martes, 3 de diciembre de 2019

VARGAS UGARTE, Rubén, SJ. Vida del Siervo de Dios Nicolás Ayllòn o por otro nombre Nicolás de Dios, natural de Chiclayo

3ª edición, noviembre 2018, 115 PP.

La novedad de esta edición se relata en la nota inicial "prólogo del editor" escrita por el Padre Ernesto Rojas Ingunza Postulador de la Causa quien nos comparte que se "trata de una obra corta, sencilla y asequible, que refleja la riqueza del personaje, y que es capaz de atraer la atención y el afecto sobre su figura". Para ello "se ha procurado adaptar las expresiones originales correspondientes a modos hoy extraños, ya en desuso y que originarían confusiones y dificultad en la lectura, respetando lo más posible el texto y su sentido" (p.17).  En el empeño ha contado con la ayuda de Rafael Sánchez-Concha historiador y experto en la materia.

El libro fue publicado en 1964, en Buenos Aires, y reeditado en el 2007. Como era habitual en el P. Vargas, y afirma en el prólogo, se nutrió de las fuentes más solventes, en este caso el proceso de beatificación custodiado en el Archivo Arzobispal de Lima, así como la vida del P. Bernardo Sartolo (Madrid 1684), los "Apuntes sobre la india del indio de Chiclayo" de 1679 del archivo del Monasterio de Jesús, maría y José; los escritos de la esposa de Nicolás, María Jacinta, acerca del origen del recogimiento. Pretende el autor y lo logra ser conciso y ameno para captar la atención del lector y hacer la obra accesible a todos.

El libro se articula en 18 capítulos, los primeros 14 dedicados a la vida, el 15 a su glorificación con motivo de morir en olor de santidad, los 16 y 17 a la fundación de la capilla y monasterio y el 18 a la causa de beatificación. El apéndice contiene 8 documentos: su partida de bautismo, partida de matrimonio de Nicolás y María Jacinta, el edicto inquisitorial prohibiendo el libro del P. Sartolo, carta del Consejo Supremo de la Inquisición de 1713, carta del virrey Duque de la Palata y la Audiencia de Lima solicitando al Rey la fundación de Monasterio en el Recogimiento, Real Cédula de licencia como Monasterio de Capuchinas en 1698, carta de los indios nobles del Cuzco al Rey en 1706 solicitando su beatificación, representación de los indios de Lima al Arzobispo para que se retome la causa de beatificación

En cómodo formato de bolsillo, claridad de impresión y buenas fotos, aseguran la buena acogida y difusión. Felicitaciones

 

Les comparto la síntesis que incluí en mi obra "Peruanos ejemplares" así como el buen reportaje en EL PERUANO.

 

Nicolás de Dios Ayllòn (1618-1677)

Nicolás Puicón Faxollen fue un indio mochica natural de Chiclayo, educado por los franciscanos, en particular por el Padre Fray Juan de Ayllón que le protegió y le dio su propio apellido como muestra de afecto. Con él viajó a Lima para vivir en el convento de San Francisco donde se dio a la oración. Antes de los 21 años, edad a la que contrajo matrimonio con la india María Jacinta, había tenido un hijo natural de una joven mestiza. Después de este suceso ejerció como sastre en Lima dedicándose a la práctica de obras de caridad como un nuevo buen samaritano. Para cumplir con el cometido de asistir a los enfermos creó el Hospital de Santa Ana. Además, fundó el asilo de Jesús María con capacidad para 12 muchachas pobres a las que atendió con su mujer, una mestiza mundana a la que hizo mudar de vida gracias a su acción caritativa pues cuidaba mujeres pobres en su propio hogar. Fueron tantas las ocupaciones que su amiga sospecharon que poseía don de la ubicuidad y fue muy respetado por su papel de defensor de indios y negros frente a los poderosos. A su muerte, en 1677 se inició un proceso para elevarlo a los altares, pero para su desgracia el heresiarca Ángela Carranza mencionó en una de sus visiones al indio Nicolás Ayllón, por lo que la causa fue detenida. Hoy, la casa se ha convertido en monasterio de Jesús María, para doncellas españolas e indígenas, bajo la estricta regla capuchina.

 

https://elperuano.pe/noticia-un-siervo-dios-nicolasayllon-45345.aspx

RUMBO A LOS ALTARESNICOLÁS AYLLÓN

Un siervo de Dios NicolásAyllón

Un movimiento laico y clerical impulsa la canonización del chiclayano Nicolás Ayllón, un hombre caritativo de la Lima del siglo XVII.

Nace en Chiclayo (Lambayeque) el 4 de marzo de 1632 con el nombre de Nicolás Puicón Faxollen. Sus padres fueron prominentes miembros de la etnia moche. En su niñez, vive bajo la tutela del padre franciscano Juan de Ayllón, quien lo instruyó en los saberes del catolicismo.

 

Marcelino Aparicio maparicio@editoraperu.com.pe

Las tierras norteñas forjaron su temperamento. Visita en reiteradas ocasiones la opulenta Zaña, urbe, por entonces, de majestuosos conventos y templos. La mítica ciudad desaparecería en 1720, producto de las inundaciones.

Siendo un inquieto adolescente se traslada a Lima con don Juan de Ayllón. Antes de viajar adopta el apellido de su protector. En la capital, Nicolás Ayllón vive en el convento de San Francisco, donde consolida su formación católica.

Como buen descendiente de moches, maneja con destreza los tejidos de algodón y rápidamente se convierte en el preferido de la corte limeña, que le encarga vistosos trajes.

No le puede ir mejor a Nicolás. Instala un taller de sastrería, aunque la nostalgia por su lejano Chiclayo lo atormenta. La Lima de aquellos tiempos era acogedora y el joven moche rápidamente se acostumbra a la ciudad, siempre llena de calesas jaladas por robustos percherones.

Medicina para el alma
Con lo que gana compra alimentos y medicinas para asistir a los hambrientos que deambulan por Lima. Con frecuencia se le ve en los hospitales de Santa Ana y de la Caridad llevando medicinas a los enfermos y socorro espiritual.
En 1653, desposa a María Jacinta Montoya con la que vive ocho años y luego, movidos por la intensa vida espiritual, deciden vivir célibes.
En aquel tiempo compra un pequeño terreno en el barrio de San Diego, actualmente ubicado en el cruce de Camaná y Moquegua. Hacia 1713, en este recinto urbano construyen el monasterio Jesús, María y José.
Se convierte en hombre de oración y la templanza gobierna sus actos. Hasta la humilde morada llegan indígenas desposeídos, españoles empobrecidos y todo aquel que busca ayuda.
Su fama crece a raudales. "La sociedad limeña lo reconoce como un santo varón que hace de su vida un apostolado. La gente capta en él algo excepcional", se lee en las crónicas de la época. Logró que las iglesias capitalinas oficiarán misas para indígenas y esclavos en horario especial.

El retorno
Viaja a Chiclayo a las exequias de su padre. Cuando retorna la embarcación casi naufraga, y Nicolás Ayllón siente la presencia de la Virgen María.
Este hecho lo marcaría por siempre. A partir de entonces convirtió su casa en hogar de recogimiento para doncellas pobres y huérfanas.
Murió el 7 de noviembre de 1677, a los 45 años. A los funerales asiste el virrey, don Baltasar de la Cueva Henríquez, conde de Castellar. Lo secundan las altas autoridades, criollos, mestizos, negros y mulatos.

Devoción
En mayo de 1699 comenzó su proceso de beatificación y canonización, llegando a la Congregación para las Causas de los Santos, en El Vaticano. Pero el expediente no llega a buen puerto. Actualmente, el caso está en proceso de reactivación. Para promoverla hay que demostrar dos cosas: la santidad de vida de Nicolás y demostrar que existe una devoción vigente.
"Fue un hombre común y corriente, un laico que ayudó al prójimo. Fue un ejemplo para los limeños de la época", refiere el sacerdote Ernesto Rojas Ingunza, postulador de la causa.
Para Rojas Ingunza, este proceso de canonización demuestra que cualquier cristiano puede ser santo. "No se necesita ser sacerdote para llegar a los altares", remarca. Nicolás fue un peruano ejemplar, indígena, laico, padre de familia y vecino caritativo.
"Nicolás hizo el bien por inspiración divina", nos dice la hermana María Francisca, del monasterio Jesús, María y José. Sus restos yacen enterrados en este recinto del centro de la capital, desde 1853.
Cuando salimos del local, dejamos a las hermanas clarisas capuchinas orando por la beatificación de Nicolás Ayllón. Que así sea.

Nicolás fue un peruano ejemplar, indígena, laico, padre de familia y vecino caritativo.

 

Cuentan con una atractiva y dinámica web con útiles informaciones acerca de su vida, obra y todo el proceso de beatificación

https://www.facebook.com/pg/Siervodedios.Nicolas.Ayllon/posts/.