jueves, 17 de octubre de 2019

Semblanza del XX Sínodo de Lima (Arzobispado de Lima, 2018, 141 pp)

Juan Carlos Quiñe-Arista Villa

Lima es una de las arquidiócesis más populosas de la Iglesia en el Perú, a pesar de que en el 1996 se dividió en 3 nuevas diócesis. La población de la ciudad debe ser unos 9 millones de habitantes, de los cuales la mitad debe estar en los límites de la arquidiócesis y de ellos el 90 % son católicos bautizados.

Si bien los sínodos son maneras de generar compromiso y poder salir al paso de problemas actuales, el décimo noveno fue convocado por S.E.R. el Cardenal Augusto Vargas Alzamora en 1993 y dió frutos que hasta ahora se pueden verse en la vida de la arquidiócesis. Desde que el Cardenal Cipriani asumió la guía de ésta en 1999 impulso tres grandes misiones arquidiocesanas: el 2000, el 2003 y el 2008.

También otros grandes acontecimientos fueron:  el Congreso Eucarístico Nacional del 2000 y la celebración de los 400 años de la muerte de Santo Toribio de Mogrovejo en 2006.
Por ello el Cardenal Cipriani quiso la realización de este Sínodo arquidiocesano por dos razones expuestas: la primera los grandes y acelerados cambios de nuestra sociedad y la segunda la llamada a la renovada evangelización convocada por el Santo Padre Francisco

El camino sinodal es una manera de renovar la pastoral de una jurisdicción eclesiástica especialmente en la conducción del obispo con el apoyo de los sacerdotes, religiosos y todos aquellos que tienen participación en la pastoral diocesana. El Sínodo tuvo como lema "Tú tienes la palabra"

El libro recoge una crónica de cómo se fué realizando este acontecimiento eclesial de máxima importancia para la arquidiócesis primada del Perú. Nos presenta de modo dinámico como se fue desarrollando, incluso aparece una línea del tiempo para ubicarse mejor.

La convocatoria al Sínodo se hizo el 16 de junio de 2014 en donde el Cardenal Arzobispo nos invitaba a todos los creyentes de la arquidiócesis de Lima a participar de este evento eclesial en donde caminando juntos, escuchándonos unos a otros, podremos discernir como debemos de hacer el anuncio del Evangelio en el marco de las circunstancias actuales. Para ello se organizó una comisión preparatoria del documento de trabajo y del cuestionario de preguntas que se necesitaban para poner en marcha los trabajos sinodales.

En la Santa Misa inaugural de los trabajos convocada para todos integrantes del pueblo de Dios en Lima, el Cardenal en la homilía describió los elementos esenciales de este acontecimiento; invito a dar un paso adelante en donde no sólo hagamos una pastoral de conservación, sino que sea definitivamente misionera. Por medio de un ferviente clima de oración hagamos que este acontecimiento dé fruto en nuestra iglesia particular. Por la importancia de la capital el Cardenal llamó la atención sobre nuestra identidad cultural que es decididamente creyente, que tiene una matriz católica y que se deberá plasmar cada vez más en las manifestaciones culturales. Hizo una mención a la manera creativa de cómo usar los medios digitales y el mundo digital para la evangelización integral.

El libro detalla las fases sinodales: la primera la consulta, la segunda la consolidación y la tercera propiamente la asamblea sinodal.

En la primera fase de la consulta se elaboró un cuestionario para ser entregadas a las parroquias, los sacerdotes diocesanos y religiosos, a las congregaciones religiosas, a los movimientos eclesiales y demás estamentos de la Iglesia para que presentaran sus propuestas y sugerencias para ser tratadas en los diálogos del Sínodo: Esto tuvo un impacto muy importante en las personas que pudieron trabajarlos.

Después se pasó a la segunda fase la consolidación de todo el material recibido que había sido trabajado; se organizó las respuestas de los sacerdotes, por un lado, de las religiosas, de los movimientos eclesiales y de las parroquias; además de seleccionar y organizar los temas se hicieron grupos de análisis y grupos temáticos en donde aparecieron los temas principales: matrimonio, familia, defensa de la vida, comunicación, liturgia, gestión pastoral, evangelización de la cultura entre otros. Y se elaboró un documento de trabajo para ser presentado a la asamblea sinodal

La tercera fase fué la asamblea sinodal propiamente que se realizaron tres sesiones, en donde se pudo trabajar y discutir las distintas propuestas y reflexiones. En la primera hubo un aporte muy interesante con los estudios de empresa de estudios sociológicos "Vox Populi" encargado por la Facultad de Teología y Civil de Lima sobre el Perú y el estudio de la empresa Mckinsey sobre la realidad de Lima: El cardenal Arzobispo invitó a los participantes a no tener miedo de criticar, de proponer sugerencias y de buscar respuestas desde la fe con audacia y creatividad.

El vigésimo Sínodo se clausuró el domingo 22 de noviembre "Solemnidad de Cristo Rey del Universo" con la Santa Misa solemne en la Catedral de Lima. De todo lo que se trabajó salieron unas propuestas que tocan los siguientes temas: matrimonio, familia y defensa de la Vida, formación sacerdotal y vida religiosa en las parroquias, comunicaciones, evangelización de la cultura, movimientos eclesiales, caridad y voluntariado, religiosidad popular y formación cristiana

Después de todo lo conversado y reflexionado en las distintas instancias, así como en las asambleas sinodales, se presentaron algunas propuestas que servirán de guías para el trabajo pastoral de estos años

En cuanto a la pastoral del Matrimonio y la familia se insiste en mejorar la preparación al sacramento que se da en el curso de novios, así como promocionar, organizar y planificar el trabajo de los laicos

En cuanto a los consagrados, sacerdotes y religiosos se deberá trabajar más unidos y coordinados para que haya una mayor eficacia y unidad en el trabajo pastoral. Se insistirá también en la evangelización de la cultura que deberá impregnar las distintas manifestaciones, actitudes y comportamientos de lo que somos y vivimos, tratando de hacer producir frutos de ese "sustrato católico", esa matriz que es el fundamento de lo que somos y de nuestra identidad nacional.

También se presentan unas líneas sobre la formación de los laicos en donde se sugiere que la Vicaría de Pastoral organice un Plan Estratégico Catequético Arquidiocesano tratando que la formación no se limite a lo sacramental, sino que abarque las distintas etapas de la vida y dando un acento muy importante a la formación de la juventud que son un don de Dios, por su presencia en las distintas realidades vivas de nuestra arquidiócesis.

El libro tiene un formato grande, con una buena y clara diagramación, así como de abundantes fotografías de las que está acompañado sus páginas, lo hace de muy fácil lectura y da un animado recuento de este importante acontecimiento para la Iglesia que peregrina por estas tierras