jueves, 8 de marzo de 2018

Esta mañana, luego de la tradicional Misa de Acción de Gracias, tuvo lugar la Ceremonia de Apertura del Año Académico en la Universidad Católica San José. La actividad inció con un Desfile Académico, donde participaron autoridades y el claustro de profesores desfilando al son del himno Gaudeamus Igitur.

En la Mesa de Honor estuvieron el Rector, Pbro. Dr. Carlos Rosell De Almeida; el Vicerrector, Dr. Francisco Bobadilla Rodríguez; el Director de Investigación y Decano (e) de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, D.r José Antonio Benito Rodríguez; el Director de Estudios de la Facultad Pontificia de Teología, Pbro. Dr. Ricardo Fernández Sanabria; la Directora de Estudiantes, Lic. Jessica Chirinos, y el Secretario General, Abog. Vicente Sotelo Montenegro. Este último tuvo a su cargo la lectura de la Memoria 2017.

La Memoria contenía un resumen de los principales acontecimientos, eventos y logros obtenidos durante el año pasado. Uno de ellos fue el ponerle el nombre propio de "Universidad Católica San José" a nuestra Alma Mater, que hasta entonces se había denominado Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.

En la ceremonia se hicieron presentes los alumnos y algunas autoridades tanto civiles como religiosas de nuestra localidad, entre las que mencionamos al Alcalde de Pueblo Libre, Jhonel Leguía Jamis, y el Regidor Ángel Aparicio.

Fue el Doctor José Antonio Benito Rodríguez el encargado de pronunciar la lección inaugural que este año lleva un título histórico: La Universidad Católica San José como don de la visita del Papa a la Tierra Ensantada del Perú. "Este rico legado, manteniendo su esencia, se abre hoy, casi cinco siglos después, 470 años, con nuevo nombre, nueva estructura, nuevos horizontes a vivir el mensaje del Papa Francisco", aseguró.

Finalmente, el Rector, Pbro. Dr. Carlos Rosell De Almeida dio por inaugurado oficialmente el año académico 2018 en la Universidad Católica San José.

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LA UNIVERSIDAD CATÓLICA SAN JOSÉ COMO DON DE LA VISITA DEL PAPA A LA TIERRA ENSANTADA DEL PERÚ

José Antonio Benito Rodríguez, 8 de marzo del 2018

 

SUMARIO

1.  PRESUPUESTO: GRATITUD

2.  PRIMER PREÁMBULO: SAN JOSÉ, SANTO PERUANO

3.  SEGUNDO PREÁMBULO. UNA INSTITUCIÓN AL SERVICIO DE LA TEOLOGÍA

4.  SEGUNDO PUNTO: La segunda mirada se dirige a nuestro tiempo presente

5.  TERCER PUNTO: La tercera mirada nos lanza hacia el futuro: Unidad, esperanza, consuelo

6.  CONCLUSIÓN o COLOQUIO FINAL

 

Eminencia Señor Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Rev. Padre Carlos Rosell, Rector de esta Universidad, Profesores, alumnos, amigos, un saludo muy cordial y una oración para que la lección que me han pedido no les aburra sino que les ayude a "reflectir (reflexionar) –como diría san Ignacio de Loyola- para sacar algún provecho".

 

De hecho, la he estructurado al estilo de una plática o meditación ignaciana con la composición de lugar (por una parte, los claustros de la Facultad de Teología y Universidad Católica San José; por otra los lugares visitados por el Papa Francisco en su reciente visita al Perú); ver las personas (Papa Francisco, los fieles), escuchar sus mensajes y meternos en la acción como si presentes nos hallásemos.  La oración de siempre: "que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean siempre para la mayor gloria de Dios y provecho de las almas" y a San José, esposo de la Virgen, custodio del Señor, llévanos a María y por María a Dios.

Un presupuesto, la importancia del momento presente que estamos viviendo; dos preámbulos, 1) San José santo peruano 2) De Facultad a Universidad; tres puntos al estilo de nuestro Sumo Pontífice en sus discursos y que tienen que ver con los pronunciados en su reciente visita:

1. Perú, tierra ensantada, para agradecer, para conocer, para asumir, para custodiar, para imitar.

2. Perú, tierra agrietada, saqueada, azotada por la corrupción, indiferencia…

3. Perú, tierra esperanzada. Con una madre, consuelo y misericordia.

Para concluir con un coloquio final con San José.

 

 

1.  PRESUPUESTO: GRATITUD

Hace casi cinco años, el Papa Francisco inició su pontificado en la Solemnidad de San José, un martes 19 de marzo de 2013, con estas palabras:

"Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado. Imploro la intercesión de la Virgen María, de san José, de los Apóstoles san Pedro y san Pablo, de san Francisco, para que el Espíritu Santo acompañe mi ministerio, y a todos vosotros os digo: Rezad por mí. Amén.

Durante su viaje a Filipinas, el Pontífice hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero: son el descansar en el Señor en la oración, crecer con Jesús y Santa María y ser una voz profética en la sociedad. Allí develó uno de sus secretos más guardados. "Yo quiero mucho a San José porque es un hombre fuerte de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, lo puede hacer, lo sabemos. Cuando tengo un problema, una dificultad, escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por este problema" En el vuelo de regreso de Estrasburgo (Francia) al Vaticano, tras su visita al Parlamento europeo y al Consejo de Europa, el Pontífice dijo: "cada vez que le he pedido algo a San José, me lo ha concedido".

El Nuncio del Papa en el Perú acaba de publicar un precioso libro testimonial de sus años de Buenos Aires en los que rescata la tierna devoción del Papa por San José y como en todas las cartas introducía un estampa del Santo con la oración de Sta. Teresa; los frutos vocacionales de la Compañía en Argentina los atribuía a su audaz y tierna devoción.[1].

No han pasado ni dos meses cuando nuestra patria se convirtió en un acogedor hogar presidido por su padre y pastor Francisco. Fueron días densos, llenos de sorpresas, de vida. Un kairós, un tiempo propicio de gracia, un Pentecostés, un vendaval de fe y esperanza. Todavía seguimos recordando, pasando por el corazón, haciendo la digestión visual, mental, cordial, de tantos mensajes, emociones y gestos. De algún modo se recogían los frutos de la generosa y programada siembra de meses de afanoso pero entusiasta trabajo.

Considero que esta nueva Universidad Católica de San José es un don de la providencia por la visita del Santo Padre y que quiere convertirla en una presencia viva de su patronazgo para custodiar la vida y fe de la Iglesia. Y San José, esposo de María, padre virginal del Señor, custodio de la Iglesia, amigo y confidente de nuestro Papa, se convierte ahora en un formidable y consolador regalo, Todos los que en esta mañana estamos participando en la inauguración del nuevo Año Académico, somos testigos y protagonistas de este fruto de la visita del Dulce Cristo en la Tierra: La Universidad Católica San José.

Comienzo, por tanto, agradeciendo a San José por esta preferencia hacia toda la Comunidad Académica y de modo particular hacia mi persona por permitirme –gracias a las autoridades- poder pronunciar esta primera lección magistral que quiere glosar lo que ha sido el motivo central de la reciente visita papal al Perú, la santidad en nuestra tierra, a la que ha denominado "tierra ensantada".

 

2.  PRIMER PREÁMBULO: SAN JOSÉ, SANTO PERUANO

Aunque ni nació ni murió en Perú, sin embargo, el Gobierno Peruano lo eligió como su patrono en el Congreso Constituyente de 14 de marzo de 1828, restituyendo la fiesta del Santo Patriarca en el calendario de fiestas de guardar y lo elige como Patrono de la República. Como presidente del congreso fungía Francisco Javier de Luna Pizarro[2], el presidente de la República era el general José de la Mar y el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores que refrendó el decreto josefino fue el destacado liberal y masón Francisco Javier Mariátegui.

Este hecho y otras múltiples manifestaciones de una secular devoción a San José, manifestado en cofradías, decretos conciliares y sinodales, su presencia en la toponimia y numerosos patronazgos de la patria, capillas, centros educativos, seminarios, monasterios, congregaciones, instituciones de obras sociales y benéficas, llevó a los Obispos de la Asamblea Episcopal a solicitar al Romano Pontífice en 1957 que ``confirmase la elección del Celestial Patriarca como Patrono de la República Peruana", a la cual el Santo Padre Pío XII accedió emitiendo el 19 de Marzo del mismo año el Breve Apostólico con el cual declaró al "Patriarca San José, Esposo de la Virgen María, principal Patrono ante Dios de la Nación Peruana, con todos los honores y privilegios litúrgicos que corresponden a los Patronos de los lugares".  De hecho, en el Perú llevan su nombre 34 parroquias, dos capillas, 23 centros educativos, 5 seminarios, 7 monasterios, 19 Congregaciones entre religiosos y religiosas, además de muchas instituciones de obras sociales y benéficas.

A tal punto llegaba por entonces la devoción a nuestro Santo, que cuando el Concilio Provincial de Lima del año de 1583 fijó los días de guardar sin considerar la festividad del Señor San José, los socios de su Cofradía pidieron al Sínodo Diocesano de 1592, presidido por el Arzobispo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, fuese de guardar dicha fiesta, éste dispuso:·"habiéndosenos pedido en este presente Sínodo por parte de los cofrades de la Cofradía de San José de esta ciudad, se guardase la fiesta de dicho Santo: habiéndolo conferido y tratado con el clero y pueblo que estaba presente, mandamos guardar la dicha fiesta de San José en esta ciudad".

Otra manifestación de la gran devoción, no sólo popular, sino por parte de grandes teólogos, nos la da el siervo de Dios P. Juan de Alloza, limeño, nacido a fines del S. XVI 1597 y muerto el 6 de noviembre de 1666, estudiante de Derecho en San Marcos, jesuita, profesor de latín y retórica, misionero entre los indios en Huamanga, Huancavelica, Huánuco e Ica, y que pasó los 26 últimos años de su vida en Lima en el colegio de San Pablo y el noviciado de San Antonio Abad, escribió un precioso libro titulado Afición y amor de San Joseph, sus grandes excelencias y virtudes y que fue publicado en 1652 de 329 páginas   Contiene una epístola dedicatoria a la Santísima y Purísima Virgen Madre de Jesús, Esposa de José, Reina y Señora Nuestra…para que con vuestro patrocinio alcance el fin que vuestro esclavo y autor suyo desea que es acrecentar en el mundo la devoción de vuestro purísimo esposo y para mayor honra vuestra y gloria de vuestro dulcísimo hijo Jesús. En su prólogo nos cuenta que ha escrito una carta al célebre P. Eusebio Nieremberg "Reciba el Santo la deseosa voluntad de servirle y sus devotos la de aprovecharles y encenderles en su amor y devoción, que si en uno solo consigo este deseo no quiero más premio"[1].

Tan sólo recordar que nuestro querido San Juan Pablo II, al conmemorarse los cien años de la Quamquam pluries Sobre la devoción a San José, encíclica del Papa León XIII, de1889, cita las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial patrono de la Iglesia, por ser esposo de María y padre putativo de Jesús. De estas fuentes ha manado su dignidad, su santidad, su gloria.  Y en Redemptoris custos alentará su devoción: "Este patrocinio debe ser invocado y todavía es necesario a la Iglesia no sólo como defensa contra los peligros que surgen, sino también y sobre todo como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de reevangelización en aquellos «países y naciones, en los que —como he escrito en la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Christifideles laici— la religión y la vida cristiana fueron florecientes y» que «están ahora sometidos a dura prueba»[45]. (n.29) 

3.  SEGUNDO PREÁMBULO. UNA INSTITUCIÓN AL SERVICIO DE LA TEOLOGÍA.

Las Actas de la Orden de Santo Domingo, 1º de julio de 1548, recogen que se reunió en el Cusco en Capítulo provincial integrado por religiosos de los conventos del CUSCO, Arequipa y Lima, y decidió: en el Convento de Lima, un Estudio General en la forma en que hoy se ve, aunque no con tanto número de cátedras como ahora, hoy tiene dos regentes primero y segundo: cuatro cátedras de Teología, tres de Escolástica, y una Escritura, otra de la lengua general del Perú, que llaman Quechua, un maestro de Estudiantes, y tres lectores de Artes". 2º. "Instituyeron en Lector de Teología para el Convento de Lima al mismo Padre Prior, y Predicador General Fr. Domingo de Santo Thomas.

Casi tres años después, con los estudios de Teología en desarrollo, por Cédula Real del 12 de mayo de 1551, el Rey de España creó la Universidad de Lima, con todos los privilegios de la Universidad de Salamanca. Los estudios de Teología fueron incorporados a esta Universidad, sirviendo a ésta de base para su existencia. Así, se constituyó la Facultad de Teología, la primera Facultad de la nueva Universidad. San Pío V la aprobó también con el breve "Exponi Nobis", del 26 de julio de 1571. En 1574, ella tomó el nombre de Universidad de San Marcos.

Este origen histórico de los estudios teológicos otorga a nuestra Facultad el privilegio de ser la iniciadora de los estudios universitarios en el Perú, tanto los de pre como los de post grado. Formó parte de la hoy Universidad Mayor de San Marcos, con existencia ininterrumpida.

Quedaba establecida así la mayor expresión de la síntesis cultura-fe, jerarquía civil-religiosa, con el fin de buscar el progreso integral de la persona y la sociedad a partir del estudio privilegiado de la Teología, de la que todas las demás ciencias eran "ancillae" (esclavas); claro que "cada una gozaba de autonomía y dignidad propia, pero en dependencia jerarquizada y orgánica para una función de servicios: servir a Dios y a los hombres"[2].

Como escribió el P. Bartra, aquí está la explicación del por qué en la Universidad de San Marcos el primer puesto del claustro se reservó a la Facultad de Teología. Las otras facultades eran las de Derecho Civil (Leyes), Derecho Canónico (Cánones), Artes y Medicina. Las cátedras más importantes en Teología eran la de Prima o Teología escolástica, la de Sagrada Escritura, Vísperas y Nona.Cátedras de Sagrada Escritura. En la Universidad de San Marcos, la Facultad de Teología contaba con cuatro cátedras: Prima, Sagrada Escritura, Santo Tomás, Vísperas.  El Virrey Toledo firma una Real Cédula, Los Reyes, 20 de junio de 1580, por la que indica que  la "cátedra y lectura de Sagrada Escritura sin la cual no se puede saber ni entender la teología y letras divinas ni conseguirse el efecto de la enseñanza y predicación evangélica que han de hacer los estudiantes que la profesasen para españoles e indios".

Hay que recordar que siempre estuvo muy unida al Seminario, y a pesar de ser dos instituciones claramente diferenciadas, en sus cuatro siglos de historia ha vivido etapas en que sus vidas se fundían e identificaban, no sólo por compartir local -calle san Francisco- sino autoridades, profesores y alumnos. Notemos de entrada, que el primer rector del seminario, Hernando de Guzmán, fue tres veces rector de la Universidad de San Marcos.

Conviene recordar profesores sobresalientes como el biblista y asesor de Santo Toribio, P. José de Acosta, el gramático y gran misionero P. Pablo José de Arriaga, SJ; Fray Antonio de Lorenzana, OP, doctor por Salamanca y confesor de Santa Rosa. Era tal la fama cobrada por sus teólogos que a finales de la primera mitad del XVII aparecen numerosos escritos alabando a la Universidad de San Marcos y a sus catedráticos, como los del franciscano Buenaventura de Salinas y Córdova [1630], el dominico fray Adriano de Alesio [1645], el agustino Calancha [1647] y Diego de León Pinelo.

Entre los alumnos y profesores más destacados:

Juan Cavero de Toledo (Rector 1701-16). Fue Obispo de Santa Cruz de la Sierra y después de Arequipa. Se graduó en San Marcos,  regentando la cátedra de vísperas y prima de Teología.

Bernardino de Almansa. Fue secretario de Mogrovejo, durante año y medio, de la visita iniciada en 1584. Obispo de Santo Domingo y santa Fe de Bogotá.

Fray Cipriano de Medina. Obispo de Huamanga, Se graduó en Teología en la Universidad de San Marcos en 1627 y en ella fue lector de Teología Moral y luego de Prima.

Baltasar Martínez de Compañón (1737-1797). Natural de Navarra, obispo de Trujillo (1779-91), arzobispo de Bogotá. Fue capellán de la Universidad de Salamanca, donde se recibió como doctor. Rector de este seminario.

José Baquíjano y Carrillo. Catedrático de San Marcos y elegido por la Regencia del Reino para representar a América en la Junta que se formó con motivo de la invasión de España por los franceses, Bachiller en Cánones, y de Doctor en Leyes y Cánones en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Recibido de abogado ante la Real Audiencia en 1769, fue secretario del obispo electo del Cuzco, Agustín de Gorrichátegui, participando en el IV Concilio Limense y viajando en su compañía al Cuzco.

Vicente Morales Duárez. Optó el grado de Doctor en Leyes y Cánones en la Universidad de San Marcos. Catedrático también de San Marcos y Diputado en las Cortes de Cádiz, de las cuales fue elegido Presidente.

Mons. Juan Ambrosio Huerta. Obispo de Puno y de Arequipa.

Manuel Tovar. Rector del Seminario y Arzobispo de Lima. Presidente del Primer Concilio Plenario Latinoamericano.

En sus aulas se formaron gran parte de la intelectualidad del Perú y de América, así como sus líderes como Nicolás de Piérola (1839-1913). Alumno y docente, presidente del Perú de 1895 a 1899.

Doctores en teología como 1831. José Gregorio Paz Soldán, Fiscal de la Excma. Corte Suprema y ex-rector de la U. S. Marcos. 1857. Juan Gualberto Valdivia. Deán de la SI Arequipa, Prelado Doméstico de SS, asistente al sacro solio y Rector del Col. De la Independencia 1903. Belisario A. Phillips. 1910. Jerónimo Carranza. 1910. Juan M. Atucha. 1915. Rubén Olivares. 1915 Jorge Dintilhac. Monseñor Emilio Lissón.

En 1935 la Facultad de Teología se segregó de la Universidad San Marcos con plena aquiescencia de la autoridad civil. La Congregación para la Educación Católica, por su parte, aprobó definitivamente sus nuevos Estatutos, por Decreto del 10 de diciembre de 1993. El Estado, por Ley Nº26327, del 2 de junio de 1994, la incluye en el Sistema Universitario Peruano, manteniendo su carácter pontificio y civil. Como se nos relatará en la Memoria, el 11 de diciembre de 2017 se logra la inscripción de la personería jurídica de la Universidad en los Registros Públicos de Lima, aprobándonos el nuevo nombre de San José, con la adecuación y modificación total de los Estatutos según lo previsto en la Ley Universitaria No. 30220 y en la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae

Este rico legado, manteniendo su esencia, se abre hoy, casi cinco siglos después, 470 años, con nuevo nombre, nueva estructura, nuevos horizontes a vivir el mensaje del Papa Francisco.

Es lo que les propongo en tres artículos, que como deseaba san Juan Pablo II en el jubileo bimilenario se corresponden con tres tiempos; el pasado para agradecer, el presente para comprometerse, el futuro para proyectarse.

 

4.  PUNTO PRIMERO: Mirando hacia el pasado, nos encontramos con Perú, tierra ensantada, para agradecer, para conocer, para asumir, para custodiar, para imitar.

Como escribió san Juan Pablo II en Ecclessia in America "el mayor don que América ha recibido del Señor es la fe, que ha ido forjando su identidad cristiana." (n.14); y "la expresión y los mejores frutos de la identidad cristiana de América son sus santos (n.15). Es como decir que en el ADN, en el carnet de identidad de América, en este caso del Perú, el Cristianismo es esencial y quienes lo han vivido de modo más coherente y ejemplar han sido los santos.

A igual que hay personajes universales que marcan la trayectoria histórica, los santos son los hitos, los referentes, los paradigmas del cristianismo en el Perú; en ellos, encuentran sus connacionales el modo concreto de ser discípulo y misionero de Cristo, de amar a Dios por entero y al prójimo hasta el extremo. Los cinco santos del Perú, en especial Rosa y Martín, permean la historia, la toponimia, las costumbres, la idiosincrasia del Perú. Su memoria es un vademécum para forjar un país con valores, como la unión y la esperanza, indispensables en momentos difíciles como el actual. Sus vidas han servido de ejemplo para millones de personas. Rosa y Martín encarnaron a Cristo de modo sencillo y gozoso, muy atractivo. Sus imágenes, sus nombres siembran la geografía de América Latina facilitando en los fieles su devoción. A través de cofradías, asociaciones, instituciones, los valores personificados en ellos como la coherencia, la hermandad, la alegría dinamizan la vida de un continente impregnado por la fe y la caridad cristianas.

Y nuestros santos peruanos son también latinoamericanos. Porque han saltado las fronteras nacionales. Rosa fue la primera santa de América, Toribio de Mogrovejo es patrono de todos los obispos de América, Martín es patrono mundial de la justicia social, Francisco Solano vivió en Bolivia y Tucumán, y tiene gran arraigo en el mundo franciscano y artístico musical, hasta el de perfil más bajo como Juan Macías tiene miles de devotos entre los emigrantes del mundo. Hay que destacar que Santa Rosa de Lima es Patrona de América. Rosa fue la afirmación primera y más contundente del mestizaje peruano. De este modo, tanto los criollos, como los indios, los negros, los mestizos la hicieron su patrona, su bandera y le confiaron su representatividad.  El 12 de marzo de 1668 fue beatificada por Clemente IX, el 2 de enero de 1669 fue declarada Patrona de lima y del Perú. El 11 de agosto de 1670 era declarada patrona de toda América y Filipinas. Por último, el 12 de abril de 1671, el Papa Clemente X la canoniza junto a Luis Beltrán y Francisco de Borja. Todo ello conllevó una serie de celebraciones por toda España y toda la América Hispana, Latinoamérica, que se concretó en obras de literatura, pintura, escultura, templos, instituciones y hasta ciudades. San Martín la nombra patrona de la Independencia.

Repasemos ahora lo que nuestro Papa Francisco nos ha dicho sobre nuestros santos. Gracias a nuestro querido Cardenal recibimos con emoción un primer video mensaje del cual brotarán otras sugestivas intervenciones:

 

"Queridos hermanos y hermanas peruanos:

Dentro de poco los visitaré, tengo muchas ganas de ir, ustedes son un pueblo de mucha reserva. Y la reserva más linda que puede tener un pueblo es la reserva de los santos, ustedes tienen tantos santos y grandes santos que marcaron Latinoamérica. Los santos hicieron la construcción de la Iglesia, es decir de la dispersión a la unidad, un santo siempre trabaja en esa línea, de lo que está disperso a la unidad, que es lo que hizo Jesús. Un cristiano tiene que seguir ese camino y por qué no un peruano con tantos santos peruanos, trabajar por la unidad, quien trabaja por la unidad mira adelante y adelante se puede mirar con escepticismo, con amargura, un cristiano no puede, un cristiano mira adelante con esperanza, porque espera lograr eso que el Señor le prometió". Nos veremos pronto, pero mientras tanto: Unidad y esperanza, trabajen en eso. Rezo por ustedes, ustedes háganlo por mí".

Cerca de la Navidad y dirigiéndose a los jóvenes de la Guardia del Papa, expresó su emoción por la cercanía de su llegada al Perú, especialmente por su deseo de venerar las reliquias de los santos peruanos: "Yo estoy soñando con el viaje, tengo muchas ganas de ir porque ustedes tienen una cosa que otros pueblos no tenemos: los santos…Arriésguense, salgan, hagan algo bien, háganlo por Dios. Busquen ¿qué puedo hacer por Jesús? ¿Qué puedo hacer por el bien de los demás?".

Y ya en nuestra Patria, en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno (Lima) Viernes, 19 de enero de 2018;

Y me alegro también de un hecho histórico: saber que la esperanza en esta tierra tiene rostro de santidad. Perú engendró santos que han abierto caminos de fe para todo el continente americano; y por nombrar tan sólo a uno, Martín de Porres, hijo de dos culturas, mostró la fuerza y la riqueza que nace en las personas cuando se concentran en el amor. Y podría continuar largamente esta lista material e inmaterial de motivos para la esperanza. Perú es tierra de esperanza que invita y desafía a la unidad de todo su pueblo. Este pueblo tiene la responsabilidad de mantenerse unido precisamente para defender, entre otras cosas, todos estos motivos de esperanza.

En Puerto Maldonado, apostando por los derechos humanos de los nativos: Cómo no recordar a santo Toribio cuando constataba con gran pesar en el tercer Concilio Limense «que no solamente en tiempos pasados se les hayan hecho a estos pobres tantos agravios y fuerzas con tanto exceso, sino también hoy muchos procuran hacer lo mismo…» (Ses. III, c.3).

En el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo (Trujillo)

Estar aquí y con ustedes es sentir que estamos en una de esas «cunas» que gestaron a tantos misioneros. Y no olvido que esta tierra vio morir, misionando —no sentado detrás de un escritorio—, a santo Toribio de Mogrovejo, patrono del episcopado latinoamericano. Y todo esto nos lleva a mirar hacia nuestras raíces, a lo que nos sostiene a lo largo del tiempo, nos sostiene a lo largo de la historia para crecer hacia arriba y dar fruto. Las raíces. Sin raíces no hay flores, no hay frutos.

  En la Catedral de Lima, en el acto de veneración de las reliquias de nuestros santos:

Te agradecemos de manera especial la santidad florecida en nuestra tierra. Nuestra iglesia arquidiocesana, fecundada por el trabajo apostólico de santo Toribio de Mogrovejo; engrandecida por la oración, penitencia y caridad de santa Rosa de Lima y san Martín de Porres; adornada por el celo misionero de san Francisco Solano y el servicio humilde de san Juan Macías;  bendecida por el testimonio de vida cristiana de otros hermanos fieles al Evangelio, agradece tu acción en nuestra historia y te suplica ser fiel a la herencia recibida

A continuación, en el encuentro con los obispos del Perú, pronunció uno de los más bellos discursos sobre nuestro Arzobispo Santo:

Como saben, en el Vaticano se custodia un cuadro en el que aparece santo Toribio atravesando un río caudaloso, cuyas aguas se abren a su paso como si se tratase del mar Rojo, para que pudiera llegar a la otra orilla donde lo espera un numeroso grupo de nativos. Detrás de santo Toribio hay una gran multitud de personas, que es el pueblo fiel que sigue a su pastor en la tarea de la evangelización…Santo Toribio, el hombre que quiso llegar a la otra orilla...Dejó terreno seguro para adentrarse en un universo totalmente nuevo, desconocido y desafiante. Fue hacia una tierra prometida guiado por la fe como «garantía de los bienes que se esperan» (Hb 11,1). Su fe y su confianza en el Señor lo impulsó y lo va a impulsar a lo largo de toda su vida a llegar a la otra orilla, donde Él lo esperaba en medio de una multitud.

El lema de este viaje nos habla de unidad y de esperanza. Es un programa arduo, pero a la vez provocador, que nos evoca las proezas de santo Toribio de Mogrovejo, Arzobispo de esta Sede y patrono del episcopado latinoamericano, un ejemplo de «constructor de unidad eclesial», como lo definió mi predecesor san Juan Pablo II en su primer Viaje Apostólico a esta tierra[1]. Es significativo que este santo Obispo sea representado en sus retratos como un «nuevo Moisés». 1. Quiso llegar a la otra orilla en busca de los lejanos y dispersos. Hoy le llamaríamos un Obispo «callejero». Un obispo con suelas gastadas por andar, por recorrer, por salir al encuentro para «anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie»[4]2. Quiso llegar a la otra orilla no sólo geográfica sino cultural. Fue así como promovió por muchos media una evangelización en la lengua nativa. Con el tercer Concilio Limense, procuró que los catecismos fueran realizados y traducidos en quechua y aymara. 3. Quiso llegar a la otra orilla de la caridad. Así nos muestra al pastor que sabe que el bien espiritual no puede nunca separarse del justo bien material y tanto más cuando se pone en riesgo la integridad y la dignidad de las personas. Profecía episcopal que no tiene miedo a denunciar los abusos y excesos que se cometen frente a su pueblo. 4. Quiso llegar a la otra orilla en la formación de sus sacerdotes. Fundó el primer seminario postconciliar en esta zona del mundo, impulsando de esta manera la formación del clero nativo. 5. Quiso llegar a la otra orilla, la de la unidad. Promovió de manera admirable y profética la formación e integración de espacios de comunión y participación entre los distintos integrantes del Pueblo de Dios. 6. Y a santo Toribio le llegó el momento de cruzar hacia la orilla definitiva, hacia esa tierra que lo esperaba y que iba degustando en su continuo dejar la orilla. Este nuevo partir, no lo hacía solo. Al igual que el cuadro que les comentaba al inicio, iba al encuentro de los santos seguido de una gran muchedumbre a sus espaldas. Es el pastor que ha sabido cargar «su valija» con rostros y nombres. Ellos eran su pasaporte al cielo.

Desde el Balcón del Arzobispado se dirigió a los jóvenes presentándoles a los santos como modelos

¡Queridos amigos, cuántos ejemplos tienen ustedes! Pienso en san Martín de Porres. Nada le impidió a ese joven cumplir sus sueños, nada le impidió gastar su vida por los demás, nada le impidió amar y lo hizo porque había experimentado que el Señor lo había amado primeroNo se olviden de los santos que desde el cielo nos acompañan; acudan a ellos, recen y no se cansen de pedir su intercesión. Esos santos de ayer pero también de hoy: esta tierra tiene muchos, porque es una tierra «ensantada». Perú es una tierra "ensantada". Busquen la ayuda y el consejo de personas que ustedes saben que son buenas para aconsejar porque sus rostros muestran alegría y paz. Déjense acompañar por ellas y así andar el camino de la vida.

Pero hay algo más: Jesús quiere verlos en movimiento. A vos te quiere ver llevar adelante tus ideales, y que te animes a seguir sus instrucciones. Él los llevará por el camino de las bienaventuranzas, un camino nada fácil pero apasionante, es un camino que no se puede recorrer sólo, hay que recorrerlo en equipo, donde cada uno puede colaborar con lo mejor de sí. Jesús cuenta contigo como lo hizo hace mucho tiempo con santa Rosa de Lima, santo Toribio, san Juan Macías, san Francisco Solano y tantos otros

Es el momento de agradecer a quien fuese Rector de nuestra casa de estudios, Padre Pedro Hidalgo, y a Monseñor Raúl Chau, por la excelente iniciativa de regalar al Papa el bello Mosaico de los santos peruanos en torno a Nuestro Señor Jesucristo, elaborado por la Escuela de artesanos Don Bosco de Cajamarca donde trabajan algunos artistas formados en el Centro guiado por el P. Marko Rupnik. Aparecen los santos como resplandor del Señor y representan del modo más elocuente lo que nos ha brindado Francisco.

Varios periodistas que siguieron la visita se preguntaban extrañados el porqué de esta alta valoración del Papa por los santos del Perú. Pienso que es la justa y agradecida valoración de un argentino, católico, jesuita, obispo, que por cultura y devoción es consciente de la gran riqueza que significa el patrimonio de la santidad, como legado que conocer, custodiar, asimilar y practicar en el aquí y ahora del Perú. Al provenir del también Papa le da una cuota especial que conlleva para todos los peruanos gratitud, gozo y responsabilidad.

5.  SEGUNDO PUNTO: La segunda mirada se dirige a nuestro tiempo presente.

Francisco nos convida a mirar al Perú con realismo y pasión, como una tierra bendecida, sí, de gran riqueza en su biodiversidad, pero agrietada, saqueada, azotada por la corrupción, indiferencia…

En su visita a la Selva afirmará que es doloroso ver como algunos quieren hacer de Madre de Dios una "tierra anónima, sin hijos, una tierra infecunda, un lugar fácil de comercializar y explotar". Clamó contra la cultura del descarte y la exclusión. "Nos hemos acostumbrado a usar el término 'trata de personas', pero en realidad deberíamos hablar de esclavitud: esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro. Duele constatar como en esta tierra, que está bajo el amparo de la Madre de Dios, tantas mujeres son desvaloradas, menospreciadas y expuestas a un sinfín de violencias". El Papa pidió que no se 'naturalice' la violencia hacia las mujeres. "No nos es lícito mirar para otro lado y dejar que tantas mujeres, especialmente adolescentes, sean 'pisoteadas' en su dignidad". También advirtió que algunas de las personas que llegan a la Amazonía en busca de trabajo "se basaron en el brillo prometedor la extracción del oro, pero el oro puede convertirse en un falso dios que exige sacrificios humanos" y los falsos dioses "lo corrompen todo". "Corrompen a la personas y las instituciones, también destruyen el bosque".

En el Hogar de "El Principito" condenó, al ver a los jóvenes procedentes de las comunidades nativas, la destrucción de los bosques. "Sus abuelos les enseñaron a descubrirlos, en ellos encontraban su alimento y la medicina que los sanaba - lo representaron bien al principio aquí-. Hoy son devastados por el vértigo de un progreso mal entendido. Los ríos que acogieron sus juegos y les regalaron comida hoy están enlodados, contaminados, muertos". Y les alentó: "Jóvenes, no se conformen con lo que está pasando. No renuncien al legado de sus abuelos, no renuncien a su vida ni a sus sueños. Me gustaría estimularlos a que estudien; prepárense, aprovechen la oportunidad que tienen para formarse. El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, y los necesita no disfrazados sino tal y cual son. No disfrazados de ciudadanos de otro pueblo, no, como son ustedes, así los necesitamos. ¡No se conformen con ser el vagón de cola de la sociedad, enganchados y dejándose llevar! No, no, nunca sean vagón de cola. Los necesitamos como motor, empujando. Y les recomiendo una cosa, escuchen a sus abuelos, valoren sus tradiciones, no frenen su curiosidad. Busquen sus raíces y, a la vez, abran los ojos a lo novedoso, sí… y hagan su propia síntesis.

Este discurso lo retomará ante el Presidente del Perú y los congresistas en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno. Denuncia "que estamos despojando a la tierra de los recursos naturales sin los cuales no es posible ninguna forma de vida. La pérdida de selvas y bosques implica no sólo la pérdida de especies, que incluso podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, sino la pérdida de relaciones vitales que terminan alterando todo el ecosistema" y apuesta por "impulsar y desarrollar una ecología integral como alternativa a «un modelo de desarrollo ya caduco pero que sigue provocando degradación humana, social y ambiental…La degradación del medio ambiente, lamentablemente, no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades. No podemos pensarlas como dos instancias distintas.

A modo de ejemplo, la minería informal se ha vuelto un peligro que destruye la vida de personas; los bosques y ríos son devastados con toda la riqueza que ellos poseen. Este proceso de degradación conlleva y promueve organizaciones por fuera de las estructuras legales que degradan a tantos hermanos nuestros sometiéndolos a la trata —nueva forma de esclavitud—, al trabajo informal, a la delincuencia… y a otros males que afectan gravemente su dignidad y, a la vez, la dignidad de esta nación.

Trabajar unidos para defender la esperanza exige estar muy atentos a esa otra forma —muchas veces sutil— de degradación ambiental que contamina progresivamente todo el entramado vital: la corrupción. Cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente ese «virus» social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados. Lo que se haga para luchar contra este flagelo social merece la mayor de las ponderaciones y ayudas… y esta lucha nos compromete a todos. «Unidos para defender la esperanza», implica mayor cultura de la transparencia entre entidades públicas, sector privado y sociedad civil, y no excluyo a las organizaciones eclesiásticas. Nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos.

A quienes ocupan algún cargo de responsabilidad, sea en el área que sea, los animo y exhorto a empeñarse en este sentido para brindarle, a su pueblo y a su tierra, la seguridad que nace de sentir que Perú es un espacio de esperanza y oportunidad… pero para todos, no para unos pocos; para que todo peruano, toda peruana pueda sentir que este país es suyo, no de otro, en el que puede establecer relaciones de fraternidad y equidad con su prójimo y ayudar al otro cuando lo necesita; una tierra en la que pueda hacer realidad su propio futuro. Y así forjar un Perú que tenga espacio para «todas las sangres», en el que pueda realizarse «la promesa de la vida peruana».

Del mismo modo, en la Explanada de la playa de Huanchaco (Trujillo). Se solidariza con "el momento de oscuridad, cuando sintieron el golpe del Niño" y alerta que nuevas "tormentas pueden estar azotando estas costas y, en la vida de los hijos de estas tierras, tienen efectos devastadores. Tormentas que también nos cuestionan como comunidad y ponen en juego el valor de nuestro espíritu. Se llaman violencia organizada como el «sicariato» y la inseguridad que esto genera; se llaman falta de oportunidades educativas y laborales, especialmente en los más jóvenes, que les impide construir un futuro con dignidad; o falta de techo seguro para tantas familias forzadas a vivir en zonas de alta inestabilidad y sin accesos seguros; así como tantas otras situaciones que ustedes conocen y sufren, que como los peores huaicos destruyen la confianza mutua tan necesaria para construir una red de contención y esperanza. Huaicos que afectan el alma y nos preguntan por el aceite que tenemos para hacerles frente. ¿Cuánto aceite tienes?".

Ante los obispos, a modo de confidencia, pero en voz alta: "Vuelvo a hablar de política porque me hago una pregunta […] ¿Qué pasa en el Perú que, cuando uno deja de ser presidente, lo meten preso? Humala está preso, Toledo está preso, Fujimori estuvo preso hasta ahora, Alan García que está que entro o no entro. ¿Qué pasa?"

En el Encuentro de Las Palmas nos enfrenta con las grandes urbes como Lima y la tentación de huida como Jonás:

en el ruido ensordecedor de nuestras calles. Es allí, en medio de los caminos polvorientos de la historia, donde el Señor viene a tu encuentro. Algunas veces nos puede pasar lo mismo que a Jonás. Nuestras ciudades, con las situaciones de dolor e injusticia que a diario se repiten, nos pueden generar la tentación de huir, de escondernos, de zafar. Y razones, ni a Jonás ni a nosotros nos faltan. Mirando la ciudad podríamos comenzar a constatar que existen «ciudadanos que consiguen los medios adecuados para el desarrollo de la vida personal y familiar —y eso nos alegra—, el problema está en que son muchísimos los "no ciudadanos", "los ciudadanos a medias" o los "sobrantes urbanos" que están al borde de nuestros caminos, que van a vivir a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna y duele constatar que muchas veces entre estos «sobrantes humanos» se encuentran rostros de tantos niños y adolescentes. Se encuentra el rostro del futuro…Y al ver estas cosas en nuestras ciudades, en nuestros barrios —que podrían ser un espacio de encuentro y solidaridad, de alegría— se termina provocando lo que podemos llamar el síndrome de Jonás: un espacio de huida y desconfianza (cf. Jon 1,3). Un espacio para la indiferencia, que nos transforma en anónimos y sordos ante los demás, nos convierte en seres impersonales de corazón cauterizado y, con esta actitud, lastimamos el alma del pueblo, de este pueblo noble…

 

6. TERCER PUNTO: La tercera mirada nos lanza hacia el futuro y, a pesar de los pesares, Francisco nos alentará continuamente a que no nos dejemos robar la esperanza. Perú, tierra esperanzada. Con una madre, consuelo, misericordia…Nos deja varios desafíos:

 

1. Unidad: Santuario del Señor de los Milagros, Lima Domingo ¡Qué bueno es estar aquí, en este Santuario del Señor de los Milagros, tan frecuentado por los peruanos, para pedirle su gracia y para que nos muestre su cercanía y su misericordia! Él, que es «faro que guía, que nos ilumina con su amor divino». La oración de súplica que se hace en sus monasterios sintoniza con el Corazón de Jesús que implora al Padre para que todos seamos uno, así el mundo creerá (cf. Jn 17,21). ¡Cuánto necesitamos de la unidad en la Iglesia! Que todos sean uno. ¡Cuánto necesitamos que los bautizados sean uno, que los consagrados sean uno, que los sacerdotes sean uno, que los obispos sean uno! ¡Hoy y siempre! Unidos en la fe. Unidos por la esperanza. Unidos por la caridad. En esa unidad que brota de la comunión con Cristo que nos une al Padre en el Espíritu y, en la Eucaristía, nos une unos con otros en ese gran misterio que es la Iglesia. Les pido, por favor, que recen mucho por la unidad de esta amada Iglesia peruana porque está tentada de desunión. A ustedes le encomiendo la unidad, la unidad de la Iglesia, la unidad de los agentes pastorales, de los consagrados, del clero y de los obispos.

A los obispos: Resulta inspirador, en nuestro camino de Conferencia Episcopal, recordar que la unidad siempre prevalecerá sobre el conflicto[11]. Queridos hermanos obispos, trabajen para la unidad, no se queden presos de divisiones que parcializan y reducen la vocación a la que hemos sido llamados: ser sacramento de comunión. No se olviden que lo que atraía de la Iglesia primitiva era ver cómo se amaban. Esa era, es y será la mejor evangelización.

2. Esperanza: En Las Palmas: Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. A diferencia de Jonás, Jesús, frente a un acontecimiento doloroso e injusto como fue el arresto de Juan, entra en la ciudad, entra en Galilea y comienza desde ese pequeño pueblo a sembrar lo que sería el inicio de la mayor esperanza: El Reino de Dios está cerca, Dios está entre nosotros. Y el Evangelio mismo nos muestra la alegría y el efecto en cadena que esto produce: comenzó con Simón y Andrés, después Santiago y Juan (cf. Mc 1,14-20) y, desde esos días, pasando por santa Rosa de Lima, santo Toribio, san Martín de Porres, san Juan Macías, san Francisco Solano, ha llegado hasta nosotros anunciado por esa nube de testigos que han creído en Él. Ha llegado hasta Lima, hasta nosotros para comprometerse nuevamente como un renovado antídoto contra la globalización de la indiferencia…Hoy el Señor te invita a caminar con Él la ciudad, te invita a caminar con Él tu ciudad. Te invita a que seas discípulo misionero, y así te vuelvas parte de ese gran susurro que quiere seguir resonando en los distintos rincones de nuestra vida: ¡Alégrate, el Señor está contigo!"

 

Una Madre, que es Consuelo y misericordia…Nos lo dijo en el gran encuentro norteño de Trujillo y en el entrañable de la Nunciatura con Nuestra Señora del Rosario de Manchay. Francisco ha prodigado encuentros por doquier, nos ha escuchado, nos ha bendecido, consolado y nos ha dejado a la Madre del Consuelo y la Misericordia:

Queridos hermanos y hermanas: En esta hermosa e histórica plaza de Trujillo que ha sabido impulsar sueños de libertad para todos los peruanos nos congregamos para encontrarnos con la «Mamita de Otuzco». Sé de los muchos kilómetros que tantos de ustedes han hecho para estar hoy aquí, reunidos bajo la mirada de la Madre. Esta plaza se transforma así en un santuario a cielo abierto en el que todos queremos dejarnos mirar por la Madre, por su maternal y tierna mirada. Madre que conoce el corazón de los norteños peruanos y de tantos otros lugares; ha visto sus lágrimas, sus risas, sus anhelos. En esta plaza se quiere atesorar la memoria de un Pueblo que sabe que María es Madre y no abandona a sus hijos…La casa se viste de fiesta de manera especial. Nos acompañan las imágenes venidas desde distintos rincones de esta región. Junto a la querida Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco, saludo y doy la bienvenida a la Santísima Cruz de Chalpón de Chiclayo, al Señor Cautivo de Ayabaca, a la Virgen de las Mercedes de Paita, el Divino Niño del Milagro de Eten, la Virgen Dolorosa de Cajamarca, la Virgen de la Asunción de Cutervo, la Inmaculada Concepción de Chota, Nuestra Señora de Alta Gracia de Huamachuco, Santo Toribio de Mogrovejo de Tayabamba —Huamachuco—, la Virgen Asunta de Chachapoyas, la Virgen de la Asunción de Usquil, la Virgen del Socorro de Huanchaco y las reliquias de los Mártires Conventuales de Chimbote.

Cada comunidad, cada rinconcito de este suelo viene acompañado por el rostro de un santo, el amor a Jesucristo y a su Madre. Y contemplar que donde haya una comunidad, donde haya vida y corazones latiendo y ansiosos por encontrar motivos para la esperanza, para el canto, para el baile, para una vida digna… ahí está el Señor, ahí encontramos a su Madre y también el ejemplo de tantos santos que nos ayudan a permanecer alegres en la esperanza

Con ustedes doy gracias a la delicadeza de nuestro Dios. Él busca la forma de acercarse a cada uno de la manera que pueda recibirlo y así nacen las más distintas advocaciones. Expresan el deseo de nuestro Dios por querer estar cerca de cada corazón porque el idioma del amor de Dios siempre se pronuncia en dialecto, no tiene otra forma de hacerlo, y además resulta esperanzador cómo la Madre asume los rasgos de los hijos, la vestimenta, el dialecto de los suyos para hacerlos parte de su bendición. María será siempre una Madre mestiza, porque en su corazón encuentran lugar todas las sangres, porque el amor busca todos los medios para amar y ser amado. Todas estas imágenes nos recuerdan la ternura con que Dios quiere estar cerca de cada poblado, de cada familia, de vos, de vos, de mí, de todos.

Sé del amor que le tienen a la Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco que hoy junto a ustedes, quiero declarar: Virgen de la Puerta, «Madre de Misericordia y de la Esperanza». Virgencita que, en los siglos pasados, demostró su amor por los hijos de esta tierra, cuando colocada sobre una puerta los defendió y los protegió de las amenazas que los afligían, suscitando el amor de todos los peruanos hasta nuestros días.

Explanada de la playa de Huanchaco (Trujillo) Sé del amor que esta tierra tiene a la Virgen, y sé cómo la devoción a María los sostiene siempre llevándolos a Jesucristo. Y dándonos el único consejo que siempre repite: «Hagan lo que él les diga» (cf. Jn 2,5). Pidámosle a ella que nos ponga bajo su manto y que nos lleve siempre a su Hijo; pero digámoselo cantando con esa hermosa marinera: «Virgencita de la puerta, échame tu bendición. Virgencita de la puerta, danos paz y mucho amor». ¿Se animan a cantarla? ¿La cantamos juntos? ¿Quién empieza a cantar? «Virgencita de la Puerta…» ¿Nadie canta? ¿El coro tampoco? Entonces se lo decimos, si no lo cantamos. Juntos: «Virgencita de la puerta, échame tu bendición. Virgencita de la puerta, danos paz y mucho amor».

En Puerto Maldonado fue más explícito si cabe: "Lo primero que me gustaría transmitirles, y lo quiero hacer con fuerza, es: esta no es un tierra huérfana, es la tierra de la Madre".

 

6.  CONCLUSIÓN o COLOQUIO FINAL:

Escribía el convertido inglés Chesterton que el Señor permitía los terremotos y conflictos para que surgiesen santos. Francisco sabe que el Perú ha sufrido y sufre temblores y tormentas de todo tipo; no ha tenido tiempo de "balconear", no ha querido maquillar, falsear nuestra realidad. Se ha entregado de lleno, literalmente ha abrazado al Perú y se ha dejado abrazar. A la luz de la Palabra de Dios y el ejemplo de nuestros santos, se ha encontrado de mil y una maneras con nuestra realidad total. Sabe que no es fácil y por eso nos ha repetido una y otra vez, que recemos, que nos unamos y que no nos dejemos robar la esperanza. Siento que nuestra Universidad Católica San José nace precisamente aquí y ahora, con todos nosotros, para hacer realidad su mensaje.

 

Me parece providencial que justo a la semana de la visita del Papa, el lunes 29 de enero del 2018, Francisco nos brinda una  nueva Constitución Apostólica «Veritatis gaudium» para lograr –como dice el documento- esa renovación sabia y valiente que se requiere para una transformación misionera de una Iglesia «en salida» que acomete la tarea urgente emprender «con espíritu» una nueva etapa de la evangelización. Como complemento, el 1 de marzo, fue publicada «Placuit Deo» por la Congregación para la Doctrina de la Fe con el fin de «ayudar a los fieles para que tomen mayor conciencia de su dignidad de hijos de Dios", conscientes de que Jesús es el único Salvador de todo el hombre y de toda la humanidad, asumiendo nuestra carne y nuestra historia, por nosotros los hombres y por nuestra salvación.

Termino recordando las palabras de Santa Teresa sobre San José y que tanto repite nuestro Papa Francisco: Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este Bienaventurado Santo. No he conocido de persona que de veras le sea devoto que no la vea más aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no lo creyere y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. Es lo que pido para toda nuestra Casa de Estudios que a él se acoge. Muchas gracias.



[1] Nicola Girasoli Papa Francisco. La iglesia de lo esencial (Paulinas, Lima, 2017, 107 pp)

[2] De 1845-1855 será Arzobispo de Lima (en ese tiempo de inicio de la vida independiente del Perú Lima no tenía arzobispo, sólo en 1834 sería promovido Monseñor Jorge Benavente), la arquidiócesis estaba regida por un Deán, no había ningún representante del Vaticano ni Nuncio Apostólico.