miércoles, 25 de noviembre de 2020

LUISA DE LA TORRE, LA BEATITA DE HUMAY (1819-1869)

 

Nació en Humay (Pisco) el 21 de junio de 1819. Fueron sus padres Agustín de la Torre e Isabel Rojas, quienes fallecieron cuando era muy niña, quedando tanto su hermana melliza Carmen como ella al cuidado de sus tías Francisca y Juana.

Desde su más tierna infancia se consagró enteramente al servicio de Dios y a la práctica de todas las virtudes, al punto que sus coterráneos la llamaban la "Beatita" o "La Niña Luisa". Modelo de penitencia, torturaba su cuerpo con cilicios y disciplinas. Su caridad no tenía límites, dándolo todo a los pobres. Pasaba largas noches den oración y a menudo penetraba a la iglesia estando las puertas cerradas y caía en éxtasis. Alguna vez recibió la comunión de manos de los ángeles. Su confesor afirmó que Luisa fue un ángel de pureza. Dios la favoreció con carismas extraordinarios, tales como el éxtasis en momentos de oración, visiones premonitorias con curaciones extraordinarias. El caso más célebre fue el del Padre Julián Endérica –uno de sus confesores- que fue desahuciado en Lima por los médicos; en medio de la grave enfermedad, apareció Luisa, le llevó una medicina y el mal desapareció; el Padre Endérica sanó de la noche a la mañana sin que Luisa se hubiese movido de Humay.

 Curaba a los enfermos y a los niños los sanaba con solo una caricia. Daba de comer a multitud de personas, con el alimento que se multiplicaban maravillosamente en una ollita diminuta.

 

En un viaje a Ica se vinculó con el célebre predicador franciscano fray Ramón Rojas de Jesús María, el P. Guatemala, quien ejerció como director espiritual suyo. Oraba hasta muy tarde en la capilla del pueblo que se iluminaba con su presencia; entre sus santos los preferidos eran el "doctortito" (Niño Jesús), la Virgen de Guadalupe, San Luis Gonzaga y el Ángel de la Guarda.

 

Su casa era a un tiempo escuela, taller de labores domésticas, refugio de menesterosos, asilo de enfermos e indigentes.

 

En medio de la angustia y las lágrimas de su pueblo y asistida por su Director Espiritual, Dr. Julián de Endérica, murió en olor de santidad el 21 de noviembre de 1869, a los 50 años de edad. Después de su muerte su rostro se conservó fresco y sonrosado y su cadáver despidió dulce olor. Durante 24 horas el cadáver sudó copiosamente a la vista de todo el pueblo hasta el momento del entierro que fue una apoteosis. El pueblo vistió de luto durante varios meses por ella. Fue enterrada en la iglesia de Humay y desde entonces no han cesado de visitar su sepulcro, la capilla donde rezaba y ante su casa reconstruida, multitudes de todo el Perú. En 1926 el Arzobispo de Lima designó al P. Medardo Alduán como organizador del proceso de beatificación.

 

El 21 de abril de 1938, 70 años del deceso, el nuevo arzobispo Mons. Pedro Pascual Farfán, al examinar los restos mortales, encontró que la mano derecha estaba intacta. En 1939 se inició el proceso informativo de virtudes de santidad y milagros.

 

La construcción del santuario tras el terremoto del 2007, la declaración del Patrimonio Cultural de la Nación a las Festividades de la Sierva de Dios Luisa De la Torre "Beatita de Humaydel distrito de Humay.  en el 2018 y la celebración del bicentenario de su nacimiento, han incentivado y avivado su devoción.

Recientemente, se ha incorporado a su hermana melliza Carmen.  Nacieron el 21 de junio de 1819 y desde siempre fueron conocidas como "Las Mellizas de Humay" o también como "Las Beatitas de Humay".

Los restos de Carmen de La Torre Rojas, hermana de la milagrosa, Luisa de la Torre recibieron los rayos del sol iqueño y llevados al Santuario de Humay en el 2018, después de casi 80 años de haber sido sepultados al lado derecho del Altar Mayor del Santuario del Señor de Luren de Ica. En este momento sus restos descansan en este devoto santuario, ubicado en el kilómetro 31 de la ruta de los libertadores de Ica.