domingo, 30 de marzo de 2014

Comparto dos textos contrapuestos o complementarios –depende cómo se mire- acerca del aprismo y el catolicismo. La verdad que me resulta bastante difícil comprenderlos. Me gustaría que mis buenos amigos –de ahora- que son ahora católicos y apristas puedan comentarlos.

 

 

El primero es del gran historiador. VARGAS UGARTE, R. Aprista o católico. Una réplica El Deber, Arequipa, 1934

 

no es posible, sin hacer traición a la fe que profesas militar en las filas del Aprismo. No te seduzcan sus vanas promesas y sus protestas de neutralidad religiosa. Esta es tan irrealizable como la pretensión del socialismo de acabar con todas las diferencias sociales. No pienses por eso, especialmente si perteneces a la clase trabajadora que la Iglesia no presta su apoyo a las justas reivindicaciones de los obreros y no trate de mejorar su situación.

 

En el Perú, la Iglesia no ha olvidado sus deberes en esta parte. Desde que se implantó la fe en nuestro suelo, ella se puso del lado de los débiles para defenderlos contra las exacciones de los fuertes. Instruyó el indio y se constituyó en su protector. Después de haber entregado a la civilización a miles de esos seres, se dedicó a atender a sus necesidades espirituales y corporales y creó en todas partes escuelas, asilos, hospitales. Desposeída más tarde de sus bienes, ha continuado su misión benéfica y civilizadora en la medida que se lo han permitido sus recursos y la absorbente centralización de los gobiernos. Aún hoy, bien patente está su acción y los pobres no lo ignoran. Pero no contenta con eso no se cansa de enseñar a todos sus deberes y a los ricos les predica la moderación y la caridad y a los pobres la resignación y la paciencia y así como reprende el Fausto y el afán de goces en los unos así también corrige las pretensiones injustas de los otros. Por eso, ella será la que salve al Perú ( p. 36)

 

El segundo lo tomo del blog del historiador Daniel Parodi: http://blog.pucp.edu.pe/item/182706/jeff-y-el-apra

 

La particularidad con la que el P. Klaiber enfocó el fenómeno aprista es fundamental pues ninguna otra agrupación política peruana del siglo XX ha despertado las pasiones que el APRA, ni desatado una polarización a todo nivel: familiar, política y académica. Pero Klaiber fue un Sacerdote Jesuita norteamericano que se vio atraído, más bien, por la especificidad de un movimiento que, aunque revolucionario en sus prácticas originales, levantaba las banderas de la democracia oponiéndolas a las del socialismo. Al mismo tiempo, a Klaiber le parecía que dicho Partido presentaba elementos de una religiosidad vinculable con el cristianismo, y, desde esa mirada, estudió su trayectoria y la de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre.