martes, 1 de mayo de 2018

LA VIRGEN DE CHAPI EN LA IDENTIDAD NACIONAL[1]

José Antonio Benito Rodríguez

 

La historia de este entrañable santuario está tejida de miles y miles de detalles protagonizados por cuantos han sentido de algún modo la influencia maternal de la Señora[2]. Junto a grandes bienhechores de los que se conservan nombre y apellidos, miles de donantes anónimos han dejado en el santuario testimonios de gratitud filial a través de sus exvotos y sencillos donativos.

A través de los inventarios felizmente custodiados en el Archivo Arzobispal de Arequipa va desfilando el pueblo fiel que en su bregar cotidiano va aportando piedra a piedra, adobe a adobe, adornos, vestidos, para construir de forma progresiva el santuario material y, sobre todo, esa basílica de piedras vivas que ha forjado en Chapi un corazón vivo de espiritualidad mariana y una catedral gigante de fe. El esfuerzo de las peregrinaciones, la plegaria ferviente, la participación creciente en sus fiestas marianas, va escalando cumbres que hacen que ese árido valle andino atraiga los corazones como remanso de paz y recinto celestial.

Transcribimos[3] algunos de los inventarios encontrados que nos muestran por una parte la evolución arquitectónica del primitivo santuario de Chapi, las donaciones particulares entregadas y algunas notas sobre los exvotos consignados documentalmente, en el arco cronológico de 1757 a 1935. La primera mención documental de la que tengo conocimiento sobre Chapi es de 1655: "...se bendicen a españoles y otras personas y en particular un vallecito de los de otro departamento de Pocsi tienen llamado Chapi..."[4].

 

         En la reciente carta apostólica Ecclesia in America (1999), Juan Pablo II, acogiendo las aportaciones de los padres sinodales, recordará de nuevo el rol protagónico de María en la evangelización del Nuevo Mundo: "En todas partes del continente, gracias a la labor de los misioneros, la presencia de la Madre de Dios ha sido muy intensa desde los días de la primera evangelización. En su predicación, el Evangelio ha sido anunciado presentando a la Virgen como su realización más alta. Desde los orígenes -en su advocación de Guadalupe- María constituyó el gran signo de rostro maternal y misericordioso de la cercanía del Padre y de Cristo, con quienes ella nos invita a entrar en comunión" (n.11).

 

         Considero oportuno y necesario recordar al maestro de la peruanidad V. A. Belaúnde, cuando concluye que en Perú la "profunda transformación religiosa adquiere una mayor palpitación de vida y un sentido de amorosa intimidad con el culto de la Virgen [...], la expresión religiosa por excelencia [...] Este es el hecho capital y definitivo de la historia espiritual de América".P. Morandé abunda en la idea cuando, al analizar la síntesis cultural latinoamericana, se fija en la figura de María como signo de unidad y corazón maternal que abraza y hermana realidades distintas:"Puede afirmarse que la historia de América Latina es una experiencia de encuentro y síntesis entre pueblos, etnias, tradiciones culturales y religiones diferentes en torno a la figura de María".

   El célebre misionero historiador, Luis Jerónimo Oré, en su Símbolo Católico de 1598 afirmará "ser muy justo y conveniente que en todas las iglesias de los indios haya imagen de esta gloriosa Virgen y, si pudiera ser, tenga altar o capilla particular, para que con más devoción acudan los indios a invocarla en todas sus necesidades". Además de explicar el canto solemne de la Salve, pide a los curas doctrineros "que los indios sean enseñados a rezar el rosario" y propone que "las fiestas principales de Nuestra Señora sean celebradas con solemnes vísperas, misa, procesión y sermón"; este mismo Padre compuso unas famosas letanías a la Virgen muy difundida en la época virreinal.

 

Para preparar el Jubileo del 2000, el Pontificio consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes publicó un documento magistral El Santuario. Memoria, presencia y profecía del Dios vivo[5] en el que se nos invita a tomar parte en esta gran peregrinación que Cristo, la Iglesia y la humanidad han recorrido y deben seguir recorriendo en la historia. El santuario debe convertirse en "la tienda del encuentro", como la Biblia denomina el tabernáculo de la alianza. «Con el nombre de santuario se designa una iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con la aprobación del Ordinario del lugar». En el santuario, el encuentro con el Dios vivo se propone a través de la experiencia vivificante del Misterio proclamado, celebrado y vivido. Así, «los santuarios son como hitos que orientan el caminar de los hijos de Dios sobre la tierra», promoviendo la experiencia de convocación, encuentro y construcción de la comunidad eclesial. El pueblo que acude a los santuarios experimenta junto a María una atmósfera que lo hace sentir como en su propia casa, encuentra las raíces de la fe de sus antepasados, alimenta su fe; el pecador y el marginado quieren ser escuchados en sus anhelos más profundos, de ahí que la confesión es un elemento esencial. En estos lugares flota una vivencia espiritual aprisionada en el templo, testigo elocuente de silenciosos encuentros espirituales entre cada peregrino y su Madre[6].

 

P. Marcel Mouras penetra en los vínculos que se manifiestan entre el pueblo fiel y la personalidad de María:

          "Hay rasgos de nuestro pueblo, como la hospitalidad, la acogida cálida, la pobreza, el sacrificio y la sencillez, que manifiestan una consonancia con aquello que María, como mujer y madre, encarna en sí misma. Se puede afirmar que existe una connaturalidad espontánea y un gran parentesco entre el pueblo latinoamericano y María[7]".

 

Los "santuarios marianos del continente son signos del encuentro de la fe de la Iglesia con la historia latinoamericana. Ello se manifiesta en sus hombres (descubridores, organizadores) y en sus nombres (miles de lugares llevan su nombre), en la literatura y el arte, en las fiestas nacionales y en las prácticas religiosas populares.

 

P. Gerardo Farrel reflexiona acerca de la "modernización" en el encuentro de rectores de santuarios de América del Sur:  "El santuario tiene un papel que cumplir en esa tensión cultural que se da entre los nuevos modelos de libertad y justicia que se vislumbran por los avances científicos modernos y la idiosincrasia del pueblo, que quiere vivir esas nuevas posibilidades de libertad y justicia [...]significado fundamental que atrae a la juventud, muchas veces después de esforzadas peregrinaciones, tras valores espirituales y propuestas por la tradición y la Iglesia[8]"

 

Es el mismo sentir expresado por Juan Pablo II, en Piura, el 4 de febrero de 1985:"Lo mismo sucede con a honda devoción que vosotros, católicos peruanos, sentís hacia nuestra Madre la Virgen Santísima, a cuyo amparo recurrís tantas veces, también en los diversos santuarios marianos que surcan vuestra geografía. Sed fieles a esas devociones, y que ellas os conduzcan cada vez más hacia Cristo, centro de nuestra vida de fe, único Pastor y Redentor".

La devoción a María está presente en las costumbres de los peruanos: rezo del Ángelus, el Rosario en familia, las Flores a María, el Rosario de la Aurora, peregrinación a los santuarios marianos. En casi todas las iglesias se tributa culto a alguna advocación mariana: la Asunción en la Catedral, en la Merced, La Portera y Nuestra Señora del Consuelo; en la Recoleta, La Napolitana, hermosa efigie de La Dolorosa; en Santa Marta, la Virgen de la Cueva Santa; en la Compañía, La Candelaria o La Chiquita, donada a los jesuitas en 1598 por D. Juan Ramírez Segarra Casos; en San Francisco, la Inmaculada; en Santo Domingo, Nuestra Señora del Rosario; en Miraflores, Nuestra Señora de Alta Gracia...y las modernas parroquias dedicadas a Fátima, Corazón Inmaculado de María, Lourdes...Lo mismo sucede con los santuarios, Chapi, Cayma, Characato, Quilca, Nuestra Señora de las Peñas de Aplao, La Virgen del Buen Paso de Caravelí, La Virgen de Yato en Castilla, Nuestra Señora de Uñón en Viraco, Nuesta Señora de Las Nieves...

 

Juan Gualberto Valdivia, el célebre Deán, 11 de julio de 1796. Este singular arequipeño, en Fragmentos para la historia de Arequipa nos aporta datos valiosos de la devoción de Arequipa hacia la Virgen:

 

          "El Ayuntamiento y la ciudad manifestaron siempre su devoción hacia María Santísima. El Ayuntamiento el 12 de diciembre de 1632, en la misa mayor concelebrada por el Maestre-Escuela D. Antonio Montile de las Cabezas, en la Cateral, hizo juramento de defender el misterio de la Inmaculada Concepción, y lo ratificaron el 27 de noviembre de 1655 y 30 de julio de 1637. Celebraron después la Dominica infraoctava de la Concepción por orden de Felipe V del 19 de junio de 1711 y la de su Patrocinio en la Dominica 5a. de noviembre. Con motivo del terremoto del 28 de octubre de 1687, se obligó el Cabildo a asistir a la Catedral en ese día y a comulgar en la iglesia mayor".

 

         Si las anteriores afirmaciones son válidas para cualquier santuario mariano, cobran su pleno significado para Chapi, la advocación mariana más popular de todo el Perú. Su imagen puede verse en numerosos establecimientos públicos, en ómnibus, en las casas y en las más desperdigadas capillas de la República. En Lima se ubica una réplica casi exacta en un retablo lateral de la iglesia de san Francisco. Desde 1991 se encuentra en la puerta del Congreso de la República en compañía de la imagen del Señor de Muruhuay; allí recibe el homenaje de los fieles devotos. También se le venera entre, otras ciudades, en Tacna, Moquegua y Huancayo. Recientemente, en Arequipa, se ha instalado una capilla en el mismo aeropuerto.

 

         La práctica de la devoción a la Virgen de la Candelaria -de influencia de las Islas Canarias- parece que fue introducida en América en Copacabana (Bolivia), con su homóloga en la advocación de Nuestra Señora de Cocharcas, en Andahuaylas y Barrios Altos de Lima. En Arequipa tres son los santuarios más famosos de la Candelaria: Cayma, Characato y Chapi (recordemos Chapi chico en Miraflores, la bella imagen custodiada en el convento de San Francisco o la de Charcani). Le siguen en importancia Chiguata, Quilca, Chuquibamba, Chivay, Cabanaconde, Coporaque, Canocota, Tapay, Maca, Ichupampa, Madrigal (Cailloma) y Torata (con una réplica de la Candelaria de Copacabana[9].

 

         Con razón, el mismo Sumo Pontífice ha llegado a decir que "la fe y la devoción a María y a sus misterios pertenecen a la identidad propia de América Latina" (Zapopan, 31-I-79). Es la misma postura señalada por la Conferencia de Santo Domingo al subrayar que "la Virgen María...es la Madre común tanto de los aborígenes como de los que han llegado, propiciando desde el principio la nueva síntesis cultural que es América Latina" (n.229).

 

         Nuestra sociedad, en el umbral del tercer milenio, debe hacer memoria de este rico patrimonio para encarar con decisión y esperanza el rumbo del futuro:

          "La nueva evangelización debería recordar en el contexto de los conflictos sociales actuales de América Latina que la Iglesia es una propuesta de síntesis [...] porque nos revela, en primer lugar, el origen y la naturaleza del único designio de Dios sobre los hombres que, en la Virgen María, encuentra su plena realización como Madre de Dios y madre de los hombres. En segundo lugar, porque los santuarios de la religiosidad popular forman un espacio público y abierto para el encuentro de todos quienes se formulan una pregunta sobre el sentido de su historia y sobre su dignidad".

 

Nuestra Señora de Chapi "Visita" Arequipa en 1983

Entre los grandes eventos vinculados con la Mamita de Chapi, cabe destacar la salida de la Virgen, por primera vez de su santuario para visitar Arequipa, pasando por todos los pueblos de la ruta con motivo del Año Santo de la Redención y por la terrible sequía que asolaba a Arequipa el año 1983[10], de 27 de noviembre a 10 de diciembre. Mons. Fernando Vargas, como pastor y como arequipeño, muy cercano a las cuitas de sus hijos y deseoso de darles el mayor bien, vio en sueños que la Virgen quería ir con sus fieles arequipeños y decidió llevarla contra viento y marea. Un celo desmedido por parte de los devotos de Polobaya, creídos que iban a llevar la preciada imagen a Roma, hizo que la secuestrasen y se encerrasen en la iglesia del pueblo. La Comisión formada por los Padres Jorge Beneito, José María Gordo, Manuel Miranda, así como la ayuda de Dante Zegarra y el P. Peña, tuvo que ir a buscar a Mons. Fernando Vargas, quien arengó a todos los fieles para que la dejasen marchar hasta la Ciudad Blanca. Al pasar por Pocsi, salieron de rodillas y sacaron todas sus imágenes para recibir a la Virgen. El mismo fervor se hizo patente en Mollebaya, Characato, Sabandía y Paucarpata. Todo el viaje fue un jubileo, hasta los mismos pastores acercaban sus rebaños al borde del camino a fin de que al pasar la Virgen los bendijera. El recibimiento en Arequipa fue apoteósico, tanto por parte de las corporaciones e instituciones como de todo el pueblo. En la Catedral estuvo ocho días y cada uno de ellos se dedicaba a una entidad especial; el pueblo fiel acudía puntual a la cita con la Mamita desde las cinco de la mañana. El domingo, antes de volver al Santuario, fue adornada de azucenas y colocada en la plaza de Armas donde se le rindieron todos los honores. El lunes fue llevada en procesión al Estadio de la UNSA, desde donde regresaría en helicóptero. El estadio estuvo lleno a rebosar; al salir el helicóptero fue despedido con espejos desde las calles, balcones y azoteas. Se habían vivido las palabras del Alcalde, Sr. José Villalobos Ampuero, al entregarle la medalla de oro de la ciudad el 3 de diciembre:" Hoy marcará una época nueva para la historia de Arequipa; será la época de tu presencia en todos los corazones; en este momento, toda Arequipa vive la imagen y la presencia de la Virgen Santísima y de aquí para adelante, no somos sino tus hijos, que nos conducirá hacia la grandeza que todos esperamos".

   Por su parte, Mons. Fernando, visiblemente emocionado durante todos los días, pronunció en el sermón central:

"Hoy Arequipa se ha puesto de pie; hoy Arequipa ha demostrado que su fe no se ha perdido y podemos decir que Arequipa es la Roma del Perú. En esta visita de la Virgen de Chapi nadie se quede sin reconciliarse con su Madre; estamos en el Año Santo y por eso ha venido la Virgen para testimoniarnos, con su gracia y sus bendiciones, que nadie cierre su corazón a su Redentor. Pidamos a la Virgen que nuestros campos yermos...pidamos que nos envíe la lluvia...Por últimos roguemos para que nos reconciliemos con nuestros hijos, con Dios y abramos nuestros corazones de par en par a Cristo." 

 

Poco antes de la despedida, consagró Arequipa a la Virgen, terminando con estas sentidas palabras:

 

"¡Madre, quisiéramos que te quedes con nosotros, pero te quedas en cada corazón! ¡Bendícenos, Madre, Como solo una madre lo sabe hacer! Acuérdate de los niños desvalidos, de las madres desoladas y dales tu consuelo, del trabajador, del joven, del anciano, del sacerdote, del padre y de todos los de esta Arequipa que hoy te despide con   fervor"

 

   En el santuario fue recibida la imagen por los Padres Peña, Butrón y Clavell, entre el júbilo y algazara de los pobladores. Hay que constatar que al punto de ingresar la Mamita en el santuario vino la lluvia tan ansiada. A lo largo del año, Arequipa devolvió la visita con inusitado fervor.

 

Chapi y Juan Pablo II en 1985

El segundo viaje de la Virgen de Chapi fue con otra ocasión excepcional. Cómo no evocar la visita de Juan Pablo II a la Blanca Ciudad, hace más de 10 años, el 2 de febrero de 1985. En aquella oportunidad, celebramos dos grandes acontecimientos: la beatificación de la primera arequipeña, sor Ana de los Ángeles, y la coronación pontificia de la imagen de la Virgen de Chapi, Madre y Reina de Arequipa. El Papa resaltó que "este gesto (de la coronación) que realizamos en la tierra, responde a la exaltación que la Virgen ha recibido en el cielo: la exaltación de los pobres y humildes, proclamada por ella en el Magníficat".

 

Al coronar a la Virgen de Chapi en la Blanca Ciudad, justo en un día de la fiesta de la Candelaria, 2 de febrero de 1985, el propio Papa Juan Pablo II expresó el sello indeleble que el culto mariano ha grabado en la historia de Perú y cómo él mismo:

 

"quiere sellar la vinculación que ya existe y que se consolidará más entre la ciudad de Arequipa, entre la Iglesia en el Perú y la Virgen Santísima. En efecto, esta "ciudad blanca", eminentemente mariana, que nació bajo el amparo de Nuestra Señora, el día de la Asunción de 1540, ha profesado siempre gran devoción a la Madre de Dios."

 

Nuestra sociedad, en el umbral del tercer milenio, debe hacer memoria de este rico patrimonio para encarar con decisión y esperanza el rumbo del futuro:

 

"La nueva evangelización debería recordar en el contexto de los conflictos sociales actuales de América Latina que la Iglesia es una propuesta de síntesis [...] porque nos revela, en primer lugar, el origen y la naturaleza del único designio de Dios sobre los hombres que, en la Virgen María, encuentra su plena realización como Madre de Dios y madre de los hombres. En segundo lugar, porque los santuarios de la religiosidad popular forman un espacio público y abierto para el encuentro de todos quienes se formulan una pregunta sobre el sentido de su historia y sobre su dignidad[11]".

 

         Nunca como hoy, Perú busca afanosamente señas de identidad y apuesta por la consecución de la gran utopía de la integración nacional. Conjunto de elementos culturales o rasgos característicos, inconfundibles que diferencian a un país o región. Arequipa es una región donde se ha producido un marcado mestizaje, una aculturación entre elementos indígenas e hispanos que tiene expresiones específicas Como señala el antropólogo J.M. Ossio es necesario reconocer que la cultura es un sistema de símbolos creados a partir de una interacción social. En este sentido, la gran tarea será descubrir los símbolos y valores nacionales que son reconocidos como propios por la variada multiplicidad de grupos étnicos que conviven en el territorio peruano. Creemos que ninguno tan vivo y operativo como el regazo materno de la Mamita Candelaria y su hogar acogedor de Chapi[12].  Así lo reconoce un gran arequipeño Patricio Ricketts Rey de Castro en su obra Arequipa[13] : "Agrada a Arequipa verla llegar al templo con el niño en los brazos y en la mano el cirio ardiente de la fe; plena y sencilla, en actitud de ofrenda y esperanza. Virgen moza, fecunda y pura como los campos que riegan los aguaceros del 2 de febrero, la Candelaria enamora con la dulce teología de su ternura. A los arequipeños les vienen ganas de rezarle en yaraví".

         Sin duda alguna, el santuario de Chapi, se ha convertido en auténtica "aldea global", donde ha cuajado feliz "síntesis viviente" -para usar el término acuñado de V.A. Belaúnde- entre el campo y la ciudad, el indio y el español, el pobre y el rico, lo antiguo y lo moderno: María ha unificado todas las razas y culturas, la Madre ha aglutinado todas las creaturas, fundiéndolas en una misma familia:

"la divinización fetichista y animista es reemplazada por el culto personal en la jerarquía admirable que pasa de los protectores particulares a la Virgen Madre y de ésta a Jesús, Verbo Encarnado, y luego al Dios Creado en las personas de la Augusta Trinidad [...] Esta profunda transformación religiosa adquiere una mayor palpitación de vida y un sentido de amorosa intimidad con el culto de la Virgen [...], la expresión religiosa por excelencia [...] Este es el hecho capital y definitivo de la historia espiritual de América[14]".

        

         El hecho de que forma parte de la identidad arequipeña quedó evidenciado especialmente en la celebración de su cuarto centenario. En el estadio de la UNSA se dieron cita todos los representantes de la universidad con su rector a la cabeza quien en la persona de su rector Rolando Cornejo Cuervo la nombró "Madre de la Sabiduría" [15] Mucho más si cabe ha sucedido en el 2010 con la clausura del IV Centenario en este mismo estadio pero lleno a reventar, con más de 50.000 fieles.

 

Inventario de 28 de junio de 1757[16].

Se da permiso para edificar capillas " y atendiendo a que se dé todo culto a una Soberana Imagen de Nuestra Señora con el título de Nuestra Señora de Chapi que se halla en poder de D. Nicolás y de D. Antonio Uría, hacendados en el pago del referido Chapi, anexo al mencionado curato de Poxi, mandamos que se les notifique por cualquier notario o persona eclesiástica que dentro del término por precisos y perentorios construyan y fabriquen capilla y altar decente en que se coloque dicha soberana y milagrosa imagen de Nuestra Señora, en que se le de el debido culto y veneración, con apercibimiento que en su defecto, se dará providencia a trasladarla a alguna de las iglesias de dicha doctrina de Poxi, a cuyo fin será del cargo del cura de dicha doctrina, el darnos cuenta de lo que se obrare en este asunto dentro del término señalado. Y por este auto así lo proveyó y firmó su señoría ilustrísima...".

 

 Inventario de 13 de febrero de 1791[17]   Pago de Chapi:

. Primeramente hay una capilla con su puerta de madera.

. Yt. está colocada una imagen de Nuestra Señora de la Candelaria muy hermosa con las cosas siguientes: dos camisas de Bretania, la una usada y la otra nueva con su encajito.

Yt un escapulario de fondo nácar con su sobrepuesto de oro forrado en tafetán.

. Yt un fustán de Cambrai con su punta fina

Yt un cíngulo de cinta de tisú abotonado.

. Yt. Un manto nuevo de fondo azul ajardinado con su sobrepuesto fino de oro forrado en tafetán.

Yt. otro manto de crocatillo azul viejo.

Yt. unos zarcillos y gargantillas de perlas falsas y otros zarcillos de piedras amarillos.

Yt una corona de plata, una vela de plata, una canastilla, con dos palominos de plata.

Yt. Un resplandor de plata con su vara de fierro que dio de limosna a la imagen D. Carlos Málaga quien lo guarda.

Yt. Un Rosario de oro que también le dio de limosna dicho D. Carlos Málaga y también lo guarda.

Yt. Tienen los brazos la imagen un niño con su camisa y dalmática de seda, sus tres rayos y zapatitos de lata, con sus medias de seda y su mundo de plata.

Yt. Un mantel de Bretaña, con su trencilla, bastón y encajito nuevo que mandó hacer el Padre Cura, con las limosnas del que se guarda en Pocsi.

Yt. Una palia de seda, un atril de madera, una pequeña ara, un frontal pintado en su marco de madera; un cajón de madera en que está la imagen de Nuestro Señor San Miguel.

Yt. Hay en dicha capilla una imagen de Nuestra Señora de la Asunta

Yt. Otra imagen del Sr. San Miguel.

Yt. Con dos andas de madera una grande y otra pequeña.

Yt. Una alacena, con sus puertas y sus dos campanillas de altar.

 

Inventario de 7 de mayo de 1827[18]

"Primeramente una capilla como de 16 varas de largo y ocho de ancho, con sus techos de paja nuevos, su portada de calicanto y su puerta nueva con su chapa corriente.

Yt. Un altar con un solo nicho de madera pintado y en él la imagen de Nuestra Señora. de Candelaria, decentemente vista como también el Niño, con sus tres potencias, un mundo y los zapatos a plata y el velo del nicho de quimón.

Yt. Una corona de plata dada por D. José Rodríguez

Yt. Un resplandor de plata dado por D. Francisco Bernedo.

Yt. Una media luna de plata dada para Da. Ventura Vizcarra

Yt. Una canastita de plata como de un marco que dio Da. Josefa Málaga.

Yt. Otra canastita de plata, como de un marco que dio Josefa Málaga.

Yt. Otra canastita de plata, como de un marco que dio Josefa Málaga.

Yt. Otra canastita de filigrana de plata que dio D. Francisco Bernedo.

Yt. Una sortija de oro con sus chispas de diamante que dio D. Mariano Aco.

Yt. Una gradilla pintada con sus correspondientes caldelejas que dio D. Manuel Peralta.

Yt. El manto de brocado y el escapulario a sarga de plata fue dado por Da. Rosalía Fenoio

Yt. Un cíngulo de lana con abotonaduras de plata y un escapulario de la misma lana que el cíngulo dado por Don Mariano Málaga.

Yt. Una cabellera nueva adornada con flores a mano y un velo que la cubre con blondas dado por Da. Ventura Vizcarra.

Yt. Cuatro bandejitas para el adorno de la capilla dadas por Da. Josefa Málaga

Yt. Seis ramos de mano en el altar.

Yt. Cuatro camisas todas decentes con la ropa del niño que todo se halla en poder de Da. Ventura Vizcarra

Es cuanto he encontrado en dicha capilla y para que así conste he formado el presente inventario en esta vice parroquia de Quequeña, 7 de mayo de 1827.

Fdo. José Cayetano Texedo Martín

Aumentos:

. Una campana corta con su lengüeta

. Un misal usado pero bueno

. Una anda forrada en latas escarchadas corriente

. Las gradillas forradas en lo mismo

. Doce lienzos para su adorno

. Dos pabellones nuevos y cuatro banderas

. Un escapulario para Nuestra Señora de sarga de plata y su cíngulo con un botón de piedras y dos camisas nuevas.

. La imagen de san Isidro en una urna embarnizada bien vestido.

. La imagen de san Miguel bien vestido.

. Un velo para Nuestra Señora de algodón pintado y forrado.

. Un mantel con su punta nueva y unas vinajeras de cristal.

 

4. Inventario de 13 de junio de 1839[19]

. Primeramente una capilla de piedra y barro, techos de paja, portada de calicanto, sin concluir, puerta y llave de postigo corriente.

. Un altar con solo un nicho de madera pintado y en él la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, regularmente vestida como también el niño con tres potencias, mundo y zapatitos de plata y el velo del nicho de gasa.

. Una corona de plata dada por D. José Rodríguez

. Un resplandor de plata dado por D. Francisco Bernedo.

. Una media luna de plata dada por Da. Ventura Vizcarra.

. Un rosario con sus cuentas y cruz dorado que dio Da. Rosalía Tenorio

. Una canastita de plata con sus palomitas de madera.

. Una gradilla pintada con su correspondientes dandilejas

. Un manto de brocado y el escapulario de sarga de lata, viejos, un cíngulo de lana con abotonaduras de plata y escapulario de la misma lana, ya viejos, dos bandejitas para la capilla, seis ramos de manos en el altar, viejos.

. Una campana corta con se lengüeta, un misal usado, la anda forrada en lata escarchada y lo mismo la gradilla. Doce lienzos en las paredes de dicha capilla, dos pabellones y más cuatro banderas, mas un escapulario de sarga de planta y un cíngulo con un broche de piedras y dos camisas.

. La imagen de San Isidro en una urna embarnizada regularmente vestido, más la imagen de san Miguel regularmente vestido, más un mantel de algodón con su punta de gaza...

Cayetano González, Rudecindo Rodríguez.

 

Aumentos en la capilla de Chapi desde el 15 de abril de 1839:

. Primeramente un incensario de plata de 3,5 marcos de plata, mas dos ciriales con sus canutos todo de lata con cruz alta de lata con manga de quimón, una urna embarnizada para Sr. San Miguel, mas dos angelitos de a media vara al óleo, con unos incensarios de madera dorados, mas dos mallas de madera pintadas al temple, mas dos atriles pequeños y uno grande para cantar la epístola, más un centellero de madera y un candelero de lata de tres luces, mas una caja grande con cerradura corriente, más un alba de xengo bastante usada, dos manteles de género de algodón nuevos, un corporal nuevo de lienzo.

. Un manto y túnica nuevo de lana de oro en campo blanco con galón de oro, costeado por su mayordomo D. Juan Isidro Cárdenas y su esposa Da. Paula Cervantes.

. Una cabellera con sus flores de manos, más otra cabellera dada por D. Fermín Málaga.

. Un par de aretes de oro llanos, mas una sortija de oro y dos de tumbaga mas un resplandor de lata dorado adornado con flores de manos, dos camisas, un mantel, un frontal de sarga con lentejuelas mas una tuniquita de tul para el Niño, mas un velo de gasa con flores moradas aun en corte.

Todo lo que está en poder de los mayordomos de Nuestra Señora que lo son D. Juan Isidro Cárdenas con su esposa Da. Paula Cervantes y para que conste lo firmé con los señores que suscriben, 11 de noviembre de 1840. Fdo. Cayetano González.

 

Inventario de 15 de mayo de 1853[20]

 

. Capilla de 28 varas de largo y ocho de ancho; pared de piedra y barro, techada con paja y tijeras de sauce, portada de calicanto, puerta de sauce de dos golpes sin aldaba ni cerrojo y solo postigo, tiene una cerradura corriente.

. Un altar de un solo nicho de madera en parte pintado, en él la imagen de la santísima Virgen de la Purificación, vestida con manto de lana de oro, corona y resplandor de plata; en una mano el Niño Jesús con su corona, zapatitos y mundo de plata con sus palomitas de madera; el manto es flamante y un escapulario de lana de oro que sus devotos le han traído el día de hoy.

. Una corona de plata con su topacio por el frente engastado en una estrella de plata; un mundo con su cruz, un resplandor grande y una media luna, ambas cosas de plata. Una candeleja en la mano con su topacio engastado; a la media luna le alta una estrella.

. Una cabellera de seda nueva obsequiada por don Pantaleón Rodríguez.

. Un rosario con 56 cuentas doradas y su cruz idéntica.

. Un manto de tisú usado, unos zarcillos de metal, la una engastada en un hermoso topacio circundado de piedras blancas engastadas; otra engastada en un topacio pequeño; otra en una piedra blanca fina y otra sortija ordinaria de piedrecitas de color.

. Una gargantilla de perlas falsas y un peto de lana bordado con oro y perlas falsas.

. Un par de ciriales con su cruz alta de Hoja de lata averiados; dos hacheros útiles, un atril, una caja grande en la que se guardan los útiles de la capilla y ropa dela Santísima Virgen.

. Seis camisas de Nuestra Señora, entre ellas una de tul muy decente. Dos centros, el uno de gasa ordinaria y su blonda y trencillita y otro con su blonda ancha; cuatro mantitas, de gasa llana dos, uno de hilo con su punta de gasa ordinaria y el otro de género ordinario con su punta de lo mismo; un centro antiguo de quimón   y otro de raso carmesí muy viejos; un escapulario de lanilla blanca con sus franjas falsa de entretejido; un corpiño de raso rosado; 4 cabelleras de pelo con sus respectivas flores de manos; un par de manguillos, una cabellera pequeña del niño, cuatro petos nuevos y además una corona dorada de lata; faltan los aretes de oro llanos, cinco sortijas, tres de oro y las dos que contiene dos perlitas y una piedra de medio y la que se asegura haber tenido diamante; los zarcillos de relumbrón y otras carabanitas de piedras falsas sin haber quién dé razón de dichas especies. Todo el haber existente, así de ropa como de alhajas de N.S. quedan al cargo y responsabilidad del mayordomo D. Juan Adrián quien se ha hecho cargo de todo, en presencia de las personas más notables del lugar que presentes se hallaron y firmaron conmigo el presente cura propio en el día de la fecha, dándose por extinción además dos bultos pequeños del Sr .S. Isidro Labrador y un S. Miguel, con varios lienzos que se hallan colocados en la pared de la capilla.

Mariano Asensio Arenas.

 

Inventario de 22 de noviembre de 1868[21]

 

La capilla de este pueblo desgraciadamente se destruyó completamente desde sus cimientos sin quedar más que unas pocas maderas que servirán para reconstrucción en ella.

. El altar de Nuestra Señora de la Purificación se destrozó por completo con la caída de la capilla, quedando la imagen rota al cuello en extremo de dividirse en dos, así mismo el pecho y manos muy rotas, [sic] el niño también roto y tiene por adorno una corona y resplandor de plata y el niño con unos rayos, mundo y zapatitos de plata; Nuestra Señora ya citada con una vela en una mano y en la otra una canastilla, ambas de plata, las palomitas que hay dentro de ella y cuartilla son de pasta. Tiene la Virgen cinco mantos, tres de estos nuevos y a lana; el uno puesto por D. Andrés Barrera, otro por D. Juan Ballón y el otro por un Señor Bejarano, vecino del pueblo de Characato, cuatro sortijas de plata con piedras engastadas y cuatro de pasta; tiene asimismo 10 camisas, las más usadas y seis centros usados con dos cabelleras de seda con flores de manos. Un rosario con cincuenta y seis pimientas de plata y la cruz idéntica. Varios zarcillos de plata con unas piedras engastadas; una gargantilla de perlas falsas y un peto de raso bordado.

La efigie de san Isidro fue igualmente destrozada.

Existe además un ornamento de tisú así como franja fina de oro   corriente, puesto por D. Pantaleón Rodríguez. Y una caja vieja de madera donde guardaba todas las especies ya indicadas. También existen dos campanas pequeñas. Y quedó concluida esta operación que firmaron los que se hallaron presentes, juntamente con el Sr. Cura recipiente y el ídem albacea como entregante en Chapi, 22-11-1868

Pablo Antonio Málaga, Manuel Refasen, Pantaleón Rodríguez

 

 

7. Inventario de febrero de 1876 [22]

 

"En esta viceparroquia de la Purísima Concepción de Quequeña, a 4 de febrero de 1898, el presbítero Emeterio Retamoso cura propio de esta Parroquia de san Francisco de Pocsi, habiendo determinado formar inventario en un Libro especial de las alhajas y paramentos que existen en el Santuario de Chapi, donde se venera y da culto a una imagen de la Santísima Virgen María en su advocación de la Purificación, cuya fiesta se celebra en la feria 5a. después de la Dominica Sexagésima procedí de la manera siguiente.

 

En el mes de febrero de 1877 me constituí por vez primera en el Santuario de Chapi a celebrar la fiesta de nuestra Señora y encontré una pequeña Capilla, paredes de piedra y barro, techo de madera y paja y dos puertas. Un altar de cal y canto y en el nicho colocada la sagrada imagen de la Virgen María con escapulario y manto de lana blanca con franja falsa; tenía una pequeña corona de plata, en la mano una pequeña canastilla de plata deteriorada y con falta de un pedazo y tenía dos palomitas de madera, plateadas, un resplandor de plata con un rayo quebrado, tiene cuatro pequeños querubines y cinco estrellitas; una media luna grande con dos estrellitas, todo de plata, dos anillos que parecían de oro y dos de cobre, tres petos, cinco cabelleras usadas, un manto de tisú morado y otro azul de lana, ambos con franja falsa, un Niño Jesús con casulla de lana, tres potencias, un mundo y dos zapatitos, todas estas piezas de plata, tres manteles, un atril y una campanilla, tres camisas, una pollera de raso punto y treinta centros. Dos sagradas imágenes de san Miguel y san Isidro Labrador, pobremente vestidos. Más un crucifijo averiado, un Niño Jesús con una cajita.

Una casulla completa de brocado con franja fina de oro, una campanilla y una alfombra de jergón, más dos campanas pequeñas, colgadas en un palo.

Es cuanto existía en febrero de 1876, cuando el cura Emeterio Retamoso tomó posesión de esta parroquia".

 

8. Inventario del mes de septiembre de 1893[23]

 

Según la crónica del periódico "La Bolsa", del 14 de febrero de 1890,"La imagen de la Virgen, traída del Santuario de Chapi, estuvo colocada en grandioso trono rodeado de flores y luces…"[24].

La Capilla de Chapi es de piedra y barro, techos de madera y pajas, tiene dos puertas con cerraduras; un solo altar con ara de piedra. En él una hermosa imagen de María Santísima de la Purificación, vestida con manto y escapulario de tisú morado y franja amarilla falsa. Tiene en una mano una vela o candeleja y canastilla de plata con dos palomitas de madera, plateadas. Una corona de plata, un Niño Jesús con casulla, tres potencias, un mundo y zapatitos de plata. Un resplandor de plata con nueve estrellitas y una media luna de plata con una estrellita. Dos mantos de lana, azul el uno y blanco el otro. Tres camisas, una pollera de raso punto y 30 centros.

Una imagen del arcángel S. Miguel y otra de San Isidro Labrador. Más un crucifijo averiado; también un Niño Jesús en una cajita.

Una casulla completa de brocado con franja fina de oro.

Dos anillos que parecen de oro y tres de cobre, tres petos y cinco cabelleras rizadas. Tres manteles, un atril, una campanilla y una alfombra de jergón.

Dos cajones y en ellos cinco ángeles de pasta, vestidos, adornos de gasa y flores de manos para la nube de la anda.

Y en la torre dos campanas medianas.

 

9. Inventario de 4 de febrero de 1898[25]

 

El 18 de febrero de este año de 1898, el cura propio Emeterio Retamoso, asociado a muchas personas y autoridades locales, recorrimos las alhajas y paramentos arriba expresados[26]. Igual diligencia practicamos el tres de mayo último el cura expresado, el Juez de Paz, D. Julio Tamayo, el síndico D. Torato Uría, el Teniente Gobernador D. Abel Pacheco y otros vecinos del lugar, recorrimos e inspeccionamos todas las existencias y mejoras que ha habido desde el pasado año de 1877 hasta el presente. Y el resultado es el siguiente.

. Los señores D. Ciriaco Herrero, D. Manuel Arrieta, D. Pascual Cornejo y D. Manuel Quiroz, inspirados por su devoción a la Santísima Virgen, se constituyeron en junta directiva para mejorar la capilla y, en efecto, con fondos propios y los que consiguieron de otras personas, hicieron trabajar desde cimientos un crucero de cal y canto y una sacristía, todo con techo de fierro acanalado. Tiene dos puertas grandes de madera extranjeras y un altar de cal y canto; en él está colocada la sagrada imagen de la Virgen María, en su advocación de la Purificación; tiene una hermosa corona imperial de plata galvanizada y adornada con piedras falsas. La hizo trabajar, añadiendo plata a la pequeña antigua, D. Anselmo Vega. Tiene en la mano derecha una canastilla con dos palomitas y una candeleja, todo de plata que la obsequió D. Juan Rodríguez, vecino de Caima. Tiene tres anillos de oro con brillantes, otro también de oro con una esmeralda, otros dos anillos pequeñitos, el uno de oro con una piedrecita y el otro de plata, un arito de oro con dos perlas finas que en esta fiesta ha obsequiado Da. Rafaela Uría y dos anillos de cobre con piedras falsas. Una guirnalda de plata con tres espigas de plata dorada, obsequio de D. Lorenzo Tejada. Un resplandor de plata con cinco estrellas y cuatro querubines, todo de plata y a los pies de la Virgen la media luna con dos estrellitas de plata; se halla vestida con un manto granate de tisú y franja falsa; tiene dos petos de raso bordados y uno pequeño de plata galvanizada con un topacio fino que en esta última fiesta ha obsequiado un platero Sr. Castañeda.

En la mano izquierda tiene un niño Jesús, vestido con una túnica de terciopelo granate, tiene en una mano un mundito de plata, mas otro de igual metal, tres potencias, tres resplandores, dos pares de zapatitos y dos pares de sandalias, todo de plata y seis túnicas de terciopelo y raso.

Un par de caravanas de oro, de hechura del país, otro similar; otro par de oro extranjero, filigrana con piedras, otro par de plata con perlas falsas, otro de plata filigrana con su prendedor, otro par de chicas de oro con 20 perlas finas, chicas y otro par de plata con dos perlas falsas. Dos prendedores chicos extranjeros, parecen de palta, otro con perlas falsas, otro con 16 piedras y una esmeralda y uno de concha de perla.

Siete pulseras de dublé, tres gargantillas extranjeras que parecen de plata; dos pendientes extranjeros con piedras falsas y una corbinita de plata.

Tres cabelleras y para su adorno siete estrellitas de plata con una piedra para cada una.

Mantos

Además del granate que viste la Santísima Virgen hay uno blanco de tisú con franja falsa, el morado antiguo también de tisú y franja falsa y el azul usado que sirve para dar los evangelios. Para la otra imagen de Nuestra Señora de Chapi que en altar especial se venera en el templo de Quequeña se llevó un manto de lamilla amarilla con franja falsa y otro azul también usado para Nuestra Señora de la Asunción a la que se da culto en la capilla de Yarabamba.

Camisas

 Cuatro camisas, cuarenta centros, dos polleras de seda y tres de merino.

En el altar, el ara antiguo y  otro antiguo que últimamente han obsequiado, ambas con reliquias. 17 manteles, unos de hilo y otros de algodón y 5 sobre manteles de hilo. Un misal, un alba, amito y cota de Bretaña de hilo, un cíngulo y un bonito obsequio del cura Retamoso. Más otra alba nueva de Bretaña que es en esta última fiesta dio una devota.

Un cáliz y patena de plata, todo dorado, devoción de algunos vecinos y del cura Retamoso que dio la mitad del importe y el estuche de cedro, otro cáliz más grande y patena, todo de plata y dorado, obsequio de D. Rosendo Quintanilla, vecino de Tambo; se le ha puesto estuche de madera.

A más de la antigua casulla de brocado y franja fina de oro, por devoción de D. Pantaleón Rodríguez, existen de mejora tres casullas completas, la colorada de brocado con franja blanca falsa, la morada de terciopelo, la negra también de terciopelo, ambas con franja falsa, costeadas con limosnas que recibió el Cura Retamoso. Y, últimamente, una devota de Arequipa obsequió una casulla nueva completa de tisú blanco con franja falsa.

Un par de vinajeras chicas de plata, puestas por un devoto de Arequipa, un par de vinajeras de cristal. Una cruz pequeña de plata y manga de lana que obsequió D. Juan de Dios Acosta. Un incensario y naveta de plaqué fino, devoción de una devota de Arequipa.; tres atriles, una sacra, un evangelio de san Juan y un lavabo en marcos dorados y vidrieras; dos campanillas. Una alfombra de jergón y dos chicas de triplé. Un sillón y una cómoda para guardar paramentos; 4 ropones o sotanas de género azul y cuatro ocotas para acólitos.

En una caja se guardan 5 estuches de madera, decentemente vestidos que sirven para adorno de las andas de Nuestra Señora.

Además, dos crucifijos de pasta, el uno de ellos con potencias de plata, tres arañas de cristal y una lámpara también de cristal; 6 candeleros de bronce de regular tamaño, fuera de muchos de lata. Un púlpito de madera extranjera, pintado de azul claro al óleo y dorados los adornos pero sin tornavoz.

Hay muchos cuadros pequeños y de medianos de diversos santos.

Un confesonario y una anda, muchos floreros de porcelana y ramos de flores artificiales.

Finalmente, tres campanas chicas.

Además, un niño Jesús colocado en una cajita, una imagen de san Joaquín toda de pasta y una sacra familia de las imágenes pequeñas del Sr. San José, Nuestra Señora y el Niño Jesús con pobre vestido.

Y no habiendo más que inventariar, firmamos el presente en Chapi en la fecha expresada. Emeterio Retamoso, Honorato Uría, Abel M. Pacheco".

 

Bendición del templo antiguo en 1899

 

En primer lugar, Justo a continuación del último inventario citado, una información referida a la bendición del templo, de gran interés para la historia del santuario, especialmente a raíz de la presente consagración del templo, el 21 de septiembre de 1995:

 

 "En el Santuario de Chapi, a nueve días del mes de febrero de 1899, le presbítero D. Manuel de la Cruz Escapa, cura auxiliar de la Parroquia, autorizado y con licencia expresa del Ilmo. Sr. Obispo Diocesano Monseñor Dr. Manuel Segundo Ballón, procedió a la solemne bendición del templo nuevo levantado en honor de la Santísima Trinidad y en el cual se da culto a la Santísima Virgen María en su advocación de la Purificación[27]".

 

Una pequeña historia de la imagen milagrosa

 

El dinámico párroco, Emeterio Retamoso, transcribe en mayo de 1905 un resumen de la primitiva historia de Chapi: "En un libro titulado ´Antigüedades de Pocsi ´escrito por don Juan Cárdenas, que actualmente posee don Martín Tamo, natural y vecino de Pocsi, encontré por una feliz casualidad datos precisos sobre el origen del culto extraordinario a la Santísima Virgen del Santuario de Chapi; datos que procuro transcribir lo más fielmente posible en este libro. El año 1798 el señor Cura que fue de esta iglesia de S. Francisco de Asís de Pocsi, Juan de Dios y Tamayo, recibió quejas de los indígenas de Chapi y especialmente de un señor Felipe Adrián en las que hacían frente a dicho señor Cura que las fiestas celebradas en ese lugar en honor de la Santísima Virgen de la Candelaria eran causa principal de muchos desórdenes y desperdicios a su sembríos. Por cuyo motivo ordenó el Párroco fuese trasladada la efigie de la Santísima Virgen al anexo de Logay, en la parcialidad de Urincaya. Al traerla a este lugar, en la primera pendiente al subir del vallecito de Chapi, operóse un milagro portentoso: los encargados de transportar a la Virgen al sitio indicado, no pudieron levantarla por más esfuerzos que hicieron del lugar donde actualmente existe el santuario. Así manifestó la Virgen su deseo de quedarse en ese lugar solitario donde se le construyó un santuario[28]".

 

Exvotos recibidos

         Es interesante constatar, por último, una obra singular[29] que cuantifica los exvotos entregados por los fieles en las tres fiestas anuales, desde 1926 a 1935[30]. Se especifica así mismo el género del exvoto, bien sea un miembro del organismo humano (brazo, corazón, ojos, cabezas, pies...), animales (vacas, asnos...) o cosas (casa, huerto...).

 

 

AÑO

 

Febrero

 

Mayo

 

Septiembre

 

Total

 

1926

 

38

 

498

 

116

 

652

 

1927

 

34

 

377

 

137

 

548

 

1928

 

35              

 

387

 

122

 

544

 

1929

 

40

 

467

 

226

 

733

 

1930

 

68

 

844

 

142

 

1054

 

1931

 

48

 

763

 

155

 

966

 

1932

 

42

 

798

 

136

 

976

 

1933

 

38

 

796

 

130

 

964

 

1934

 

52

 

626

 

149

 

827

 

1935

 

67

 

1061

 

187

 

1315

 

Oración de S.S. Juan Pablo II en el dφa de la coronación de la Virgen de Chapi el 12 de febrero de 1985.

 

"Oh Madre de Cristo, Santa Madre de Dios,

venerada con amor entrañable

por el Pueblo de Dios en toda la tierra peruana.

Madre y Reina de todos los Santos que ha dado

esta tierra: Toribio de Mogrovejo, Rosa de Lima,

 Martín de Porres, Juan Macías, Ana de los Angeles (...).

No dejes de llevar a Jesús en tus manos;

Llévalo a los corazones de todos los que,

en esta tierra,

tan amorosamente confían en ti.

Llévalo simpre, como lo llevaste al templo de Jerusalén;

que los ojos de nuestra fe se abran

en todo momento

como se abrieron los ojos de Simeón.

Junto con él profesamos:

"¡Luz para iluminar a las gentes!"

Que en los ojos de nuestra fe vean siempre

la salvación que viene de Dios... ¡Del mismo Dios!

Amén."

 

FUENTES:

Carta personal de Mons. Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio

Archivo Arzobispal de Arequipa:

Libro 1° de Inventarios de la parroquia de Pocsi. Pp.43-43v. Fue motivado por la Visita General del Obispo D. Jacinto Aguado.

Libro 2° de los Inventarios de Pocsi.

Libro de Inventarios de la parroquia de Quequeña, pp.49-49v.

"Libro de inventario de exvotos recibidos desde 1926 siendo párroco interino el Presbítero L. Bernedo Málaga, parroquia de San José de Quequeña".

 

BIBLIOGRAFÍA

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BENITO RODRÍGUEZ J.A.:

"Religiosidad popular en Cayma" pp.44-49 50 aniversario. Candelaria de Cayma. Edición conmemorativa 1947-1997 UNSA, Arequipa, 1997     

"Cayma en la devoción popular" Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa nº 4, Arequipa, pp.79-102. 1997    

Nuestra Señora del Consuelo Provincia Mercedaria del Perú, Lima, 1998.

Mater admirabilis (El rostro materno del Perú) Lima 1999

"Santo Toribio y la devoción a María" Duc in altum, FTPC, Lima, 2002

"El Rosario en América y Perú" La Rosa del Perú, pp.36-38 Lima

"La inmaculada en Perú antes de 1854"

http://www.periodismocatolico.com/archivo/2004/noviembre/c041118/indice.htm

"Chapi en los Libros de Inventarios del Archivo Arzobispal de Arequipa" Revista de Teología, Universidad Católica Santa María, Junio 2009, Año 12, nº 26, pp.32-55

 "La Virgen de la Nube y el Señor de los Milagros de Lima"  Simposium de Estudios del Escorial, Advocaciones Marianas de Gloria (San Lorenzo del Escorial, Madrid, pp.1187-1208. (Publicado como folleto por CEPAC)

 

"Historia y culto de la advocación arequipeña Nuestra Señora del Consuelo" Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa nº 8, Arequipa, pp.27-52.

 

"Religiosidad popular en el Perú en tiempos del reinado de Felipe II (1556-1598)" en Javier Campos El Perú en la época de Felipe II,  Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas, San Lorenzo del Escorial,  185-214

 

CABRÉ, F. Crónica del Congreso Mariano y Coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caima Arequipa, 1949.

CELAM: Santuarios, expresión de religiosidad popular Colección "Documentos CELAM" N° 113, Bogotá, 1989, pp.380-1.

El Deber Diario publicado en Arequipa, nº 23, Extraordinario de octubre de 1940 "Las grandes devociones populares de Arequipa". Pp.24-26.

GUTIÉRREZ LASANTA, F. Historia de la Virgen del Pilar. Zaragoza 1978, Artes Gráficas.

 

GONZALEZ, C.I. "Culto y devociones populares a María en el Perú" Revista Teológica Limense Vol.XXX, n.3, 1996, Lima, pp.265-293.

INTERNET: http://chapi.bravehost.com/historia2.htm. virgendechapi@yahoo.com

IRUSTRA, P. Darío: La Virgen de Chapi: Su historia. Su Santuario Monasterio del Niño Dios, Arequipa, 1996, 2a. ed.

LEONARDINI, Nanda‑Patricia Borda: Diccionario iconográfico religioso peruano Rubican, Lima, 1996

MÁLAGA NÚÑEZ, A -Zeballos Historia de la Virgen Candelaria en el Obispado de Arequipa. S. XVI-XX  Universidad Católica de Santa María, Arequipa, 2000

MOROTE BEST, E.  Aldeas sumergidas (Cultura Popular y Sociedad en los Andes) CERBC, Cusco, 1988,

MOSTAJO, F.: San Gil de Cayma Arequipa, 1956.

Novena de la Candelaria de Characato Arequipa, 1903.

PUIG T., P. Esteban: 50 aniversario. Candelaria de Cayma. Edición conmemorativa 1947-1997 UNSA, Arequipa, 1997.

OLIVAS WESTON, Marcela Peregrinaciones en el Perú (Antiguas rutas devocionales) 388 pp en 1999, USMP

PEÑA, P. José Francisco "La voluntad de la Virgen era quedarse en aquel lugar...".Revista PUEBLO CREYENTE, Año II, Nº 3, Julio de 1990.CECYCAP. Arequipa -

VARGAS UGARTE, Rubén

Historia de la ilustre congregación de seglares de Nuestra Señora de la O. Carlos Milla Batres, Lima, 1933.Historia del culto de María en Iberoamérica y de sus imágenes y santuarios más celebrados Madrid, 1956



[1] La primera version se publicó en: "Chapi en los Libros de Inventarios del Archivo Arzobispal de Arequipa" Revista de Teología, Universidad Católica Santa María, Junio 2009, Año 12, nº 26, pp.32-55

 

[3] Actualizamos y unificamos la grafía de los documentos adecuándola a la normativa vigente en el día de hoy.

[4] Archivo Departamental de Arequipa, Sección Histórica, Corregimiento: Asuntos Administrativos, 18 de enero de 1655, f.16v.

[5] Roma, 25 de mayo de 1999

[6] Marcela Olivas Weston:  Peregrinaciones en el Perú (Antiguas rutas devocionales) 388 pp en 1999, USMP

[7] "María y la religiosidad popular" pp.23-37 Carisma N° 22 Banco Central de Reserva del Perú-Fondo del Libro del Banco Industrial del Perú, Lima 1983, 5a.ed. p.28.

 [8] CELAM: Santuario, expresión de religiosidad popular Colección "Documentos CELAM" N° 113, Bogotá, 1989, pp.380-1.

[9] A. Málaga Núñez-Zeballos Historia de la Virgen Candelaria en el Obispado de Arequipa. S. XVI-XX  Universidad Católica de Santa María, Arequipa, 2000.

[10] Agradezco cordialmente la carta enviada por Mons. Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio en la que me facilitó estos datos.

[11] Ibídem.

[12] La primitiva versión del artículo fue una comunicación preparada para el Congreso sobre Identidad Nacional organizado en 1998 por el Instituto Riva Agüero.

[13] Ediciones Taller, Lima, 1990, 2ª ed. P.75

[14] V.A. Belaunde Peruanidad Banco Central de Reserva del Perú-Fondo del Libro del Banco Industrial del Perú, Lima, 1983, 5a.ed. pp.234-240.

[15]  "Ola de alegría inundó a Arequipa" Crónica de Roxana Ortiz en Arequipa al día, 2 de mayo de 2004, p.5.

[16] Libro 1° de Inventarios de la parroquia de Pocsi. pp.43-43v. Fue motivado por la Visita General del Obispo D. Jacinto Aguado.

[17] Libro 2° de los Inventarios de Pocsi. "Inventario de los ornamentos, alhajas y demás cosas de esta iglesia de Nuestro Padre San Francisco. de Pocsi que mandó hacer el R.P. General Maestro Gaspar Núñez del Prado, cura propio de esta doctrina por orden de Su Ilma. El obispo mi Sr. D. Pedro José Chaves de la Rosa, del consejo de S.M. para quitar las confusiones del inventario antiguo y es como sigue". pp.50-51.

[18] Libro de Inventarios de la parroquia de Quequeña, pp.49-49v.

[19] Ibídem, p.49v-50v.

[20] Ibídem, pp.70-70v.

[21] Ibídem.

[22] Libro de inventarios de las alhajas y paramentos existentes en el santuario de Chapi formado por el presbítero Emeterio Retamoso, cura propio de esta parroquia de San Francisco. de Pocsi. Febrero de 1898. pp.3-4

[23] Libro de Inventarios de la parroquia de Quequeña, pp.128-128v.

[24] Hemeroteca del Archivo de la Municipalidad de Arequipa.

[25] Libro de inventarios de las alhajas y paramentos existentes en el santuario de Chapi formado por el presbítero Emeterio Retamoso, cura propio de esta parroquia de San Francisco. de Pocsi. Febrero de 1898. pp.4-11.

[26] Inventario n° 7, referido a 1876, del presente estudio.

[27] Ibídem, p.10.

[28] Ibídem, p.12.

[29] "Libro de inventario de exvotos recibidos desde 1926 siendo párroco interino el Presbítero L. Bernedo Málaga, parroquia de San José de Quequeña".

[30] Justo en este año de 1934 tiene lugar un robo que merma de forma ostensible las imágenes, enseres y adornos que los devotos de Chapi habían ido donando a lo largo de los años. En este mismo libro se incluyen las actas levantadas denunciando el hecho.