imponer su particular concepción antropológica, sin aceptar un sano diálogo sobre una materia sumamente importante para la organización de la sociedad desde sus raíces.

Nunca ha sido fácil encontrar una respuesta a la pregunta de cómo se puede reconocer lo que es verdaderamente justo, y servir así a la justicia, en la legislación positiva de las naciones civilizadas. Y hoy, con la abundancia de nuestros conocimientos y capacidades, dicha cuestión se ha hecho todavía más difícil y compleja.

Hay personas que desean que la voz de la religión se silencie, o al menos que se relegue a la esfera meramente privada. El derecho a la libertad religiosa incluye la expresión pública de la Fe, como incluye la expresión pública del culto a Dios y las expresiones públicas de religiosidad popular, como es la procesión del Señor de los Milagros.

Paradójicamente, hay otras personas que, a título de suprimir la discriminación, pretenden obligar a los cristianos, que desempeñan o no una función pública, a que actúen en contra de sus conciencias. Esto es imposible, porque se iría contra la dignidad de la persona que está en su conciencia rectamente formada. La defensa de la doctrina cristiana es un signo del legítimo papel de la religión en la vida social.

En otras palabras, la religión no es un obstáculo que los legisladores necesiten saltarse para hacer bien su trabajo, sino una contribución vital al debate nacional, que debe iluminar a los hombres y mujeres de buena voluntad. En este sentido, el papel de la religión en el debate político no es tanto proporcionar normas para legislar, como si la moral y el derecho natural no pudieran conocerlos los no creyentes. Menos aún proponer soluciones políticas partidarias concretas, algo que está totalmente fuera de la competencia de la religión.

El papel de la religión consiste más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos. Se trata de un proceso en doble sentido. Sin la ayuda correctora de la religión, la razón puede ser también presa de distorsiones, como cuando es manipulada por ideologías caducas o se aplica de forma parcial en detrimento de la consideración plena de la dignidad de la persona humana.

La laicidad positiva

La bella expresión "laicidad positiva" designa esta comprensión abierta. En este momento histórico en el que las culturas se entrecruzan cada vez más entre ellas, y que la civilización occidental navega en una confusión de conceptos que reniega de los principios que la fundaron a la luz del derecho natural, estoy profundamente convencido de que una nueva reflexión sobre el significado auténtico y sobre la importancia de la laicidad es cada vez más necesaria.

En efecto, es fundamental, por una parte, insistir en la distinción entre el ámbito político y el religioso para tutelar tanto la libertad religiosa de los ciudadanos, como la responsabilidad del Estado hacia ellos; y, por otra parte, es igualmente fundamental adquirir una clara convicción de las funciones insustituibles de la religión para la formación de las conciencias.

La doctrina cristiana, que es depósito de Fe y que la Iglesia custodia, es de por sí una contribución que aporta mucho, junto a otras instancias, para la creación de un consenso ético de fondo en la sociedad.

Algunos entienden la laicidad como la exclusión de la religión de los diversos ámbitos de la sociedad y como su confín en el ámbito de las conciencias individuales. La laicidad se manifestaría, según ellos, en la total separación entre el Estado y la Iglesia, no teniendo esta última título alguno para intervenir sobre temas relativos a la vida y al comportamiento de los ciudadanos.

Por el contrario, nosotros decimos que la "sana laicidad" implica que el Estado no considere la religión como un simple sentimiento subjetivo individual, que se podría confinar al ámbito privado. No es así. La religión, al estar organizada también en estructuras visibles, como sucede con la Iglesia, se ha de reconocer como presencia comunitaria pública.

Tampoco es signo de "sana laicidad" negar a la comunidad cristiana, y a quienes la representan legítimamente, el derecho de pronunciarse sobre los problemas morales que hoy interpelan las conciencias de todos los seres humanos, en particular la de los legisladores y juristas.

En efecto, no se trata de injerencia indebida de la Iglesia en la actividad legislativa, propia y exclusiva del Estado, sino de la afirmación y de la defensa de los grandes valores que dan sentido a la vida de la persona y salvaguardan su dignidad. Estos valores, antes de ser cristianos, son humanos. Por eso, ante ellos, la Iglesia no puede quedar indiferente y silenciosa. Tiene el deber de proclamar con firmeza la verdad sobre el hombre y sobre su destino.

En feliz expresión de Pablo VI –tantas veces citada-, la Iglesia es "experta en humanidad" (Alocución a los representantes de los estados en la ONU, 4. X, 1965). Esta innegable realidad permite a la Iglesia "establecer un diálogo de fecundidad incomparable con todos los hombres de cualquier cultura", como afirmó acertadamente el Padre Santo Juan Pablo II (Ex corde Eclesiae,15. VIII. 1990). Por todo ello saludo el reciente documento que –por primera vez en la historia de la República-, diversas denominaciones religiosas han firmado el 17 de este mes con el título de "Compromiso por el Perú".

Las cuestiones que afectan los fundamentos de la sociedad continúan presentándose hoy en términos que varían según las nuevas condiciones sociales. Estas cuestiones nos conducen directamente a la fundamentación moral de la vida civil. Si los principios éticos que sostienen el proceso democrático no se rigen por nada más sólido que el mero consenso social, entonces este proceso se presenta evidentemente frágil. Lo vemos en la creciente corrupción social que afecta a la seguridad de los habitantes del país. Aquí reside el verdadero desafío para la democracia en Occidente.

Así pues, siendo legítima una "sana laicidad" del Estado, en virtud de la cual las realidades temporales se rigen según sus normas propias, esto no excluye la imprescindible acogida inteligente a las referencias éticas que tienen su fundamento último en la religión. La autonomía de la esfera temporal no excluye una íntima armonía con las exigencias superiores y complejas que derivan de una visión integral del hombre y de su destino eterno.

Es evidente que si se considera el relativismo como un elemento constitutivo esencial de la democracia se corre el riesgo de concebir la laicidad sólo en términos de exclusión o, más exactamente, de rechazo de la importancia social del hecho religioso. La "dictadura del relativismo" –oportuna denuncia de Benedicto XVI- crea confrontación y división, hiere la paz, perturba la ecología humana y -rechazando por principio actitudes diferentes a la suya-, se convierte en un callejón sin salida.

Es urgente, por tanto, definir una laicidad positiva, abierta, y que, fundada en una justa autonomía del orden temporal y del orden espiritual, favorezca una sana colaboración y un espíritu de responsabilidad compartida.

Permítanme ahora un momento para una indispensable digresión. Elevo a Dios mis oraciones por el sufrimiento de varones, mujeres y niños de poblaciones civiles en el mundo entero, en estos momentos de violencia mortal, que lesiona gravemente los valores supremos de la vida y de la paz, que la humanidad tiene obligación de salvaguardar.

La formación de la juventud en valores

Me vienen a la memoria unas palabras del Papa Francisco: "Somos responsables de la formación de las nuevas generaciones, [y de] ayudarlas a ser capaces y firmes en los valores éticos. Tomen estas palabras como expresión de mi preocupación como Pastor de Iglesia y del respeto y afecto que tengo por el mundo entero. La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son un sueño fantasioso sino el deber que hoy nos interpela". (Cfr. JMJ, Brasil).

El presente y el futuro de los jóvenes constituyen para la Iglesia una gran preocupación. Algunos de ellos tienen dificultad en encontrar una orientación que les convenga o sufren una pérdida de referencia en sus familias. A veces marginados y a menudo abandonados a sí mismos, son frágiles y tienen que hacer frente solo a una realidad que les sobrepasa.

Hay, pues, que ofrecerles un buen marco educativo en el que la formación en virtudes y valores los anime a respetar y ayudar a los otros, para que lleguen serenamente a la edad de la responsabilidad. La Iglesia puede aportar, y de hecho aporta, en este campo, una contribución específica y trascendente.

Es preciso citar hechos de nuestra historia reciente que son un ejemplo para la juventud y que debemos recordar al convulsionado mundo universitario. Como ha dicho el doctor José Agustín de la Puente: "Don Víctor Andrés Belaúnde, con Riva Aguero fue un hombre central al lado del Padre Jorge Dintillac en la formación y el crecimiento de la Universidad Católica. Desempeñó todas las funciones docentes y de gobierno, aunque nunca fue su rector titular, y en todos los instantes afirmó la misma idea: que la Universidad Católica expresara la presencia de la Iglesia en la vida de la inteligencia y en el servicio al Perú" (Cuadernos de Archivo de la Universidad 37, p.41).

La justicia social

La situación social en el mundo está por desgracia marcada por un avance solapado de la distancia entre ricos y pobres, aun cuando gracias a Dios tenemos en el país desde hace varias décadas un crecimiento sostenido. Ya el Papa León XIII decía en la carta magna de la cuestión social que, "como la Iglesia es madre común de pobres y ricos" (cfr. encíclica Rerum novarum, 15.V. 1891), le corresponde instar a los gobernantes a buscar la reducción de esa brecha, teniendo en cuenta lo que el magisterio ha recordado las últimas décadas: "la opción preferencial por los pobres ni exclusiva ni excluyente", en las acciones políticas y sociales, asistenciales y caritativas de los cristianos.

Estoy seguro que es posible encontrar en nuestro país soluciones solidarias, como es el programa de "Beca 18" y otros que, sobrepasando el asistencialismo, es decir, la inmediata ayuda necesaria, vayan al corazón de los problemas, para proteger a los débiles y fomentar su dignidad.

"El humanismo cristiano parte de la base de que el cristianismo no es una ideología sino una religión. Aspira a humanizar el mundo, depurando las instituciones sociales de la carga de egoísmo que encubren. Afirma la perfectibilidad del hombre por medio de la educación y de la reforma de aquellas estructuras que hacen posible su explotación. Su lema es el amor a todo hombre y la comunión con el pueblo" (R. Ferrero R., El Humanismo de nuestro tiempo, p.95).

A través de numerosas instituciones y actividades, la Iglesia, igual que numerosas asociaciones en nuestro país, trata con frecuencia de remediar lo inmediato, pero es al Estado al que compete legislar un marco normativo que permita reducir si no erradicar en lo posible las injusticias, convocando para ello a la participación de todos. Capital y trabajo deben darse la mano despejando el campo de ideologías que no resuelven nada y que tantas veces abusan de la indecisión e ignorancia de las grandes mayorías.
Me complace asegurar a ustedes, presidentes de los tres Poderes del Estado, que personifican el Estado de Derecho; y a todo el pueblo peruano, que la Iglesia desea mantener y promover un espíritu cordial de colaboración y entendimiento al servicio del crecimiento espiritual y moral del país, al que está unida por vínculos particularísimos, que sería gravemente dañoso intentar debilitar y no digamos romper.

Por último, expresando el deseo de un progreso continuo de la nación por el camino del bienestar espiritual y material, me uno a usted, Señor Presidente, en este día festivo, al exhortar a todos los peruanos a vivir y trabajar siempre con espíritu de auténtica concordia, en un marco de diálogo abierto y de confianza mutua, en el empeño de servir y promover el bien común y la dignidad de todas las personas.

¡Que Cristo, el Señor de los Milagros, bendiga al pueblo peruano! Así sea.

Oración Patriótica
Lima, 28 de julio de 2014

 

viernes, 25 de julio de 2014

Siervo de Dios, Fray Luis López de Solís (Salamanca, 1534; Quito, 1606)

Siervo de Dios, Fray Luis López de Solís (Salamanca, 1534, Quito1606)

Luis López Solís

Personaje insigne

"Fray Luis López de Solís es una de las grandes figuras de la Iglesia quiteña, [que comprendía el Ecuador actual], así como uno de los miembros más insignes de la Orden Agustiniana en su siglo", escribía este servidor al estudiar la Acción Pastoral de este prelado. Lo corroboro para añadir que se distinguió por su sabiduría en la cátedra de Teología, por su prudencia y acierto en el gobierno de la Orden en Perú y en la organización pastoral del extenso obispado de Quito. Es por añadidura, siervo de Dios, cuyo proceso de beatificación y canonización se halla en Roma.

Nacimiento. Ingreso en la Orden

Nació este ejemplar personaje en la ciudad de Salamanca el año 1534, en el hogar formado por Francisco de los Ríos y María López de Solís. Optó por usar los apellidos maternos, como era frecuente en la época. Tuvo más hermanos, pues una sobrina carnal residió en Quito, casada con un secretario de nombre Cristóbal Macedo. En la célebre universidad de su ciudad natal siguió los estudios de Artes y a los 18 años entró en el noviciado del convento de San Agustín, donde emitió sus votos religiosos el 9 de mayo de 1553. En este cenobio, lleno de recuerdos de hombres santos, entre otros, San Juan de Sahagún, Santo Tomás de Villanueva, en aquellos momentos arzobispo de Valencia, San Alonso de Orozco, a quien debió conocer de paso por allí, además de leer algunos de sus escritos de espiritualidad. Aquí siguió los estudios teológicos dictados por algunos de aquellos grandes maestros agustinos de la época, entre los cuales debió de conocer al joven fray Luis de León.

Misionero voluntario para el Perú

Ordenado de diácono, se alistó para ir de misionero al Perú. Según los biógrafos, los superiores y maestros sintieron su decisión porque "tenían todos puestos los ojos en él y esperaban de sus virtudes, ingenio y gran juicio, efectos admirables". Ganó la Iglesia y la Orden en los nuevos reinos de Perú y Quito. Se embarcó en la llamada segunda barcada, de acuerdo a los cronistas, bajo la responsabilidad del P. Pedro de Cepeda, el 6 de febrero de 1558. Se cuenta una anécdota que tuvo lugar en Cádiz, mientras se dirigía al puerto. Un astrólogo le pronosticó que llegaría a Papa si se decidía a ir a Roma y si, por obediencia debía de ir a Indias, alcanzaría allí la suprema jerarquía. No tiene otro valor que el de la anécdota, que el interesado río con ganas, sin embargo, poco ante de morir fue presentado para arzobispo de Lima, sede primada del continente suramericano.

Tarea misionera, teológica y de gobierno

En Lima recibió la ordenación sacerdotal y pasó dos años de misionero en el Alto Perú (actual Bolivia) entre las tribus de los Uros, situados en las cercanías del lago Titicaca, provincia de Paria. Aprendió el difícil idioma de la indígenas, como primera medida para mejor evangelizarlos, promovió el desarrollo cultural de los indígenas, creó el pueblo de Challacollo, como centro misional, desde donde irradiaba la acción misionera y formación humana. Los superiores le destinan a la formación de los jóvenes profesos, mediante su docencia de Teología. En 1563, con solo 29 años ya fue nombrado definidor o consejero provincial, cargo que desempeñó en cinco períodos. Fue dos veces prior del convento de Chuquisaca ( actual Sucre), cuatro veces prior del convento de Lima y provincial en dos cuatrienios, la primera cuando sólo tenía 35 años.

A sus grandes dotes de gobierno dentro su Orden, reconocidas por todos, unió su preparación teológica, como lector, maestro y doctor en Teología, materia que explicó en la cátedra de vísperas de la Universidad de San Marcos de Lima, obtenida por oposición. Su autoridad teológica le valió ser escogido por Santo Toribio de Mogrovejo para asistir como asesor suyo en el célebre III Concilio Provincia de Lima de 1583. A otros dos concilios provinciales posteriores asistirá en calidad de prelado. Siendo Provincial, envió a Quito a los PP. Luis Álvarez de Toledo y Gabriel de Saona, dos puntales de primer orden, para fundar la Provincia de San Miguel de Quito donde los agustinos llevaban ya varios años ejerciendo su labor pastoral.

Obispo de Quito

El 1 de octubre de 1591 es preconizado Obispo de Asunción (Paraguay). No pudo tomar posesión porque, mientras esperaba las Bulas del Papa para ser consagrado, fue nombrado Obispo de Quito. Entre tanto, ….llegaban las citadas bulas pontificias, el Virrey le encomendó hacer la visita a la Audiencia de Charcas, cometido que realizó con el mayor fruto social y religioso. Consagrado obispo por Santo Toribio de Mogrovejo en Trujillo, siguió camino a Quito. Entre las primeras providencias pastorales, fundó el Seminario San Luis para la formación de sacerdotes, uno de los primeros y modelo, dotado de un selecto grupo de profesores de la Compañía de Jesús, a quien se lo encomendó. Poco después, adosado a éste, fundó otro colegio-seminario para indígenas con la idea conseguir sacerdotes celosos y evangelizadores, que supieran llegar al indígena y su cultura. Creó una serie de becas para aplicarlas con preferencia a los más pobres. Con el empeño de tener un clero bien capacitado, pidió con insistencia la creación de la Universidad, que conseguiría el agustino P. Gabriel Saona para el convento de San Agustín (Universidad de San Fulgencio).

El Prelado Solís se impuso a sí mismo la obligación de conocer todo su extenso obispado, que comprendía el actual territorio del Ecuador y alguna zona más. Para eso organizó una serena visita pastoral. Según los datos de la historia, llegó a todos los rincones, ya fuera de la dura montaña, del cálido clima de la costa o del oriente y proveía a las necesidades humanas y espirituales. Denuncia los males e injusticias, que encuentra y pone remedio. Al mismo tiempo comenzó la organización de su diócesis creando nuevas parroquias a fin de satisfacer las necesidades pastorales las ciudades, de los barrios y de los campos. Fomentó y proveyó de la atención a los santuarios, como centros de evangelización: El de Nuestra Señora Quinche, ante el cual el pueblo erigió más tarde una estatua en su memoria, el de la Virgen del Cisne, nuestra Señora de Guápulo y otros.

Una de las obras de mayor fruto para el gobierno de la parcela eclesial que le tocó cuidar fue la celebración de dos Sínodos diocesanos, en Quito en 1594 y en Loja, 1596. Sobre todo el primero de estos constituyó la base de la legislación de Ecuador en un largo periodo de su emancipación en gran parte del siglo XIX. Tanto en las actas de estos sínodos como en sus actitudes ordinarias, López de Solís se distinguió por la promoción humana de los naturales y defensa de los derechos humanos, que se dice hoy.

Como síntesis de la obra pastoral de Solís, podemos resumir su programa en dos de sus grandes opciones, la verdad y la justicia. La primera le lleva a organizar todo en torno al anuncio íntegro y fiel de la revelación y de la evangelización. La segunda a dar la cara por la defensa de los indígenas, de los pobres y los derechos de todos, incluidos los de la Iglesia frente a los abusos del poder civil.

Promovido al arzobispado de nueva creación de Charcas o La Plata (actual Sucre), de paso para ir a tomar posesión, muere en el convento de San Agustín de Lima, rodeado de fama de santidad en todo el Reino de Quito y en Lima, el 6 de junio de 1606.

Mensaje para el mundo de hoy

Dado que el proceso de beatificación de nuestro siervo de Dios está ya en Roma,podemos señalar alguno aspectos del mensaje que pude darnos para el mundo de hoy. En primer lugar es su generosidad al llamamiento de Dios, su humildad y servicio a los demás desde su puesto de pastor. Se distinguió en su vida por una opción clara por la verdad y la justicia, la defensa de los derechos humanos y su amor a Cristo presente en el culto y en cada uno de los hombres, sobre todo los más necesitados.

Félix Carmona Moreno, OSA

EL PRESBÍTERO MATÍAS MAESTRO, ILUSTRADO Y SOLIDARIO (1760-1835)

EL PRESBÍTERO MATÍAS MAESTRO, ILUSTRADO Y SOLIDARIO (1760-1835)

 

Por fin contamos con una monografía acerca de uno de los grandes forjadores del Perú contemporáneo. Jesús María González de Zárate –vitoriano como Matías Maestro, catedrático de historia del arte de la Universidad del País Vasco- pudo concluir su magna obra sobre este gigante de la beneficencia, de la cultura y de la peruanidad Matías José de Maestro 1766-1835 arquitecto, escultor, pintor, músico y escritor vitoriano olvidado en la memoria de la ciudad. Diputación Provincial de Álava, 2007. El 31 de octubre del 2008 se presentó el libro en el Centro Cultural de España en Lima al hilo del bicentenario de la construcción del Cementerio Presbítero Matías Maestro, que lleva su nombre por ser él el artífice de los planos y promotor principal del proyecto y ejecución[1].

 

En esta breve reseña, me conformo con presentarles lo más desconocido por el momento (sus raíces familiares y años juveniles), así como una semblanza de su vida y de su obra, con los nuevos datos aportados por el nuevo libro. Su documentación está dispersa en numerosos archivos, tanto de España (Vitoria, Sevilla) como de Lima: Beneficencia, Archivo General de la Nación, Municipalidad de Lima, Biblioteca Nacional de Lima –Hemeroteca, sección manuscritos-, Archivo Arzobispal de Lima, Archivo del Cabildo Catedralicio, Archivo Histórico del Seminario de Santo Toribio, Instituto Riva Agüero, Archivo Vargas Ugarte, Biblioteca de la PUCP

 

UN VASCO ILUSTRADO

 

Nace el 24 de febrero de 1766. Sus padres, pequeños comerciantes, José de Maestro e Ignacia Antonia Alegría Matías, moraban en la calle Zapatería de Vitoria. Engendraron nueve hijos, de los que José era el cuarto, después de tres hermanas. Aquí vivirá los primeros 16 años de su vida, hasta 1782, fecha en la que viene a América.

Asistiría a una de las cuatro escuelas de Primeras Letras o también Escuela de Letras Menores de Vitoria: la del convento de los dominicos, la propiciada por la Real Sociedad Bascongada, el Colegio Seminario de San Prudencio o las llamadas Aulas Públicas en el convento de los Franciscanos. Lorenzo Prestamero, secretario de la Bascongada en la nación de Alava describe para el año 1787 que los niños:

 

...están acostumbrados a oír Misa y rezar el rosario en la Iglesia con los demás feligreses y su Cura en todos aquellos días que se lo permiten las labores del campo. En los festivos a más de esto asisten a vísperas doctrina y otras devociones, notándose mucho si alguno falta sin causa conocida. La mayor parte de los Alaveses saben leer y escribir y muchos también contar por las muchas escuelas que hay de primeras letras y en donde faltan medios para una muy moderada dotación suelen tomar muchos Curas gratuitamente este penoso trabajo

 

Por su parte, Landázuri .en su Historia civil de Álava habla de estas escuelas de primeras

letras:

Los de Maestros de primeras letras, como de mas extendida necesidad, son en Álava en mayor número que no los de gramática. En la ciudad de Vitoria hay  tres, á los quales da por razón de salario el Ayuntamiento 400 ducados, y (también hay algunas maestras de niñas) fuera de esto contribuyen mensualmente los niños que leen un real, dos los que escriben, y tres los que cuentan

 

Aunque no se dispone de datos precisos, pudiera ser que nuestro artista vitoriano estudiase en el convento dominico Gramática y Artes, alcanzando el título de Bachiller y/o Licenciado Por otra parte, en el aspecto religioso, Matías José de Maestro demostró en la ciudad de Lima una singular devoción a la Virgen del Rosario, pues estableció donaciones para su cofradía sita en el convento de Santo Domingo; pudo provenir esta devoción por lo arraigada de la misma en Vitoria, que contaba con  cofradía y capilla en el convento del mismo nombre.

 

También en su tierra, a través de la Sociedad Bascongada de Amigos del País, puede vivir su afición al dibujo como muestra el hecho de que recibió el premio de figura, nominado en segundo lugar en el año 1780 y el premio de primera clase, también de figura, nominado en tercer lugar en el año 1781, es decir, cuanto tenía catorce y quince años respectivamente y por los que recibió 35 y 40 reales.

Comenzó sus estudios de dibujo a la edad reglamentaria para matricularse en la Escuela de dibujo, los catorce años. El reglamento de la Escuela dejaba muy claro el sistema docente que consistía en asistencia a las clases durante dos horas diarias fuera del horario laboral. Este carácter abierto se observa de igual manera en la duración de los cursos, pues culminando a fines de mayo, la Escuela se mantenía abierta en verano para que los alumnos mantuviesen la práctica en sus composiciones dibujísticas La formación de los alumnos de la Escuela de Dibujo donde estudió Matías José de Maestro se establecía en base a estampas, vaciado y modelos del natural.

 

En el fondo documental Prestamero, conservado en el Archivo Provincial de la ciudad de Vitoria, se establece todo una listado de grabadores cuya obra gráfica se encontraba en la Escuela, además de señalar aquellas estampas de Janinnet, Demarteau y Lecrert que sirvieron como modelos en los exámenes Varias láminas se recogen en un documento manuscrito titulado Noticias de Famosos Grabadores, escrito a valorar por cuanto nos propone las fuentes gráficas que los alumnos de la Escuela de Dibujo siguieron en su formación y en consecuencia lo que sin duda llegó a conocer y trabajar el artista vitoriano Matías José de Maestro.

 

Acerca de sus conocimientos de arquitectura parecen provenir de la Escuela Gratuita de Dibujo, donde se estudiaba con anterioridad a la figura y diseños ornamentales, elementos de geometría, arquitectura y perspectiva. En este sentido el sistema de enseñanza en la Escuela consideraba el aprendizaje del dibujo mediante tres esquemas generales como son la arquitectura, figura y adorno; aspectos que sin duda desarrolló Matías de Maestro en sus realizaciones prácticas arquitectónicas, pictóricas, ornamentales, a la vez que en sus retablos Sería colaborador y discípulo de Justo Antonio de Olaguibel

EL SUEÑO DE AMÉRICA

Sus motivaciones del viaje a Perú parecen claramente profesionales y económicas. Su hermano Clemente, que naciera en el año 1773, con tan solo dieciséis años, siendo menor de edad, presenta el permiso de su "viuda madre", y que se traslada a Lima para ayudar a su hermano Matías José en asuntos comerciales. Viajó a Lima a través y por asuntos de la Casa Comercial Uriarte-Orueta y Gardoqui., como trabajador contable  para la Compañía de Comercio Podríamos considerar a modo de intuición que fuera llevado por Diego María Gardoqui por sus intereses comerciales a Lima y participar en la formación de esta Junta Superior de Comercio

En varias ocasiones se cita a Matías José como licenciado en Derecho y se señala que tales estudios los realizó en su ciudad natal. Sería más probable que sus estudios se llevaran a cabo en el Convictorio de San Carlos en Lima. Entre los años 1785 a 1792 poco  o nada se sabe de Matías José de Maestro. Llegado al Perú con diecinueve años, la cartilla de música es el único testimonio de su presencia en Lima. Su formación en la vitoriana Escuela de Dibujo y sus conocimientos contables, responden suficientemente a su colaboración como dibujante para José Rezábal y Uriarte y a su posible ingreso en los estudios de Derecho. Por otra parte, Matías José contrae órdenes menores en el año 1792 y es consagrado al año siguiente, justamente cuando José Rezábal conoció su último destino, ahora en Santiago de Chile. Como la obra literaria de José de Rezábal era ingente, Matías José bien pudo de igual manera servir en este cometido ejerciendo la actividad de amanuense.

EL PERÚ DE LA ENCRUCIJADA

 

Llega Maestro con los estertores virreinales y la aurora republicana. A partir de su ordenación sacerdotal en 1793, entró en contacto con la más alta dignidad eclesiástica del virreinato –el arzobispo de Lima- recibiendo encargos artísticos de primer orden. Pero también se extendió a la autoridad política, pues tras fallecer el arzobispo de la Reguera, las relaciones de nuestro artista vitoriano se centrarán en la figura de José Fernando Abascal y Sousa, virrey del Perú  entre los años 1806 a 1816 que se distinguió por su lucha contra los movimientos independentistas. Esta relación queda manifiesta en los encargos recibidos por el artista vitoriano

Si bien Matías José encontró los apoyos necesarios en el poder del virreinato, tras el levantamiento y posterior independencia del Perú, nuestro artista supo relacionarse con intelectuales y políticos, como Hipólito Unanue con quien colaboró en la realización del citado Colegio de Medicina y quien dispondrá a Matías José en puestos de responsabilidad en la sociedad limeña. Ismael Portal nos comenta:

 Nuestro sabio Unanue le contaba entre sus predilectos, y cuando resolvió fundar la Escuela de Medicina – primera en Sudamerica- fue Maestro quien hizo los planos y la construyó magnífica, en el sitio que hoy ocupa el Ministerio de Gobierno

En este tiempo de independencia política Matías de Maestro tuvo su relevancia en la vida pública limeña como comenta Ismael Portal: El libertador Don José de San Martín encontró a Matías Maestro en la plenitud de su obra de bien, y fue pronto su sincero admirador: encargándole de los trabajos de la Biblioteca Nacional.

Fue el encargado de elaborar el primer plano de la ciudad de Lima además de recibir el cometido artístico por parte del general San Martín al ser nombrado miembro de la Comisión para "dirigir y activar el monumento a la Independencia" que se elevaría en el camino al Callao. Así y con el objetivo de perennizar la fecha de la proclamación de la independencia, San Martín, por decreto de 28 de julio de 1821, declaró que los días 26, 27 y 28 de cada año serían fiestas cívicas, en memoria de la libertad del Perú. Estableció por ello la erección de un monumento en el camino del puerto del Callao hacia esta capital, que inmortalice el día primero de su independencia.  Por decreto de 17 de enero de 1822 se nombró una comisión, integrada por el conde de Torre-Velarde, Diego Aliaga y Matías Maestro, para dirigir y activar los trabajos del monumento conmemorativo del día de la jura de la independencia.

El presbítero vitoriano formó parte de la Sociedad Patriótica fundada a imitación de la mejicana por Bernardo Monteagudo y de la que fue Vicepresidente el citado Hipólito Unanue. El suceso tiene su importancia en su lectura política, pues tomó partido por los independentistas siguiendo las nuevas ideas liberales que en España tuvieron su reflejo con la Constitución de 1812.

 

EL ARTISTA

 

La huella de su obra artística está presente en edificios diseñados como arquitecto, escultor o pintor. Retablos de la Catedral de Lima (capilla de la Visitación, Nuestra Señora de la Antigua y el del-Altar Mayor). Merece la pena detenernos en la última que forma parte del tesoro artístico de la catedral. El historiador Pedro García y Sanz en sus Apuntes para la historia eclesiástica del Perú Tipografía de "La Sociedad", Lima 1876, pp.271-277, al hablar del Arzobispo Juan Domingo González de la Reguera, recoge una detallada descripción del altar…:

 

El frente principal está forrado en plata; sus capiteles y molduras talladas y sus adornos dorados. Su planta se formó en un círculo de cuatro y media varas, unido a dos triángulos por los costados que extienden su ancho hasta ocho y media varas con la altura de diez y siete. Un zócalo de vara y cuarta recibe la obra y sigue recto hasta las pilastras del presbiterio, dejando dos escalas a cuyos lados están dos hermosos ángeles con faroles de plata, alumbrando al Sacramento. Por su espalda, cierra una graciosa baranda, cuyo medio vuela sobre repisa para dejar una mesa de altar. La que mira al frente principal es de dos bellos jaspes, cuyas gracias hacen resaltar su base, cornisa y costados guarnecidos de plata, con un escudo y festones de lo mismo, de un estilo serio y magnífico, que se hermanan agradablemente para avivar su fondo y aumentar su hermosura.

En este zócalo descansan los pedestales con preciosos relieves, dejando dos puertas a los lados para el manejo de las del sagrario y en su altura se manifiestan tres grandiosas urnas forradas por de fuera exquisitamente del propio metal y exornadas por de dentro con otros preciosos jaspes. En la del medio, se ha depositado una cruz inestimable de oro y pedrería, presea que fue del Señor Dr. D. José Antonio Zevallos, uno de los Prelados de esta Iglesia, en que se deberá colocar el sagrado fragmento de madero de nuestra redención; dádiva apreciabilísima de la santidad de urbano VIII, que hace nuestro mayor tesoro. Las otras dos urnas de los lados, son destinadas a contener las insignes reliquias del Santo Arzobispo Don Toribio Alfonso Mogrovejo y de Santa Rosa de Lima. Sobre este fundamento, se eleva el Tabernáculo, sostenido en doce columnas de cuatro varas: las seis delanteras forradas en plata, de orden compuesta, que forman en el centro un círculo con cuatro arcos recibidos de ocho columnas menores, donde se ve el sagrario de plata, en que está la Custodia de vara y media. Al pie de este sagrario, se grabaron con letras de oro las siguientes palabras del Salvador: Ecce ego vobiscum sum. Y a la verdad, que, aun cuando así no nos lo enseñase la fe del misterio eucarístico, nos lo haría creer la imagen de Jesucristo, maravillosamente bordada en el viso que cubre al Sacramento y los portentos del pincel que nos representan por el frente y la testera, ya al mismo Salvador apareciéndose resucitado a sus apóstoles o ya conversando con ellos en Emaús. En los dos triángulos laterales, se ven las efigies del titular de la Iglesia San Juan Evangelista y de Santa Rosa, patrona de las Américas y de Lima.

Encima de la cornisa del primer cuerpo, rodeada de una baranda de greca, se elevan ocho columnas, que pisan sobre las pilastras del sagrario y reciben otra baranda también de greca a la altura del pedestal: sirviendo de remate una copa calada con asiento sobre que descansan dos ángeles con una corona. De modo que este cuerpo, labrado por dentro y fuera, sirve de trono a la hermosa imagen de Nuestra Señora, enviada por el Emperador Carlos V y a su espalda al Apóstol Santiago. A los lados de este segundo cuerpo y sobre las columnas que sostienen los triángulos cóncavos, se levantan dos pe3destales redondos, con dos jarrones en forma de hachero, que cada uno arroja doce luces y de su cuello cuelgan tres festones o cintas en tulipanes, que reciben en triángulo tres ángeles parados sobre las columnas y jarrones sobre las otras. Todo se halla colocado en medio de uno de los arcos de la Iglesia, adorando de un cortinaje y el pabellón de D. Francisco Pizarro, que cubre el remate del Altar".

 

Diseña también los retablos principales de las iglesias de la Merced, San Francisco, El Milagro, Capilla de la Soledad y Casa de Ejercicios de los Terciarios, Santo Domingo, San Pedro, Huérfanos, San Lázaro, Santo Cristo o de Las Maravillas, Capilla de la Casa de Ejercicios de Santa Rosa. Se le adjudica un tratado de arquitectura religiosa con el título Orden Sacro y que parece haberse perdido. En el orden civil, los colegios del Príncipe (hoy Biblioteca Nacional del Perú) y el Colegio de Medicina de San Fernando (actual Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Los planos de la ciudad de Lima y el diseño de todo el Cementerio que lleva su nombre.

 

Como escultor parece ser el creador de la imponente imagen de Nuestra Señora de la O en la iglesia de San Pedro de la Compañía de Jesús.

 

En su faceta de pintor, le debemos las pinturas de la Catedral de Lima (Serie sobre Santa Rosa de Lima, Consagración de la Catedral, Apoteosis de la Iglesia Limeña, La confirmación de Santa Rosa por Santo Toribio... Al respecto el crítico de arte Luis Eduardo Wuffardeun  enfatiza el valor de este ·

 

conjunto de lienzos sin firma, que ocupaban principalmente el muro testero y el bautisterio. Por sus grandes dimensiones, inusitadas en el recinto, estas telas introdujeron por primera vez un audaz contrapunto respecto de las grandes obras de ensambladura en el mismo recinto. A ello se refería probablemente el viajero y artista francés Max Radiguet, al elogiar en 1842  ´los cuadros bastante recientes del canónigo Maestre [sic] que decoró varios paneles de la catedral. Además de revelarle ún talento fácil y elegante ` ellos le hacían recordar ´esa incompleta tentativa del alemán Mengs, que quiso volver el gusto rococó del último siglo a concepciones menos complicadas.En efecto, los cuadros de Maestro no comparten del todo la ortodoxia clasicista presente en su discurso arquitectónico. Son pobladas composiciones de carácter sacro y alegórico, cuyo estilo grandilocuente delata una voluntad conciliatoria con respecto al barroquismo precedente. Mediante ellas el pintor se había propuesto resaltar la historia de la Catedral de Lima, así como la contribución del virreinato peruano al esplendor espiritual de la Iglesiai"[2]

 

Se encarga, además, de la serie de arzobispos –16 cuadros en total- en la Sala Capitular), las del convento de San Francisco dedicadas la Vida de Cristo; las del convento de Santo Domingo (Desposorios de Santa Rosa de Lima. Bóvedas la nave central en la iglesia. Apoteosis de Santa Rosa de Lima. Desposorios místicos de Santa Rosa de Lima).

 

Su faceta musical está presente en el Quaderno de Musica para Guitarra de Mathias Josè de Maestro. 1786, que ha merecido una cuidada edición por parte el gran guitarrista limeño Echecopar, quien logra una magistral ejecución de su partitura.

 

Confieso que Matías Maestro, debido a los textos del gran crítico de arte P. Antonio San Cristóbal[3], me caía bastante antipático y le veía como el culpable de la "limpieza étnico-artística" de este vasco ilustrado que –a juicio del P. Gento- remató en Lima por su "obra y desgracia" lo que ni siquiera lograron los fenómenos de la loca y madrastra naturaleza con terremotos y tempestades. Y, a pesar de ser el anti-Maestro, en conversación personal con él un 5 de diciembre del 2005 me reconoció que el monumento neoclásico de la Catedral tiene un gran valor, lo mismo que el de San Francisco; pero que artísticamente fue "un bruto de la moda y de los mentores del momento".

 

Sin embargo, a medida que me he iba sumergiendo en el personaje polifacético (academicista pintor, escultor, arquitecto experto en el diseño de las fachadas, retablos y trazas urbanísticas músico, gestor, confesor, benefactor...), al visitar hombre crisol, puente, síntesis entre la España borbónica y el Perú virreinal, el mundo peninsular y el mundo ultramarino, crepúsculo virreinal y la aurora republicana...Ahí está su firma en el Acta de Independencia del Perú y en la Sociedad Patriótica... Lo que pasó en la Lima del Presbítero Matías Maestro no podemos decir que "ya pasó", no, está, permanece, es fuente y raíz, hontanar, humus, en el que se abreva y fertiliza la peruanidad de nuestro hoy.

 

Tenía el firme propósito de ilustrar el artículo con su rostro, su retrato... Sin embargo, él, que inmortalizó a tantos con sus pinturas y esculturas, se nos fue sin dejar rastro de su rostro. Un ferviente admirador suyo, Ismael Portal en su Lima Religiosa (1535-1914), en el año 1924 se lamentaba de "no ofrecer el retrato de MM, porque no existe, en ninguna parte"[4]. Al recorrer la fabulosa obra pictórica de la Catedral en la que aparecen innumerables rostros de personajes, el Dr. Zárate alberga la ilusión de identificarlo. ¡Ojalá!

 

Si hasta el presente la figura del presbítero Matías Maestro estaba asociada con la de un cementerio, gracias a ser él el genial impulsor y creador, tras rescatar su dilatada y profunda trayectoria biográfica y artística, llena de vida, su figura la asociaremos con el cielo y la tierra nueva por los que siempre se afanó. El eximio polígrafo Ricardo Palma, en su artículo sobre la catedral limeña titulado "Apuntes Históricos" y publicado en el diario El Comercio (6 de enero de 1898, nº 21.400, pág.2, tiene entrañables palabras para el sabio presbítero y honrado arquitecto vizcaíno don Matías Maestro de imperecedero recuerdo en el Perú.

 

PIONERO DE LA BENEFICENCIA

Destaco, por último, su gran servicio a la beneficencia del Perú. Bajo la responsabilidad del director, Matías José de Maestro y en virtud de la estructuración efectuada, se encomendó a la Beneficencia la administración de los Hospitales de Santa Ana, San Bartolomé, San Andrés, La Caridad, la Maternidad, el Refugio de Incurables, las casas de huérfanos y desamparadas; el cementerio general, la propagación de la vacuna y  otros servicios  sociales como residencias y hospicios.

 

El experto en la medicina y beneficencia peruana Miguel Rabí Chara dedica a nuestro hombre todo un capítulo "La gran obra social y filantrópica de D. Matías Maestro. Su contribución a la protección y asistencia social" Dice entre otras cosas: "Debemos rescatar del olvido y de la indiferencia, la brillante participación que le correspondió a D. MM, tanto durante el régimen virreinal como en el periodo de vida independiente de nuestro país; siendo en esta segunda etapa su intervención de enorme importancia y trascendencia para la protección y asistencia social de la población; cuando se señalaron las bases del sistema sanitario y social, al combatirse eficazmente las enfermedades, las plagas y las epidemias, y lograrse la estructuración y la financiación de todo un complejo sistema asistencial...Después de transcurridos 171 años de su lamentable desaparición, fallecido en la pobreza más digna y elocuente de quien fue rico en ideas y grandes cambios estructurales, generoso en su constante siembra del bien, del bienestar, de la asistencia, de la protección, en el tiempo su personalidad se agiganta e incrementa por la genial obra realizada, y por el enorme sacrificio y abnegación dedicada a una "buena e inestimable obra" como fue el dar salud y protección a las clases más necesitadas. Nuestras palabras no son suficientes para hacer el justo reconocimiento y elogio que sentimos todos por la obra de D. Matías Maestro; es el país entero quien le debe el justo aprecio y reconocimiento a este peruano de corazón, quien sin preparar en abnegación y sacrificios, dedicó toda su vida a organizar y sistematizar la protección y la asistencia social en el Perú"[5].

En el llamado Cuadro de Honor que se encuentra en el actual edificio de la Beneficencia podemos leer:

 

CUADRO DE HONOR. La Sociedad de Beneficencia Pública de Lima inscribe aquí, en testimonio de respeto y gratitud los nombres de los que fundaron los establecimientos de caridad y obras pías que administra y los de aquéllos que con sus bienes o eminentes servicios, contribuyeron a su conservación y engrandecimiento..1826 el Presbítero Licenciado DON MATÍAS MAESTRO distribuyó su fortuna entre varias instituciones piadosas. Construyó el cementerio general de Lima. En el año 1826 fue nombrado Director General de Beneficencia y en este puesto prestó grandes servicios a las casas de misericordia.

 

Ahora entendemos mejor la relación que el arzobispo Heras envió a la Santa Sede desde su destierro en  Madrid, 3 de diciembre de 1823: "Se admiran en la capital generalizadas ciertas virtudes que son dignas del aprecio: tales son una misericordia compasiva, una devota piedad, un gran respeto y veneración por los católicos dogmas y ministros del santuario y otros; el genio suave y dócil de las gente de aquel país los hace sensibles a las miserias humanas; no pueden oír o ver una aflicción en el prójimo, sin que sus corazones se enternezcan; empeñan todo su poder y ys haberes por remediar una desgracia; al que ven caído lo auxilian; socorren con generosidad toda clase de necesidaes; se compadecen de los enfermos, habiendo casas que, así de día como de noche, tienen medicinas y caldo pronto para los pobres que lo piden; ejercitan la limosna, y por decirlo de una vez reluce en Lima la caridad fraterna y compasiva en toda la extensión de sus objetos"

POBREZA Y OLVIDO

El artista vitoriano afincado en Lima, injustamente olvidado en su ciudad natal y en su patria de adopción, falleció en Lima el siete de enero de 1835 a la edad de sesenta y nueve años. Dos años antes, en 1833, el 17 de mayo y ante el escribano Ayllón Salazar estableció su testamento donde nos dice que es colector general del Arzobispado de Lima, es decir, quien colecta las vacantes de las iglesias y los expolios que pertenecen a la cámara eclesiástica. Añade que nació en Vitoria, una de las tres del señorío de Vizcaya de los Reyes de España, que es hijo de don José de Maestro y de doña Ignacia Alegría de Quilchano y precisa:  Declaro por mis bienes los pocos muebles de maltrato que se encuentren en mi habitación.  Nombra albacea al presbítero D. Clemente José de Maestro, mi hermano y D. José Manuel Garrido. Como único heredero al citado Clemente José de Maestro, también sacerdote, como se desprende del presente testamento y de los archivos del Seminario de Santo Toribio en Lima donde se da cuenta de sus estudios gratuitos para presbítero por intermediación directa del arzobispo.

De la extrema pobreza en el momento de su muerte, nos da testimonio Juan Ambrosio Huerta, en el discurso de 1857 con motivo de la traslación de sus restos al mausoleo

... Sin temeridad podríamos asegurar la salvación del Sr. de Maestro; un hombre que vive como él, entregado al ejercicio de todas las virtudes, que en su amor al prójimo y en su deseo de socorrerlo se despoja, como lo hizo mas de una vez, de su vestido, y de sus útiles de casa para socorrer una necesidad; un hombre que después de haber pasado, como su Divino de Maestro, haciendo el bien, solo recibe ultrajes en su vida, desentendencia en su agonías y olvido después de la muerte; un hombre que como el Sr. de Maestro muere en la mayor pobreza, necesitando de los socorros de la caridad, según me lo asegura un sacerdote de respeto de esta capital que lo auxilió en sus últimos momentos, este hombre no puede menos de ser un justo (101).

            Tras su muerte en 7 de enero de 1835, se levantaron pobres exequias a Matías José de Maestro el 9 del mismo mes en la parroquia del Sagrario, como se recoge en un breve texto del archivo Arzobispal de Lima, concretamente en el tomo XI fol.145v del Libro de Defunciones 1820-1841: Doctor D. Matías Maestro, Colector General de este arzobispado. Textó ante Ayllón Salazar. Alta (Se entiende que el entierro fue de cruz alta)

José María Gerci (párroco).

La sociedad limeña, considerando, como se ha dicho, la deuda con el artista vitoriano, trasladó su cadáver, posiblemente desde la capilla del Sagrario en el convento de San Francisco al Cementerio General que hoy lleva su nombre para disponer sus restos en el Panteón de la ciudad.

Los restos de Matías José de Maestro reposaron en un mausoleo del Cementerio General desde 1857, fue en el año 1908 como centenario de la construcción de dicho Campo Santo, cuando de nuevo la Beneficencia limeña le erigió un monumento donde en la actualidad descansa el artista vitoriano y en el que nos detendremos en la Parte Segunda de nuestro comentario.

            Conocemos gracias a una edición realizada en Lima en el año 1877 por Benito Gil y que fuera titulada Guía del cementerio general o Campo Santo., publicada por Librería Universal, las leyendas que se dispusieron en el mausoleo de Matías José. Esta edición incluye un breve escrito que resume la dimensión de su figura:

 

Sacerdote apostólico

Ciudadano benéfico

Artista distinguido en la pintura y en la arquitectura

Dirigió con ejemplar caridad y ardiente celo los establecimientos de beneficencia de esta ciudad.

Construyó la segunda torre de la iglesia catedral. Concibió y ejecutó este cementerio en el año de 1808.

 

            En lo que respecta a su mausoleo, describe los textos y nos dice que disponía de un pedestal con zócalo de mármol de rosa y una estatua, la alegoría de la Fe,  cuyas medidas eran en base 2.10 m2 y en altura 5 m 60. Disponía de los siguiente escritos:

 

Frente:

El Presbítero Doctor Don Matías Maestro nació en Viscaya. El día 3 de noviembre de 1770. Murió en Lima el día 8 de enero de 1835. RYP

 

Izquierdo

Grande sobre la edad que te rodea

Te alzas, la frente noble e inspirada

Y en el pecho apostólico encerrada

De fe y de amor la abrasadora tea.

Su lumbre –el fuego que concibe y crea

En tu mente despierta arrabada

Y a la materia da tu mano osada

La triple forma de una misma idea.

Símbolo digno de tu excelsa gloria

No es esto que te erige piedad santa

Ni aquí le necesita tu memoria

Te circunda tu obra; y, entre el velo

Del lejano horizonte, se levanta la torre que tu brazo arrojó al cielo

 

Respaldo

Bienhechor infatigable de los de los desgraciados de Lima

Ruega al Todopoderoso que la Sociedad de Beneficencia que te consagra este monumento siga constante tus veneradas huellas.

 

José Antonio Benito Rodríguez

Dr. Historia de América de la Universidad de Valladolid

Docente en la UCSS y en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima

 

. BIBLIOGRAFÍA:

Benito Rodríguez, José A.

"Reivindicando al presbítero Matías Maestro" (1760-1835) Revista Pedagógica Maestros, Lima, Diciembre 2007, pp.52-54

Blog: http://jabenito.blogspot.com/2008/11/la-leccin-de-un-maestro-vasco.html

 "El presbítero Maestro, ilustrado y solidario (1760-1835)" Universidad Asamblea Nacional de Rectores-Dirección General de Desarrollo Académico, Lima, nº 15, 2009, pp 6-18

 

Cantuarias Acosta, Ricardo Antonio "Matías Maestro o el ocaso del arte virreynal en Lima" (V Coloquio Internacional de Estudiantes de Historia de la PUCP, Lima 17-19 de noviembre de 1995; Año 1, nº 2, Año 1, 2

Fernández García, Enrique Perú Cristiano PUCP, Lima 2000  p363

Gálvez, José

http://ec.aciprensa.com/wiki/Presb%C3%ADtero_Mat%C3%ADas_Maestro#.U9JvGJRhmpc

González de Zárate, Jesús María Matías José de Maestro 1766-1835 arquitecto, escultor, pintor, músico y escritor vitoriano olvidado en la memoria de la ciudad. Diputación Provincial de Álava, 2007

García Bryce, José "Del Barroco al neoclasicismo en Lima" Mercuario Peruano, Colección Félix Denegri del Instituto Riva Agüero, nº 488 (1972)

"La arquitectura en el Virreinato y la República", en Historia del Perú. Lima: Mejía Baca, tomo IX, pp. 72-73.

García y Sanz, Pedro Apuntes para la historia eclesiástica del Perú Tipografía de "La Sociedad", Lima 1876, pp.271-277

Huerta, J. Ambrosio: "Oración fúnebre" Traslación a dos mauseoleos de los restos de los finados señores Dr. Matías Maestro y Don Antonio Chacón decretado por la Sociedad de Beneficiencia de Lima. Imprenta del "Católico" J. Daniel Huerta, 1857, Lima

 

Jochamowitz Rodríguez, Jorge "MATÍAS MAESTRO". TESIS FAUA-UNI  TAC-FAUA, 0079. Programa de Arquitectura, Urbanismo y Artes. Director Ar. J. García Bryce, Asesor E.H. Terré, 1970

Mendiburu, M. Diccionario histórico biográfico Imprenta Bolognesi, Lima, 1885 Voz MAESTRO, pp.116-117

Orrego, Juan Luis El presbítero Matías Maestro Blog http://blog.pucp.edu.pe/item/25435

Portal, Ismael., Lima Religiosa (1535-1914).,  Librería e Imprenta Gil., Lima, 1924.

San Cristóbal Sebastián, P. Antonio Arquitectura Virreinal Religiosa de Lima, Studium, Lima, 1988

Wuffardeun, Luis Eduardo  La Catedral de Lima y el triunfo de la pintura" AAVV.  La Basílica Catedral de Lima., Lima., Banco de Crédito 2004, pp.241-317



[1] Agradezco a mi Universidad Católica Sedes Sapientiae  el total apoyo concedido al autor  para la elaboración y presentación de la obra. Gratitud también al autor por la confianza depositada en la institución y en mi persona para el prólogo de la obra.

[2] "La Catedral de Lima y el triunfo de la pintura" pp.241-317 AAVV.  La Basílica Catedral de Lima., Lima., Banco de Crédito 2004

[3] P. Antonio San Cristóbal Sebastián: Arquitectura Virreinal Religiosa de Lima, Studium, Lima, 1988, "su intervención en casi todas las iglesias limeñas fue sobremanera desastrosa y funesta: destrozó más retablos barrocos él solo que todos los terrremotos juntos; hasta el punto de que no se salvaron más que los de las iglesias pobres, como la de Jesús María, que no pudieron costear sus mediocres creaciones neoclásicas" p.357.

[4] Portal, Ismael., Lima Religiosa (1535-1914).,  Librería e Imprenta Gil., Lima, 1924. Primera nota, página 189:

 [5] Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana. 172 años de historia (1834-2006) Lima 2006