lunes, 31 de marzo de 2014

TERESA DE LA CRUZ CANDAMO, fundadora de las Canonesas de la Cruz

Teresa de la Cruz Candamo nace en Lima el 19 de agosto de 1875. Fueron sus padres don Manuel Candamo Iriarte y doña Teresa Álvarez Calderón de Candamo. Teresa fue bautizada el 27 de agosto de 1875.

 

Teresa fue educada en un hogar profundamente católico y virtuoso. A fines del año 1886 se prepara para recibir la primera comunión recibiéndola el 1 de Enero de 1887 en la Iglesia de Santa Teresa. En el año de 1889 ingresa como interna en el colegio “San Pedro” dirigido por las religiosas de la sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, aquí hizo suya la máxima de santa Sofía Barat “El deber ante todo, el deber siempre”. En el colegio desarrolló muchas dotes culturales y sobre todo virtudes religiosas, tuvo especial devoción a la Santísima Virgen y se consagró como Hija de María, llegando a presidir la Asociación de las “Hijas de María”. Culminó sus estudios escolares en  1892.

  

En su época de juventud, Teresa es descrita de la siguiente manera: era alegre y animada, tenía cierta tendencia a la burla, pero sin malevolencia, porque había en su alma un fondo de bondad y gran respeto a la ley de Dios. La misma Sierva de Dios, en su autobiografía en cuanto a su vida de piedad: Mi piedad se reducía a huir con terror del pecado mortal; a rezar el rosario todos los días, a veces muy mal rezado, a comulgar los primeros viernes y en la Congregación de las Hijas de María. Felizmente poco a poco, fue mi devoción aumentando y después comulgaba todos los sábados y frecuentaba también las distribuciones de la virgen del Rosario y de las Terciarias Franciscanas, cuyo cordón recibí años más tarde.

 

 

El año 1903 su padre don Manuel Candamo es elegido presidente de la República, en abril de 1904 debe embarcarse, junto con su esposa y sus hijas Teresa y María, a la ciudad de Arequipa a causa de una grave enfermedad y muere el 7 de mayo de 1904 en la ciudad de Arequipa, fue este un fuerte choque para la familia, quienes al concluir el año de luto, en abril de 1905 se embarcan rumbo a Europa, donde permanecen los años 1905 y 1906.

 

El Descubrimiento de su Pasión

El viaje realizado a Europa marcó el camino vocacional de la Venerable. En París, nos narra que sintió la llamada de Dios: Allí delante del tabernáculo (de la Parroquia Saint Pierre de Chaillot) y no sé si después de comulgar, tuve por primera vez el conocimiento absolutamente claro de que el Señor me pedía mi amor para El. En Suiza, llega a sus manos el libro “La vida interior” del Padre Tissot: “Lo leí con avidez, encontrando en el la espiritualidad que convenía a mi alma, y su lectura orientó mi espíritu hacia el único fin para el cual hemos sido creados, de una manera definitiva”. Es este el libro que la acompañará toda la vida.

 

En 1906 pasa a Italia, y en Florencia, en la Iglesia “Santa María Novella” se confiesa y el sacerdote, al cual la Venerable no le había hecho ninguna confidencia, al finalizar le dice: “No se inquiete usted por saber lo que Dios quiere de usted. Cuando llegue el momento, Él se lo dará a conocer”. En Roma tiene una audiencia con el papa Pío X. La impresión de la visita al Santo Padre no la olvidará: el lema de su pontificado “Instaurare omnia in Christo” es tomado por Teresa como divisa de la congregación que fundará 13 años más tarde, siendo “Omnia in Christo” el programa pastoral para el desenvolvimiento de su congregación en la Iglesia.

 

Teresa va vislumbrando el proyecto de amor de Dios que le sugiere una nueva y peculiar orientación de su vida. Es en Alassio (Génova), en el año 1906, encontrándose en oración ante el Crucifijo que luce en el altar mayor de la colegiata de ese lugar, Teresa recibe la llamada mística de la Cruz, como ella misma lo refiere: “Comprendí al mirarlo que me decía: ‘Si buscas Ideal, aquí tienes; si quieres Amor, aquí tienes; si quieres Modelo, aquí tienes’. Teresa comparte todas estas intuiciones y anhelos con su hermana María, su confidente inseparable, quien se siente igualmente atraída por el Señor. Teresa tiene claro cuál es su vocación mas ¿cómo realizarla?, ¿cómo vivir este ideal, modelo y amor? Su itinerario sigue y se dirige a Lourdes donde permaneció cuatro días, pidiendo a la Virgen Santísima la solución a sus problemas espirituales.

 

Realización del proyecto Vocacional y Apostólico

Un 24 de febrero de 1919 llegó la respuesta definitiva al arzobispado de Lima. La Venerable y todas sus compañeras recibieron el documento de manos de Monseñor Ballón. Se llevaron el documento y al leerlo constataron que tenía fecha de 17 de diciembre (fecha en la que anteriormente se celebraba la fiesta de San Lázaro, hermano de Marta y María fuente de la inspiración de la Madre Teresa).

 

Desde que llegó el permiso para la fundación se puso todo esfuerzo a fin de preparar lo necesario para la nueva familia religiosa. La casa que encontraron como primer convento era una antigua casona colonial, muy deteriorada, en el barrio del Rímac. Terminados los trabajos pudieron reunirse el 14 de septiembre, día de la exaltación de la Santa Cruz. Después de un mes de postulantado, el 15 de octubre tomaron el hábito, y por orden del Señor arzobispo permanecieron en la clausura durante el noviciado que duro un año. Después de dos años de clausura, el Señor arzobispo ordenó que salieran a las obras de apostolado, por este tiempo también tuvieron que dejar la que fuera su primera comunidad, trasladándose a una parte del monasterio de “El Prado”, de las monjas Agustinas de nuestra Señora del Prado.

 

En el año 1930 obtienen del gobierno la donación de un terreno junto a la parroquia de la Inmaculada Concepción convirtiéndose en la primera casa propia de la congregación, hoy la Casa-madre. En 1972 la congregación adopta como regla el manuscrito dejado por la Venerable “La Obra de la Cruz” dejando la regla de San Agustín, y en 1983 se obtiene el reconocimiento pontificio.

 

La Madre Teresa permaneció como superiora general hasta su muerte el 24 de agosto de 1953, distinguiéndose siempre por su gran piedad y caridad ya sea para con sus hermanas, como para las personas con las cuales realizaba su apostolado. Siendo sus últimas palabras expresión de una ofrenda generosa “por las almas, por mi congregación, por los Párrocos del Perú y de todo el mundo”.

 

El 29 de Abril de 1980 ha quedado marcado profundamente en el acontecer de nuestra historia, por ser la fecha en que se dio apertura al proceso de beatificación de la Sierva de Dios Teresa de la Cruz, que nos ha dejado una huella luminosa como mística del Calvario y apóstol incansable. El papa Benedicto de XVI declaró “Venerable” a la Madre Teresa de la Cruz el pasado 3 de abril de 2009.

 

Carisma y Espiritualidad

Se presenta Cristo crucificado en la vida de la Sierva de Dios como aquel en el cual puede encontrar un sentido a su tristeza… y a su vida, El, se le ofrece como ideal, amor y modelo, es decir como plenitud de vida y la Madre Teresa lo asume ya no como un concepto fuera sino como una vivencia, es decir como una espiritualidad que será manifestación de la experiencia de Amor que el crucificado le ha donado y que ella en la Cruz ha asumido.

 

Para la Madre Teresa la espiritualidad de la Cruz será desde entonces, ese vivir en donación continua y en continuo despojo para dar a conocer que el sufrimiento tiene un sentido, Cristo, el amor de Dios que en nuestra debilidad se manifiesta y que Madre Teresa entiende y vive como carisma que ilumina y da fuerza a su entrega dentro de la Iglesia, el misterio de la Cruz la hace participar activa e inmediatamente de los dolores y gozos de aquel que en la Cruz se entregó para dar a conocer su amor y dar un sentido a nuestra existencia.

 

Canonesas de la Cruz - Extensión de la Obra

La Congregación se extiende actualmente en diversas ciudades de nuestro país, así como en Argentina, Chile, Venezuela e Italia.

 

En Perú: Piura, Chiclayo, Pimentel, Cajamarca, Paramonga, Chimbote, Huaraz, Lima (Pueblo Libre, Sta. Teresita, Chaclacayo, Los Angeles, Chacarilla, Monterrico), Chincha, Ica, Ayacucho, Cuzco, Huancavelica, Yurimagüas, Iquitos, Arequipa, Hunter, Tacna.

 

Comunidades en el extranjero: Argentina (La Plata y San Pedro); Venezuela; Chile (La Recoleta, Puente Alto y Ñuñoa) e Italia (Roma, Boffalora, Ternate y Brivio)

Superiora General: Sandra Bocanegra Gálvez

La Madre Sandra del Pilar Bocanegra Gálvez, nació en la Ciudad de Chiclayo el 28 de febrero de 1971, ingresó a la Congregación terminando sus estudios secundarios en 1988, emitió sus primeros votos en 1990 y los Perpetuos en 1996. Curso estudios en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima y obtuvo la Licencia en Liturgia en el Pontificio Ateneo “San Anselmo” Roma, fue elegida en el año 2005 Subdirectora del Instituto de Liturgia y Catequesis “Teresa de la Cruz” Lima y nombrada posteriormente Superiora de la Comunidad “Nuestra Señora del Rosario” Chaclacayo. Fue elegida Superiora General durante el XVI Capítulo General el 26 de Enero del 2011.

 

ASAMBLEAS PASTORALES DIOCESANAS CALLAO 2002 - 2014

ASAMBLEAS PASTORALES DIOCESANAS CALLAO

2002 - 2014

 

¿QUÉ ES UNA ASAMBLEA PASTORAL DIOCESANA?

 

Podríamos definirla como: “la reunión de todos los agentes pastorales de la Diócesis, que, presidida por el Obispo y abierta a todos los fieles, revisa todas las tareas de la diócesis, analiza las necesidades y exigencias evangelizadoras, y programa la acción pastoral para un determinado periodo de tiempo”. O también de esta otra forma: La ASAMBLEA DIOCESANA es una reunión eclesial de agentes: representativos de los diversos niveles y sectores de la Iglesia, convocada y presidida por el Señor Obispo, como una especial instancia consultiva del mismo Pastor, y un medio privilegiado de ejercicio de la corresponsabilidad, para revisar y estimular la marcha pastoral de la Diócesis.

 

La Asamblea Diocesana no sustituye ni duplica las funciones de las otras estructuras pastorales de consulta del Obispo, como son el Consejo Presbiteral y el Consejo de Pastoral. Tiene una importante función complementaria de consulta amplia y directa de la comunidad diocesana, por la representación eclesial diversificada y numerosa de sus miembros: laicos, de vida consagrada y ministros ordenados, y que, por la globalidad y trascendencia de los asuntos que trata, presta un apoyo peculiar a la dirección general de la pastoral ya los diversos organismos y agentes responsables de la misma.

 

 

EN EL CALLAO

 

Las primeras Asambleas Pastorales Diocesanas del Callao tuvieron como marco la elaboración del Plan Pastoral Diocesano. Pero para ello era necesario conocer la realidad de la Diócesis, conocernos primero para poder elaborar las acciones a realizar. Es así que Por encargo del Obispo del Callao, la Pontificia Universidad Católica del Perú realizó el estudio Diagnóstico Socio Religioso del Callao, entre junio de 1996 y julio de 1998. El fruto de esta investigación fue entregado por la PUCP en agosto de 1999, con la publicación del libro “Tiempo de levar anclas”, coedición de la mencionada universidad con la Diócesis del Callao.

 

En el año 1999 se realizaron los primeros pasos en camino a la elaboración de un Plan Pastoral Diocesano. Lo primero fue capacitarse en estrategias pastorales. Contando en ese entonces con la asesoría del Sr. Eduardo Peña.

 

I Asamblea Pastoral Diocesana. Se realizó el 1 y 2 de mayo 2002. En la casa de retiros “Betania”. Bajo el lema: “En camino hacia el plan pastoral”.

 

II Asamblea Pastoral Diocesana. Entre el 27 al 28 de marzo de 2003. En la casa de retiros “Betania”, lema: “Hacia la elaboración del Plan Pastoral”.

 

III Asamblea Pastoral Diocesana. El 1 de mayo de 2004, lema: “Iglesia somos todos”. Casa de Retiros “Betania”. En esta asamblea  se entregó el Plan Pastoral Diocesano 2004-2009.

 

IV Asamblea Pastoral Diocesana. Los días 10,11 Y 12 de marzo de 2005. Casa de retiros “Betania”, lema: “La Iglesia vi y crece por la Eucaristía”.

 

V Asamblea Pastoral Diocesana. Del 16 al 18 de febrero de 2006. Realizada también en la casa de retiros “Betania”. El lema fue: “Iglesia somos todos”. Se hizo entrega de la Carta Pastoral: "La Virgen del Carmen de La Legua" ¡Madre de Nuestro Pueblo!

 

VI Asamblea Pastoral Diocesana. Del 29 al 31 de marzo de 2007, realizada en el “Santuario de la Virgen del Carmen de la Legua”, el lema fue: “Iglesia chalaca, una Iglesia Servidora”.

 

VII Asamblea Pastoral Diocesana. Del 11 al 13 de febrero de 2008, en el “Santuario de la Virgen del Carmen de la Legua”, lema: “Discípulos Misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida”. Desarrollada bajo el marco del documento de Aparecida.

 

VIII Asamblea Pastoral Diocesana. Del 11 al 14 de marzo de 2009, en el “Santuario de la Virgen del Carmen de la Legua”, lema: “El Gran Reto de la Misión Continental II: Promover y Formar Discípulos y Misioneros”. Bajo el marco del documento de Aparecida.

 

IX Asamblea Pastoral Diocesana. Del 3 al 5 de marzo del 2011, en el “Santuario de la Virgen del Carmen de la Legua”. Tema: “El Gran Reto de la Misión Continental para Nuestra Iglesia Diocesana”,  a la luz de Aparecida”.

 

X  Asamblea Pastoral Diocesana. Los días 8, 9 y 10 de marzo del 2012, en el “Santuario de la Virgen del Carmen de la Legua”, lema: “Caminando a celebrar el año de la fe”, desarrollando el tema de la Nueva Evangelización.

 

XI Asamblea Pastoral Diocesana. El 8 y 9 de marzo del 2013, en el coliseo del Colegio San José Maristas, lema: “La fe crece dándola”, basado en el documento Porta Fidei.

 

 

 

 

XII Asamblea Pastoral Diocesana. Del 26 al 29 de marzo del 2014, en el coliseo del Colegio San José Maristas, lema: “Nadie puede estar excluido de la alegría del Señor”. Esta asamblea estuvo dedicada al estudio de la Exhortación Apostólica “Evangelli Gaudium” del Papa Francisco.

 

 

Edgard Merel

LA DEVOCIÓN A SANTIAGO EN TRUJILLO (Perú)

Por: Dr. José Esquivel Grados

La devoción a Santiago Apóstol es parte de la historia religiosa del Perú. El primer templo católico edificado en nuestro país lleva su nombre, fue protector no sólo de las armas hispánicas en el tiempo de la Conquista, sino también de los misioneros que llegaron a evangelizar estas tierras. Una imagen del Apóstol Santiago, con más de cuatro siglos de antigüedad, se conserva en Santiago de Chuco, jurisdicción arquidiocesana; donde, cada julio, miles de fieles devotos se reúnen para expresar con alegría su fe y gratitud a su protector.

APÓSTOL DE LA RECONQUISTA ESPAÑOLA Y LA CONQUISTA PERUANA

Cuenta la tradición que, en su afán por divulgar el Evangelio, el Apóstol Santiago llegó hasta España. Fue allí donde la devoción popular lo convirtió en el discípulo guerrero de Jesús, el líder de la espada y defensor de la Doctrina Cristiana. Durante la Reconquista de España, se le recuerda cuando apareció en su caballo blanco animando a las tropas católicas frente a los musulmanes en la legendaria batalla de Clavijo del 23 de mayo del año 844. Para los cristianos españoles, el Apóstol jugó un rol decisivo en la derrota de los musulmanes, popularmente llamados “moros”; de ahí lo de “Santiago matamoros”.

El Apóstol es Patrón de España y su guía espiritual desde los inicios de la cristiandad. De igual forma, en Perú, desde los inicios de la conquista española, Santiago Apóstol acudió en auxilio de las armas hispánicas, como si él hubiera recibido la misión de velar sobre ellas y favorecerlas, dándoles una victoria tras otra, ganando así el Santo una secular devoción.

En aquella época, los catequistas asociaron a Santiago el Mayor, el “Hijo del Trueno” (Mc 3,17), con las deidades Yllapa y Catequil, lo que permitió que en corto tiempo los nativos fueran sus fieles devotos y le denominaran Yllapa Santiago. 
En el proceso de evangelización de América, la imagen del Santo fue la preferida por los misioneros españoles dado que la conversión de los “indios paganos” significó, muchos siglos después, una continuación de su lucha contra los musulmanes en España. La trascendencia del Santo en la conquista fue tal, que el primer templo católico que se levantó en el Perú se ubicó en el pueblito de San Lucas de Colán, cercano al puerto de Paita en Piura, con el Apóstol Santiago como su Patrón.

FUNDACIÓN DE TRUJILLO  Y EL APÓSTOL

Como en otras latitudes del Perú, en La Libertad, hay pueblos que se fundaron en honor al Apóstol: Santiago de Cao en Ascope, Santiago de Challa en Pataz y Santiago de Chuco. Asimismo, la ciudad que fundó Pizarro en el valle Chimú, fue hecha bajo la advocación del Santo Guerrero. Al respecto, Miguel Feijoo de Sosa, Corregidor de Trujillo de 1757 a 1760, dice: “Pizarro, después de haber fundado la Ciudad de los Reyes (conocida por Lima)… pasó inmediatamente en el [año] de mil quinientos treinta y cinco al fértil Valle de Chimú; y con distancia de ochenta leguas erigió la Ciudad de Truxillo, baxo el Patrocinio del Glorioso Apóstol Santiago…”.

Asimismo, en la iglesia de Santiago de Huamán en el distrito de Víctor Larco Herrera -construida a la vez que la Iglesia Mayor de Trujillo en 1558-, está la imagen del Apóstol Santiago, como matamoros y a caballo (Wethey, 1949); en tanto que la efigie del Apóstol peregrino se encuentra en el templo de Santo Domingo de Trujillo y en el templo de Santiago de Chuco, la tierra natal de César Vallejo.

santiago apostol 3SANTIAGO DE CHUCO Y EL APÓSTOL

Fundación de la Villa

La imagen del Apóstol Santiago en el norte del Perú tiene singular prestancia y está asociada a la fundación de la villa de Santiago de Chuco. Para Benítez Vargas (1993), basado en las crónicas de los agustinos, fue en 1553 que la imagen llegó a las tierras del Chuku-Way con los misioneros agustinos Juan Coxiga y Juan Ramírez, a una capilla erigida junto al convento de Huayatán; pero la efigie huyó tres veces y apareció en el lugar del Pichi Paccha. Entonces, los religiosos se dieron cuenta que el Santo quería instalarse ahí, y en ese lugar fundaron la villa de Santiago de Chuco y la iglesia el 25 de julio de aquel año. Sin embargo, Mendoza (1948) refiere que la fundación de Santiago, bajo la advocación de Santiago Apóstol, ocurrió el 25 de Julio de 1610 por obra del capitán Diego de la Cerna con el ritual canónico del capellán Francisco de Asís Centurión, natural de Santiago de Compostela.

Fiesta con Octava

Según datos de los Anales Diocesanos, la inauguración del templo ocurrió el 25 de Julio de 1686, a la que asistieron delegaciones de Trujillo, encabezadas por el Canónigo Francisco de Zubiate, “alter ego” del Obispo de Trujillo, Francisco Borja. De regreso, visto el informe del Canónigo, el Cabildo Eclesiástico acordó y dispuso que la Fiesta se celebre “Doble de primera clase con Octava”; toda una distinción.

El templo actual, emblema de solidaridad

El templo, construido en el siglo XVII, era una verdadera reliquia. Lamentablemente, el sismo del 31 de mayo de 1970 lo destruyó parcialmente. Ante tal daño, el primer intento por reconstruirlo data del 26 de julio de 1974. Pero fue el 26 de julio de 1976 que los santiaguinos reunidos en Cabildo Abierto en el Salón Consistorial del Palacio Municipal acordaron construir el nuevo templo. El 25 de julio de 1978, ante el Apóstol, se colocó la primera piedra. Esta imponente edificación tiene un cimiento de más de 2 metros de profundidad y alrededor de 2 metros de ancho, un perímetro de 200 metros, una altura media de 9 metros y un área techada de 800 metros cuadrados. En 1983 se inauguró el templo. El 23 de julio de 1987 fue bendecido con toda solemnidad por el Arzobispo de Trujillo.

La efigie del Apóstol

La efigie del Patrón tiene 1,40 m de estatura. Está tallada en madera fina que ha resistido el paso de 4 siglos. El rostro expresivo, color rosado nácar aporcelanado, es bellísimo e impecable. Su mirada es perspicaz y penetrante, con la que parece seguir a quien le contempla. Asimismo, destaca su bella y sinuosa barba poblada, que ha motivado que le llamen con cariño: “Viejito lindo”.

A diferencia de las efigies de Cabana (Ancash) o Lampa (Puno), donde se venera al Apóstol en albo corcel, en Santiago de Chuco está de pie, en su condición de caminante, muy similar a la del Monasterio de Huelgas (Burgos) en España y que era usada para armar caballeros a los reyes españoles en el medioevo. Aurelio Miro Quezada Sosa, luego de su visita a Santiago de Chuco en la década del 40 del siglo XX, escribió: “La Iglesia… tiene una imagen del Apóstol Santiago, que despierta cada año la devoción y el deleite de los fieles en la procesión y la feria de su fiesta. No luce el tradicional caballo blanco de otras efigies semejantes, pero descuella vivamente en el altar mayor…” (1947: 45).

Como parte de su vestuario, durante el periodo no festivo, luce el Apóstol en su trono un finísimo sombrero de palma a la pedrada. Porta un báculo, símbolo del peregrino misionero, en vez de la afilada espada matamoros. En su procesión, el Apóstol luce acicalado con joyas de oro y plata, porta las llaves de Trujillo que lo visitó en 1953 y el ex voto obsequiado por el general chileno Alejandro Gorostiaga, quien estuvo a punto de incendiar Santiago de Chuco, luego de la derrota del ejército peruano en Huamachuco el 10 de julio de 1882. Va cubierto con afelpada capa de varios metros de largo y tachonada de pedrería. En la mano derecha porta un báculo de plata y en la izquierda, el breviario. El “Anda” dorada, artísticamente tallada, resplandece en la procesión. Se complementa con el primoroso arco decorado con detalles celestiales y los 4 búcaros donde se colocan bellas flores o manojos del trigo chuquino.

La Fiesta: devoción y milagros

Expresa Ángeles Caballero (2008: 140): “donde el culto al Apóstol no ha tomado rumbos diferentes al místico es en la ciudad de Santiago de Chuco… desde el punto de vista del folclor, la celebración en sí misma es multiforme y polícroma…”. Y, Velásquez Benites (2008: 43) manifiesta: “En torno al Patrón Santiago crece una innegable tradición que cubre gran parte de los andes norteños. El colorido, el mundo mágico religioso, la espontánea combinación de lo andino y lo occidental se mezclan artísticamente, impresos por la creatividad de un pueblo que poco a poco va internalizando la festividad como parte de su mundo, incorporándolo en su cosmovisión”.


santiago apostol 2Se prolonga del 15 de julio al 2 de agosto. El 15, en medio del júbilo, se inicia con la Parada de Bandera. Del 15 al 22 se despliegan las Novenas. El día de cada Novena por la tarde, entre músicos, danzantes, feligreses, inciensos, cánticos y plegarias, es trasladado el Ínter del Apóstol hasta el altar levantado frente a la casa del “Novenante”, donde se ofrece Santo Rosario por la noche, seguido de café con “tajadas” y baile. Al otro día, regresa el Ínter al templo.

El 23 es el “Alba” y se recuerda la “llegada” del Apóstol a su Fiesta. Cuenta la leyenda que antaño volvía el Glorioso de España en albo corcel siguiendo la ruta incaica, desde Chao hasta Santiago. En la “Bajada” los Negritos modulan peculiares cánticos y niños de caritas tiznadas son ofrendados al Apóstol.
El 24 es día de “Doces”. Hay peleas de gallos, carreras de cintas a caballo, etc. En la tarde hay concursos de mojigangas y festivales; se elevan infinidad de globos, y la algarabía en la Plaza se complementa con el estridor de cohetes, pantallas, “vacas locas”, cordeladas, buscapiques y ruedecillas.

Por la noche es la “Luminaria”. En el Templo la feligresía quema cirios a cierta distancia del Patrón. Cada luz que emerge del pábilo es por un milagro concedido o por uno anhelado. Y en la Plaza los fiesteros bailan al compás de los “Chirocos” venidos de Tauca y de otros lugares distantes; mientras que otros bailan atraídos por las bandas de músicos, unas del pueblo y otras venidas de muy lejos.

Antes de la media noche, hacen su aparición las vistosas “Marchas” y los graciosos “Disfrazados” con sus diablos y sus “viejos”. Se queman relucientes castillos y se elevan globos por doquier. A las doce, aparece refulgente el Apóstol en la puerta del templo para ofrecer su saludo, gesto que data de hace poco tiempo.

El 25 es el “Día”. Se saluda a la aurora con 21 camaretazos. La alegría cunde en el pueblo que en cada recodo está rebosante de fiesta. A media mañana, cuando el sol abriga y ya deja sentir su presencia, las primeras notas de flautas y “cajas” anuncian el inicio del itinerario de las mojigangas. Después de la misa, al medio día, estalla la “cuetada”, suenan pantallas y bombardas y tañen las campanas del beato campanario, indicando que el Apóstol sale en procesión en su Anda dorada por las tierras que fueron de doña María de los Reyes, descendiente del cacique Diego García Tanta Huanca.

La “calle grande” se abarrota con multicolores artistas que ofrecen estéticos bailes y cánticos. Ahí van los gallardos Pallos de Huashgón, Cunguay, Conra, Guayatán y de todos lados, danzando al ritmo del “Punto” y de sus armoniosos cascabeles; las Quiyayas de Angasmarca entonando sus quejumbrosas melodías y “aquenando hondos suspiros”; el mítico Quishpe Cóndor de Carpabamba saltando tras el ovillo del maléfico brujo; las Contradanzas de Cunguay deslumbrando con su baile picaresco y polícromo; los Turcos de Chambuc, envueltos en sus voluminosas polleras, zapateando al ritmo del cajero que acompasa flauta y tambor; en fin, algo inenarrable. Pero qué lamento, que en esta época no se vean los Ángeles, las Obreras, los Huichos, los Amicos, etc. Y desde sus balcones, los feligreses arrojan al Anda pétalos de flores; mientras que en las 4 esquinas de calle grande se exhiben a artísticos altares.
Cuando el Venerable hace su ingreso en la plaza, la multitud estalla de alegría, las mojigangas bailan y cantan con más ahínco y devoción, se elevan vistosos globos y se queman pantallas y castillos. El recorrido procesional dura hasta más allá del anochecer. Hasta los años 80, la procesión culminaba antes de las 5 de la tarde, para ceder el paso a la tarde taurina; pero ahora concluye alrededor de las 8 de la noche. Los Pallos devotos formando hileras a ambos lados de la entrada al templo, levantan espadas y sombreros para despedir al Patrón, quien ingresa entre incienso, aplausos y lágrimas.

Ya culminada la Primera Fiesta (de los forasteros), sucede la “Octava” (del pueblo), que dura 8 días. Se inicia el 26 de julio con las corridas de toros. El 30 es el “Alba”, el 31 las “Doces” y el 1 de agosto el “Día”. Concluye con la “Adoración” y la “Subida” del Apóstol el día 2. Los Negritos se despiden con cánticos sollozantes y su efusivo coro monocorde: “rarararararararaaa...”. Con la ascensión del Apóstol a su trono, concluye la Fiesta solemne del “moderno dios-sol”. Luego, el Párroco efectúa la transferencia de la Mayordomía a otro Barrio, la que hasta 1984 estaba a cargo de personas naturales.

Así es la Fiesta del Apóstol en Santiago de Chuco. No obstante, cabe señalar que, estando de peregrinaje por la III Semana de Trujillo, del 23 al 30 de diciembre de 1953, sanó a un paciente desahuciado que no podía caminar para venerarlo cuando pasaba en procesión. Con solo besar una estampita del Milagroso y ofrecerle una oración, ocurrió su recuperación y pudo caminar solo para besar el manto del Patrón, antes que retorne a su templo de Santiago de Chuco.

 

Bibliografía


- Ángeles Caballero, C. (2008). Folclor vivo del Perú. Lima: San Marcos.
- Benites Vargas, R. (1993). Homenaje: Provincia de Santiago de Chuco. Trujillo: MPT.
- Esquivel Grados, J. (2010). Magia de los Pallos de Santiago de Chuco. Lima: Juan Gutenberg SRL.
- Feijoo de Sosa, M. (1763). Relación Descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú. Madrid.
- Mendoza, S. R. (1948). Monografía de la provincia de Santiago de Chuco. Lima.
- Miro Quezada Sosa, A. (1947). Costa, sierra y montaña (2ª ed.). Lima: Cultura Antártica S. A.
- Velásquez Benites, O. (2008). Nyler y la Festividad de Santiago Apóstol. Trujillo: Impresiones Gráficas Moral SRL. 
- Wethey, H. E. (1949). Colonial architecture and Sculpture in Perú. Cambrigde: Harvard University Press.

Padre Arróniz: Ejemplar misionero claretiano que vivió en Trujillo

Padre Arróniz: Ejemplar misionero claretiano que vivió en Tr


arronizLuis Miguel González Rosell

En el cementerio principal de Huacho hay una tumba siempre adornada de flores frescas y siempre hay personas orando ante su tumba y pidiéndole favores pese a que quien estaba sepultado ahí ha fallecido hace más de 50 años. ¿De quién se trata? De un sacerdote y misionero claretiano que vivió y evangelizó en Trujillo, Cajabamba, Huacho y Arequipa.

El P. Eusebio Arróniz Gómez, quien vino de España como formador del Seminario Santo Toribio en Lima, pasó luego al Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo de Trujillo. Acá realizó un intenso trabajo con los jóvenes, fundando el Movimiento Scout y desarrollando una fructífera labor en la catequesis, así como en la difusión de la devoción a la sagrada eucaristía y al Inmaculado Corazón de María. Cambió la dirección de los aires anticlericales que corrían por aquella época en la ciudad y se adentró en los ambientes culturales.

El Padre Arróniz fomentaba el deporte, realizaba excursiones a diferentes ciudades como Cajamarca y Piura orientando a los jóvenes por el camino del bien. Compró los instrumentos de música y fundó la banda del Colegio Seminario.

Tras fructíferos años, los padres claretianos fundan una misión en Cajabamba donde el P. Arróniz fue nombrado párroco. Para muchos la llegada de este sacerdote significó una verdadera bendición. Construye un campo deportivo que no había en el pueblo, se remanga la sotana y juega al fútbol y enseña a las mujeres a jugar al básquetbol. Y del juego al estudio, los agrupaba en círculos de estudio, habiéndolos sacado a todos profesionales y hombres de bien.

Recorrió a caballo y acémila extensas haciendas como Araqueda, Cauday, Malcas, Jocos, Sitacocha y Marcamachay, sorteando peligrosos abismos, llegando hasta el lejano río Marañón. Fueron célebres sus misiones, administrando bautizos y matrimonios, dejando en el cerro tutelar de cada pueblo la Cruz de la Misión, que aún quedan como testigos mudos de su labor evangelizadora.

Su carácter afable, alegre y siempre optimista, hizo que se ganara la amistad de los habitantes convirtiéndose en una persona muy querida por todos. Cuentan que en los años aciagos de la persecución política de 1930, cuando peruanos se mataban entre peruanos por ideas políticas, y unos perseguían a otros, el padre Arróniz para evitar una matanza escondió a un buen grupo debajo de una de las torres de la iglesia.

Cuando por orden de sus superiores es trasladado a Huacho, la población se levantó impidiendo su salida, por lo que tuvo que hacerlo de noche a escondidas. Trabaja cerca de 13 años en Huacho. Los preferidos de su trabajo son los presos, los pobres, los enfermos y los jóvenes. Va por los pueblos, funda asociaciones religiosas, difunde la devoción al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Fomenta la devoción eucarística entre niños y adultos a los que reúne en círculos de estudio y trabajo.

Pero nuevamente sus superiores ordenan un nuevo destino: Arequipa. Los huachanos se oponen al cambio, pero él con humildad acepta y vuelve a dejar el pueblo en horas de la noche. En la Ciudad Blanca sigue con su trabajo, pero al cabo de un año de intensa labor, entrega su alma al Señor el 1 de noviembre de 1959, día de Todos los Santos, en olor a santidad.

Los huachanos que lo quieren, reclaman su cuerpo y tras dos años lo regresan. La ceremonia y cortejo fúnebre fue todo un acontecimiento en la ciudad, donde participaron jóvenes, adultos, instituciones públicas y privadas y se hicieron presentes los padres y seminaristas claretianos que llegaron de Lima. Sus restos han sido trasladados a la moderna cripta de la Catedral de Huacho recién construida, en donde los fieles y devotos siguen visitándolo y colocándole flores.

Ahora el obispo de Huacho, Mons. Antonio Santarsiero, ha iniciado el proceso de beatificación. El postulador de la causa de beatificación está recogiendo datos y anécdotas del trabajo realizado por el Padre Arróniz cuando estuvo en Trujillo, Cajabamba y Huacho, ciudad que es donde más vivo está el recuerdo de este ejemplar sacerdote entregado a sus fieles, fiel discípulo de Jesús, que nunca descansó y al que ya se le atribuyen varios milagros. Un sacerdote, como dice el Papa Francisco, “con olor a oveja”. (Publicado en Emaús, octubre 2013)

 

ALPANCHIS 76, "En torno a los actores sociales: entre el incanato y la conquista".

El Instituto de Pastoral Andina (IPA) ha publicado recientemente un nuevo número de la revista académica Allpanchis Phuturinqa, cuyo dossier se titula: “En torno a los actores sociales: entre el incanato y la conquista”.

Dicho ejemplar cuenta con seis contribuciones y pertenece al número 75 (Primer Semestre del año 2000). Entre los autores se pueden encontrar a Federico Kaufmann Doig, Francisco Hernández Astete, Liliana Regalada de Hurtado.

Como se señala en la presentación: “El propósito del presente número de Allpanchis es ampliar la discusión en torno a los protagonistas de la historia andina, cuyas trayectorias pueden y deben ser estudiadas en detalle desde diversos enfoques.”

Allpanchis, quien tiene actualmente al historiador Fernando Valle como Director, es una publicación científica multidisciplinaria fundada en 1969, que difunde semestralmente trabajos de investigación originales sobre una amplia temática, desde las disciplinas como Historia, Sociología, Antropología.

Para mayor información sobre adquirir este ejemplar y otros números anteriores, enviar un correo electrónico a la siguiente dirección: editorial@ipandina.org.

La revista Allpanchis Phuturinqa (“Nuestra tierra dará su fruto” en quechua) tiene como fin principal y originario “proporcionar un material de reflexión a los agentes pastorales para que revisen su acción y aprendan a estimar la cultura del pueblo con el que comparten su vida”.

Hoy en día, nuestra revista, que se vienen publicando desde el año 1969, apunta, además, a constituirse como una plataforma de diálogo riguroso e interdisciplinar para aquellos intelectuales interesados en comprender a cabalidad el mundo socio-religioso del hombre andino.

A finales de la década de los años setenta, el Perú y América Latina experimentaba el agotamiento de los proyectos modernistas –de indudable impronta parsoniana- que aseguraban que la mayor traba para el desarrollo de los pueblos radicaba en su ethos cultural-religioso “quietista y pasivo”, privilegiando más bien el análisis estructuralista que desvirtuaba aquella hipótesis y cediendo espacio al despliegue de otras aproximaciones teóricas.

A partir de entonces, desde ámbitos tanto académicos como eclesiales, florecerá un genuino interés por todas las manifestaciones religiosas de la cultura y en el caso del Perú se privilegiará el estudio de la llamada religiosidad popular andina. Es así que surge el Instituto de Pastoral Andina (IPA) quien impulsará decididamente la investigación socio-religiosa del mundo del ande para conformar una plataforma de diálogo entre los científicos sociales y agentes eclesiales de la pastoral andina, lo cual se plasmará desde el principio en la publicación de la revista académica Allpanchis Phuturinqa.

Han pasado ya más de 40 años desde la publicación del primer número de esta revista y es evidente la importancia que ha cobrado en el mundo académico. Actualmente la revista tiene suscripciones e intercambios con más de doscientas instituciones y universidades del mundo dedicadas al estudio de la religiosidad andina.

Desde el número 75 (Primer Semestre del año 2010) la revista Allpanchis cuenta con la colaboración de la Universidad Catolica San Pablo (Arequipa) como otra entidad editora.

La periodicidad de la revista es semestral y se encuentra indexada en Dialnet y Latindex. Cuenta con número ISSN 0252-8835.

Revisa aquí los títulos de los números publicados.

Actual Consejo Editorial (2013)

domingo, 30 de marzo de 2014

La alfabetización de los indios del Perú en el S. XVI

La alfabetización de los indios del Perú en el S. XVI

 

Dra. Noelia Pizarro, Universidad de Salamanca

Conferencia en la UCSS, Lima, 6-XI-2007

PIZARRO JUÁREZ, Noelia. «Colonialismo y educación en Perú. Escuela y evangelización en la sociedad virreinal (s. XVI)». Salamanca: Universidad de Salamanca, 2011. Director: Dr. Leoncio Vega Gil. Publicada en el 2013

 

 

El gobierno de Carlos V y Felipe II obedeció a una política centralista que permitió el dominio de varios territorios, entre ellos los del Nuevo Mundo. Fueron numerosas las empresas en las que se sumieron estos dos monarcas a lo largo del siglo XVI, con tres finalidades fundamentales: la imposición de su soberanía, la defensa de sus tierras y de la limpieza de la fe cristiana, ya que protestantes y musulmanes supusieron una gran amenaza para la integridad de la misma.

Desde un punto de vista económico se trataba de una potencia bien abastecida, sobre todo a partir del descubrimiento de las Indias. Sin embargo, su participación en varias guerras,  las ansias de lujo y derroche, y las malas gestiones fueron debilitando ese armazón inicialmente bien constituído.

En la sociedad española del siglo XVI sobresalían la nobleza y el clero por su desahogado estado económico. La primera demostró su fidelidad a la Corona y en todo momento intentó mantener, e incluso mejorar, su status dentro de la sociedad. Con respecto al clero, se mejoró su nivel intelectual y formativo, y como consecuencia,  pronto se convirtió en uno de los focos de mayor irradiación cultural, mediante la difusión de conocimientos científicos por parte de sus diferentes miembros y la fundación de centros educativos, entre otras muchas actividades.

La educación en el siglo XVI fue un claro reflejo de la situación política, económica e ideológica imperante en estos años. Se dio gran importancia a la educación por considerarla algo fundamental para el desarrollo integral del hombre y un efectivo instrumento de reproducción del modelo de sociedad que en aquellos momentos se perseguía, donde la fidelidad a la religión católica y el apoyo a las directrices que emanaban de la monarquía ocupaban un lugar relevante. Existía una gran preocupación por el perfeccionamiento cultural de la población, y sobre todo se insistió en ello, en cuanto a lo que la población eclesiástica se refiere. Fueron distintos los agentes que se encargaron de la propagación de las escuelas. Los niveles educativos estuvieron al alcance de todas las clases sociales, siendo más restrictivo el acceso de los sectores menos pudientes a las enseñanzas superiores. Así, los altos grados de la intelectualidad fueron un privilegio de las clases más adineradas. Las enseñanzas humanísticas y teológicas acapararon mayormente la atención de los educandos.

Cumpliendo con los fines perseguidos, la monarquía española se decidió a ampliar aún más sus límites a través de los descubrimientos, con el objetivo inicial de encontrar nuevas vías de comercio que engrosaran los ingresos del país. De esos nuevos hallazgos se encargará el almirante Colón, cuya actuación, permitiría el contacto entre culturas desconocidas hasta el momento, como la azteca y la inca, y la cultura española.

A partir de esos primeros hallazgos que acapararon la atención y el interés de los descubridores y de la Corona española, llegará un momento en que ésta última necesitará de la máxima autoridad eclesiástica para afianzar sus derechos sobre las Indias. Así, a través de las bulas expedidas por el papa Alejandro VI a finales del siglo XVI, se concede a los monarcas españoles todas las tierras descubiertas hasta el momento y otras que hallaran, siempre que no se entrometieran en los espacios pertenecientes a otros reyes, y con la máxima finalidad de transmitir a la gente de las nuevas tierras descubiertas la fe cristiana. Por lo tanto, ahora a los propósitos económicos se unen los religiosos, de relevante interés y especial preocupación para la Corona, dada su gran defensa del catolicismo dentro de los límites de sus dominios.

Cuando los españoles se dirigieron hacía el sur del continente americano se encontraron con una cultura de grandes dotes militares, arquitectónicas y  organizativas,  que coincidía con la española en que su rey o máxima autoridad de aquella sociedad, el Inca, ejercía también sobre sus súbditos un gobierno centralista. Igualmente, la nobleza era la clase más privilegiada y los campesinos o clases más humildes aquellas que sustentaban al país a través de sus múltiples trabajos, gran parte de ellos colectivos. De igual manera, los niveles educativos superiores estaban reservados a las clases altas, a los futuros dirigentes del país, aquellos que ocuparían cargos de importancia y responsabilidad. La utilización del quechua como lengua oficial,  la práctica de una religión politeísta muy arraigada así como la resistencia a verse dominados por otras culturas, serán algunos de los aspectos contra los que tendrán que luchar los españoles para asimilar  la cultura inca a la española.

Una vez que las autoridades, tanto eclesiásticas como civiles, fueron conscientes de la riqueza y del tipo de gente que habitaban aquellos territorios, sus objetivos se fueron ensanchando, y ahora además de descubrirlas, también querían habitar con ellas. Ello lo harán a través de las conquistas, una forma que provocó la alarma no entre pocas sino varias personalidades, que veían en esta actuación una manera injusta e ilegítima de ocupar las tierras indianas. Dos de los teóricos más importantes de la época que reflexionaron acerca del tema fueron Francisco de Vitoria y Ginés de Sepúlveda.

Esa crítica social fue en aumento cuando una vez conquistados los territorios se adoptaron ciertas formas de organización y trabajo, como fue el caso de las encomiendas, donde los indios eran los más perjudicados, pues éstos al servicio de los españoles eran víctimas de la avaricia de sus patrones. La Corona no permaneció impasible ante tales actos e intentó legislar de forma adecuada un tipo de organización que no creara tantos prejuicios en los indios, a pesar de que los planteamientos iniciales de las encomiendas en ningún momento persiguieron el aprovechamiento del indio si no la búsqueda de un sistema que facilitara el aprendizaje de la fe cristiana y la educación en ciudadanía. Sin embargo, la avaricia de algunos españoles, como ocurrirá en tantas ocasiones, desvirtuó esas intenciones iniciales.

A pesar de los muchos atropellos que, los españoles civiles, y aún eclesiásticos, dominados por grandes deseos de riquezas, cometieron contra los indios, las autoridades españolas en ningún momento descuidaron su cuidado y protección, misión que se encomendará especialmente a los misioneros presentes en aquellas tierras.

Los monarcas para asegurarse del buen funcionamiento de sus posesiones diseñaron todo un cuerpo administrativo-político, a imagen y semejanza del español, en el cual un gran número de autoridades harían cumplir sus órdenes y mantener el control de todo lo que ocurría en aquellas tierras, siendo la máxima autoridad el virrey, al que se definiría como el otro ego del monarca español, sólo que dentro de la vastos territorios que constituían el virreinato del Perú.

Por otro lado, el clero regular y secular, con una misión tan importante como era la evangelización de los indios, también se encargará de organizar su ámbito de actuación, trasladando las formas españolas a las Indias. Así, se alzarán obispados y arzobispados que, junto con la celebración de los concilios y sínodos, velaran por la buena marcha de la Iglesia en tierras peruanas.

Las relaciones Iglesia- Estado obedecieron a los preceptos que el Regio Patronato Indiano imponía, de tal manera que las autoridades civiles llegaron a inmiscuirse demasiado en asuntos pastorales, gracias a los privilegios que en materia eclesiástica les habían sido concedidos,  y que no pocas veces serán la causa de varios conflictos entre estos dos tipos de autoridades.

A pesar de las restricciones de funciones eclesiásticas provocadas por el Regio Patronato, el sector religioso ocupó un papel muy importante en el Perú, ya que fue a él  a quien se le encomendó la ardua tarea de enseñar en la fe cristina a unas personas que hablaban distintos idiomas y que además veneraban a una gran cantidad de dioses. Sin embargo, su tenacidad les llevará a desarrollar distintas medidas y estrategias con las que enseñar a los indios los preceptos de la fe cristiana.

Algunas de las medidas que se adoptaron fue el aprendizaje del quechua por parte de los misioneros, el conocimiento acerca de su cultura, la adaptación de la misma a las cosas que se les quería enseñar, siempre que éstas no fueran en contra de la doctrina cristiana, la perseverancia en sus enseñanzas, la persuasión y repetición de las mismas, con la finalidad de alejarlos de sus antiguas creencias y convertirlos en fieles devotos de la fe de Cristo.

Los tres Concilios limenses que se celebraron en el siglo XVI serían decisivos en la regulación de estas enseñanzas, así como en el comportamiento que todos los doctrineros debían adoptar y cumplir de cara al éxito de las mismas. De esas tres asambleas, la de mayor alcance y envergadura sería la convocada y presidida por Santo Toribio de Mogrovejo, con la ayuda y colaboración de otros grandes teólogos e intelectuales de la época, como fue el caso de José de Acosta.

En este tercer Concilio se consiguió algo que ya venía siendo perseguido desde los tiempos del arzobispo Loaysa, y que no era otra cosa que la consecución de la uniformidad de doctrina, catecismo y  lengua, en las enseñanzas con los indígenas. Prueba de ello fueron la elaboración de la doctrina, confesionario y tercer catecismo compuesto en las tres lenguas mayoritarias del virreinato, el castellano, el aymara y el quechua, cuyo objetivo era facilitar la enseñanza de los doctrineros, no siempre muy desenvueltos en la nueva lengua, y el aprendizaje de los neófitos de las verdades de fe.

Junto a esta labor evangelizadora los misioneros desarrollaron una importante labor educativa y civilizadora, acciones que llevaron a cabo de un manera conjunta y paralela, aunque siempre los principios de la doctrina cristiana eran  quienes marcaban la marcha de las mismas, algo que a la vez no parece extraño dada la trascendencia que tenía la fe cristiana en la sociedad española del siglo XVI.

El contenido de esa educación abarcaba además de los propios de la religión cristiana, la lectura, la escritura, el cálculo, y también en ocasiones enseñanzas profesionales que fueran de gran utilidad al indio en su vida diaria y laboral. Existieron algunos colegios donde también los religiosos impartieron estudios superiores, destinados a la educación de los jóvenes hijos de caciques o de la alta nobleza, principalmente, ya que éstos eran los destinados a ocupar los puestos más importantes dentro de la sociedad colonial, y porque con sus actuaciones constituían un ejemplo con respecto al resto de la población.

La labor educativa de los religiosos alcanzará su punto culminante con la creación por parte de un grupo de dominicos de un estudio general, más tarde conocido como la Universidad de San Marcos de Lima.

Estas acciones educativas y evangelizadoras permitían una mejora de los usos, prácticas y costumbres de los indios, y por lo tanto su civilización, a través de una modelación de su persona lo más parecida posible a la española.

Autoridades civiles y eclesiásticas se preocuparon por el cuidado, la promoción, educación, civilización y evangelización del indio. En el primer caso, un ejemplo de ello será la labor desarrollada por el virrey Toledo en el Perú, el cual, como ocupante de un cargo político importante y como gran conocedor del territorio peruano por el  número de visitas que realizó por distintos lugares del mismo, elaboró unas ordenanzas que regulaban la vida cívica y laboral del indio, con la finalidad de que no se cometieran agravios contra los mismos y que lo que se potenciará fueran sus habilidades y educación.

En el caso de personalidades eclesiásticas, fueron Santo Toribio de Mogrovejo y José de Acosta quienes ocuparon un lugar preeminente en la educación, humanización y evangelización de los indígenas. Ambos se preocuparon de conocer la realidad en la vivían los naturales del Perú, así como de la adopción de medidas que potenciaran sus capacidades y habilidades intelectuales. El arzobispo de Lima realizó tales intereses a través de la celebración del III Concilio, donde se adoptaron medidas importantísimas que afectaban de manera directa a la educación y evangelización de los indios, y en las cuales también colaboró el jesuita José de Acosta.

 José de Acosta fue una de las personas que más se preocupó por una buena educación, cristianización y humanización de los indios. A través de las visitas que realizó por el virreinato observó que eran varios los errores cometidos por religiosos y civiles, y especialmente en los métodos de evangelización, no siempre acertados, y por otra parte cuando su mal ejemplo afectaba sobremanera al comportamiento de los indios y a su buena predisposición para la recepción del evangelio y otras actividades educativas. Así, decidió reflexionar acerca de qué medidas favorecerían el desarrollo educativo de los indígenas, con la finalidad de que la adopción de éstas permitieran un mayor éxito en las labores de enseñanza llevadas a cabo por los misioneros.

Su aportación incluye importantes métodos educativos que se caracterizan por la persuasión y la perseverancia, así como la comprensión de la cultura indígena y el aprendizaje de la lengua quechua, todas ellas planteadas con el objetivo de conseguir una mayor efectividad en las labores de educación y evangelización desarrolladas con los indios. Tuvo un papel fundamental en la elaboración castellana  del catecismo compuesto en el III Concilio, así como en la aprobación de las medidas adoptadas en el mismo, ante el rey y el papa.

En definitiva, a lo largo de toda mi investigación he podido corroborar que los posibles intereses exclusivamente económicos que pudo tener la Corona en un principio al descubrir, conquistar y colonizar las tierras peruanas fueron evolucionando, afortunadamente, hacía fines de tipo educativos y no exclusivamente económicos.

Como es propio de la época, los contenidos de la doctrina cristiana ocuparon un lugar relevante en las enseñanzas que se llevaron a cabo con los indios, pero también se abrieron colegios o centros en los que se les impartía otro tipos de enseñanzas como la lectura, el cálculo y la escritura, en el caso de la enseñanza elemental, mientras que en los superiores se dedicaba una gran atención al cultivo de las humanidades.

Algunas personalidades de la época, tanto civiles como eclesiásticas, se ocuparon del cuidado y la protección de los indios, así como también influyeron a través de sus cargos, formación y pensamiento en la mejora y perfeccionamiento de la educación, civilización, evangelización y humanización de los mismos. Por tanto, me atrevo a afirmar, que pensar que la acción de los españoles en el Perú en el siglo XVI, sólo obedeció a fines lucrativos, como muchos afirman, constituye una opinión sesgada y extremista, pues resulta mucho más justo, veraz, equitativo y fructífero adoptar una postura más global y dialéctica donde se plasme no sólo las actuaciones y hechos negativos sino también aquellos que partieron y se efectuaron con las mejores  intenciones y resultados positivos.

Así pues, tras la realización de mi investigación y formulación de mis conclusiones he podido corroborar que las hipótesis planteadas en un primer momento se han cumplido, así como la satisfacción de mis objetivos.

 

 

APRA Y CATOLICISMO SEGÚN LOS JESUITAS P. VARGAS UGARTE Y J. KLAIBER

Comparto dos textos contrapuestos o complementarios –depende cómo se mire- acerca del aprismo y el catolicismo. La verdad que me resulta bastante difícil comprenderlos. Me gustaría que mis buenos amigos –de ahora- que son ahora católicos y apristas puedan comentarlos.

 

 

El primero es del gran historiador. VARGAS UGARTE, R. Aprista o católico. Una réplica El Deber, Arequipa, 1934

 

no es posible, sin hacer traición a la fe que profesas militar en las filas del Aprismo. No te seduzcan sus vanas promesas y sus protestas de neutralidad religiosa. Esta es tan irrealizable como la pretensión del socialismo de acabar con todas las diferencias sociales. No pienses por eso, especialmente si perteneces a la clase trabajadora que la Iglesia no presta su apoyo a las justas reivindicaciones de los obreros y no trate de mejorar su situación.

 

En el Perú, la Iglesia no ha olvidado sus deberes en esta parte. Desde que se implantó la fe en nuestro suelo, ella se puso del lado de los débiles para defenderlos contra las exacciones de los fuertes. Instruyó el indio y se constituyó en su protector. Después de haber entregado a la civilización a miles de esos seres, se dedicó a atender a sus necesidades espirituales y corporales y creó en todas partes escuelas, asilos, hospitales. Desposeída más tarde de sus bienes, ha continuado su misión benéfica y civilizadora en la medida que se lo han permitido sus recursos y la absorbente centralización de los gobiernos. Aún hoy, bien patente está su acción y los pobres no lo ignoran. Pero no contenta con eso no se cansa de enseñar a todos sus deberes y a los ricos les predica la moderación y la caridad y a los pobres la resignación y la paciencia y así como reprende el Fausto y el afán de goces en los unos así también corrige las pretensiones injustas de los otros. Por eso, ella será la que salve al Perú ( p. 36)

 

El segundo lo tomo del blog del historiador Daniel Parodi: http://blog.pucp.edu.pe/item/182706/jeff-y-el-apra

 

La particularidad con la que el P. Klaiber enfocó el fenómeno aprista es fundamental pues ninguna otra agrupación política peruana del siglo XX ha despertado las pasiones que el APRA, ni desatado una polarización a todo nivel: familiar, política y académica. Pero Klaiber fue un Sacerdote Jesuita norteamericano que se vio atraído, más bien, por la especificidad de un movimiento que, aunque revolucionario en sus prácticas originales, levantaba las banderas de la democracia oponiéndolas a las del socialismo. Al mismo tiempo, a Klaiber le parecía que dicho Partido presentaba elementos de una religiosidad vinculable con el cristianismo, y, desde esa mirada, estudió su trayectoria y la de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre.

SAN FRANCISCO: EL ÚLTIMO RETABLO DE AREQUIPA, OBRA DEL P. MOJICA

SAN FRANCISCO: EL ÚLTIMO RETABLO DE AREQUIPA, OBRA DEL P. MOJICA

 

Todos los arequipeños pueden felicitarse por esta maravilla artística, colocada recientemente en el convento de San Francisco.

 

EL CONVENTO EN LA HISTORIA

En 1552 los vecinos de Arequipa, mediante suscripción popular, ayudaron a los PP. Franciscanos a fundar el convento de San Francisco del que era guardián Fray Alonso Rincón, en el solar donado por Alonso Lucas Martínez Vegazo. Indica el historiador Echevarría que "como es universal en todos los fieles la devoción del Santo Patriarca (San Francisco) en Arequipa, a una voz pidieron la construcción de un templo formal, ofreciendo copiosas limosnas". Se colocó la primera piedra el 25 de octubre de 1598 bajo la dirección del P. Luis Gerónimo de Vier.

 

Hace más de un siglo, la novelista María Nieves y Bustamante publicada en La Bolsa 5 de noviembre de 1887, un importante artículo titulado "El Templo de San Francisco de Asís". La actualidad del mismo viene dada por el proyecto de mejorar esta joya arquitectónica que enorgullece a Arequipa; en concreto se ha  refaccionado la cúpula del crucero, el reforzamiento estructural del muro testero y las paredes laterales del presbiterio. Resumimos lo publicado por María Nieves.

El Reverendo Padre Fray Juan Calienes la hermoseó (la iglesia) con el elegante altar mayor que posee, cuya forma él solo imaginó, el tabernáculo no tiene rival en Arequipa por su buen gusto, lo mismo que el camarín; las pinturas aunque muy deterioradas revelan que fueron bastantes buenas [...] Hoy pide una limosna para sacudir el polvo de sus años; porque las vicisitudes del tiempo han dejado en el último extremo de la miseria a los religiosos que pueblan sus claustros; no se la neguemos. Depositar un óbolo para la refacción de ese templo es un deber bajo muchos aspectos. Deber religioso que nos impele a contribuir el ornato de la casa de Dios, deber patriótico que nos impulsa a la mejora de nuestra ciudad; deber filial que nos obliga a conservar las obras de nuestros padres; si amamos la verdad de nuestra historia, debemos evitar a toda costa -si amamos la verdad-no debemos omitir sacrificios por evitar su destrucción...todos los acreedores de dicho convento están en el caso de hacer un esfuerzo por cubrir parte siquiera de sus créditos entre ellos se halla la Honorable Municipalidad a la cual prestó la Venerable Comunidad Franciscana 1500 pesos fuertes al año 1819 para componer el puente destruido en gran parte por las avenidas del río. Un poco de buena voluntad y se llevará a su término la refacción del hermoso templo de san Francisco" (3-XI-1887).

 

Padre José Mojica: El artista de Hollywood que se hizo franciscano

Además, y como obra de auténtico mimo, se ha colocado un excelente retablo proveniente de la antigua iglesia del seraficado franciscano de Tiabaya, cuya concepción y el mismo montaje son creación de un extraordinario artista mexicano afincado en nuestra Ciudad Blanca.

 

Capítulo aparte merece este gran hombre. Nacido en san Gabriel de Jalisco el 14 de septiembre de 1896, llegó al esplendor de una carrera artística en Hollywood, en el Metropolitan Opera House, a sus 46 años de edad, deja todo para ingresar en la Orden Franciscana. Tomó el hábito el 8 de marzo de 1942 y profesó de forma solemne el 18 de marzo de 1947. Fue ordenado sacerdote este mismo año por el Cardenal Juan Gualberto Guevara en Lima. Como sacerdote franciscano recibió el encargo del Papa Pío XII de llegar el Evangelio a la radio, al cine, a la TV. Filmó las películas "Al pórtico de la gloria", "YO, Pecador", "Seguiré tus pasos" y creó la obra teatral "La Perricholi". Acá en Perú encontró el P. Mojica su segunda patria, enamorado del Cusco, de Lima y nuestra Arequipa; acá construyó el convento Santa María de Guadalupe en Tiabaya para fomentar las vocaciones franciscanas entre los jóvenes. Después de una intensa vida de piedad, cultura, apostolado, murió el 20 de septiembre de 1974, en presencia del que hoy es Guardián del Convento de Arequipa, P. Gilmer Espino. Su entierro, en Lima, fue multitudinario, descansando sus restos en el convento san Francisco de Jesús de Lima. 

 

COLEGIO SERÁFICO DE TIABAYA (AREQUIPA)

En tiempos del Provincial P. Jorge Bustamante se decidió la construcción de un edificio para alumnos de secundaria con vocación a la vida franciscana. Se fijó el 4 de octubre de 1948 para colocar la primera piedra; el lugar elegido fue Tiabaya, en terrenos comprados a María Chacón. Se construyó en tierra con más arena que tierra y sufrió averías en los sismos de 1958 y 1959. Se encomendó al P. Mogica de su construcción, para lo cual realizó giras artísticas al extranjero para sacar dinero. Se contrató a Walter Leal quien talló en madera de cedro de Iquitos el hermoso retablo barroco portugués para el altar mayor. Valentín Quinto Real esculpió en madera las imágenes de los ángeles, N.S. de Guadalupe del altar mayor, san Francisco, arcángel san Miguel, así como las medias tallas de las mujeres bíblicas.

El P.Mojica pintó en tela las principales escenas de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, así como otras escenas de María en el Evangelio.

En 1972 se pensó enajenar el edifico, pero se logró evitar la venta al Ministerio de Guerra; se guardaron las piezas en el convento de san Francisco de Arequipa. Al P. Mogica lo acompañaron por Europa el P. Pacífico Chirinos y Ernesto Arauco, pianistas, quienes dieron solemnes conciertos pro fondos.

Mons. Richter guardó en el Archivo de la Provincia las grabaciones del P. Mogica, tanto de la película "Yo Pecador" como un disco. Se inaugura después de 1955, siendo su primer rector el P. Leonardo Rodó, acompañado de los PP. Gilberto Gordillo, Ernesto Arauco, Hmno. Alberto Monteagudo, Juan Bautista Tacusi, Francisco Sancho, Antonio Vilca y Francisco Váldez.

En 1972 comenzó a suprimirse este tipo de colegios-seminarios menores; se vendió el local al Ministerio de Guerra. El P. Mogica se encontraba en Méjico, bastante deteriorado de la salud y dedicado a la construcción del hogar guadalupano de Mexiquito, en san Miguel de Allende.

 

 

UN RETABLO EXTRAORDINARIO

El retablo se pensó para casa de estudios del Seráfico de Tiabaya, en honor a la Virgen de Guadalupe, patrona de Méjico. Al lado del retablo figuran las imágenes de san Antonio y san Francisco Solano. En la calle central están las imágenes de la Virgen y coronando el retablo los patriarcas san Francisco de Asís y Santo Domingo. Por la cornisa unos ángeles del tamaño y estilo de las que coronan las capillas de la Compañía. En la base o banco del retablo están al centro Pentecostés, entre ellos el autorretrato de Valentín; sobre Pentecostés, en el centro, la Asunción de la Virgen y a los lados en el mismo banco las mujeres bíblicas, representantes simbólicas de la Virgen María

 

Los santos Antonio y Francisco Solano eran de pasta-madera, modelos que e hicieron para fundirlos en bronce y que se colocarán en los extremos del edifico de Tiabaya; una vez fundidas, los modelos se colocarían para su custodia y adorno en los laterales del retablo. . El san Francisco se fundiría para el centro del edificio; toda la obra así como las tallas del retablo fue modelada en barro por Valentín García Quinto. Encargó a Walter Leal los adornos del retablo.

El altar estaba sostenido por jarras torneadas y talladas para aguantar los pilares que dividen el retablo con adornos muy graciosos entre jarra y jarra. Penachos tallados y calados entre ángel y ángel y todo coronado por una bóveda o media naranja con casetones al estilo de la sacristía que García Quinto pintó en la sacristía de la compañía de Arequipa